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Apuntes NULIDAD DE LOS ACTOS JURÍDICOS
Apuntes NULIDAD DE LOS ACTOS JURÍDICOS
La nulidad es la sanción legal que priva a un acto jurídico de sus efectos propios o
normales, a raíz de una causa existente en el momento de su celebración.
1) Es una sanción legal: esto significa que es un castigo que la ley impone a quien ha
transgredido un deber legal;
2) Priva al acto jurídico de sus efectos propios o normales: significa que no le permite
producir las consecuencias jurídicas que las partes querían lograr;
La nulidad no implica privar al acto de todos sus efectos; pero el acto queda privado de sus
efectos esenciales, es decir, de aquellos que las partes tuvieron especialmente en mira al
celebrarlo.
1) La nulidad implica una invalidez completa del acto que puede invocarse erga omnes.
Sus efectos pueden ser excesivos y el vicio es originario;
Por ejemplo, los actos celebrados en fraude de los acreedores son inoponibles a éstos,
pero conservan su validez entre las partes y aun respecto de los acreedores cuyo crédito
tiene fecha posterior al acto impugnado.
A) Los actos jurídicos otorgados por quienes adolecen de incapacidad de hecho, sea
absoluta o relativa;
C) Los celebrados por quienes dependen para ese acto de la autorización judicial;
D) Los actos en que los agentes hubieran procedido con simulación o fraude presumido
por la ley; o cuando fuese prohibido el objeto principal del acto; o cuando no tuviese la
forma exclusivamente ordenada por la ley; o cuando dependiese para su validez de la
forma instrumental y fuesen nulos los respectivos instrumentos.
A) Son anulables los actos jurídicos cuando sus agentes obraren con una incapacidad
accidental, como si por cualquier causa se hallasen privados de su razón, por ejemplo, los
dementes no declarados tales;
B) Los otorgados por personas cuya incapacidad impuesta por la ley no fuese conocida al
tiempo de firmarse el acto;
C) Cuando la prohibición del objeto del acto no fuese conocida por la necesidad de alguna
investigación de hecho;
Acto nulo es aquel cuyo vicio se halla manifiesto, patente en el acto mismo. En este caso,
el papel del juez es pasivo; se limita a comprobar la existencia de una invalidez declarada
de pleno derecho por la ley. Es una nulidad precisa, rígida, insusceptible de estimación
cuantitativa.
Por ejemplo; los actos celebrados por un demente declarado son nulos, porque el juez
limita su actividad a comprobar la celebración de aquellos y la interdicción legal para
declarar la invalidez. Cuando al juez le toca resolver la anulación de un acto celebrado por
un demente no declarado debe recibir la prueba y apreciar si los hechos que invocan son
suficientemente graves como para decidir que el otorgante estaba demente en el momento
de la celebración del acto.
Los jueces pueden declarar de oficio una nulidad absoluta sólo en el caso de que el acto
sea nulo, pero no podrán hacerlo sin pedido de parte si fuera anulable, es decir, si la
nulidad no fuera manifiesta.
La nulidad absoluta obedece a una razón de orden público, de interés social; de ahí que
pueda pedirla cualquiera y que, inclusive, el juez pueda y deba declararla de oficio si
apareciere manifiesta, aunque nadie la hubiera pedido. Por el contrario, la nulidad relativa
se establece exclusivamente en interés de las partes intervinientes, únicas que pueden
pedirla.
El principio general en esta materia está sentado en el art. 1050: la nulidad pronunciada
por los jueces vuelve las cosas al mismo o igual estado en que se hallaban antes del acto
anulado.
Es necesario distinguir dos hipótesis diferentes: a) que el acto no haya sido ejecutado; en
tal caso, declarada la nulidad, no es posible exigir el cumplimiento de las obligaciones que
de él derivan; b) que el acto haya sido parcial o totalmente ejecutado. Este es el caso que
da lugar a mayores dificultades. La anulación obliga a las partes a restituirse mutuamente
lo que han recibido en virtud del acto anulado. Puede ocurrir que, como consecuencia de
un acto nulo, las partes hayas entregado cosas productoras de frutos. Si ambos son de
buena fe y una sola cosa es productora de frutos, los mismos deberán ser restituídos a
partir de la notificación de nulidad. Si las dos cosas son productoras de frutos y de buena
fe se compensan. Si la parte que adquirió una cosa productora de frutos es de mala fe,
tiene que devolverlos a partir de la celebración del acto. Si el que actua de mala fe es el
que no tiene los frutos los pierde.
Todos los derechos transmitidos a terceros por los otorgantes del acto anulado quedan sin
ningún valor y pueden ser directamente reclamados a su poseedor actual, salvo que el
tercero sea de buena fe y a título oneroso. Si el tercero es de mala fe pierde el bien y los
frutos también. Si la cosa no produce frutos porque la dejó abandonado debe los frutos y
productos que hubiese obtenido si se hubiese utilizado normalmente. Si es de buena fe y a
título gratuito lo debe devolver, quedandose los frutos y productos hasta la notificación de
la demanda de nolidad. En caso de haber hecho mejoras se le tienen que devolver en
caso de ser de buena fe. Siendo de mala fe los pierde
Prescripción de la nulidad
Según el art. 1059 la confirmación es el acto jurídico por el cual se sanean o purgan los
vicios de otro acto anterior, que estaba sujeto a una acción de nulidad. Importa la renuncia
a ejercer esa acción.
Los únicos actos que pueden confirmarse son los de nulidad relativa. Ésta nulidad está
impuesta para proteger el interés privado, el interés de la persona que sufre el vicio, por lo
tanto es aceptable que la persona a favor de la cual se estableció la nulidad pueda
renunciar a ella y confirmar el acto viciado.
Por ejemplo, si un menor celebró un acto, sólo podrá confirmarlo cuando deje de ser
menor. Además se requiere que al confirmar no exista ningún otro vicio.
2) Tácita: es la que resulta de la ejecución voluntaria, total o parcial, del acto sujeto a una
acción de nulidad. Por ejemplo, cuando tenía 17 años contraje una deuda y por ser menor
no la pagué; al llegar a la mayoría de edad me presento ante el acreedor y pago mi deuda.
Caducidad
Prescripción
Estas se asemejan dado que en ambas se presenta la inacción del titular y el transcurso
del tiempo, pero se pueden establecer ciertas diferencias:
c) la caducidad tiene plazos cortos, la prescripción, por lo general, tiene plazos largos,
siendo el ordinario de 10 años.