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DISPOSICIONES GENERALES

Se amplía el objeto de la ley a los principios que informan el ejercicio de la iniciativa


legislativa y la potestad reglamentaria de las Administraciones; se prevé su aplicación a los
sujetos comprendidos en el Sector Público y se determina la previsión de que solo
mediante Ley puedan establecerse trámites adicionales o distintos a los contemplados en
la norma

CAPACIDAD DE OBRAR
Se extiende la capacidad de obrar en el ámbito del Derecho administrativo a los grupos de
afectados, las uniones y entidades sin personalidad jurídica y los patrimonios
independientes o autónomos cuando la Ley así lo declare expresamente.

REPRESENTACIÓN
En materia de representación se introducen nuevos sistemas para acreditarla. Destaca el
apoderamiento apud acta presencial o electrónico o a través de la acreditación de su
inscripción en el registro electrónico de apoderamientos de la Administración pública
competente.

IDENTIFICACIÓN Y FIRMA DEL INTERESADO


La separación entre la identificación del interesado y su firma electrónica, así como la
simplificación de medios para acreditar una u otra. Con carácter general, en todo
procedimiento administrativo es necesaria la primera, y se sólo de exigirá el uso obligatorio
de la segunda cuando deba acreditarse la voluntad y consentimiento del interesado.
Además, se establece, con carácter básico, un conjunto de categorías de identificación y
firma que deberán utilizar todas las Administraciones.

TRAMITACIÓN ELECTRÓNICA
La Ley identifica los sujetos obligados a relacionarse electrónicamente con las
Administraciones Públicas.
Establece la obligación de todas las Administraciones públicas de contar con un registro
electrónico general o, en su caso, adherirse al de la Administración General del Estado.
Además, deberán mantener un archivo electrónico único de los documentos de los
procedimientos finalizados de cada una de ellas.

COPIAS DE LOS DOCUMENTOS


Se clarifica y simplifica el régimen de validez y eficacia de las copias de los documentos y
obliga a las Administraciones públicas a contar con un registro de funcionarios habilitados
para realizar copias auténticas.

PLAZOS
En materia de plazos se introduce el cómputo por horas y la declaración de los sábados
como días inhábiles, unificando de este modo el cómputo de plazos en el ámbito judicial y
el administrativo.

REQUISITOS, NULIDAD Y ANULABILIDAD ACTOS

Se mantiene la regulación sobre los requisitos de los actos administrativos, su eficacia y

las reglas sobre nulidad y anulabilidad establecidas en la Ley 30/1992, de 26 de

noviembre.

RÉGIMEN DE NOTIFICACIONES
Se determina que las notificaciones electrónicas serán preferentes y en el procedimiento
administrativo común se generaliza la utilización en todas las fases de los medios
electrónicos, regulando su formato electrónico y los documentos que deben integrarlo.
reglas sobre nulidad y anulabilidad establecidas en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre.

PROCEDIMIENTO SANCIONADOR Y RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL


Se integran en el procedimiento administrativo común, como especialidades, los anteriores
procedimientos especiales relativos al ejercicio de la potestad sancionadora y la
responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas.

TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA
Se regula la tramitación simplificada del procedimiento administrativo común, donde se
establece su ámbito objetivo de aplicación, el plazo máximo de resolución que será de
treinta días y los trámites de que constará.

REVISIÓN DE LOS ACTOS


Mantenimiento de la regulación establecida por la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
revisión de los actos en vía administrativa.
RECLAMACIONES PREVIAS A LA VÍA CIVIL Y LABORAL
Se suprimen las reclamaciones previas a la vía civil y labora

ELABORACIÓN DE NORMAS
Se incluyen varias novedades para incrementar la participación de los ciudadanos en el
procedimiento de elaboración de normas.
 
Así, será necesario recabar, con carácter previo a la elaboración de la norma, la opinión de
ciudadanos y empresas acerca de los problemas que se pretenden solucionar con la
iniciativa, la necesidad y oportunidad de su aprobación, los objetivos de la norma y las
posibles soluciones alternativas.
 
Además, se incluye que las Administraciones divulgarán un Plan Anual Normativo que
recogerá las propuestas con rango de ley o reglamento que vayan a ser aprobadas al año
siguiente.

ENTRADA EN VIGOR
La entrada en vigor de esta ley está prevista al año de su publicación en el BOE.
 
No obstante, hay otros plazos específicos:
 
• Las previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos, registro electrónico,
registro de empleados públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la
Administración y archivo único electrónico producirán efectos a partir del día 2 de octubre
de 2020. (Nueva redacción dada por el artículo sexto del Real Decreto-ley 11/2018, de 31
de agosto, de transposición de directivas en materia de protección de los compromisos por
pensiones con los trabajadores, prevención del blanqueo de capitales y requisitos de
entrada y residencia de nacionales de países terceros y por el que se modifica la Ley
39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas).
 
• Un año a partir de la entrada en vigor de la Ley, para que se adecúen a la misma las
normas reguladoras estatales, autonómicas y locales de los distintos procedimientos
normativos que sean incompatibles con lo previsto en esta Ley.

NORMAS QUE DEROGA


La Ley deroga expresamente:
 
• La Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
 
• La Ley 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los
Servicios Públicos.
 
• Los artículos 4 a 7 de la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible.
 
• El Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los
procedimientos de las Administraciones públicas en materia de responsabilidad
patrimonial.
 
• El Real Decreto 1398/1993, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento del
Procedimiento para el Ejercicio de la Potestad Sancionadora.
 
• Real Decreto 772/1999, de 7 de mayo, por el que se regula la presentación de
solicitudes, escritos y comunicaciones ante la Administración General del Estado, la
expedición de copias de documentos y devolución de originales y el régimen de las
oficinas de registro.
 
• Los artículos 2.3, 10, 13, 14, 15, 16, 26, 27, 28, 29.1.a), 29.1.d), 31, 32, 33, 35, 36, 39,
48, 50, los apartados 1, 2 y 4 de la disposición adicional primera, la disposición adicional
tercera, la disposición transitoria primera, la disposición transitoria segunda, la disposición
transitoria tercera y la disposición transitoria cuarta del Real Decreto 1671/2009 de 6 de
noviembre, por el que se desarrolla parcialmente la Ley 11/2007, de 22 de junio, de
acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos.
LEY 40 /2015
PRINCIPIOS GENERALES
Incorpora, entre los principios generales de actuación de las Administraciones públicos, el
de transparencia y el de planificación y dirección por objetivos, como exponentes de los
nuevos criterios que han de guiar la actuación de las unidades administrativas.

FUNCIONAMIENTO ELECTRÓNICO DEL SECTOR PÚBLICO


Se integran en la Ley las normas hasta ahora contenidas en la Ley 11/2007 relativas al
funcionamiento electrónico del sector público, estableciendo que las relaciones entre las
Administraciones públicas deben mantenerse por medios electrónicos que aseguren la
interoperabilidad y seguridad de los sistemas y soluciones adoptadas por cada una de
ellas.
 
Establece, por tanto, el funcionamiento electrónico del Sector Público.

ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS
El régimen de los órganos administrativos se basa fundamentalmente en la Ley 30/1992,
de 26 de noviembre, con ciertas novedades. La creación de órganos solo podrá hacerse
previa comprobación de que no exista ninguna duplicidad con los existentes.
 
Se completan las previsiones sobre los órganos de la Administración consultiva y se
mejora la regulación de los órganos colegiados, destacando la generalización del uso de
medios electrónicos para su actuación.

ABSTENCIÓN Y RECUSACIÓN
Se incluye, como motivo de abstención y recusación, el vínculo matrimonial o situación de
hecho asimilable.

PRINCIPIOS POTESTAD SANCIONADORA Y RESPONSABILIDAD


En esta Ley se incluyen los principios del ejercicio de la potestad (no del procedimiento)
sancionadora y de la responsabilidad patrimonial.
 
Modifica la responsabilidad patrimonial del Estado Legislador por las lesiones que sufran
los particulares en sus bienes y derechos derivadas de leyes declaradas inconstitucionales
o contrarias al Derecho de la Unión Europea.

CONVENIOS
Establece un marco general regulador de los convenios.

ADMÓN. GENERAL DEL ESTADO


Establece una nueva regulación de la Administración del Estado General del Estado en
sustitución de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado.

INVENTARIO DE ENTIDADES DEL SECTOR PÚBLICO


Se crea el Inventario de Entidades del Sector Público Estatal, Autonómico y Local y se
establece la obligatoriedad de inscribir la creación, transformación, fusión o extinción de
cualquier entidad que integre el sector público institucional.

EL SECTOR PÚBLICO. LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS Y EL SECTOR PÚBLICO


INSTITUCIONAL ARTÍCULO 2 LPACA LRJSP

EL SECTOR PÚBLICO
Las nuevas leyes LPACA y LRJSP se aplican al sector público.
 
Es una concepción más actualizada, amplia e integradora que la de Administración
Pública territorial e institucional tradicional, en línea con previsiones normativas
previas (arts. 3 LCSP, 3 LGP y 2 LEPSF).

¿QUÉ COMPRENDE EL SECTOR PÚBLICO?


a) La Administración General del Estado.
 
b) Las Administraciones de las Comunidades Autónomas; y entre ellas, por tanto, la
Administración de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
 
c) Las Entidades que integran la Administración Local.
 
d) El sector público institucional.

¿QUÉ INTEGRA ESTE SECTOR PÚBLICO INSTITUCIONAL?


a) Cualesquiera organismos públicos y entidades de derecho público vinculados o
dependientes de las Administraciones Públicas. (los organismos públicos y las
entidades públicas empresariales).
 
b) Las entidades de derecho privado vinculadas o dependientes de las Administraciones
Públicas (las fundaciones o las empresas públicas; sujetas a lo dispuesto en la LPACA y la
LRJSP en lo que específicamente se refiera a las mismas, y en todo caso, cuando ejerzan
potestades administrativas).
 
c) Las Universidades públicas. (se rigen por su normativa específica y subsidiariamente
por las previsiones de la LPACA y la LRJSP).

¿QUÉ ES EL INVENTARIO DE ENTIDADES DEL SECTOR PÚBLICO

ESTATAL, AUTONÓMICO Y LOCAL?


Es un nuevo registro público administrativo, dependiente de la Intervención General de
la Administración del Estado, que permite contar con información actualizada del número y
los tipos de organismos públicos y entidades existentes en cada momento.
 
Resulta obligatorio inscribir en él la creación, transformación o extinción de todas
las entidades integrantes del sector público institucional cualquier que sea su
naturaleza jurídica, en los términos y condiciones específicos recogidos en los arts. 82 y 83
LRJSP.

¿Y QUÉ SUCEDE CON LAS CORPORACIONES DE DERECHO PÚBLICO,

COMO POR EJEMPLO LOS COLEGIOS PROFESIONALES?


Se rigen por su normativa específica en el ejercicio de las funciones públicas que les
hayan sido atribuidas por Ley o delegadas por una Administración Pública, y
supletoriamente por la LPACA.

¿DE ACUERDO CON QUÉ PRINCIPIOS GENERALES DEBEN ACTUAR LAS

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS?
Los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación,
sirviendo con objetividad a los intereses generales, y con sometimiento pleno a la
Constitución, a la Ley y al Derecho.

¿QUÉ PRINCIPIOS MÁS EN CONCRETO DEBEN RESPETAR EN SUS

RELACIONES Y ACTUACIONES LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS?


a) Servicio efectivo a los ciudadanos.
 
b) Simplicidad, claridad y proximidad a los ciudadanos.
 
c) Participación, objetividad y transparencia de la actuación administrativa.
 
d) Racionalización y agilidad de los procedimientos administrativos y de las actividades
materiales de gestión.
 
e) Buena fe, confianza legítima y lealtad institucional.
 
f) Responsabilidad por la gestión pública.
 
g) Planificación y dirección por objetivos y control de la gestión y evaluación de los
resultados de las políticas públicas.
 
h) Eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados.
 
i) Economía, suficiencia y adecuación estricta de los medios a los fines institucionales.
 
j) Eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos.
 
k) Cooperación, colaboración y coordinación entre las Administraciones Públicas,
preferentemente a través de medios electrónicos.

¿Y EN EL ÁMBITO MÁS PARTICULAR DE LA INTERVENCIÓN DE LAS

AAPP PARA EL DESARROLLO POR LOS PARTICULARES DE UNA

ACTIVIDAD?
El principio de proporcionalidad, eligiendo la medida menos restrictiva de entre las
posibles, motivando su necesidad para la protección del interés público, así como
justificando su adecuación para lograr los fines que se persiguen, sin que en ningún caso
se produzcan diferencias de trato discriminatorias.
¿Y PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE

CASTILLA Y LEÓN?
Además de los principios anteriores, de acuerdo con lo previsto en los arts. 5 a 8 LDCCyL,
estos otros:
a) Principio de orientación al ciudadano.
b) Principio de transparencia
c) Principio de eficiencia
d) Principio de economía
e) Principio de simplicidad
f) Principio de comprensión
g) Principio de modernización e innovación
h) Principio de mejora continua
i) Principio de anticipación o proactividad
j) Principio de prevención
k) Principio de celeridad
l) Principio de responsabilidad
m) Principio de participación ciudadana
n) Principio de equilibrio territorial
ñ) Principio de conciliación de la vida personal, familiar y laboral
o) Principios de colaboración, cooperación y coordinación con otras
Administraciones Públicas
ARTÍCULO 13 DE LPACA DERECHOS DE LAS PERSONAS EN SUS RELACIONES
CON LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS.

A) A comunicarse con las Administraciones Públicas a través de un Punto de Acceso


General Electrónico de la Administracíon
B) A ser asistido en el uso de medios electrónicos en sus relaciones con las
Administraciones Públicas
C) A utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su Comunidad Autónoma, de
acuerdo con lo previsto en LPACA y en el resto del ordenamiento jurídico
D) A acceder a la información Pública, archivos y registros, de acuerdo con lo previsto
en la LT y LTCYL para la Comunidad de Castilla y León.

EL ARTÍCULO 13 LPACA
A acceder a la información pública, archivos y registros, de acuerdo con lo
previsto en la LT (y la LTCyL para la Comunidad Autónoma de Castilla y León).
 
El derecho de acceso de los ciudadanos a la información pública está reconocido en el
art. 105.b) CE, remitiendo a una ley su regulación.
 
Esta ley, es ahora la LT (Ley 19/2013, de transparencia ,acceso a la información
pública y buen gobierno), que regula este derecho en el capítulo III de su título I.
 
La transparencia pretende el conocimiento directo por los ciudadanos del
funcionamiento y actividad de los sujetos que realizan actividades públicas o que son
financiadas con fondos públicos.
 
¿Y en el ámbito de la Comunidad de Castilla y León?

LT
El art. 12 LT reconoce así el derecho de todas las personas de acceder a la información
pública en los términos que desarrolla con carácter básico, y establece que asimismo, y en
el ámbito de sus respectivas competencias, será de aplicación la correspondiente
normativa autonómica.

TRANSPARENCIA
Normativamente se prevé que la transparencia pueda alcanzarse a través de dos vías:
mediante la primera, la denominada publicidad activa, los sujetos obligados dan a conocer
a través de medios accesibles, preferentemente en sedes electrónicas o páginas web y
creando un portal de transparencia, los elementos y características de su actividad;
mediante la segunda, la llamada publicidad pasiva, las personas acceden a la información
pública en general, y los archivos y registros administrativos en particular.

ÁMBITO DE LA COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN


El art. 12.c EACyL establece que la ley garantiza el acceso a los archivos y registros
administrativos, a los documentos de las instituciones y administraciones públicas de
Castilla y León y a la información administrativa, con las excepciones que legalmente se
establezcan).
 
En cumplimiento de este mandato, la LTCyL tiene por objeto regular la transparencia de la
actividad pública, el derecho de acceso a la información pública y su reutilización y la
participación en los asuntos públicos de la Comunidad a través del Portal de Gobierno
Abierto - que ya venía funcionando con anterioridad, desde su puesta en marcha a través
del Acuerdo 17/2012, de 8 de marzo; http://www.gobiernoabierto.jcyl.es/
 
En el capítulo II del título I de la LTCyL se regula así el derecho de acceso a la información
pública, desarrollado a su vez en el Decreto 7/2016, de 17 de marzo, por el que se regula
el procedimiento para el ejercicio del derecho de acceso a la información pública en la
Comunidad de Castilla y León.
 
Se trata de un procedimiento que se inicia a instancia de parte con la presentación de la
correspondiente solicitud, cuyo contenido así como forma y medio de presentación se
regula. Así mismo se regula su tramitación, la aplicación de las causas de inadmisión y de
los límites al derecho de acceso, y finalmente la resolución con el contenido de la misma y
cómo se formaliza el acceso a la información.
 
Por último se prevé la impugnación de las resoluciones expresas o presuntas en materia
de acceso ante la Comisión de Transparencia.

E) A ser tratados con respeto y deferencia por las autoridades y empleados públicos
que han de facilitarles el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
obligaciones.
F) A exigir las responsabilidades de las Administraciones Públicas y Autoridades,
cuando así corresponda legalmente.
G) A obtener y utilizar los medios de identificación y firma electrónica contemplados
en esta Ley
H) A la protección de datos de carácter personal, y en particular a la seguridad
confidencialidad de los datos que figuren en los ficheros, sistemas y aplicaciones
de las administraciones públicas.
I) Cualquiera otro que les reconozca la Constitución y las Leyes.
LOS ARTÍCULOS 14 Y 15 LPACA
a) El derecho a relacionarse electrónicamente con las Administraciones Públicas (artículo
14 LPACA).
 
En la utilización de medios electrónicos en las relaciones de las personas con las
Administraciones Públicas la Ley parte del principio de libre elección de hacerlo a través
de éstos o de los medios tradicionales, pudiendo además ser modificado el medio elegido
en cualquier momento.
 
No obstante ello, hay sujetos que están obligados a relacionarse a través de medios
electrónicos con las Administraciones Públicas para la realización de cualquier
trámite de un procedimiento administrativo.
 
De otro lado, las Administraciones pueden establecer reglamentariamente la
obligación de relacionarse con ellas a través de medios electrónicos para
determinados procedimientos y para ciertos colectivos de personas físicas que por
razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otros motivos quede
acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.

LOS ARTÍCULOS 14 Y 15 LPACA


b) El derecho a utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su Comunidad Autónoma
(artículo 15 LPACA).
 
En cuanto a la lengua de los procedimientos administrativos, la de los procedimientos
tramitados por la Administración General del Estado es con carácter general el castellano.
 
No obstante lo anterior, cuando los interesados se dirijan a los órganos de la
Administración General del Estado con sede en el territorio de una Comunidad Autónoma,
pueden utilizar también la lengua que sea cooficial en ella.
 
En los procedimientos tramitados por las Administraciones de las Comunidades
Autónomas y de las Entidades Locales, el uso de la lengua se ajusta a lo previsto en la
legislación autonómica correspondiente.
 
En cualquier caso, la Administración Pública instructora debe traducir al castellano los
documentos, expedientes o partes de los mismos que deban surtir efecto fuera del
territorio de la Comunidad Autónoma y los documentos dirigidos a los interesados que así
lo soliciten expresamente.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


a) A acceder a la Administración autonómica.
 
Se disgrega en los derechos de acceso a los servicios públicos (art. 9), de atención al
ciudadano (art. 10) y de ventanilla única (art. 11).
 
En relación con el primero, el derecho de acceso a los servicios públicos, los
ciudadanos tienen derecho a la libre elección del medio o canal de acceso a los servicios
públicos prestados por la Administración autonómica.
 
Por su parte, el segundo, el derecho de atención al ciudadano, se concreta en que los
ciudadanos tienen derecho a ser atendidos de forma respetuosa, confidencial y adaptada a
sus circunstancias físicas, psíquicas, sensoriales, sociales y culturales, garantizándose la
igualdad en la atención, sin discriminaciones, y a que la comparecencia ante un órgano o
unidad de la Administración autonómica les resulte lo menos gravosa posible y que solo
sea exigida cuando sea estrictamente indispensable.
 
El tercero, por último, el derecho a un sistema de ventanilla única, implica que los
ciudadanos puedan dirigirse a ventanillas únicas para acceder a informaciones, trámites y
servicios públicos determinados por acuerdos de la Administración autonómica con otras
Administraciones Públicas.
LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL
b) A recibir información de la Administración autonómica.
 
Sobre cualquier asunto relacionado con sus derechos, obligaciones e intereses legítimos,
con la utilización de los servicios públicos, así como sobre la organización y competencias
de la Administración autonómica, a través de un sistema de carácter único, multicanal,
horizontal e interoperable.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


c) A acceder a la documentación administrativa y a reutilizar la información.
 
Sobre lo primero, los ciudadanos tienen derecho a acceder a los archivos, registros y
ficheros de datos de la Administración autonómica, con los límites que establezcan las
leyes, especialmente en lo relativo a la protección de datos de carácter personal; la
Administración autonómica debe facilitar el ejercicio de este derecho mejorando la
accesibilidad de su documentación y mediante una adecuada ordenación de sus archivos,
registros y ficheros.
 
Sobre lo segundo, la Administración autonómica debe promover el uso por los ciudadanos
de documentos que obran en su poder, con fines comerciales o no comerciales, siempre
que dicho uso no constituya una actividad administrativa pública y con sometimiento a la
regulación básica sobre la reutilización de la información del sector público.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


d) A formular quejas.
 
Para que los ciudadanos puedan poner de manifiesto los retrasos, desatenciones o
cualquier otra anomalía que observen en los órganos y unidades administrativas o en el
funcionamiento de los servicios públicos.
 
La formulación de estas quejas no paraliza los plazos establecidos para la interposición
de recursos administrativos ni condiciona en modo alguno el ejercicio de las restantes
acciones o derechos que, de conformidad con la normativa reguladora de cada
procedimiento, puedan ejercitar los interesados.
 
En cualquier caso, la Administración autonómica debe dar respuesta por escrito a las
quejas en un plazo máximo de tres meses.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


e) A exigir responsabilidades en la tramitación de los procedimientos administrativos.
 
Por los retrasos injustificados, incorrecciones o perjuicios sobre sus derechos,
pudiendo, para ello, ejercer su derecho a identificar a las autoridades y empleados
públicos responsables de la tramitación de los procedimientos.
 
Para hacer efectiva la responsabilidad patrimonial por el funcionamiento de los servicios
públicos, los ciudadanos se deben dirigir directamente a la Administración
autonómica en reclamación de las indemnizaciones por los daños y perjuicios causados
por sus autoridades y empleados públicos.
 
Los ciudadanos indemnizados como consecuencia de responsabilidad patrimonial de la
Administración autonómica pueden solicitar que se exija a las autoridades o empleados
públicos la responsabilidad en que hubieran incurrido por dolo, culpa o negligencia grave.
Ello sin perjuicio de la obligación de la Administración de exigir de oficio dicha
responsabilidad.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


f) A la participación ciudadana.
 
Disgregado en los derechos de los ciudadanos a ser consultados periódica y
regularmente sobre su grado de satisfacción con los servicios públicos y las actividades
realizadas por la Administración autonómica mediante, entre otros instrumentos,
encuestas, sondeos o paneles de usuarios, y a participar en la elaboración, aplicación y
evaluación de las políticas públicas de la Administración autonómica y en la elaboración de
las estrategias, planes y programas de la Junta de Castilla y León.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


g) A formular sugerencias
 
En relación con el funcionamiento de los servicios públicos y, en general, sobre las
actuaciones de la Administración autonómica.
 
La Administración autonómica debe dar respuesta a las sugerencias ciudadanas en un
plazo máximo de tres meses y hacer un reconocimiento público de aquellas que hayan
posibilitado una mejora de los servicios.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


h) A ejercer el derecho de petición
 
Otorgado a las personas naturales o jurídicas, para dirigir con carácter general peticiones,
individuales o colectivas, a los órganos de la Administración autonómica, en relación
con los asuntos que sean de su competencia, en los términos reconocidos en la CE y en el
EACyL, y de conformidad con lo previsto en su ley orgánica reguladora.
 
Si el escrito de petición se dirigiese a un órgano de la Administración autonómica que no
fuera competente para pronunciarse sobre ella, se remite al órgano administrativo
competente y se advierte de tal circunstancia al firmante.
 
Ante peticiones colectivas de especial trascendencia para el interés público, el órgano
competente para resolver ha de convocar a los firmantes o parte de los mismos a una
comparecencia personal, previa a la decisión que se adopte sobre la petición.
 
La Administración autonómica puede publicar el contenido de las decisiones que adopte
sobre las peticiones de los ciudadanos, respetando el secreto sobre la identidad de quien
actuó como peticionario.

LOS ARTÍCULOS 9 A 14 Y 21 A 34 LDCCYL


A acudir al Procurador del Común.
 
En los términos previstos en el art. 18 EACyL y en su ley reguladora (Ley 2/1994, de 9 de
marzo), planteando sus quejas relativas a vulneraciones e incumplimientos de los
derechos y los principios recogidos legalmente, así como las deficiencias o
anomalías que observen en el funcionamiento de los órganos administrativos y de
los servicios públicos.
 
https://www.procuradordelcomun.org/
 
Todos las autoridades y empleados públicos de la Administración autonómica
están obligados a colaborar con el Procurador del Común contestando
adecuadamente a sus peticiones de información y a sus resoluciones, en los términos
establecidos en su legislación reguladora.

B) LA COMPARECENCIA DE LAS PERSONAS ANTE LAS OFICINAS

PÚBLICAS (ART. 19 LPACA).


Ya sea presencialmente o por medios electrónicos, sólo es obligatoria cuando así esté
previsto en una norma con rango de ley.
 
En la citación debe constar expresamente el lugar, fecha, hora, los medios disponibles y
objeto de la comparecencia, así como los efectos de no atenderla.
 
Las Administraciones Públicas deben entregar al interesado certificación acreditativa de
la comparecencia cuando así lo solicite.

A) EL DEBER DE COLABORACIÓN (ART. 18 LPACA).


Se traduce con carácter general en que las personas colaboren con las Administraciones
Públicas en los términos previstos en la Ley que en cada caso resulte aplicable.
 
También, de manera más particular, que los interesados en un procedimiento
administrativo que conozcan datos que permitan identificar a otros interesados que no
hayan comparecido en él, tienen el deber de proporcionárselos a la Administración
Pública actuante.

REGISTROS ADMINISTRATIVOS (ARTS. 16 Y 31 LPACA).


¿DÓNDE PUEDEN PRESENTARSE LOS DOCUMENTOS QUE LOS INTERESADOS
DIRIJAN A LOS ÓRGANOS DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS?
 
De acuerdo con lo previsto en los arts. 16.4 LPACA y 15.1 del Decreto 2/2003, de 2 de
enero, por el que se regulan los servicios de información y atención al ciudadano y
la función de registro en el ámbito de la Comunidad de Castilla y León:
 
a) En el registro electrónico de la Administración u Organismo público al que se
dirijan, así como en los restantes registros electrónicos de cualquiera de los sujetos
a los que se refiere el art. 2.1 de la propia LPACA.
 
b) En las oficinas de Correos, en la forma que reglamentariamente se establezca.
 
c) En las representaciones diplomáticas u oficinas consulares de España en el
extranjero.
 
d) En las oficinas de asistencia en materia de registros.
 
e) En cualquier otro que establezcan las disposiciones vigentes.

En cualquier caso, no debe olvidarse que, de conformidad con lo previsto en la DA séptima


LPACA, las nuevas previsiones relativas a los registros electrónicos y al punto de
acceso general electrónico entran en vigor a partir del día 2 de octubre de 2020.
 
En este marco, cada Administración Pública dispone obligatoriamente de un registro
electrónico general, el denominado Sistema de registro único, en el que se hace el
correspondiente asiento de entrada de todo documento que sea presentado o que se
reciba en cualquier órgano administrativo, organismo público o entidad de derecho público
vinculados o dependientes de aquélla
 
En cualquier caso, no se tienen por presentados en los registros electrónicos aquellos
documentos e información cuyo régimen especial establezca otra forma distinta de
presentación, o aquellas comunicaciones que se presenten en las circunstancias previstas
en el art. 23 del Decreto 7/2013.
 
En particular, pueden hacerse efectivas mediante transferencia dirigida a la oficina
pública correspondiente, cualesquiera cantidades que haya que satisfacer en el momento
de la presentación de documentos a las Administraciones Públicas, sin perjuicio de la
posibilidad de su abono por otros medios.

El funcionamiento del registro electrónico se rige por las siguientes reglas:


 
a) Permite la presentación de documentos todos los días del año durante las
veinticuatro horas.
 
b) A los efectos del cómputo de plazo fijado en días hábiles, y en lo que se refiere al
cumplimiento de plazos por los interesados, la presentación en un día inhábil se entiende
realizada en la primera hora del primer día hábil siguiente, salvo que una norma permita
expresamente la recepción en día inhábil.
El registro electrónico se rige a estos efectos por la fecha y hora oficial de la sede
electrónica de acceso, que debe contar con las medidas de seguridad necesarias para
garantizar su integridad y figurar de modo accesible y visible.
La sede electrónica del registro debe determinar, atendiendo al ámbito territorial en el que
ejerce sus competencias el titular de aquélla y al calendario de días inhábiles a efectos de
cómputos de plazos previsto en el art. 30.7 LPACA, el calendario de días inhábiles que
se aplica a efectos del cómputo de plazos en los registros electrónicos, sin que
resulte de aplicación a los mismos lo dispuesto en el art. 30.6 LPACA.
 
c) El inicio del cómputo de los plazos que hayan de cumplir las Administraciones
Públicas viene determinado por la fecha y hora de presentación en el registro electrónico
de cada Administración u Organismo. En todo caso, la fecha y hora efectiva de inicio del
cómputo de plazos debe ser comunicada a quien presentó el documento.
También se puede anotar en el registro electrónico, la salida de los documentos
oficiales dirigidos a otros órganos administrativos o particulares.
 
Al margen de ello, los asientos se anotan o practican respetando el orden temporal de
recepción o salida de los documentos, e indicando la fecha del día en que se produzcan,
así como un número, epígrafe expresivo de su naturaleza, fecha y hora de su
presentación, la identificación del interesado o interesados, el órgano administrativo
remitente, si procede, y persona u órgano administrativo al que se envía, y, en su caso,
referencia al contenido del documento que se registra
Concluido el trámite de registro, los documentos son cursados sin dilación a sus
destinatarios y a las unidades administrativas correspondientes desde el registro en que
hubieran sido recibidas.
 
Las disposiciones de creación de los registros electrónicos se publican en el diario
oficial correspondiente, en el BOCyL en el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y
León, y su texto íntegro debe estar disponible para consulta en la sede electrónica de
acceso al registro.
 
Tanto el registro electrónico general de cada Administración Pública como los registros
electrónicos de cada organismo deben cumplir con las garantías y medidas de
seguridad previstas en la legislación en materia de protección de datos de carácter
personal.
 
Los registros electrónicos de todas las Administraciones Públicas deben ser
plenamente interoperables, de modo que se garantice su compatibilidad informática e
interconexión, así como la transmisión telemática de los asientos registrales y de los
documentos que se presenten en cualquiera de los registros.

ARCHIVOS ADMINISTRATIVOS (ARTS. 17 LPACA Y 46 LRJSP).


Todos los documentos utilizados en las actuaciones administrativas se almacenan por
medios electrónicos, salvo cuando no sea posible.
 
Los documentos electrónicos deben conservarse en un formato que permita garantizar la
autenticidad, integridad y conservación del documento, así como su consulta con
independencia del tiempo transcurrido desde su emisión.
 
Los medios o soportes en que se almacenen documentos, deben contar con medidas
de seguridad, de acuerdo con lo previsto en el Esquema Nacional de Seguridad, que
garanticen la integridad, autenticidad, confidencialidad, calidad, protección y conservación
de los documentos almacenados.
 
En todo caso, cada Administración Pública debe mantener un archivo electrónico único
de los documentos electrónicos que correspondan a procedimientos
administrativos finalizados, en los términos establecidos en la normativa reguladora
aplicable.
 
La eliminación de los documentos electrónicos debe ser autorizada de acuerdo a lo
dispuesto en la normativa aplicable.
 
De acuerdo con lo previsto en la DT primera LPACA, el archivo de los documentos
correspondientes a procedimientos administrativos ya iniciados antes de la entrada
en vigor de la LPACA, se rige por lo dispuesto en la normativa anterior.

LA ADMINISTRACIÓN ELECTÓNICA
INTRODUCCIÓN
La LPACA y la LRJSP introducen de manera transversal el empleo de medios
electrónicos en las relaciones entre las Administraciones Públicas y entre éstas y
las personas.
 
Bajo este prisma, la LRJSP dedica el capítulo V del título preliminar, arts. 38 a 46, bajo el
epígrafe "Funcionamiento electrónico del sector público", a desarrollar diversas cuestiones
de alcance general como la sede electrónica, el portal de internet, los sistemas de
identificación de las Administraciones Públicas, la actuación administrativa automatizada,
la firma electrónica y el archivo electrónico de documentos (que ya ha sido analizado con
anterioridad); y el capítulo IV del título III, arts. 155 a 158, bajo el epígrafe  "Relaciones
electrónicas entre las Administraciones", a esta cuestión concreta en particular.

LA SEDE ELECTRÓNICA (ART. 38 LRJSP)


La sede electrónica es aquella dirección electrónica, disponible para los ciudadanos a
través de redes de telecomunicaciones, cuya titularidad corresponde a una Administración
Pública, o bien a una o varios organismos públicos o entidades de Derecho Público en el
ejercicio de sus competencias.
 
Cada Administración Pública determina las condiciones e instrumentos de creación de
las sedes electrónicas, con sujeción a los principios de transparencia, publicidad,
responsabilidad, calidad, seguridad, disponibilidad, accesibilidad, neutralidad e
interoperabilidad.
 
Las sedes electrónicas deben disponer de sistemas que permitan el establecimiento de
comunicaciones seguras siempre que sean necesarias.
 
La publicación en las sedes electrónicas de informaciones, servicios y transacciones
debe respetar los principios de accesibilidad y uso de acuerdo con las normas establecidas
al respecto, estándares abiertos y, en su caso, aquellos otros que sean de uso
generalizado por los ciudadanos.

PORTAL DE INTERNET (ART. 39 LRJSP)


Se entiende por portal de internet el punto de acceso electrónico cuya titularidad
corresponda a una Administración Pública, organismo público o entidad de Derecho
Público que permite el acceso a través de internet a la información publicada y, en su
caso, a la sede electrónica correspondiente.
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, de conformidad con lo previsto
en el art. 7 del Decreto 7/2013, de 14 de febrero, de utilización de medios electrónicos en
la Administración de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, la sede electrónica de la
Administración autonómica se encuentra disponible en la dirección
electrónica https://www.tramitacastillayleon.jcyl.es
SISTEMAS DE IDENTIFICACIÓN DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

(ART. 40 LRJSP)
Las Administraciones Públicas pueden identificarse mediante el uso de un sello
electrónico basado en un certificado electrónico reconocido o cualificado que reúna los
requisitos exigidos por la legislación de firma electrónica.
 
La relación de sellos electrónicos utilizados por cada Administración Pública,
incluyendo las características de los certificados electrónicos y los prestadores que los
expiden, debe ser pública y accesible por medios electrónicos.
 
Además, cada Administración Pública debe adoptar las medidas adecuadas para
facilitar la verificación de sus sellos electrónicos.
 
Se entiende identificada la Administración Pública respecto de la información que se
publique como propia en su portal de internet.

ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA AUTOMATIZADA (ARTS. 41 Y 42 LRJSP)


Se entiende por actuación administrativa automatizada, cualquier acto o actuación
realizada íntegramente a través de medios electrónicos por una Administración Pública en
el marco de un procedimiento administrativo y en la que no haya intervenido de forma
directa un empleado público.
 
En el ejercicio de la competencia en la actuación administrativa automatizada, cada
Administración Pública puede determinar los supuestos de utilización de los siguientes
sistemas de firma electrónica.
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León esta materia se regula en los
arts. 12 y 13 del Decreto 7/2013.

FIRMA ELECTRÓNICA DEL PERSONAL AL SERVICIO DE LAS AAPP

(ARTS. 43 Y 45 LRJSP)
La actuación de una Administración Pública, órgano, organismo público o entidad de
derecho público, cuando utilice medios electrónicos, se realiza mediante firma electrónica
del titular del órgano administrativo o empleado público.
 
Cada Administración Pública determina los sistemas de firma electrónica que debe
utilizar su personal, los cuales pueden identificar de forma conjunta al titular del puesto de
trabajo o cargo y a la Administración u órgano en la que presta sus servicios.
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, de acuerdo con lo previsto
en el art. 14.1 del Decreto 7/2013, las autoridades y el personal al servicio de la
Administración autonómica utilizan los sistemas de firma que se determinen en cada caso.
 
Las Administraciones Públicas pueden determinar los trámites e informes que incluyan
firma electrónica reconocida o cualificada y avanzada basada en certificados electrónicos
reconocidos o cualificados de firma electrónica.
 
Con el fin de favorecer la interoperabilidad y posibilitar la verificación automática de la
firma electrónica de los documentos electrónicos, cuando una Administración utilice
sistemas de firma electrónica distintos de aquellos basados en certificado electrónico
reconocido o cualificado, para remitir o poner a disposición de otros órganos, organismos
públicos, entidades de Derecho Público o Administraciones la documentación firmada
electrónicamente, puede superponer un sello electrónico basado en un certificado
electrónico reconocido o cualificado.

INTERCAMBIO ELECTRÓNICO DE DATOS EN ENTORNOS CERRADOS DE

COMUNICACIÓN (ART. 44 LRJSP)


Los documentos electrónicos transmitidos en entornos cerrados de
comunicaciones establecidos entre Administraciones Públicas, órganos, organismos
públicos y entidades de derecho público, son considerados válidos a efectos de
autenticación e identificación de los emisores y receptores.
 
Cuando los participantes en las comunicaciones pertenezcan a una misma
Administración Pública, ésta debe determinar las condiciones y garantías por las que se
rige que, al menos, comprende la relación de emisores y receptores autorizados y la
naturaleza de los datos a intercambiar.
 
Cuando los participantes pertenezcan a distintas Administraciones Públicas, las
condiciones y garantías citadas se establecen mediante convenio suscrito entre las
mismas.

TRANSMISIONES DE DATOS ENTRE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

(ARTS. 155 Y 156 LRJSP)


De conformidad con lo dispuesto en la LOPD y su normativa de desarrollo,   cada
Administración debe facilitar el acceso de las restantes Administraciones Públicas a
los datos relativos a los interesados que obren en su poder, especificando las
condiciones, protocolos y criterios funcionales o técnicos necesarios para acceder a dichos
datos con las máximas garantías de seguridad, integridad y disponibilidad (así lo prevé
expresamente para la Comunidad Autónoma de Castilla y León el art. 55.1 LDCCyL)
 
A tal fin, los datos y documentos en soporte electrónico de que dispongan los
órganos de la Administración autonómica han de ser puestos a disposición de los
demás para el cumplimiento de los servicios y trámites de su competencia, con
respeto a la normativa de protección de datos de carácter personal.
 
De conformidad con lo previsto en la DA novena LRJSP la Comisión Sectorial de
administración electrónica, dependiente de la Conferencia Sectorial de Administración
Pública, es el órgano técnico de cooperación de la Administración General del Estado, de
las Administraciones de las Comunidades Autónomas y de las Entidades Locales en
materia de administración electrónica.

REUTILIZACIÓN Y TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA ENTRE

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (ARTS. 157 Y 158 LRJSP)


Las Administraciones Públicas deben poner a disposición de cualquiera de ellas que lo
solicite las aplicaciones, desarrolladas por sus servicios o que hayan sido objeto de
contratación y de cuyos derechos de propiedad intelectual sean titulares, salvo que la
información a la que estén asociadas sea objeto de especial protección por una norma.
 
Las Administraciones Públicas cedentes y cesionarias pueden acordar la repercusión del
coste de adquisición o fabricación de las aplicaciones cedidas.
 
Estas aplicaciones pueden ser declaradas como de fuentes abiertas, cuando de ello se
derive una mayor transparencia en el funcionamiento de la Administración Pública o se
fomente con ello la incorporación de los ciudadanos a la Sociedad de la información.
 
Las Administraciones Públicas, con carácter previo a la adquisición, desarrollo o al
mantenimiento a lo largo de todo el ciclo de vida de una aplicación, tanto si se realiza con
medios propios o por la contratación de los servicios correspondientes, deben consultar en
el directorio general de aplicaciones, dependiente de la Administración General del
Estado, si existen soluciones disponibles para su reutilización, que puedan satisfacer total
o parcialmente las necesidades, mejoras o actualizaciones que se pretenden cubrir, y
siempre que los requisitos tecnológicos de interoperabilidad y seguridad así lo permitan.
 
Las Administraciones Públicas deben mantener así mismo directorios actualizados de
aplicaciones para su libre reutilización, de conformidad con lo dispuesto en el Esquema
Nacional de Interoperabilidad.

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

INTRODUCCIÓN
Se generaliza el uso de medios electrónicos en todas las fases y trámites del
procedimiento administrativo común (arts. 36, 71, 75.1, 80.2, 83 y 98.2 LPACA;
referidos a todos los trámites y actos administrativos, los tres primeros; a los informes, el
cuarto; al período de información pública, el quinto; y al pago a la Hacienda Pública de
sanciones pecuniarias, multas u otros derechos, el sexto y último), dedicándose una
especial atención a la identificación, firma y representación de los interesados, a los
documentos públicos administrativos y las copias de éstos y los documentos privados, a la
práctica de las notificaciones y el expediente administrativo electrónicos, e incluso también
del procedimiento administrativo colegial (constitución, celebración de sesiones, adopción
de acuerdos y elaboración y remisión de las actas; arts. 17 y 18 LPCA, y arts. 53 y 54
LDCCyL, a los que nos referiremos con más detalle en el estudio de los órganos
administrativos colegiados).
LA REPRESENTACIÓN DE LOS INTERESADOS (ART. 6 LPACA)
La representación de los interesados realizada mediante apoderamiento apud acta puede
acreditarse mediante comparecencia electrónica en la correspondiente sede
electrónica o a través de su inscripción en el registro electrónico de apoderamientos
de la Administración Pública competente.
 
A tal efecto, las Administraciones Públicas territoriales deben disponer de un  registro
electrónico general de apoderamientos, en el que deben inscribirse, al menos, los de
carácter general otorgados apud acta, presencial o electrónicamente, mediante
comparecencia personal en las oficinas de asistencia en materia de registros o mediante
comparecencia electrónica en la correspondiente sede electrónica haciendo uso de los
sistemas de firma electrónica previstos en la Ley, por quien ostente la condición de
interesado en un procedimiento administrativo a favor de representante, para actuar en su
nombre ante las Administraciones Públicas. También debe constar el bastanteo realizado
del poder.
 
Las solicitudes de inscripción del poder, de revocación, de prórroga o de denuncia
del mismo pueden dirigirse a cualquier registro, debiendo quedar inscrita esta
circunstancia en el registro de la Administración u Organismo ante la que tenga efectos el
poder y surtiendo efectos desde la fecha en la que se produzca dicha inscripción.

LA IDENTIFICACIÓN Y FIRMA DE LOS INTERESADOS (ARTS. 9 Y 10

LPACA)
En general, para las actuaciones de los interesados en el seno de un procedimiento
administrativo basta con identificarse ante la Administración Pública correspondiente.
 
Los interesados en un procedimiento administrativo pueden identificarse
electrónicamente ante las Administraciones Públicas a través de cualquier sistema
que cuente con un registro previo como usuario que permita garantizar su identidad.
 
En particular, se admiten, los siguientes sistemas.
 
Al margen de lo anterior, si los interesados quieren realizar determinados trámites, los
previstos en el art. 11.2 LPACA, se les exige su firma, como mecanismo acreditativo de la
voluntad y consentimiento de éstos.
 
Los interesados pueden así firmar a través de cualquier medio que permita acreditar la
autenticidad de la expresión de su voluntad y consentimiento, así como la integridad e
inalterabilidad del documento.
 
Se consideran válidos a efectos de firma los siguientes sistemas.

DOCUMENTOS PÚBLICOS ADMINISTRATIVOS (ART. 26 LPACA)


Las Administraciones Públicas emiten los documentos públicos administrativos por
escrito, a través de medios electrónicos, a menos que su naturaleza exija otra forma
más adecuada de expresión y constancia.
Se consideran válidos los documentos electrónicos administrativos, que cumpliendo
los siguientes requisitos, sean trasladados a un tercero a través de medios electrónicos
Como se ha dicho ya, no requieren de firma electrónica, los documentos públicos
administrativos electrónicos que se publiquen con carácter meramente informativo, así
como aquellos que no formen parte de un expediente administrativo, si bien resulta preciso
identificar el origen de estos documentos.

COPIAS DE DOCUMENTOS PÚBLICOS ADMINISTRATIVOS O PRIVADOS

(ART. 27 LPACA)
Tienen la consideración de copia auténtica de un documento público administrativo o
privado las realizadas, cualquiera que sea su soporte, electrónico o no, por los órganos
competentes de las Administraciones Públicas en las que quede garantizada la identidad
del órgano que ha realizado la copia y su contenido.
 
Para garantizar la identidad y contenido de las copias electrónicas, y por tanto su
carácter de copias auténticas, las Administraciones Públicas deben ajustarse a lo previsto
en el Esquema Nacional de Interoperabilidad, el Esquema Nacional de Seguridad y sus
normas técnicas de desarrollo, así como a una serie de reglas.
 
A estos efectos, las Administraciones Públicas deben hacer públicos, a través de la sede
electrónica correspondiente, los códigos seguros de verificación u otro sistema de
verificación utilizado.
 
Asimismo, las Administraciones Públicas están obligadas a expedir copias auténticas
electrónicas de cualquier documento en papel que presenten los interesados y que
se vaya a incorporar a un expediente administrativo.

PRÁCTICA DE LAS NOTIFICACIONES (ARTS. 41 Y 42 LPACA)


Las notificaciones se practican preferentemente por medios electrónicos y, en todo
caso, cuando el interesado resulte obligado a recibirlas por esta vía.
 
Las notificaciones por medios electrónicos se practican mediante comparecencia en la
sede electrónica de la Administración u Organismo público actuante, a través de la
dirección electrónica habilitada única o mediante ambos sistemas, según disponga cada
Administración u Organismo.
 
Cuando la notificación por medios electrónicos sea de carácter obligatorio, o haya sido
expresamente elegida por el interesado, se entiende rechazada cuando hayan
transcurrido diez días naturales desde la puesta a disposición de la notificación en la sede
electrónica de la Administración u Organismo público actuante o en la dirección electrónica
habilitada única sin que se acceda a su contenido, "salvo que de oficio o a instancia del
destinatario se comprueba la imposibilidad técnica o material del acceso" (esto último, de
conformidad con lo previsto en el art. 29.5 del Decreto 7/2013).
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, si la práctica de la notificación
electrónica no fuera posible por problemas técnicos de la Administración autonómica, ésta
realiza la notificación por cualquier medio que permita tener constancia de su recepción
(art. 29.7 del Decreto 7/2013).
 
En ningún caso se efectúan por medios electrónicos las siguientes notificaciones.
 
Con independencia de que la notificación se realice en papel o por medios electrónicos, las
Administraciones Públicas envían un  aviso al dispositivo electrónico y/o a la dirección
de correo electrónico del interesado que éste haya comunicado [art. 66.1.b) LPACA],
informándole de la puesta a disposición de una notificación en la sede electrónica de la
Administración u Organismo correspondiente o en la dirección electrónica habilitada única.

EL EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO (ART. 70 LPACA)


Los expedientes administrativos tienen formato electrónico y se forman mediante la
agregación ordenada de cuantos documentos, pruebas, dictámenes, informes, acuerdos,
notificaciones y demás diligencias deban integrarlos, así como un índice numerado de
todos los documentos que contenga cuando se remita. En el expediente administrativo
debe constar copia electrónica certificada de la resolución adoptada.
Cuando en virtud de una norma sea preciso remitir el expediente electrónico, se hace
de acuerdo con lo previsto en el Esquema Nacional de Interoperabilidad y en las
correspondientes Normas Técnicas de Interoperabilidad, y se envía completo, foliado,
autentificado y acompañado de un índice, asimismo autentificado, de los
documentos que contenga

LA NUEVA LEGISLACIÓN BÁSICA EN LA MATERIA


La LRJPAC dedicaba un título, el IX, a la regulación de la potestad sancionadora, que
dividía en dos capítulos, uno dedicado a los principios de la potestad administrativa
sancionadora y otro a los principios del procedimiento sancionador.
 
Sus normas se completaban en el ámbito estatal con el Real Decreto 1398/1993, de 4 de
agosto, por el que se aprueba el Reglamento del Procedimiento para el Ejercicio de la
Potestad Sancionadora que se deroga expresamente por la LPACA, y en nuestro ámbito
autonómico, por el Decreto 189/1994, de 25 de agosto, por el que se aprueba el
Reglamento del Procedimiento Sancionador de la Administración de la Comunidad
Autónoma de Castilla y León.
 
Por lo demás, el art. 80 LGACyL dispone al efecto que el ejercicio por la Administración
autonómica de la potestad sancionadora se debe acomodar a la legislación básica de las
Administraciones Públicas, sin perjuicio del desarrollo normativo y de las peculiaridades
que puedan preverse.
 
La LPACA deja de considerar de un lado al procedimiento administrativo sancionador
como un procedimiento administrativo especial, sometiéndolo al procedimiento
administrativo común, si bien con algunas previsiones específicas sobre el mismo; y
al mismo tiempo, deja fuera de su regulación, de otro, a los principios de la potestad
administrativa sancionadora, al considerar el legislador que versan más sobre aspectos
sustantivos u orgánicos que procedimentales, llevándolos a los arts. 25 a 31 LRJSP.

LOS PRINCIPIOS DE LA POTESTAD SANCIONADORA DE LAS

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
Los principios de la potestad sancionadora de las Administraciones Públicas, son los
siguientes:
 
a) Ámbito subjetivo de aplicación
 
b) El principio de legalidad (art. 25 LRJSP)
 
c) Irretroactividad (art. 26 LRJSP)
 
d) El principio de tipicidad (art. 27 LRJSP)
 
e) Responsabilidad y culpabilidad (art. 28 LRJSP)
 
f) Principio de proporcionalidad (art. 29 LRJSP)
 
g) Principio de prescripción (art. 30 LRJSP)
 
h) Principio de concurrencia de sanciones (art. 31 LRJSP

ÁMBITO SUBJETIVO DE APLICACIÓN


De entrada, el art. 25 LRJSP realiza una importe precisión sobre el ámbito subjetivo de
aplicación de los principios de la potestad sancionadora de las Administraciones Públicas,
superando el injustificado dualismo existente sobre el particular en la LRJPAC, al indicar
que dichos principios son extensivos también al ejercicio por éstas de su potestad
disciplinaria respecto al personal a su servicio, cualquiera que sea la naturaleza jurídica de
la relación de empleo.
 
No lo son así a quienes estén vinculados a ellas por relaciones reguladas por la legislación
de contratos del sector público o la legislación patrimonial.

EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD (ART. 25 LRJSP)


La atribución de la potestad sancionadora a la Administración Pública ha de hacerse
por norma con rango de ley. La ley reguladora del sector de que se trate, no siendo
posible la autoatribución de esa potestad por una norma reglamentaria de la propia
Administración.
 
Eso sí, la Administración a la que se reconoce por ley la potestad sancionadora en un
determinado sector puede distribuir mediante norma reglamentaria entre sus órganos
las competencias sancionadoras. Aatendiendo, por ejemplo, como es norma habitual, a
la gravedad de las infracciones y encomendando a los órganos administrativos superiores
el conocimiento de las más graves.

IRRETROACTIVIDAD (ART. 26 LRJSP)


Con carácter general, son de aplicación las disposiciones sancionadoras vigentes en el
momento de producirse los hechos que constituyan infracción administrativa.
 
Excepcionalmente, las disposiciones sancionadoras producen efecto retroactivo en cuanto
favorezcan al presunto infractor o al infractor, tanto en lo referido a la tipificación de la
infracción como a la sanción y a sus plazos de prescripción, incluso respecto de las
sanciones pendientes de cumplimiento al entrar en vigor la nueva disposición.
 
Se otorga así un amplio alcance a la denominada retroactividad in bonus, en línea con lo
que se había señalado en las SSTS de 25 de febrero y 4 de marzo de 2009 - rec. núms.
232 y 3943/2006, respectivamente -.

EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD (ART. 27 LRJSP)


En cuanto a la tipificación de infracciones y sanciones administrativas, unas y otras han
de estar definidas y caracterizadas en una norma con rango de ley, que no es por lo
demás susceptible de interpretación analógica. Posibilitando, por ejemplo, que las
previsiones legales para unas determinadas conductas puedan extenderse a otras que
guarden similitud con las mismas. Las infracciones en particular se clasificarán por la ley
en leves, graves y muy graves.
 
No obstante lo anterior, también en este ámbito se admite la intervención del reglamento
en desarrollo y concreción de las previsiones legales.
"Las disposiciones reglamentarias de desarrollo podrán introducir especificaciones o
graduaciones al cuadro de las infracciones o sanciones establecidas legalmente que, sin
constituir nuevas infracciones o sanciones, ni alterar la naturaleza o límites de las que la
Ley contempla, contribuyan a la más correcta identificación de las conductas o a la más
precisa determinación de las sanciones correspondientes" - art. 27.3 LRJSP -

RESPONSABILIDAD Y CULPABILIDAD (ART. 28 LRJSP)


Sólo pueden ser sancionadas por hechos constitutivos de infracción administrativa las
personas físicas y jurídicas, así como novedosamente ahora, cuando una Ley les
reconozca capacidad de obrar, los grupos de afectados, las uniones y entidades sin
personalidad jurídica y los patrimonios independientes o autónomos, que resulten
responsables de los mismos a título de dolo o culpa, suprimiéndose la anterior
referencia a la responsabilidad “aún a título de simple inobservancia” del precedente art.
130.1 LRJPAC. Esta nueva consideración del principio de culpabilidad constituye la
plasmación normativa de la doctrina jurisprudencial que declara inadmisible la
responsabilidad objetiva en el ámbito sancionador - STS de 18 de septiembre de 2008,
rec. núm. 317/2004-, siendo así que la responsabilidad en este ámbito no resulta posible
sin la concurrencia de dolo ni culpa - STS de 21 de enero de 2011, rec. núm. 598/2008 -
 
Por lo demás, cuando el cumplimiento de una obligación establecida por una norma con
rango de Ley corresponda a varias personas conjuntamente, responden de forma
solidaria de las infracciones que, en su caso, se cometan y de las sanciones que se
impongan. No obstante, cuando la sanción sea pecuniaria y sea posible, se individualiza
en la resolución en función del grado de participación de cada responsable.
 
Las responsabilidades administrativas que se deriven de la comisión de una
infracción son compatibles con la exigencia al infractor de la reposición de la situación
alterada por el mismo a su estado originario, así como con la indemnización por los daños
y perjuicios causados, que es determinada por el órgano administrativo al que corresponda
el ejercicio de la potestad sancionadora.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD (ART. 29 LRJSP)


Las sanciones administrativas, sean o no de naturaleza pecuniaria, en ningún caso
pueden implicar, directa o subsidiariamente, privación de libertad.
 
El establecimiento de sanciones pecuniarias debe prever que la comisión de las
infracciones tipificadas no resulte más beneficiosa para el infractor que el
cumplimiento de las normas infringidas.
 
En la determinación normativa del régimen sancionador, así como en la imposición de
sanciones por las Administraciones Públicas se debe observar la debida idoneidad y
necesidad de la sanción a imponer y su adecuación a la gravedad del hecho
constitutivo de la infracción.
 
La graduación de la sanción debe hacerse en función de los siguientes criterios:
 
a) El grado de culpabilidad o la existencia de intencionalidad.
b) La continuidad o persistencia en la conducta infractora, que viene a sustituir a la
"reiteración" del precedente art. 131 LRJPAC.
c) La naturaleza de los perjuicios causados.
d) La reincidencia.
 
Cuando lo justifique la debida adecuación entre la sanción que deba aplicarse con la
gravedad del hecho constitutivo de la infracción y las circunstancias concurrentes, en
atención al principio de proporcionalidad, el órgano competente para resolver puede
imponer la sanción en el grado inferior.
 
Cuando de la comisión de una infracción derive necesariamente la comisión de otra u
otras, esto es, acontezca un "concurso medial de infracciones administrativas", se debe
imponer únicamente la sanción correspondiente a la infracción más grave cometida.
 
Es sancionable, como infracción continuada, la realización de una pluralidad de acciones
u omisiones que infrinjan el mismo o semejantes preceptos administrativos, en ejecución
de un plan preconcebido o aprovechando idéntica ocasión.

PRESCRIPCIÓN (ART. 30 LRJSP)


 
Las infracciones y sanciones prescriben según lo dispuesto en las leyes sectoriales
que las establezcan.
 
Si éstas no fijan plazos de prescripción.
 
El plazo de prescripción de las infracciones comienza a contarse desde el día en que
la infracción se hubiera cometido. En el caso de infracciones continuadas o
permanentes, el plazo comienza a correr desde que finalizó la conducta infractora.
 
El plazo de prescripción de las sanciones comienza a contarse desde el día siguiente a
aquel en que sea ejecutable la resolución por la que se impone la sanción o haya
transcurrido el plazo para recurrirla.

CONCURRENCIA DE SANCIONES. EL PRINCIPIO DE NON BIS IN

ÍDEM (ART. 31 LRJSP)
 
No pueden sancionarse los hechos que lo hayan sido penal o administrativamente, en
los casos en que se aprecie identidad del sujeto, hecho y fundamento.

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


Como hemos dicho, la LPACA deja de considerar al procedimiento administrativo
sancionador como un procedimiento administrativo especial, sometiéndolo al
procedimiento administrativo común, si bien con algunas previsiones específicas
sobre el mismo.
 
Estas previsiones específicas sobre el procedimiento administrativo
sancionador son las siguientes:
 
a) Derechos del interesado (art. 53.2 LPACA)
 
b) Información y actuaciones previas (art. 55.2 LPACA)
 
c) Tramitación simplificada del procedimiento administrativo común (art. 96.5
LPACA)
 
d) Iniciación del procedimiento (arts. 60.2, 61.3, 63.1 y 64 LPACA)
Los procedimientos administrativos sancionadores se inician siempre de oficio por acuerdo
del órgano competente, el que determine las normas reguladoras de aquéllos, y deben
establecer la debida separación entre la fase instructora y la sancionadora, que, como
hemos dicho ya, se ha de encomendar a órganos distintos (Como indica expresamente el
art. 5.2 del Decreto 189/1994)
 
No se pueden iniciar nuevos procedimientos de carácter sancionador por hechos o
conductas tipificadas como infracciones en cuya comisión el infractor persista de
forma continuada, en tanto no haya recaído una primera resolución sancionadora, con
carácter ejecutivo (Esto es, que sea firme en vía administrativa).
 
Adicionalmente, en los procedimientos administrativos sancionadores, cuando se
inicien como consecuencia de orden superior o por petición razonada de otros
órganos administrativos, la orden o la petición deben expresar, en la medida de lo
posible, la persona o personas presuntamente responsables; las conductas o hechos que
pudieran constituir infracción administrativa y su tipificación; así como el lugar, la fecha,
fechas o período de tiempo continuado en que los hechos se produjeron.
 

DERECHOS DEL INTERESADO (ART. 53.2 LPACA)


 
El interesado en el procedimiento administrativo sancionador tiene en particular los
siguientes derechos:
 
- A ser notificado de los hechos que se le imputen, de las infracciones que tales hechos
puedan constituir y de las sanciones que, en su caso, se les pudieran imponer, así como
de la identidad del instructor, de la autoridad competente para imponer la sanción y de la
norma que atribuya tal competencia.
 
- A la presunción de no existencia de responsabilidad administrativa mientras no se
demuestre lo contrario, esto es, a la presunción de inocencia.

INFORMACIÓN Y ACTUACIONES PREVIAS (ART. 55.2 LPACA)


 
En el caso de los procedimientos administrativos sancionadores, las actuaciones previas
se orientan a determinar, con la mayor precisión posible:
 
Los hechos susceptibles de motivar la incoación del procedimiento, la identificación de la
persona o personas que pudieran resultar responsables y las circunstancias relevantes
que concurran en unos y otros.
 
Las actuaciones previas se realizan: Por los órganos que tengan atribuidas funciones de
investigación, averiguación e inspección en la materia y, en defecto de éstos, por la
persona u órgano administrativo que se determine por el órgano competente para la
iniciación o resolución del procedimiento.
 
Las actuaciones que se lleven a efecto en este trámite tienen carácter reservado, y
su duración es la estrictamente necesaria para alcanzar los objetivos señalados (Art. 4.2
del Decreto 189/1994).

TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

COMÚN (ART. 96.5 LPACA)


 
En el caso de procedimientos administrativos sancionadores, se puede adoptar la
tramitación simplificada del procedimiento.
 
Cuando el órgano competente para iniciar el procedimiento considere que, de acuerdo con
lo previsto en su normativa reguladora, existen elementos de juicio suficientes para
calificar la infracción como leve, sin que quepa la oposición expresa por parte del
interesado prevista para el procedimiento administrativo común.

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


De acuerdo con lo previsto en el art. 6.4 del Decreto 189/1994, la comunicación de un
órgano que tenga atribuidas facultades de inspección, la petición razonada de iniciación o
la presentación de una denuncia no vinculan al órgano competente para iniciar el
procedimiento administrativo sancionador, si bien éste debe comunicar a los autores
de aquéllas los motivos por los que, en su caso, no procede la iniciación del procedimiento.
 
El acuerdo de iniciación se comunica al instructor del procedimiento, con traslado de
cuantas actuaciones existan al respecto, y se notifica a los interesados, entendiendo en
todo caso por tal al inculpado. Asimismo, la incoación se comunica al denunciante, cuando
las normas reguladoras del procedimiento así lo prevean.
 
e) Instrucción del procedimiento (art. 3 Decreto 189/1994 y arts. 64.3, 77.4 y 89
LPACA)
 
f) Terminación del procedimiento [arts. 25.1b), 85, 90 y 95 LPACA
 
Así mismo, otra novedad no menos destacable se encuentra en la previsión de que el
órgano instructor del procedimiento administrativo sancionador pueda resolver la
finalización del mismo, con archivo de las actuaciones, sin que sea necesaria la
formulación de la propuesta de resolución, cuando en la instrucción del procedimiento se
ponga de manifiesto que concurre alguna de las siguientes circunstancias.
 
Al margen de estos casos, elevadas las actuaciones por el órgano instructor al órgano
competente, éste dictará la resolución correspondiente.
 
No obstante, cuando el órgano competente para resolver considere que la infracción
o la sanción revisten mayor gravedad que la determinada en la propuesta de
resolución, se notifica al inculpado para que aporte cuantas alegaciones estime
convenientes en el plazo de quince días.
 
En particular, para el caso de que el procedimiento administrativo sancionador se
haya iniciado por denuncia invocando un perjuicio en el patrimonio de la
Administración Pública y el denunciante haya participado en la comisión de la
infracción administrativa y existan otros infractores, el art. 62.4 LPACA prevé que la
resolución debe eximir al denunciante de la multa que le correspondería u otro tipo de
sanción de carácter no pecuniario, cuando haya sido el primero en aportar elementos de
prueba que permitieron iniciar el procedimiento o comprobar la infracción, siempre y
cuando en el momento de aportarse aquellos no se dispusiera de elementos suficientes
para ordenar la misma y se repare el perjuicio causado.

L ACUERDO DE INICIACIÓN
El acuerdo de iniciación debe contener al menos:
a) Identificación de la persona o personas presuntamente responsables.
b) Los hechos que motivan la incoación del procedimiento, su posible calificación y las
sanciones que pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que resulte de la instrucción *3
(Excepcionalmente, cuando en el momento de dictar el acuerdo de iniciación no existan
elementos suficientes para la calificación inicial de los hechos que motivan la incoación del
procedimiento, la citada calificación puede realizarse en una fase posterior mediante la
elaboración de un pliego de cargos, que debe ser notificado a los interesados.
c) Identificación del instructor y, en su caso, secretario del procedimiento, con expresa
indicación del régimen de recusación de los mismos *3 (De acuerdo con lo previsto en el
art. 5.2 del Decreto 189/1994, la función instructora se ejerce por quien determinen las
normas sancionadoras o las normas sobre atribución y ejercicio de competencias y, en su
defecto, por la autoridad o funcionario que designe el órgano competente para la incoación
del procedimiento. Esta designación no puede recaer en quien tuviera competencia para
resolver el procedimiento, como hemos dicho ya). *4 (El nombramiento del secretario se
lleva a cabo en los supuestos de expedientes complejos por su dificultad o volumen, o
cuando una norma así lo prevea - art. 7.1.b) del Real Decreto 189/1994 -.
d) Órgano competente para la resolución del procedimiento y norma que le atribuya tal
competencia, indicando la posibilidad de que el presunto responsable pueda reconocer
voluntariamente su responsabilidad *3 (El art. 5.3 del Decreto 189/1994 dispone al efecto
que el órgano administrativo competente para resolver el procedimiento es el que tenga
competencia para imponer, en su caso, la sanción que figure en la propuesta de
resolución.
e) Medidas de carácter provisional que se hayan acordado por el órgano competente para
iniciar el procedimiento sancionador, sin perjuicio de las que se puedan adoptar durante el
mismo.
f) Indicación del derecho a formular alegaciones y a la audiencia en el procedimiento y de
los plazos para su ejercicio, así como indicación de que, en caso de no efectuar
alegaciones en el plazo previsto sobre el contenido del acuerdo de iniciación, éste podrá
ser considerado propuesta de resolución cuando contenga un pronunciamiento preciso
acerca de la responsabilidad imputada.
g) Indicación de la posibilidad de que la persona presuntamente responsable pueda
reconocer voluntariamente su responsabilidad, a los efectos de la posible aplicación de la
reducción de la sanción prevista en el art. 85 LPACA a la que luego nos referiremos.

INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO (ART. 3 DECRETO 189/1994 Y

ARTS. 64.3, 77.4 Y 89 LPACA)


El art. 3 del Decreto 189/1994, dispone que cuando el órgano competente para iniciar un
procedimiento administrativo sancionador tuviera conocimiento de hechos que, además
de poder constituir una infracción administrativa, pudieran ser constitutivos de una
infracción penal, lo debe comunicar al Ministerio Fiscal, absteniéndose la Administración
de proseguir el procedimiento sancionador, una vez incoado, mientras la autoridad judicial
no se haya pronunciado.
De igual modo, cuando la Administración tuviera conocimiento de que se está
siguiendo un proceso penal con identidad de sujeto, hechos y fundamento respecto
de aquellos por los que se instruye un procedimiento administrativo sancionador,
solicita confirmación al Juez o Tribunal correspondiente, no prosiguiéndose el
procedimiento, de comprobarse dicha identidad, hasta que la autoridad judicial no se haya
pronunciado.
Recaída la resolución judicial penal se acuerda, según proceda, bien el archivo o bien la
continuación del procedimiento (teniendo en cuenta que los hechos declarados
probados por resolución penal firme vinculan a la Administración actuante). Durante
el tiempo en que estuviera en suspenso el procedimiento administrativo sancionador por
los motivos señalados, se entiende interrumpido tanto el plazo de prescripción de la
infracción como de caducidad del propio procedimiento.
De otro lado, el pliego de cargos ya sólo resulta preciso excepcionalmente, cuando en el
momento de dictar el acuerdo de iniciación no existan elementos suficientes para la
calificación inicial de los hechos que motivan la incoación del procedimiento; debiendo ser
notificado a los interesados en caso de dictarse.
En materia de prueba, en los procedimientos administrativos sancionadores, como se ha
dicho, los hechos declarados probados por resoluciones judiciales penales firmes vinculan
a las Administraciones Públicas que los substancien.
Por lo demás, una vez concluida la instrucción del procedimiento administrativo
sancionador, el órgano instructor formula una propuesta de resolución que debe ser
notificada a los interesados. En la propuesta de resolución se fijan de forma motivada los
hechos que se consideren probados y su exacta calificación jurídica, se determina la
infracción que, en su caso, aquéllos constituyan, la persona o personas responsables y la
sanción que se proponga, la valoración de las pruebas practicadas, en especial aquellas
que constituyan los fundamentos básicos de la decisión, así como las medidas
provisionales que, en su caso, se hubieran adoptado. La propuesta de resolución debe
indicar así mismo la puesta de manifiesto del procedimiento y el plazo para formular
alegaciones y presentar los documentos e informaciones que se estimen pertinentes.
Cuando la instrucción concluya la inexistencia de infracción o responsabilidad y no se haga
uso de la facultad para resolver la finalización del procedimiento, con archivo de las
actuaciones, a la que se alude más adelante, la propuesta declara esa circunstancia.

TERMINACIÓN DEL PROCEDIMIENTO (ARTS. 25.1B), 85, 90 Y 95 LPACA)


Sobre la terminación del procedimiento administrativo sancionador la Ley permite
la omisión misma del procedimiento cuando el infractor reconoce su responsabilidad.
En este caso, sin más, se puede resolver el procedimiento con la imposición de la sanción
que proceda.
También implica la terminación del procedimiento administrativo sancionador, cuando la
sanción tenga únicamente carácter pecuniario o bien quepa imponer una sanción
pecuniaria y otra de carácter no pecuniario pero se haya justificado la improcedencia de la
segunda, el pago voluntario por el presunto responsable, en cualquier momento
anterior a la resolución, salvo en lo relativo a la reposición de la situación alterada o a la
determinación de la indemnización por los daños y perjuicios causados por la comisión de
la infracción.
En ambos casos, cuando la sanción tenga únicamente carácter pecuniario, el órgano
competente para resolver el procedimiento aplica reducciones de, al menos, el 20 %
sobre el importe de la sanción propuesta, siendo éstos acumulables entre sí. Dicho
porcentaje puede ser incrementado reglamentariamente. Las citadas reducciones, deben
estar determinadas en la notificación de iniciación del procedimiento y su efectividad está
condicionada al desistimiento o renuncia de cualquier acción o recurso en vía
administrativa contra la sanción. Se trata de una novedad a nivel de legislación estatal, aun
cuando no en el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, toda vez que el art. 5
de la Ley 5/2014, de 11 de septiembre, de medidas para la reforma de la Administración
autonómica, establece que determina una reducción del 50 % del importe de la sanción
pecuniaria y el reconocimiento de los hechos que constituyen el objeto de la sanción,
poniendo fin a la vía administrativa la resolución que se dicte al efecto, el pago voluntario,
en el plazo de treinta días desde la notificación de la propuesta de resolución, de la
sanción pecuniaria resultante de la comisión de cualquiera de las infracciones que no sean
muy graves previstas en las normas y preceptos que se citan.
CIRCUNSTANCIAS
a) La inexistencia de los hechos que pudieran constituir la infracción.
 
b) Cuando lo hechos no resulten acreditados.
 
c) Cuando los hechos probados no constituyan, de modo manifiesto, infracción
administrativa.
 
d) Cuando no exista o no se haya podido identificar a la persona o personas responsables
o bien aparezcan exentos de responsabilidad.
 
e) Cuando se concluyera, en cualquier momento, que ha prescrito la infracción.

