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ye solitarios (cuento, Premio Na- 70 anos de diario E/ Universo", >remio Nacional “Joaquin Galle- | 1992, al mejor libro publicado) de solitarios (colecci6n Multilibros, diario E/ Universo) : Una utopia para ej siglo XX (ensayo) oe nica mestiza del nuevo Pachakutik. eae eagecer del levantamiento indigena de 7990 al Ministerio Etnico de 1996 (ensa- yo) S Ccuento ecuatoriano de finales de! siglo xx (antologia critica) 4999 Me resulta imposible desarrollar un estudio aca- démico sobre mi propia obra narrativa desde mi pro- ia perspectiva critica, Por lo que, en esta secci6n me limiters a citar lo que la critica literaria ha sefialad sobre mis textos. Sobre Cuento a cuento cuento: Este es un libro juvenil que junto con Color de. hormiga, de Fernando Balseca, causaron una polém ca moraliste en Guayaquil. La mayoria de los juicios, co censuraban o aceptaban los temas de los cuentos; los unos, los atacaban por inmorales, los otros los defendian desde perspectivas liberales. : Fue Miguel Donoso Pareja, en su columna “Bit cora Latinoamericana”, quien puso la justa medida’: critica sobre el libro, en un articulo en el que sefala: —324-— ematicos débiles y esquematicamente abordados hasta la falta de autonomia literaria de los textos: —"..eS un conjunto de quince relatos que muestran, dentro de su inocencia narrativa y temdatica, muy grandes posibilidades de escritura. [...este libro...] nos presenta a un narrador con incuestionables posibili- dades, siempre que no se lo atpe demasiado por ’ consideraciones de su ‘corta edad’ y otras cuestiones extraliterarias”. z Sobre Daguerrotipo: Daguerrotipo revela la madurez del segundo paso, mas seguro, mas Itcido, pero no menos intenso. Y es que de intensidad se trata: una actitud lirica cruzando Slos linderos de la narraci6n y mostrando la gama de pasiones humanas que van de la ternura a la repug- “nancia, pasando por la decepcion y la suave tristeza I de jas despedidas. Un mundo de individuos y de gru- pos, de dramas vulgares y tragedias colectivas. Cecilia Ansa!do Sobre Mascaras para un concierto: El mayor mérito de “Los pecados veniales del Pa- dre Mera” es sin duda su protagonista: un joven cura 'de una acomodada parroquia que decide emprender ‘la tarea de terminar una iglesia que llevaba anos en construcci6n y se encuentra condicionado y manipu- lado por los intereses y ambiciones tanto de los feli- -gres®s como de los representantes eclesidsticos. El ‘personaje del Padre Mera llega a convertirse en el /Simbolo de! fracaso de todo proyecto puro y auténti- —325-— co, del creyente que sucumbe ante los poderosdlf . tal punto que termina cuestionando su fe, su auteh cidad, su limpieza de espiritu. ae ia “Mangas largas con los ojos de Helena” es tin® dudablemente un cuento flaubertiano. Helena? drama de tener que ‘disfrazarse de Papa Noel y, distreer a los clientes de ia tienda. Helena trabaja’ en ia seccion de ropa para caballeros; os conoce oi na de una pelicula romantica. E! gran mérito dels racion de estos personajes: seres nada excepcio-? nales y, por el contrario, bastante anodinos. otro? elemento iguaimente bien logrado es la atmosfera i asfixiante y cerrada que envuelve a Juan y a Heles na. Lo que pudo ser un drama o melodrama ro: méntico, 0 un azucarado cuento navidefo, se pre. senta como un texto que, al iguai que un escal. pelo, incide en Ja esencia descarnada de ciertas realideades y las desenmascara de su apariencia encubridora. Efectivamente, es la mascara el simbolo que record rre Ja mayoria de estos relatos, lo que les presta uni oscuro y dramatico espesor Itidico. Este sentido teat faciones U oficios que se hacen necesarios para so- previvir en una €poca signada, a la par, por la espe- i ranza ¥ la sordidez. No de otra manera actuan perso- najes como la prostitua de “Una marioneta extraviada Fen e escenario”, la desilusionada Alicia de “Dos JwiskyS SeCos y una mentira”, la empleadita de tienda de “Nlangas Jargas con los ojos de Helena”, el fraca- sado de “Juego de solitario y final”, ©] perplejo mili- tante politico de “Sebastian tiene tres mundos”. Per- ( sonajeS condenados a prestar su carne a los diversos ) papeles que la sociedad, convertida en demiurgo, les sasigna y a sustentar, al mismo tiempo, el atroz en- samblaje, la brutal escenografia de un mundo no de- seado, irracional, hostil. fed Despiadada visi6n de Guayaquil de los afios ochenta, Mascaras para un concierto, dentro de su singular aporte nos remitse una y otra vez a Jos limites ' de nuestra sociedad y nuestra época: Antes, [dice el protagonista de “Juego de solitario y final") la gente paseaba por las amplias aceras tomando helado y exhibiendo una moda recién importada, las vitrinas de los al- macenes se mostraban con impudicia en constantes ofertas y Promociones. Esta noche [...] veo a las personas repletas de poses y cubiertas de mdscaras al final de una fiesta, con los trajes arrugados y los peinados caidos, los pies ampollados y la boca agria. Final del concierto, término de temporada. Francisco Proano Arandi —327— Sobre Solo de palabras: sus condiciones de buen narrador, con gran domif de los recursos literarios, agudeza para adentrarge la subjetividad de los personajes, agilidad para deegal .frollar los problemas escabrosos y complejos y dangaie finales sorpresivos y exactos. ne quil, concretamente, en algunas narraciones) yi las multiples acechanzas que la acosan en un #¢ ciales. La violencia politica, las fricciones de la pareja absurdo doméstico © publico, la religion, son matenge de Solo de palabras, que conforman como los éi A dedos de un pufio que aprietan la existencia del hd bre contemporaneo. experimental, diferente, al permitirles a los person: jes un diélogo por encima de sus propias historias, Ug relato a dos voces sobre el encuentro amoroso day hombre y la mujer y el esfuerzo, desde el Principipl derrotado, de constituir una pareja en términos equ ie adentran en sus roles, se engafian, se desaman. Pero hay mucho puesto para precupaciones literarias —328-— a trador; una conciencia de que cada personaje —como cada lector— tiene una versi6én propia de los hechos; Sun admitir que la vida puede vivirse como mero pre- {texto para escribir. Concluyo reconociéndole al relato madurez literaria y humana. Cecilia Ansaldo [En “Apocalipticos de parque”] se agita veloz, pinto- resca, tragica también, la vida del Parque Centenario de “Guayaquil, een por una serie de personajes ca- In orbe lumpenizado y muy reconocible, quienes espe- ‘tan, conforme a la exaltada prédica de un pastor evan- igélico, nada menos que e! fin del mundo. Pero alli, en esa escena apocaliptica pero de muchos modos familiar, uotidiana, en la que solo el sin-sentido parece primar, o icho de otro modo la falta de una historia que sea me- nos precaria que la existencia de esos seres carentes de pasado, unidos apenas por los delgados hilos de un *eterno presente, irrumpe entonces, férrea, segura, la “mano de un narrador muy dueno de sus recursos, que :ordena aquel sinsentido, que lo dota, ahora, gracias a un desenlace previsto pero preciso y necesario, de la histo- tia que le faltaba al mundillo aquel para que pudiese ser | interpretado por nosotros, para que nosotros, los lectores E Veamos que ese fin del mundo tan decantado por el I pastor, no era sino el fin de un modo concreto aunque andonimo, esto es, el fin de la vida concreta y anénima de uno de los personajes del parque. Abd6n Ubidia —329— derecha; que permite ahondar al autor en mantiples: 5 ae asertos de conciencia: a Todos tenemos un caos en el que vivimos y es comox: ser santos fuera el resultado de declararse pecadores Sobre Fiesta de solitarios: Fiesta de solitarios deberia aparecer con u advertencia para lectores sobrios y seguros de mismos: entrearle a estos relatos es incursionar en? el territorio de la transgresién. Y no se trata preci: de lo convencional, =| hipécrita ejercicio de fa coti. samente por la soledad que sus personajes com- parten. Pero, lo mas destacable del libro, tiene que ver con la gran sensibilidad que Vallejo emplea al sumergirnos en mundos diversos y no oficiales. Cada personaje, no importa su género o preferen- ‘cia sexual, busca la comprensi6én y la compafia “mientras que Vallejo revela la fragilidad de cada : uno. Fiesta de solitarios trasciende nuestros limites y encasillamientos artificiales, desnudandonos frente a nuestra soledad comin, y, de esa soledad, “Vallejo hace posible la solidaridad entre seres hu- :Mmanos capaces de acercarse(nos) y entender- se(nos) sin tener miedo por sus (nuestras) diferen- cias. Michael Handelsman Department of Latin American Studies University of Tennessee “La noche por partida doble” conjuga la Iidica busqueda de placeres