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DESEAR CON ÉXITO

7 Reglas para hacer realidad los sueños

Pierre Franckh
Desear con Exito

Los deseos se realizan.


Cada día, cada minuto, cada segundo.
Permanentemente deseamos algo.
Consciente o inconscientemente.
Creámoslo o no.
Nosotros deseamos incluso
cuando no lo queremos en absoluto.
¿Qué desea usted?

¿Qué debe realizarse en su vida?

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Desear con Exito

Prefacio
Mi historia
Cuando tenía seis años se cumplió mi primer deseo. Le había escrito una
nota a mi ángel protector, y para que mi madre no la encontrara, la había
escondido bien. El deseo se cumplió pese a eso. Recibí justamente la
bicicleta que quería. Incluso exactamente del color deseado y con la
campanilla con el ratón.
Cuando tenía nueve años, ya no creía, sino ya sabía que los deseos se
cumplen. Por los menos los míos. Entretanto había escrito muchos deseos
en papelitos y se me habían cumplido. Los milagros no eran para mí un
asunto de fe, sino que habían llegado a ser un asunto de la realidad.
Pese a eso, el jovencito quería someter todo a una prueba. Seguro es
seguro. Por esa razón tuve que intentar algo “imposible”, algo que en
realidad no puede funcionar en absoluto. Y así, les encargué a los “seres de
allá arriba” que yo quería participar en una película de cine. Debía ser un
papel realmente bueno y mi nombre tenía que aparecer en los títulos. Esa
vez escribí en el papel de deseos, “… que yo debía ser notorio para todos”. Y
efectivamente, ya en el mismo año asumí en la película “Historias de niños
traviesos” el papel de adversario del actor principal. Mis padres creían en un
milagro, yo en mi encargo, que nadie aparte de mí había tomado en serio.
Yo lo tomé incluso muy en serio, porque desgraciadamente el encargo se
había cumplido más exactamente que lo que había pensado. Yo había
cometido justamente un pequeño error fatal. Había escrito en el papel, que
todos debían verme en la película. De escuchar no había dicho nada.
Durante los trabajos de filmación, el director decidió que el joven, cuyo
papel yo hacía, debía ser un joven prusiano con dialecto berlinés. Para mi
horror, me sincronizaron, es decir, recibí otra voz en la película. Así, yo
tenía mi primer gran papel en el cine, el deseo se había cumplido.
Cualquiera podía verme, pero nadie podía escucharme. Dificilmente podía
recibir una prueba mejor y desgraciadamente más dolorosa de deseo
inexacto. (Por eso le dediqué un capítulo completo a la formulación
correcta).
Por algún tiempo insulté a los “seres de arriba”. Hasta que tuve en claro
que ellos no podían hacer absolutamente nada al respecto. Simplemente
hablaban un idioma diferente al mío. No sabían lo que desde mi punto de
vista era bueno o malo.

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Desear con Exito

No tenían ninguna experiencia de cómo era aquí en el mundo, ellos


simplemente sólo cumplían mis instrucciones. Desde entonces no hubo
ninguna duda más para mí:

Los deseos se cumplen.


Y exactamente como se piden.

Cuando era niño yo sabía eso. Cuando niño todavía tenía contacto con
mis deseos y esperaba simplemente que éstos se cumplieran como me lo
imaginaba. En todo caso, la pequeña fábrica de notas funcionaba en ese
entonces.
Pero el joven llegó a ser grande y un día se sintió adulto. Y así, del
muchachito, que en ese entonces poseía más conocimiento que más tarde
como adulto, resultó un escéptico y “realista”.
En el camino a la pubertad, alguna vez le había creído más a todos los
adultos que a sí mismo. Su talento de “desear” había caído cada vez más en
el olvido. En su mundo de adulto quería lograr algo él mismo, quería estar
orgulloso de sí mismo, creía en la fuerza propia y encontraba absurda y
vergonzosa la ayuda ajena, especialmente la ayuda “de arriba”. El
muchachito había dejado de permitir milagros en su vida. Su vida se puso
más difícil, más seria, y se encontraba frecuentemente con obstáculos
insuperables. Comencé a luchar y a compararme cada vez más a menudo
con otros, con lo que constaté que aparentemente siempre tenía las peores
cartas.
Que el mundo es injusto, se había convertido entretanto en una certeza
para mí: ¿Por qué a algunos les resulta todo y a otros no les resulta nada?
¿Por qué algunos tienen siempre tanta “suerte”, mientras que a otros todo
les resulta mal? ¿Por qué a algunos les va tan increíblemente bien y a otros
no les va bien en absoluto?
La respuesta a esas preguntas y con ésta el cambio para mi vida, la
encontré cuando muchos años después me topé con un librito blanco con el
título “Milagros”. En éste, Stuart Wilde relata exactamente sobre las mismas
experiencias que yo había tenido cuando era niño. A esa particular forma
de desear él la llama encargar – un término maravillosamente apropiado –
y asegura que funcionaría en cualquier momento y para cualquier
persona.
Yo estaba profundamente conmovido. Comencé a acordarme otra vez de
mis tiempos de niño.