RESOLUCIÓN CORRESPONDIENTE
Dicha resolución incluye la valoración de las pruebas practicadas, en especial aquellas que
constituyan los fundamentos básicos de la decisión, fija los hechos, sin que puedan
aceptarse hechos distintos de los determinados en el curso del procedimiento, con
independencia de su diferente valoración jurídica y, en su caso, la persona o personas
responsables, la infracción o infracciones cometidas y la sanción o sanciones que se
imponen, o bien declara la no existencia de infracción o responsabilida

CASO PARTICULAR
Si no concurren todas esas condiciones la resolución debe reducir el importe del pago de
la multa que le correspondería o, en su caso, la sanción de carácter no pecuniario, cuando
el denunciante haya facilitado elementos de prueba que hayan aportado un valor
significativo respecto de aquellos de los que hubiera dispuesto la Administración Pública.
 
En uno y otro caso, resulta necesario que el denunciante haya cesado en la participación
de la infracción y no haya destruido elementos de prueba relacionados con el objeto de la
denuncia.

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


El vencimiento del plazo máximo para resolver el procedimiento administrativo
sancionador, seis meses de acuerdo con lo previsto en el art. 14.1 del Decreto 189/1994,
produce la caducidad del mismo y el consiguiente archivo de las actuaciones, sin
perjuicio de la posibilidad de incoar un nuevo procedimiento de no haberse producido
la prescripción.
 
La resolución, también en los supuestos de terminación del procedimiento que han
quedado expuestos con anterioridad, se notifica a los interesados, y, en su caso se
comunica al órgano o persona que hubiera cursado la comunicación, petición o
denuncia previas a la iniciación del procedimiento administrativo sancionador (art.
13.2 del Decreto 189/1994).
 
La resolución que ponga fin al procedimiento es ejecutiva cuando no quepa contra ella
ningún recurso ordinario en vía administrativa, bien por no haberse interpuesto, bien por
haber sido desestimados los recursos interpuestos, pudiendo adoptarse en la misma las
disposiciones cautelares precisas para garantizar su eficacia en tanto no sea ejecutiva y
que pueden consistir en el mantenimiento de las medidas provisionales que en su caso se
hubieran adoptado.

 
Para la determinación de las posibles responsabilidades civiles, cuando las conductas
sancionadas hubieran causado daños o perjuicios a las Administraciones Públicas y la
cuantía destinada a indemnizar estos daños no hubiera quedado determinada en el
expediente, se fija mediante un procedimiento administrativo complementario, cuya
resolución es inmediatamente ejecutiva.

EL ACUERDO DE INICIACIÓN
El acuerdo de iniciación debe contener al menos:
a) Identificación de la persona o personas presuntamente responsables.
b) Los hechos que motivan la incoación del procedimiento, su posible calificación y las
sanciones que pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que resulte de la instrucción *3
(Excepcionalmente, cuando en el momento de dictar el acuerdo de iniciación no existan
elementos suficientes para la calificación inicial de los hechos que motivan la incoación del
procedimiento, la citada calificación puede realizarse en una fase posterior mediante la
elaboración de un pliego de cargos, que debe ser notificado a los interesados.
c) Identificación del instructor y, en su caso, secretario del procedimiento, con expresa
indicación del régimen de recusación de los mismos *3 (De acuerdo con lo previsto en el
art. 5.2 del Decreto 189/1994, la función instructora se ejerce por quien determinen las
normas sancionadoras o las normas sobre atribución y ejercicio de competencias y, en su
defecto, por la autoridad o funcionario que designe el órgano competente para la incoación
del procedimiento. Esta designación no puede recaer en quien tuviera competencia para
resolver el procedimiento, como hemos dicho ya). *4 (El nombramiento del secretario se
lleva a cabo en los supuestos de expedientes complejos por su dificultad o volumen, o
cuando una norma así lo prevea - art. 7.1.b) del Real Decreto 189/1994 -.
d) Órgano competente para la resolución del procedimiento y norma que le atribuya tal
competencia, indicando la posibilidad de que el presunto responsable pueda reconocer
voluntariamente su responsabilidad *3 (El art. 5.3 del Decreto 189/1994 dispone al efecto
que el órgano administrativo competente para resolver el procedimiento es el que tenga
competencia para imponer, en su caso, la sanción que figure en la propuesta de
resolución.
e) Medidas de carácter provisional que se hayan acordado por el órgano competente para
iniciar el procedimiento sancionador, sin perjuicio de las que se puedan adoptar durante el
mismo.
f) Indicación del derecho a formular alegaciones y a la audiencia en el procedimiento y de
los plazos para su ejercicio, así como indicación de que, en caso de no efectuar
alegaciones en el plazo previsto sobre el contenido del acuerdo de iniciación, éste podrá
ser considerado propuesta de resolución cuando contenga un pronunciamiento preciso
acerca de la responsabilidad imputada.
g) Indicación de la posibilidad de que la persona presuntamente responsable pueda
reconocer voluntariamente su responsabilidad, a los efectos de la posible aplicación de la
reducción de la sanción prevista en el art. 85 LPACA a la que luego nos referiremos.

INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO (ART. 3 DECRETO 189/1994 Y

ARTS. 64.3, 77.4 Y 89 LPACA)


El art. 3 del Decreto 189/1994, dispone que cuando el órgano competente para iniciar un
procedimiento administrativo sancionador tuviera conocimiento de hechos que, además
de poder constituir una infracción administrativa, pudieran ser constitutivos de una
infracción penal, lo debe comunicar al Ministerio Fiscal, absteniéndose la Administración
de proseguir el procedimiento sancionador, una vez incoado, mientras la autoridad judicial
no se haya pronunciado.
De igual modo, cuando la Administración tuviera conocimiento de que se está
siguiendo un proceso penal con identidad de sujeto, hechos y fundamento respecto
de aquellos por los que se instruye un procedimiento administrativo sancionador,
solicita confirmación al Juez o Tribunal correspondiente, no prosiguiéndose el
procedimiento, de comprobarse dicha identidad, hasta que la autoridad judicial no se haya
pronunciado.
Recaída la resolución judicial penal se acuerda, según proceda, bien el archivo o bien la
continuación del procedimiento (teniendo en cuenta que los hechos declarados
probados por resolución penal firme vinculan a la Administración actuante). Durante
el tiempo en que estuviera en suspenso el procedimiento administrativo sancionador por
los motivos señalados, se entiende interrumpido tanto el plazo de prescripción de la
infracción como de caducidad del propio procedimiento.
De otro lado, el pliego de cargos ya sólo resulta preciso excepcionalmente, cuando en el
momento de dictar el acuerdo de iniciación no existan elementos suficientes para la
calificación inicial de los hechos que motivan la incoación del procedimiento; debiendo ser
notificado a los interesados en caso de dictarse.
En materia de prueba, en los procedimientos administrativos sancionadores, como se ha
dicho, los hechos declarados probados por resoluciones judiciales penales firmes vinculan
a las Administraciones Públicas que los substancien.
Por lo demás, una vez concluida la instrucción del procedimiento administrativo
sancionador, el órgano instructor formula una propuesta de resolución que debe ser
notificada a los interesados. En la propuesta de resolución se fijan de forma motivada los
hechos que se consideren probados y su exacta calificación jurídica, se determina la
infracción que, en su caso, aquéllos constituyan, la persona o personas responsables y la
sanción que se proponga, la valoración de las pruebas practicadas, en especial aquellas
que constituyan los fundamentos básicos de la decisión, así como las medidas
provisionales que, en su caso, se hubieran adoptado. La propuesta de resolución debe
indicar así mismo la puesta de manifiesto del procedimiento y el plazo para formular
alegaciones y presentar los documentos e informaciones que se estimen pertinentes.
Cuando la instrucción concluya la inexistencia de infracción o responsabilidad y no se haga
uso de la facultad para resolver la finalización del procedimiento, con archivo de las
actuaciones, a la que se alude más adelante, la propuesta declara esa circunstancia.

TERMINACIÓN DEL PROCEDIMIENTO (ARTS. 25.1B), 85, 90 Y 95 LPACA)


Sobre la terminación del procedimiento administrativo sancionador la Ley permite
la omisión misma del procedimiento cuando el infractor reconoce su responsabilidad.
En este caso, sin más, se puede resolver el procedimiento con la imposición de la sanción
que proceda.
También implica la terminación del procedimiento administrativo sancionador, cuando la
sanción tenga únicamente carácter pecuniario o bien quepa imponer una sanción
pecuniaria y otra de carácter no pecuniario pero se haya justificado la improcedencia de la
segunda, el pago voluntario por el presunto responsable, en cualquier momento
anterior a la resolución, salvo en lo relativo a la reposición de la situación alterada o a la
determinación de la indemnización por los daños y perjuicios causados por la comisión de
la infracción.
En ambos casos, cuando la sanción tenga únicamente carácter pecuniario, el órgano
competente para resolver el procedimiento aplica reducciones de, al menos, el 20 %
sobre el importe de la sanción propuesta, siendo éstos acumulables entre sí. Dicho
porcentaje puede ser incrementado reglamentariamente. Las citadas reducciones, deben
estar determinadas en la notificación de iniciación del procedimiento y su efectividad está
condicionada al desistimiento o renuncia de cualquier acción o recurso en vía
administrativa contra la sanción. Se trata de una novedad a nivel de legislación estatal, aun
cuando no en el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, toda vez que el art. 5
de la Ley 5/2014, de 11 de septiembre, de medidas para la reforma de la Administración
autonómica, establece que determina una reducción del 50 % del importe de la sanción
pecuniaria y el reconocimiento de los hechos que constituyen el objeto de la sanción,
poniendo fin a la vía administrativa la resolución que se dicte al efecto, el pago voluntario,
en el plazo de treinta días desde la notificación de la propuesta de resolución, de la
sanción pecuniaria resultante de la comisión de cualquiera de las infracciones que no sean
muy graves previstas en las normas y preceptos que se citan.

CIRCUNSTANCIAS
a) La inexistencia de los hechos que pudieran constituir la infracción.
 
b) Cuando lo hechos no resulten acreditados.
 
c) Cuando los hechos probados no constituyan, de modo manifiesto, infracción
administrativa.
 
d) Cuando no exista o no se haya podido identificar a la persona o personas responsables
o bien aparezcan exentos de responsabilidad.
 
e) Cuando se concluyera, en cualquier momento, que ha prescrito la infracción.

RESOLUCIÓN CORRESPONDIENTE
Dicha resolución incluye la valoración de las pruebas practicadas, en especial aquellas que
constituyan los fundamentos básicos de la decisión, fija los hechos, sin que puedan
aceptarse hechos distintos de los determinados en el curso del procedimiento, con
independencia de su diferente valoración jurídica y, en su caso, la persona o personas
responsables, la infracción o infracciones cometidas y la sanción o sanciones que se
imponen, o bien declara la no existencia de infracción o responsabilidad.

CASO PARTICULAR
Si no concurren todas esas condiciones la resolución debe reducir el importe del pago de
la multa que le correspondería o, en su caso, la sanción de carácter no pecuniario, cuando
el denunciante haya facilitado elementos de prueba que hayan aportado un valor
significativo respecto de aquellos de los que hubiera dispuesto la Administración Pública.
 
En uno y otro caso, resulta necesario que el denunciante haya cesado en la participación
de la infracción y no haya destruido elementos de prueba relacionados con el objeto de la
denuncia.
INTRODUCCIÓN
Las Administraciones Públicas, en el ejercicio de sus competencias y en el desarrollo de
sus actividades, pueden causar daños a terceros, ocasionándoles un perjuicio
patrimonial.
 
Los particulares tienen así derecho a ser indemnizados por las Administraciones Públicas
correspondientes, de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos,
siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los
servicios públicos, salvo en los casos de fuerza mayor o de daños que el particular tenga
el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley (Arts. 32.1 y 34.1 LRJSP).
 
El término servicios públicos que usa la Ley debe entenderse de forma amplia y
funcional.
 
La nueva regulación legal incorpora como novedades...
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, de acuerdo con lo previsto
en los arts. 81 y 82 LGACyL, la responsabilidad patrimonial de la Administración
autonómica se rige, como no podía ser de otra manera, por esta legislación básica.

LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL
 
La responsabilidad patrimonial es la institución puesta al servicio de esos terceros para
lograr la correspondiente indemnización

TÉRMINO SERVICIOS PÚBLICOS QUE USA LA LEY


 
Como sinónimo de actividad administrativa, en cualquiera de sus posibles manifestaciones
- la prestacional, la de policía o limitación y la jurídica -, por acción u omisión).
 
No obstante ello, en relación con la actividad administrativa jurídica, la anulación en vía
administrativa o por el orden jurisdiccional contencioso administrativo de los actos o
disposiciones administrativas no presupone, por sí misma, derecho a la indemnización -
art. 32.1 LRJSP -.
 
Hace falta, además, que de dicho acto o disposición se haya derivado una lesión
económica de las que dan derecho a reparación y que la efectividad de tal lesión sea
probada.

NOVEDADES
 
Con respecto a la responsabilidad del Estado legislador ya existente, la relacionada con
las leyes declaradas inconstitucionales y la derivada de las leyes contrarias al Derecho de
la Unión Europea -Contemplada expresa y específicamente por el Real Decreto 515/2013,
de 5 de julio, por el que se regulan los criterios y el procedimiento para determinar y
repercutir las responsabilidades por incumplimiento del Derecho de la Unión Europea-;
 
La unificación de la jurisdicción y del régimen jurídico aplicable a la responsabilidad
patrimonial de las Administraciones Públicas, ya actúen con sometimiento al Derecho
público o al Derecho privado;
 
La reserva de los principios y supuestos indemnizables para la LRJSP y de los aspectos
procedimentales, de forma separada, en la nueva LPACA).

REQUISITOS O PRESUPUESTOS MANUALES

REQUISITOS O PRESUPUESTOS MATERIALES


A) Lesión. La antijuridicidad del daño
Por lesión se entiende el daño antijurídico, el daño de los particulares en sus bienes y
derechos que no están obligados a soportar.

REQUISITOS O PRESUPUESTOS MATERIALES


B) Daño efectivo, evaluable económicamente e individualizado con relación a una
persona o grupo de personas
 
La efectividad del daño rechaza las meras expectativas o previsiones de que un daño se
produzca.
 
Cuál ha de ser la extensión concreta del daño es cuestión de prueba que compete al
perjudicado.
 
El daño evaluable económicamente puede alcanzar tanto al daño emergente, como
al lucro cesante.
 
No presenta mayores dificultades cuando se trata de daños materiales.
 
También alcanza a los daños morales o daños afectivos.

REQUISITOS O PRESUPUESTOS MATERIALES


C) La relación de causalidad
 
La lesión ha de ser consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los
servicios públicos, según dispone el art. 32.1 LRJSP.
 
El daño ha de ser causado por tanto por una Administración Pública, por ese
funcionamiento de sus servicios. Debe existir entonces una relación de causa a efecto
entre el hecho que se imputa a la Administración Pública y el daño producido.
 
La jurisprudencia utiliza múltiples criterios, para afrontar una casuística muy variada y
compleja. De entre ella, merecen destacarse especialmente dos situaciones: cuando la
producción del daño se origina en una actividad en la que intervienen varias
Administraciones Públicas, la primera; cuando en la producción de daño concurre la
conducta, activa o pasiva, de la propia víctima, o de un tercero, la segunda.
 
Cuando la producción del daño se origina en una actividad en la que intervienen
varias Administraciones Públicas, el art. 33 LRJSP, bajo el título de Responsabilidad
concurrente de las Administraciones Públicas, se decanta prioritariamente por la
responsabilidad solidaria de las Administraciones intervinientes.
 
Puede ser que en la producción de daño concurra la conducta, activa o pasiva, de la
propia víctima, o de un tercero, no adoptando las medidas de seguridad y
autoprotección razonablemente exigibles, sobre todo si se trata de riesgos conocidos y, en
esa medida, previsibles, o actuando culpable o negligentemente contribuyendo a la
producción del daño.
 
También es posible que la causa del daño se circunscriba íntegramente a la víctima o
al tercero. En cuyo caso, la Administración Pública no ha de satisfacer indemnización
alguna.
D) Ausencia de causas de exoneración.
Como expresamente se recoge en el art. 106 CE, no hay responsabilidad patrimonial si los
daños son producidos por causa de fuerza mayor
 
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?
action=contentpdf&databasematch=TS&reference=2834304&links=responsabilidad%20Y
%20fuerza%20mayor&optimize=20040115&publicinterface=true
 
Tampoco hay responsabilidad patrimonial para los daños derivados de hechos o
circunstancias que no se hubiesen podido prever o evitar según el estado de los
conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producción
de aquéllos.

REQUISITOS O PRESUPUESTOS MATERIALES


D) Ausencia de causas de exoneración.
Como expresamente se recoge en el art. 106 CE, no hay responsabilidad patrimonial si los
daños son producidos por causa de fuerza mayor
 
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?
action=contentpdf&databasematch=TS&reference=2834304&links=responsabilidad%20Y
%20fuerza%20mayor&optimize=20040115&publicinterface=true
 
Tampoco hay responsabilidad patrimonial para los daños derivados de hechos o
circunstancias que no se hubiesen podido prever o evitar según el estado de los
conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producción
de aquéllos.

DAÑOS DERIVADOS
 
Sin perjuicio de las prestaciones asistenciales o económicas que las leyes puedan
establecer para estos casos - art. 34.1 LRJSP -

ASPECTOS PROCEDIMENTALES
La LPACA deja de considerar al procedimiento administrativo de responsabilidad
patrimonial como un procedimiento administrativo especial , sometiéndolo al
procedimiento administrativo común, si bien con algunas previsiones específicas sobre el
mismo.
 
Los procedimientos administrativos de reclamación de responsabilidad patrimonial pueden
iniciarse así de oficio, por la propia Administración Pública, o a soliciutd de los
interesados.
 
El derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive la
reclamación o de manifestarse su efecto lesivo, con las siguientes precisiones sobre el
particular contenidas en el art. 67.1 LPACA.

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE RESPONSABILIDAD

PATRIMONIAL
 
Regulado hasta este momento por el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, de
Reglamento de los procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de
responsabilidad patrimonial, que se deroga expresamente.

RECISIONES SOBRE PRESCRIPCIÓN DEL DERECHO A RECLAMAR


 
a) En caso de daños de carácter psíquico o físico a las personas. El plazo empieza a
computarse desde la curación o la determinación del alcance de las secuelas - véase la
STS de 31 de mayo de 1999, rec. núm. 2132/1995 y la jurisprudencia que cita -.
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?
action=contentpdf&databasematch=TS&reference=3166375&links=responsabilidad&optimi
ze=20030906&publicinterface=true
 
b) En los casos en que proceda reconocer derecho a indemnización por anulación en vía
administrativa o contencioso-administrativa de un acto o disposición de carácter general. El
derecho a reclamar prescribe al año de haberse notificado la resolución administrativa o la
sentencia definitiva.
 
c) En los casos de responsabilidad patrimonial del Estado legislador en cuanto a leyes
inconstitucionales y leyes contrarias del Derecho de la Unión Europea. El derecho a
reclamar prescribe al año de la publicación en el BOE o en el DOUE, según el caso, de la
sentencia que declare la inconstitucionalidad de la norma o su carácter contrario al
Derecho de la Unión Europea.

ASPECTOS PROCEDIMENTALES
La reclamación de responsabilidad patrimonial debe tener el contenido básico de
cualquier solicitud de iniciación de un procedimiento administrativo común, con las mismas
condiciones en cuanto a su subsanación y mejora de la solicitud, si bien, de acuerdo con lo
previsto en los arts. 61.4. y 67.2 LPACA, debe dar cumplida cuenta de la concurrencia de
los requisitos materiales de la responsabilidad patrimonial que hemos expuesto y
analizado.
 
Cualquiera que sea el modo de iniciación del procedimiento, su instrucción sigue las
pautas fundamentales del procedimiento administrativo común, tal como se configura en la
LPACA.
 
Concluido el trámite de audiencia, en los procedimientos tramitados por la Administración
de la Comunidad de Castilla y León y por las Administraciones Locales de la Comunidad,
el órgano instructor propone que se recabe dictamen del Consejo Consultivo de
Castilla y León.
 

RECLAMACIÓN DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL


 
Debe especificar así las lesiones producidas; individualizarlas en relación con una persona
o grupo de personas; indicar la presunta relación de causalidad entre las lesiones y el
funcionamiento del servicio público, la evaluación económica de las lesiones, si fuera
posible, y el momento en que la lesiones efectivamente se produjeron; yendo acompañada
de cuantas alegaciones, documentos e informaciones se estimen oportunos y de la
proposición de prueba, concretando los medios de que pretenda valerse el reclamante.

INSTRUCCIÓN
 
Los trámites más relevantes, como son los de prueba, informes al servicio cuyo
funcionamiento haya ocasionado la presunta lesión indemnizable, audiencia de los
interesados, incluidos entre tales a los contratistas en los supuestos de daños y perjuicios
causados en la ejecución de los contratos administrativos - arts. 82. 5LPACA en relación
con el art. 32.9 LRJSP -, o el informe de los Servicios Jurídicos de la Comunidad [arts. 67
LGACyL y 4.2.e) LAJCyL], no presentan singularidad que merezca ser destacada.
DICTAMEN DEL CONSEJO CONSULTIVO DE CASTILLA Y LEÓN
 
Cuando las indemnizaciones reclamadas sean de cuantía igual o superior a 6000 euros en
el ámbito de la Administración autonómica y 3000 euros en el ámbito de otras
Administraciones Públicas [art. 4.1.i) LCCCyL]).
 
A estos efectos, el órgano instructor remite al órgano competente para solicitar el
dictamen,
 
Según el art. 4.2 LCCyL, el Presidente de la Junta de Castilla y León, el Consejero
competente por razón de la materia o por el órgano correspondiente de las Entidades
Locales, una propuesta de resolución o, en su caso, la propuesta de acuerdo por el que se
podría terminar convencionalmente el procedimiento.
 
El dictamen del Consejo Consultivo debe pronunciarse sobre la existencia o no de relación
de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión producida y, en su
caso, sobre la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización de
acuerdo con los criterios establecidos en la Ley.

ASPECTOS PROCEDIMENTALES
El procedimiento de responsabilidad patrimonial ordinario puede transformarse
en procedimiento simplificado, en cualquier momento anterior a su resolución.
 
Hay dos modos para la terminación del procedimiento y la determinación, en su caso, de la
indemnización correspondiente, la convencional  y la resolutoria por la Administración
Pública,
 
La indemnización se calcula con arreglo a los criterios de valoración establecidos en la
legislación fiscal, de expropiación forzosa y demás normas aplicables.
 
La cuantía concreta se fija con referencia al día en que la lesión efectivamente se
produjo.
 
La indemnización procedente puede sustituirse por una compensación en especie o
ser abonada mediante pagos periódicos.
 
La regla general sigue siendo, pues, la reparación en metálico y a tanto alzado, aunque
ahora se permiten expresamente otras alternativas, la compensación en especie y los
pagos periódicos, antes no previstas en la normativa aplicable.

PROCEDIMIENTO SIMPLIFICADO
 
Si el órgano competente para su tramitación considera inequívoca la relación de
causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión, así como la valoración
del daño y el cálculo de la cuantía de la indemnización - art. 96.4 LPACA -).
 
En estos casos, el procedimiento ha de resolverse en el plazo de treinta días.

INDEMNIZACIÓN CONVENCIONAL
 
A través del acuerdo entre el interesado y la Administración Pública sobre la cuantía y
modo de indemnización - art. 86.4 LPACA -

NDEMNIZACIÓN RESOLUTORIA
 
Al concluir el procedimiento administrativo reconociendo y afirmando, en su caso, la
responsabilidad - art. 91.2 LPACA -.
 
El plazo máximo establecido a tal fin es de seis meses, transcurrido el cual puede
entenderse que la resolución es contraria a la indemnización del particular - art. 91.3
LPACA -.
 
En cualquier caso, la resolución, expresa o presunta, pone fin a la vía administrativa [art.
114.1.e) LPACA]. En el ámbito de la Administración General del Estado, los
procedimientos de responsabilidad patrimonial se resuelven por el Ministro respectivo o
por el Consejo de Ministros en los casos del art. 32.3 LRJSP o cuando una ley así lo
disponga - art. 92 LPACA -.
 
En el ámbito autonómico y local, los procedimientos de responsabilidad patrimonial se
resuelven por los órganos correspondientes de las Comunidades Autónomas o de las
Entidades que integran la Administración Local).
 
En la Comunidad Autónoma de Castilla y León la resolución de los procedimientos de
responsabilidad patrimonial corresponde al Consejero competente por razón de la materia
hasta el límite establecido para la contratación, y a la Junta de Castilla y León en los
demás casos o cuando una Ley expresamente lo prevea - art. 82 LGACyL -).
 
En el caso de las Entidades de Derecho Público, las normas que determinen su régimen
jurídico pueden establecer los órganos a quien corresponde la resolución de los
procedimientos de responsabilidad patrimonial, aplicándose en su defecto lo previsto en la
Ley.

CÁLCULO DE LA INDEMNIZACIÓN
 
Ponderándose, en su caso, las valoraciones predominantes en el mercado).
 
En los casos de muerte o lesiones corporales se puede tomar como referencia la
valoración incluida en los baremos de la normativa vigente en materia de Seguros
obligatorios y de la Seguridad Social - art. 34.2 LPACA -.

CUANTÍA CONCRETA
 
Sin perjuicio de su actualización a la fecha en que se ponga fin al procedimiento de
responsabilidad con arreglo al Índice de Garantía de la Competitividad, fijado por el
Instituto Nacional de Estadística, y de los intereses que procedan por demora en el pago
de la indemnización fijada - art. 34.3 LPACA -.

SUSTITUCIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN
 
Cuando resulte más adecuado para lograr la reparación debida y convenga al interés
público, siempre que exista acuerdo con el interesado - art. 34.4 LPACA -.

ALTERNATIVAS
 
Cuya aceptación no es obligada en ningún caso para la víctima, cuyo acuerdo es
necesario en todo caso.

RESPONSABILIDADES DE LAS AUTORIDADES Y DEL PERSONAL AL

SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS


La responsabilidad patrimonial se reclama a la Administración Pública y si al concluir el
procedimiento se reconoce la existencia de responsabilidad, o se declara así por los
tribunales de justicia de estimarse el recurso jurisdiccional interpuesto contra una
resolución administrativa denegatoria de la misma, es dicha Administración Pública la
que debe satisfacer directa e íntegramente la indemnización reparatoria al sujeto
reclamante.
 
Ahora bien, la Administración Pública, una vez satisfecha la indemnización, debe exigir
de oficio a sus autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad en
que hubieran incurrido por dolo, culpa o negligencia graves (art. 36.2 LPACA), previa
la instrucción del procedimiento previsto en el art. 36.4 LPACA.

LAS RELACIONES INFORMATIVAS. LA TRANSMISIÓN DE INFORMACIÓN

ENTRE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS


Las Administraciones Públicas cuando en el ejercicio de sus competencias puedan incidir
en los intereses públicos encomendados a otras Administraciones Públicas deben
mantenerlas informadas de sus actuaciones.
 
De otro lado, como hemos visto ya, el art. 141.1.c) LRJSP establece el deber de facilitar a
otras Administraciones Públicas la información que precisen sobre la actividad que
desarrollen en el ejercicio de sus propias competencias o que sea necesaria para que los
ciudadanos puedan acceder de forma integral a la información relativa a una materia.
 
Al servicio del cumplimiento de las obligaciones que se derivan de este deber, el  art. 142
LRJSP enumera una serie de técnicas que las hacen materialmente posibles.
LAS RELACIONES CONVENCIONALES. LOS CONVENIOS ENTRE

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
Las Administraciones Públicas pueden formalizar sus relaciones de colaboración mediante
un acuerdo de voluntades o convenio en el que se establecen las fórmulas de
colaboración, las competencias que ejerce cada Administración, los programas de
actuación, las fuentes de financiación, etc.
 
De acuerdo con el art. 47.1 LRJSP, son convenios...
 
Por su parte, el art. 86 LPACA, al regular la terminación convencional del procedimiento
administrativo común, dispone que...
 
A los efectos que nos interesan, la LRJSP distingue entre los convenios
interadministrativos, y los intraadministrativos.
 
En el caso concreto de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, los arts. 24.12 y 60
EACyL disponen al efecto que...

INTRODUCCIÓN
También en ocasiones la cooperación de las Administraciones Públicas se articula
mediante la creación de órganos específicos colegiados de cooperación de
composición multilateral o bilateral, de ámbito general o especial.
 
Dichos órganos, que cuentan con representación de las Administraciones Públicas con
intereses públicos en presencia, pueden servir para...
 
En cualquier caso estos órganos carecen de personalidad jurídica y, por tanto, no
pueden ser sujetos de relaciones jurídicas.
 
Dejando al margen la Conferencia de Presidentes del art. 146 LRJSP, en la LRJSP se
distingue entre las conferencias sectoriales, las comisiones bilaterales de cooperación, las
comisiones territoriales de coordinación y otros órganos de cooperación.

CONFERENCIAS SECTORIALES
Las conferencias sectoriales (arts. 147 a 152 LRJSP) son órganos de cooperación que se
caracterizan por su composición multilateral y por atenerse a un ámbito material
sectorial y circunscrito a una materia concreta (Educación, medio ambiente, sanidad,
…).
 
Las conferencias sectoriales ejercen las funciones consultivas, decisorias y de
coordinación previstas en el art. 148.2 LRJSP.
 
Corresponde al Ministro que presida la conferencia sectorial acordar la convocatoria de
las reuniones por iniciativa propia, al menos una vez al año, o cuando lo soliciten, al
menos, la tercera parte de sus miembros.
 
La adopción de decisiones, previa votación de los miembros de la conferencia sectorial,
puede revestir la forma de acuerdo o recomendación.
 
En apoyo del funcionamiento de las conferencias sectoriales se regulan las comisiones
sectoriales, existiendo también la posibilidad de crear en el seno de las mismas grupos
de trabajo y apoyo, de carácter permanente o temporal.

COMISIONES BILATERALES DE COOPERACIÓN


Las comisiones bilaterales de cooperación (art. 153 LRJSP) son órganos de
cooperación que se caracterizan por su composición bilateral y por atenerse a
un ámbito material general, extensivo a cualquier materia o sector.
 
Al igual que en el caso de las conferencias sectoriales, cuando así se previa
expresamente, adoptan acuerdos de obligado cumplimiento.
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, el art. 59 EACyL regula
la Comisión de Cooperación entre la Comunidad y el Estado como marco permanente
de cooperación de ámbito general entre ambas partes, con las siguientes funciones.

COMISIONES TERRITORIALES DE COORDINACIÓN


Las comisiones territoriales de coordinación (art. 154 LRJSP), de composición
multilateral entre Administraciones Públicas cuyos territorios sean coincidentes o
limítrofes o la concurrencia de funciones así lo requiera, para mejorar la coordinación de la
prestación de servicios, prevenir duplicidades y mejorar la eficiencia y calidad de los
servicios.

COMISIONES TERRITORIALES DE COORDINACIÓN


Las comisiones territoriales de coordinación (art. 154 LRJSP), de composición
multilateral entre Administraciones Públicas cuyos territorios sean coincidentes o
limítrofes o la concurrencia de funciones así lo requiera, para mejorar la coordinación de la
prestación de servicios, prevenir duplicidades y mejorar la eficiencia y calidad de los
servicios.
OTROS ÓRGANOS DE COOPERACIÓN
Existe también por último la posibilidad de crear otros órganos de cooperación mediante
acuerdo de las Administraciones Públicas formalizado en un convenio, como
instrumento adicional de cooperación entre ellas.

LAS RELACIONES INSTITUCIONALES


La cooperación interadministrativa alcanza su más acabada expresión institucional con
la creación de entes con personalidad jurídica propia, formalmente diferenciada de
la personalidad de las Administraciones Públicas en presencia, básicamente, el
consorcio.
 
El consorcio (arts. 118 a 127 LRJSP) es un tipo de personificación jurídica con mucha
tradición en el ámbito local, que posibilita la participación en él de distintas
Administraciones Públicas y también de sujetos privados (empresas, fundaciones y
asociaciones) y que puede, a diferencia, de las sociedades mercantiles, ejercer potestades
administrativas.
 
El art. 118 LRJSP define los consorcios.
 
Los consorcios se crean mediante convenio suscrito por las Administraciones, organismos
públicos o entidades participantes.
 
Los consorcios se rigen por la LRJSP, por la normativa autonómica de desarrollo y por
sus estatutos.
 
Su organización, funcional y financiera, incluida la determinación de la Administración
Pública de adscripción de conformidad con los criterios que se detallan en el art. 120
LRJSP, así como sus funciones, se establecen en los estatutos de cada consorcio.
 
El art. 125 LRJSP regula las causas y el procedimiento para el ejercicio del derecho de
separación del consorcio.
 
También se regula la posible disolución del consorcio.

A COORDINACIÓN ADMINISTRATIVA
Es una fórmula excepcional de relación entre Administraciones Públicas, amparada en la
previsión expresa sobre el particular del art. 103.1 CE, en la que una Administración
Pública, la coordinadora, se sitúa en una cierta posición de supremacía sobre otras
Administraciones Públicas, las coordinadas, lo que pudiera resultar incompatible con la
autonomía constitucionalmente reconocida y garantizada a las Administraciones Públicas
en el ejercicio de sus competencias propias.
 
A pesar de ello, ha sido admitida, con una serie de cautelas, por el Tribunal
Constitucional, para evitar disfunciones y contradicciones en el ejercicio de competencias
análogas sobre los mismos ciudadanos y territorios.
 
Siguiendo esa doctrina constitucional, la Exposición de Motivos de la LRJSP se refiere
al principio de coordinación, diferenciándolo de la cooperación.
 
Después, el art. 140.1.e) de la propia LRJSP define la coordinación.
 
De otro lado, la coordinación a cargo del Estado o de las Comunidades Autónomas
sobre la Administración Local se encuentra regulada en los arts. 59 y ss. LrBRL

DEFINICIÓN LEGAL DE INTERESADO (ART. 4 LEY 39/2015)


Con carácter general, se consideran interesados en el procedimiento administrativo:
 
a) Quienes lo promuevan como titulares de derechos o intereses legítimos individuales o
colectivos.
 
b) Los que, sin haber iniciado el procedimiento, tengan derechos que puedan resultar
afectados por la decisión que en el mismo se adopte.
 
c) Aquellos cuyos intereses legítimos, individuales o colectivos, puedan resultar afectados
por la resolución y se personen en el procedimiento en tanto no haya recaído resolución
definitiva.
 
Las asociaciones y organizaciones representativas de intereses económicos y sociales
serán titulares de intereses legítimos colectivos en los términos que la Ley reconozca.
 
Cuando la condición de interesado derivase de alguna relación jurídica transmisible, el
derecho-habiente sucederá en tal condición cualquiera que sea el estado del
procedimiento.
 
