Los animales que habitan el polo Ártico y Antártico deben estar preparados

para soportar temperaturas extremadamente frías durante todo el año. Las

características comunes de los mamíferos de los polos incluyen cuerpos
redondos y grandes, y orejas, hocicos, patas y colas cortas. Estos rasgos
físicos los ayudan a conservar el calor. Además, los mamíferos terrestres
tienen pelajes gruesos y una capa de grasa almacenada para aislar el cuerpo.
De forma similar, los pingüinos emperadores están cubiertos de plumas
densas, con plumas exteriores que los hacen impermeables. Los osos polares
tienen pelos huecos que atrapan el aire caliente y piel negra que absorbe los
rayos ultravioletas del sol. También tienen una capa interior cubierta por una
exterior para protegerse al nadar. Los zorros y las liebres del ártico tienen
grandes pies cubiertos de pelaje para moverse mejor sobre la nieve.
Si un ser humano tendría que sobrevivir en la naturaleza, no sea muchos
entornos, donde esto sea posible. Su cuerpo no puedo adaptar al frío o al calor
tanto como los animales. Por eso, las adaptaciones del hombre son: llevar
ropa, construir casas, usar la calefacción.

2 Las continuas lluvias del bosque tropical muchas veces resultan un poco
molestas para los organismos que lo habitan. Por ello, algunos recurren a
ingeniosas soluciones para protegerse de la pluviosidad permanente. Así, por
ejemplo, los orangutanes se fabrican verdaderos paraguas con las hojas más
grandes de los árboles, mientras que las termitas forman montículos con
algunos materiales naturales para cubrirse. Las plantas también poseen
adaptaciones que facilitan el escurrimiento del agua, como hojas terminadas en
punta o alargadas.
Plantas caducifolias
Las plantas de un bosque templado caducifolio se adaptan a la bioma de varias
formas, dependiendo del tipo de planta. Los árboles producen hojas grandes
que absorben la mayor cantidad posible de luz durante la estación de
crecimiento. La corteza de los árboles caducifolios es más gruesa y resistente
que la de los árboles tropicales para poder proteger al núcleo del árbol durante
los largos y severos inviernos. Las plantas más pequeñas, como flores y
helechos, crecen a comienzos de primavera y producen hojas largas
rápidamente. Esto les permite absorber mucha luz solar antes que las hojas de
los árboles la intercepten.

Animales de bosques caducifolios

Como la bioma templada tiene cuatro estaciones distintivas, los animales
pasan la mayor parte de la estación de crecimiento preparándose para el
invierno. Los más pequeños, como las ardillas, recolectan nueces y semillas,
almacenándolas en troncos huecos o en pozos en el suelo. Los mamíferos más
grandes, como los osos, las marmotas y los mapaches, pasan el verano
comiendo lo más que puedan. El peso que ganan durante el verano y el otoño
les permite hibernar durante el invierno, cuando el clima es frío y la comida
escasea. Muchos pájaros migran hacia climas más cálidos.
Plantas de bosques pluviales
Los bosques pluviales templados reciben más de 100 pulgadas (2.540 mm) de
lluvia cada año. Por lo que en estos tipos de bosques las plantas deben
adaptarse a un ambiente húmedo. Los árboles producen cortezas que protegen
a su núcleo de las frías temperaturas y al propio árbol de los hongos parásitos.
Los bosques pluviales tienen una gran variedad de hongos sobre los árboles,
las rocas y la tierra. Estos pueden tener forma de hongo de sombrero, de
repisa y esféricos.

Animales de bosques pluviales

Al igual que sus parientes en los bosques caducifolios, los animales de los
bosques pluviales deben pasar mucho tiempo de las estaciones cálidas
preparándose para el invierno. Pero debido a la alta cantidad de lluvia, deben
producir pelaje más espeso para protegerse de la humedad. Los mamíferos
grandes, como los venados, son más pequeños y tienen cornamentas más
cortas que los venados de otras biomas. Esta adaptación les da la habilidad de
moverse libremente entre el sotobosque. Los carnívoros más grandes, como
los lobos y gatos monteses, producen pieles más gruesas en otoño para
protegerse en los fríos meses de invierno.