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Alcance de MCT PDF
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Tabla 3. Grupos de Clasificación MCT
Grupos de
Descripción
clasificación MCT
Arcillas lateríticas y arcillas lateríticas
LG’
arenosas.
LA’ Arenas arcillosas lateríticas.
En este grupo están incluidas las arenas con pocos finos, de comportamiento
laterítico, típicas del horizonte B de los suelos cohesivos pedológicamente como
arenas de cuarzos
Este grupo está formado por arcillas y arcillas arenosas, que constituyen el
horizonte B de los suelos cohesivos pedológicamente como latosuelos, suelos
podzólicos y tierras bien estructuradas. Cuando presentan porcentajes de
arena elevadas, tienen un comportamiento semejante a los suelos del grupo
LA’.
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Arenas no lateríticas (NA):
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Figura 8. Gráfico de Clasificación MCT (Nogami e Villibor, 1981)
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Figura 9. Abaco de clasificación MCT modificado (Vertamatti, 1988)
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La clasificación del suelo se determina a partir del gráfico de clasificación de
método de las pastillas presentado en la Figura 10.
Figura 10. Gráfico de Clasificación MCT por el método de las Pastillas (Nogami et al., 1996)
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Tabla 4. Guía de identificación de suelos tropicales (Godoy & Bernucci, 2002)
Tabla 5. Determinación del grupo MCT por clasificación expedita. (Adaptado de Nogami, 1995)
< 0,3 LA
< 0,5
3,1 a 3,9 NA
≥ 4,0 NA / NS’
≥ 4,0 NS’-NA’
<2 LA’
1,0 a 1,3
2,1 a 3,9 NA’
≥ 4,0 NS’
<2 LA’-LG’
1,4 a 1,7
2,1 a 3,9 NA’/NG’-NS’
≥ 4,0 NS’-NG’
<2 LG’
≥ 1,8
2,1 a 3,9 NG’
≥ 4,0 NG’
Donde,
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4.5.2 Correlación entre el sistema MCT y el AASHTO y el USCS
De acuerdo a Nogami y Villibor (1995), la clasificación MCT presenta la
siguiente correlación con las clasificaciones AASHTO y USCS:
Arenas Arcillosas
Arcillas arenosas
Arcillas arenosas
Arenas Limosas
Limos Arenosos
Arenas Limosas
Arcillas limosas
Arcillas limosas
Limos Arcilloso
Limos arcilloso
Granulometría
típica
Arcillas
Arcillas
Arcillas
Limos
Limos
Comportamiento N = No Lateríticos L = Laterítico
Grupo MCT NA NA’ NS’ NG’ LA LA’ LG’
Grupos SM SM MH
USCS
tradicionalmente SP CL MH SP
SC SC ML
obtenidos de SM ML CH SC
muestras ML MH CH
clasificadas en
grupos MCT A-2 A-4
AASTHO
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4.6.1 Suelos colapsables
Los suelos colapsables suelen presentar una gran variedad de formas y tamaño
de partículas, aunque la mayoría de ellos poseen granos de forma redondeada.
Se presenta este problema en suelos limosos y ocasionalmente en arenas y
gravas. No es raro encontrar que contengan además un cierto contenido de
arcilla. (Bell, 2000)
De acuerdo con Bell, 2000, los suelos como loess (material sedimentario
arcilloso y calcáreo transportado por el viento, que forma suelos permeables y
muy fértiles), brickearth (es un depósito superficial de estructura homogénea de
arcilla o limo) y ciertos sedimentos transportados por el viento puede tener el
potencial de colapso. Sin embargo, estos depósitos transportados por el viento
no son los únicos suelos que son capaces de colapsar. Algunos Saprolitos,
especialmente los derivados de granitos, también pueden presentar un
potencial de colapso. Los suelos colapsables, normalmente poseen textura
porosa con relaciones altas de vacíos y tienen densidades relativamente bajas.
A menudo tienen suficiente espacio vacío en su estado no saturado para
mantener su contenido de humedad entre el límite líquido a la saturación. En
un contenido natural de humedad bajo, estos suelos poseen una fuerza
aparente alta, pero son susceptibles a grandes reducciones en la relación de
vacíos cuando se mojan. En otras palabras, el equilibrio límite de la textura de
colapso es el vínculo entre los granos que se destruye cuando el suelo está
mojado. Por lo tanto, el proceso de colapso representa una reordenación de las
partículas del suelo dentro de un estado denso interno. El colapso en estado de
saturación, dura normalmente sólo un corto período de tiempo, aunque para la
arcilla este periodo tiende a ser más largo.
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físicos y en los límites de Atterberg, presentados por FEDA en 1966; los
basados en la granulometría presentado por Handy en 1973 y los basados en
los ensayos edométricos, que será el que nos ocupe en esta tesis.
