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Nuevo pacto en defensa de la vida

Las sociedades modernas son posibles, entre otras razones, porque existe un
pacto social implícito entre las poblaciones y el Estado. Bajo este pacto el Estado
se compromete a que nuestros derechos se cumplan y para ello desarrolla políticas
públicas que hagan posible solucionar los problemas que nos afectan. Las
poblaciones por su parte, se comprometen a ejercer su ciudadanía con los
respectivos deberes que esto supone.

Cuando los noticieros se llenan de noticias de violencia y muerte, nos


preguntamos ¿Qué hay de nuestro derecho a la vida? ¿Por qué no estamos siendo
protegidos? ¿Por qué el sistema de justicia no funciona con suficiente celeridad y
eficiencia para que los crímenes no queden impunes? Las mujeres abusadas
sexualmente y asesinadas son noticia diaria en el Perú y la actuación del gobierno
es casi nula, es como si el pacto social se quebrara para las mujeres, las niñas, las
jóvenes y la situación se agrava cuando se trata de la población LGTBI. Vivimos
en una sociedad violenta, machista y patriarcal, nuestros niños nacen y crecen en
esa violencia, nos damos cuenta, lo olemos y lo sentimos, pero muchas veces lo
callamos, y mientras más distantes están las poblaciones de las ciudades el silencio
es mayor, las denuncias son más débiles y la intervención del Estado casi
inexistente.

En una comunidad de Huancavelica una joven que aún no alcanza la


mayoría de edad apareció hace unas semanas con el rostro desfigurado por los
golpes propinados por su pareja tan joven como ella, ambos tienen un bebé de unos
seis meses. La joven declaró que se había caído y a los pocos días fue golpeada
nuevamente. La familia denunció e intervino la policía. El agresor cuando niño fue
testigo y víctima de la violencia de su padrastro.

En una comunidad de Ayacucho una niña de apenas 8 años juega en silencio,


esconde su rostro cuando la miramos, no conversa con nadie y sus dos hermanitos
más pequeños actúan igual, sospechamos que es porque su padre y madre pelean
con frecuencia, alcoholizados, a veces con cuchillos, según cuentan otros niños.

Con estas historias podríamos empapelar el palacio de gobierno, las hay en


cada cuadra, en cada comunidad, en cada familia extendida. Existir, ser ciudadana
y conocer nuestros derechos no es suficiente, como tampoco que haya defensorías
de la mujer y el niño en cada distrito. El problema de la violencia intrafamiliar es
demasiado grande, no es solo un problema de salud pública como lo declaró la
Organización Mundial de la Salud, es una pandemia que mata a muchas. Hace falta
urgentemente que la sociedad peruana suscriba un nuevo pacto para defender la
vida de las mujeres y las poblaciones LGTBI, un pacto donde se comprometa el
gobierno y todos sus sectores, pero también la empresa privada y toda la ciudadanía
sin distinción de edad ni género, porque los gritos salen por las ventanas, la sangre
se escurre debajo de las puertas y los cuerpos aparecen sin vida día tras día.

Texto adaptado de Mendoza, R. (05 de abril 2019). Nuevo pacto en defensa de la vida. RPP. Recuperado de
https://rpp.pe/columnistas/rossanamariamendozazapata/nuevo-pacto-en-defensa-de-la-vida-noticia-1190000

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