Supuestos especiales: la acción pública prevista con carácter excepcional en legislación
sectorial concreta y el reconocimiento de la condición de interesado en el art. 40.2 del
EBEP a las Juntas de Personal y Delegados de Personal.

NUEVOS INTERESADOS EN EL PROCEDIMIENTO (ART. 8 LEY 39/2015)


Si durante la instrucción de un procedimiento que no haya tenido publicidad, se advierte la
existencia de personas que sean titulares de derechos o intereses legítimos y directos
cuya identificación resulte del expediente y que puedan resultar afectados por la resolución
que se dicte, se comunicará a dichas personas la tramitación del procedimiento.
 
En el art. 18.2 de la Ley 39/2015 se establece, tal como ya estaba regulado en la Ley
30/1992, la obligación de los interesados en un procedimiento que conozcan datos que
permitan identificar a otros interesados que no hayan comparecido en él de proporcionar
dichos datos a la Administración actuante.

DENTIFICACIÓN Y FIRMA DE LOS INTERESADOS EN EL

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
Uso de medios de identificación y firma en el procedimiento administrativo (art. 11
Ley 39/2015)
 
Sistemas de identificación de los interesados en el procedimiento (art. 9 Ley
39/2015)
 
Sistemas de firma admitidos por las Administraciones Públicas (art. 10 Ley 39/2015)

USO DE MEDIOS DE IDENTIFICACIÓN Y FIRMA EN EL PROCEDIMIENTO

ADMINISTRATIVO (ART. 11 LEY 39/2015)


1. Con carácter general, para realizar cualquier actuación prevista en el procedimiento
administrativo, será suficiente con que los interesados acrediten previamente su identidad
a través de cualquiera de los medios de identificación previstos en esta Ley.
 
2. Las Administraciones Públicas sólo requerirán a los interesados el uso obligatorio de
firma para:
 
a) Formular solicitudes.
 
b) Presentar declaraciones responsables o comunicaciones.
 
c) Interponer recursos.
 
d) Desistir de acciones.
 
e) Renunciar a derechos.

SISTEMAS DE IDENTIFICACIÓN DE LOS INTERESADOS EN EL

PROCEDIMIENTO (ART. 9 LEY 39/2015)


1. Las Administraciones Públicas están obligadas a verificar la identidad de los interesados
en el procedimiento administrativo, mediante la comprobación de su nombre y apellidos o
denominación o razón social, según corresponda, que consten en el Documento Nacional
de Identidad o documento identificativo equivalente.
 
2. Los interesados podrán identificarse electrónicamente ante las Administraciones
Públicas a través de cualquier sistema que cuente con un registro previo como usuario que
permita garantizar su identidad. En particular, serán admitidos, los sistemas siguientes:
 
a) Sistemas basados en certificados electrónicos reconocidos o cualificados de firma
electrónica expedidos por prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores
de servicios de certificación». A estos efectos, se entienden comprendidos entre los
citados certificados electrónicos reconocidos o cualificados los de persona jurídica y de
entidad sin personalidad jurídica.
 
b) Sistemas basados en certificados electrónicos reconocidos o cualificados de sello
electrónico expedidos por prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores
de servicios de certificación».
 
c) Sistemas de clave concertada y cualquier otro sistema que las Administraciones
Públicas consideren válido, en los términos y condiciones que se establezcan.
 
Cada Administración Pública podrá determinar si sólo admite alguno de estos sistemas
para realizar determinados trámites o procedimientos, si bien la admisión de alguno de los
sistemas de identificación previstos en la letra c) conllevará la admisión de todos los
previstos en las letras a) y b) anteriores para ese trámite o procedimiento.
 
3. En todo caso, la aceptación de alguno de estos sistemas por la Administración General
del Estado servirá para acreditar frente a todas las Administraciones Públicas, salvo
prueba en contrario, la identificación electrónica de los interesados en el procedimiento
administrativo.
SISTEMAS DE FIRMA ADMITIDOS POR LAS ADMINISTRACIONES

PÚBLICAS (ART. 10 LEY 39/2015)


1. Los interesados podrán firmar a través de cualquier medio que permita acreditar la
autenticidad de la expresión de su voluntad y consentimiento, así como la integridad e
inalterabilidad del documento.
 
2. En el caso de que los interesados optaran por relacionarse con las Administraciones
Públicas a través de medios electrónicos, se considerarán válidos a efectos de firma:
 
a) Sistemas de firma electrónica reconocida o cualificada y avanzada basados en
certificados electrónicos reconocidos o cualificados de firma electrónica expedidos por
prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores de servicios de
certificación». A estos efectos, se entienden comprendidos entre los citados certificados
electrónicos reconocidos o cualificados los de persona jurídica y de entidad sin
personalidad jurídica.
 
b) Sistemas de sello electrónico reconocido o cualificado y de sello electrónico avanzado
basados en certificados electrónicos reconocidos o cualificados de sello electrónico
incluidos en la «Lista de confianza de prestadores de servicios de certificación».
 
c) Cualquier otro sistema que las Administraciones Públicas consideren válido, en los
términos y condiciones que se establezcan.
 
3. Cada Administración Pública, Organismo o Entidad podrá determinar si sólo admite
algunos de estos sistemas para realizar determinados trámites o procedimientos de su
ámbito de competencia.
 
4. Cuando así lo disponga expresamente la normativa reguladora aplicable, las
Administraciones Públicas podrán admitir los sistemas de identificación contemplados en
esta Ley como sistema de firma cuando permitan acreditar la autenticidad de la expresión
de la voluntad y consentimiento de los interesados.
 
5. Cuando los interesados utilicen un sistema de firma de los previstos en este artículo, su
identidad se entenderá ya acreditada mediante el propio acto de la firma.

PLURALIDAD DE INTERESADOS (ART. 7 LEY 39/2015)


Cuando en una solicitud, escrito o comunicación figuren varios interesados, las
actuaciones a que den lugar se efectuarán con el representante o el interesado que
expresamente hayan señalado, y, en su defecto, con el que figure en primer término.
 
En coherencia con este precepto, el art. 66.2 de la Ley 39/2015 permite que una
pluralidad de personas puedan iniciar un procedimiento formulando una única solicitud
cuando las pretensiones de todas ellas tengan idéntico contenido y fundamento o sean
sustancialmente similares.
CAPACIDAD DE OBRAR (ART. 3 LEY 39/2015)
A los efectos previstos en la Ley, tendrán capacidad de obrar ante las Administraciones
Públicas:
 
a) Las personas físicas o jurídicas que ostenten capacidad de obrar con arreglo a las
normas civiles.
 
b) Los menores de edad para el ejercicio y defensa de aquellos de sus derechos e
intereses cuya actuación esté permitida por el ordenamiento jurídico sin la asistencia de la
persona que ejerza la patria potestad, tutela o curatela. Se exceptúa el supuesto de los
menores incapacitados, cuando la extensión de la incapacitación afecte al ejercicio y
defensa de los derechos o intereses de que se trate.
 
c) Cuando la Ley así lo declare expresamente, los grupos de afectados, las uniones y
entidades sin personalidad jurídica y los patrimonios independientes o autónomos
(novedad de esta Ley)
REPRESENTACIÓN (ART. 5 LEY 39/2015)
1. Los interesados con capacidad de obrar podrán actuar por medio de representante,
entendiéndose con éste las actuaciones administrativas, salvo manifestación expresa en
contra del interesado.
 
2. Las personas físicas con capacidad de obrar y las personas jurídicas, siempre que ello
esté previsto en sus Estatutos, podrán actuar en representación de otras ante las
Administraciones Públicas.
 
3. Para formular solicitudes, presentar declaraciones responsables o comunicaciones,
interponer recursos, desistir de acciones y renunciar a derechos en nombre de otra
persona, deberá acreditarse la representación. Para los actos y gestiones de mero trámite
se presumirá aquella representación.
 
4. La representación podrá acreditarse mediante cualquier medio válido en Derecho que
deje constancia fidedigna de su existencia. A estos efectos, se entenderá acreditada la
representación realizada mediante apoderamiento apud acta efectuado por comparecencia
personal o comparecencia electrónica en la correspondiente sede electrónica, o a través
de la acreditación de su inscripción en el registro electrónico de apoderamientos de la
Administración Pública competente.
 
5. El órgano competente para la tramitación del procedimiento deberá incorporar al
expediente administrativo acreditación de la condición de representante y de los poderes
que tiene reconocidos en dicho momento. El documento electrónico que acredite el
resultado de la consulta al registro electrónico de apoderamientos correspondiente tendrá
la condición de acreditación a estos efectos.
 
6. La falta o insuficiente acreditación de la representación no impedirá que se tenga por
realizado el acto de que se trate, siempre que se aporte aquélla o se subsane el defecto
dentro del plazo de diez días que deberá conceder al efecto el órgano administrativo, o de
un plazo superior cuando las circunstancias del caso así lo requieran.
 
7. Las Administraciones Públicas podrán habilitar con carácter general o específico a
personas físicas o jurídicas autorizadas para la realización de determinadas transacciones
electrónicas en representación de los interesados. Dicha habilitación deberá especificar las
condiciones y obligaciones a las que se comprometen los que así adquieran la condición
de representantes, y determinará la presunción de validez de la representación salvo que
la normativa de aplicación prevea otra cosa. Las Administraciones Públicas podrán
requerir, en cualquier momento, la acreditación de dicha representación. No obstante,
siempre podrá comparecer el interesado por sí mismo en el procedimiento.

REGISTROS ELECTRÓNICOS DE APODERAMIENTOS (ART. 6 LEY

39/2015)
1. La Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades
Locales dispondrán de un registro electrónico general de apoderamientos, en el que
deberán inscribirse, al menos, los de carácter general otorgados apud acta, presencial o
electrónicamente, por quien ostente la condición de interesado en un procedimiento
administrativo a favor de representante, para actuar en su nombre ante las
Administraciones Públicas. También deberá constar el bastanteo realizado del poder. En el
ámbito estatal, este registro será el Registro Electrónico de Apoderamientos de la
Administración General del Estado. Los registros generales de apoderamientos no
impedirán la existencia de registros particulares en cada Organismo donde se inscriban los
poderes otorgados para la realización de trámites específicos en el mismo. Cada
Organismo podrá disponer de su propio registro electrónico de apoderamientos.
 
2. Los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos pertenecientes a
todas y cada una de las Administraciones, deberán ser plenamente interoperables entre sí,
de modo que se garantice su interconexión, compatibilidad informática, así como la
transmisión telemática de las solicitudes, escritos y comunicaciones que se incorporen a
los mismos. Los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos
permitirán comprobar válidamente la representación de quienes actúen ante las
Administraciones Públicas en nombre de un tercero, mediante la consulta a otros registros
administrativos similares, al registro mercantil, de la propiedad, y a los protocolos
notariales. Los registros mercantiles, de la propiedad, y de los protocolos notariales serán
interoperables con los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos.
 
3. Los asientos que se realicen en los registros electrónicos generales y particulares de
apoderamientos deberán contener, al menos, la siguiente información:
 
a) Nombre y apellidos o la denominación o razón social, documento nacional de identidad,
número de identificación fiscal o documento equivalente del poderdante.
 
b) Nombre y apellidos o la denominación o razón social, documento nacional de identidad,
número de identificación fiscal o documento equivalente del apoderado.
 
c) Fecha de inscripción.
 
d) Período de tiempo por el cual se otorga el poder.
 
e) Tipo de poder según las facultades que otorgue.
COMUNICARSE CON LAS AAPP A TRAVÉS DE UN PUNTO DE ACCESO

GENERAL ELECTRÓNICO DE LA ADMINISTRACIÓN


El art. 14 desarrolla la regulación del derecho y de la obligación de relacionase
electrónicamente con las Administraciones Públicas y al respecto establece:
 
1. Las personas físicas podrán elegir en todo momento si se comunican con las
Administraciones Públicas para el ejercicio de sus derechos y obligaciones a través de
medios electrónicos o no, salvo que estén obligadas a relacionarse a través de medios
electrónicos con las Administraciones Públicas. El medio elegido por la persona para
comunicarse con las Administraciones Públicas podrá ser modificado por aquella en
cualquier momento.
 
2. En todo caso, estarán obligados a relacionarse a través de medios electrónicos con las
Administraciones Públicas para la realización de cualquier trámite de un procedimiento
administrativo, al menos, los siguientes sujetos:
 
a) Las personas jurídicas.
 
b) Las entidades sin personalidad jurídica.
 
c) Quienes ejerzan una actividad profesional para la que se requiera colegiación
obligatoria, para los trámites y actuaciones que realicen con las Administraciones Públicas
en ejercicio de dicha actividad profesional. En todo caso, dentro de este colectivo se
entenderán incluidos los notarios y registradores de la propiedad y mercantiles.
 
d) Quienes representen a un interesado que esté obligado a relacionarse electrónicamente
con la Administración.
 
e) Los empleados de las Administraciones Públicas para los trámites y actuaciones que
realicen con ellas por razón de su condición de empleado público, en la forma en que se
determine reglamentariamente por cada Administración.
 
3. Reglamentariamente, las Administraciones podrán establecer la obligación de
relacionarse con ellas a través de medios electrónicos para determinados procedimientos y
para ciertos colectivos de personas físicas que por razón de su capacidad económica,
técnica, dedicación profesional u otros motivos quede acreditado que tienen acceso y
disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.

SER ASISTIDOS EN EL USO DE MEDIOS ELECTRÓNICOS EN SUS

RELACIONES CON LAS AAPP


El art. 12 desarrolla la regulación de este derecho y al respecto establece:
 
1. Las Administraciones Públicas deberán garantizar que los interesados pueden
relacionarse con la Administración a través de medios electrónicos, para lo que pondrán a
su disposición los canales de acceso que sean necesarios así como los sistemas y
aplicaciones que en cada caso se determinen.
 
2. Las Administraciones Públicas asistirán en el uso de medios electrónicos a los
interesados no incluidos en los apartados 2 y 3 del artículo 14 que así lo soliciten,
especialmente en lo referente a la identificación y firma electrónica, presentación de
solicitudes a través del registro electrónico general y obtención de copias auténticas.
 
Asimismo, si alguno de estos interesados no dispone de los medios electrónicos
necesarios, su identificación o firma electrónica en el procedimiento administrativo podrá
ser válidamente realizada por un funcionario público mediante el uso del sistema de firma
electrónica del que esté dotado para ello. En este caso, será necesario que el interesado
que carezca de los medios electrónicos necesarios se identifique ante el funcionario y
preste su consentimiento expreso para esta actuación, de lo que deberá quedar constancia
para los casos de discrepancia o litigio.
 
3. La Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades
Locales mantendrán actualizado un registro, u otro sistema equivalente, donde constarán
los funcionarios habilitados para la identificación o firma regulada en este artículo. Estos
registros o sistemas deberán ser plenamente interoperables y estar interconectados con
los de las restantes Administraciones Públicas, a los efectos de comprobar la validez de
las citadas habilitaciones.
 
En este registro o sistema equivalente, al menos, constarán los funcionarios que presten
servicios en las oficinas de asistencia en materia de registros.

UTILIZAR LAS LENGUAS OFICIALES EN EL TERRITORIO DE SU CCAA


El art. 15 desarrolla la regulación de este derecho y al respecto establece:
 
1. La lengua de los procedimientos tramitados por la Administración General del Estado
será el castellano. No obstante lo anterior, los interesados que se dirijan a los órganos de
la Administración General del Estado con sede en el territorio de una Comunidad
Autónoma podrán utilizar también la lengua que sea cooficial en ella.
 
En este caso, el procedimiento se tramitará en la lengua elegida por el interesado. Si
concurrieran varios interesados en el procedimiento, y existiera discrepancia en cuanto a la
lengua, el procedimiento se tramitará en castellano, si bien los documentos o testimonios
que requieran los interesados se expedirán en la lengua elegida por los mismos.
 
2. En los procedimientos tramitados por las Administraciones de las Comunidades
Autónomas y de las Entidades Locales, el uso de la lengua se ajustará a lo previsto en la
legislación autonómica correspondiente.
 
3. La Administración Pública instructora deberá traducir al castellano los documentos,
expedientes o partes de los mismos que deban surtir efecto fuera del territorio de la
Comunidad Autónoma y los documentos dirigidos a los interesados que así lo soliciten
expresamente. Si debieran surtir efectos en el territorio de una Comunidad Autónoma
donde sea cooficial esa misma lengua distinta del castellano, no será precisa su
traducción.

ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA, ARCHIVOS Y REGISTROS


Al acceso a la información pública, archivos y registros, de acuerdo con lo previsto en la
Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen
gobierno y el resto del Ordenamiento Jurídico.
 

EXIGIR LAS RESPONSABILIDADES DE LAS AAPP Y AUTORIDADES,

CUANDO ASÍ CORRESPONDA LEGALMENTE.


La responsabilidad de los titulares de los órganos, instructores y empleados públicos en
general que participan en la tramitación de los expedientes, es un principio informador del
derecho administrativo, que se enmarca dentro de la obligación de impulsar hasta su
terminación todos los procedimientos administrativos.
 
Este principio de responsabilidad está regulado en los artículos 20, 21.6 y 71.3 de la Ley
39/2015. (Estos artículos están íntegramente transcritos en el estudio del principio de
responsabilidad realizado en el análisis de la fase de ordenación de los procedimientos).

PROTECCIÓN DE DATOS DE CARÁCTER PERSONAL


A la protección de datos de carácter personal, y en particular a la seguridad y
confidencialidad de los datos que figuren en los ficheros, sistemas y aplicaciones de las
Administraciones Públicas.
 
En este sentido el artículo 28 de la Ley 39/2015, en sus apartados 2 y 3, cuya redacción ha
sido modificada por la disposición final duodécima de la L.O. 3/2018, de 5 de diciembre, de
Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, establece que:
 
• Respecto de los documentos que han sido elaborados por otra Administración o ya están
en poder de la administración actuante, podrán ser objeto de consulta o ser recabados por
la referida administración, salvo que el interesado se oponga (no cabe esta oposición
cuando se trate del ejercicio de potestades sancionadoras o de inspección).
 
• Asimismo, y respecto de los datos o documentos aportados por el interesado a cualquier
Administración, deberán ser recabados electrónicamente por las Administraciones
Públicas salvo que conste en el procedimiento la oposición expresa del interesado o la ley
especial aplicable requiera su consentimiento expreso.
 
• Las Administraciones Públicas deberán recabar los documentos electrónicamente a
través de sus redes corporativas o mediante consulta a las plataformas de intermediación
de datos u otros sistemas electrónicos habilitados al efecto.
CONOCER EL ESTADO DE LA TRAMITACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS

EN LOS QUE TENGAN LA CONDICIÓN DE INTERESADOS


Derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los
procedimientos en los que tengan la condición de interesados;
 
Derecho a conocer el sentido del silencio administrativo que corresponda, en caso de que
la Administración no dicte ni notifique resolución expresa en plazo;
 
Derecho a conocer el órgano competente para su instrucción, en su caso, y resolución;
 
Derecho a conocer los actos de trámite dictados.
 
Asimismo, también tendrán derecho a acceder y a obtener copia de los documentos
contenidos en los citados procedimientos.

CONSULTAR LA INFORMACIÓN EN EL PUNTO DE ACCESO GENERAL

ELECTRÓNICO DE LA ADMINISTRACIÓN
Quienes se relacionen con las Administraciones Públicas a través de medios electrónicos,
tendrán derecho a consultar la información referida en el artículo 53.1. a) de la LPACA, en
el Punto de Acceso General electrónico de la Administración que funcionará como un
portal de acceso.
 
Se entenderá cumplida la obligación de la Administración de facilitar copias de los
documentos contenidos en los procedimientos mediante la puesta a disposición de las
mismas en el Punto de Acceso General electrónico de la Administración competente o en
las sedes electrónicas que correspondan.

NO PRESENTAR DOCUMENTOS ORIGINALES


No presentar documentos originales salvo que, de manera excepcional, la normativa
reguladora aplicable establezca lo contrario. En caso de que, excepcionalmente, deban
presentar un documento original, tendrán derecho a obtener una copia autenticada de
éste.

NO PRESENTAR DATOS Y DOCUMENTOS NO EXIGIDOS POR LAS

NORMAS APLICABLES
A no presentar datos y documentos no exigidos por las normas aplicables al procedimiento
de que se trate, que ya se encuentren en poder de las Administraciones Públicas o que
hayan sido elaborados por éstas.
 
Los derechos de los interesados en relación con la documentación a aportar al
procedimiento están desarrollados en el artículo 28 de la Ley 39/2015 que establece al
respecto:
 
Artículo 28 Documentos aportados por los interesados al procedimiento administrativo
 
En el ámbito de la Administración de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, en
relación con este derecho debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el Decreto 23/2009, de
26 de marzo, de medidas relativas a la simplificación documental en los procedimientos
administrativos (BOCyL nº 62 de 1 de abril de 2009).
 
A través de este decreto se crea el Catálogo de simplificación documental como inventario
público de documentos cuya obligación de aportación por el interesado queda suprimida o
sustituida por la presentación de declaraciones responsables. El contenido de este
Catálogo estará a disposición de los interesados en la página web
institucional www.jcyl.es.
 
En virtud de este Decreto, se han suprimido, entre otras, la obligación de presentar DNI o
Certificado de empadronamiento, así como tampoco podrá exigirse la presentación de
aquellos documentos cuya obligación de aportarse hay sido suprimida o hayan sido objeto
de sustitución por una declaración responsable en los términos previstos en el referido
Decreto.

INTRODUCCIÓN
El procedimiento administrativo exige necesariamente la presencia de una Administración
Pública competente y titular de la potestad administrativa que se ejercita a través de dicho
procedimiento.
 
Esta Administración Pública actúa a través de sus órganos, que son los que tramitan los
procedimientos administrativos correspondientes y los resuelven en la medida que sean
competentes para ello.
 
Bajo estas premisas, en este apartado se analiza el régimen jurídico básico de los órganos
administrativos, las instrucciones y órdenes de servicio, los órganos consultivos,
la competencia y las técnicas de alteración de la misma y el régimen jurídico básico de los
órganos administrativos colegiados de las distintas Administraciones Públicas en general y
de la Administración autonómica de Castilla y León en particular.

LOS ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS


Los órganos administrativos son unidades administrativas diferenciadas dentro de la
organización de una Administración Pública a los que se encomiendan funciones
resolutivas o de gestión.
 
Los órganos administrativos se configuran de este modo jurídicamente como un conjunto
de funciones o competencias que se les encomiendan, unos medios materiales y
financieros para su cumplimiento, y un titular o persona física cuya voluntad se imputa al
órgano - varias en el caso de los órganos administrativos colegiados -.
 
Los que no son órganos administrativos, las simples unidades administrativas, son tan sólo
puestos de trabajo vinculados funcionalmente por razón de sus cometidos y
orgánicamente por una jefatura común, regulados en las correspondientes relaciones de
puestos de trabajo e integrándose en los órganos administrativos.
 
Tanto los órganos como las unidades administrativas carecen de personalidad jurídica,
siendo ésta única para la Administración Pública territorial a la que pertenecen.

LAS INSTRUCCIONES Y ÓRDENES DE SERVICIO


En aplicación del principio de jerarquía al ámbito de las relaciones administrativas de
sujeción especial, los órganos administrativos pueden dirigir las actividades de sus
órganos jerárquicamente dependientes mediante instrucciones y órdenes de servicio (art. 6
LRJSP).
 
Las instrucciones tienen carácter general.
 
La orden se caracteriza por su carácter singular. La orden puede tener diversos grados
de formalización.
 
Unas y otras no son aplicables y exigibles más allá de su círculo de destinatarios.
 
Como norma general, tales instrucciones y órdenes de servicio no se encuentran sujetas
a publicación.
 
Las instrucciones y órdenes de servicio no son normas jurídicas sino simples actos
administrativos.

LOS ÓRGANOS CONSULTIVOS


La Administración consultiva, a la que se refiere el art. 7 LRJSP, se articula mediante los
órganos consultivos, órganos específicos dotados de autonomía orgánica y funcional con
respecto a la Administración Pública activa, o a través de los servicios de la Administración
Pública que prestan asistencia jurídica.
 
En el ámbito concreto de nuestra Comunidad Autónoma de Castilla y León por lo que se
refiere al primer tipo de órganos existe el Consejo Consultivo de Castilla y León,
equivalente al Consejo de Estado en cuanto a su organización y competencias, ejerciendo
las mismas de forma colegiada, y los Servicios Jurídicos de la Comunidad de Castilla y
León, por lo que se refiere al segundo.

LA COMPETENCIA
La competencia de un órgano administrativo es el conjunto de funciones y potestades que
le son atribuidas por el ordenamiento jurídico y que por ello está autorizado y obligado a
ejercitar.
 
Los criterios fundamentales de distribución de la competencia son el jerárquico, el
territorial y el material, dando origen a otras tantas clases de competencia denominadas de
igual forma: competencia jerárquica, competencia territorial y competencia material.
 
La competencia es irrenunciable para el órgano administrativo que la tiene atribuida,
salvo los casos de delegación o avocación, cuando se efectúen en los términos previstos
en una norma con rango de ley.
 
Si alguna disposición atribuye la competencia a una Administración Pública, sin especificar
el órgano que debe ejercerla, se entiende que la facultad de instruir y resolver los
expedientes corresponde a los órganos inferiores competentes por razón de la materia y
del territorio.
 
Por lo demás, el órgano administrativo que se estime incompetente para la resolución
de un asunto sobre el que no haya finalizado el procedimiento administrativo remitirá
directamente las actuaciones al órgano que considere competente, sea o no de la misma
Administración Pública, debiendo notificar esta circunstancia a los interesados (art. 14.1
LPACA).

LAS TÉCNICAS DE ALTERACIÓN DE LA COMPETENCIA


 
Como se ha dicho ya, resulta posible que la competencia no se ejerza por el órgano
administrativo que tiene atribuida normativamente la misma. A tal fin se posibilitan
diferentes posibilidades, denominadas técnicas de alteración de la competencia.

A DELEGACIÓN DE COMPETENCIAS
De acuerdo con lo previsto en el art. 9.1 LRJSP, los órganos de las diferentes
Administraciones Públicas, sin necesidad de ninguna otra previsión normativa específica
adicional, pueden delegar el ejercicio de las competencias que tengan atribuidas en otros
órganos, de la misma Administración, aun cuando no sean jerárquicamente dependientes,
o en los Organismos públicos o Entidades de Derecho Público vinculados o dependientes
de aquéllas.  Más información
 
Por su parte, el art. 48.1 LGACyL dispone que el ejercicio de las competencias propias de
los órganos de la Administración General puede ser delegado en otros de igual o inferior
categoría, aunque no sean jerárquicamente dependientes, tanto centrales con categoría
igual o superior a Servicio, como periféricos con categoría igual o superior a Sección, salvo
disposición en contrario, requiriéndose la previa autorización del Consejero o Consejeros
de quienes dependan los órganos delegante y delegado, salvo en competencias de la
Presidencia o Vicepresidencia (art. 48.2 LGACyL).
 
En la delegación la titularidad de la competencia sigue estando atribuida al órgano
delegante, siendo así que la delegación sólo afecta al puro ejercicio por el órgano
delegado de la competencia delegada.
 
Es precisamente por ello que los actos y resoluciones administrativas dictadas por
delegación se consideran dictados a todos los efectos por el órgano delegante (art. 9.4
LRJSP).
 
Salvo que se disponga otra cosa, la delegación se entiende con carácter indefinido o
permanente, si bien su revocación puede tener lugar en cualquier momento por decisión
del órgano administrativo que la haya conferido (art. 9.6 LRJSP).
 
La delegación puede tener por objeto el ejercicio de cualquier competencia, por ejemplo la
sancionadora, salvo las que se refieren a (art. 9.2 LRJSP).
 
Por su parte el 48.3 LGACyL establece que además de las anteriores son indelegables
las siguientes competencias:
 
Tampoco se admite la subdelegación.
 
También se prohíbe la delegación de competencias en procedimientos administrativos en
los que haya recaído dictamen o informe preceptivo previo a su resolución, pero sí se
permite la delegación antes de la emisión del mismo (art. 9.5, párrafo segundo LRJSP).

LA DELEGACIÓN DE COMPETENCIAS
En el caso de que el órgano administrativo delegante sea colegiado y pretenda delegar
competencias para cuyo ejercicio se requiere un quórum o mayoría especial, el acuerdo de
delegación debe adoptarse observando dicho quórum o mayoría (art. 9.7 LRJSP).
 
La delegación de competencias y su revocación deberán publicarse en el BOE, en el
de la Comunidad Autónoma o en el de la Provincia, según la Administración Pública a que
pertenezca el órgano administrativo delegante, y el ámbito territorial de competencia de
éste (art. 9.3 LRJSP)
 
De igual modo deberá expresarse la circunstancia de que las resoluciones se
adoptan por delegación en cada una de ellas (art. 9.4 LRJSP).
 
En el caso concreto de la Comunidad de Castilla y León, el art. 9 LGACyL, dispone que las
atribuciones del Presidente de la Comunidad pueden ser delegadas en los términos
establecidos en el Estatuto de Autonomía (en los Vicepresidentes y demás miembros de la
Junta, art. 28.5 EACyL) y en la propia Ley de Gobierno.
 

LA DESCONCENTRACIÓN
 
La titularidad y el ejercicio de las competencias atribuidas a los órganos administrativos
pueden ser desconcentrados en otros jerárquicamente dependientes de aquéllos en los
términos y con los requisitos que prevean las propias normas de atribución de
competencias
 
El art. 47 LGACyL dispone que la titularidad y ejercicio de las competencias propias de los
órganos de la Administración General pueden ser desconcentradas en otros
jerárquicamente dependientes, tanto centrales con categoría superior a Servicio,
como periféricos con categoría igual o superior a Departamento Territorial,
mediante Decreto de la Junta de Castilla y León publicado en el BOCyL, de igual modo
que su revocación, siendo así que las competencias, una vez desconcentradas, pueden
ser delegadas.

LA AVOCACIÓN
Ejercida en el ámbito propio de las relaciones de jerarquía, es la técnica en sentido inverso
a la delegación.
 
En la avocación los órganos superiores recaban para sí el conocimiento de uno o varios
asuntos cuya resolución corresponde ordinariamente o por delegación a sus órganos
administrativos jerárquicamente dependientes, cuando circunstancias de índole técnica,
económica, social, jurídica o territorial la hagan conveniente (art. 102.1 LRJSP).
 
En todo caso, la avocación debe realizarse mediante acuerdo motivado, explicando las
circunstancias de índole técnica, económica, social, jurídica o territorial que la hacen
conveniente, que debe ser notificado a los interesados en el procedimiento administrativo,
si los hay, con anterioridad o simultáneamente a la resolución final que se dicte (art. 10.2
LRJSP).
 
Contra el acuerdo de avocación no cabe recurso, aunque puede impugnarse en el
recurso que, en su caso, se interponga contra la resolución final del procedimiento (art.
10.2 párrafo segundo LRJSP). *2 (Los actos o resoluciones administrativas dictados en
virtud de avocación se imputan al órgano administrativo superior que avoca la
competencia).

LAS ENCOMIENDAS DE GESTIÓN


Las encomiendas de gestión afectan a la realización de actividades de carácter
material o técnico a que obligue el ejercicio de competencias propias, estableciendo el
art. 11.1 LRJSP que puede hacerse en favor de otros órganos o Entidades de Derecho
Público de la misma o de distinta Administración Pública, siempre que entre sus
competencias estén esas actividades, por razones de eficacia o cuando no se posean los
medios técnicos idóneos para su desempeño.
 
Como las encomiendas de gestión no pueden tener por objeto prestaciones propias de
los contratos administrativos regulados en la legislación de contratos del sector público
a cambio de una prestación económica equivalente al valor de prestación (como establece
el art. 11.1 párrafo segundo LRJSP), ha de ponerse en tela de juicio la regulación
contenida en el art. 48.ter LGACyL.
 
Por su parte, el art. 6.3 LCSP excluye de su ámbito de aplicación las encomiendas de
gestión regulaas en la legislación vigente en materia de régimen jusídico del sector
público.
 
Así las cosas, la encomienda de gestión no supone cesión o cambio de la titularidad
de la competencia ni de los elementos sustantivos de su ejercicio a nivel de
decisiones a adoptar, siendo responsabilidad del órgano o Entidad encomendante dictar
cuantos actos o resoluciones de carácter jurídico den soporte o en los que se integre la
concreta actividad material objeto de encomienda.
 
En todo caso, la Entidad u órgano encomendado tiene la condición de encargado de la
del tratamiento de los datos de carácter personal a los que pudiera tener acceso en
ejecución encomienda de gestión.
 
Las encomiendas de gestión se fundamentan necesariamente en un acuerdo entre las dos
instancias que en ellas participan. A tales efectos, la formalización de las encomiendas de
gestión se debe ajustar a las siguientes reglas (art. 11.3 LRJSP):

LA DELEGACIÓN DE FIRMA
La delegación de firma se circunscribe a esa circunstancia, la firma de una resolución o
acto administrativo ya adoptado.
Dispone así el art. 12.1 LRJSP que los titulares de los órganos administrativos pueden, en
materias de su competencia, que ostenten, bien por atribución, bien por delegación de
competencias, delegar la firma de sus resoluciones y actos administrativos en los titulares
de los órganos o unidades administrativas que de ellos dependan.
Para la validez de la delegación de firma no es necesaria su publicación en los diarios
oficiales.
En las resoluciones y actos que se firmen por delegación se ha de hacer constar esta
circunstancia y la autoridad de procedencia.
 
Por lo demás, ha de destacarse que la nueva regulación no contempla la prohibición de la
delegación de firma en las resoluciones administrativas de carácter sancionador contenida
en el precedente art. 16.4 LRJPAC.
 

LA SUPLENCIA
Con la finalidad de salvaguardar la eficacia administrativa, la suplencia tiene lugar
por razones de vacante, ausencia, enfermedad, así como en los casos en que se haya
sido declarada la abstención y recusación del empleado público interviniente, todas ellas
circunstancias temporales, produciéndose una simple sucesión transitoria en la titularidad
de un órgano administrativo, sin traslación de competencias de un órgano a otro (art. 13
LRJSP).
 
Si no se designa suplente, la competencia del órgano administrativo se ejerce por quien
designe el órgano administrativo inmediato superior de quien dependa el empleado público
interviniente.
 
Para la validez de la suplencia no se precisa su publicación en los diarios oficiales, si bien
en las resoluciones y actos que se dicten mediante suplencia, se ha de hacer constar esta
circunstancia y especificar el titular del órgano administrativo en cuya suplencia se adoptan
y quien efectivamente está ejerciendo la suplencia.
 
En el caso concreto de nuestra Comunidad Autónoma, de acuerdo con lo previsto en el art.
49 LGACyL, se diferencia el régimen de sustitución según se trate de órganos directivos,
centrales y periféricos, u otros órganos.

LOS ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS COLEGIADOS


Caracterización
Atendiendo a sus titulares los órganos administrativos pueden ser unipersonales o
colegiados. Son órganos administrativos colegiados aquellos que se crean formalmente
y están integrados por tres o más personas físicas, a los que se atribuyen funciones
administrativas de decisión, propuesta, asesoramiento o seguimiento y control
 
Regulación
La LPACA contiene una regulación básica común para todos los órganos administrativos
colegiados, sin perjuicio de las peculiaridades organizativas de las Administraciones
Públicas en que se integran. Además regula las peculiaridades propias de los órganos
administrativos colegiados de la Administración General del Estado, que no son objeto de
atención aquí.
Así las cosas, es en la legislación autonómica correspondiente, en los artículos 52 a 58 de
la LGACyL en el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, donde hay que
buscar las previsiones específicas sobre los órganos administrativos de las Comunidades
Autónomas.
No obstante, esta regulación normativa no es aplicable a los órganos administrativos
colegiados máximos o directivos de cada Administración Pública.
 
Clases
La LRJSP contempla tres clases de órganos administrativos colegiados.
 
Régimen Común
Los arts. 15 a 18 LRJSP regulan unos puntos comunes a los órganos administrativos
colegiados de las diversas Administraciones Públicas.
Se refiere en primer lugar la LRJSP a aquellos órganos administrativos colegiados en
que participen organizaciones representativas de intereses sociales, así como
aquellos compuestos por representaciones de distintas Administraciones Públicas,
cuenten o no con participación de organizaciones representativas de intereses sociales,
facultándoles para establecer o completar sus propias normas de funcionamiento.
De otro lado, se determina que el secretario puede ser un miembro del propio órgano o
una persona al servicio de la Administración Pública correspondiente, correspondiéndole
velar por la legalidad formal y material de las actuaciones del órgano colegiado, certificar
las actuaciones del mismo y garantizar que los procedimientos y reglas de constitución y
adopción de acuerdos son respetados.

LOS ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS COLEGIADOS


También se dispone que los órganos colegiados pueden constituirse, convocar y celebrar
sus sesiones, adoptar sus acuerdos y remitir las actas de forma presencial o a distancia,
salvo que su reglamento interno recoja expresa y excepcionalmente lo contrario.
El régimen de la convocatoria sigue las siguientes reglas:
Los órganos colegiados pueden establecer el régimen propio de convocatorias, si éste
no está previsto por sus normas de funcionamiento.
El quórum de asistencia para la válida constitución del órgano colegiado requiere la
asistencia, presencial o a distancia, del presidente y secretario o en su caso, de quienes
les suplan, y la de la mitad, al menos, de sus miembros.
La votación puede ser secreta o abierta y, en este último caso, a mano alzada, a viva voz o
mediante cualquier otro mecanismo o sistema que identifique el sentido del voto y al
votante.
Los acuerdos del órgano colegiado se adoptan por mayoría de votos, que resulta de la
diferencia positiva de los votos favorables al acuerdo sobre los negativos o contrarios,
pudiendo los miembros del mismo abstenerse o votar en contra, en cuyo último caso
quedan exentos de la responsabilidad que pueda derivarse de los acuerdos.
Cuando se asista a distancia, los acuerdos se entienden adoptados en el lugar donde
tenga la sede el órgano colegiado y, en su defecto, donde esté ubicada la presidencia.
Cualquier miembro tiene derecho a obtener del secretario una certificación de los
acuerdos adoptados por el órgano colegiado. También quienes acrediten la titularidad de
un interés legítimo.
Las normas expuestas que regulan el proceso de elaboración y manifestación de la
voluntad colegiada del órgano (convocatoria de los miembros, composición del órgano,
determinación del orden del día, formación del quórum de asistencia y votación;
deliberación de los miembros asistentes a las sesiones), contienen, en interpretación
jurisprudencial, las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los órganos
administrativos colegiados, a los efectos de la previsión sobre nulidad de pleno derecho de
los actos administrativos del art 47.1.e) LPACA.
El acta de la sesión, que elabora o levanta el secretario, con el visto bueno del
presidente, especifica necesariamente la identificación de los convocados, los asistentes,
el orden del día de la reunión, las circunstancias del lugar y tiempo en que se ha
celebrado, los puntos principales de las deliberaciones, los votantes, así como el contenido
de los acuerdos adoptados.
El acta debe aprobarse en la misma reunión o en la inmediata siguiente, en cuyo caso se
remite por el secretario a los miembros del órgano colegiado a través de medios
electrónicos, quienes pueden manifestar por los mismos medios su conformidad o reparos
al texto, a efectos de su aprobación, considerándose, en caso afirmativo, aprobada en la
misma reunión.
Con respecto a la legitimación de los miembros del órgano colegiado para interponer
recurso administrativo o jurisdiccional, la regla general es que los miembros de los
órganos colegiados carecen de legitimación para interponer recursos contra los acuerdos
adoptados por aquéllos, aunque hubieran votado en contra

LOS ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS COLEGIADOS


Régimen de la Administración de la Comunidad de Castilla y León
Los órganos colegiados de la Administración de la Comunidad Autónoma de Castilla y
León se rigen por las normas básicas de aquéllos contenidas en la LRJSP que han
quedado expuestas, por las disposiciones o convenios de creación, y por sus reglamentos
o normas de régimen o funcionamiento interior (art. 52 LGACyL).
Por su parte, los arts. 53 y 54 LDCCyL, regulan la utilización de medios electrónicos por
los órganos colegiados de la Administración autonómica, así como el régimen de las
sesiones electrónicas. Se dispone así que los órganos administrativos colegiados de la
Administración autonómica utilizan preferentemente para su funcionamiento medios
electrónicos.
Al margen de lo anterior, de entre las previsiones obligadas de la disposición o convenio
constitutivo del órgano colegiado a que se refiere el art. 53 LGACyL resultan de especial
importancia las correspondientes a su adscripción administrativa, así como
la composición y los criterios para la designación de sus miembros o su titularidad, y
del secretario, en todo caso.
Son miembros del órgano colegiado el presidente, el vicepresidente o vicepresidentes de
existir y por su orden, los vocales y, en su caso, el secretario (art. 54 LGACyL).
El presidente, sobre el que nada se dice cómo se nombra y se cesa, remitiéndose
implícitamente a la disposición o convenio de creación del órgano colegiado, en casos de
vacante, ausencia o enfermedad, es sustituido por el vicepresidente que corresponda o, en
su defecto, por el miembro del órgano colegiado que, perteneciendo a la Administración
autonómica o subsidiariamente a cualquier otra Administración, tenga mayor jerarquía,
antigüedad y edad, por este orden, de entre sus competencias.

LOS ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS COLEGIADOS


Al presidente se le atribuyen las siguientes funciones (art. 55.1 LGACyL):
El secretario debe ser calificado en la norma de creación como miembro del órgano o
como simple participante en su condición de funcionario, asistiendo a las reuniones del
órgano colegiado con voz y voto si es miembro del mismo y ejerciendo todos aquellos
derechos que como tal le correspondan, y con voz pero sin voto en caso contrario.
El secretario ostenta las siguientes funciones (art. 57.1 LGACyL):
En casos de vacante, ausencia o enfermedad, el secretario es sustituido por el miembro
del órgano colegiado que, perteneciendo a la Administración autonómica o
subsidiariamente a cualquier otra Administración, tenga menor jerarquía, antigüedad y
edad, por este orden, de entre sus componentes (art. 57.3 LGACyL).
En el acta de la sesión, además de las menciones obligadas por las previsiones de la
legislación básica, a solicitud de los respectivos miembros, se ha de hacer constar el voto
contrario al acuerdo adoptado, la abstención y los motivos que la justifiquen o la
explicación de su voto favorable.
Ya se ha dicho que, conforme a la legislación básica, las actas se aprueban en la misma o
en la siguiente sesión, precisando la legislación autonómica que no obstante ello el
secretario puede emitir certificación sobre los acuerdos específicos que se hayan
adoptado, sin perjuicio de la ulterior aprobación del acta.
La función propia de los miembros del órgano colegiado es asistir a las sesiones,
deliberar en los debates de las mismas y votar las propuestas de acuerdo. No lo es, sin
embargo, representar al órgano colegiado salvo que expresamente se les haya otorgado
por una norma o por acuerdo válidamente adoptado, para cada caso concreto, por el
propio órgano.
En caso de vacante, ausencia o enfermedad, los vocales titulares del órgano colegiado
son sustituidos por sus suplentes, si los hubiera.

ABSTENCION Y RECUSACION

INTRODUCCIÓN
En determinados supuestos las autoridades y el personal al servicio de las
Administraciones Públicas a quienes se encomienda la intervención en los
correspondientes procedimientos administrativos están obligadas a no hacerlo en uno
concreto.
 
En este apartado se analiza dicha obligación, los mecanismos previstos legalmente para
hacerla efectiva y las consecuencias jurídicas derivadas de la misma.
 
La obligación de abstenerse de intervenir en un procedimiento administrativo

LA OBLIGACIÓN DE ABSTENERSE DE INTERVENIR EN UN

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
De acuerdo con lo previsto en el art. 103 CE, las Administraciones Públicas sirven con
objetividad los intereses generales, remitiéndose a la ley en orden a la regulación de las
garantías para la imparcialidad de los funcionarios en el ejercicio de sus funciones
(apartados 1 y 3, respectivamente)
 
En el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, el art. 16 LDCCyL dispone que
los ciudadanos tienen derecho a un tratamiento imparcial y objetivo de sus asuntos por
parte de la Administración autonómica.
 
Pues bien, es en el art. 23.2 LRJSP donde se contemplan las circunstancias o motivos en
los que la imparcialidad de las autoridades y los empleados al servicio de las
Administraciones Públicas puede verse comprometida o puesta en entredicho, por lo que
unas y otros deben abstenerse de intervenir en los procedimientos administrativos,
pudiendo ser así mismo recusados por los interesados en éstos en los supuestos de no
abstención (art. 24 LRJSP).

PERSONAS FÍSICAS OBLIGADAS A LA ABSTENCIÓN


El deber de abstención afecta, como ha quedado dicho, a las autoridades y al personal al
servicio de las distintas Administraciones Públicas.
 
Sobre quienes son autoridades en el ámbito de la Administración General del Estado, ha
de tenerse en cuenta lo previsto sobre el particular en la LACAGE.
 
En el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, según el art. 2 LICyL son autoridades:
 
1. Los miembros de la Junta de Castilla y León.
 
2. Los titulares de los puestos de nombramiento directo por la Junta de Castilla y León o
sus miembros, que sean clasificados por Ley como altos cargos por implicar especial
confianza o responsabilidad. En particular, los siguientes
 
3. El siguiente personal de la Junta de Castilla y León, sea o no funcionario.
 
4. Los gerentes y asimilados cualquiera que sea su denominación, de los Organismos
Autónomos de la Administración de Castilla y Leó.
 
Respecto del personal al servicio de las distintas Administraciones Públicas, lo son los
funcionarios, de carrera e interinos, el personal laboral, ya sea fijo, por tiempo indefinido o
temporal, el personal eventual y el personal directivo profesional (arts. 8.2 y 13 EBEP), así
como el personal estatutario de los servicios de salud.
 
El deber de abstención alcanza a quienes intervienen en los procedimientos
administrativos, sean cuales sean éstos, sin necesidad de ninguna otra previsión
normativa adicional específica sobre el particular.

CIRCUNSTANCIAS O MOTIVOS DE ABSTENCIÓN


Las circunstancias o motivos de abstención que, de concurrir en las autoridades y el
personal al servicio de las Administraciones Públicas, hacen nacer su obligación de
abstenerse, de acuerdo con el art. 23.2 LRJSP son las siguientes:
 
a) Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro en cuya resolución
pudiera influir la de aquél; ser administrador de sociedad o entidad interesada, o
tener cuestión litigiosa pendiente con algún interesado.
 
b) Tener un vínculo matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco de
consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del segundo, con cualquiera
de los interesados, con los administradores de entidades o sociedades interesadas y
también con los asesores, representantes legales o mandatarios que intervengan en el
procedimiento, así como compartir despacho profesional o estar asociado con éstos para
el asesoramiento, la representación o el mandato
 
c) Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas
mencionadas en el apartado anterior.
 
d) Haber intervenido como perito o como testigo en el procedimiento de que se trate
 
e) Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el
asunto, o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de cualquier
tipo y en cualquier circunstancia o lugar.

RESOLUCIÓN SOBRE LA PROCEDENCIA O IMPROCEDENCIA DE LA

ABSTENCIÓN O LA RECUSACIÓN
La obligación de abstenerse deriva directamente de la Ley, desde el instante en que la
autoridad o empleado público de que se trate se encuentre incursa en cualquier
circunstancia o motivo de abstención de los que acaban de exponerse.
 
La persona afectada lo comunicará a su superior inmediato, quien resolverá lo
procedente.
 
Al margen de ello, este mismo superior inmediato y también cualesquiera otros órganos
administrativos superiores al afectado, jerárquicamente en precisión del art. 23.3 LRJSP
que no estaba en el art. 28.4 LRJPAC precedente, pueden ordenarle que se abstenga de
toda intervención en un concreto procedimiento administrativo.
 
En cualquier caso, aceptada o impuesta la abstención, ha de designarse a otra persona
para sustituir al afectado en la realización de sus funciones en el correspondiente
procedimiento administrativo.
 
De otro lado, en los supuestos de no abstención o apartamiento voluntario, los
interesados en los concretos procedimientos administrativos pueden promover la
recusación de la persona afectada en cualquier momento de la tramitación de los
mismos.
 
Los interesados han de indicar a tal fin en escrito motivado la causa o causas concretas en
que la recusación se funda, suscitándose así una cuestión incidental de previo
pronunciamiento - toda vez que como prevé el art. 74 LPACA se suspende la tramitación
del procedimiento administrativo en tanto no se resuelva. Más información
 
En el día siguiente el recusado manifesta a su inmediato superior si se da o no en él la
causa alegada. Más información.
 
Contra las resoluciones adoptadas en esta materia no cabe recurso, sin perjuicio de la
posibilidad de alegar la recusación al interponer el recurso que proceda contra el acto que
ponga fin al procedimiento administrativo. Más información.
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA NO ABSTENCIÓN
La intervención de quien debía haberse abstenido o aceptado la recusación, sin perjuicio
de la responsabilidad que proceda, no conlleva  per se  la invalidez o anulabilidad, en
ningún caso la nulidad de pleno derecho, de la actuación administrativa en que se
haya intervenido (no necesariamente, y en todo caso, dice el art. 23.3 LRJSP, esto último
en precisión que no estaba en el art. 28.4 LRJPAC precedente)
 
En cuanto a la responsabilidad de la persona obligada a abstenerse,
disciplinariamente, para los empleados públicos, no así para las autoridades, la
intervención en un procedimiento administrativo existiendo causa de abstención constituye
para el infractor falta grave [arts. 82.i) LFPCyL y 90.14 CCCyL]
PRINCIPIO GENERAL: OBLIGATORIEDAD DE TÉRMINOS Y PLAZOS.

(ARTÍCULO 29)
Como regla general, los plazos son obligatorios para todos los intervinientes en los
procedimientos administrativos, tanto Administración como interesados: los términos y
plazos establecidos en ésta u otras leyes obligan a las autoridades y personal al servicio
de las Administraciones Públicas competentes para la tramitación de los asuntos, así como
a los interesados en los mismos.

PRINCIPIO GENERAL: OBLIGATORIEDAD DE TÉRMINOS Y PLAZOS.

(ARTÍCULO 29)
El vencimiento de los plazos sin realizar las actuaciones supone:
• Desde la perspectiva de la Administración que debió actuar en plazo, una irregularidad
no invalidante (artículo 48.3) o la imputación a la misma de una resolución
presunta por efecto del silencio administrativo en procedimientos iniciados a instancia del
interesado, o la caducidad del procedimiento en procedimientos iniciados de oficio, en los
que no cabe más que el archivo de las actuaciones (Artículos 24 y 25.1. b).
 
• Desde la perspectiva del interesado, en algunos casos, la posibilidad de realizar la
actuación fuera del plazo establecido, y en otros, la preclusión del plazo:
 
Siempre que la naturaleza del plazo lo permita, aunque el plazo sea preclusivo, se debe
admitir la actuación del interesado, produciendo así sus efectos legales, si se realiza antes
o dentro del día en que se notifique la resolución en la que se tenga por transcurrido el
plazo y en la que se le tenga por decaído en su derecho al trámite correspondiente
(artículo 73.3). No permiten esta posibilidad los plazos de interposición de recursos
administrativos o jurisdiccionales, ni el plazo para interponer la demanda en el recurso
contencioso-administrativo.
CÓMPUTO DE LOS PLAZOS (ARTÍCULO 30)
A.- Plazos por horas.
Se trata de una novedad introducida por la Ley 39/2015. Salvo que la Ley o el Derecho de
la Unión Europea dispongan otro modo de computarlos, cuando los plazos se señalen por
horas, se entiende que éstas son hábiles.
Más información
 
B.- Plazos por días.
Salvo que la Ley o el Derecho de la Unión Europea dispongan otro modo de computarlos,
cuando los plazos se señalen por días, se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose
del cómputo los sábados, los domingos y los declarados festivos. En este sentido, la Ley
39/2015 se separa de la regulación anterior contenida en la Ley 30/1992 (LRJAPyPAC),
que sí incluía los sábados.
Excepción
 
C.- Plazos por meses o años.
Se computarán a partir del día siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación o
publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a aquel en que se produzca la
estimación o desestimación por silencio administrativo.
El plazo concluirá el mismo día en que se produjo la notificación, publicación o silencio
administrativo en el mes o el año de vencimiento. Si en el mes de vencimiento no hubiera
día equivalente a aquel en que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira el
último día del mes.
Cuando el último día del plazo sea inhábil, se entenderá prorrogado al primer día hábil
siguiente.
Ejemplo
Puede suceder que un día sea hábil en el municipio o Comunidad Autónoma en que
residiese el interesado, e inhábil en la sede del órgano administrativo, o a la inversa, en
cuyo caso, se considerará inhábil.
 
D.- Calendario de días inhábiles.
Por razones de seguridad jurídica, la Administración General del Estado y las
Administraciones de las Comunidades Autónomas, con sujeción al calendario laboral
oficial, fijarán, en su respectivo ámbito, el calendario de días inhábiles a efectos de
cómputos de plazos, que deberá publicarse antes del comienzo de cada año en el diario
oficial que corresponda, así como en otros medios de difusión que garanticen su
conocimiento generalizado.

CÓMPUTO DE LOS PLAZOS. (ARTÍCULO 30)


A.- Plazos por horas.
Son hábiles todas las horas del día que formen parte de un día hábil. Los plazos
expresados por horas se contarán de hora en hora y de minuto en minuto desde la hora y
minuto en que tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate y no podrán
tener una duración superior a veinticuatro horas, en cuyo caso se expresarán en días.

CÓMPUTO DE LOS PLAZOS. (ARTÍCULO 30)


A.- Plazos por días.
Excepción: la Ley o el Derecho de la Unión Europea pueden señalar los plazos por días
naturales, en cuyo caso se hará constar esta circunstancia en las correspondientes
notificaciones.
Los plazos expresados en días se contarán a partir del día siguiente a aquel en que
tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a
aquel en que se produzca la estimación o la desestimación por silencio administrativo.

CÓMPUTO DE PLAZOS EN LOS REGISTROS ELECTRÓNICOS (ARTÍCULO

31)
La existencia de registros electrónicos conlleva algunas peculiaridades en cuanto al
cómputo de los plazos, derivadas de las características de estos registros, entre ellas el
que estén abiertos las 24 horas del día, los 365 días del año, por lo que la nueva Ley
39/2015 establece al respecto una regulación adecuada a esta realidad.
 
Cada Administración Pública publicará los días y el horario en el que deban permanecer
abiertas las oficinas que prestarán asistencia para la presentación electrónica de
documentos, garantizando el derecho de los interesados a ser asistidos en el uso de
medios electrónicos.
 
El registro electrónico de cada Administración u Organismo se regirá a efectos de cómputo
de los plazos, por la fecha y hora oficial de la sede electrónica de acceso, que deberá
contar con las medidas de seguridad necesarias para garantizar su integridad y figurar de
modo accesible y visible.
Más información
 
El funcionamiento del registro electrónico se regirá por las siguientes reglas:
1ª. Permitirá la presentación de documentos todos los días del año durante
las veinticuatro horas.
2ª. A los efectos del cómputo de plazo fijado en días hábiles, y en lo que se refiere al
cumplimiento de plazos por los interesados, la presentación en un día inhábil se
entenderá realizada en la primera hora del primer día hábil siguiente salvo que una
norma permita expresamente la recepción en día inhábil.
3ª. El inicio del cómputo de los plazos que hayan de cumplir las Administraciones Públicas
vendrá determinado por la fecha y hora de presentación en el registro electrónico de
cada Administración u Organismo. En todo caso, la fecha y hora efectiva de inicio del
cómputo de plazos deberá ser comunicada a quien presentó el documento.
Por otro lado, la sede electrónica del registro de cada Administración Pública u Organismo,
determinará, atendiendo al ámbito territorial en el que ejerce sus competencias el titular de
aquélla y al calendario previsto en el artículo 30.7, los días que se considerarán inhábiles a
los efectos previstos en este artículo.
Más información
 
Éste será el único calendario de días inhábiles que se aplicará a efectos del cómputo de
plazos en los registros electrónicos, sin que resulte de aplicación a los mismos lo dispuesto
en el artículo 30.6.
Más información
CÓMPUTO DE PLAZOS EN LOS REGISTROS ELECTRÓNICOS.

(ARTÍCULO 31)
La fecha y hora oficial en el ámbito de Castilla y León se encuentra en la página web de la
Junta de Castilla y León, en la siguiente dirección:
https://www.tramitacastillayleon.jcyl.es/web/jcyl/AdministracionElectronica/es/Plantilla100/1
284167257830/_/_/_

CÓMPUTO DE PLAZOS EN LOS REGISTROS ELECTRÓNICOS.

(ARTÍCULO 31)
El calendario de días inhábiles, en el ámbito de Castilla y León, se encuentra en la página
web de la Junta de Castilla y León, en la siguiente dirección:
https://www.tramitacastillayleon.jcyl.es/web/jcyl/AdministracionElectronica/es/Plantilla100/1
251181279788/_/_/_
 

CÓMPUTO DE PLAZOS EN LOS REGISTROS ELECTRÓNICOS.

(ARTÍCULO 31)
Por razones lógicas, en los registros electrónicos no se aplicaría la regla de que si un día
es hábil en el municipio o Comunidad Autónoma en que residiese el interesado, e inhábil
en la sede del órgano administrativo, o a la inversa, se considerará inhábil.
 

AMPLIACIÓN DE PLAZOS (ARTÍCULO 32)


Aunque, como hemos visto al principio, los plazos establecidos son obligatorios tanto para
la Administración como para el interesado, pueden darse circunstancias especiales que
aconsejen ampliar los plazos en los procedimientos.
 
Por ello, la Administración, salvo precepto en contrario, podrá conceder de oficio o a
petición de los interesados, una ampliación de los plazos establecidos con las
siguientes condiciones:
 
- que no exceda de la mitad de los mismos
- que las circunstancias lo aconsejen
- que con ello no se perjudiquen derechos de tercero.
- que tanto la petición de los interesados como la decisión sobre la ampliación se
produzcan antes del vencimiento del plazo de que se trate.
 
El acuerdo de ampliación deberá ser notificado a los interesados. Los acuerdos sobre
ampliación de plazos o sobre su denegación no serán susceptibles de recurso, sin
perjuicio del procedente contra la resolución que ponga fin al procedimiento

TRAMITACIÓN DE URGENCIA (ARTÍCULO 33)


También existe la posibilidad de que los plazos se reduzcan: cuando razones de interés
público lo aconsejen se podrá acordar, de oficio o a petición del interesado, la aplicación
al procedimiento de la tramitación de urgencia, por la cual se reducirán a la mitad los
plazos establecidos para el procedimiento ordinario, salvo los relativos a la presentación
de solicitudes y recursos.
 
Contra el acuerdo que declare la aplicación de la tramitación de urgencia al
procedimiento, no cabrá recurso alguno sin perjuicio del procedente contra la resolución
que ponga fin al procedimiento.
 
Los acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia o de ampliación de plazos
deberán ser motivados (artículo 35). No debe confundirse la tramitación de urgencia con
la tramitación simplificada a que se refiere el artículo 96 de la Ley, de la que hablará en
otra Unidad.

EMISIÓN DE DOCUMENTOS POR LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

(ARTÍCULO 26)
Los documentos constituyen el soporte material del procedimiento administrativo y pueden
ser emitidos por las Administraciones Públicas o ser aportados por los interesados al
procedimiento. Todos ellos se pueden expedir tanto en soporte papel como en formato
electrónico.
 
Son documentos públicos administrativos los válidamente emitidos por los órganos de las
Administraciones Públicas, y los emitirán por escrito, a través de medios electrónicos, a
menos que su naturaleza exija otra forma más adecuada de expresión y constancia. Este
mandato es acorde con la obligatoriedad de la gestión electrónica de los procedimientos
administrativos que impone la nueva Ley 39/2015.
 
En cuanto a los documentos electrónicos administrativos, para ser considerados
válidos, deberán:
a) Contener información de cualquier naturaleza archivada en un soporte electrónico
según un formato determinado susceptible de identificación y tratamiento diferenciado.
b) Disponer de los datos de identificación que permitan su individualización, sin perjuicio
de su posible incorporación a un expediente electrónico.
c) Incorporar una referencia temporal del momento en que han sido emitidos.
d) Incorporar los metadatos mínimos exigidos.
e) Incorporar las firmas electrónicas que correspondan de acuerdo con lo previsto en la
normativa aplicable.

VALIDEZ Y EFICACIA DE LAS COPIAS REALIZADAS POR LAS

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (ARTÍCULO 27)


Las Administraciones Públicas pueden expedir copias auténticas tanto de documentos
públicos como de documentos privados. Las copias auténticas de documentos privados
surten únicamente efectos administrativos.
 
Las copias auténticas realizadas por una Administración Pública tendrán validez en las
restantes Administraciones.
 
Tendrán la consideración de copia auténtica de un documento público administrativo
o privado, las realizadas, cualquiera que sea su soporte, por los órganos competentes de
las Administraciones Públicas en las que quede garantizada la identidad del órgano que ha
realizado la copia y su contenido, y estas copias tendrán la misma validez y eficacia que
los documentos originales.
 
Para garantizar la identidad y contenido de las copias electrónicas o en papel, y por tanto
su carácter de copias auténticas, las Administraciones Públicas deberán ajustarse a lo
previsto en el Esquema Nacional de Interoperabilidad, el Esquema Nacional de Seguridad
y sus normas técnicas de desarrollo, así como a las siguientes reglas:
Reglas
 
Los interesados podrán solicitar, en cualquier momento, la expedición de copias auténticas
de los documentos públicos administrativos que hayan sido válidamente emitidos por las
Administraciones Públicas, dirigiéndose al órgano que emitió el documento original,
debiendo expedirse, salvo las excepciones derivadas de la aplicación de la Ley 19/2013,
de 9 de diciembre de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, en el
plazo de quince días a contar desde la recepción de la solicitud en el registro electrónico
de la Administración u Organismo competente.
 
Asimismo, las Administraciones Públicas estarán obligadas a expedir copias auténticas
electrónicas de cualquier documento en papel que presenten los interesados y que se
vaya a incorporar a un expediente administrativo.
 
En la práctica ya estamos viendo como las Administraciones digitalizan los documentos
que los interesados presentan, para incorporarlos al expediente administrativo.

VALIDEZ Y EFICACIA DE LAS COPIAS REALIZADAS POR LAS

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (ARTÍCULO 27)


Reglas:
a) Las copias electrónicas de un documento electrónico original o de una copia electrónica
auténtica, deberán incluir los metadatos que acrediten su condición de copia y que se
visualicen al consultar el documento.
 
b) Las copias electrónicas de documentos en soporte papel o en otro soporte no
electrónico susceptible de digitalización, requerirán que el documento haya sido
digitalizado y deberán incluir los metadatos que acrediten su condición de copia y que se
visualicen al consultar el documento.
 
c) Las copias en soporte papel de documentos electrónicos requerirán que en las mismas
figure la condición de copia y contendrán un código generado electrónicamente u otro
sistema de verificación, que permitirá contrastar la autenticidad de la copia mediante el
acceso a los archivos electrónicos del órgano u Organismo público emisor.
 
d) Las copias en soporte papel de documentos originales emitidos en dicho soporte se
proporcionarán mediante una copia auténtica en papel del documento electrónico que se
encuentre en poder de la Administración o bien mediante una puesta de manifiesto
electrónica conteniendo copia auténtica del documento original.
 
e) A estos efectos, las Administraciones harán públicos, a través de la sede electrónica
correspondiente, los códigos seguros de verificación u otro sistema de verificación
utilizado.

DOCUMENTOS APORTADOS POR LOS INTERESADOS AL

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO (ARTÍCULO 28)


En muchos casos, para la resolución de un procedimiento administrativo, es necesario que
los interesados aporten al mismo los datos y documentos de acuerdo con lo dispuesto en
la correspondiente normativa aplicable. Por otro lado, los interesados pueden aportar al
procedimiento cualquier otro documento que estimen conveniente.
 
En este sentido, para nuestro ámbito de la Administración de Castilla y León, debe tenerse
en cuenta el Decreto 23/2009, de 26 de marzo, de medidas relativas a la simplificación
documental en los procedimientos administrativos, (BOCyL nº 62, de 1 de abril de 2009) .
El mismo ya suprime la presentación de algunos documentos como el DNI, el certificado
de empadronamiento, las certificaciones acreditativas del cumplimiento de obligaciones
tributarias y frente a la Seguridad Social, así como sustituye otros documentos como la
certificación acreditativa de la titularidad de la cuenta bancaria o los Estatutos sociales, por
declaraciones responsables.
 
Por tanto, el sentido de esta normativa es no exigir al ciudadano más documentación de la
necesaria, no exigir documentos que ya estén poder de la Administración, no exigir, salvo
casos excepcionales documentos originales, y permitir a la Administración, cuando no
haya oposición del ciudadano, la consulta de sus datos. Todo ello acorde con la idea de
una Administración moderna y eficaz.
 
Los interesados deberán aportar al procedimiento administrativo los datos y documentos
exigidos por las Administraciones Públicas de acuerdo con lo dispuesto en la normativa
aplicable. Asimismo, los interesados podrán aportar cualquier otro documento que estimen
conveniente.
DOCUMENTOS APORTADOS POR LOS INTERESADOS AL

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO (ARTÍCULO 28)


La nueva Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales
y garantía de los derechos digitales ha obligado a modificar los apartados 2 y 3 del
artículo 28, en el sentido de que ya no es necesario recabar el consentimiento del
interesado para tratar sus datos personales en sus relaciones con las Administraciones
Públicas, sino que, en caso de que no desee que se traten sus datos, tendrá que oponerse
a ello expresamente:
 
Los interesados tienen derecho a no aportar documentos que ya se encuentren en poder
de la Administración actuante o hayan sido elaborados por cualquier otra Administración.
La administración actuante podrá consultar o recabar dichos documentos salvo que el
interesado se opusiera a ello. No cabrá la oposición cuando la aportación del documento
se exigiera en el marco del ejercicio de potestades sancionadoras o de inspección.
 
Las Administraciones Públicas deberán recabar los documentos electrónicamente a través
de sus redes corporativas o mediante consulta a las plataformas de intermediación de
datos u otros sistemas electrónicos habilitados al efecto.
 
Las Administraciones no exigirán a los interesados la presentación de documentos
originales, salvo que, con carácter excepcional, la normativa reguladora aplicable
establezca lo contrario.

DOCUMENTOS APORTADOS POR LOS INTERESADOS AL

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO (ARTÍCULO 28)


Las Administraciones Públicas no requerirán a los interesados datos o documentos no
exigidos por la normativa reguladora aplicable o que hayan sido aportados
anteriormente por el interesado a cualquier Administración. A estos efectos, el
interesado deberá indicar en qué momento y ante qué órgano administrativo presentó los
citados documentos, debiendo las Administraciones Públicas recabarlos electrónicamente
a través de sus redes corporativas o de una consulta a las plataformas de intermediación
de datos u otros sistemas electrónicos habilitados al efecto, salvo que conste en el
procedimiento la oposición expresa del interesado o la ley especial aplicable
requiera su consentimiento expreso. Excepcionalmente, si las Administraciones
Públicas no pudieran recabar los citados documentos, podrán solicitar nuevamente al
interesado su aportación.
 
Cuando con carácter excepcional, y de acuerdo con lo previsto en esta Ley, la
Administración solicitara al interesado la presentación de un documento original y este
estuviera en formato papel, el interesado deberá obtener una copia auténtica, según los
requisitos establecidos en el artículo 27, con carácter previo a su presentación electrónica.
La copia electrónica resultante reflejará expresamente esta circunstancia.
 
Finalmente, los interesados se responsabilizarán de la veracidad de los documentos que
presenten.
 
CONCEPTO
Desde un punto de vista estrictamente jurídico podemos definirlo como el “acto jurídico
realizado por la Administración y sometido al Derecho Administrativo”. Así parece
definirlo el artículo 34 de la LPACAP cuando dice:
 
1. Los actos administrativos que dicten las Administraciones Públicas, bien de oficio o a
instancia del interesado, se producirán por el órgano competente ajustándose a
los requisitos y al procedimiento establecido.
 
2. El contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el ordenamiento jurídico y
será determinado y adecuado a los fines de aquéllos.
 
A partir del contenido de esta definición podemos realizar el estudio del acto administrativo
desde tres puntos de vista:
- Distinción del acto de otras actuaciones de la Administración que no son actos
administrativos.
- Clases de actos administrativos.
- Elementos del acto administrativo.

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


Hay que distinguir el acto administrativo (acto reglado) de otras actuaciones como:
 
• Las actuaciones no regladas.
 
• Los actos de la Administración no sometidos al Derecho Administrativo.
 
• La potestad reglamentaria.
 
• Las simples actuaciones materiales.
 
• Los actos que emanan de determinados órganos públicos.

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


Las actuaciones no regladas (es decir, la actuación discrecional de la Administración).
Por ejemplo, un acto político del Gobierno, como la decisión de construir una autovía o no
hacerlo.
 

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


Los actos de la Administración no sometidos al Derecho Administrativo, sino a otros
ordenamientos como el civil (por el ejemplo el arrendamiento de un local por parte de la
Administración para instalar una dependencia administrativa) o el laboral (un contrato de
trabajo con personal no funcionario).
 

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


La potestad reglamentaria: la disposición reglamentaria forma parte del ordenamiento
jurídico, tiene vocación de permanencia en el mismo mientras no sea derogada y es por
tanto, susceptible de ser aplicada en múltiples ocasiones; sin embargo, el acto
administrativo es particular, en tanto que va dirigido a una o varias personas, no se integra
en el ordenamiento jurídico, sino que se limita a aplicarlo, y carece de vocación de
permanencia, pues se agota con su cumplimiento o ejecución.

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


Las simples actuaciones materiales. La exigencia de tratarse de una manifestación de
voluntad (la normal en las resoluciones administrativas, en tanto que decide resolviendo
una situación jurídica concreta, declarando derechos e imponiendo obligaciones), de juicio
(el dictamen de un órgano consultivo), de deseo (la petición de un órgano a otro, por
ejemplo) o de conocimiento (la inscripción en un registro), excluye de este concepto
estricto de acto a la denominada actuación material, como sería la actividad puramente
técnica de la Administración (atención sanitaria en un hospital público o impartición de
clases en un centro público).

DISTINCIÓN DE OTRAS ACTUACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN


Los actos que emanan de determinados órganos públicos (Cámaras Legislativas y
órganos del Poder Judicial), a menos que se dicten en ejercicio de potestades
materialmente administrativas.

