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Precisamente, ésta última será la definición que seguiremos a lo largo de estas clases, sin
desconocer que se trata de un fenómeno más abarcativo y multifacético.
En las últimas dos décadas se han producido importantes cambios en el contexto internacional de
la mano de la globalización de los mercados, la emergencia de nuevos paradigmas tecnológicos
basados en las TICs (tecnologías de la información y las comunicaciones), la volatilidad de la
demanda y el acortamiento del ciclo de vida de los productos.
Volatilidad de la demanda: Refiere a la situación en la cual los precios o las preferencias de los
clientes cambian de manera frecuente generando un mayor grado de incertidumbre para los
vendedores.
Acortamiento del ciclo de vida de los productos: Refiere al tiempo en el que un producto es
lanzado al mercado hasta que el mismo deja de ser usado y es reemplazado por otro.
Un ejemplo del acortamiento del ciclo de vida del producto puede ser el reemplazo de los
soportes físicos de música o video desde el cassette/VHS al CD, luego al DVD, al Blue Ray hasta el
mp3y mp4 y hoy el streaming.
Surge así el nuevo paradigma del desarrollo local (Llorens, Alburquerque y Castillo, 2002) que
combina esta nueva valoración del territorio y su rol en el desarrollo con una nueva visión de las
políticas de desarrollo productivo regional y sus mecanismos. Bajo esta nueva mirada el desarrollo
regional responde, cada vez más, a factores y procesos originados en la dinámica propia de cada
región, en sus capacidades para generar procesos de innovación y aprendizaje.
De acuerdo a esta perspectiva del nuevo paradigma del desarrollo local, el rol del Estado local
debería estar más concentrado en el estímulo a los elementos y factores invisibles o intangibles
del territorio, entre ellos:
1. la habilidad para reaccionar y adaptarse a nuevos cambios en el escenario de negocios, 2. un
liderazgo local dinámico y el compromiso de la comunidad,
3. una amplia base de agentes participantes del proceso,
4. una estrategia de desarrollo basada en la cooperación, la acción público-privada y un amplio
grado de consenso de la misma (Maillat, 1998).
3. desde la atracción de inversión externa a la retención de la diversidad y los talentos a nivel local.
Asimismo, el LEED enfatiza que el proceso de desarrollo local es cada vez más un proceso de
“gestión”, dando a entender el creciente peso que las actividades estratégicas y de gestión de las
relaciones “proveedor-cliente” tienen en cualquier proceso de desarrollo local.
En este contexto, el desarrollo emprendedor aparece como un vector clave dentro de las
estrategias de desarrollo local debido a sus potenciales contribuciones.
Ecosistema emprendedor.
Además, presenta al emprendedor y a los fundadores de empresas jóvenes como actores con
iniciativa propia, y no sólo como el resultado de un entorno favorable.
El concepto de Ecosistema suele estar emparentado con las condiciones para el surgimiento de
emprendedores y de nuevas empresas con alto crecimiento o perfil innovador. Sin embargo,
recientemente se ha ido incorporando en el concepto de Ecosistema no sólo a los proyectos y a las
nuevas empresas (start-ups) de este tipo sino también a las empresas jóvenes en fase de
crecimiento (scale-ups). Incluso, se ha comenzado también a incluir al desarrollo de nuevos
emprendimientos dentro de las empresas existentes (lo que se denomina emprendimiento
corporativo) a cargo de intra-emprendedores.
De este modo, las fuerzas motoras y la canalización de las energías emprendedoras son más
amplias que las que se materializan en la fase de creación de una empresa.
A su vez, la literatura destaca la importancia de identificar algunos casos locales que hayan
alcanzado un importante sendero de crecimiento. Éstos “campeones locales”, que la literatura
llama “blockbusters”, cumplen varias funciones. La más clara es darle visibilidad externa y
legitimidad interna (como modelo de rol) al ecosistema. Esto es, servir como figuras inspiradoras
para que otras personas de la misma localidad puedan validar su deseo y vocación por ser
emprendedor al ver que “otros no tan diferentes a uno” lo hicieron. Según Isenberg (2011), estos
blockbusters no necesitan ser muchos ya que solo un pequeño número de estos casos “exitosos”
puede impactar significativamente en el ecosistema. Por ejemplo, generando oportunidades para
nuevos emprendimientos o bien son fuente de nuevos emprendedores.
Otro de los aspectos clave de un ecosistema es la existencia de una cultura local favorable y
caracterizada por la presencia y difusión de modelos de rol, la realización de eventos de
sensibilización y la formación de capacidades emprendedoras de la población. En particular, el rol
de los medios de comunicación locales es clave en esta dimensión.
