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5 de Abril del 2020 “Coronavirus” igualdad ≠ ¿?

Despertamos siendo iguales, todos venimos del mismo lugar y volvemos al mismo
estado.
Creo que los tiempos de cambio se hicieron para que quede una huella que marque,
que es lo que ya no está, que se hizo y que se puede hacer.
Franco "Bifo" Berardi dice, el coronavirus es "la condición de un salto de salud mental
que ninguna prédica política habría podido producir.
La igualdad ha vuelto al centro de la escena. Imaginémosla como el punto de partida
para el tiempo que vendrá".
Cuando leo esto despierta en mí una nueva luz, sé que al leer lo que está pasando en
el mundo, lejos de pensar en nuevos paradigmas muchos están pensando en, si
sobrevivirá un día más, como lo lograra, quien será el que lo pueda ayudar.
Salir de este estado de melancolía y reminiscencias será un trabajo de salud mental o
será de una psicología comunitaria que tendrá que replantear nuevamente los
mecanismos de investigación – acción.
Lo que quedo en la vidriera es que nadie se salva solo y que no es una
responsabilidad de quien decreta el aislamiento social obligatorio sino de quienes
tienen una visión más macro social de lo que se puede venir y se ubica en el lugar de
resguardar la salud del otro.
Con esto quiero referirme a que lo que se viene no será un nuevo mundo, será un
nuevo proceso de adaptación social que ya no servirá el concepto de aprendizaje
vicario.
Esto de aprender hacer lo que la mayoría hace, no es lo que mostro que resulta ante
los nuevos peligros sociales que se presentaran a futuro.
No es porque aprendí copiando lo que otros hacen es que quedo libre de cometer
errores. Ya sé que dirán muchos que esto de aprender así no se puede evitar, que el
aprendizaje serializado es como muchos aprendieron, copiando y yo digo también
desaprendieron, no pensando con libertad, podríamos decir también no nació una
sociedad entera, al principio hubo un Hombre, ¿de quién aprendió? Y así podríamos
llevar este debate a otro tema que no es el que me ocupa.
Aquí quedo en la vidriera que somos vulnerables al sistema y que el sistema no nos
cuida por que tengamos algo más. El sistema puso en situación de riesgo vital a todos
los que no cumplieron con el mandato supremo que es, respetar el lugar que ocupa la
naturaleza.
Una vez más queda expuesto que no existe un orden social que pueda con esto,
Muchos agentes de salud, políticos, científicos y pensadores, dicen “esta es una
batalla ganada, solo queda saber cuál será el costo”
Ya muchos están pensando en cómo será la salida de esta situación compleja: Si el
modelo neoliberal tendrá la capacidad para resolver, si la social democracia pondrá
nuevas estrategias de contención social- económicas- y de seguridad para contener a
lo que quedara. O el comunismo, como dice Zizek plantea que un “enfoque comunista”
-renovado, claro- es el modo de salir de la encrucijada. Estados-Nación puestos al
servicio de la defensa de los más débiles.
En mi caso pienso, como agente residual, la hulla mnémica que dejara en cada uno de
los que siente que este virus puso un nuevo elemento en el aparato psíquico de los
humanos, este criterio de igualdad que no surge de los dogmas, sino de la naturaleza
misma.
Hay que reaprender que significa la igualdad y que nos hace diferentes, algo que
debemos aprender. Resulta que parecería que depende la región el mundo donde
vivimos nos hacía diferentes, mi pregunta desde lo más íntimo de la meta-humanidad
¿diferentes en qué?
Es el color de piel, la economía, la adaptación a la región, cual es el concepto factico
que ponen al descubierto lo que es diferente de lo que no tiene o encuadra esa
clasificación.
¿La cultura, la religión, la enseñanza?, ¿dónde queda la regla, la medida que marca
las diferencias del tercer mundo y el primero?, ¿en tener más recursos?
Preocupándonos por marcar la diferencia nos olvidamos que en el fondo no somos tan
distintos para lo vital, para el sufrimiento, para la enfermedad.
Que nos hizo pensar que éramos diferentes al otro en realidad, ¿una estructura
cultural?, ¿un espacio en el planeta?, ¿la billetera cargada de valores?, ¿esa es la
diferencia que nos plantea la vida? Porque de eso se trata esto, de aprender a vivir.
Ahora me propongo pensar en lo que vendrá y no por hacer futurología, si no por el
contrario, quiero mantener la vista atenta y la razón despierta, quiero que no me lleve
por delante el sistema que me imponga que hacer, pensar o sentir.
Quiero que mis pensamientos estén libres de la cultura del sometimiento y de hacer lo
que realmente me pone al servicio de la vida, sin pensar en diferencias y
replanteándome de que se trata lo de la igualdad.
Pablo Jorge Valle Daubenberger

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