La ansiedad es una respuesta anticipatoria ante una amenaza futura. Es completamente normal y todas las personas la hemos sentido en algún momento de nuestra vida. En el caso en que la ansiedad se extienda por un largo período de tiempo y las preocupaciones sean más profundas, frecuentes y angustiosas, se puede hablar de una ansiedad patológica, además en estos casos se relaciona con una serie de síntomas físicos. ¿Y cuáles son estos síntomas físicos? Algunos síntomas físicos de la ansiedad son inquietud o sensación de nerviosismo, facilidad para fatigarse, dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular y alteraciones o problemas de sueño. ¿Hay distintos tipos de ansiedad? Hay diferentes trastornos de ansiedad que se diferencian entre si según el tipo de situaciones que se temen o evitan y del contenido de los pensamientos asociados a esta. Sin embargo, todas tienen en común características de miedo y ansiedad excesivos, así como alteraciones conductuales asociadas. ¿Cómo afecta el COVID-19 a los trastornos de ansiedad? La preocupación por la situación económica, la salud, y el pánico e incertidumbre generados por la pandemia, sirven como desencadenantes y agravantes de los síntomas de la ansiedad. Los trastornos de ansiedad más afectados por la pandemia han sido la agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada, ataques de pánico y las fobias, en las cuales se han observado una recaída o agravamiento de los síntomas característicos de cada trastorno en las personas. Incluso, en personas que anteriormente no habían presentado alguna fobia o trastorno de ansiedad, pueden empezar a manifestar síntomas característicos de alguno de estos debido al pánico que se está generando, ya que funciona como un estresor desencadenante. Debido a esto resulta de gran importancia tomar medidas para el cuidado de la salud mental con respecto a la ansiedad para todas las personas, con patologías y sin ellas.