Las universidades e institutos terciarios y el sistema educativo en general también son claves,
debido a su capacidad de formar recursos humanos orientados y con capacidades para
emprender.
Otro atributo clave de los ecosistemas es la existencia de una masa crítica de capital humano y
fuerza de trabajo calificada. Es decir, un pool de talentos locales con conocimientos y aptitudes
que estén accesibles para las nuevas empresas que se crean y desean crecer.
Las empresas localizadas en el territorio también forman parte del “juego”. Por un lado, porque
pueden ser un ámbito importante de adquisición de conocimientos técnicos y comerciales o
incluso de contactos valiosos para emprender. Por eso, algunos hablan del rol de algunas
empresas como “organizaciones incubadoras de facto” al analizar la trayectoria previa de los
emprendedores que pasaron por ellas. Por el otro, pueden ser fuentes de oportunidades de
negocios y para el desarrollo de nuevas empresas dedicadas a atender demandas de las mismas.
En este sentido, algunos autores destacan la importancia de las empresas grandes. Sin embargo,
cabría acotar que esto es más común cuando ellas operan en ciertos sectores innovadores y/o
poseen una cultura organizacional más favorable al emprendimiento.
Fondos de inversión temprana: son empresas que administran dinero proveniente de inversores
institucionales y como parte de su portfolio de inversiones se dedican a los emprendimientos en
su etapa temprana de crecimiento (en general invierten montos superiores a USD 500.000) . En
Argentina, este tipo de Fondos son muy pocos. Recientemente, la Ley del Emprendedor promueve
la creación de este tipo de Fondos para desarrollar así una mayor oferta.
Company Builders: son similares a las aceleradoras aunque se diferencian porque tienen un foco
en menos proyectos por cohorte, un acompañamiento más personalizado de los emprendedores y
sus proyectos e inversiones más importantes a cambio de porciones más importantes del paquete
accionarios. Además, suelen ser fundadas por emprendedores que incluso se comprometen en el
armado del equipo de gestión de cada emprendimiento que apoyan. Un ejemplo es Quasar en la
ciudad de Buenos Aires o INCUTEX en Córdoba
A modo de ejemplo…
Los gobiernos locales tendrán más capacidades para influir en cuanto a la adecuación de normas y
regulaciones locales (habilitaciones, tasas locales) que en materia de infraestructura, que supone
grandes inversiones donde, además, los gobiernos nacional y provincial tienen más competencia.
Finalmente, tan importante como la existencia de estos actores son las redes entre ellos. Estas
redes, mayormente informales aunque también formales, constituyen el vaso comunicante a
través del cual los emprendedores pueden acceder a información, recursos, consejos, etc. Y son
clave para explicar el funcionamiento y vitalidad de los ecosistemas. En este marco, cobran
especial relevancia los “dealmakers” (ex-empresarios, emprendedores, miembros de
instituciones, profesionales o gerentes) que por su trayectoria han desarrollado un importante
acervo de contactos de alta calidad y que facilitan las relaciones al interior de los ecosistemas. Son
como el “pegamento” del ecosistema.
En resumen, Napier y Hansen (2011) al hablar del ecosistema destacan la importancia de contar
con:
3. factores de aglutinamiento para facilitar las conexiones entre los emprendedores, las firmas
jóvenes y los recursos del ecosistema (servicios, clientes, talentos, financiamiento, etc.).
Hasta acá se presenta una primera “fotografía” del ecosistema en la que identificamos los
diferentes elementos que la componen y hablamos de las relaciones que existen entre ellos. Un
ecosistema emprendedor, sin embargo, es algo dinámico y para poder entenderlo en toda su
complejidad, necesitamos analizarlo desde una perspectiva evolutiva (Mason y Brown, 2014), que
nos permita comprender si éste se encuentra en su infancia, adolescencia o madurez (Kantis,
2014).
Redes de
Contacto
Servicios
Universidades de
Apoyo
EMPRENDEDORES
Actores
Cultura financieros
mercado
Capital
locales y Humano
globales
Empresas
A fin de crear las condiciones que deben existir para el surgimiento de emprendedores y nuevas
empresas necesitamos conocer los beneficios que aportan los emprendedores y las nuevas
empresas al desarrollo local.
Entre los más importantes, podemos destacar la introducción de innovaciones, sean éstas nuevos
productos, nuevos procesos, nuevos mercados, nuevas formas de aprovisionamiento y nuevas
formas de comercialización. Entre otras cosas porque las nuevas empresas son cada vez más
importantes como vehículos de transferencia al mercado de los conocimientos generados en las
universidades y centros de I+D.
A modo de ejemplo…
A nivel local, podemos pensar desde casos más radicales donde se generan productos o servicios
que antes no existían, como los drones desarrollados para agricultura de precisión, hasta
innovaciones más incrementales como productos o servicios que se diferencian de los existentes o
incorporan una propuesta de valor diferenciada, por ejemplo el auge de las cervezas artesanales.
A su vez las nuevas empresas también pueden ser un canal por el cual se adaptan localmente
conocimientos y propuestas de valor identificadas en otras regiones o ciudades. De esta manera,
sea a través de la innovación en su sentido más estricto como a través de la adaptación local o
innovación incremental, las nuevas empresas tienen un rol clave en la diversificación productiva, la
emergencia de nuevas actividades y sectores, y en última instancia, el rejuvenecimiento y cambio
de la estructura productiva
A modo de ejemplo…
Sería el caso en que un emprendedor por vivir en otra ciudad, región o país toma contacto con
alguna experiencia que luego adaptándola al “gusto” y la “idiosincrasia” local pueda dar origen a
un emprendimiento. Un ejemplo reciente pueden ser los emprendimientos gastronómicos que
fusionan cocina autóctona con técnicas e ingredientes de otras culturas.
Adicionalmente, una mayor actividad emprendedora en el medio local puede servir como un
factor de retención de los talentos jóvenes así como de atracción para aquellos que en su
momento migraron hacia otras ciudades por falta de oportunidades o para seguir sus estudios.
En términos más generales, un ambiente emprendedor local más vibrante aumenta el atractivo de
una región para actores (individuos, empresas e instituciones) extra-locales.
Es importante señalar, sin embargo, que la evidencia tanto en la región como a nivel global
muestra que los emprendimientos y nuevas empresas liderados por equipos potentes, cuyas
propuestas de valor están basadas en la diferenciación o la innovación son las que tienen
mayores chances de sobrevivir y crecer. Por ello, son las que presentan un mayor potencial de
contribución al desarrollo productivo local según las consideraciones realizadas en los párrafos
anteriores.
Desde hace unos años viene popularizándose el concepto de red de emprendedores. Una red de
emprendedores está formada por un conjunto de personas que desean iniciar un negocio o
actividad profesional y que deciden unirse para compartir experiencias, conocimientos y recursos.
Las redes de emprendedores actuales pueden revestir dos formas. Pueden disponer de un espacio
físico al que los emprendedores acuden para colaborar unos con otros, de forma similar al
funcionamiento de un vivero de empresas, pero también pueden tener únicamente una existencia
online a través de una plataforma que permita a los interesados estar en contacto entre sí. Esta
última modalidad es la más extendida ya que facilita la conexión con emprendedores de todo el
mundo, lo que puede ser importante en el caso de profesionales y/o empresas que están
interesados en la internacionalización.
En este tipo de espacios el emprendedor puede encontrar información útil sobre trámites
administrativos y legales para desarrollar su labor conforme a la ley, puede entrar en contacto con
otros profesionales o empresas que le asesorarán, encontrar socios para expandir su negocio
dentro y fuera de las fronteras nacionales, formarse sobre cuestiones empresariales a través de
cursos privados, conferencias, etc., recibir información sobre subvenciones y ayudas de las que
pueda beneficiarse y compartir su experiencia con los demás, haciendo que sus conocimientos
puedan ayudar a su vez a otros emprendedores a poner en marcha su negocio.
Para que la red de emprendimiento funcione adecuadamente es imprescindible que sus miembros
se comprometan a participar en ella y tengan un verdadero interés en compartir su experiencia y
conocimientos con otros profesionales.
Un ejemplo de instituciones que componen la red de emprendedores son las Incubadoras. Las
mismas son organizaciones que acompañan y aceleran el crecimiento de los proyectos
emprendedores a través de asesoramiento, capacitación y asistencia financiera.
En estos espacios pueden saber si la idea o proyecto que se presenta tiene viabilidad técnica,
financiera y de mercado. Además, los emprendedores incubados reciben orientación acerca de
cuál es el mejor programa de financiamiento para su emprendimiento y cómo aplicar.
Hoy en día existe una Red de Incubadoras a nivel nacional y el INITRAFE es parte de ella desde
Junio de 2016. Esta red depende del Ministerio de Producción de la Nación y tiene como finalidad
colaborar en el desarrollo local de los emprendedores y acercar las herramientas financieras. Entre
estas herramientas, la que tiene mayor participación es Fondo Semilla ya que otorga préstamos de
hasta $250.000 sin interés, con un año de gracia y 5 años para devolverlo.
Los Emprendedores que pretendan participar podrán integrar alguna de las siguientes categorías,
a saber:
Para participar, el emprendedor debe tomar contacto con una Incubadora para que la misma lo
asesore, capacite y lo asista técnicamente a los fines de colaborar en el proceso de transformar
una idea en un modelo de negocio.