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Desear con Exito

En ese entonces habían sido posibles justamente esos milagros de los que
hablaba Stuart Wilde. En aquel tiempo éstos estaban simplemente a mi
disposición.
¿Pero por qué eso solamente debía serle posible a un alma infantil? ¿Por
qué no también al adulto?
¿ No era tal vez la vida en absoluto tan injusta? ¿La única diferencia
entre los exitosos y los fracasados no era tal vez solamente que los
ganadores jamás dudaban de sí mismos y de sus deseos? Ellos simplemente
sabían que les correspondía lo que deseaban. Era normal para ellos que sus
expectativas se cumplieran. Sus pensamientos se realizaban, y
permanentemente. ¿Pero qué “pensaban” ellos tan diferente a otros?

Las personas exitosas no dudan


y siempre están enfocadas positivamente hacia sus propósitos.

Al final siempre existe sólo una diferencia. Unos desean conscientemente


y con un objetivo, los otros inconscientemente y sin coordinación, sin darse
cuenta que ellos son igualmente los causantes de sus circunstancias.
Por medio de ese libro de Stuart Wilde mi vida ha cambiado por
completo. Desde entonces he puesto nuevamente en mi vida innumerables
deseos exitosos de ese tipo. ¡Y funciona! Solamente hay que hacerlo – la vida
puede ser tan sencilla – y aprender algunos pequeños trucos y artimañas.
Porque también con desear con éxito se pueden hacer algunas cosas
erróneas y pueden salir algunas cosas mal.

También a desear hay que aprender


Los deseos se cumplen cada día, cada hora, cada minuto. También los
nuestros. Y justamente todos. Pero eso significa que también se cumplen
nuestras dudas. Y nuestros pensamientos sobre nuestra propia inferioridad.
Porque esos son también deseos, aunque involuntarios. Pese a eso se
cumplen.
Comencé entonces a observarme minuciosamente. Sobre todo me
interesaban naturalmente mis deseos inconscientes y cómo podía adquirir
control sobre ellos.

Nuestras expectativas se ven a menudo frustradas,


sólo porque nosotros esperamos desilusionarnos.

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Desear con Exito

El universo no puede diferenciar entre bueno y malo. Simplemente


entrega. Al universo le da lo mismo si el cumplimiento del deseo produce
un efecto positivo o negativo en nuestra vida. El universo no conoce lo justo
o lo injusto, lo bueno o lo malo, lo positivo o lo negativo. El universo
simplemente entrega de acuerdo a nuestras imaginaciones.
¿El universo? ¿Qué es eso? Pues bien, la idea de que el universo es algo
así como una gigantesca empresa de venta por correspondencia, es muy útil
al principio, cuando se trata de hacer que nuestros deseos se realicen.
Tomado al pie de la letra, ocurre también algo parecido con nuestros deseos.
Éstos son procesados y entregados.
Más adelante trataré la real interacción física entre el envío de nuestros
deseos y su cumplimiento en nuestra vida, es decir, de qué manera está
conectado eso con la energía y su manifestación en el plano material. Pero
por el momento nos ayuda muy bien la idea de una empresa universal de
venta por correspondencia, cuando se trata de aprender el modo adecuado
de desear. Sobre todo nos ayuda a tratar con eso de manera lúdica. Eso es
ventajoso, porque todo lo que es lúdico y liviano se cumple esencialmente
más rápido y más pronto.
Igualmente importante para lo liviano es saber que siempre está a nuestra
disposición y que, cuando obtenemos algo, eso no le falta a otro.
(Naturalmente eso no es así si deseo al esposo de mi amiga).
En el transcurso de los últimos 30 años he aprendido mucho en todo caso,
como funciona el desear con éxito.
De esas experiencias y fallas propias y de las de muchos otros, he
concretado siete reglas que nos ayudan a llevar la vida que deseamos. Si
deseamos de la manera correcta, se cumple todo en nuestra vida. También
lo imposible. También lo inalcanzable. Lo fascinante es justamente que al
desear adecuadamente no hay límites. Sea dinero, casa, auto, pareja, trabajo
o amor, todo es posible.

