Reducción de las emisiones de gases y energía ante la
pandemia del covid-19
La reducción de gases de efecto invernadero o la disminución
del tráfico ilegal de fauna salvaje son algunos de los ejemplos que pueden contabilizarse de los beneficios que está dejando la pandemia del coronavirus a la que se está enfrentando el mundo actualmente para el medio ambiente. El coronavirus es un problema de salud y seguridad humana grave, pero, a medida que las personas, empresas y Gobiernos están cambiado sus comportamientos y patrones cotidianos para contener (o evitar) el virus, también se han producido efectos en el medio ambiente que están siendo inesperadamente beneficiosos. El ‘frenazo’ al que las industrias de gigantes como China se han visto obligadas como consecuencia de la pandemia, la reducción en el número y frecuencia de vuelos entre muchos destinos en todo el mundo, o la suspensión de grandes concentraciones y eventos deportivos, sociales y culturales, así como las precauciones a las que se están sometiendo los ciudadanos en sus movimientos particulares, está trayendo como consecuencia una clara bajada en el nivel de emisiones de gases contaminantes. el cierre de fábricas y comercios , al igual que las restricciones de traslados aéreos impuestas (se estima que entorno al 5% de la contaminación del mundo pertenece a los aviones) ha producido una disminución en las emisiones de CO2 de, al menos, un 25%, debido a reducción en el consumo de combustibles fósiles como petróleo, gas o carbón, entre otros, una cifra que representa, a nivel global, una reducción del 6% aproximadamente.
En cambio, las farmacias han aumentado un 35% las
entradas, los supermercados un 11%, así como las tiendas de electrónica e informática (con un 3% de aumento), coincidiendo con los productos de mayor necesidad para los ciudadanos que se encuentran confinados en sus hogares. Además, en las ciudades turísticas las góndolas están aparcadas y eso ha hecho que los canales de la ciudades aparezcan estos días más limpios y con peces. Sin contaminación por las aglomeraciones de visitantes, la calidad de las aguas ha mejorado notablemente ,Algas marinas, aves y canales transparentes es la imagen que proyecta hoy uno de los destinos del mundo más atractivos para el turismo. Pero una de las consecuencias inesperadas del brote de coronavirus ha sido un aire más limpio y la reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático.