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VISION COMPARTIDA DE FUTURO

Presentado a:
Carlos Arturo. Ramírez
Docente

Presentado por:
Diana Colombia Carrillo Figueroa
Estudiante

Programa: Administración de Empresas

UNIVERSIDAD DE NARIÑO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ADMINISTRATIVAS Y
CONTABLES
SAN JUAN DE PASTO
2020
RESUMEN

El concepto de futuro siempre ha sido muy controvertido, el futuro es un


significado del pasado con una consecuencia posteriores, en la mente y razón
humana fue creado con la finalidad de darle un sentido a la vida, es representado
como una categoría mental, que no es materializable, y que no se puede encontrar
en ninguna parte. Con el paso del tiempo el futuro tiene varias connotaciones en el
papel que desempeña en el ser humano y su historia, existe una inclinación a
explorar el futuro en el largo plazo y en cada época se desarrolla de una manera
diferente. Decoufle propone 3 alternativas de la evolución del futuro en la historia
presentadas en diferentes contextos.

Mágico – Religioso: Surgieron prácticas de adivinación y profecías en las que se


decía que el mundo era el destino y estaba ligado a personas sobrenaturales que
regían sobre este.

Literario: Tomaron fuerza la utopía y la ciencia ficción en las que se usaba la


imaginación para crear futuros diferentes a los del momento, predominaba el
futuro como porvenir.

Futuro como devenir: Incorpora transformaciones históricas con miras a


estructurar las acciones del presente en el sentido deseado.

1. Futuro como destino: Este futuro implica dos concepciones que están
estrechamente relacionadas entre sí: El fatalismo y el desciframiento

Fatalismo: En esta concepción se dice que el futuro no se puede conocer,


simplemente acontece y es indiferente a la voluntad del ser humano, no existe
libertad ni responsabilidad.

Desciframiento: En esta teoría el futuro es descifrable y si se pueden conocer


las fuerzas a las cuales está ligado, y solo se dice que esta facultad la posen
algunos “iniciados” como llama el libro a aquellas personas que son capaces
de leer lo que sucederá a partir de diferentes medios.
Según el desciframiento surge la adivinación y la profecía en la cual se
pretende saber la suerte de un individuo mientras que la profecía cree conocer,
las diferentes culturas han creado sus propias expresiones y cultura.

2. El futuro como porvenir: Este futuro se convierte en objeto de la


descripción imaginativa tal como pasa en la utopía y la ciencia ficción
2.1 Utopía: Es un esfuerzo en la cual se trata de imaginar una sociedad en
la que todos los hombres quisieran vivir si pudieran, de acuerdo a una
seria de condiciones sociales.

2.2 La ciencia ficción: En este género literario participan dos elementos:


extrañeza (Que hace referencia a géneros realísticos o empíricamente
miméticos) y cognición (Hace referencia a géneros no realísticos y se
constituye dentro de un marco imaginario), la especificidad que define la
ciencia ficción es la hegemonía de crono tipos narrativos.

2.3 Los tipos de reflexiones acerca del futuro: los productores de


imágenes de futuro recurren a un repertorio básico compuesto de cuatro
esquemas fundamentales que giran alrededor de esquemas
fundamentales: La civilización y el progreso, para Cazes todo ocurre
como si los productores de imágenes se plantearan las siguientes
preguntas:
- ¿La civilización moderna proseguirá su auge o perderá terreno?
- ¿Esta extensión o este retroceso de la civilización van a la par con el
progreso, o por el contrario hay una regresión respecto a la situación
actual?

2.4 Transformaciones recientes de la utopía y la ciencia ficción


A la ciencia ficción siempre la acompaña la inquietud por lo desconocido
y la esperanza en la capacidad científica y el ingenio humano, también
persiste una aguda critica al realismo, una manifiesta inconformidad
ante su apego a lo existente y la incapacidad a la sociedad para vivir
mejor.

Sin embargo, después de la post guerra fría se han presentado tendencias a


demoler la idea corriente que concibe la utopía como sueño fantástico e
irrealizable, como sociedad ideal y perfecta, realización del paraíso en la tierra.

El futuro como DESTINO, que afirma en cambio, que el futuro si es descifrable y


se pueden conocer las fuerzas ocultas que lo producen. Pero esta ES UNA
FACULTAD O UN DON SOBRENATURAL que solo poseen algunos “iniciados”,
quienes son capaces de leer lo que advendrá a partir de diversos medios: las
vísceras de los animales, las estrellas, los residuos del café, las cartas, las manos,
etc. Tales “predestinados” pueden “predecir” “el futuro”, visto como una única
posibilidad que va a acaecer “pase lo que pase”. De todos modos, el futuro es algo
inevitable, causado por un designio divino o sobrenatural. Por ende, está “más
allá” del alcance del ser común y corriente. Es algo que se revela a unos pocos
elegidos, quienes tienen una relación especial con la fuente inspiradora de los
sucesos.
Si se piensa el futuro como PORVENIR, o algo por suceder, se convierte en objeto
de la descripción imaginativa tal y como se ha relatado en la Utopía y en la Ciencia
Ficción. Cuando se habla de Utopismo, según KATEB (1977) se designa una larga
tradición de pensamiento sobre la sociedad perfecta, la cual se identifica con la
armonía del hombre consigo mismo y con los demás. En realidad, el UTOPISMO
se constituye en un esfuerzo por imaginar una sociedad en la cual todos los
hombres quisieran vivir si pudieran, de acuerdo con una serie de condiciones
sociales. Los “ingredientes” necesarios para lograr la armonía que suelen citarse
son la paz perpetua, la entera satisfacción de las necesidades humanas, un
trabajo satisfactorio o un ocio profundo, o una saludable mezcla de ambos; una
extrema igualdad, o una desigualdad basada en causas racionales y justas; la
ausencia de autoridad o un modo de participación de todos los ciudadanos tal que
puedan acceder a la autoridad y ejercerla; y una virtud lograda prácticamente sin
esfuerzo.

3. El futuro como devenir:


El futuro como DEVENIR o proceso histórico “encadenado” (pasado + presente
+ futuro), se vuelve objeto del discurso de la acción y en consecuencia se torna
objeto del interés de los estudios del futuro, los cuales emergieron
progresivamente a nivel mundial después de muchos años de antecedentes y
desarrollos previos. Los estudiosos del futuro han insistido en que si se pueden
investigar los futuros posibles (los futuribles). De acuerdo con Bertrand de
Jouvenel (1967) es factible indicar algunas direcciones que puede tomar el
futuro, siempre en términos de una baraja de alternativas. El fundamento para
indicar tales futuros viene de los rastros del pasado, los datos de cómo se
comporta el presente (los factores) y las imágenes mentales o
representaciones de aquello que puede advenir (los futura). Desde entonces, el
objeto de los estudios del futuro es la exploración sistemática de los futuros
posibles a fin de mantener y/o mejorar la libertad, el bienestar y el desarrollo
humano y sostenible, ahora y en el futuro

COMENTARIO

En aquellos famosos cuadros colgados en la pared de muchas empresas


denominados MISIÓN y VISIÓN… uno suele encontrarse con cosas como
“Seremos una empresa de excelencia”, “Seremos los líderes en nuestro rubro” sin
embargo sin querer, lo que se hace, más que acercarse a esa visión es alejarse
cada vez más. Cuando se dice: “Seremos…” intrínsecamente se
implican detrás de eso tres aspectos importantes:
1- No lo somos,
2- Tenemos un camino largo y duro por recorrer para serlo
3- Es posible que no lo logremos.
Automáticamente nos separamos entre quienes somos y nuestra visión de lo que
queremos lograr.
Imaginen a William Wallace diciéndole al rey de Inglaterra “Bueno, quizás algún
día seremos libres”, “Lo vamos a intentar, veremos qué podemos hacer para ser
libres”.
Cuando lo ves a William Wallace hablando de su libertad, todo su ser, todo su
cuerpo, y su discurso hablan de libertad, no es una conceptualización racional. No
la libertad como una visión a la cual apuntan como pueblo, sino como un estado
de su ser actual, desde donde parten. Él dice “Somos libres”, y a parir de esta
declaración en el lenguaje, todos sus pensamientos, todas sus acciones, toda su
energía están en sintonía con la libertad.