No hay límites.
Las limitaciones existen solamente en la cabeza.

Ahí creamos nuestro mundo diario. Y porque nosotros los adultos no


sabemos eso o no queremos saberlo, la mayoría de las veces estamos muy
descontentos con nuestro mundo que hemos creado nosotros mismos.

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Desear con Exito

¿Pero cómo se eliminan entonces esas limitaciones, cómo se desea


adecuadamente? ¿Cómo logra uno expresar sus deseos clara e
inequívocamente, sin interrumpir permanentemente la entrega de éstos o
incluso desear cosas que en realidad no se quieren? ¿Y cómo se logra no
desaprovechar la entrega? ¿Y cómo se logra excluir todo lo horrible de su
vida?
Todas esas son preguntas que me hacen una y otra vez en mis
conferencias. Pero por fin se trata siempre solamente de una pregunta:
¿Cómo logro permitir todos los milagros en mi vida?

Los deseos se realizan.


¿Qué debe realizarse en mi vida?

Mientras más a menudo he informado entretanto en mis conferencias


vespertinas sobre desear con éxito, mayor ha llegado a ser el interés por
saber más al respecto. Incluso muchos de aquellos que ya habían escuchado
de las diferentes maneras de desear y que las habían practicado por un
tiempo, un día tiraron la toalla porque eso no funcionaba adecuadamente
para ellos.
Yo estaba asombrado. Aquello que entretanto era completamente normal
para mí y para mi vida, para otros no era en absoluto obvio. Y mientras más
explicaba, más preguntas surgían. También en mí. También yo comencé a
preguntarles a mis auditores cómo deseaban. Con eso se me aclaró cada vez
más por qué con tantos no funcionaba y dónde estaban las fallas.
Y así, me pedían cada vez más a menudo que por fin escribiera algo sobre
el funcionamiento de desear con éxito.
Muchas gracias a todos los que me impulsaron una y otra a vez a hacerlo.
Sin ustedes no existiría este libro.
Todavía me acuerdo de la dama que me sonrió tan amablemente y que
me dijo: “Yo sé que usted escribirá el libro”.
“¿Por qué?”, pregunté asombrado.
“Porque yo deseo eso”.

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Desear con Exito

Regla 1
Simplemente comience
Para aprender a desear con éxito, lo mejor que podemos hacer es
simplemente comenzar alguna vez. Y por cierto con algunos ejercicios
fáciles para familiarizarse. Por fin queremos ver muy rápidamente los
primeros resultados.
¿Y como se llega de la manera más rápida a los primeros resultados?
Con deseos pequeños.
¿Por qué con “pequeños”?
Con éstos es posible acercarse más fácilmente a los deseos, tomándolo
como un juego y en forma objetiva. Las cosas que a uno menos le
significan, también le producen menos miedo. Uno se las puede imaginar
mentalmente y a continuación olvidarlas nuevamente, es decir,
desprenderse de ellas y por consiguiente enviarlas al viaje energético. Con
cosas sin importancia se confía más en que el deseo se cumplirá, porque a
uno no le interesan tanto. Justamente la confianza es una de las cosas más
importantes para desear con éxito. La confianza crea la fe.

La fe en el éxito produce el éxito.

Por lo tanto, lo importante es solamente la fe. Ésta es la fuente original


que nutre permanentemente al deseo con energía. Siempre es la fe la que
mueve montañas.

El asunto de la razón
La razón, en cambio, quiere explicaciones lógicas y tratará por lo tanto de
convencernos de que todo eso no puede funcionar. Ella todavía no lo sabe
mejor. Pero cada nueva experiencia positiva y cada experiencia de éxito,
contribuirán a que también la razón esté pronto convencida de que
tenemos la capacidad de desear con éxito. Por fin ésta tiene una enorme
capacidad para aprender. Pero sólo puede saber lo que ha experimentado y
lo que comprende. Todo lo demás no quiere y no puede percibirlo.
Por eso la razón no está a cargo de los milagros. Ésta intenta incluso
categóricamente, impedir todos los posibles milagros. Todo lo que no se
adapta a su concepto del mundo, no puede ser.
Por ese motivo explico más adelante – para la razón mediante
conocimientos científicos -, por qué nuestros deseos no sólo se pueden
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Desear con Exito

cumplir, sino que incluso siempre se cumplen, y por cierto sin excepción.
Eso le podemos entonces contraponer a la razón, cuando ésta quiere
comenzar nuevamente a dudar.
Para dejar algo en claro: Los grandes milagros podrían funcionar de la
misma manera. Al universo le da lo mismo cuán grande o pequeño es
nuestro deseo.