erdticos —en fetiches y aberra- ciones— de los privilegiados, con el ansia igualmente obstinada —de comunicacién y ternura— que se da en —331— entes fatalmente marginados, mercantilmente PF tuidos. El dominio en las técnicas del cuento y |jq dive si6én que se intuye en su escritura es la impresién aa emana de Fiesta de solitarios. Es una Propuesta juego, de laberinto a través de conflictos humano: que envuelve al lector y le engancha a la lectura d de el principio. [...] El lector obtiene lo que buse; sorpresa 0 comprensi6n final del “gancho” que sips nen las primeras lineas [...como en...] “Cielo en susig (de estupendo titulo) —relato fantastico del libro ai demuestra la capacidad de indagar diferentes Po: lidades literarias de acuerdo a las necesidades en trazo de un personaje u otro, de una u otra situacig Begofia Huertas Uhage Premio Casa de las Américas de ensayo, 1993' de la superaci6n de esa identidad en un todo aglutine lo que la cultura se ha encargado de sep; y estratificar en mundos estancos: lo masculino femenino. —332-— j Hay algunos cuentos del libro Fiesta de solita- fios de Raul Vallejo que nos obligan a reconocer la lpresencia dolorosa de mujeres atrapadas en cuer- Pp0s cle hombres, viejos encarcelados por el ansia i cuerpos jovenes, en fin, seres atrapados por la Sgoledad que produce Ja falta de una definicién ca- pal en el intercambio de los cuerpos. Definitivamente, los cuerpos juegan un papel reponderante en Jos cuentos de Vallejo; como prueba de ello, vernos en “Lefia de soledad(es)” los tretratoS mentales de una pareja momentos antes de mostrarse en mutua desnudez; o de ese cuerpo Tque la mujer presta a su amante en “Reestreno de VMagdalena”, cuya desnudez le produce ganas de Rliorar. En el cuento “Cielo en suelo” nos enfrenta- » mos ante la pesadez de un cuerpo caido al vacio. En “Dialogo breve del amor menor” los lectores Asistimos, azorados, a una confesién de mutuas infidelidades de un matrimonio cuando sus cuerpos no siempre se pertenecieron. Pero una de las instancias dramaticas en Fiesta Ye solitarios se refiere a los cuerpos de homose- Xuales y travestis. Vallejo nos conduce a mirar la fealidad nocturna de esas personas, territorializa- “das en lo marginal, de esos cuerpos de hombres/ jimujeres que existen “entre la repugnacia y la curio- lida, entre el respeto a la norma y e! placer por lo idistinto”. Asistimos a situaciones dramAaticas, cuan- do en “Cristina, envuelto por la noche”, un travesti oe que morira en la busqueda del amor ise mira en el espejo: “compruebas que estas es- Pe pero también que eres extrana"; 0 cuando len “Te escribiré de Paris” el narrador apunta: “So- i —333— mos angeles expulsados de un paraiso en el'q nunca estuvimos” Fernando Balsecs!!! Universidad Andina Simén Bolfvar La pieza que inicia el volumen, “Los paseos aluct: nados del profesor Reina”, es al mismo tiempo narra cién magistral, alarde de técnica y poesia, y fina ri diografia de la soledad y el homosexualismo. Del veredicto del jurado de! concurso nacional de cuento# “70 afios de E! Universo”, conformado port Rafael Diaz Icaza, ignacio Carvallo Seale y Jorge | constituye una audaz incursi6n en ia “otredad”, mundo de los sexualmente marginados, reveland todos !os seres. [...] Desde el primer parrafo del m: gistral relato, el personaje protagénico en prime persona, confiesa su vojuntad de huida del mundo las relaciones ordinarias. Eliécer Carden: Si la capacidad narrativa de Raul Vallejo se re; vela madura en todas estas incursiones a los te: rritorios prohibidos por la pacata moral de las apasy riencias, en la ultima pieza del libro alcanza una jerarquia pocas veces lograda en Ia literatura jovel -334— ® (del Ecuador. “Te escribiré de Paris” titula el cuento ,que cierra el libro, y facilmente Ilenaria las condi- ciones de la novela breve porque en su proporci6n By estructura se perfilan algunas lineas de acci6n ique han sido apenas insinuadas. Pero no le intere- isd a Rau! aprovechar tales posibilidades: dando AK pruebas de sensatez y dominio del oficio, se con- icentré6 en la historia principal para cargarla de in- | tensidad, sin recurrir a trucos del lenguaje ni a la vana retérica [...] Supo conservar las proporciones may refrenar la tentaci6én de la desmesura: logr6é una ijimpia historia de amor, que no por ser amor ho- mosexual resulta menos auténtico que el amor U snormal”. Fernando Tinajero Vallejo explora la noche de dos ciudades, Guaya- .:quil y Quito: el mundo desdoblado de la modernidad. || Seres androginos desfilan por sus paginas, dispues- tos a confrontar su radical marginamiento, su penum- | bra. Pero no es solo la fauna de la noche lo que le ‘interesa, sino todos los seres solos: los matrimonios | rotos en ei filo de vidrio de la tragedia urbana, los bu- rocratas que alimentan el vano suefo de la libertad i para siempre perdida. Dos cuentos en este sentido son paradigmati- cos: “Cielo en suelo” (discrepo del titulo) breve e intenso relato en torno al esfuerzo libertario y sin | esperanza de un burécrata, y “Te escribiré de Pa- ris”, que inquiere en el nivel de la transgresi6n, o sea en el Ssustrato mismo de la existencia humana, si es cierto que esta se sustenta desde su origen —-335— mitolégico en lo prohibido (materia de la tra humana, como lo entendieron ya los griegos). Francisco Proafio Te Sus ya viejos temas, la soledad y la comedia, os ademas sus procedimientos narrativos, antes exp! mentales y tentativos, adquieren en Fiesta de solita rios su mejor expresi6n. [...] Mondélogos interiore: didlogos, epistolas fragmentadas en e! seno de dis cursos memoriosos, descripciones sesgadas, en vistas que dotan al texto de niveles de sentido solo se descubren ai final, son, entre tantos otros! esos recursos que confieren a sus relatos un al sostenido... “Destellos en el mar” es una evocaci6n suma: mente lirica y de fuerte dramatismo. Un magistral cuento de infancia y juventud, en e! que el esplendor: del paisaje marino y la maravilla de! descubrimiento-7; de la vida y la amistad estan, sin embargo, marcados? por el destino tragico y !a presencia ineludible dela muerte. Jorge Davila Vazquée: Desde el titulo —Fiesta de solitarios— hay un suti rg discreto desafio a descubrir el sentido de lo aparen- temente contradictorio. Digo fiesta, por eso, y leo tiempo, pero también solemnidad, ceremonia, ritual de solitarios. Y como este tiempo, nuestro tiempo esi} de solitarios, Rati! Vallejo ha escrito esta ceremonia; | —336— Jesta liturgia, estos cuentos que, buscando la senci- yillez, expresan esa “sensibilidad de fin de siglo”, de la i ique habla Julio Ortega, que en ciertos casos —y el de ‘Ratil ©€S uno de ellos— da cuenta “de la cotidianidad como excepcional, de lo trivial como ritual” y, en defi- nitiva, “de la experiencia de este fin de siglo”, como el _reino de la diversidad y lo fronterizo, de lo dialégico, de los bordes y la asimilaci6én de lo otro donde —tanto , apocalipticos como integrados— viven su fiesta “como incertidumbre”, es verdad, pero también “como desa- fio”. Sin sobresaltos y paso seguro, Raul Vallejo ha » llegado hasta aq Dejemos que nos envuelva su ri- ‘ tual, su conjetural epifania. Miguel Donoso Pareja Final Para una visi6n bastante completa de mi obra na- rrativa, remito al lector al estudio introductorio escrito- por Jorge Davila Vazquez para la antologia personal Mania de contar, en esta Coleccién Antares, # 63. Temas para trabajo de los estudiantes 1. Desentranhar el sentido del parrafo final del cuento. 2. Debatir acerca de la condici6n solitaria de los per- sonajes. 3. Analizar el valor simbdolico de “cazar cangrejos”. 