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CONCEPTO:
Molinario definía el derecho registral inmobiliario como el sector del
derecho registral encargado del estudio de los principios y normas que
regulasen la organización y funcionamiento de los organismos
públicos destinados a la recepción de los títulos referidos a los
derechos reales y crediticios que recayesen sobre inmuebles; el modo
en que hubiera de efectuarse cada asiento o inscripción; los medios y
el contenido de la información que sobre lo ya publicado pudieran
expedir esos organismos; y, finalmente, los efectos que resultaran de la
inscripción.
PRINCIPIOS REGISTRALES- Ubicación en la ley 17:.801
Entendemos por principios regístrales siguiendo las expresiones, de
Roca Sastre, los criterios fundamentales, las orientaciones esenciales o
las líneas directrices de un sistema registral
Principio de legalidad
El principio de legalidad exige que haya coincidencia entre los
documentos a registrar y las leyes que los regulan, no solo en cuanto a
su forma sino también en cuanto a los presupuestos de validez de las
titulaciones o pretensiones en ellos contenidas como materia
registrable, y en tanto resulten de los propios documentos. Dicho en
otros términos debe tratarse de documentos legítimamente
conformados en cuanto a su forma y en cuanto a su contenido.
El principio de legalidad sí bien se piensa, puede llegar a agotar la
calificación, pues el examen, del documento es extensivo a otros
aspectos, incluso dominados por otros principios regístrales y en un
sentido amplio siempre será un examen de legalidad o de adecuación
normativa. En nuestro ordenamiento registral el principio de legalidad
esta contenido en el artículo 8 de la ley 1.7.801.
El principio de prioridad es uno de los pilares básicos de todo sistema
registral y, de alguna manera, se confunde con la publicidad registral
misma. Sin el funcionamiento de la prioridad la registración carece de
sentido.' La ley argentina es, a nuestro juicio, una de las más perfectas
en cuanto a la formulación del principio de prioridad: todo el sistema
ha sido articulado en base a reservas de prioridad progresivas que van
naturalmente conformando, o enervando por el transcurso de los.
respectivos plazos, las correlativas posiciones regístrales de los
documentos. Desde la reserva de prioridad que significa la
certificación (art.25), pasando por la del Plazo de presentación (art.5) y
terminando por la de la inscripción provisional y sus prorrogas (art.9),
existe una armónica organización del tiempo registral que concluye
perfecta y equilibradamente en los artículos 17 (oponibilidad e
incompatibilidad), 18 (inscripciones condicionadas) y 19 (prioridad
pura y alteración contractual de la prioridad). Toda esta construcción,
bueno es destacarlo, es netamente argentina.
Principio de especialidad o determinación. El principio de
especialidad, que para nosotros es lo mismo que el de determinación
aunque hay quienes distinguen entre uno y otro, es claramente formal:
esta ordenando a la más perfecta individualización de los asientos
regístrales para lograr, naturalmente, una más perfecta publicidad.
La especialidad como su nombre lo indica, exige la mayor cantidad de
notas para evitar la generalidad. Se extiende a los titulares de los
asientes, a los inmuebles registrados y a los derechos o pretensiones
que se registren. La ley 17801 ha destinado normas cuidadosas para
este principio en sus artículos 11, 12,13 y 14. El artículo 12, y su
correlativo 14, es una cabal expresión del principio de especialidad en
su prolija enumeración de las circunstancias que debe contener el
asiento de articulación y los demás asientos. También lo es el artículo:
32 relativo al registro de las inihibiciones.
Sistemas declarativos
Los registros constitutivos encuadran en la clasificación genérica de
registros de derecho, en contraposición a los registros de títulos. Todos
los derechos que reciben constituyen obligaciones para estos registros,
pues se reservan el monopolio de la titulación para ello transforman
los derechos personales en derechos reales. En este sistema, la
inscripción es un modus adquirendi sustitutivo o complementario de la
traditio. Según el proyecto de Eleodoro Lobos y sus seguidores, la
tradición inmobiliaria requerida por nuestro Código Civil solo "se
juzgara hecha" mediante la inscripción en los registros
correspondientes, con lo cual estos organismos se habrán transformado
en "constitutivos",
Sistemas declarativos; Cuando basta el título para la transmisión
inmobiliaria (solo consenso), corno lo estableció en 1804 el Código de
Napoleón, 'o cuando se requiere el tituló y la tradición de la cosa para
que haya derecho real, el registro adquiere, carácter declarativo. Se lo
llama así por cuanto reconoce la preexistencia de los derechos reales,
de los cuales toma nota para su oportuna publicidad y otros efectos que
señalen las leyes.
Registros deudos y registros de títulos En cuanto a las formalidades
exigidas para la inscripción, existen registros de actos y de títulos. Los
primeros se caracterizan por la formalización del título que será objeto
de inscripción ante la propia instancia del Registro. Un buen ejemplo
puede encontrarse en nuestra normativa sobre la propiedad 'automotor,
donde lo normal es que los interesados comparezcan ante el
registrador, a fin de que este certifique las, firmas de su solicitud de
inscripción, solicitud que hace las veces de contrato publico.