Siempre es solamente nuestra imaginación


la que permite o impide algo.

Pero como justamente nuestra imaginación está hecha de tal manera, que
no creemos realmente en el cumplimiento de nuestros deseos,
inconscientemente trabajamos muy intensamente contra la realización de
cosas aparentemente grandes.
Los “milagros” más pequeños, por el contrario, podrían tal vez ocurrir
bajo ciertas circunstancias, según el lema: “Una gallina ciega también
encuentra a veces un grano”.
Pero después del primer “milagro” más pequeño, tal vez uno encuentre el
valor para otro milagro pequeño más, que después tal vez ya no sea más un
milagro, sino algo así como la entrega exitosa de nuestro deseo. El cuarto y
quinto milagro llegan a ser cada vez más una confirmación. Nuestra razón
se da cuenta que al parecer ahí hay algo más, que no puede explicar. Ésta se
adapta y construye un nuevo concepto. Y repentinamente comienza a
aceptar el nuevo mundo, porque desear con éxito es algo que le parece
obvio a la razón: Ella envía y recibe. Con el tiempo se siente también como
creadora.
Y de repente creemos en la mayor ley física:

La energía sigue a la atención.

Si eso es verdad, se dice la razón, entonces también se podrían intentar


los deseos mayores. Naturalmente. Primero, sin embargo, es importante
convencer realmente a nuestra razón. Y la manera más fácil para que eso
ocurra, es empezando con los deseos más sencillos. Lo único a lo que
tenemos que poner atención es a perseverar. Imperturbablemente.
Comenzamos por eso con una pequeña fase de prueba. Lo que
necesitamos es justamente una experiencia de éxito, para que se le
demuestre a nuestra razón: “Mira, funciona”.

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Desear con Exito

Lo que necesitamos es algo concreto, para que podamos deshacernos de


nuestras arraigadas convicciones – de que no funciona.

La práctica hace al maestro


Además, nosotros somos principiantes en el arte de desear con éxito
conscientemente. Considerémonos como aprendices. A un aprendiz de
orfebre, por ejemplo, no se le encomienda como primera tarea la
fabricación de un valioso collar de brillantes. Él sabe que esa es su meta. Al
final de su tiempo oficial, él también se puede manejar con los materiales
valiosos, que requieren una experiencia adecuada.
Esa es también nuestra meta, queremos que desear, tanto cosas grandes
como pequeñas, nos resulte fácil y que obtengamos el resultado deseado.
Por eso practiquemos de preferencia primero con los deseos pequeños y
juntemos así nuestras experiencias. Y juntar experiencias significa también:
Cometer errores y aprender de éstos. Tal como me fue con el deseo del
papel en el cine. Practiquemos entonces en las cosas con las que veamos
rápidamente un resultado.

La reserva de estacionamiento
¿Cómo sería, por ejemplo, con el famoso estacionamiento que no existe,
porque siempre otros nos lo arrebatan ante nosotros? Eso tendría dos
ventajas.

Ventaja I
Los estacionamientos son el ejercicio más fácil, porque en su carácter de
juego no son tan peligrosos ni serios para nosotros y para la fe que tenemos
hasta ahora. Si nos podemos conseguir un estacionamiento por medio de
desear con éxito, eso todavía no haría tambalear nuestra forma de pensar.
Eso es tan importante, porque de lo contrario nuestra razón, como
“pensador jefe” lo consideraría como el mayor peligro para ella y trabajaría
en contra.
Pero un estacionamiento es más bien una diversión, un juego. En caso
de que eso realmente resultara, todavía no demostraría nada.

Ventaja II
Un estacionamiento tampoco es en realidad suficientemente importante,
como para que pudiéramos creer: “No nos corresponde”. Con cosas mayores
es muy diferente.

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Desear con Exito

Con cosas que realmente son importantes para nosotros, dudamos mucho
más y creemos esencialmente más rápido que no ocurrirán, porque
secretamente estamos convencidos de que algo tan maravilloso no nos
corresponde. “Para eso no soy suficientemente hermoso, hábil, rico o
inteligente”.
Pero conseguir un estacionamiento tiene carácter de juego, para no
tomarlo realmente en serio. Y exactamente eso queremos aprovechar.
¿Cómo se hace?

Mi pedido de estacionamiento
Al abandonar la casa envío una pequeña petición. Como compañero de
conversación tomo simplemente al ángel del estacionamiento. También
podría decir naturalmente “querido cosmos” o “querido universo” o
“querida energía del deseo”.
Cómo se lo llame es en el fondo lo mismo. Lo principal es que funciona.
En todo caso yo prefiero los ángeles. Los siento más personales y más
cercanos. Sea cual sea el compañero de conversación que se elija, es
importante: no burlarse, no dudar y no considerar una estupidez desear
con éxito. Queremos un estacionamiento y esa es nuestra fase de prueba.
En una fase de prueba también se pueden hacer cosas inusuales.
“Pues bien, querido ángel del estacionamiento. Tengo un estacionamiento
en la calle… Éste ya está ahora destinado para mí. Yo lo obtengo, y
justamente cuando llegue allí”.
Pero no se debe formular su deseo demasiado poco antes del
cumplimiento, porque también el universo necesita un cierto tiempo
preliminar. Por lo tanto, lo mejor es pronunciar el deseo ya al salir de la
casa.
¡¡Y!! ¡¡Funciona!!
Hoy queremos creer en eso. Hoy probamos nuestra fuerza de
pensamiento y vemos cuán fácil puede ser la vida. En el viaje hacia allí no
debemos pensar más en eso que lo que es necesario. Lo mejor es no pensar
en absoluto.
Porque cuando todavía no se tiene práctica en desear con éxito, se
instalan más bien dudas, que la certeza de que todo trabaja para uno para
mejor.
En todo caso, el hecho es que cuando lleguemos a nuestro destino con
nuestro auto, ocurrirá el milagro. O hay ya un estacionamiento libre
justamente allí donde lo necesitamos, o alguien se va en ese momento.

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Desear con Exito

Desde que Michaela y yo deseamos con éxito, ya no tenemos problemas


con buscar estacionamiento. ¡Desde hace décadas ya no más! Entretanto
emitimos la petición incluso casi de paso, porque sabemos que la
comunicación está y que nuestro deseo llega.
A veces incluso ocurre que no veo el estacionamiento y pregunto “allí
arriba” o pido una señal. También eso funciona. O uno toca la bocina o
alguien se comporta de manera tan llamativa que mi vista se dirige hacia
allí.
Pero no siempre anda todo perfecto. A veces también olvidamos desear y
luego tenemos siempre que reírnos mucho, porque todo está lleno con
autos estacionados. Entonces siempre le pregunto a Michaela: “¿Has
encargado tal vez demasiado tarde?” Su respuesta es también siempre igual.
“Yo pensaba que tú ya habías ordenado uno hacía rato”.
En ese momento, de repente se nos aclara mucho nuevamente la
diferencia entre desear con éxito o tener que luchar uno mismo por todo.

Trabajar con el universo


es esencialmente más sencillo
que esforzarse uno solo al máximo.

Por lo tanto, utilicemos la fuerza que está siempre a disposición de todos


nosotros. Aunque se trate de algo tan simple como un estacionamiento.
Michaela y yo nos alivianamos la vida cotidiana con esos deseos más
pequeños desde hace tanto tiempo, que eso ya nos parece completamente
obvio. Solamente con esos “milagros” más pequeños podríamos llenar un
libro completo.

En búsqueda de plantas
Así por ejemplo, hace algunos años queríamos tener plantas para nuestro
acogedor hogar. Naturalmente debían ser grandes. Lo mejor era que
llegaran hasta el techo. Fuimos a diferentes negocios de plantas y viveros
de árboles.
Pero rápidamente tuvimos en claro que lo que nosotros queríamos
sobrepasaba nuestras posibilidades económicas. Las palmeras grandes y
otras plantas costaban una fortuna. Ni hablar de maceteros hermosos.
Entonces solamente nos quedó una cosa: Desear, agradecer y confiar.
Ya una semana después sonó el teléfono. Un amigo nos preguntó si
teníamos ganas de acompañarlo.

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Desear con Exito

Una firma grande iba a vender sus muebles por quiebra. Nosotros no
queríamos muebles de oficina en realidad, pero nuestro amigo muy bien
podía necesitar nuestra ayuda.
Cuando entramos al edificio de las oficinas se nos aclaró todo.
Gigantescas cubetas hermosas con enormes plantas nos sonreían. Y como
nadie las quería, las obtuvimos del síndico de quiebra casi regaladas.
Arrendamos un camión de carga y las llevamos el mismo día a la casa. Las
plantas eran realmente tan grandes, que primero tuvimos que hacer lugar
en la casa.
Elija varios de aquellos deseos pequeños. Sea exitoso con éstos.
Convénzase usted y convenza a su razón, obtenga confianza. Con eso puede
dedicarse también tranquilamente a deseos mayores.
Solamente tiene que hacerlo. Aunque al principio tal vez le parezca
absurdo. Por lo demás, solamente su razón lo encuentra absurdo. Pero su
razón no está justamente a cargo de “milagros”.

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Desear con Exito

Regla 2
Formular correctamente

El principio “Yo soy”


El mayor error que se comete una y otra y otra vez al desear, es que ya a
través de la formulación se envía un mensaje totalmente diferente al que se
tenía la intención de enviar. Aunque uno tenga muy buena intención, no se
acerca a su propósito. Al contrario. La mayoría de las veces uno formula
sus deseos incluso de manera que se consolida la situación desdichada en la
que se encuentra.
Si se desea, por ejemplo, mucho dinero, es completamente erróneo
formular la orden “Yo quiero ser rico”. Lo que se obtiene entonces es la
condición de “Yo-quiero-ser-rico”. Esa condición ya la conocemos. Es la
condición de “querer algo” y “no tenerlo”. De ese modo reforzamos
entonces nuestra carencia.

No cree la condición de querer-algo,


sino de ser-algo.

Por eso, la formulación adecuada es: “Estoy preparado para la riqueza en


mi vida”. O: “Yo soy rico y feliz”. O: “El dinero que está designado para mí
ya existe y está encontrando el mejor camino para entrar en mi vida”.

Nuestra frase es: “Yo soy rico”. Y no: “Yo quiero ser rico”.

Si queremos una relación feliz de pareja, no tenemos que desear: “Quiero


tener la pareja apropiada en mi vida”, o “Quiero encontrar la pareja
adecuada”. De ese modo, todo queda como antes. El universo entiende que
queremos algo y nos envía la condición de querer. El universo no conoce
ninguna diferencia entre presente y futuro. Se entrega aquello que
pensamos y sentimos. Para nuestra formulación de deseo eso significa:

Siempre deseamos en la forma presente,


nunca en la forma futuro.

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Desear con Exito

“Quiero ser feliz”, nos trae por desgracia justamente eso: el querer.
Nosotros seguiremos queriendo eso. El universo entiende que nuestro deseo
es querer algo. “Yo soy feliz”, nos trae la situación que realmente deseamos.
“Estoy abierto y dispuesto para permitir el amor”, abre las puertas. La
búsqueda tiene un término. “Yo sé que la pareja adecuada ya existe y ahora
entra en mi vida”, me trae la persona deseada a mi vida.

Hacer como si ya
Si deseamos un armario para la pieza de estar, entonces lo mejor es sacar
de inmediato el armario antiguo y regalarlo o hacer que se lo lleven.
Partimos de la base que el deseo ya se está procesando. Ya hemos
“comprado” el armario. El nuevo armario ya existe entonces y sólo es cosa
de tiempo para que esté en nuestra sala de estar.
“Hacer como si ya”, obliga a reaccionar al universo. Mientras más claro
exista ya nuestro deseo en nuestra imaginación, más rápidamente el
universo tiene que equilibrar el extraño desequilibrio entre fuerza de
pensamiento y realidad.

Aquello que deseamos


ya lo tenemos

De ese modo, la presión de nuestro deseo aumenta enormemente. La


energía enviada es tan fuerte, que el encargo está bien arriba en el montón
de papeles de nuestro “funcionario”. Independiente de si se trata de un
armario, de dinero o de nuestra nueva pareja.
Mientras hacemos como si ya fuéramos ricos o como si ya tuviéramos la
pareja deseada, más rápidamente se realiza lo deseado, porque enviamos en
forma permanente una energía increíblemente fuerte. Atraemos
verdaderamente el suceso a nuestra vida.
Eso no significa que si queremos ser ricos, debamos ya antes gastar
mucho dinero y sobregirar nuestra cuenta. Significa más bien, ya sentirnos
como ricos. La riqueza ya es parte de nuestra vida.
Podemos reforzar nuestros deseos, al hacer como si ya se hubieran
cumplido. ¿Por qué esa condición de “hacer como si ya” es tan importante?
Porque con eso nos ocupamos una y otra vez de lo que viene de manera
positiva y ya nos preparamos confiados para eso. Es decir, nos ponemos en
la vibración apropiada.

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Desear con Exito

Además, disminuyen nuestras dudas, reforzamos nuestra confianza y


sentimos en forma puramente emocional, cuán hermoso será ese esa
condición para nosotros. Al mismo tiempo le damos poco espacio a la
razón para buscar argumentos en contra. Cada vez que ésta nos quiera
convencer de lo imposible que es en realidad nuestro proyecto, nosotros ya
poseemos como contrapeso la experiencia de la satisfacción y de la vitalidad
que se está manifestando en nuestra vida a través de lo que viene: “Así se
siente eso cuando está presente”. Las emociones son cada vez más fuertes y
más intensas que los argumentos de la razón.
Por medio de “tantear el terreno” emocionalmente, nos reforzamos en
nuestro deseo y no empezamos tan fácilmente a vacilar.
Pero ante todo transformamos nuestra consciencia de carencia en una
consciencia de bienestar. Aquello que deseamos lo tenemos, porque nos
corresponde por naturaleza. Nosotros no seguimos creando pobreza
emocional o económica, sino que tomamos cada suceso o cada encuentro
como algo verdadero que nos acerca a nuestro deseo.

“No” y “ninguno” –
o el asunto del miedo

Hay que tener cuidado con los deseos que van acompañados de una
porción propia de miedo en el fondo. El miedo es como un imán
gigantesco.

Los miedos atraen justamente los sucesos


que queremos impedir.

Los pensamientos poseídos por el miedo están muy cargados


emocionalmente. Tienen, por consiguiente, una energía
extraordinariamente fuerte. Además, nosotros nos ocupamos en forma
especialmente considerable de las cosas que tememos. Nos imaginamos
permanentemente los peores escenarios con todos los detalles posibles y los
hacemos pasar una y otra vez por nuestra mente.
Aunque les tenemos miedo, pensamos más en esas cosas que en las cosas
agradables de la vida. Incluso cuando nos va bien y todo transcurre muy
bien, no nos damos cuenta de lo maravilloso que hay en nuestra vida, sino
que nos sumergimos en una sofocante energía de miedo.

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Desear con Exito

Pero la energía sigue siempre a la atención. Eso significa que siempre


atraemos los sucesos de los que nos preocupamos.
Pero exactamente eso es lo que no queremos, porque en estricto sentido
queremos justamente evitar lo terrible.

Todo lo que tratamos de evitar


lo atraemos a nuestra vida.

Si deseamos de un modo temeroso, en verdad queremos evitar algo. Da


lo mismo cuán positivo tratemos de expresarlo – en realidad la mayoría de
las veces se esconde detrás de eso la idea de “Yo no quiero que…”, o “No
deseo ningún…”
Pero el universo no conoce las palabras “no” y “ninguno”. No sabe qué
hacer con la negación. Tampoco con el intento de querer evitar algo, es
decir, de no hacer algo.
Un deseo así se realiza casi siempre en forma completamente contraria a
nuestro verdadero deseo. El universo simplemente saca justamente las
palabras “ninguno” y “no” del formulario de pedidos y los cumple como si
deseáramos exactamente eso.
“Yo no quiero estar enfermo” significa como energía de deseo: “Yo
quiero estar enfermo”. ¿Por qué eso es así?
Nosotros no podemos no dejar producirse algo. Siempre podemos
solamente crear algo y no no crear algo. Solamente el hecho de pensar en
no crear, crea lo no deseado. No solamente porque el universo simplemente
anula la palabra “no” por no conocerla - ¿cómo se puede también no llegar a
ser algo? -, sino también porque detrás de ese deseo está el miedo a una
enfermedad esencialmente mayor que el deseo de estar sano.
Por consiguiente, querer evitar algo no se puede. Pero podemos hacer
que se produzca lo contrario de eso. Tenemos entonces que dedicarnos al
equivalente positivo. La orden que se entiende allá “arriba” tendría en
realidad que ser: “Yo estoy sano”. Esa orden es simple y clara. Con ese
deseo nos ocupamos justamente de nuestra salud y no de enfermedad.
Pero bien francamente. ¿Cuántos de esos deseos negativos pensamos y
pronunciamos cada día? “No quiero llegar a estar cesante. No quiero morir.
No quiero tener ningún accidente. No quiero que me abandonen. No quiero
ser pobre”.

