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Trump sólo lamenta no haber subido aún

más los aranceles a China


Economía EL ESPECTADOR
25 Ago 2019 - 11:19 AM
AFP

El gobierno del país asiático informó el viernes sobre su intención de imponer


nuevos aranceles a bienes importados de Estados Unidos por 75.000 millones de
dólares. 
El presidente estadounidense, Donald Trump, no se arrepiente por la escalada de
la guerra comercial con China, y sólo "lamenta no haber subido aún más los
aranceles" a los productos chinos, precisó este domingo una portavoz de la Casa
Blanca.

"Se le preguntó al presidente si 'quería cambiar de opinión sobre la guerra


comercial con China', y su respuesta fue muy mal interpretada", dijo su
portavoz, Stéphane Grisham. "El presidente Trump respondió afirmativamente
(pero) porque lamenta no haber subido aún más los aranceles" a China, explicó la
portavoz.
Un poco antes, Trump pudo dar la impresión de que flexibilizaba su posición
sobre la guerra comercial que libran Estados Unidos y China, imponiéndose
recíprocamente altos aranceles.
"Siempre me lo pienso dos veces, sobre todos los temas", había dicho el inquilino
de la Casa Blanca.

China informó el viernes sobre su intención de imponer nuevos aranceles a bienes


importados de Estados Unidos por 75.000 millones de dólares. 
Donald Trump respondió a las pocas horas con medidas de represalia que
afectan a importaciones chinas por valor de 550.000 millones de dólares.
El primer año de Duque en economía lo nubla el
desempleo

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IVÁN DUQUE

Por: Economía y Negocios
EL TIEMPO
 
05 de agosto 2019 , 07:57 a.m.
La economía se recupera, pero no impulsa el empleo. Así se sintetiza el
desempeño productivo del país en este primer año del gobierno de Iván Duque.

Tras caer a ritmos de 1,2 por ciento en el comienzo del 2017, el crecimiento
económico se ha venido recuperando. En el arranque de este año, la expansión
del producto interno bruto (PIB) llegó al 2,8 por ciento, y el indicador de
seguimiento de la economía del Dane (que anticipa la medición del PIB) alcanzó
en mayo un crecimiento de 3,1 por ciento.

Sin embargo, el desempleo, que llegó a su mínimo anual en julio del 2015, con
una tasa de 8,9 por ciento, desde entonces no deja de crecer. Al empezar el actual
gobierno, ya llevaba tres años de aumento, y el promedio de desocupación anual,
en junio, llegó a 10,1 por ciento.

El desconcierto frente al mercado laboral obedece a que, mientras tanto, las


registradoras del comercio se mueven, y diferentes sectores, como la industria,
experimentan avances.

Así, lo evidente es que la recuperación productiva aún no es la necesaria para que haya más
trabajo. El empleo exige un crecimiento todavía mayor, pero las expectativas se han
reducido en las últimas semanas. La razón principal, un entorno mundial que cada vez se
enrarece más.
El 2019 había arrancado en un ambiente de optimismo en las proyecciones de los analistas,
con generosos pronósticos de crecimiento. Inclusive, el Gobierno se lanzó a prever una
expansión de 3,6 por ciento. Con el paso de los meses, mientras el Gobierno ha mantenido
sin tocar su proyección, organismos internacionales y analistas de mercado han venido
recortando sus expectativas.

Para la muestra están los cambios recientes de los pronósticos de organismos como la Cepal
o el FMI, soportados en un entorno global turbulento que deteriora la economía de América
Latina.

Vale anotar que, en esas perspectivas, Colombia está entre las naciones que salen mejor
libradas, en comparación con las rebajas en las proyecciones que están haciendo para otros
países.

La Cepal, por ejemplo, vaticina un crecimiento de solo 0,5 por ciento para América Latina,
luego de estimar –en abril– que la región crecería a un ritmo de 1,3 por ciento, mientras que
el recorte para Colombia llega hasta el 3,1 por ciento.

El FMI es otro de los que hace una apuesta relativamente alta por el crecimiento económico
de Colombia: 3,4 por ciento, versus el 3,5 por ciento que estimaba hace tres meses.

Frente a esa previsión, Gian Maria Milesi-Ferretti, subdirector del Departamento de


Investigación del FMI, destacó el desempeño de Colombia y Perú, y comentó que “han
sido economías más resilientes en comparación con las grandes de la región”.

De esta manera destacó el aguante del país frente al malestar global que aumenta por la
continuidad del choque comercial entre China y Estados Unidos, las perspectivas menos
favorables en la Unión Europea y una posible salida sin acuerdo de ese bloque por parte del
Reino Unido.

Dicha resistencia se refleja en una demanda de energía eléctrica que aumentó en junio 3,7
por ciento, frente al año anterior, o el impulso del crédito, con una cartera total que
aumentó 7,1 por ciento hasta mayo. 

Por su lado, pese a que los ciudadanos manifiestan en las encuestas menor confianza, a la
vez aumentaron el gasto de los hogares 4,7 por ciento en el primer semestre del año, según
la firma Raddar. Solo en mayo, las ventas del comercio al por menor subieron 8,2 por
ciento, según el Dane, y en julio, las compras de carros nuevos se incrementaron en
18,3 por ciento, según los análisis de Fenalco y la Andi. Y hasta mayo, el crédito para
consumir aumentó en 11 por ciento.