CLASES DE ACTOS ADMINISTRATIVOS


1.- Por el contenido del acto y sus efectos:
 
• Actos favorables
• Actos desfavorables
 
2.- Por los órganos que intervienen en el acto:
 
• Actos simples
• Actos complejos
 
3.- Por el modo de exteriorizarse:
 
• Actos expresos
• Actos presuntos
 
4.- Por el lugar que ocupan en el procedimiento:
 
• Actos de trámite
• Actos resolutorios
 
5.- Por la posibilidad de ser recurridos:
 
• Actos que ponen fin a la vía administrativa
• Actos que no ponen fin a la vía administrativa
 
1.- Por el contenido del acto y sus efectos:
 
Actos favorables: los que aumentan la esfera jurídica de los administrados.
 
Ejemplos: las admisiones; las autorizaciones (licencia de pesca o caza, una licencia de
obra...); las concesiones (explotaciones mineras, líneas de viajeros); el otorgamiento de
una subvención.
 
Actos desfavorables o de gravamen: disminuyen la esfera jurídica del particular.
 
Ejemplos: las sanciones; las expropiaciones, las revocacione
2.- Por los órganos que intervienen en el acto:
 
Actos simples: cuando proceden de un único órgano.
 
2.- Por los órganos que intervienen en el acto:
 
Actos complejos: aquellos cuya aprobación exige la decisión final de más de un órgano
administrativo.
 
3.- Por el modo de exteriorizarse:
 
Actos expresos: cuando la Administración manifiesta su voluntad dejando constancia del contenido:
resoluciones expresas notificadas al interesado.
 
3.- Por el modo de exteriorizarse:
 
Actos presuntos: La Administración guarda silencio, pero del mismo se deduce su voluntad. Es el
silencio administrativo, que puede ser positivo o negativo. (Artículos 24 y 25 LPACAP).
4.- Por el lugar que ocupan en el procedimiento:
 
Actos de trámite: son todos aquellos que conforman el procedimiento a excepción de la resolución,
siendo su finalidad preparar el camino para que se dicte la resolución.
4.- Por el lugar que ocupan en el procedimiento:
 
Actos resolutorios: son las resoluciones, es decir, los actos que ponen fin al procedimiento.
5.- Por la posibilidad de ser recurridos:
 
Actos que ponen fin a la vía administrativa, o que causan estado. Son aquellos que no son
susceptibles de recursos ordinarios. Son los establecidos en el artículo 114 LPACAP y en el artículo
61 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad de Castilla
y León. Este aspecto se tratará en la Unidad dedicada a los recursos administrativos.

5.- Por la posibilidad de ser recurridos:


 
Actos que no ponen fin a la vía administrativa, los que sí son susceptibles de recursos ordinarios

ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO


1.- ELEMENTO SUBJETIVO. Como ya hemos dicho, el acto debe emanar de la Administración y
ser dictado por órgano que sea competente, conforme la definición dada por el artículo 34.
 
Más información
 
Además, para que se pueda hablar de competente, el funcionario que dicta el acto ha de estar
nombrado legalmente y no incurrir en causa de ABSTENCIÓN O RECUSACIÓN: artículos 23 y 24
de la Ley 40/2015 (LRJSP).
Tanto de la competencia como de la abstención y recusación, se habla en otras unidades de este
curso.
 
2.- ELEMENTO OBJETIVO. Es el contenido del acto. El artículo 34.2 de la LPACAP establece que
el contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el ordenamiento jurídico y será
determinado y adecuado a los fines de aquéllos.
Por otro lado, el art. 47.1, apartados c) y d) considera nulos de pleno derecho los actos que tengan un
contenido imposible y los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia
de ésta. Por tanto, el acto ha de ser POSIBLE, LÍCITO y DETERMINADO o DETERMINABLE.
 
3.- ELEMENTO CAUSAL. Es el porqué del acto, la razón que lo justifica. Por eso, determinados
actos han de ser motivados conforme dispone el artículo 35 de la LPACAP.
 
4.- ELEMENTO FINAL. Es el fin del acto, que no es otro que el de la propia Administración:
satisfacer el interés público. Cuando el acto se produce en interés de personas concretas, se incurre
en la desviación de poder (art. 70.2 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa LJCA y
48.1 LPACAP). Existe desviación de poder cuando se ejercen potestades administrativas para
fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico.

ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO


5.- ELEMENTO FORMAL. Los actos administrativos se producirán por escrito a través de medios
electrónicos, a menos que su naturaleza exija otra forma más adecuada de expresión y constancia
(artículo 36). Este artículo permite también dictar actos en forma verbal, pero exige la posterior
constancia escrita. Ha de hacerse hincapié en que los actos han de dictarse de forma electrónica, en
concordancia con la obligatoriedad de implantar la tramitación electrónica de los procedimientos
establecida en la Ley.
Cuando tengan destinatario concreto, deberán notificarse por escrito. Si van dirigidos a una
pluralidad de destinatarios, deberán ser publicados.
 
Más información
 
6.- EL CAUCE PROCEDIMENTAL. Además de contener los anteriores elementos, los actos deben
producirse ajustándose a los requisitos y al procedimiento establecido, conforme dispone el
citado artículo 34 de la LPACAP.
 
Más información
 
El procedimiento es el cauce formal a través del cual la Administración ejerce su actividad y
produce los actos administrativos. La plasmación documental de todo ese camino es el expediente
administrativo, entendido como conjunto ordenado de documentos a los que da lugar un
determinado procedimiento y que, en tanto que meros documentos, no debe ser confundido con el
procedimiento propiamente dicho.
Dos son las funciones esenciales que cumple el procedimiento administrativo: Más información
La trascendencia del procedimiento administrativo ha tenido su reflejo en la Constitución que, en su
artículo 105, ordena al legislador regular el procedimiento a través del cual deben producirse los
actos administrativos. Con este mandato la CE excluye la posibilidad de que la Administración actúe
sin someterse a un determinado procedimiento.
La Ley 39/2015 (LPACAP) hace efectivo ese mandato constitucional regulando el procedimiento
administrativo común, de general aplicación a todas las Administraciones Públicas, sin perjuicio de
las peculiaridades propias de cada una de ellas y de las normas que regulen procedimientos
específicos que, no obstante, siempre tendrán como referencia el procedimiento regulado en la
LPACAP. En este sentido, la Disposición Adicional Primera, remite a normas específicas de
procedimiento, excluyendo la aplicación del procedimiento administrativo común, salvo con carácter
supletorio, en materia tributaria, aduanera y de sanciones por infracciones en el orden social y
desempleo, tráfico y seguridad vial, entre otras.

MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS (ARTÍCULO 35)


El Derecho Administrativo actual tiende a facilitar al interesado todos los medios necesarios para el
ejercicio de sus derechos y la defensa de sus intereses, garantizando su participación en el
procedimiento. Dentro de estas medidas de garantía, una de las principales es conocer las razones
por las que la Administración ha actuado de una determinada manera, pues será la base de cualquier
impugnación contra el acto desfavorable para el interesado. Por ello, la regla práctica general debe
ser la de motivar siempre el acto, aunque en puridad y de conformidad con la literalidad del artículo
35 no exista obligación de hacerlo salvo en los casos que se señalan.
 
Serán motivados, con sucinta referencia de hechos y fundamentos de derecho:
a) Los actos que limiten derechos subjetivos o intereses legítimos.
b) Los actos que resuelvan procedimientos de revisión de oficio de disposiciones o actos
administrativos, recursos administrativos y procedimientos de arbitraje y los que declaren su
inadmisión.
c) Los actos que se separen del criterio seguido en actuaciones precedentes o del dictamen de
órganos consultivos.
d) Los acuerdos de suspensión de actos, cualquiera que sea el motivo de ésta, así como la adopción
de medidas provisionales previstas en el artículo 56.
e) Los acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia, de ampliación de plazos y de realización
de actuaciones complementarias.
f) Los actos que rechacen pruebas propuestas por los interesados.
g) Los actos que acuerden la terminación del procedimiento por la imposibilidad material de
continuarlo por causas sobrevenidas, así como los que acuerden el desistimiento por la
Administración en procedimientos iniciados de oficio.
h) Las propuestas de resolución en los procedimientos de carácter sancionador, así como los actos
que resuelvan procedimientos de carácter sancionador o de responsabilidad patrimonial.
i) Los actos que se dicten en el ejercicio de potestades discrecionales, así como los que deban serlo
en virtud de disposición legal o reglamentaria expresa.
 
La motivación de los actos que pongan fin a los procedimientos selectivos y de concurrencia
competitiva se realizará de conformidad con lo que dispongan las normas que regulen sus
convocatorias, debiendo, en todo caso, quedar acreditados en el procedimiento los fundamentos de la
resolución que se adopte.

EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS


Desde un punto de vista teórico, se debe distinguir:
• EFICACIA: el acto produce efectos jurídicos (artículo 39 LPACAP).
• VALIDEZ: el acto contiene los elementos necesarios (artículos 47 y 48).
• EJECUTIVIDAD: una vez dictado un acto, debe cumplirse (artículo 38).
• EJECUTORIEDAD: Si el administrado no cumple, la Administración puede obligarle a que
cumpla el acto (artículos 97 a 105). De la ejecutoriedad se hablará más adelante en otra Unidad de
este curso.
 
La validez de los actos administrativos se presume: dispone el artículo 39.1 que los actos de las
Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo se presumirán válidos y producirán
efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ello se disponga otra cosa.
Pero esta regla tiene dos excepciones: la eficacia demorada y la retroactividad.
 
• Eficacia demorada Más información.
 
• Retroactividad Más información.
 
Por otro lado, en relación con la eficacia de los actos administrativos y las disposiciones de carácter
general (reglamentos), debe tenerse en cuenta la llamada inderogabilidad singular de los
reglamentos. Dispone el artículo 37:
1.- Las resoluciones administrativas de carácter particular no podrán vulnerar lo establecido en una
disposición de carácter general, aunque aquéllas procedan de un órgano de igual o superior jerarquía
al que dictó la disposición general.
2.- Son nulas las resoluciones administrativas que vulneren lo establecido en una disposición
reglamentaria, así como aquellas que incurran en alguna de las causas recogidas en el artículo 47.
EFICACIA DEMORADA
 
Dispone el artículo 39.2: la eficacia quedará demorada:
 
a) Cuando así lo exija el contenido del acto. Ello ocurre cuando el acto esté sometido a condición
o término suspensivo. También en aquellos casos en que la eficacia del acto depende de la
aceptación por el destinatario, como por ejemplo el nombramiento de un funcionario, ya que para
que produzca efectos, es necesario que se produzca la toma de posesión.
 
b) Cuando esté supeditada a su notificación o publicación. Es la excepción más significativa al
principio de eficacia inmediata del acto, pues la propia Ley (artículo 40.1) establece la obligación de
notificar a los interesados las resoluciones y actos administrativos que afecten a sus derechos e
intereses. La amplitud de dicha obligación, que en la práctica supone que cualquier acto (definitivo o
de trámite cualificado, como el de audiencia) ha de ser comunicado a sus destinatarios, conlleva que
la regla general sobre la eficacia del acto no sea la inmediatez, como proclama el artículo 39.1
LPACAP, sino la demora hasta su comunicación al interesado.
 
c) Cuando esté supeditada a su aprobación superior. Por ejemplo, sería el caso de la aprobación
por las entidades locales de determinados instrumentos de planeamiento urbanístico, los cuales no
surten efectos hasta la aprobación definitiva que ha de realizar la Comunidad Autónoma.
RETROACTIVIDAD
 
El artículo 39.3 dispone que excepcionalmente podrá otorgarse eficacia retroactiva a los actos:
 
• Cuando se dicten en sustitución de actos anulados.
 
• Cuando produzcan efectos favorables al interesado, siempre que:
 
- los supuestos de hecho existiesen ya en la fecha a la que se retrotraiga la eficacia del acto y
- no se lesionen derechos o intereses legítimos de otras personas.

SUSPENSIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS (ARTÍCULO 117)


Supone la paralización de la eficacia del acto en los supuestos de impugnación. La regla general es la
no paralización de los efectos del acto, cuando se interpone un recurso, conforme dispone el artículo
117 LPACAP.
 
Este apartado se estudiará con más detenimiento en la Unidad dedicada a los recursos
administrativos.

NVALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS. NULIDAD Y

ANULABILIDAD
Estas dos figuras son las formas que puede adoptar la invalidez del acto administrativo. En general,
es inválido todo acto que infringe el ordenamiento jurídico. La regla general es que los actos
inválidos serán anulables, alcanzando la condición de nulos únicamente cuando concurran en ellos
las circunstancias o causas tasadas relacionadas en el artículo 47.1 LPACAP.
 
Se pueden establecer las siguientes diferencias entre ambas figuras:
 
• La nulidad radical o de pleno derecho es la regla para la invalidez de las disposiciones generales
(artículo 47.2 LPACAP), mientras que para los actos administrativos constituye la excepción. En el
caso de los actos administrativos, los vicios determinantes de la nulidad de pleno derecho son
tasados y de interpretación restrictiva (artículo 47.1 LPACAP), siendo la regla general la
anulabilidad, que se encuentra definida genéricamente en el artículo 48 LPACAP como “cualquier
infracción del ordenamiento jurídico incluida la desviación de poder”.
 
• La nulidad de pleno derecho puede ser instada en cualquier momento por cualquier particular
interesado o de oficio por la propia Administración, puesto que la revisión de oficio se configura
como una verdadera acción de nulidad (artículo 106.1 LPACAP), mientras que la anulabilidad está
sometida a plazos preclusivos, tanto para la Administración (cuatro años desde que se dictó el acto
para declarar su lesividad, artículo 107.2 LPACAP) como para los particulares, los cuales deben
cumplir los plazos del recurso de alzada (artículo 121 LPACAP), y/o del recurso contencioso-
administrativo (artículo 46.1 Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-
administrativa (LJCA), de forma que transcurrido el plazo legalmente establecido sin la
impugnación del acto, éste deviene consentido y, por tanto, firme.
 
• Los efectos de la nulidad de pleno derecho se producen “ex tunc” “desde entonces” (como si el
acto nulo nunca hubiera existido); y los de la anulabilidad son “ex nunc” “desde ahora” (desde el
momento en que se declare por el órgano competente, por lo que carece de efectos retroactivos).
 
• El acto nulo de pleno derecho no se puede subsanar por convalidación; sí puede subsanarse, sin
embargo, el que adolece de un vicio de anulabilidad (artículo 52.1 LPACAP).

A.- NULIDAD DE LOS ACTOS.


Según el artículo 47.1, los actos de las Administraciones Públicas son nulos de pleno derecho en los
casos siguientes:
 
a) Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional.
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b) Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la materia o del
territorio.
Más información
 
c) Los que tengan un contenido imposible.
Más información
 
d) Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta.
Más información
 
e) Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido
o de las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados.
Más información
 
f) Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren
facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.
Más información
 
g) Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición con rango de Ley.
Más información
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
a) Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional
 
Es decir, los derechos y libertades reconocidos en los artículos 14 a 29 CE: igualdad ante la Ley de
todos los españoles; derecho a la vida; libertad ideológica y religiosa; libertad personal; intimidad
e inviolabilidad del domicilio, residencia y circulación; libertad de expresión; derecho de reunión,
asociación y participación en asuntos públicos; tutela judicial efectiva; principio de legalidad
penal; libertad de enseñanza; derecho a la educación; libertad de sindicación y derecho de petición.
A ellos ha de añadirse el derecho a la objeción de conciencia reconocido en el artículo 30.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
b) Los dictados por órgano manifestante incompetente por razón de la materia o del territorio.
 
En este apartado no tiene cabida la incompetencia jerárquica, es decir, en la que incurre un
Director General cuando dicta un acto que correspondería al Consejero. En este supuesto, no
estaríamos ante un acto nulo, sino meramente anulable, pues el vicio de incompetencia puede ser
convalidado por el Consejero.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
c) Los que tengan un contenido imposible.
 
Recuérdese que uno de los requisitos del elemento objetivo del acto administrativo es que éste tenga
un contenido posible. La jurisprudencia y la doctrina señalan que la imposibilidad ha de ser
material y física, a la que suman también la imposibilidad lógica (por ejemplo, un acto
contradictorio consigo mismo) o impreciso e ininteligible. Un ejemplo de acto sin contenido es una
resolución de reclamación de un pago indebido de una subvención dictada cuando el sujeto
obligado ya había hecho efectiva la devolución del importe.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
d) Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta.
 
Por infracción penal hay que entender tanto los delitos graves como los delitos leves. Adviértase
que el acto nulo lo puede ser por constituir él mismo una infracción penal, como también por
dictarse como consecuencia de ésta. Imagínese, en este segundo caso, la resolución administrativa
adoptada como consecuencia de un previo delito de cohecho. En cualquier caso, como la
determinación de qué conductas son constitutivas de delito corresponde a los Jueces y Tribunales
de lo Penal, para poder apreciar esta causa de nulidad, será preciso contar previamente con una
sentencia condenatoria firme que declare la existencia de delito.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
e) Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido
o de las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados.
 
En realidad, son dos causas diferentes aunque relacionadas entre sí. La primera, según la
jurisprudencia, engloba los siguientes tipos de actos:
 
• Los dictados omitiendo un trámite esencial del procedimiento, que tenga una función decisiva o
determinante en el procedimiento, de forma que su ausencia se pueda equiparar a la inexistencia de
procedimiento.
• Los dictados tras la tramitación de un procedimiento diferente al que señala el ordenamiento
jurídico. Un ejemplo típico es el de la revocación de un acto declarativo de derechos o favorable
para el interesado, al amparo del artículo 109 LPACAP, cuando en realidad, el procedimiento
adecuado sería más complicado y rodeado de garantías, diseñado por los artículos 106 LPACAP
(revisión de acto nulo) ó 107 (declaración de lesividad de actos anulables), según los casos.
 
Respecto a las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados, la jurisprudencia ha considerado como tales aquellas que se refieren a la
existencia de quórum de constitución y de votación para la adopción de acuerdos, o la necesidad de
que los asuntos a tratar consten en el orden del día, salvo justificada urgencia.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
f) Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren
facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.
 
La configuración de los actos presuntos obtenidos por silencio administrativo positivo como
verdaderos actos administrativos productores de efectos, lleva al establecimiento de esta causa de
nulidad como garantía de la legalidad, pues es posible que por el mero transcurso del plazo
máximo para resolver y notificar un procedimiento puedan producirse situaciones jurídicas
favorables al interesado, a las que de conformidad con el ordenamiento jurídico no tendría derecho.
Sería el supuesto, por ejemplo, de una autorización urbanística concedida por silencio y contraria
al planeamiento.
A.- NULIDAD DE LOS ACTOS
 
g) Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición con rango de Ley.
 
Es una cláusula residual que permite establecer nuevas causas de nulidad por las leyes, estatales o
autonómicas. Un ejemplo se encuentra en el artículo 108 de la Ley 2/2006, de 3 de mayo, de la
Hacienda y del Sector Público de la Comunidad de Castilla y León, que dispone que no podrán
autorizarse gastos ni adquirirse compromisos ni reconocerse obligaciones por cuantía superior al
importe de los créditos autorizados en los estados de gastos, y serán nulos de pleno derecho los
actos administrativos y las disposiciones generales con rango inferior a la ley que incumplan esta
limitación.
 

B.- ANULABILIDAD
 
Dispone el artículo 48.1 LPACAP que son anulables los actos de la Administración que incurran en
cualquier infracción del ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder.
 
Por tanto, cualquier infracción del ordenamiento jurídico que no encaje en alguno de los supuestos
tasados del artículo 47.1 supondrá que el acto es anulable, a menos que sea una irregularidad no
invalidante.
 
En cuanto a la desviación de poder, es el ejercicio de potestades administrativas para fines
distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico (artículo 70.2 Ley de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa), como ya se adelantó. Esta infracción del ordenamiento exige, para su
apreciación, una actuación administrativa que, en apariencia se ajuste a la legalidad, pero que en el
fondo persiga un fin distinto del interés público querido por el legislador.

C.- DEFECTOS DE FORMA. MERAS IRREGULARIDADES NO

INVALIDANTES
 
Según el artículo 48.2 LPACAP, el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto
carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión
de los interesados.
 
En cuanto a la falta de requisitos formales, es el caso del acto que, debido a los defectos formales
que presenta no puede llegar a alcanzar su fin, lo que lo convertiría en un acto inútil. Para la
doctrina, son supuestos de actos anulables por esta causa aquéllos en los que el vicio de forma
impide valorar la corrección del acto tanto desde la perspectiva de la legalidad (adecuación del acto
al ordenamiento jurídico) como de la oportunidad (beneficios que se derivan para el interés público
del acto adoptado). Normalmente los trámites en cuya omisión se basará la apreciación de esta causa
serán informes técnicos y de oportunidad.
 
En cuanto a la indefensión, se produce cuando ha existido una disminución efectiva, real y
trascendente de las garantías, es decir, cuando el titular del derecho o interés discutido, a causa del
vicio formal en que ha incurrido la Administración, se ve imposibilitado para su defensa. Por ello, se
entiende que no hay indefensión cuando el particular, a través de los recursos administrativos y
contencioso administrativos, ha podido formular las alegaciones y aportar las pruebas que hubiera
podido presentar o acreditar en el trámite omitido.
 
Más información
 
C.- DEFECTOS DE FORMA. MERAS IRREGULARIDADES NO INVALIDANTES.
 
Entre los trámites cuya omisión pueden lugar a indefensión y, en consecuencia, a la anulabilidad
del acto, la jurisprudencia ha venido aceptando el trámite de audiencia y la inmotivada ausencia de
práctica de pruebas propuestas por el interesado.

D.- ACTUACIONES REALIZADAS FUERA DE PLAZO


 
Dispone el artículo 48.3 que la realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo
establecido para ellas sólo implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza
del término o plazo.
 
Ello supone que los actos dictados fuera de plazo no son anulables, salvo que el plazo tenga un
carácter esencial, de forma que la norma imponga forzosamente su cumplimiento en un determinado
plazo, tras el cual ya no admita su realización, bien por generar indefensión o porque ya no pueda
alcanzar su fin una vez transcurrido el plazo otorgado para su cumplimiento.
 
Con carácter general, por tanto, puede afirmarse que el vicio de forma, salvo en los casos en que se
prescinde totalmente del procedimiento establecido o se vulneran las reglas esenciales para la
formación de voluntad de los órganos colegiados, (nulidad), y al margen de aquellos defectos que
generan indefensión o que impiden al acto alcanzar su fin (anulabilidad), no conlleva la invalidez del
acto, sino una mera irregularidad no invalidante.

E.- EL PRINCIPIO "FAVOR ACTI" Y SU INCIDENCIA SOBRE LA

INVALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO


La teoría del acto administrativo está presidida por un principio antiformalista, una de cuyas
expresiones más claras es otro principio, el denominado “favor acti”, es decir, aquel que pretende
salvar la validez y eficacia del acto, siempre que ello sea posible. Manifestaciones concretas de este
principio las encontramos en los artículos 49 a 52 de la Ley 39/2015, que tratan, por este orden, de la
intransmisibilidad de la invalidez, de la conversión de los actos viciados, de la conservación de
actos y trámites y de la convalidación.
 
• Intransmisibilidad. (Artículo 49).
La nulidad o anulabilidad de un acto no implicará la de los sucesivos en el procedimiento que sean
independientes del primero.
Más información
 
• Conversión de actos viciados. (Artículo 50).
Los actos nulos o anulables que, sin embargo, contengan los elementos constitutivos de otro distinto
producirán los efectos de éste.
Más información
 
• Conservación de actos y trámites. (Artículo 51).
El órgano que declare la nulidad o anule las actuaciones dispondrá siempre la conservación de
aquellos actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la
infracción.
Más información
 
• Convalidación. (Artículo 52).
1. La Administración podrá convalidar los actos anulables (no los actos nulos), subsanando los
vicios de que adolezcan.
2. Si el vicio consistiera en incompetencia no determinante de nulidad, (es decir, incompetencia
jerárquica) la convalidación podrá realizarse por el órgano competente cuando sea superior
jerárquico del que dictó el acto viciado.
3. Si el vicio consistiese en la falta de alguna autorización, podrá ser convalidado el acto mediante
el otorgamiento de la misma por el órgano competente.
4. El acto de convalidación producirá efecto desde su fecha, salvo lo dispuesto en el artículo 39.3
para la retroactividad de los actos administrativos.

E.- EL PRINCIPIO "FAVOR ACTI" Y SU INCIDENCIA SOBRE LA INVALIDEZ DEL


ACTO ADMINISTRATIVO.
 
Intransmisibilidad. (Artículo 49).
 
La nulidad o anulabilidad en parte del acto administrativo no implicará la de las partes del mismo
independientes de aquélla, salvo que la parte viciada sea de tal importancia que sin ella el acto
administrativo no hubiera sido dictado.
Conversión de actos viciados. (Artículo 50).
 
Un ejemplo real de conversión ordenado por el Tribunal Supremo se encuentra en la STS de 22 de
abril de 1999. El supuesto es el de una Comunidad Autónoma que impone una sanción, ya prescrita,
consistente en la repoblación de un terreno roturado ilegalmente. El Tribunal considera que la
sanción impuesta es ilegal, al comprobar que la infracción había prescrito, pero declara la
conversión del acto que impone la medida de repoblación, que de ser una sanción se convierte en
una medida de policía forestal, independiente, por tanto, de la legalidad o ilegalidad de la conducta
del propietario del terreno.
 
Conservación de actos y trámites. (Artículo 51).
 
En la práctica se suele dar esta conservación en supuestos en que se anula el acto y se retrotraen
las actuaciones hasta un determinado trámite, por ejemplo el de audiencia, que se hubiera omitido.
Al declarar esa retroacción de actuaciones, el órgano conservará todos los trámites anteriores
(informes, pruebas, alegaciones previas, etc.), evitando así tener que reproducir la instrucción
completa del expediente.
A.- CUESTIONES GENERALES SOBRE LAS NOTIFICACIONES

(ARTÍCULOS 40 Y 41)
Ha de tenerse en cuenta que la regulación de las notificaciones se encuentra contenida en el Capítulo
II del Título III, capítulo dedicado a la eficacia de los actos administrativos, por lo que recordamos
aquí lo que dijimos al hablar de la eficacia demorada de los actos. Y es que, en la medida de que los
actos administrativos que afectan a los derechos e intereses de los administrados han de ser
notificados, los mismos no despliegan su eficacia hasta que no se practica la notificación o
publicación, o se consideran notificados, por ejemplo, en caso del rehúse, como veremos.
 
1º.- Actos que han de ser notificados: como regla general han de ser notificadas las resoluciones y
los actos de trámite cualificados (es decir, aquellos que son susceptibles de recurso) o que requieren
de una actuación del particular para cumplimentarse (por ejemplo, el trámite de audiencia o el
requerimiento de subsanación de defectos advertidos en la solicitud). No así los demás actos de
trámite.
Dispone el artículo 40 que el órgano que dicte las resoluciones y actos administrativos los notificará
a los interesados cuyos derechos e intereses sean afectados por aquéllos, en los términos previstos en
los artículos siguientes.
 
2º.- Plazo y contenido: toda notificación deberá ser cursada dentro del plazo de diez días a partir de
la fecha en que el acto haya sido dictado, y deberá contener:
• el texto íntegro de la resolución, con indicación de si pone fin o no a la vía administrativa
• la expresión de los recursos que procedan, en su caso, en vía administrativa y judicial,
• el órgano ante el que hubieran de presentarse y el plazo para interponerlos, sin perjuicio de que los
interesados puedan ejercitar, en su caso, cualquier otro que estimen procedente.
 
3º.- Notificaciones defectuosas: las notificaciones que, conteniendo el texto íntegro del acto,
omitiesen alguno de los demás requisitos previstos en el apartado anterior, surtirán efecto a partir de
la fecha en que el interesado realice actuaciones que supongan el conocimiento del contenido y
alcance de la resolución o acto objeto de la notificación, o interponga cualquier recurso que proceda.
No obstante, ha de aclararse que el incumplimiento del plazo de diez días se viene considerando una
mera irregularidad no invalidante.

A.- CUESTIONES GENERALES SOBRE LAS NOTIFICACIONES

(ARTÍCULOS 40 Y 41)
 
4º.- Notificación e intento de notificación: sin perjuicio de lo establecido en el apartado anterior, y
a los solos efectos de entender cumplida la obligación de notificar dentro del plazo máximo de
duración de los procedimientos, será suficiente la notificación que contenga, cuando menos, el
texto íntegro de la resolución, así como el intento de notificación debidamente acreditado. Por tanto,
para entender cumplida la obligación de notificar dentro del plazo para resolver el procedimiento, es
suficiente con acreditar el contenido del acto y el intento de notificación, aun cuando el interesado
no haya recibido la notificación.
Más información
 
5º.- Preferencia y obligatoriedad de las notificaciones electrónicas: En concordancia con el
principio general de tramitación electrónica de los procedimientos, que inspira la Ley 39/2015, la
misma dispone en su artículo 41 que las notificaciones se practicarán preferentemente por medios
electrónicos y, en todo caso, cuando el interesado resulte obligado a recibirlas por esta vía.
No obstante lo anterior, las Administraciones podrán practicar las notificaciones por medios no
electrónicos en los siguientes supuestos:
a) Cuando la notificación se realice con ocasión de la comparecencia espontánea del interesado o
su representante en las oficinas de asistencia en materia de registro y solicite la comunicación o
notificación personal en ese momento.
b) Cuando para asegurar la eficacia de la actuación administrativa resulte necesario practicar la
notificación por entrega directa de un empleado público de la Administración notificante.
Reglamentariamente, las Administraciones podrán establecer la obligación de practicar
electrónicamente las notificaciones para determinados procedimientos y para ciertos colectivos de
personas físicas que por razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otros
motivos quede acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.

A.- CUESTIONES GENERALES SOBRE LAS NOTIFICACIONES

(ARTÍCULOS 40 Y 41)
 
6º.- Validez de las notificaciones: con independencia del medio utilizado, las notificaciones serán
válidas siempre que permitan tener constancia:
• de su envío o puesta a disposición,
• de la recepción o acceso por el interesado o su representante,
• de sus fechas y horas,
• del contenido íntegro,
• y de la identidad fidedigna del remitente y destinatario de la misma.
La acreditación de la notificación efectuada se incorporará al expediente.
Más información
 
7º.- Cambio de medio de notificación: los interesados que no estén obligados a recibir
notificaciones electrónicas, podrán decidir y comunicar en cualquier momento a la Administración
Pública, mediante los modelos normalizados que se establezcan al efecto, que las notificaciones
sucesivas se practiquen o dejen de practicarse por medios electrónicos.
Adicionalmente, el interesado podrá identificar un dispositivo electrónico y/o una dirección de
correo electrónico que servirán para el envío de los avisos regulados en este artículo, pero no para la
práctica de notificaciones.
En ningún caso se efectuarán por medios electrónicos las siguientes notificaciones:
• Aquellas en las que el acto a notificar vaya acompañado de elementos que no sean susceptibles de
conversión en formato electrónico.
• Las que contengan medios de pago a favor de los obligados, tales como cheques.

A.- CUESTIONES GENERALES SOBRE LAS NOTIFICACIONES

(ARTÍCULOS 40 Y 41)
 
8º.- En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, la notificación se practicará por el
medio señalado al efecto por aquel. Esta notificación será electrónica en los casos en los que exista
obligación de relacionarse de esta forma con la Administración. Por tanto, el ciudadano puede elegir
el medio (electrónico o en papel) para ser notificado, excepto en los casos en que se le obligue a
relacionarse con la Administración telemáticamente.
Cuando no fuera posible realizar la notificación de acuerdo con lo señalado en la solicitud, se
practicará en cualquier lugar adecuado a tal fin, y por cualquier medio que permita tener constancia
de la recepción por el interesado o su representante, así como de la fecha, la identidad y el
contenido del acto notificado.
En los procedimientos iniciados de oficio, a los solos efectos de su iniciación, las Administraciones
Públicas podrán recabar, mediante consulta a las bases de datos del Instituto Nacional de Estadística,
los datos sobre el domicilio del interesado, recogidos en el Padrón Municipal, remitidos por las
Entidades Locales.
 
9º.- Rechazo de la notificación: Cuando el interesado o su representante rechacen la notificación de
una actuación administrativa, se hará constar en el expediente, especificándose las circunstancias del
intento de notificación y el medio, dando por efectuado el trámite y siguiéndose el
procedimiento. Por tanto, en los casos de rehúse de la notificación, se producirían los efectos de la
notificación.
 
10º.- Aviso de notificación: con independencia de que la notificación se realice en papel o por
medios electrónicos, las Administraciones Públicas enviarán un aviso al dispositivo electrónico y/o a
la dirección de correo electrónico del interesado que éste haya comunicado, informándole de la
puesta a disposición de una notificación en la sede electrónica de la Administración u Organismo
correspondiente o en la dirección electrónica habilitada única. La falta de práctica de este aviso no
impedirá que la notificación sea considerada plenamente válida.
Más información
10º.- Aviso de notificación:
 
Cuando el interesado fuera notificado por distintos cauces, se tomará como fecha de notificación la
de aquélla que se hubiera producido en primer lugar.
 

B.- PRÁCTICA DE LAS NOTIFICACIONES EN PAPEL (ARTÍCULO 42)


 
1º.- Puesta a disposición en Sede Electrónica: todas las notificaciones que se practiquen en papel
deberán ser puestas a disposición del interesado en la sede electrónica de la Administración u
Organismo actuante para que pueda acceder al contenido de las mismas de forma voluntaria.
 
2º.- Notificación en el domicilio del interesado: cuando la notificación se practique en el domicilio
del interesado, de no hallarse presente éste en el momento de entregarse la notificación, podrá
hacerse cargo de la misma cualquier persona mayor de catorce años que se encuentre en el
domicilio y haga constar su identidad. Si nadie se hiciera cargo de la notificación, se hará constar
esta circunstancia en el expediente, junto con el día y la hora en que se intentó la notificación,
intento que se repetirá por una sola vez y en una hora distinta dentro de los tres días siguientes. En
caso de que el primer intento de notificación se haya realizado antes de las quince horas, el segundo
intento deberá realizarse después de las quince horas y viceversa, dejando en todo caso al menos un
margen de diferencia de tres horas entre ambos intentos de notificación. Si el segundo intento
también resultara infructuoso, se procederá en la forma prevista en el artículo 44.
La nueva Ley 39/2015 ha introducido como novedad la exigencia de que el receptor tenga más de 14
años y la concreción de las horas en los intentos de notificación.
 
3º.- Notificación infrucuctuosa: El artículo 44 dispone que cuando los interesados en un
procedimiento sean desconocidos, se ignore el lugar de la notificación o bien, intentada ésta, no se
hubiese podido practicar, la notificación se hará por medio de un anuncio publicado en el «Boletín
Oficial del Estado».
Asimismo, previamente y con carácter facultativo, las Administraciones podrán publicar un anuncio
en el boletín oficial de la Comunidad Autónoma o de la Provincia, en el tablón de edictos del
Ayuntamiento del último domicilio del interesado o del Consulado o Sección Consular de la
Embajada correspondiente.
Las Administraciones Públicas podrán establecer otras formas de notificación complementarias a
través de los restantes medios de difusión, que no excluirán la obligación de publicar el
correspondiente anuncio en el «Boletín Oficial del Estado».
Ello supone la centralización de las publicaciones por motivo de notificaciones infructuosas en el
BOE en lugar de en los Boletines Oficiales de las Comunidades Autónomas y tablones de anuncios
de Ayuntamientos, a pesar de que hay voces críticas que consideran de gran eficacia la publicación
en estos tablones, debido a la proximidad con el ciudadano. (Véase también la Disposición Adicional
Tercera de la Ley).
 