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Tabla 7. Tabla de riesgo de colapso de un suelo de acuerdo a su potencial de colapso (Después de
Jennings y Knight, 1975) (Bell, 2000)
!"# $
μ − μ =
%
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se toma como presión de referencia (el cero) la presión atmosférica, implica que
la presión de agua entonces es negativa. Schofield (1935) fue el primero en
usar el término “succión” del suelo para representar una “deficiencia” de la
presión de agua en los poros de algunos suelos no saturados, los cuales podían
absorber agua a presión atmosférica si se les añadía. El término succión define
el estado de esfuerzos en el interior de un suelo que se produce por las fuerzas
de superficie, capaces de retener agua en su interior. Es un parámetro crucial
para el entendimiento del comportamiento deformacional de un suelo
parcialmente saturado. El flujo de agua a través de los suelos no saturados se
controla por el gradiente del potencial total del agua. El potencial del agua
puede expresarse como la suma de tres componentes:
Potencial gravitacional, causado por la elevación del agua del suelo con
respecto a un nivel de referencia.
Este método se basa en que un suelo con cierta humedad, cuando está en
contacto con un papel filtro de una humedad menor, hace que este último
absorba una cierta cantidad de agua del suelo hasta que el sistema entre en
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equilibrio; existe una relación entre la succión y la humedad del papel filtro y
puede ser obtenida por la curva de calibración (Marinho, 1995).
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adsorben iones de la fase acuosa liberando al mismo tiempo otros iones en
cantidades equivalentes, estableciéndose un equilibrio entre ambas fases.
Las causas que originan el intercambio iónico son los desequilibrios eléctricos
de las partículas del suelo. Para neutralizar las cargas se adsorben iones, que
se “pegan” a la superficie de las partículas. Quedan débilmente retenidos sobre
las partículas del suelo y se pueden intercambiar con la solución del suelo.
Cuanto más superficie tenga el material y más desequilibrada se encuentre,
más iones se fijaran. Según se intercambien cationes o aniones se habla de
capacidad de intercambio catiónico (es el más importante) o aniónico,
respectivamente.
Los factores que hacen que un suelo tenga una determinada capacidad de
cambio de cationes son varios, entre ellos:
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4.6.5 Caracterización mineralógica - Difracción de rayos-X
Otras relaciones de fase son posibles entre las ondas dispersadas que no
resultan en un reforzamiento mutuo. La otra situación extrema se demuestra en
la Figura 12 (b), donde la diferencia de las longitudes de los caminos recorridos
después de la dispersión es un número integral de la mitad de la longitud de
onda. Las ondas dispersadas están fuera de fase esto es, se cancelan las
amplitudes correspondientes o se anulan una a la otra, interfieren
destructivamente (p.ej. la onda resultante tiene una amplitud cero), como se
indica en el lado derecho de la Figura. Es claro que una relación de fase
intermedias entre estos dos casos extremos es posible, dando como resultado
un reforzamiento parcial
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Figura 12. Longitudes de ondas en difraccion de rayos X (Barceinas, 2004)
(a) Demostración de cómo dos ondas (1 y 2) que tienen la misma longitud de onda y que están en
fase después del evento de dispersión (1`y 2`) interfieren constructivamente una con la otra. (b)
Demostración de cómo dos ondas ( 3 y 4) que tienen la misma longitud de onda y que llegan a estar
fuera de fase después del evento de dispersión (3`y 4`), interfieren destructivamente una con la
otra.
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los planos, si la diferencia de la longitud del camino recorrido entre 1-P-1´y 2-Q-
2´ (p.ej., SQ +QT ) es igual a un número n, de longitudes de onda. (Barceinas,
2004) Esta es la condición de difracción:
nλ = S)Q
+,Q
+T+
Figura 13. Condiciones geométricas para difracción de rayos-X de acuerdo con la ley de Bragg
(Barceinas, 2004)
nλ = 2dhkl sinθ
Para que una familia de planos cristalográficos difracte, la diferencia del camino
recorrido por ondas dispersadas sea un múltiplo entero de la longitud de onda:
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c) cúbica I.- la suma de los índices hkl sea un número par
<
F = / f1 23245 675895:;;
1=>
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4.7. Estabilidad de taludes en vías terrestres
En ambos casos hay una falta de soporte lateral debida al suelo, “ahora”
inexistente. Al desaparecer las tensiones horizontales que lo mantenían en
equilibrio, la nueva configuración comporta otras relaciones de tensiones y
deformaciones que buscarán un nuevo equilibrio, con la consiguiente inducción
de desplazamientos que tienden a movilizar la resistencia al esfuerzo tangencial
(o cortante) del suelo; hasta llegar a un nuevo estado de equilibrio. (Caballero,
2001)
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@AABC CEB FAGH
. . = L 1.20
@AABC CEB IJKF
De acuerdo con Caballero (2001), los estudios de los principales casos están
basados en fórmulas de estabilidad y métodos rápidos de cálculo, en función de
la geometría y de las condiciones geotécnicas del suelo.
P.QRSTSURVURS
. . = L 1.20
P.WXYZ[\XQ[S
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Por ejemplo para estructuras de contención la AASHTO (2001) exige los
siguientes factores de seguridad de estabilidad de taludes:
A continuación se presenta una Tabla que puede servir como base general para
la toma de decisiones sobre factores de seguridad.
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Figura 16. Diagrama de superficie de análisis por el método de dovelas (Gavilanes, 2002)
Para este trabajo sólo se tendrá en cuenta los métodos de Bishop Simplificado
y de Janbu Simplificado, que son con los cuales trabaja el programa Slide, que
será el usado para el análisis de estabilidad de los sitios estudiados.
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Figura 17. Obtención del Factor de seguridad por el método simplificado de Bishop
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