4. Reflexionar acerca del sentido de la amistad, se- gtin Io plantea el cuento. —337-— t 5. Desde una narracion fantastica, construir una his: toria en la que Cristébal Colon Intriago ayuda Chechitl en una situacion peligrosa. a Trabajos citados Ansaldo, Cecilia. “Contratapa”, en Ratil Valiejo, Da- guerrotipo. Guayaquil: CCE, nucleo del Guayas, 1976. “Se trata de las palabras...". Tiempo libre (Gua- yaquil) (abril 1989): 40A. Arias, Raul. “Solo de palabras". Diners (Quito) 89 (octubre 1989): 77. Balseca, Fernando. “Para la historia de nuestros ‘if cuerpos”. Matapalo, suplemento literario de EI Te. légrafo (Guayaquil) (23 agosto 1992): 4. Cardenas, Eliécer. “El personaje de la actual narrativa ecuatoriana”. Letras del Ecuador (Quito) 181 (ene ro 1998): 60-3. Davila Vazquez, Jorge. “Estudio introductorio”, et Raul Vallejo, Mania de contar. Quito: Libresa 1991. “Fiesta de solitarios”. Libroteca (Quito) 11. (agosto-setiembre 1992):8-9. Donoso Pareja, Miguel. “Cuento a cuento cuento”. El dia (México DF) (5 julio 1977). Espinel, tleana. “Solo de palabras”. E/ Universo (Gua- yaquil) (5 mayo 1989). Huertas Uhag6n, Begofa. “Breve fiesta de comenta- rios". Letras del Ecuador (Quito) 181 (enero 1998): 30-1. Proafio Arandi, Francisco. “Méscaras para un con-' cierto”. Palabra suelta (Quito) 1 (1987): 49. —338— - “Inquisicién en el mal". Hoy (Quito) (22 di- ciembre 1992). Ubidia, AbdGn. “La trampa de los sentidos”. Matapalo, suplemento literario de E/ Telégrafo (Guayaquil) (12 marzo 1989): 6. “Vailejo y el pais de Fiesta de solitarios”. | Matapalo, suplemento literario de E/ Telégrafo ! (Guayaquil) (6 diciembre 1992). Tinajero, Fernando. “Epitome de la soledad companti- da”. Hoy (Quito) (24 enero 1993): 4c. Zambrano, Jeannine. “Mascaras para un concierto, \a otra cotidianidad”. Cuadernos (Guayaquil) 14 (se- tiembre 1987): 46-8. —33S— Raul Vallejo Mania de contar Muestrario de cuentos 1976-2001 Estudio introductorio de Juan Carlos Moya : ig a p» Este libro se escribis para tt protegelo d fa fotoco: SEE) MANIA DE CONTAR/Muestrario de cuentos, 1976-2001 Ratil Vallejo \wew.raulvallejo.com Derechos reservados conforme a la ley LIBRESA wrew.libresa.com Murgeén Oc3-10 entre Jorge Juan y Ulloa P.O. Box 1701-356 E-mail: libresa@libresa.com Telfs.: (593-2) 2230925 2525581 Quiro-Ecuador Fax: 2502992 Cubierta: Felipe Nacaro Edicién: Estuardo Vallejo Supervision editorial: Miguel Vallejo ISBN 978-9978-49-360-1 Inscripcién N° 5682 Depésito legal N° 319 Segunda edicién en Antares: 2.000 ejemplares Este libro se acabé de imprimir en los talleres de “Editorial Ecuador F.B.T. Cia. Ltda.” Santiago OF 2-131, entre Manuel Larrea y Versalles. E-mail: editecua@ interactive.netec, Telfs. (593-2) 2528492 2228636, Fax: 2227551, Quito, agosto de 2009. INDICE Estudio introductorio. Los desaparecidos de dona Tarsila Terreros aa Fl Ultimo vuelo de papa 7 Algunos juicios criticos 37 Cronologia ... 42 Bibliografia recomendada. 48 Temas para trabajo de los estudiantes... sO Mania de contar Huellas de amor eterno (2000) Axs amatoria .... hl Hombre azorado, con palabras a punto de Manto... 3 El virus del Génesis. 73 é Fiesta de solitarios (1992) Repti (L) 4piz.. 81 Los paseos alucinados del Profesor Reina 82 Destellos en el mar 93 104 Cristina, envuelto por la noche.... 107 Solo de palabras (1988) Los borradores de Adriana Piel.... 117 t Con una pequefia ayuda de mis amigos . 133 Apocalipticos de parque .... 153 ' Una experiencia de santidad 161 i Mascaras para un concierto (1986) ; Los pecados veniales del Padre Mera 191 i Dos whiskys secos y una mentira 203 § Volveran las oscuras golondrinas 207 £ Suceso de barrio 212 i Retorno del hielero solo 228 7 Redoblan tambores, retamban tumbas 231 f eo La broma Vuelve a leer el mensaje garabateado sobre el espejo del bafio y no lo puede creer. Su sonrisa co- queta y resplandeciente de anoche es en esta maiia- nla una mueca pdlida y de chuchaqui. ¢Cémo se lo contaré a Rocio? Como todas las personas dedica- 2s a pasarse de la raya nunca se imagind que algo asi pudiera sucederle, aunque en el rincén de sus rieGcs lo hubiera esperado, con resignacién y fata- lidaa, desde que empezé a llenar sus noches solita- rias con hombres de ocasién. Preferible la muerte antes que el sufrimiento. . Solo tendré que decirle que no funcioné y pun- to. Sale del bafio y contempla las sAbanas sudadas y revueltas, el edredén tirado sobre la alfombra del piso, las almohadas una encima de otra. ¢A dénde se habra ido ese desgraciado? De pie, en la habita- cién solitaria, recuerda que se fue a la cama con Al- berto pensando en otra cosa, Siempre que se metia en la cama con alguien que no era de su agrado pensaba en otra cosa, pero ahora mas. Con la cara de tonto que tiene, equién lo iba a suponer? Esta revelacién tal vez sea mi oportunidad para abando- narlo todo. -104- Al instante en que él murmuraba que te habia deseado desde que te vi con esa minifalda negra y abierta atras, y mas estupideces de rigor, yo no de- jaba de pensar en la broma planeada Con Rocio. Se lo escribes en el espejo del bafio y verds cémo se pone; de seguro vendra espantado a mi. No soporta sentirse estafada. La culpa es de Rocio porque ella fue la que me lo presenté. Te admira tanto, me cuenteé la muy alcahueta. En un arranque de ira empieza a desbaratar el cuarto. Las lamparas del velador quedan la una por la puerta de entrada, la otra medio derrengada en una esquina. Las cenizas de los ceniceros estan des- perdigadas y todavia revolotean por la habitacién aun en penumbra a pesar del sol mafanero impedi- do de entrar por las cortinas black out que cuelgan impavidas ante el escandalo. La Biblia de los Ge- deones, descuajaringada sobre la cémoda, se ha quedado sin ningun consuelo que ofrecer. Mas sola que nunca y, ademas, mujerzuela marcada. Defini- tivamente, esto tiene que acabarse y mientras mas pronto mejor porque después uma sé arrepiente y ya no pasa nada. Regresa al bafio y sin mirar hacia el espejo lega hasta la tina y abre las aves de agua. Encuentra Io que busca en la cartera de los afeites y se sient: so- bre la taza del escusado a esperar que se Mene la ti- na. Un viaje; el ultimo viaje; libre al fin y flotando; eso es lo que necesito. Olvidar a los hombres que me presenta Rocio. Olvidar sus caricias mondtonas y sus palabras repetidas sin una pizca de imagina- cién: Maria José, la muchacha disponible; la que tiene nombre de boutique y piernas de bailarina. Ata- rantada y atolondrada, que es como decir dos veces loca: se van a acordar de mi. Dentro de la tina a medio Nenar parece calmar- se. El agua tibia afloja la tensién de sus caderas, le acaricia como nadie sus piernas largas. Contempla sus mufiecas y vuelve a pensar en Rocio. Conversa- ron sobre si valia la pena o no. Tengo que darle una leccién a ese tonto de Alberto, mi amigo de viejos -105- tiempos, comenté Rocio, y ti me ayudaras. Acepta., ras acostarte con él gno lo has visto cémo babea | por ti? —-un pequefio sacrificio por una gran ami- ga—, y, a la mafiana siguiente, sin que él se dé cuenta, escribirds en el espejo del bafio con lapiz de labio: Bienvenido al mundo del SIDA, y te marcharas. Pero no se marché. Sofiadora y sentimental, que es como decir dos veces tonta, escribié lo con- venido solo para no defraudar a Rocio puesto que, al momento de hacerlo, las caricias de la noche an- terior todavia jugueteaban diestras sobre su piel. Regres6é a la cama y volvid a quedarse dormida. Es : tan rico estar acurrucada asi. Por eso, al despertar, encontrarse sola e ir al bafio, no pudo creer que junto a la frase escrita por ella, Alberto hubiera afadido: hace avios que vivo en él. Y, mientras sus mufiecas, sumergidas en la tina al fin liena, tifien el agua de rojo, y Maria José se en. trega a un dclicioso desvanecimiento, al viaje hacia la libertad que tantas veces habia sofado, en otro lugar, Rocio y Alberto, sin una pequefia idea siquie- ra de lo que esta sucediendo en la habitacién del ? hotel, se acarician como en los viejos tiempos y se rien a carcajadas de lo bien que resulté la broma que le jugaron a esa muchacha dos veces loca y dos veces tonta, con nombre de boutique y piernas de bailarina. -106- Cristina, envuelto por la noche Para los hombres soy Flermes y Cipris para las mujeres; Wevo los stmbolos de ris dos padres. Por ello me han colocado, criatura equivoca, en estos batios a donde acuden hombres y mujeres. Anénimo, Antologia paulatina Parecia muerta; um cadaver abandonado a su suerte, uma rubia asesinada por el machuchin. A las cinco de la mafiana, la ciudad se despereza aturdida por el trajin de los seres engendrados por la noche. Bocarriba, la cabeza ladeada hacia la izquierda y el pelo alborotado revelando el negro de sus rai- ces; los brazos sobre la cara como en un Ultimo gesto de proteccién; la pierna derecha ligeramente recogida y la otra, suelta, rendida ante los golpes. Los honéstos ciudadanos del dia, pensando qué bueno que no fue a mi y qué linda la muchacha, es- pectaban a prudente distancia la tarea de los policias. El pantalon chicle, blanco, cubierto de tierra y la blasa‘r negra desgarrada por la ira; el p6mulo dere- cho hinchado, la sangre coagulada alrededor de los labios » una herida profunda en el bajo vientre ocasionada por arma blanca, segan el posterior parte policial, tes- tificaban el desammparo. El patrullero partié hacia el hodspital y en la vereda quedaron regados un charco -107- Le dices a tu segundo lo que habran de hacexi} el explosivo plastico rompera la puerta y eso les daz} ré veinte segundos de ventaja, enseguida entraran los:/4 cuatro de asalto (...70es de la democracia, de la pax que! anhelamos, de la Pair...) y yo, que rescataré a la victi- ma aprovechando que ustedes me cubren (...