Los registros de títulos o documentos, en cambio, basan la inscripción
en el acto o contrato ya formalizado, por lo que se comprende que, al
no haberse fiscalizado su conclusión, se prevea en sus respectivos
Ordenamientos la exigencia de titulación pública para esos
documentos, junto con ciertos poderes de control sobre la legalidad,
siquiera formal, de los mismos. En ello consistiría el principio de
legalidad, principio absolutamente vigente para el sistema argentino, a
la luz de los arts. 3 y 8 de la ley 17801.
Títulos susceptibles de inscripción: Según la naturaleza del derecho
que generan o el motivo de publicidad que concretan los títulos que
son susceptibles de inscripción pueden clasificarse en cuatro grandes
grupos.
En el primero encuentran los que "constituyen transmitan, declaren,
modifiquen o extingan derechos reales, esto es, los derechos de
dominio, en cualquiera de sus modalidades (condominio, propiedad
horizontal), usufructo, uso, habitación servidumbre, hipoteca,
anticresis o superficie (forestal.
En el segundo grupo estaría conformado por los derechos personales
admitidos expresamente a inscripción. Así por ejemplo, ciertAs
locaciones, las expectativas de dominio derivadas de un boleto de
compraventa, el derecho de opción derivado de un contrato de leasing,
etc.
La tercera categoría la constituyen los que podrían denominarse "actos
voluntarios con trascendencia juridico real. Y es que., también con
base en la remisión que se realiza en la ultima letra del art..2 de la ley
17.801, se permite la incorporación al Registro de ciertos actos
voluntarios que, reconocidos en la legislación especial, alteran lo
condiciones jurídicas de un inmueble. La afectación al régimen de la
propiedad horizontal, al de prehorizontalidad, o la constitución del
bien de familia serian sus mejores ejemplos.
El ultimo grupo integran las medidas cautelares y demás actos de
naturaleza coactiva. En este 'rubro entraran las providencias cautelares
cuya inscripción admite el art.2 en su letra b). Son las anotaciones de
litis, embargos y prohibiciones de innovar o contratar, Se caracterizan
por afectar el inmueble al resultado final del proceso donde se han
trabado. Se concretan de un modo objetivo, mediante la práctica de un
asiento, en la hoja de la finca. Esto es la diferencia de ese grupo de
pronunciamientos judiciales que también integra la categoría ahora
comentada. Se trata de las declaraciones de inhibición o incapacidad
de las personas a las que se refieren y, luego, desarrollan los arts. 30 a
32 de la ley. Su esencial alcance personal y no dependiente de una
finca en particular conlleva una importante excepción al sistema del
folio real, en la consideración de que la mejor manera de llevar la
información atinente a estas medidas es a través de una especie de
índice de personas que garantice en todo caso el cumplimiento de la
interdicción decretada en relación con cualquier derecho del que
pudiera ser titular, y no solo con los que tuviera al tiempo de
presentarse el correspondiente oficio.
Aspectos dé calificación: Para la inscripción en el registro como regla
general, se requiere del pertinente instrumento público, notarial,
judicial, o. administrativo, que acredite el título que se presenta.
Se prevén excepciones, esto es, la práctica de asientos a partir de
documentos privados, pero ello siempre que se acredite la firma de sus
otorgantes: por Escribano o autoridad competente; así, como una de
esas excepciones pueden' citarse los contratos de arrendamientos o
subarrendamiento, cuando se admitan a inscripción,
LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO REGISTRAL INMOBILIARIO:
Los principios del Derecho registral inmobiliario son los criterios
básicos que disciplinan un concreto sistema de publicidad jurídica
fundiaría. Su principal función consiste en vertebrar, estructurar cada
sistema. Ese carácter se percibe especialmente cuando la normativa ha
de ser interpretada, momento en el que los principios se manifiestan de
modo de canon sistemático con el objeto de relacionar el precepto
aplicable con el contexto legal al que pertenecen,. De esta manera,
mostrarían toda su eficacia a la hora de calificar un documento, cuando
el Registrador tiene que decidir si un título se inscribe o no, pues, en
ese instante, los principios le concederían una visión unitaria y de
conjunto de este Concreto sector del ordenamiento.
-Principio de inscripción:
Por el principio de inscripción se quiere hacer referencia al valor y
efectos de la inscripción en relación con la constitución, transmisión,
modificación o extinción de derechos reales. Así, se habla de
inscripción constitutiva cuando supone una fase necesaria para que el
acto jurídico en cuestión despliegue sus efectos, y de inscripción
declarativa si solo se requiere frente a terceros.
-Principio de oponibilidad Según este principio, los títulos inscritos se
imponen frente a los que no lo están. A la inversa, los títulos de
dominio o de otros derechos reales sobre bienes inmuebles, que no
estén debidamente inscritos o anotados en el Registro de la Propiedad,
no pueden perjudicar a, terceros. En tal sentido, la inoponibilidad
significa que lo no inscrito no puede afectar a los titulares inscritos ni
limitar sus derechos, pero también, en buena lógica; que lo inscrito con
posterioridad es de peor condición jurídica a los que ya se encontrara
registrado.
- Principio de legitimación Por el juego de este principio, se presume
que el contenido del Registro refleja fielmente la realidad jurídica, en
tanto no se declare su inexactitud por cualquiera de los medios
señalados en la ley.