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CUANDO LA ANTÍPODA ES UN CAPRICHO

Guardaré silencio un luto a lo desconocido en manos de mis noches

los relámpagos alumbran corto en la inmensa oscuridad y conocen de herir

en el desencanto de los corazones que esperan del ocaso

la amabilidad y lo imposible.

Las manos bailan en el vacío cuando se aproxima la esperanza con su desdén

es un doble castigo recorriendo sobre el pecho, complicando a la razón

para los que son de vuelos frágiles no son necesarios los vientos,

los miedos bastan

vuela el tiempo tras las corrientes que van a lo desconocido

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