¢ctima inocente de los que han sembrado el odio, de la antipatr, si esto no sucede en cuarenta y cinco segundos es. tamos perdidos (..remos combatiendo a la subversion.” donde quiera que ésta amenace la que debe ser imperturbable * paz de los ciudada...). El oy6 la explosién y supo que estaba perdido, después ya no supo mas. Los terroristas asesinaron al industrial cuando la brigada de rescate volo la puerta, asegura el informe de la policia. «3 Usted cree que tuvieron tienmpo de hacer algo, sertor director? Es verdad. que quien interpone la duda es el padre de uno de ellos, pe- yo...» —o algo asi escribi en la carta que envié al pe- riddico y nunca publicaron—. Entonces te topaste con Luis, teniente Acosta, y ambos recuerdan atropelladamente que con al- guien jugaron al en t casa mataron un chancho, al tiki= m4n, que ayudaron y fueron ayudados en los’ examenes del colegio, que una tarde cémplice hun- dieron por primera vez sus sexos urgentes entre los pliegues ruinosos de una mujer barata y que la puta vida los deja como si estuvieran desnudos, con la mueca de sorpresa y el engarrotarmiento de todos los misculos de sus cuerpos que ahora yacen de- sangrandose, respondiendo con exactitud a todas: sus dudas (...decoracién al mérito nacional en la persona abnegada y valerosa de la vivd...). La mia, esera disipada regresando al principio de éstas que fueron paginas en blanco y volviendo a escribirlo todo de nuevo,: de manera diferente, de manera exacta con sober- bia, o ser4 disipada por la precisi6n de mi pulso cuando el cafidén de la pistola esté pegado a mi sien? -152- Apocalipticos de parque Bienaventurado el que ley los que oyen las palabras de esta profecta, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo estd cerca. Ap. 1.3 El fin del mundo fue sefialado, con rigor y en- tusiasmo, para este domingo a las siete en punto de la noche y él queria ser uno de los ciento cuarenta y cuatro mil elegicios para la salvacién. Sélo tenia que demostrar su fe y recibir el bautizo de Jehova. El domingo de tarde el Parque se viste de fies- ta. Los seres que lo habitan estan dispuestos a ser parte de un espectaculo jamas ensayado pero tan exacto como la quema de afios viejos, con luces de bengala y faroles, cada treinta y uno de diciembre. Es el Dia del Sefior y existe quien ofrece su mejor repertorio de pasillos y zambas: una veterana llamada Clarita, pelo rubioxigenado, cara embadur- nada de colorete, que utiliza todo objeto falico como micr6fono y combina con dicha chistes obscenos y gestos provocadores. Dicen que fue abadesa de una casa de putas que nunca conocié dias mejores, di- cen que particip6 en todo concurso de canto para aficionados que promoviera Radio Cristal, dicen que -153- Se vivid cinco afios bajo la cobija de un comerciante-| que, quebrado, se mand6é cambiar a Miami. Hf: Escuché la profecia, después del concierto de Clarita, sentado en una de las bancas frente a la Co- » lumna de los Proéceres; cuando llegé a su casa, lue- go de que Margarita lo fuera a recoger al Parque, le pidié que hoy lo acompafiara y ahora la oye chas quear la lengua y decir «jMierda!», mientras se va no sabe a dénde. ; Ella le ha contado la vida del Parque y él lo co- moce por cada uno de sus midos, como conoce el valor de cada moneda por el sonido que emite al caer dentro del tarro que estaciona a su lado espe- xando la generosidad del préjimo. En domingo, los corazones se ablandan y, junto con las monedas, también caen billetes de cinco sucres que reconoce porque son una mezcla de sudores y estén arruga- dos y humedos. En este dia de oracién, el sombrero de Alejan- dro, el equilibrista, también se repleta de monedas y. billetes chicos. Es pequefio, rubiajo y un abrazo su- yo bien podzia triturar un par de Costillas a cual." quiera. Se amuncia como el Principe Alexevich y desde une de las cooperativas formadas al calor dé las invasiones de tierra en Mapasingue carga con doce tacos de balsa que en e] Parque coloca uno sobre otro formando dos columnas iguales, encima de las que se levanta apoyado en sus brazos, como dando gracias al cielo con los pies; en esta posicién desciende echando a un lado un par de tucos a la vez hasta que sus manos se asientan sobre el pavi- } mento. Entre la espera a que se rompa la crisma y el asormbso, transcurren quince minutos después de los cuales él Principe Alexevich recoge la propina de los transeuntes. Lo siente caminar con rapidez de aqui para alla en el mismo momento en que un sonido de aplau-} sos al otro lado del Parque indica que el Principe ha | terminado su acto, alabado sea Jehovd que reina sobre las} doce tribus de Israel, supone que la gente lo rodea yj oye entre atenta y burlona, alabado sea Jehovd que ba-| 46a I Jara de los cielos a juzgar a los hombres el dia del Juicio que es hoy, mientras el Pastor sostiene una Biblia en la mano izquierda y gesticula furioso con la otra, de- rrochando premoniciones, esta escrito que serd feliz quien escuche estas palabras pues el fin de los tiempos esta cerca, a va vuelta de la esquina, la voz enronquecida por el es- fuerzo y el gesto armenazante; se detiene de pronto y clava sus ojos enardecidos en el rostro macilento de sus fieles, arrepiéntanse antes de que sea demasiado tarde, solo Jehovdé salva, solo Jehovd salva, aleluya, por siem- pre aleluya. : Jehova ama a sus criaturas y les da aliento aun- que escuchen su palabra de lejos y sin mucha aten- cié6n. Con el tiempo detenido en el surco de sus arrugas, los fotégrafos se mueven Agiles acomo- dando nifios inquietos, de pelo domefiado por kilos de brillantina en los caballitos frente a la lente de sus cajas de madera; dan indicaciones rapidas a los enamorados que salen sonrientes y abrazados de- Jante de un paisaje dibujado en tela, retocan con co- lores brillantes las fotos de los comscriptos que, aprovechando estar francos, encuentran en ellas un regalo ideal en el que, generalmente hacen perpe- tuar con acuarela 4 wt madrecita querida. Estan los admiradores de Clarita, los espectadozres del Princi- pe Alexevich, los conscriptros framcos, los fieles se- guidores, escuchando las profecias Gel Pastor, ¢/ mundo esta corrupto, Sodoma_y Gomorra han vuelto para la perdicién de los hombres; el hombre se emborracha, la mujer traiciona al marido, los hijos se entregan a la droga, solo Je- hovd salva, arrepiéntanse antes de que legue el fin, y Pedro en la banca, con los oidos abiertos, Nenando su es- pirita con el rostro del divino Pastor, al que munca ha visto pero imagina rigido y liviano como la pie- dra pémez, encendido y vibrante como una olla hirviendo, decidido como un vaso que, arrojado hacia una pared, se hace mil pedazos, porque Megado e! dia los paraliticos camtnardn, los mudos hablaran, los sordos escuchardn, los tontos asombrardn a los sabios y los ciegos verdn la lux del dia gritando todos aleluya a Jehovd, dejan- do que su cuerpo atrape la promesa de redencién -155- que flota en el aire; adivinando el rostro de Margati- ta, que estara rabiando porque le falta fe, la vida de estos seres del Parque que los siente su familia, el mundo de colores que para él es un inmenso y de- solado espacio de sombras, hurgando la posibilidad de caminar sin lazarillos y saber de la noche y del dia ya no por el calor de Ia piel, ya no por el viento que azota su cara, abandonandose a la purificacién de su alma, e/ séptizzo angel ha tocado /a ultima trompeta, tomé el librito que me pasaba el angel y me lo com. En mi boca era dulce, como la miel, pero cuando terminé de comerlo se volvié amareo en mi estémago, sintiendo que las pala- bras del Pastor estaban dirigidas especialmente a él, anhelando ser salvo, revolviéndose inquieto en su puesto, golpeando con su bastén el suelo a cada grito de aleluya que daba la multitud, dejandose lle- var y percibiendo al cielo como una cama suave, como quintales de algodén esparcidos sobre un pe- tate, poniéndose de pie y caminando, guiado por su bastén, hasta donde el Pastor, que detenido y mi- rando al cielo, lo esperaba con los brazos abiertos; cuando se produce el encuentro, todos creen verla, una aureola de luz protege los cuerpos fundidos, je habré de salvarte, Jehova habré de salvarte, Jehovd querré que veas, pero tienes que arrepentirte, aleluya, aleluya, Jeho- vad sana porque perdona, grita tus pecados y sercis salvo. Pedro esta junto al Pastor y es el centro de la atencién; cuando se dispone a hablar llega Margari- ta y grita ~—jCAllese tio! ;Aléjese de ese farsante! Pedro deshace el abrazo, gira su cabeza hacia donde oyé el grito e imagina el rostro arrugado de la sobrina, las manos bailando en el aire para refor- zar sus palabras; vuelve el rostro hacia donde siente el aire caliente y los jadeos del Pastor; tambalea sin decidir para dénde moverse. —jQue nadie le crea! jQue nadie la escuche! {Que los oidos se cierren a las palabras de Satanas en forma de hembra! El Pastor defiende a sus fieles, gesticula y blande