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Americanismo y Bolchevismo - Julius Evola PDF
Americanismo y Bolchevismo - Julius Evola PDF
En 1988 escribimos unas cuantas páginas para la revista DisidenciaS en las que utilizábamos un material
precioso que había recopilado por JJ.Colomar en su pasado trotskysta. Colomar y sus compañeros disidentes
de la LCR habían recuperado un material escrito por Lenin y otros líderes del a revolución bolchevique, en la
que estos expresaban a las claras su intención de que la URSS siguiera el modelo americano. No solamente
quedaba demostrado que el “último Lenin”, después del fracaso de la colectivización de las granjas y de la
hambruna que siguió, tendió hacia el “realismo”, sino que desde mucho antes ya había tomado como modelo
ideal a seguir el americanismo. En 1988 no conocíamos este ensayo de Evola. Aun a pesar de que, por su
parte, Evola tampoco conocía los textos de Lenin en los que evidencia su propensión hacia el americanismo,
el diagnóstico que traza es impecable.
La diferencia entre el tiempo en el que Evola escribía estas líneas y el nuestro, no consiste solo en los casi
setenta años de distancia, ni siquiera en todo lo que ha cambiado en Europa en estos años. Del ascenso de
los fascismos a su caída, de la guerra fría a la perestroika, de ahí a la globalización… en realidad, la gran
diferencia entre el tiempo en el que fueron escritas estas líneas y el nuestro, reside en el estado psicológico
de dos momentos históricos. En 1929, a 10 años de la revolución bolchevique, a ocho del advenimiento del
fascismo, todavía se podían albergar esperanzas y encontrar movimientos políticos, valores vivos, y residuos
anteriores como para que una respuesta al americanismo y al bolchevismo, pudiera apoyarse con mínimas
posibilidades de obtener resultados. Hoy, todo esto queda demasiado lejos y no podemos por menos que ser
pesimistas: el americanismo ha quedado como único dueño del tablero de juego, Europa ha asumido casi
completamente la “ideología americana”. Y no solo Europa, las naciones que en 1929 todavía seguían
apegadas a los valores tradicionales, Japón, China, India, son hoy vanguardias de la tecnología y la
modernidad, frecuentemente llegando incluso a superar a Europa y a los mismos EEUU en la encarnación de
los valores del americanismo. El cine de Bollyood en la India, la ciudad de la tecnología de Bangalore en
donde a partir del años 2000 empezaron a subcontratarse servicios informáticos sistemáticamente, el
“Humor amarillo” japonés que nos muestra un país, no solo alejado de sus tradiciones seculares, sino incluso
en vanguardia de la estupidez universal, los videojuegos allí diseñados, los rascacielos de Hong-Kong,
Singapur y Pekín… todo esto demuestra que aquellos países han viajado a una velocidad vertiginosa por la
senda trillada por el americanismo. El mundo, no solo se ha hecho más pequeño, sino que, además, como
decía Guénon en “El reino de la cantidad y los signos de los tiempos”, se ha “solidificado”. A causa de esta
“solidificación” resulta cada vez más difícil abordar una reacción en sentido tradicional, con garantías de
éxito.
El análisis de Evola sobre el americanismo y el bolchevismo nos sitúa en realidad, por lo demás, no ha
perdido ni un ápice de su actualidad. Solamente el contexto ha empeorado.
E. Milà.
Americanismo y Bolchevismo
Julius Evola
Una antigua leyenda que circulaba entre los campesinos rusos mucho
antes de la revolución, anunció la llegada de un tiempo, en el cual
reinaría una "Bestia sin Nombre"... sin nombre, porque estaría
compuesta por una multitud innumerable.
Aquel tiempo, parece que se acerca. Existe una gran sombra que desde
las fronteras de oriente y occidente se cierne sobre nuestras razas y
sobre nuestras tradiciones y está acompañada del presentimiento
confuso de que algo está a punto de acabar; esto se traduce también en
distintas imágenes extrañas que aparecen incluso en las mentes
equilibradas, y entre las cuales destaca el tema del "Ocaso" de
Occidente.
En Oriente, es Rusia.
En Occidente, es América.
Dos formas, dos polos de un peligro que, como las dos pinzas de una
única tenaza, empiezan a cerrarse lentamente alrededor del núcleo de
nuestra Europa.
Este punto de vista le parecerá extraño a algunos. Lo es, efectivamente,
para quien se limita a ver en la Rusia de hoy un fenómeno puramente
político, cuando en realidad, se trata bien de algo completamente
diferente, con un significado universal que la Rusia soviética trata de
realizar en todas las formas, no creando solamente una nueva sociedad,
sino además una nueva cultura y una nueva ética.
Por otra parte, ante un "peligro", el mejor punto de vista para la acción
consiste en describir lo mejor posible la fisonomía del adversario.
El bolchevismo, considerado como doctrina, presenta una concepción
total y radical, y una superación de los ideales precedentes y
"burgueses", lo que supone la apertura de una nueva fase de la
humanidad. Ante tal concepción, no se trata de simpatías o antipatías
políticas o nacionalistas: se trata de decir sí o no íntegramente a nuestra
tradición europea y, en particular, a nuestra tradición mediterránea,
tomada en bloque, en su sentido más amplio, cultural y universal.
Tal es su ritmo...
II
Estando así las cosas, podemos plantear el problema de ver hasta que
punto se trata de un acercamiento extrínseco y casual o hasta dónde es
algo más.
No son solamente estos los puntos comunes que podrían ser indicados
en la vida y en la cultura de estos dos pueblos. Aquello con lo que el
americano vibra más sinceramente que a cualquier motivo de un Bach,
de un Palestrina o de un Wagner, lo expresa e incorpora a la misma
lógica de la música hecha de ritmo y ruido similar a la del bolchevismo:
es el jazz. En las grandes metrópolis americanas donde centenares de
parejas se agitan juntos como fantoches epilépticos y automáticos a los
ritmos sincopados negros de los charlestons y los blackbottoms, se
percibe realmente el "estado de masas", la psique primordial del ente
colectivo mecanizado que despierta. Lo mismo puede ser percibido en el
delirio insensato de las competiciones deportivas americanas, realizadas
con análogos objetivos a las expresiones teatralizadas de la "vida" en
Rusia.
Quién está fuera de este engranaje, ve. Detrás de las formas titánicas
de la nueva civilización de más allá de océano, divisa asimismo el
espectro de la "Bestia sin Nombre."
***
Entre las naciones europeas, se puede decir que Italia haya sido la
primera que de modo más definida ha planteado una reacción y una
alarma. Con el fascismo el peligro bolchevique ha sido bloqueado, y
además figura entre las naciones relativamente más inmunes al mal
americano. ¿Será capaz de llegar hasta el final?
Además, por largo que pueda ser el camino, no hay que olvidar el hecho
que Italia es heredera de aquella tradición occidental, que más que cada
otra es el anti Soviética y el anti América. Queremos hablar de la
tradición mediterránea, y especialmente clásico y romana.