B.- PRÁCTICA DE LAS NOTIFICACIONES EN PAPEL (ARTÍCULO 42)


 
4º.- Notificación a persona distinta del interesado: La posibilidad de que una persona distinta del
interesado se haga cargo de la notificación ha generado no pocos problemas, pues con esta forma de
actuar no se garantiza de manera cierta que la notificación llega a su destinatario. La jurisprudencia
ha aportado algo de luz a estos casos:
a) La notificación a porteros o empleados de fincas. El Tribunal Supremo viene admitiendo las
notificaciones practicadas a porteros amparándose en que “en la actual estructura urbanística de las
grandes ciudades, con una arquitectura vertical, en altura y una configuración comunitaria de la
propiedad, es uso y costumbre la existencia de un empleado de tal comunidad (portero), encargado
de recibir la correspondencia que acarrea el funcionario postal (cartero) y distribuirla entre los
ocupantes o vecinos. (STS de 17 de noviembre de 1995). Adviértase que aquí lo esencial es la
relación de dependencia laboral del portero respecto de los vecinos, en tanto que empleado suyo, lo
que lleva al Supremo a considerar que esa relación laboral asegura la entrega del envío a su
destinatario final.
 
b) La notificación entregada a un vecino del interesado. Más problemas presenta este supuesto, no
siendo uniforme la jurisprudencia recaída al respecto. Y es que nada permite presumir que el vecino
receptor de la comunicación la vaya a entregar a su destinatario (piénsese en el caso nada infrecuente
de vecinos que se llevan mal, lo que es más fácil que se dé entre los más próximos, que serán
precisamente aquéllos a los que el cartero o agente notificador acuda para dejar la carta). Entre las
sentencias que admiten la notificación entregada a un vecino como válida puede consultarse la
Sentencia del Tribunal Supremo de 17 de febrero de 1997.
Otra jurisprudencia (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, de 23 de
noviembre de 1999), considera estas notificaciones como inválidas, salvo que el vecino cuente con la
autorización expresa del destinatario para recoger sus envíos postales certificados.
 
c) La notificación a menores o a personas de edad avanzada.
Como hemos visto, el artículo 42 exige que la persona que reciba la notificación sea mayor de 14
años. Respecto de las personas de edad avanzada, la jurisprudencia señala que debe evitarse la
comunicación a una persona que por su manifiesta incapacidad no asegure la posterior entrega de la
solicitud al destinatario, si bien, una edad avanzada de la persona que recibe la comunicación, no
presupone su incapacidad, que debe ser manifiesta.
 
d) La notificación a personas jurídicas.
Cuando el destinatario de la notificación sea una persona jurídica (institución o empresa), se
entiende que podrá ser recibida bien por su representante, bien por un empleado que haga constar su
identidad, firme el aviso de recibo y estampe el sello de la empresa (artículo 44.2 del Real Decreto
1829/1999, Reglamento por el que se regula la prestación de los servicios postales).

C.- PRÁCTICA DE LAS NOTIFICACIONES A TRAVÉS DE MEDIOS

ELECTRÓNICOS (ARTÍCULO 43).


El sistema de notificaciones electrónicas no es simplemente el envío del acto administrativo de que
se trate en formato PDF o similar, a una dirección de correo electrónico designada por el interesado.
Es una forma de notificación más compleja diseñada para garantizar todos los aspectos legales
exigidos por el procedimiento administrativo, tales como la identidad del ciudadano que accede, la
fecha y la hora de la puesta a disposición, el acceso al contenido del acto y el acceso permanente.
 
En virtud de ello, la Ley 39/2015, en su artículo 43, establece el modo en que deben practicarse las
notificaciones electrónicas:
 
Comparecencia y acceso: las notificaciones por medios electrónicos se practicarán mediante
comparecencia en la sede electrónica de la Administración u Organismo actuante, a través de la
dirección electrónica habilitada única, o mediante ambos sistemas, según disponga cada
Administración u Organismo.
Más información
 
Fecha y hora de la notificación: Las notificaciones por medios electrónicos se entenderán
practicadas en el momento en que se produzca el acceso a su contenido.
 
Rechazo de la notificación: cuando la notificación por medios electrónicos sea de carácter
obligatorio, o haya sido expresamente elegida por el interesado, se entenderá rechazada cuando
hayan transcurrido diez días naturales desde la puesta a disposición de la notificación sin que se
acceda a su contenido.
Se entenderá cumplida la obligación a la que se refiere el artículo 40.4 (obligación de notificar
dentro del plazo máximo de duración de los procedimientos) con la puesta a disposición de la
notificación en la sede electrónica de la Administración u Organismo actuante o en la dirección
electrónica habilitada única.
Más información
 
Comparecencia y acceso.
 
A los efectos previstos en este artículo, se entiende por comparecencia en la sede electrónica, el
acceso por el interesado o su representante debidamente identificado al contenido de la
notificación.
Rechazo de la notificación.
 
Un ejemplo de notificaciones electrónicas en el ámbito estatal es la llamada Dirección Electrónica
Vial (DEV), que es un buzón electrónico donde las Administraciones con competencias
sancionadoras en materia de tráfico y seguridad vial pueden depositar las notificaciones
relacionadas con este tipo de expedientes y también otras comunicaciones. Este buzón es
obligatorio para las personas jurídicas que cuenten con un permiso para conducir o para circular,
y voluntario para cualquier persona física. Para acceder a él es necesario certificado digital o DNI
electrónico, y cuando la Administración con competencias sancionadoras, por ejemplo la Dirección
General de Tráfico, genera una notificación, envía un correo electrónico de aviso a la dirección que
haya designado el interesado, el cual accederá al buzón y podrá leer la notificación.

D.- LAS NOTIFICACIONES POR MEDIOS ELECTRÓNICOS EN EL ÁMBITO

DE CASTILLA Y LEÓN. SITUACIÓN ACTUAL.


 
La regulación se encuentra contenida en los artículos 25 y siguientes del Decreto 7/2013, de 14 de
febrero, de utilización de medios electrónicos en la Administración de la Comunidad de
Castilla y León, vigente en la medida en que no se opone a lo dispuesto en la Ley 39/2015.
 
Este Decreto dispone que los ciudadanos pueden elegir la manera de comunicarse con la
Administración, salvo aquellos casos en que reglamentariamente se establezca la obligatoriedad de
los medios electrónicos como consecuencia de su capacidad técnica económica o dedicación
profesional, que garanticen el acceso a estos medios electrónicos. Por tanto, y salvo estos casos, las
notificaciones se practicarán de forma electrónica cuando el interesado haya señalado este medio
como preferente o consentido su utilización, lo que se declarará expresamente en la solicitud. Esta
opcionalidad debe estar presente en los dos medios de notificación actualmente existentes y que
seguidamente veremos.
 
Dispone el artículo 28.2 del citado Decreto que la práctica de notificaciones por medios electrónicos
podrá efectuarse de alguna de las formas siguientes:
a) Mediante el Buzón electrónico del ciudadano, entendiendo por tal un sistema de dirección
electrónica, habilitado en la sede para la práctica de notificaciones en la forma regulada en el artículo
29 de este Decreto.
b) Mediante la utilización de otros medios que puedan establecerse, siempre que quede constancia de
la recepción y acceso por el interesado y en las condiciones que se determinen en su regulación
específica.

D.- LAS NOTIFICACIONES POR MEDIOS ELECTRÓNICOS EN EL ÁMBITO

DE CASTILLA Y LEÓN. SITUACIÓN ACTUAL.


 
1.- Notificación electrónica mediante la puesta a disposición del documento electrónico a través
del Buzón Electrónico del Ciudadano (BEC).
En el ámbito de Castilla y León, este tipo de notificación se utilizará obligatoriamente para aquellos
procedimientos que sean teletramitables en su totalidad, y de forma facultativa por el órgano
gestor para aquellos que sólo sean teletramitables en parte.
 
Nota: los procedimientos que la Administración decida que sean teletramitables en su totalidad,
serán normalmente aquellos que van dirigidos a personas jurídicas o colectivos de personas físicas
que por razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otros motivos quede
acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.
 
En cuanto a su uso facultativo como medio de notificación, se manifiesta en el correspondiente
formulario con el siguiente texto:
Más información
El sistema de buzón electrónico deberá de satisfacer los siguientes requisitos:
a) Acreditar la fecha y hora en que se produce la puesta a disposición del interesado del acto objeto
de la notificación.
b) Posibilitar el acceso permanente.
c) Acreditar la fecha y hora de acceso al contenido.
d) Poseer los mecanismos de seguridad que determinen la identificación del ciudadano y garanticen
al exclusividad de uso.
 
Conforme a lo dispuesto en el artículo 43.2 de la LPACAP, si a pesar de existir constancia de la
puesta a disposición de la notificación electrónica, transcurren diez días naturales sin que se acceda
a su contenido, se entenderá que la notificación ha sido rechazada con los efectos previstos en el
artículo 41.5 de la LPACAP, y normas concordantes, salvo que de oficio o a instancia del
destinatario se compruebe la imposibilidad técnica o material del acceso.
Con la comprobación del acceso al contenido de la notificación electrónica se entenderán producidos
todos los efectos jurídicos derivados de la notificación.
Si la práctica de la notificación electrónica no fuera posible por problemas técnicos de la
Administración de la Comunidad de Castilla y León, ésta realizará la notificación por cualquier
medio que permita tener constancia de su recepción.
Más información
1.- Notificación electrónica mediante la puesta a disposición del documento electrónico a través
del Buzón Electrónico del Ciudadano (BEC).
 

1.- Notificación electrónica mediante la puesta a disposición del documento electrónico a través
del Buzón Electrónico del Ciudadano (BEC).
 
Por tanto y en la práctica, el funcionamiento del buzón electrónico es el siguiente, (similar a la
Dirección Electrónica Vial, de la que hemos hablado anteriormente):
1º.- Es necesario que el procedimiento contemple la posibilidad de recibir notificaciones en sede
electrónica (algo que se tiene que ir implantando pues es un mandato legal).
2º.- El interesado tiene que haber elegido este medio para notificaciones, (a no ser que se trate de
procedimientos teletramitables en su totalidad, en cuyo caso es obligatorio).
3º.- El interesado tiene que crear su Buzón Electrónico, entrando en la página web de la Junta de
Castilla y León, en Sede Electrónica (www.tramitacastillayleon.jcyl.es), – ventanilla del ciudadano,
para lo cual es necesario estar en posesión de un certificado digital o DNI electrónico.
4º.- El interesado tiene que suscribirse al correspondiente procedimiento en el Buzón.
5º.- Una vez hecho todo lo anterior, el interesado puede acceder al Buzón mediante certificado
digital o DNI electrónico para comprobar si hay notificaciones en sede electrónica, respecto del
correspondiente procedimiento tramitado por la Administración de Castilla y León y en el que tenga
la condición de interesado.
 
Si el órgano administrativo ha puesto a disposición del interesado una notificación, se despliegan
los efectos de lo dispuesto en el artículo 29, puntos 5 y 6 del Decreto 7/2013: le llegaría un correo
con un aviso de que tiene una notificación electrónica en el Buzón. Si accede al contenido dentro
del plazo de 10 días naturales desde la puesta a disposición, (el sistema deja constancia de ello) se
producen los efectos de la notificación, y desde esa fecha empezarán a contarse los plazos. Si no
accede al contenido dentro de ese plazo, se considera rechazada la notificación.
 
2.- Notificación electrónica mediante la utilización de otros medios que puedan establecerse.
Se trata de la notificación electrónica por comparecencia a que se refiere el Acuerdo 22/2014, de 30
de enero, de la Junta de Castilla y León, por el que se aprueban las Medidas para la reforma de la
Administración de la Comunidad de Castilla y León, medida III.B.4. Generalización de las
notificaciones electrónicas, que dice textualmente: “El Decreto 7/2013, de 14 de febrero, establece
las notificaciones electrónicas a partir del buzón electrónico, que requiere certificado electrónico y
la posibilidad de notificaciones electrónicas por comparecencia, que no requiere firma
electrónica”.
 
Está prevista para aquellos procedimientos que no son teletramitables en su totalidad y el órgano
gestor del procedimiento haya optado por este medio y no por el Buzón Electrónico, y consiste en lo
siguiente: en la solicitud de inicio, el interesado designa una dirección de correo electrónico. Cuando
el órgano administrativo gestor genere una notificación, le llegará a la dirección de correo designada
por el interesado, un aviso de puesta a disposición de una notificación pendiente, con un enlace web;
se entra en el enlace enviado, y ahí, sin certificado digital, (pero indicando el NIF y respondiendo a
una pregunta que se le formula, o introduciendo una clave que se le ha enviado con el aviso) se
puede acceder a la notificación. Los efectos serían los mismos que si se hubiera accedido al Buzón
Electrónico, quedando constancia de la fecha de acceso, a partir de la cual se contarían los plazos
para interponer recurso, por ejemplo.
 
IMPORTANTE: si no se accede al contenido, el órgano administrativo deberá practicar la
notificación por medios no telemáticos (correo certificado con acuse de recibo, por ejemplo).
2.- Notificación electrónica mediante la utilización de otros medios que puedan establecerse.
 
Un ejemplo es la solicitud única de las ayudas PAC, en donde observamos esta nota, en el apartado
de datos personales donde se designa la dirección de correo electrónico:
 
*La inclusión del correo electrónico permitirá a la Administración notificarle los actos o
resoluciones por el sistema de “notificaciones por comparecencia electrónica”.
 
Este sistema resulta más práctico ya que la experiencia ha demostrado que el interesado, o no crea
el Buzón Electrónico del Ciudadano o no se suscribe a los procedimientos. Por ello, se ha hecho
necesario crear un sistema más sencillo de acceso electrónico, el cual se asemeja al que utilizan las
Entidades Bancarias, Aseguradoras operadores de telefonía, suministradores de servicios, etc., en
cuyas páginas web existe un “Área de clientes” desde la que, mediante unas claves asignadas, se
accede a comunicaciones, facturas, etc.
TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA
Artículo 96 Tramitación simplificada del procedimiento administrativo común (novedad Ley)
1. Cuando razones de interés público o la falta de complejidad del procedimiento así lo aconsejen,
las Administraciones Públicas podrán acordar, de oficio o a solicitud del interesado, la tramitación
simplificada del procedimiento.
En cualquier momento del procedimiento anterior a su resolución, el órgano competente para su
tramitación podrá acordar continuar con arreglo a la tramitación ordinaria.
2. Cuando la Administración acuerde de oficio la tramitación simplificada del procedimiento deberá
notificarlo a los interesados. Si alguno de ellos manifestara su oposición expresa, la Administración
deberá seguir la tramitación ordinaria.
3. Los interesados podrán solicitar la tramitación simplificada del procedimiento. Si el órgano
competente para la tramitación aprecia que no concurre alguna de las razones previstas en el
apartado 1, podrá desestimar dicha solicitud, en el plazo de cinco días desde su presentación, sin que
exista posibilidad de recurso por parte del interesado. Transcurrido el mencionado plazo de cinco
días se entenderá desestimada la solicitud.
4. En el caso de procedimientos en materia de responsabilidad patrimonial de las Administraciones
Públicas, si una vez iniciado el procedimiento administrativo el órgano competente para su
tramitación considera inequívoca la relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio
público y la lesión, así como la valoración del daño y el cálculo de la cuantía de la indemnización,
podrá acordar de oficio la suspensión del procedimiento general y la iniciación de un procedimiento
simplificado.
5. En el caso de procedimientos de naturaleza sancionadora, se podrá adoptar la tramitación
simplificada del procedimiento cuando el órgano competente para iniciar el procedimiento considere
que, de acuerdo con lo previsto en su normativa reguladora, existen elementos de juicio suficientes
para calificar la infracción como leve, sin que quepa la oposición expresa por parte del interesado
prevista en el apartado 2.

TRAMITACIÓN SIMPLIFICADA
Artículo 96 Tramitación simplificada del procedimiento administrativo común (novedad Ley)
6. Salvo que reste menos para su tramitación ordinaria, los procedimientos administrativos
tramitados de manera simplificada deberán ser resueltos en treinta días, a contar desde el siguiente al
que se notifique al interesado el acuerdo de tramitación simplificada del procedimiento, y constarán
únicamente de los siguientes trámites:
a) Inicio del procedimiento de oficio o a solicitud del interesado.
b) Subsanación de la solicitud presentada, en su caso.
c) Alegaciones formuladas al inicio del procedimiento durante el plazo de cinco días.
d) Trámite de audiencia, únicamente cuando la resolución vaya a ser desfavorable para el interesado.
e) Informe del servicio jurídico, cuando éste sea preceptivo.
f) Informe del Consejo General del Poder Judicial, cuando éste sea preceptivo.
g) Dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma en
los casos en que sea preceptivo. Desde que se solicite el Dictamen al Consejo de Estado, u órgano
equivalente, hasta que éste sea emitido, se producirá la suspensión automática del plazo para
resolver.
El órgano competente solicitará la emisión del Dictamen en un plazo tal que permita cumplir el
plazo de resolución del procedimiento. El Dictamen podrá ser emitido en el plazo de quince días si
así lo solicita el órgano competente.
En todo caso, en el expediente que se remita al Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente,
se incluirá una propuesta de resolución. Cuando el Dictamen sea contrario al fondo de la propuesta
de resolución, con independencia de que se atienda o no este criterio, el órgano competente para
resolver acordará continuar el procedimiento con arreglo a la tramitación ordinaria, lo que se
notificará a los interesados. En este caso, se entenderán convalidadas todas las actuaciones que se
hubieran realizado durante la tramitación simplificada del procedimiento, a excepción del Dictamen
del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente.
h) Resolución.
7. En el caso que un procedimiento exigiera la realización de un trámite no previsto en el apartado
anterior, deberá ser tramitado de manera ordinaria.

RÉGIMEN TRANSITORIO DE LOS PROCEDIMIENTOS


La regla general es que la mayoría de las disposiciones de la Ley 39/2015 entran en vigor el día 2 de
octubre de 2016. Se exceptúan de esta regla general y entra en vigor el día 2 de octubre de 2018 la
regulación relativa al registro electrónico (art. 16), al registro electrónico de apoderamiento (art. 6),
al registro de empleados públicos habilitados (art. 12.3), al punto de acceso general electrónico de la
Administración (toda referencia contenida en la Ley 39/2015 al portal de internet de cada
Administración de acuerdo con la definición contenida en el artículo 39 de la Ley 40/2015) y al
archivo único electrónico (art. 17).
 
Disposición final séptima. Entrada en vigor
La presente Ley entrará en vigor al año de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado». No
obstante, las previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos, registro electrónico,
registro de empleados públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la Administración
y archivo único electrónico producirán efectos a partir del día 2 de octubre de 2020. (Nueva
redacción dada por el artículo sexto del Real Decreto-ley 11/2018, de 31 de agosto, de transposición
de directivas en materia de protección de los compromisos por pensiones con los trabajadores,
prevención del blanqueo de capitales y requisitos de entrada y residencia de nacionales de países
terceros y por el que se modifica la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Públicas).
 
Disposición transitoria primera. Archivo de documentos
1. El archivo de los documentos correspondientes a procedimientos administrativos ya iniciados
antes de la entrada en vigor de la presente Ley, se regirán por lo dispuesto en la normativa anterior.
2. Siempre que sea posible, los documentos en papel asociados a procedimientos administrativos
finalizados antes de la entrada en vigor de esta Ley, deberán digitalizarse de acuerdo con los
requisitos establecidos en la normativa reguladora aplicable.
 
Disposición transitoria segunda. Registro electrónico y archivo electrónico único
Mientras no entren en vigor las previsiones relativas al registro electrónico y el archivo electrónico
único, en el ámbito de la Administración General del Estado se aplicarán las siguientes reglas:
a) Durante el primer año, tras la entrada en vigor de la Ley (hasta el 2 octubre de 2017), podrán
mantenerse los registros y archivos existentes en el momento de la entrada en vigor de esta ley.
b) Durante el segundo año, tras la entrada en vigor de la Ley (hasta el 2 octubre de 2018), se
dispondrá como máximo, de un registro electrónico y un archivo electrónico por cada Ministerio, así
como de un registro electrónico por cada Organismo público.

RÉGIMEN TRANSITORIO DE LOS PROCEDIMIENTOS


Disposición transitoria tercera. Régimen transitorio de los procedimientos
a) A los procedimientos ya iniciados antes de la entrada en vigor de la Ley (2 de octubre de 2016)
no les será de aplicación la misma, rigiéndose por la normativa anterior ( Ley 30/1992, Real Decreto
429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de las
Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial, Real Decreto 1398/1993, de 4
de agosto, por el que se aprueba el Reglamento del Procedimiento para el Ejercicio de la Potestad
Sancionadora etc… ).
b) Los procedimientos de revisión de oficio iniciados después de la entrada en vigor de la presente
Ley se sustanciarán por las normas establecidas en ésta.
c) Los actos y resoluciones dictados con posterioridad a la entrada en vigor de esta Ley se regirán, en
cuanto al régimen de recursos, por las disposiciones de la misma.
d) Los actos y resoluciones pendientes de ejecución a la entrada en vigor de esta Ley se regirán para
su ejecución por la normativa vigente cuando se dictaron.
e) A falta de previsiones expresas establecidas en las correspondientes disposiciones legales y
reglamentarias, las cuestiones de Derecho transitorio que se susciten en materia de procedimiento
administrativo se resolverán de acuerdo con los principios establecidos en los apartados anteriores.
 
Disposición transitoria cuarta. Régimen transitorio de los archivos, registros y punto de acceso
general
Mientras no entren en vigor las previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos,
registro electrónico, punto de acceso general electrónico de la Administración y archivo único
electrónico, las Administraciones Públicas mantendrán los mismos canales, medios o sistemas
electrónicos vigentes relativos a dichas materias, que permitan garantizar el derecho de las personas
a relacionarse electrónicamente con las Administraciones.
 
Disposición transitoria quinta. Procedimientos administrativos de responsabilidad patrimonial
derivados de la declaración de inconstitucionalidad de una norma o su carácter contrario al
Derecho de la Unión Europea
Los procedimientos administrativos de responsabilidad patrimonial derivados de la declaración de
inconstitucionalidad de una norma o su carácter contrario al Derecho de la Unión Europea iniciados
con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, se resolverán de acuerdo con la normativa vigente
en el momento de su iniciación.
EJECUTIVIDAD Y EJECUTORIEDAD
Como ya dijimos en el apartado de eficacia y validez de los actos administrativos, el artículo 38 de la
LPACAP dispone que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo
serán ejecutivos con arreglo a lo dispuesto en esta Ley.
 
Por otro lado, la Administración tiene la potestad de hacer cumplir los actos administrativos en caso
de que no sean cumplidos. Por ello, se hace necesario distinguir ente los conceptos de ejecutividad y
ejecutoriedad.
 
La ejecutividad: Consiste en la cualidad de los actos administrativos de crear, modificar o extinguir
derechos, o de imponer deberes y obligaciones por sí mismos, es decir, sin necesidad de que otro
órgano, o un Juez o Tribunal, previa o posteriormente, tenga que homologar la validez de lo
declarado.
A esto se le llama autotutela declarativa, de forma que, a diferencia de lo que ocurre con los
particulares, quienes han de acudir a los tribunales para conseguir la declaración de un derecho
controvertido y obtener, mediante la correspondiente resolución judicial, un título que obligue a los
demás a reconocer dicho derecho o situación, el acto administrativo ya constituye en sí mismo un
título jurídico, con virtualidad suficiente para crear, modificar o extinguir situaciones jurídicas en
que es parte la propia Administración autora del acto.
 
La ejecutoriedad: Consiste en que la Administración puede por sí misma, sin necesidad de obtener
autorización o auxilio de los órganos judiciales, ejecutar coactivamente sus actos cuando el obligado
no cumple voluntariamente lo ordenado;
Es decir, la Administración, en virtud de esta prerrogativa llamada autotutela ejecutiva, ostenta la
facultad de imponer, incluso de forma coactiva frente a la resistencia del destinatario del acto, la
situación jurídica (derecho u obligación) por ella misma creada.

EJECUTIVIDAD Y EJECUTORIEDAD
La LPACAP destina el Capítulo VIII de su Título IV a regular estos extremos bajo la rúbrica
“Ejecución”. En los artículos incluidos en el Capítulo (97 a 105) podemos encontrar manifestaciones
expresas tanto de ejecutividad como de ejecutoriedad.
 
Así, el artículo 97 dispone (Ejecutividad):
 
1.- Las Administraciones Públicas no iniciarán ninguna actuación material de ejecución de
resoluciones que limite derechos de los particulares sin que previamente haya sido adoptada la
resolución que le sirva de fundamento jurídico.
 
2.- El órgano que ordene un acto de ejecución material de resoluciones estará obligado a notificar al
particular interesado la resolución que autorice la actuación administrativa.

EJECUTIVIDAD Y EJECUTORIEDAD
Por su parte, el artículo 98, a pesar de que habla de Ejecutoriedad dispone que los actos de las
Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo serán inmediatamente ejecutivos,
salvo que:
 
a) Se produzca la suspensión de la ejecución del acto.
 
b) Se trate de una resolución de un procedimiento de naturaleza sancionadora contra la que quepa
algún recurso en vía administrativa, incluido el potestativo de reposición.
 
c) Una disposición establezca lo contrario.
 
d) Se necesite aprobación o autorización superior.
Como novedad, la Ley 39/2015 introduce los diferentes medios de pago posibles cuando se trate de
obligaciones pecuniarias:
 
Cuando de una resolución administrativa, o de cualquier otra forma de finalización del
procedimiento administrativo prevista en esta ley, nazca una obligación de pago derivada de una
sanción pecuniaria, multa o cualquier otro derecho que haya de abonarse a la Hacienda pública, éste
se efectuará preferentemente, salvo que se justifique la imposibilidad de hacerlo, utilizando alguno
de los medios electrónicos siguientes:
a) Tarjeta de crédito y débito.
 
b) Transferencia bancaria.
 
c) Domiciliación bancaria.
 
d) Cualesquiera otros que se autoricen por el órgano competente en materia de Hacienda Pública.
PRINCIPIO DE MENOR ONEROSIDAD Y DE PROPORCIONALIDAD
Ambos principios son complementarios.
 
El primero obliga a la Administración a escoger de entre aquellos medios que sean igualmente
adecuados para la eficacia de la actuación, el que resulte menos gravoso para el interesado. No
obstante, a menudo la Ley ya establece el medio de ejecución forzosa a aplicar, como ocurre en el
caso del cumplimiento de obligaciones pecuniarias, donde habrá de aplicar la vía de apremio sin
opción de elegir.
 
La proporcionalidad, por su parte, conlleva que la fuerza o intensidad de la acción a desplegar no
ha de ser mayor de la necesaria para conseguir el fin propuesto. Por ejemplo, no embargar bienes
excesivos en relación al importe de la deuda (vía de apremio).

PRINCIPIO DE LEGALIDAD
A parte de inspirar toda actuación administrativa, hay varias manifestaciones de este principio en
relación a la ejecución forzosa:
 
• Sólo se pueden utilizar los medios tipificados por el artículo 100 LPACAP.
 
• La necesidad de una Ley que dé cobertura a la imposición de cargas pecuniarias (artículo 101.2).
 
• Sólo pueden imponerse multas coercitivas y ejercer la compulsión sobre las personas cuando una
Ley así lo autorice (artículo 103.1 y 104.1).

PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
Supone que el medio de ejecución forzosa utilizado debe dirigirse, estrictamente, a hacer cumplir la
resolución de cuya ejecución se trate, sin modificar su alcance ni ampliar la obligación allí declarada
y sin crear cargas u obligaciones nuevas para el afectado.
APREMIO SOBRE EL PATRIMONIO
Es el procedimiento de ejecución de actos por los que se obliga al interesado a pagar una cantidad
líquida.
 
Dispone el artículo 101
 
Si en virtud de acto administrativo hubiera de satisfacerse cantidad líquida se seguirá el
procedimiento previsto en las normas reguladoras del procedimiento de apremio.
 
En cualquier caso no podrá imponerse a los administrados una obligación pecuniaria que no
estuviese establecida con arreglo a una norma de rango legal.

APREMIO SOBRE EL PATRIMONIO


Esta remisión hay que entenderla efectuada a los artículos 70 y siguientes del Reglamento General
de Recaudación, aprobado por Real Decreto 939/2005, de 29 de julio, en los que se regula el
denominado “procedimiento de apremio”, y para el ámbito de Castilla y León, al Decreto 82/1994,
de 7 de abril, por el que se regula la actividad recaudatoria de la Administración de la Comunidad
(BOCyL de 12 de abril de 1994).
 
Por tanto, este artículo establece tres requisitos: existencia de previo acto, cuantificación exacta de la
deuda y necesidad de que la obligación traiga causa de una norma de rango legal. En lo demás
remite su regulación a las normas reguladoras del procedimiento recaudatorio en vía ejecutiva.

EJECUCIÓN SUBSIDIARIA
Consiste en que la Administración autora del acto lo ejecuta por sí misma o a través de un tercero, a
costa del obligado.
 
Dispone el artículo 102
 
1. Habrá lugar a la ejecución subsidiaria cuando se trate de actos que por no ser personalísimos
puedan ser realizados por sujeto distinto del obligado.
 
2. En este caso, las Administraciones Públicas realizarán el acto, por sí o a través de las personas que
determinen, a costa del obligado.
 
3. El importe de los gastos, daños y perjuicios se exigirá conforme a lo dispuesto en el artículo
anterior.
 
4. Dicho importe podrá liquidarse de forma provisional y realizarse antes de la ejecución, a reserva
de la liquidación definitiva.
 
Por tanto, sólo podrán ejecutarse por esta vía las obligaciones no personalísimas, es decir, aquéllas
cuya realización material puede ser llevada a cabo por persona distinta del obligado. Un ejemplo es
el derribo de una construcción ilegal o el deber de reposición del estado de una cosa a un momento
anterior (por ejemplo, la repoblación de un monte talado de forma irregular).

EJECUCIÓN SUBSIDIARIA
La ejecución subsidiaria puede ser realizada por la Administración utilizando sus propios medios, o
bien, encargándolo a un tercero.
 
En cualquier caso, los costes (gastos derivados de la ejecución, pero también los daños y perjuicios
que ésta pudiera ocasionar) corren de cuenta del obligado, a quien incluso se le puede liquidar el
importe de los mismos de forma provisional, a cuenta de la liquidación definitiva, a realizar una vez
se haya culminado la ejecución del acto.

MULTA COERCITIVA
Consiste en una carga económica que se impone con la finalidad de forzar o presionar al interesado
al cumplimiento de una obligación. Por ello, es característico de este tipo de multas su imposición
reiterada, por períodos de tiempo suficientes para que el obligado pueda cumplir el acto
administrativo.
 
Dispone el artículo 103
 
1.- Cuando así lo autoricen las Leyes, y en la forma y cuantía que éstas determinen, las
Administraciones Públicas pueden, para la ejecución de determinados actos, imponer multas
coercitivas, reiteradas por lapsos de tiempo que sean suficientes para cumplir lo ordenado, en los
siguientes supuestos:
 
2.- La multa coercitiva es independiente de las sanciones que puedan imponerse con tal carácter y
compatible con ellas.
 
a) Actos personalísimos en que no proceda la compulsión directa sobre la persona del obligado.
 
b) Actos en que, procediendo la compulsión, la Administración no la estimara conveniente.
 
c) Actos cuya ejecución pueda el obligado encargar a otra persona.
 
Este tipo de multa, que no es propiamente una sanción, pues su fin no es correctivo o represivo, sino
coercitivo (por ejemplo, para forzar a quien ha realizado obras ilegales en un cauce, a su demolición,
se le pueden imponer multas cada cierto periodo de tiempo y en tanto no cumpla con la orden de
demoler lo construido).
MULTA COERCITIVA
Un ejemplo lo encontramos en el artículo 119 del Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas, donde se contempla la posibilidad de
multas coercitivas en caso de infracción de las normas de este texto legal, cumpliendo así el requisito
de estar autorizado en una Ley.

REVISIÓN DE LOS ACTOS EN VÍA ADMINISTRATIVA


Su regulación se encuentra contenida en el Título V, Capítulos I y II, de la Ley 39/2015
LPACAP.
 
Como punto de partida hay que señalar que cualquier acto administrativo puede ser
revisado o impugnado por dos vías: de oficio por la propia Administración, o
mediante recurso interpuesto por los interesados.
 
Dentro de la revisión de oficio existen dos modalidades:
 
· Anulación del acto administrativo
 
· Revocación del acto administrativo
 
Dentro de los recursos, se estudiarán los principios generales y los diferentes tipos de
recursos.

ANULACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO


Obedece a principios de legalidad. Se elimina un acto en virtud de vicios de los que
adolece.
 
Dentro de este tipo de anulación podemos distinguir entre:
 
· Revisión de oficio de disposiciones y actos nulos.
 
· Declaración de lesividad de actos anulables.

REVOCACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO


Obedece a razones de oportunidad. Se elimina un acto administrativo como consecuencia
de la adopción de nuevos criterios de apreciación del interés público en el caso concreto.

CONCEPTO Y CUESTIONES COMUNES


La revisión de oficio es un procedimiento por el que la Administración puede anular,
modificar o revocar los actos dictados por la misma cuando se dan determinados
supuestos legales, y ello a excepción de los actos anulables, que, como después veremos,
y a pesar de estar incluidos en este Capítulo, no puede la Administración acordar la
ilegalidad de los mismos, sino que debe previamente declararlos lesivos e impugnarlos
ante la jurisdicción contencioso-administrativa.
 
Han de destacarse dos cuestiones comunes:
 
Por un lado, la posibilidad de suspensión del acto administrativo, a la que se refiere el
artículo 108: iniciado el procedimiento de revisión de oficio al que se refieren los artículos
106 y 107, el órgano competente para declarar la nulidad o lesividad, podrá suspender la
ejecución del acto, cuando ésta pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación.
 
Por otro lado, los límites de la revisión a que se refiere el artículo 110: las facultades de
revisión establecidas en este Capítulo, no podrán ser ejercidas cuando
por prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras circunstancias, su
ejercicio resulte contrario a la equidad, a la buena fe, al derecho de los particulares o a
las leyes.
LA REVISIÓN DE OFICIO DE DISPOSICIONES Y ACTOS NULOS

(ARTÍCULO 106)
A.- Revisión de actos nulos.
Las Administraciones Públicas, en cualquier momento, por iniciativa propia o a
solicitud de interesado, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano
consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma, si lo hubiere, declararán de oficio la
nulidad de los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no
hayan sido recurridos en plazo, en los supuestos previstos en el artículo 47.1.
 
Por tanto los requisitos y condiciones para que se pueda producir este tipo de revisión son
los siguientes:
 
1º.- Se produce por el órgano competente de la Administración
 
2º.- Puede producirse en cualquier momento, sin sujeción a plazos, con la única
limitación establecida en el artículo 110 (límites a la revisión), que hemos visto antes.
 
3º.- Puede producirse, ya sea por la  propia iniciativa de la Administración, ya sea
a petición del propio interesado.
 
4º.- Procede contra actos que ponen  fin a la vía administrativa, o que no hayan sido
recurridos en plazo.
 