la Brb/ia; camina copando el espacio de los -156- ue le atienden; sefiala a Margarita que, para los se- jdores del Pastor, despide un hedor a azufre. ge —jUstedes son las ovejas y ella la cabra, uste- ges son salvos por su fe y clla condenada por estar faera delrebafio! : _—Venga conmigo tio y déjese de ofr estupide- ¢ —erita otra vez Margarita y avanza sin fijarse Ja gente ya se ha parado y rodea a su profeta. Tos brazos del Pastor se apoderan de los hombros de Pedro, lo sacuden ligerarmente y el cie- Ordecide que un milagro esta por suceder, que ya 8° necesitar4 del brazo de su sobrina para andar, de gus OjOS para reconocer gentes y cosas, de su voz ca y chillona describiéndole el mundo. ““No te vayas porque Jehova obrara a través de mi en tus ojos; porque el espiritu de Charles Ta- cS Russel, el Fundador, y de Frederick Frankz, nuestro actual profeta, estan vigilantes para tu sal- vacion. Margarita quiere abrirse camino en medio del bosque de gente que protege al Pastor, pero la mul- did esta abigarrada alrededor de su profeta y no concede un resquicio para nadie. El duedo dei tiro al blanco, la vendedora de canguil, el betunero, los que ofrecen globos, gafas para él sol, brocha china, hijos predilectos del Parque, también se han junta- do para comprobar que Dios existe y que el final del mundo es hoy domingo. Quieren sonreir viendo el forcejeo de Margari- ta que trata de rescatar a su tio, quieren participar de la fiesta de este domingo que huele a jabén de rosas y sdnduche de chancho, como todos. Una cancién acalla rumores de infieles y Margarita se de- tiene. —Jehova nos salvara, jaleluya! Jehova es nues- tra fuerza jaleluya! Jehova nos protege porque es- tamos contra todos jaleluya! jaleluya! El Pastor es duefio de la situacién y dirige el cantico de su rebafo que espera la sefial de lo alto para reafirmar su fe. Los dedos de la mano del Pas- tor tocan los parpados cerrados de Pedro y le recita ce: que ron -157- con voz que crece estentérea en aquel rincén del. Parque: —Jehova te arrebata del reino de las sombras porque quiere que contemples su Megada jaleluyal | Jehovaé te arrebata del reino de la noche porque | quiere que cantes su grandeza jaleluya! Jehova te devuelve la luz del dia porque quiere que su nom- bre glorifiques jaleluyal!, jaleluya! Margarita zompe el cinturén de testigos del mi- lagro de Jehova y coge del brazo a Pedro arreba- tandoselo al éxtasis del Pastor. —jVéngase conmigo, tio! Pedro siente que un hierro caliente lo ha que- mado; que el mundo de las sombras nuevamente lo hha sometido, que la esperanza se ha quebrado, que la sefial del cielo no aparecera esta tarde. —jSuélrame, puta! —-y trastrabilla al zafarse de la mano de Margarita. —jSuéltalo, puta! —le espeta el Pastor. Puta! jPuta! jPuta! jSuéltalo en nombre de Jehova! jAieluya! —-corean las ovejas del rebafio que sera salvo. Margarita se aleja viendo cémo su tio es levan- tado del suelo por el Pastor; empieza a correr cuan- do se pasa la mano por la frente y la sangre le mancha los dedos; y mientras corre las piedras caen 2 su lado, en su espalda o en su hombro. Los admiradores de Clarita, los espectadores del Principe Alexevich, los conscriptos francos y el resto de los habitantes inimaginables. del Parque aplauden y rien y se dan por satisfechos de este domingo. —CAllense pecadores —-amenaza el Pastor—, callen que el fin est4 cerca y el signo de Jehova ha Megado: los ciegos veran, los paraliticos Caminaran, la estéril concebiraé un hijo. —jAleluyal jAleluya! ——La Bestia ya visit6 este pais. La Bestia es el Papa de los catélicos. El fin esta cerca: no habra gobierno, no habra ejército por poderoso que sea, no habré bomba nuclear que pueda detener la lle- -158- gada de Jehova, Dios de Todos los Ejércitos; jcallen y arrepiéntanse que atin es tiempo! —jAleluya! jAleluya! —Este hombre de fe inquebrantable ha con- denado con su actitud a “4a famosa prostituta que co- rrommpia la tierra con su inmoralidad y la hizo pagar la sangre de sus servidores. Ahora Jehovd lo premiara y le dara la vista antes del fin del mundo para que sea testigo y cante su gloria. ——jAleluya! ;Aleluya! i Son las seis y cuarenta y cinco de la tarde; Pe- dro, el Pastor y las ovejas se preparan bajo un cielo nublado que amenaza tempestad. Todos esperan la sefial del cielo, hasta Margarita, con su cara conver- tida em una mancha roja, sentada al frente de la feli- gresia y contemplada por un nific betunero de ombligo brotado y dedo metido en la nariz. Relam- pago de susto y trueno de miedo anteceden al agu: cero. Jehova emite su sefial y el Pastor, portentoso, recita bajo la luvia: —Es que tus comerciantes eran los magnates de la tie- rray tus brujertas han seducido a las nactones. Miren que en esta ciudad se encontré sangre de profetas_y santos; la sangre de todos los que fueron meusrtos en la terra. Pedro, ta fe te ha salvado. Y Pedro, mojado, arroja su lazarillo y empieza acaminar dando tumbos como una veleta enloque- cida, y oye las voces de los testigos del milagro de Jehovaé que camtan enardecidos: jAlelaya! Jehova es Todopoderoso jalelnya! Jehové Rey de las Naciones jaleluya! El tiempo se ha cumplido jaleluya! Margarita se levanta y se detiene conrermplando las eses que describe el caminado de Pedro y lo ve, empapado, corriendo por el Parque hacia la calle mientras grita el nombre de Jehova. El Pastor, arrodillado y con los brazos abiertos, Nora invocan- do la salvacién para los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos. Pedro se acerca al filo de la vereda y Margarita le grita que se detenga pero su voz se difumina en- -159- tre los aleluyas de las ovejas y Pedro avanza y tro- Pieza al bajar de la vereda a la calle y cae como un fardo en el asfalto y un carro patina sobre el suelo mojado. Margarita corre y mientras corre va dejando por el camino el recuerdo de cientos de clientes y persecuciones de la policia, de un hombre que le prometié volver y se perdié en el olvido, igual que en esas radionovelas tristes que ofa en su.pueblo, de oraciones invocadas con piedad en las alas oscuras de los templos, y al Hegar hasta donde esta su tio caido y el chofer dando explicaciones a un vigilante de transito, se agacha y lo abraza. —Estoy viendo, Margarita —-susurra Pedro—,; estoy viendo el mundo que me has ocultado: Jeho- va es mi aguacero torrencial. El Pastor sigue gritando aleluya. Margarita no sabe si esta Horando por su tio o si tiene la cara mo- jada por la luvia. A las siete y cinco de la noche, Jehova repite su sefial: relampago de susto y trueno de miedo. -160- Suceso de barrio 2Qué importaba donde uno yaciera una vex aeerto? En un sucio sumidero 0 en una torre de mdérmol en lo alto de una colina. Muerto, uno dormta el suerio eterno, y esas cosas _ya no importaban. Raymond Chandler, El suefio eterno —Lo encontraron desnudo, boca abajo y con un pufial clavade es la espalda. Mendieta, sentado sobre el escritorio y mo- viendo la canilla izquierda de un lado a otro, miré a SA4nchez que repasaba con detenimiento las fotos. —Sesenta y dos afios, separado desde hacia veinte de la mujer, con ciertas costumbres raras —SAnchez alz6 la vista al notar el acento de Men- dieta en la Ultima palabra—. No hubo tiempo de recoger mas elementos. La gente estaba muy parca. Parece que los periodistas no somos del todo bien vistos. En ese momento pasé Zambrano a punto de salir como siempre andaba y se detuvo para esperar al fotégrafo. —Qué tal coleguitas? eCacharon la onda de mi 4:4 con el Ministro? ¢Cuantos litros de sangre se -212- pueden escribir con un litro de tintaP Voy de apuro, equé fue Arévalo, hasta cuando pules la lente?, hay una convencidén del partido de gobierno y debe ser publicitada como dios manda, ¢cacharon la onda? Déjame ver esas fotos. Ah, son las del profesor. Un vulgar crimen de maricones. Hubiera sido grandio- so si el amante le dejaba clavado el pufial en el culo. Lastima de suceso desperdiciado para un reportaje con premio EFE y todo. Muévete Arévalo, que a este paso vamos a llegar a la clausura. La oposicién también tiene que opinar. Los dejo muchachos, y que no se manchen las manos con tanta sangre que escriben. INi Sanchez ni Mendieta celebraron las ocu- rrencias del colega. Intercambiaron miradas que fA- cilmente se podian reconocer como un insulto a dos voces para el recién partido. Sanchez volvid sobre las fotos y Mendieta aprovecho para encen- der un cigarrillo. —¢Qué vas a escribir? —Te leo: «El profesor Cecilio Rivera fue en- contrado muerto la madrugada de hoy con una cer- tera pufialada en la espalda sin que hasta el momento se haya encontrado rastros del culpable de este hecho de sangre que ha conmovido a los vecinos del sector. El cadaver del profesor Rivera yacia desnudo en medio de la pieza que habitaba solo, pues segan informes del vecindario el mentado profesor se habia separado de su mujer veinte afios atras. Las autoridades policiales estan realizando las pesquisas respectivas para dar con el paradero del asesino que, de acuerdo a las primeras conclusio- nes, actué motivado por asuntos de indole pasio- nab. ¢Qué te parece? —El peor estilo de la crénica roja de los afios veinte. —-Salvese quien pueda si Megaras a ser jefe de redaccién —-Mendieta se dispuso a regresar a su es- critorio—. Ojala tuviéramos mas datos. En serio, lo siento, Creo entender cuanto te afecta. 213- Sanchez dejé las fotos por primera vez desde que se las ensefiara Mendieta y carraspedé antes de hablar: —Si puedes, déjame a mi el asunto. Lo quise ' mucho cuando fue mi profesor en el colegio. O, por lo menos, trata de que el titulo no sea tan gro- sero —hizo una pausa y sonri6—, nada de «Le die- | ron vuelta y lo clavaron». \ —Gracias por la idea. —Vete a la mierda. —Con tu permiso. ENCARNACION VALDEZ: Mire jefe, yo al licenciado lo conoci asi no mas de pasada, como quien dice. El siempre fue de esos que Megan y no dejan de mentar los buenos dias y mas después se van y tampoco les pesa la lengua mas que sea para despedirse del portero, que en este caso que le cuento soy yo, que mi gracia es Encarnacién Valdez y estoy para servirle y no le ejemplifico porque los porteros seamos lo peor sino porque la gente de los edificios nos mira asi, de lado. Claro que éste no es un edificio-edificio, porque yo si sé lo que es un edificio con ascensor y todo, sino que el duefio dice que toda pensién honrada debe tener un portero que sepa quién sube y quién baja. Y ahi es Cuando nos cogen ojeziza. Pero no todos porque, como le digo, el licenciado tenia consideraciones conmigo. Claro que él era un profesor, y de los buenos, o sea de los antiguos que siempre cargaban su palmeta en las manos, y se entiende que los profesores son es- tudiados y saben comportarse como dios manda y no como la familia del siete que, no porque sea chismoso sino porque eso lo sabe todo el mundo, anda siempre a los gritos y él se va tirando la puerta y baja las escaleras y pasa a mi lado como si yo fue- ra el perro porque respeto, asi como me ensefié mi padre, que en paz descanse, ya casi no hay, si no preguntele a cualquiera sobre el hijo de la viuda del cinco, que siempre anda de vago y pasa de cantina en cantina derrochando la plata que la pobre sefiora ? -214- gana en su Oficina y haciendo bufetes. Ahora que en eso de la familia si que era puntual. Yo le digo esto que es mas intimo porque usted me ha caido bien, jefe, y lo sé porque una cufiada de mi herma- no conoce a la que fue sefiora del finado y que se mentaba Eugenia, mejor dicho se Nama porque no se ha muerto todavia, y también conoce a los nifios que, bueno, antes, cuando recién se separaron eran nifios, pero ahora todos estan grandes y la una ya se ha casado, creo que con un banquero ¥ el mayor ya es doctor y el otro todavia estudiante, y todo por- que el licenciado nunca dejé de darles para los es- tudios, porque como usted sabe jefe que si ahora uno no es doctor o politico esta misrmamente fre- gado. Dicen que la iba a visitar a la sefiora de vez en cuando y que en ocasiones la sacaba a pasear pero nadie sabe a ciencia cierta el motivo. por el que la dejé. Por ahi comentan que fue porque la doda an- daba en lios con un tendero. Fijese usted, el licen- ciado mo se merecia eso, porque él era todo un profesor y ella parece que se los ponia con el tende- EO que, no es por ofender a los tenderos pero nin- guno le calza un licenciado. Pero eso no es nada seguro, jefe, que la lengua es lengua y el prdéjimo no siempre honrado, porque otra persona me dijo que dizque se habia sacado una muchachona de un noc- turno, medio vaguita y piernuda la chica, y que los padres habian tenido un palogrueso en la Direccién de Educacién-y lo habian amenazado de que si no reparaba el dafio lo iban a hacer botar como a pe- rro. Yo esto se lo estoy contando de oidas porque de vistas me cuido mucho, jefe, que sélo porque us- ted me ha caido bien y no es como los otros que vienen y a uno le meten el aparato ese por las nari- ces y foto por aqui y foto por aca y que si el profe- sor tal cosa y que si el profesor tal otra, le estoy contando lo que le estoy diciendo. Y digame bien que, a pesar de que dé las personas muertas se habla bien o no se habla, séle por ser usted le voy a contar; y sobre todo por ser de vistas mias, que el profe le hacia al trago duro y fuerte. Vea, en ese ca- -215- baret de la esquina, él se pasaba todas las noches de} ¥ lunes a sdbado. Pero nunca venia en la ultima como el borrachin del dos que ese si que Mega pero que ni se puede parar. El licenciado venia erguido, con la frente en alto, que si él no hubiera sido de los que saludaban siempre, seguro que ni me daba cuenta de que habia tomado. Los sdbados era que se ponia colorado y dios sabe que no le estoy mintiendo; siempre sé traia a una de las chicas que trabajan en el cabaret y, después de saludarme, como que se excusaba y me decia, la sefiorita es una pariente de Manabi, o la sefiorita viene a estudiar, y yo asentia porque qué se le va a hacer si el hombré és hombre y tiene que andar remojando el pajarito o se vuelve joco y si uno que no es licenciado ni nada sabe esto, mucho mas el profesor que ya andaba por jubilarse ' de tanto que habia dado clases. Pero mire jefe, lo que le voy a contar ahora, eso si que nadie lo sabe y usted, por ser buena gente, se va a llevar un buen dato. Yo no sé qué fue lo que le pasé al profesor pero parece que desde hacia tres o cuatro meses andaba saliendo con jovencitos, figdrese el profesor que era tan recto ya de viejo le vino a dar por la mariconeria, que dios me perdone y que el difunto descanse, pero le juro por mi madre que no estoy calumniando a nadie. Unos dicen que andaba con un rubiecito al principio y otros que con un patu- cho nalgén, sé6lo que como en boca cerrada, usted me comprende, y no vaya a pensar que soy mala gente, porque 2 pesar de haber conocido asi no mas de pasada al licenciado yo le guardaba mucho apre- cio y sé ver cuando la gente es buena como usted jefe, que si me invita la otra media jaba y me ayuda con unos realitos para unos remedios de un chico que tengo medio enfermo le confio el secreto de la muchachona del uno que endenantes que pas6 por aqui le fue haciendo ojitos a usted, mi jefe. —<¢Deénde refundiste la nota? La busqué hasta en Clasificados: profesores asesinados, y ni ahi en- contré nada. -216- —Tu sentido del humor me deprime cada dia mas, dear Robert —-Mendieta abre el caj6n del escri- tozrio y saca una cuartilla lena—. Toma, decidi de- jarte a ti el asunto para que hicieras un reportaje en honor a tu maestro. —Eres una madre, dear Tony —-sonri6é San- chez. —2Contra quién estan complotando? —inte- rrumpiéd Zambrano que legaba despeinado y con la camisa afuera—. ¢Leyeron lo de la convencién del partido de gobierno? Gran articulo. La oposicién debera hacer declaraciones inteligentes o pedir dis- culpas y callarse. Los del gobierno dicen que su par- tido esta enterito. ¢Cachan la onda? ¢Ya escribieron el cadaver nuestro de cada dia? Apuesto a que tie- men una violada, un asesinado de minimo veintitrés pufialadas y dos compadres que se medio mataron a machetazos luego de estar libando. Gané, ever- dad? Mafana va a ser la buena. El Gobernador dara uuna rueda de prensa sobre los muertos de la Ultima marcha de protesta de la oposicién. Esto es emo- cionante, esto es periodismo, fichadores de la mor- gue, ccachan o no cachan? Zambrano se fue mientras apuraba al fotégrafo para que le revelara las tomas del dia. Mendieta y Sanchez lo vieron alejarse y después rieron. —-E] muchacho avanza. A este paso va a llegar muy lejos. —Asi es. Terminara de duefio del periéddico o | tirado en la carretera con un tiro entre ceja y ceja. | —De un momento a otro has mejorado, pare- ce ser que Zambrano te inspira. Ahora cuéntame un chiste sobre suegras. Sanchez pone Cara de estipido sonriente y lue- go revisa el articulo que le acaba de entregar Men- | dicta. Lo dobla en cuatro partes y comenta: —wNunea llevaba libros ni apuntes. Entraba y daba la clase durante toda la hora repletando la pi- zarra con férmulas. Cuando alguien se portaba mal era implacable pero tenia un gran olfato para en- tender nuestros problemas. -217- Neer —Me vas a hacer llorar, querido colega. Sanchez 1i6 sin importarle la interrupcién y continué informando. Voy a verme con el doctor Flores. Es de la misma época del profesor Rivera y parece que lo estimaba bastante. —Ten cuidado —recomienda Mendieta—. De viejos les da por la mariconada. DOCTOR FLORES: Ha sido una noticia te- rrible, joven. Un espectdculo tan grotesco. Lei