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CRECIMIENTO ECONÓMICO
ECONOMÍA COLOMBIANA
IVÁN DUQUE
Por: Economía y Negocios
EL TIEMPO
05 de agosto 2019 , 07:57 a.m.
La economía se recupera, pero no impulsa el empleo. Así se sintetiza el
desempeño productivo del país en este primer año del gobierno de Iván Duque.
Tras caer a ritmos de 1,2 por ciento en el comienzo del 2017, el crecimiento
económico se ha venido recuperando. En el arranque de este año, la expansión
del producto interno bruto (PIB) llegó al 2,8 por ciento, y el indicador de
seguimiento de la economía del Dane (que anticipa la medición del PIB) alcanzó
en mayo un crecimiento de 3,1 por ciento.
Sin embargo, el desempleo, que llegó a su mínimo anual en julio del 2015, con
una tasa de 8,9 por ciento, desde entonces no deja de crecer. Al empezar el actual
gobierno, ya llevaba tres años de aumento, y el promedio de desocupación anual,
en junio, llegó a 10,1 por ciento.
Así, lo evidente es que la recuperación productiva aún no es la necesaria para que haya más
trabajo. El empleo exige un crecimiento todavía mayor, pero las expectativas se han
reducido en las últimas semanas. La razón principal, un entorno mundial que cada vez se
enrarece más.
El 2019 había arrancado en un ambiente de optimismo en las proyecciones de los analistas,
con generosos pronósticos de crecimiento. Inclusive, el Gobierno se lanzó a prever una
expansión de 3,6 por ciento. Con el paso de los meses, mientras el Gobierno ha mantenido
sin tocar su proyección, organismos internacionales y analistas de mercado han venido
recortando sus expectativas.
Para la muestra están los cambios recientes de los pronósticos de organismos como la Cepal
o el FMI, soportados en un entorno global turbulento que deteriora la economía de América
Latina.
Vale anotar que, en esas perspectivas, Colombia está entre las naciones que salen mejor
libradas, en comparación con las rebajas en las proyecciones que están haciendo para otros
países.
La Cepal, por ejemplo, vaticina un crecimiento de solo 0,5 por ciento para América Latina,
luego de estimar –en abril– que la región crecería a un ritmo de 1,3 por ciento, mientras que
el recorte para Colombia llega hasta el 3,1 por ciento.
El FMI es otro de los que hace una apuesta relativamente alta por el crecimiento económico
de Colombia: 3,4 por ciento, versus el 3,5 por ciento que estimaba hace tres meses.
De esta manera destacó el aguante del país frente al malestar global que aumenta por la
continuidad del choque comercial entre China y Estados Unidos, las perspectivas menos
favorables en la Unión Europea y una posible salida sin acuerdo de ese bloque por parte del
Reino Unido.
Dicha resistencia se refleja en una demanda de energía eléctrica que aumentó en junio 3,7
por ciento, frente al año anterior, o el impulso del crédito, con una cartera total que
aumentó 7,1 por ciento hasta mayo.
Por su lado, pese a que los ciudadanos manifiestan en las encuestas menor confianza, a la
vez aumentaron el gasto de los hogares 4,7 por ciento en el primer semestre del año, según
la firma Raddar. Solo en mayo, las ventas del comercio al por menor subieron 8,2 por
ciento, según el Dane, y en julio, las compras de carros nuevos se incrementaron en
18,3 por ciento, según los análisis de Fenalco y la Andi. Y hasta mayo, el crédito para
consumir aumentó en 11 por ciento.
¿Los datos positivos pueden evitar mayor desaceleración y estimular el empleo? Por lo
pronto, un punto a favor es la confianza manifestada por empresarios.
Los índices de confianza tanto de los comerciantes como de los industriales que mide
Fedesarrollo aumentaron en junio. Además, el barómetro de confianza de la firma EY
muestra que mientras el 47 por ciento de los ejecutivos consultados anticipan un aumento
en las líneas de negocio en sus empresas, el 70 por ciento prevé un alza en el número de
transacciones completadas en los próximos 12 meses.
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Bolivia, Brasil
Amazonas, Bolivia, Brasil, Incendios, intereses, madera, provocado, selva
Todos sabemos lo que está ocurriendo en las amazonas, pero pocos conocen los
grandes intereses económicos que hay detrás, que apuntan directamente a los
amigos empresarios del Presidente Brasileiro Jair Bolsonaro.
Esto explicaría porque Bolsonaro no hizo nada para frenar los incendios, incluso
no quiso enviar al Ejército hasta 20 días después, justo el 23 de agosto de 2019
envió al Ejército, cuando ya los incendios habían consumido todo lo que les
interesaba y ya estaban dentro del territorio de Bolivia.
INTERESES ECONÓMICOS
Resulta que todas estas áreas de Selva Amazónica que se están quemando en
Brasil son zonas protegidas, en las que no se pueden talar,cultivar ni explotar
zonas mineras.
Pero si se incendian, ya no hay selva, ni nada que proteger, por lo cual podrían
entrar las empresas madereras para talar todo, luego las empresas ganaderas y
de cultivo de soja, así como las mineras.
Ciertamente hay una gran sequía, pero es imposible que en una sola semana se
originen mas de 5.000 fuegos, justo en puntos estratégicos para dichas empresas.
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¿Qué tan objetivos son los mercados?
POR: CLARA LÓPEZ OBREGÓN | 2019/08/20 21:20