5º.- Sólo será posible la revisión de oficio de aquellos actos que incurran en
alguna  causa de nulidad de pleno derecho  de las previstas en el artículo 47.1
LPACAP.
 
6º.- Se necesita  dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo
equivalente de la Comunidad Autónoma (Consejo Consultivo de Castilla y León). Por
tanto, este informe es previo, preceptivo y vinculante.
 
7º.- Posibilidad de  inadmisión previa: el órgano competente para la revisión de oficio
podrá acordar motivadamente la inadmisión a trámite de las solicitudes formuladas por
los interesados, sin necesidad de recabar Dictamen del Consejo de Estado u órgano
consultivo de la Comunidad Autónoma, cuando se dé alguno de los siguientes casos

REVISIÓN DE ACTOS NULOS


En el ámbito de la Administración de Castilla y León, el artículo 63 de la Ley 3/2001, de 3
de julio, del Gobierno dispone que los procedimientos de revisión de oficio de
disposiciones y actos nulos serán iniciados por el órgano autor de la actuación nula, de
oficio o a solicitud del interesado. La resolución corresponderá al órgano administrativo
jerárquicamente superior, si lo hubiere, o al mismo órgano autor de la disposición o acto
nulo, en caso contrario.
 
En el ámbito de la Administración General del Estado, el artículo 111 establece cuáles son
los órganos competentes, tanto para para la revisión de actos y disposiciones nulos como
para los anulables.
REVISIÓN DE ACTOS NULOS
Los efectos de la no resolución dentro de plazo son diferentes: cuando el procedimiento se
hubiera iniciado de oficio, el transcurso del plazo de seis meses desde su inicio sin
dictarse resolución producirá la caducidad del mismo. Si el procedimiento se hubiera
iniciado a solicitud de interesado, se podrá entender la misma desestimada por silencio
administrativo.

REVISIÓN DE ACTOS NULOS


Los primeros, como ya vimos, son aquellos que no son susceptibles de recursos ordinarios
y están establecidos en el artículo 114 LPACAP y en el artículo 61 de la Ley 3/2001, de 3
de julio, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad de Castilla y León. De ellos
hablaremos en el apartado dedicado a los recursos administrativos.
 
Respecto de los segundos (no recurridos en plazo), la revisión de oficio instada por el
interesado se convierte en una verdadera acción de nulidad, que permite al mismo
impugnar actos firmes que, por no haber sido recurridos en plazo, ya resultarían
inatacables por la vía de los recursos administrativos ordinarios.

Por tanto, quedan excluídos los actos anulables (que como veremos, se impugnarán
mediante la declaración de lesividad), y las meras irregularidades no invalidantes.

REVISIÓN DE ACTOS NULOS


Posibilidad de inadmisión previa, cuando se dé alguno de los siguientes casos:
 
· Que no se basen en alguna de las causas de nulidad del artículo 47.1.
 
· Que carezcan manifiestamente de fundamento.
 
· Que se hubieran desestimado en cuanto al fondo otras solicitudes
sustancialmente iguales.
 
El uso de conceptos jurídicos tan indefinidos como “carecer manifiestamente de
fundamento” o “solicitudes sustancialmente iguales” generan muchos problemas
interpretativos que han de resolverse acudiendo a una concepción restrictiva de este
asunto, de forma que, ante la más mínima duda acerca de la procedencia o no de la
inadmisión, debe admitirse a trámite la misma, y sustanciar el procedimiento (dictamen del
Consejo Consultivo incluido) hasta su resolución.
 
Ha de prevenirse que la inadmisión a trámite comporta un juicio que incide sobre intereses
en conflicto de muy difícil apreciación, y que, por su propia naturaleza, ha de ser
interpretada en términos absolutamente restrictivos, máxime si tenemos en cuenta que el
objetivo de la Ley es reforzar las garantías jurídicas de los ciudadanos frente a la
actuación de la Administración. (Dictamen 494/2004 del Consejo Consultivo de Castilla y
León).

LA REVISIÓN DE OFICIO DE DISPOSICIONES Y ACTOS NULOS

(ARTÍCULO 106)
B.- Revisión de disposiciones administrativas nulas.
Dispone el artículo 106.2 que en cualquier momento, las Administraciones Públicas de
oficio, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente
de la Comunidad Autónoma si lo hubiere, podrán declarar la nulidad de las disposiciones
administrativas en los supuestos previstos en el artículo 47.2.
 
Más información
 
Finalmente, ha de hacerse notar que las Administraciones Públicas, al declarar la nulidad
de una disposición o acto, pueden establecer en la misma resolución,
las indemnizaciones que proceda reconocer a los interesados, en caso de que se aprecie
la existencia de responsabilidad patrimonial de la Administración (artículos 32.2 y 34.1
de la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público) sin perjuicio de que,
tratándose de una disposición, puedan subsistir los actos firmes dictados en aplicación de
la misma.

LA DECLARACIÓN DE LESIVIDAD DE ACTOS ANULABLES (ARTÍCULO

107)
Como ya dijimos al inicio de este apartado, no se puede hablar de una verdadera revisión
de oficio de los actos anulables, al no poder la Administración acordar la invalidez de estos
actos, sino que es necesaria la declaración de lesividad y la ulterior impugnación ante
el orden contencioso-administrativo en todos los casos, siendo a este orden
jurisdiccional a quien le corresponde declarar el acto como anulable e impedir que siga
produciendo efectos. Por tanto, el papel de la Administración se limitará a declarar el acto
lesivo para el interés público y a presentar el correspondiente recurso contencioso-
administrativo.
 
Dispone el artículo 107 LPACAP que las Administraciones Públicas podrán impugnar ante
el orden jurisdiccional contencioso-administrativo los actos favorables para los
interesados que sean anulables conforme a lo dispuesto en el artículo 48, previa
su declaración de lesividad para el interés público.
 
Siguiendo el mismo esquema que para los actos nulos, veamos los requisitos y
condiciones para que se pueda producir la declaración de lesividad:
 
1º.- Se produce por el  órgano competente  de la Administración:
 
2º.- A diferencia de la revisión de oficio de actos nulos, sí hay plazo para declarar la
lesividad: cuatro años.
 
3º.- Sólo puede producirse por iniciativa de la Administración.
 
4º.- Procede contra actos que reúnan estos dos requisitos:
 
5º.- Plazo para declarar la lesividad y efectos: transcurrido el plazo de seis meses desde
la iniciación del procedimiento sin que se hubiera declarado la lesividad, se producirá la
caducidad del mismo.
 
6º.- Imposibilidad de recurso. La declaración de lesividad no será susceptible de
recurso, si bien podrá notificarse a los interesados a los meros efectos informativos.
ÓRGANO COMPETENTE
Si el acto proviniera de la Administración General del Estado o de las Comunidades
Autónomas, la declaración de lesividad se adoptará por el órgano de cada Administración
competente en la materia.
 
Si el acto proviniera de las entidades que integran la Administración Local, la declaración
de lesividad se adoptará por el Pleno de la Corporación o, en defecto de éste, por el
órgano colegiado superior de la entidad.
 
En el ámbito de la Administración de Castilla y León, el art. 64 de la Ley 3/2001, de 3 de
julio, del Gobierno dispone que los procedimientos para declarar la lesividad de los actos
anulables serán iniciados por el órgano autor del acto, de oficio o a solicitud del
interesado. La competencia para declarar la lesividad de los actos anulables corresponde
al titular de la Consejería competente por razón de la materia, excepto en los
supuestos de actos dictados por la Junta de Castilla y León, en los que corresponderá a
ésta.

CUATRO AÑOS
La declaración de lesividad no podrá adoptarse una vez transcurridos cuatro años desde
que se dictó el acto administrativo y exigirá la previa audiencia de cuantos aparezcan
como interesados en el mismo, en los términos establecidos por el artículo 82.

INICIATIVA DE LA ADMINISTRACIÓN
A pesar de la redacción del art. 64 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y la
Administración de Castilla y León, en el caso de los actos anulables, no parece que este
procedimiento pueda iniciarse a solicitud del interesado, si comparamos la redacción del
artículo 107.1 con la del 106.1 y 5 LPACAP, y si además tenemos en cuenta lo dispuesto
en el punto 3 del artículo 107 (caducidad). No obstante nada impide a la persona
interesada proponer al órgano administrativo que inicie el procedimiento y el órgano
administrativo hacer suya esta propuesta e iniciar de oficio el correspondiente
procedimiento de revisión de oficio.

ACTOS QUE REÚNAN ESTOS DOS REQUISITOS


Que sean favorables para el interesado, ya que los actos desfavorables o de gravamen
son susceptibles de revocación, conforme dispone el artículo 109.
 
Que incurran en causa de anulabilidad, a que se refiere el artículo 48 LPACAP, es decir,
la infracción del ordenamiento jurídico incluida la desviación de poder, y siempre que no
incurran en causa de nulidad.

REVOCACIÓN DE ACTOS Y RECTIFICACIÓN DE ERRORES (ARTÍCULO

109)
Como ya dijimos, la revocación obedece a razones de oportunidad, mientras que la
revisión de oficio obedece a razones de legalidad.
 
En cuanto a la revocación, dispone el artículo 109.1 que las Administraciones Públicas
podrán revocar, mientras no haya transcurrido el plazo de prescripción, sus actos de
gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación:
 
- No constituya dispensa o exención no permitida por las leyes,
 
- No sea contraria al principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento
jurídico.
 
Por tanto, los únicos límites a la revocación son los anteriormente expresados, y respecto
al límite temporal, no debe haber transcurrido el plazo de prescripción, en aquellos casos
en que exista.
 
En cuanto a la rectificación de errores, dispone el artículo 109.2 que las
Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en cualquier momento, de oficio
o a instancia de los interesados, los errores materiales, de hecho o
aritméticos existentes en sus actos.
 
Dichos errores han de ser ostensibles y manifiestos, por lo que se apreciación no ha de
precisar interpretación legal alguna.
 
Por otro lado, no hay plazo para proceder a la rectificación.
 
En cuanto al órgano competente, tanto para la revocación como para la rectificación, será
el mismo que haya dictado el acto, (artículo 65 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del
Gobierno y la Administración de Castilla y León).
 

REVOCACIÓN DE ACTOS Y RECTIFICACIÓN DE ERRORES


Finalmente, ha de advertirse que, dada la ausencia de plazos preclusivos y la no previsión
de trámites específicos (dictamen de órganos consultivos), resulta muy frecuente que la
Administración intente encubrir bajo la cómoda y sencilla capa de la revocación de actos o
de la rectificación de errores verdaderos supuestos de revisión de oficio o de declaración
de lesividad. Sin embargo esta rechazable práctica puede determinar la declaración
de nulidad de la revocación o rectificación, al entender la jurisprudencia que la extinción
de los efectos de un acto sin seguir el procedimiento adecuado para cada supuesto
constituye la causa de nulidad establecida en el artículo 47.1, letra e) LPACAP, al
considerar que se ha prescindido total y absolutamente del procedimiento legalmente
establecido.
CONCEPTO Y CLASES
Podemos definirlos como el medio de que dispone el administrado para solicitar la
anulación o modificación del acto administrativo cuando éste no se ajusta a las Leyes o
Reglamentos, y por tanto, lesiona sus derechos o intereses legítimos. Es, pues, el otro
mecanismo de revisión de los actos junto con la revisión de oficio.
 
Los recursos pueden clasificarse en:
 
· ORDINARIOS
 
· EXTRAORDINARIOS
 
· ESPECIALES

ORDINARIOS
Como fundamento de los mismos puede aducirse cualquier infracción del ordenamiento
jurídico, siendo admisibles siempre que no exista un precepto que los excluya. Son
el Recurso de alzada (artículos 121 y 122 LPACAP) y el Recurso potestativo de
reposición (artículos 123 y 124).

EXTRAORDINARIOS
Se establecen para hipótesis concretas contra actos administrativos firmes, y se fundan en
causas tasadas. Es el Recurso extraordinario de revisión.

ESPECIALES
Aunque pueden basarse en cualquier infracción del ordenamiento jurídico, se establecen
para hipótesis concretas, y no se fundan en causas tasadas. Por ejemplo, la Reclamación
Económico-Administrativa, que se menciona en la LPACAP pero no se regula en ésta
sino en la legislación tributaria.

OBJETO
Dispone el artículo 112 LPACAP que:
 
Contra las resoluciones y los actos de trámite, si estos últimos deciden directa o
indirectamente el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el
procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a derechos e intereses
legítimos, podrán interponerse por los interesados los recursos de alzada y potestativo
de reposición, que cabrá fundar en cualquiera de los motivos de nulidad o
anulabilidad previstos en los artículos 47 y 48 de esta Ley.
 
La oposición a los restantes actos de trámite podrá alegarse por los interesados para su
consideración en la resolución que ponga fin al procedimiento.
 
Contra las disposiciones administrativas de carácter general no cabrá recurso en vía
administrativa.
 
Los recursos contra un acto administrativo que se funden únicamente en la nulidad de
alguna disposición administrativa de carácter general podrán interponerse directamente
ante el órgano que dictó dicha disposición.
 
Más información
 
Las leyes podrán sustituir el recurso de alzada y el potestativo de reposición, en supuestos
o ámbitos sectoriales determinados, y cuando la especificidad de la materia así lo
justifique, por otros procedimientos de impugnación, reclamación, conciliación, mediación y
arbitraje, ante órganos colegiados o Comisiones específicas no sometidas a instrucciones
jerárquicas, con respeto a los principios, garantías y plazos que la presente Ley reconoce
a las personas y a los interesados en todo procedimiento administrativo.

LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS


Por tanto, los recursos administrativos:
 
1º.- Se interponen, como regla general, contra las resoluciones que ponen fin al
procedimiento administrativo, pero también pueden interponerse contra los llamados
actos de trámite cualificados, es decir, aquellos que por su importancia en el
procedimiento puedan decidir el fondo del asunto, impidan la continuación del
procedimiento o produzcan indefensión o perjuicios al interesado. Por ejemplo, la
denegación de una prueba solicitada por el interesado podría ser recurrible, pues podría
provocar indefensión.
 
2º.- No caben contra los Reglamentos (sólo cabría contra ellos la vía contencioso-
administrativa).

ACTOS QUE PONEN FIN A LA VÍA ADMINISTRATIVA


Como ya vimos al tratar las clases de actos administrativos, son los establecidos en el
artículo 114 LPACAP y en el artículo 61 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y de
la Administración de la Comunidad de Castilla y León. La distinción entre actos que ponen
fin a la vía administrativa y los que no ponen fin a dicha vía, tiene trascendencia, pues
dependiendo del tipo de acto que sea, se podrá interponer recurso de alzada o de
reposición.
 
Así, los actos que ponen fin a la vía administrativa pueden ser recurridos directamente en
la vía contencioso-administrativa, siendo el recurso de reposición potestativo. Es decir, el
interesado puede optar entre interponer el recurso de reposición o bien impugnarlo
mediante un recurso contencioso-administrativo. Para los actos que no agotan la vía
administrativa el artículo 121 LPACAP mantiene un recurso jerárquico, denominado de
alzada, de carácter preceptivo en cuanto que actúa como presupuesto necesario de la
impugnación procesal del acto.
 
Más información
 
Dispone el artículo 114 LPACAP, ponen  fin a la vía administrativa...
 
 a) Las resoluciones de los recursos de alzada.
 
b) Las resoluciones de los procedimientos a que se refiere el artículo 112.2 (sustitución de
los recursos de alzada y reposición por otros procedimientos de impugnación).
 
c) Las resoluciones de los órganos administrativos que carezcan de superior jerárquico,
salvo que una Ley establezca lo contrario.
 
d) Los acuerdos, pactos, convenios o contratos que tengan la consideración de
finalizadores del procedimiento.
 
e) La resolución administrativa de los procedimientos de responsabilidad patrimonial,
cualquiera que fuese el tipo de relación, pública o privada, de que derive.
 
f) La resolución de los procedimientos complementarios en materia sancionadora a los que
se refiere el artículo 90.4.
 
g) Las demás resoluciones de órganos administrativos cuando una disposición legal o
reglamentaria así lo establezca.

Además de lo previsto en el apartado anterior, continúa el artículo 114, en el ámbito

estatal ponen fin a la vía administrativa los actos y resoluciones siguientes

a) Los actos administrativos de los miembros y órganos del Gobierno.


 
b) Los emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado en el ejercicio de las
competencias que tienen atribuidas los órganos de los que son titulares.
 
c) Los emanados de los órganos directivos con nivel de Director general o superior, en
relación con las competencias que tengan atribuidas en materia de personal.
 
d) En los Organismos públicos y entidades derecho público vinculados o dependientes de
la Administración General del Estado, los emanados de los máximos órganos de dirección
unipersonales o colegiados, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos, salvo que
por ley se establezca otra cosa.

 
Por su parte, el artículo 61 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y de la
Administración de la Comunidad de Castilla y León, dispone que  pondrán fin a la vía
administrativa...

a) Las resoluciones de la Junta de Castilla y León y las de su Presidente.


 
b) Las resoluciones de los Consejeros, salvo cuando por Ley expresamente se otorgue
recurso de alzada ante la Junta de Castilla y León.
 
c) Las resoluciones de los Viceconsejeros, Secretarios Generales y de los Directores
Generales en materia de personal.
 
d) Las resoluciones de los órganos inferiores en los casos en que resuelvan por
delegación de otro órgano cuyas resoluciones pongan fin a la vía administrativa.
 
e) Las demás resoluciones, acuerdos o convenios que prevean las normas básicas del
régimen jurídico.
 
f) Las resoluciones dictadas en los recursos de alzada.
 
g) Las resoluciones sancionadoras de carácter exclusivamente pecuniario que, de
conformidad con la normativa del procedimiento administrativo común, apliquen
reducciones en sus importes como consecuencia del reconocimiento de su
responsabilidad por el presunto infractor, por el pago voluntario anterior a la resolución, o
por ambas circunstancias.

 
Contra los actos que pongan fin a la vía administrativa, podrá interponerse con carácter
potestativo recurso de reposición ante el mismo órgano que los dictó, a excepción de los
previstos en las letras f) y g) del apartado anterior.

ACTOS QUE PONEN FIN A LA VÍA ADMINISTRATIVA


Ahora bien, si se opta por presentar el recurso en vía administrativa, no se podrá
interponer el contencioso-administrativo hasta que aquél haya sido resuelto expresamente
o haya transcurrido el plazo máximo para su resolución.
 
Si el interesado no interpone el recurso de alzada contra el acto, éste deviene firme y ya
no podrá ser impugnado en vía administrativa (salvo a través del recurso extraordinario de
revisión), ni en vía contenciosa.

INTERPOSICIÓN DEL RECURSO Y CAUSAS DE INADMISIÓN


INTERPOSICIÓN
El recurso es una solicitud, y por tanto deberá expresar (artículo 115):
 
a ) El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación personal del mismo.
 
b) El acto que se recurre y la razón de su impugnación.
 
c ) Lugar, fecha, firma del recurrente, identificación del medio y, en su caso, del lugar
que se señale a efectos de notificaciones.
 
d) Órgano, centro o unidad administrativa al que se dirige y su correspondiente código
de identificación.
 
e) Las demás particularidades exigidas, en su caso, por las disposiciones específicas.
 
El error o la ausencia de la calificación del recurso por parte del recurrente no será
obstáculo para su tramitación, siempre que se deduzca su verdadero carácter.
 
Además, los vicios y defectos que hagan anulable un acto no podrán ser alegados por
quienes los hubieren causado.

INTERPOSICIÓN DEL RECURSO Y CAUSAS DE INADMISIÓN


CAUSAS DE INADMISIÓN
En cuanto a la inadmisión del recurso, supone que el órgano competente ya no entra en el
fondo del asunto sino que lo inadmite de entrada, motivando únicamente la causa de
inadmisión.
 
Las causas se regulan en el artículo 116, y son las siguientes:
 
a) Ser incompetente el órgano administrativo, cuando el competente perteneciera a
otra Administración Pública. El recurso deberá remitirse al órgano competente, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 14.1 de la Ley de Régimen Jurídico del Sector
Público.
 
b) Carecer de legitimación el recurrente.
 
c) Tratarse de un acto no susceptible de recurso.
 
d) Haber transcurrido el plazo para la interposición del recurso.
 
e) Carecer el recurso manifiestamente de fundamento.
 

En el supuesto del apartado e), y dado que calificar un recurso de “manifiestamente


carente de fundamento” no deja de ser algo relativo y difícil de motivar, es prudente, en
lugar de inadmitir el recurso, admitirlo, entrar en el fondo del asunto y resolverlo en sentido
desestimatorio, si procede.

SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN
Como ya vimos en la Unidad dedicada a la eficacia y validez de los actos administrativos,
la suspensión significa la paralización de la eficacia del acto en los supuestos de
interposición de recursos. La regla general es la no paralización de los efectos del acto,
cuando se interpone un recurso, conforme dispone el artículo 117 LPACAP:
 
1.- La interposición de cualquier recurso, excepto en los casos en que una disposición
establezca lo contrario, no suspenderá la ejecución del acto impugnado.
 
2.- No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, el órgano a quien competa resolver
el recurso, previa ponderación, suficientemente razonada, entre el perjuicio que
causaría al interés público o a terceros la suspensión y el ocasionado al
recurrente como consecuencia de la eficacia inmediata del acto recurrido, podrá
suspender, de oficio o a solicitud del recurrente, la ejecución del acto impugnado cuando
concurran alguna de las siguientes circunstancias.

 ARTÍCULO 117 LPACAP


a) Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación.
 
b) Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad de pleno
derecho previstas en el artículo 47.1 de esta Ley.

3.- La ejecución del acto impugnado se entenderá suspendida si transcurrido un


mes desde que la solicitud de suspensión haya tenido entrada en el registro electrónico
de la Administración u Organismo competente para decidir sobre la misma, el órgano a
quien competa resolver el recurso no ha dictado y notificado resolución expresa al
respecto.
Un ejemplo en el que pueden existir perjuicios de difícil o imposible reparación por la
ejecución inmediata del acto es el caso de una resolución que acordase el derribo de una
edificación ilegal. Este sería un caso evidente de suspensión de la eficacia del acto si se
interpusiera recurso.
 
También la normativa sectorial prevé casos de suspensión: por ejemplo, las sanciones en
materia de tráfico y seguridad vial: no se exige el pago de las multas de tráfico (ni se
detraen los puntos del permiso de conducir, en su caso) hasta que el recurso que se haya
interpuesto se resuelva y sea firme dicha resolución.

 
Sin embargo, cuando de la suspensión puedan derivarse perjuicios de cualquier
naturaleza, aquélla sólo producirá efectos previa prestación de caución o garantía
suficiente para responder de ellos, en los términos establecidos reglamentariamente.

AUDIENCIA DE LOS INTERESADOS


La interposición de un recurso administrativo genera la tramitación de un procedimiento
administrativo, y como tal, cabe la posibilidad de que se produzca el trámite de audiencia.
El artículo 118 establece en qué casos y con qué condiciones:
 
1.- Cuando hayan de tenerse en cuenta nuevos hechos o documentos no recogidos
en el expediente originario, se pondrán de manifiesto a los interesados para que, en
un plazo no inferior a diez días ni superior a quince, formulen las alegaciones y
presenten los documentos y justificantes que estimen procedentes.
 
No se tendrán en cuenta en la resolución de los recursos, hechos, documentos o
alegaciones del recurrente, cuando habiendo podido aportarlos en el trámite de
alegaciones no lo haya hecho. Tampoco podrá solicitarse la práctica de pruebas cuando
su falta de realización en el procedimiento en el que se dictó la resolución recurrida
fuera imputable al interesado.
 
2.- Si hubiera otros interesados se les dará, en todo caso, traslado del recurso para que
en el plazo antes citado, aleguen cuanto estimen procedente.
 
3.- El recurso, los informes y las propuestas no tienen el carácter de documentos nuevos
a los efectos de este artículo. Tampoco lo tendrán los que los interesados hayan
aportado al expediente antes de recaer la resolución impugnada.

INFORME JURÍDICO
Establece el artículo 67 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y de la Administración
de la Comunidad de Castilla y León, que para la resolución de los recursos administrativos
es preceptivo el previo informe de los Servicios Jurídicos.

RESOLUCIÓN
1º.- Según el artículo 119, la resolución del recurso:
• estimará en todo o en parte, o
• desestimará las pretensiones formuladas en el mismo, o
• declarará su inadmisión.
 
2º.- Cuando existiendo vicio de forma no se estime procedente resolver sobre el fondo se
ordenará la retroacción del procedimiento al momento en el que el vicio fue cometido, sin
perjuicio de que eventualmente pueda acordarse la convalidación de actuaciones por el
órgano competente para ello, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 52.
 
3º.- El órgano que resuelva el recurso decidirá cuantas cuestiones, tanto de forma como
de fondo, plantee el procedimiento, hayan sido o no alegadas por los interesados.
 
En este último caso se les oirá previamente. No obstante, la resolución será congruente
con las peticiones formuladas por el recurrente, sin que en ningún caso pueda
agravarse su situación inicial.

Es la llamada prohibición de la "reformatio in peius", es decir, la situación del interesado


recurrente no puede verse agravada como consecuencia de la interposición de un recurso.
 
Por ejemplo: en una sanción de tráfico contra la que se ha interpuesto recurso de alzada,
si la resolución estableciese que se ha calificado mal la infracción, y ahora pasa de leve a
grave, con lo que se impone una sanción mayor. En estos casos, la Administración no
puede empeorar la situación del recurrente mediante la resolución del recurso. Lo que sí
puede hacer es iniciar un nuevo procedimiento, siempre que no haya transcurrido el plazo
de prescripción.

 
Ahora bien, la prohibición opera sólo en los casos en los que la situación del recurrente
empeoraría a consecuencia de su propio recurso y no en aquellos otros en los que el
perjuicio deriva de eventuales recursos que terceros hayan podido interponer.

RESOLUCIÓN
Finalmente, ha de tenerse en cuenta lo previsto en el artículo 120 para el caso de que
existan varios recursos administrativos y se hubiera interpuesto contra el mismo acto
recurso contencioso administrativo:
 
1.- Cuando deban resolverse una pluralidad de recursos administrativos que traigan
causa de un mismo acto administrativo y se hubiera interpuesto un recurso judicial
contra una resolución administrativa o bien contra el correspondiente acto presunto
desestimatorio, el órgano administrativo podrá acordar la suspensión del plazo para
resolver hasta que recaiga pronunciamiento judicial, acuerdo que deberá ser notificado a
los interesados, quienes podrán recurrirlo.
 
2.- Recaído el pronunciamiento judicial, será comunicado a los interesados y el órgano
administrativo competente para resolver podrá dictar resolución sin necesidad de
realizar ningún trámite adicional, salvo el de audiencia, cuando proceda.
OBJETO
Las resoluciones y actos a que se refiere el artículo 112.1 (es decir, actos de trámite que
decidan directa o indirectamente el fondo del asunto, determinen la imposibilidad de
continuar el procedimiento produzcan indefensión o perjuicio irreparable a derechos e
intereses legítimos), cuando no pongan fin a la vía administrativa, podrán ser recurridos
en alzada ante el órgano superior jerárquico del que los dictó.
 
A estos efectos, los Tribunales y órganos de selección del personal al servicio de las
Administraciones Públicas y cualesquiera otros que, en el seno de éstas, actúen con
autonomía funcional, se considerarán dependientes del órgano al que estén adscritos o, en
su defecto, del que haya nombrado al presidente de los mismos.
 

OBJETO
En el mismo sentido se pronuncia sobre el objeto del recurso el artículo 60.2 de la Ley
3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad de Castilla y
León, que además aclara quiénes son los superiores jerárquicos de cada órgano:
 
1.- Contra las resoluciones de los órganos de la Administración de la Comunidad de
Castilla y León que no pongan fin a la vía administrativa y los actos de trámite en
aquellos supuestos previstos en las bases del régimen jurídico, podrá interponerse
recurso de alzada ante el superior del órgano que los dictó.
 
2.- A estos efectos tendrá la consideración de órgano superior:
 
- La Junta de Castilla y León respecto de los actos de los Consejeros.
 
- Los Consejeros respecto de los actos de los Viceconsejeros, Secretarios Generales
y Directores Generales no dependientes de una Viceconsejería.
 
- Los Viceconsejeros respecto de los actos de los Directores Generales de ellos
dependientes.
 
- Los Secretarios Generales y los Directores Generales, en virtud de su competencia
material, respecto de los actos de los Jefes de Servicio que de ellos dependan en la
Administración central, y en la periférica respecto de los actos de los Delegados
Territoriales y Jefes de Departamento Territoriales.
 
- Los Delegados Territoriales respecto de los actos de los Jefes de Departamento
Territoriales.
 
La jerarquía en el resto de órganos administrativos vendrá determinada por las
disposiciones de estructura orgánica.

INTERPOSICIÓN DEL RECURSO


El recurso podrá interponerse ante el órgano que dictó el acto que se impugna o ante el
competente para resolverlo.
 
Si el recurso se hubiera interpuesto ante el órgano que dictó el acto impugnado, éste
deberá remitirlo al competente en el plazo de diez días, con su informe y con una copia
completa y ordenada del expediente.

PLAZOS PARA LA INTERPOSICIÓN


El plazo para la interposición del recurso de alzada será de un mes, si el acto
fuera expreso. Transcurrido dicho plazo sin haberse interpuesto el recurso, la resolución
será firme a todos los efectos.
 
Si el acto no fuera expreso, el solicitante y otros posibles interesados podrán interponer
recurso de alzada en cualquier momento a partir del día siguiente a aquel en que, de
acuerdo con su normativa específica, se produzcan los efectos del silencio administrativo.

PLAZOS PARA RESOLVER Y NOTIFICAR


El plazo máximo para dictar y notificar la resolución será de tres meses. Transcurrido este
plazo sin que recaiga resolución, se podrá entender desestimado el recurso, salvo en el
supuesto previsto en el artículo 24.1, tercer párrafo.
 
 
Finalmente, contra la resolución de un recurso de alzada no cabrá ningún otro recurso
administrativo, salvo el recurso extraordinario de revisión, en los casos establecidos en el
artículo 125.1.

PLAZOS PARA RESOLVER Y NOTIFICA


Se refiere a la interposición de un recurso de alzada contra un acto desestimado por
silencio administrativo. En ese caso, si el recurso no se resuelve en plazo, se entenderá
estimado.
OBJETO
Los actos administrativos que pongan fin a la vía administrativa podrán ser recurridos
potestativamente en reposición ante el mismo órgano que los hubiera dictado o ser
impugnados directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-administrativo. En
idéntico sentido se pronuncia el artículo 61.2 de la Ley 3/2001, de 3 de julio.
 
No se podrá interponer recurso contencioso-administrativo hasta que sea resuelto
expresamente o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición
interpuesto.

PLAZOS PARA LA INTERPOSICIÓN


El plazo para la interposición del recurso de reposición será de un mes, si el acto
fuera expreso. Transcurrido dicho plazo, únicamente podrá interponerse recurso
contencioso-administrativo, sin perjuicio, en su caso, de la procedencia del recurso
extraordinario de revisión.
 
Si el acto no fuera expreso, el solicitante y otros posibles interesados podrán interponer
recurso de reposición en cualquier momento a partir del día siguiente a aquel en que, de
acuerdo con su normativa específica, se produzca el acto presunto.

PLAZOS PARA RESOLVER Y NOTIFICAR


El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del recurso de reposición será de un
mes.
 
Finalmente, contra la resolución de un recurso de reposición no podrá interponerse de
nuevo dicho recurso.
OBJETO
Como ya vimos al estudiar las clases de recursos, se trata de un recurso
extraordinario porque, a diferencia de los de alzada y reposición, cabe frente a actos
firmes en vía administrativa (es decir, aquellos que no pueden ser impugnados a través de
los recursos ordinarios) y sólo puede basarse en alguna de las causas tasadas que
establece el artículo 125.1 LPACAP, no bastando cualquier infracción del ordenamiento
jurídico.
 
Un acto puede devenir firme en vía administrativa por distintas causas. Por ejemplo,
cuando no se interpone en plazo el recurso de alzada frente a un acto que no pone fin a la
vía administrativa; o porque la Ley impide su impugnación en vía administrativa, como
ocurre con la resolución de un recurso de alzada.
 
Contra los actos firmes en vía administrativa podrá interponerse el recurso extraordinario
de revisión ante el órgano administrativo que los dictó, que también será el competente
para su resolución, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes. 

OBJETO
a) Que al dictarlos se hubiera incurrido en error de hecho, que resulte de los propios
documentos incorporados al expediente.
 
b) Que aparezcan documentos de valor esencial para la resolución del asunto que,
aunque sean posteriores, evidencien el error de la resolución recurrida.
 
c) Que en la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios
declarados falsos por sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella resolución.
 
d) Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación, cohecho,
violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así
en virtud de sentencia judicial firme.
El artículo 62 de la Ley 3/2001, de 3 de julio, del Gobierno y la Administración de Castilla y
León dispone que será competente para conocer del recurso extraordinario de revisión el
órgano administrativo que haya dictado el acto objeto del recurso.

INADMISIÓN
El órgano competente para la resolución del recurso podrá acordar motivadamente
la inadmisión a trámite, sin necesidad de recabar dictamen del Consejo de Estado u
órgano consultivo de la Comunidad Autónoma, cuando el mismo no se funde en alguna de
las causas previstas en el apartado 1 del artículo anterior o en el supuesto de que se
hubiesen desestimado en cuanto al fondo otros recursos sustancialmente iguales.
 

INADMISIÓN
El carácter preceptivo del dictamen del Consejo Consultivo se encuentra en el artículo 4.1.
i) punto 2º de la Ley 1/2002, de 9 de abril, reguladora del Consejo Consultivo de Castilla y
León. No obstante, y a diferencia de la revisión de oficio de actos nulos, el dictamen es
preceptivo pero no vinculante.
 
Como ya se dijo al hablar de la inadmisión de la revisión de oficio a instancia de
interesado, estos conceptos jurídicos indefinidos como “no fundarse en alguna de las
causas previstas” o “recursos sustancialmente iguales” deben entenderse de forma
restrictiva, de forma que, ante la duda, es aconsejable tramitar el recurso de revisión hasta
su resolución, incluído el dictamen del órgano consultivo, pues la inadmisión conllevaría la
ausencia de dictamen y el que el órgano competente no entrase en el fondo de la cuestión.

PLAZOS PARA LA INTERPOSICIÓN


El recurso extraordinario de revisión se interpondrá, cuando se trate de la causa a) del
apartado anterior, dentro del plazo de cuatro años siguientes a la fecha de la notificación
de la resolución impugnada. En los demás casos, el plazo será de tres meses a contar
desde el conocimiento de los documentos o desde que la sentencia judicial quedó firme.
 
Lo establecido en el presente artículo no perjudica el derecho de los interesados a formular
la solicitud y la instancia a que se refieren los artículos 106 (revisión de actos nulos) y
109.2 (rectificación de errores materiales, de hecho y aritméticos) de la presente Ley ni su
derecho a que las mismas se sustancien y resuelvan.

PLAZOS PARA RESOLVER Y NOTIFICAR


El órgano al que corresponde conocer del recurso extraordinario de revisión debe
pronunciarse no sólo sobre la procedencia del recurso, sino también, en su caso, sobre el
fondo de la cuestión resuelta por el acto recurrido.
 
Transcurrido el plazo de tres meses desde la interposición del recurso extraordinario de
revisión sin haberse dictado y notificado la resolución, se entenderá desestimado,
quedando expedita la vía jurisdiccional contencioso-administrativa.

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