el guceso en el diario de la mafiana y luego lo comen- tamos con los colegas del colegio. Me complace que en deferencia a su memoria, usted, que fue su alumno, haya logrado que el vespertino para el que trabaja no publicase el drama. Porque no me va ne- gar que es todo un drama el suceso. El colega Rive- ra, un profesor apreciado por todos, educador y formador de juventudes, ejemplo de amor al traba- jo, resulta asesinado en condiciones tan vergonzo- sas. Buen padre de familia, algunos decian que tenia tres compromisos aparte de la mujer, pero lo que yo puedo atestiguar es que el profesor Rivera saca- ba a pasear a su sefiora muy a menudo y, ahi tiene usted, los chicos no le resultaron malos. El mayor ya es doctor y la mujercita se pescé un buen parti- do. Lo mas terrible de todo este drama es el ejem- plo. Yo estoy convencido de que la juvenmd necesita héroes que imitar, caballeros a quienes honrar y la muerte del profesor Rivera, asi como sucedié, nos confunde a todos. Cuando se jubilé dei magisterio fiscal él me conté que jamds podria dejar de ser maestro, que en ese momento se mori- ria y por eso continué dando clases en el colegio nocturno donde también yo trabajaba. Todas las noches, de siete a once, é]1 cumplia con su deber. Y como jamdas se le conocié ningun otro tipo de acti- vidades extrafias su asesinato nos ha causado pro- fundo desconcierto. Entiendo que no ha de haber sido un santo, pero a nuestra edad, apreciado joven, solamente se puede pecar con el recuerdo. Terrible, * -218- terrible. Porque eso destruye la imagen del profesor Rivera y prueba una vez mas que el mundo esta co- rrompido, que los jinetes del Apocalipsis cada dia estan mas Ccercanos, que es tiempo de arrepenti- miento y oracién. Quise mucho al colega y me do- li6 su muerte. Hubiera querido saber qué dolor o sufrimiento secreto él nos Ocultaba. Usted, querido joven, que fue su alumno, se habra dado cuenta de que parecia un hombre sin problemas. Nunca se quejé de nada y cumplié su deber como el mejor. Venir a sucederle esto al final de su vida resulta algo paradéjico. Uno construye con mucho esfuerzo su Buen nombre y honorabilidad y cuando parece que ya mada va a Suceder para mancillarlo todo se de- rrumba. Horrible, joven; yo todavia me niego a aceptar que él hubiera andado con muchachitos; y me niego a hacerlo porque nos conociamos bastan- te bien. A mi me parece que algun ladrén entré a su departamento y lo encontr6é cambiandose de ropa. Al sentirlo reaccionar se asusté y lo maté. Después sali6 huyendo y la gente empezé a inventar histo- sias. Usted sabe mas que yo, querido joven: los suce- | sos de un barrio tienden a ser aumentados porque | todo lo extraordinario ¢s motivo de orgullo. Yo s6- | lo puedo decirle que estoy muy consternado, que me fastidian tantas historias acerca del colega, in- cluso dentro de este colegio que lo vio envejecer y entregar lo mejor de si, y que de ninguna manera me entra la historia esa de los chicos que subia a su cuarto. Adermas, la memoria de los muertos debe ser respetada, everdad jovencito? —Hay bochinche en el periédico —-dice Men- dieta mientras Sanchez apaga la grabadora. —zDe qué se trata? —El editor dice que revisara personalmente cada boletin de prensa que envie la oposicién. —2¥ eso? —Hlay que trabajar por la reconstruccién na- cional. Hay que moralizar la administracién publica. Flay que liberar las fuerzas del mercado. Mierda -219- elevada al cubo. El editor dice que la oposicién es antipatridtica. —Ya se olvid6 la vaca que fue ternera... —...que bailé en una pata en la fiesta de san Juan —interrampié Zambrano. —Oyeme, reportero veloz, te estas convirtien- do en la piedra del zapato... —...que los tiene al dia, carniceros. Tengo la rueda de prensa del Gobernador. Fotés, armas, cé- dulas de identidad. El hombre se las sabe comple- tas. La oposicién se cargé a los difuntos. Hay que | defender la democracia y por eso seremos inflexi- 3 bles en hacer cumplir la ley a cualquier ciudadano { de cualquier sector politico. El Gobernador es una ardilla. Pero yo soy el doble: tengo una entrevista | exclusiva con la oposicién, gya la cachan? i —<¥ qué dice la oposicién? ——Eso depende de cémo se muevan las frutas. Hasta tanto muente y la Patria demanda la verdad. No hay que olvidar: «Un pais puede ser convulsio- —| nado por lo que la prensa diga pero puede perecer | por lo que la prensa calle». Por ahora hay que decir | Jo que dijo el Gobernadozs, ¢la cachan? 1 | | | 1 —tLa cachamos, pitcher bolero, la cachamos. HUGEWNIA VDA. DE RIVERA: Todo pue- de haber sido pero de los hijos nunca se olvidé nia ellos tampoco les falté nada. A mi me dejé por una bailarina. Yo creo que sufrié mucho por esa mu- chacha porque después regres6 a decirme que lo disculpara pero que ya nunca volveria a vivir con- migo y yo le dije que estaba bien pero que yo siem- pre lo iba a estar esperando. Siempre lo esperé y él siempre venia, aunque fuera por compromiso. Pero solamente por una noche o una tarde, cada quince dias, cada mes, a visitar a los chicos y a sacarme a pasear. De eso si que no puedo quejarme, porque para atento nadie le ganaba. Ni para ojo alegre, bo- rrachin y cabaretero que eran sus pecados. Los viernes y los sabados, después de dejarme en casa cuando me visitaba, se iba a beber solo. Siempre al ? -220- mismo sitio pero no por mucho tiempo. Se enamo- raba de una de esas mujeres de mala vida y seguia yendo hasta que eso terrninaba. Mujeriego sin limi- tes. Eso fue lo que me amargé la existencia y mas atin que siempre anduviera celandome. Me celaba con el del periéddico, con el de la tienda, con el guardian del barrio, como si yo fuera una loca para andar coqueteandole a toda esa gente que, sin Ani- mo de ofender, no estaban a la altura de Cecilio. Le cuento que cuando yo lo conoci todavia era nifia y fue él el primero y el unico hombre que he conoci- do. No es que quiera quejarme, porque cuando una es mujer no tiene de qué quejazse, salvo de esas co sas pequefias y sin importancia de ia casa, pero si algo me molesté de Cecilio fue su silencio. Yo me pasaba como lora hablando y hablando y él me contestaba que si, que no, que mmm, que aja, mien- tras corregia ex4menes, preparaba clases © leia el periédico. Por eso es que él me celaba, porque yo Soy una gran conversadora y me encanta hablar con la gente del barrio, y el tendero, por ejemplo, era otro gran conversador y mientras yo le contaba una cosa de mi abuela, él me conversaba acerca de su familia en la sierra. Cecilio siempre me recriminaba que conversara con el tenderO pero nada mas; cuando estaba de humor me pedia que le conzara lo que habiamos hablado y yo lo hacia hasta que al ra- to estaba nuevamente con sus si, no, mmm, aja. Cuando se fue definitivamente de la casa, y eso hace veinte afios, aunque claro, nunca se fue del to- do, sino que digo cuando ya empez6 a vivir solo, las vecinas no me dejaban tranquila. Que si lo habian visto en el cabaret de fulano, que en la calle con zu- tana, que en el cime con una tremenda, y asi me en- teraba sin que él lo supiera, porque eso si nunca le reclamé nada por ninguna de sus andanzas. Otra que hubiera sido yo y realmente lo hubiera perdido, sino para mi, que ya lo tenia alejado, si para mis hijos que dependian de él por completo para conti- muar sus estudios. Cuando supe lo del crimen crei volverme loca. Estaba en la cocina preparando el -221- desayuno cuando of por la radio contrado en la forma tan tremenda como lo encon*# traron y le juro sefior que no puedo creer lo que’ dicen los diarios. A él nunca le dio por esas sucie+ dades y si alguien lo maté yo estoy segura que fue alguna mujerzuela de esas con las que a él le gusta- ba andar. Le digo, sefior, que yo si que sufri por ese vicio de Cecilio; imaginese, antes de que se fuera a vivir solo, durante los fines de sernana él] llegaba-en la madrugada y olia a trago y a mujer de mala vida, y lo peor de todo es que yo tenia miedo de que de repente se enteraran en el colegio y los alumnos le ‘perdieran el respeto porque, digame usted, ¢qué se puede esperar de un profesor borracho y mujerie- go? Pero, por suerte, nunca nadie lo supo y su me- moria y persona siempre estuvieron de ejemplo para todos y si ahora le cuento todo esto es porque usted fue su alumno y hoy es un periodista que an- da buscando la verdad para que no se vaya a culpar a nadie inocente. Porque la verdad es que yo no puedo creerlo, sencillamente no me entra en la ca+ beza que haya sido como por ahi dicen que fue. SO lo de una cosa le guardo resentimiento y es de que una vez que nos peleamos antes de que se fuera me dijo que mi ultimo hijo no era suyo, que él estaba convencids de que era del tendero; y eso es una ofensa muy grande para una mujer honrada, pero yo sé que lo