¿Los datos positivos pueden evitar mayor desaceleración y estimular el empleo? Por lo
pronto, un punto a favor es la confianza manifestada por empresarios.

Los índices de confianza tanto de los comerciantes como de los industriales que mide
Fedesarrollo aumentaron en junio. Además, el barómetro de confianza de la firma EY
muestra que mientras el 47 por ciento de los ejecutivos consultados anticipan un aumento
en las líneas de negocio en sus empresas, el 70 por ciento prevé un alza en el número de
transacciones completadas en los próximos 12 meses. 

Entre tanto, el Barómetro de Confianza de Edelman 2019 halló mejoría en los niveles de


confianza de 12 de 15 sectores evaluados, mientras que en 2018 hubo decrecimiento en
13 de los 15 sectores. Los mayores índices de credibilidad los tienen las ramas de
tecnología (86 %) y automotor (81 %).

Los Intereses Económicos detrás de los Incendios en el


Amazonas – Agosto 2019

https://topeteglz.org/
 Bolivia, Brasil

 Amazonas, Bolivia, Brasil, Incendios, intereses, madera, provocado, selva

Todos sabemos lo que está ocurriendo en las amazonas, pero pocos conocen los
grandes intereses económicos que hay detrás, que apuntan directamente a los
amigos empresarios del Presidente Brasileiro Jair Bolsonaro.

Esto explicaría porque Bolsonaro no hizo nada para frenar los incendios, incluso
no quiso enviar al Ejército hasta 20 días después, justo el 23 de agosto de 2019
envió al Ejército, cuando ya los incendios habían consumido todo lo que les
interesaba y ya estaban dentro del territorio de Bolivia.

INTERESES ECONÓMICOS

Resulta que todas estas áreas de Selva Amazónica que se están quemando en
Brasil son zonas protegidas, en las que no se pueden talar,cultivar ni explotar
zonas mineras.

Pero si se incendian, ya no hay selva, ni nada que proteger, por lo cual podrían
entrar las empresas madereras para talar todo, luego las empresas ganaderas y
de cultivo de soja, así como las mineras.

¿Entiendes ahora lo que pasa?

Ciertamente hay una gran sequía, pero es imposible que en una sola semana se
originen mas de 5.000 fuegos, justo en puntos estratégicos para dichas empresas.

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¿Qué tan objetivos son los mercados?
POR: CLARA LÓPEZ OBREGÓN | 2019/08/20 21:20

La economía global no pasa por su mejor momento. La guerra comercial


promovida por el presidente Trump con China y la que anuncia con la Unión
Europea son, sin duda, malas noticias. Los mercados reaccionan con bajas en la
bolsa de uno o dos puntos a cada anuncio y pronto todo regresa a una inquieta
normalidad. Por ello, la reacción de los mercados al triunfo inesperado en las
primarias presidenciales de la fórmula peronista de Alberto Fernández con Cristina
Kirchner de vicepresidenta en Argentina, no deja de sorprender.

Al obtener los Fernández una diferencia de más de 15 puntos sobre su rival, el


actual presidente Mauricio Macri, el indicador de riesgo del país subió 1900
puntos, superado solo por Venezuela; el peso argentino perdió —en una sola
jornada— una tercera parte de su cotización y la bolsa de valores la mitad de su
valor. Indicadores tan negativos ni siquiera se registraron a partir del famoso lunes
negro de 1929 cuando el Dow Jones perdió, en cuatro días, el 25 por ciento de su
valor.

Lo sucedido en Argentina parece más una huelga empresarial buscando reversar


las preferencias electorales, que un reflejo de la precariedad de la situación
económica que es innegable. Durante los primeros dos años de mandato, todo fue
viento en popa para el presidente Macri. Sus medidas de austeridad y recorte del
gasto público tras el levantamiento de la obligación de reintegrar las divisas y la
eliminación de las retenciones a las exportaciones que alimentaban al fisco. Todas
las medidas han sido muy aplaudidas por los mercados, pero resistidas por una
ciudadanía que se vio caer sensiblemente sus niveles de vida.

Si bien es cierto que al kirchnerismo le correspondió la parte alcista del mercado


internacional del petróleo y los productos básicos, durante el periodo de los
gobiernos de Néstor, primero, y después Cristina Kirchner, entre 2003 y 2015, la
pobreza se redujo en 73 por ciento, el producto interno bruto per cápita aumentó
42 por ciento y el desempleo se redujo considerablemente. El temor reflejado por
la reacción de los mercados luce por lo menos exagerado.

En contraste, a partir del segundo año de Macri, la pobreza y el desempleo han


aumentado significativamente, la tasa de interés está por encima del 70 por ciento
y la inflación ya va por el 54 por ciento anual. En 2018, el gobierno firmó un plan
de ajuste con el Fondo Monetario Internacional que le prestó a Argentina 57.000
millones de dólares, a cambio de severas medidas adicionales de austeridad.

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