El futuro NO existe, no existió ni existirá jamás, es solo una conversación que


tenemos hoy en el presente. No podemos predecir el futuro como si existiera
independientemente de nuestro lenguaje. Lo que podemos hacer, es crearlo a
nuestra manera, más el futuro no existe, es nuestra propia creación. Podemos
imaginarnos el futuro como lo siguiente:
¿Cómo se ve el mundo desde este nuevo lugar?, ¿Cómo se siente?, ¿Qué
está pasando?, ¿Cómo lo logramos?, ¿Cómo estamos coordinando
acciones?, son algunas de las preguntas que nos hacemos para poder estar
“viviendo el resultado”.
Algunas preguntas que nos ayudan a pararnos en el resultado
– ¿Cómo sería si pudiésemos hacerlo? - ¿Que conversaciones que no estamos
teniendo, podemos empezar a tener? - ¿Cómo se vería un resultado ideal? -
¿Quiénes podemos ser para crear el cambio que necesitamos? - ¿Qué pasaría si
hacemos eso que nadie todavía hizo? - ¿Qué tendría que pasar para que estemos
satisfechos con los resultados?
Desde la planificación tradicional, generalmente desechamos cualquier idea
o proyecto que este por fuera de lo que consideramos el límite de lo posible,
lo que para nosotros juzgamos irracional, sin darnos cuenta que como seres
humanos somos incapaces de ver la “realidad” tal cual es, sino que solo
podemos ver lo que como observadores podemos interpretar por nuestras
historias, experiencias pasadas, prejuicios y capacidades. ¿podremos ir más
allá de nuestras capacidades? ¡Por supuesto que si!
El considerarnos seres racionales nos ayudó a llegar hasta donde llegamos en la
actualidad, que por cierto ya es mucho, pero hoy es la mayor fuente de limitación
como seres humanos. Matamos nuestra propia creatividad al desechar ideas que
salgan de lo ya establecido.
Cuando planificamos el futuro desde el presente pensando en lo que pasó en el
pasado, entonces hacemos que el “futuro sea una prolongación del pasado”, o
sea, más de lo mismo. Comenzamos a tomar las pequeñas acciones que están a
nuestro alcance por los recursos limitados que tenemos, y esto hace que
caminemos muy despacio, ocupándonos de las cosas urgentes y entrando en
círculos viciosos de los cuales es muy difícil salir. Racionalizamos acerca de las
posibilidades a futuro, pero nuestro cuerpo sigue preso de la angustia y la
resignación por la “realidad” actual.
“Pararnos en el resultado de lo que queremos” nos permite vivir en el
cuerpo la sensación de ya haberlo logrado. El camino se hace mucho más
fácil, como personas nos sentimos mucho más seguros. Cuando tu lenguaje
y tu cuerpo hablan el mismo idioma, nuestras acciones son mucho más
precisas, consistentes, y poderosas. Dejamos de ver a la posibilidad como
algo que hay que buscar o encontrar, sino que “nosotros somos la
posibilidad”, y desde nosotros creamos el cambio que queremos lograr.
Hay una famosa frase que dice “Si quieres ser fuerte, hazte el fuerte”.
Generalmente creemos que solo podemos hacer las cosas que nuestro ser nos lo
permite. “Somos chicos, por eso no podemos hacer lo que hace la empresa
grande”. Esta creencia destruye toda posibilidad de cambio. Podemos seguir
creyendo que esa es la única verdad, o podemos empezar a ver que también
nuestro hacer genera quienes nosotros somos. “Por no hacer las cosas que hacen
las grandes empresas, es que somos chicos”.
Si esperamos a tener coraje para tomar desafíos, quizás nunca hagamos nada, si
nos comprometemos a desafiarnos a nosotros mismos, en el preciso momento en
el que tomamos el desafío, estamos siendo valientes. Tal y como lo decía Robert
Kiyosaki en su libro “Retírate Joven y Rico”: Esperar a que todas las condiciones
sean seguras para avanzar hacia el éxito, es igual a esperar a que todos los
semáforos estén verdes para arrancar.
Ahora que sabes que el futuro no existe realmente, puedes compartir este
conocimiento y utilizarlo para mejorar en aquellos aspectos de tu vida que
consideras pendientes. “¡Encárgate ahora, y relájate después!”

La visión de futuro nos invita a actuar de forma proactiva ideando ese mañana,
desde nuestros valores, principios, actitudes y fortalezas. Supone liderar y soñar el
destino donde queremos estar. Esa claridad es la que nos mueve y nos da la
fuerza de voluntad suficiente para empezar a generar los cambios para el logro del
futuro deseado. Es una actitud emprendedora necesaria para sacar adelante los
sueños personales, familiares, educativos y por supuesto empresariales. Tener
una visión requiere de un punto de referencia de éxito que nos permite cambiar
nuestros paradigmas y ser más competitivos para superar los desafíos del siglo
XXI; ayuda a generar confianza en mí mismo y el querer colaborar con otros en
aras de construir un espacio de relaciones donde las diferencias individuales se
convierten en una fuente de oportunidades.

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