dijo por el momento porque después jamas volviéd a mencionarlo. Pero lo dicho dicho queda y no hay disculpas que a una se lo hagan ol- vidar. Ahora que ya esté muerto yo creo que eso fue un pretexto mas para poder irse de la casa. El siempre hablaba de la liberacién de los elementos y me decia que el ser humano debe estar siempre en estado natural. Fue por ese tiempo que dejé de ve- mir como lo hacia al principio y lo perdi por unos ocho afios. Eso si, el dinero para los chicos nunca dejé de estar por estos lados y por eso llegaron a ser lo que son y yo pude hacer que mis amigas no se dieran cuenta de esa larga ausencia. Saber aceptar la vida ha hecho que esta madre, como usted la ve, ? -222- sea una sencilla ama de casa, una mujer que como toda mujer no tiene de qué quejarse. —Tengo el informe de la policia. —2eQué dice? ¢Se queja de la falta de colabora- cién de la ciudadania o concluye que fue el mayor- domo? ——Dice que en los Ultimos meses la victima so- lia hacetse acompafiar de ciertos jovencitos deso- cupados que merodean las cercanias del cabaret «La Barra» y que en la noche del crimen salié de ese lu- gar acompafiado de Alfredo Lépez, veintitrés afios, 1.70, colorado, sin antecedentes. Caso resuelto. —Dice que después de haber sometido al sin- dicado a intensos interrogatorios lograron que con- fesara su crimen. La policia agradece a los medios de comunicacién social la colaboracién brindada durante la investigacién y espera que se dé a cono- cer a la ciudadania la solucién del caso que honra a Ja Institucién Policial. —¢Qué has escrito? Todavia nada. Entré al cuarto del profesor y encontré una especie de diario. Genial, hermano. Vamos a tener la exclusi- va. A la final se cumple la profecia de Zambrano y te ganas el premio EFE. —Me deja abismmado tu manejo sutil de la iro- nia. No sé si finalmente escriba la crénica. Todo es- to me tiene tan.confundido. A la final le largamos ocho lineas a dos columnas y mandamos la noticia ala pagina de los cines. —WNadie te va a cemsurar, esto no es un articu- lo de la oposicién. —-No lo entiendo. Aqui Megan reportes de crimenes, asaltos, suicidios y para mi son tnicamen- te nombres que nos hacen ganar la plata con algo de decencia. Con la noticia del profesor pasa algo distinto: me Nega aca —-Sanchez se toca el coraz6n. —Estas jodido si te pones sentimental. Piensa en Zambrano y te dards cuenta lo que es el alma del -223- i periodist noticia al ciudadano comun. E] muerto al hoyo y el vivo al bollo. —Mas que abrumado, me conmueves, dear Tony. Toma para que no te aburras. Sanchez le entrega los papeles a Mendieta. Julio 16 ‘Tener la certeza de haber sido traicionado. Imaginar el momento y los detalles de la traicién. Presentiz las miradas de los que aprovechan la des- gracia ajena para divertirse. Estoy completamente seguro de que Eugenia estuvo con el tendero y que ella misma no sabe de quién es el Ultimo de sus hijos. Ahora, a los sesenta afios ya nada de esto puede afectarme porque empiezo a vaciarme de odios. Pero antes si. La sola idea me atormentaba, el hecho de darme cuenta de que nadie podia ser fiel a nadie me hizo alejarme del hogar. Sole. Es preferible consumirse entre cuatro paredes sin mas voces que la de la conciencia de uno a soportar el sonido de aquella que ha compartido, lo que debe- ria ser intimo, con otro. Por eso es mejor dedicarse a vivir el mundo. Liberar los elementos. Agosto 23 Me he acostumbrado a la penumbra de las ba- rras. Ahi el trago no puede ser una falta, Es un cle- mento que forma parte de la vida. Es la posibilidad de sentir lo que nos rodea sin interferericias mora- les que a uno lo perturben. Beber, beber, dejar que el liquido dorado nos refresque adentro, nds con- suma y abrase. ¢Quién me espera en mi Cuarto? cA quién le importa lo que hago? Paso las noches que quiero pegado a esta barra sin permitir descanso al brazo que me leva la cerveza a la boca. Después, fingir que uno esta sobrio resulta el acto mas ele- gante del borracho. Septiembre 5 Antes me fascinaban las putas. Encontraba que su mundo tenia todas las caracteristicas de los ele- ? -224- 4gil, avispado, ansioso de Megar con la” ai mentos liberados. El amor dejaba de ser ese idea- lismo que siempre termina haciéndonos estrellar sin piedad, para convertirse en interrninables conversa- ciones entre trago y trago y el contacto mas placen- tero sin el menor riesgo del compromiso que mata la ilusi6n. Ahora ya no. Me ha cansado la repeticién del rito. Pero todavia la piel me pide piel; la sole- dad, un instante de compafifa; mi cercana muerte, dejar en alguien lo que he aprendido y vale real- mente. No la quimica, sino esta dolorosa y maravi- Mosa vida que se resiste a las f6rmulas. Octubre 19 Dicen que todas estas cosas terrmminan mal. ¢Pe- ro quién que tenga mas de sesenta afios no sabe que igual vamos a terrminar mal, es decir, vamos a terminar muertos de cualquier forma y que mas mal no podemos estar? Lo inédito, en este caso, es lo atrayente. No hay por qué atormentarse: cuando el cuerpo ha vivido tanto no hay que impedirle vivir mas. Después de muertos sélo somos materia en estado de descomposicién. Y ya no importa qué di- gan de nosotros ni qué hagan con nuestros despo- jos. Yo sé en lo que me estoy metiendo pero no puedo evitarlo: la practica del deseo es lo tnico que puede mantenerme vivo en medio de esta espanto- sa desolacién. Liberar los elementos y dejar que los hechos sucedan. El dolor permanece cuando sélo vivimos del recuerdo. Yo he tratado de eliminarlo dedicandome a sentir lo nuevo. ¢Hasta dénde habré de Megar? —¢lLeiste lo que te dejé ayer? —El mas puro melodrama. Escucha esto: «La oposicié6n ha sido descalificada moralmente». Fir- mado: Juan Zambrano. —2Y eso no es melodrama? —Se llama «orientar la opinién de la ciudada- nia por el bien de la Patria», —-Mendieta lo mira con cierta pesadumbre—. Tienes razén, no sé cé- mio te vaya con esa crénica. Pero siempre detras de cada titular hay seres humanos. -225- —Y eso, ede dénde te sali6? El periddico es un lugar donde se escribe todo lo que a la gente le gus- ta leer. El resto es paja, aunque me duela. Lo de mi profesor va a tener que salir. Un periddico vesper- tino mo puede darse el lujo de perder ni una sola crénica roja, peor un caso como éste del que todo el mundo esta lucrando —-Mendieta lo queda vien- do, esperando alguna explicacién—: Es la version ms o menos libre del memora4ndum que me envid el director del periddico. —Entiendo, colega. g¢cémo lo vas a escribir? —Sin trampas. MUCHACHO: © sea que yo estaba muy asustado porque el viejo se puso a hablar de no sé qué cosa de liberar los elementos es decir después de que lo estaba reventando y me miraba como si mo me viera o sea que estaba como un fumado pero no famaba nada y por eso me asusté o sea me dio miedo y queria salir del cuarto y le decia que ya es- taba bien que habia tomado mucho que nunca lo iba a dejar y que se metiera a la cama y él me cogia y no me déjaba salir hasta que cerré ia puerta con llave por dentro y desnudo como estaba me cogia y mo me soltaba o sea que se me estaba cargando quiero decir que ya estaba bueno y que yo ya me queria ir y le decia que me suelte y él viejo nada que no te vas y seguia con la cantaleta de que la vida es una sola que nunca hay que rechazar el placer o sea que se estaba volviendo loco y entonces cogié el pufial y me dijo mira este pufial servira para cortar lo que esté de mas 0 sea que el viejo queria que yo es decir a mi ya eso no me gusté porque después se me iba a morir todo desangrado y como me negaba se puso a reir bajito y dejé el pufial sobre el velador y me dijo que era demasiado joven que no sabia nada de la vida o sea que me empezé a tratar como aun gil y yo ya me empecé a cabrear y le dije que me diera la Nave que se dejara de pendejadas o sea que ya no me jodiera y el viejo se puso como loco y me decia te voy a matar te voy a matar y yo agarré + -226- erreaeeees = cube el cuchillo y se lo clavé en la espalda es decir que lo jodi al hombre y me entré panico y lo dejé ahi tira- do pero después me agarraron o sea los pesquisas dieron conmigo y me apalearon pero yo no fui al cuatto para matarlo como dicen por ahi si yo hasta le tenia carifio al viejo pero pasé la cosa es decir que lo maté y todo y ahora estoy fregado o sea que me van a dar unos seis afios a la sombra. —Lei tu crénica. La descargaste de todo lo que habias investigado. Eso es lo que yo llamo ser un jodido cabrén. ——No servia de nada. A la gente no le gusta que la sangre se atentie con lo que hay detras. —Estas equivocado. A la gente le encanta so- lazarse con el drama ajeno. Los hace sentirse mejo- res, sino preguntale a Zambrano. "Tenia escrito otro final:

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