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Desear con Exito

Sin embargo, de ese modo nos ocupamos en realidad solamente con los
aspectos negativos y enviamos esa energía. Lo que llega allá “arriba” de
acuerdo con eso, ya lo sabemos.
Eso, deseado correctamente, tendría que ser: “Tengo trabajo”. Soy feliz
en mi relación. Tengo todo lo que necesito”.
Tal vez comprenda ahora el uno o el otro, por qué algunos deseos han
sido entregados tan erróneamente. En realidad no fueron efectuados en
absoluto erróneamente. La entrega fue incluso muy inmediata y exacta.
Solamente el formulario de deseos fue llenado equivocadamente.

Anote por escrito el deseo


De ese modo el deseo se refuerza. Éste abandona nuestro cuerpo por
primera vez físicamente. Ya con eso gana fuerza. De pronto lo pensamos en
serio. Abandonamos el espacio de las especulaciones y sueños, en el que
todavía no creemos tan de verdad en esto.

Si escribimos nuestro deseo,


lo manifestamos

Desde ahora él está en la materia. Es nuestra firme voluntad.


Inquebrantable, claro e inequívoco.
Especialmente cuando se es principiante en desear, se debería retener su
deseo por escrito. Después, cuando ya se tiene una rutina y una fe firme y
se pueden mirar hacia atrás suficientes éxitos, se puede ocasionalmente
prescindir de la escritura. Después se puede también encargar sin más ni
más o lanzar una breve mirada hacia arriba o lo que a uno se le ocurra.
Pero la desventaja es que si solamente deseamos de paso, alguna vez ya
no sabremos todo lo que hemos deseado y tarde o temprano perderemos la
visión global. Además, no solamente deseamos siempre algo de paso, sino
que permanentemente dejamos también de desear algo, o modificamos el
deseo. Muchas veces no lo habíamos pensado así en absoluto, sólo
estábamos por un momento entusiasmados con eso y enseguida deseamos
otra vez algo diferente. Al universo le da lo mismo. Aquello que es deseado,
es entregado, aunque tal vez ya no nos sirva en absoluto. Y de pronto
estamos en un revoltijo de deseos enviados y ya no tenemos ninguna visión
global sobre nuestra vida. Ocurren entonces innumerables cosas diferentes
y contradictorias alrededor de nosotros y en todo el caos ya no nos damos
cuenta de que somos los creadores de todas las cosas.

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Desear con Exito

Se agregan también todos nuestros deseos inconscientes, que no


queremos tener en realidad.
Y estamos nuevamente allí donde ya no quisiéramos estar. Ocurren cosas
y nosotros no tenemos idea quién ha encargado todo eso.
Nuestros primeros deseos deberíamos entonces realizarlos mejor
totalmente conscientes. Y darles, con la anotación por escrito, una clara
orientación e importancia.
Por lo menos para el comienzo, recomiendo también crearse un pequeño
ritual.
Mi deseo me es tan valioso,
que vale la pena que me dedique a él.

Por eso deja que el momento se convierta en un momento especial.


Tómate el tiempo y la tranquilidad En este momento configuras tu vida.
Tal vez puedes poner bonita música, encender algunas velas o bien
permanecer en absoluto silencio. Lo importante en eso es que te relajes.
Cuando estamos relajados, la vida se ve mucho más agradable y nuestro
deseo se forma de manera esencialmente más positiva. Y los pensamientos
positivos son un catalizador para nuestra energía de deseo. Más adelante
hablaremos detalladamente de por qué eso es así.
Cuando hayas formulado tu deseo en forma totalmente clara para ti,
anótalo por escrito, con la profunda certeza de que se cumplirá.
Dobla el papel y colócalo en un lugar especial. Debe ser un lugar bonito,
porque ese lugar nos indica cuán importante y “sagrado” es nuestro deseo
para nosotros. Puede ser un lugar secreto y no visible para ojos extraños. Lo
importante es solamente que sabemos de la fuerza del deseo enviado, y eso
se refuerza, entre otras cosas, por medio de un lugar especial para nuestro
pequeño papel.

El hecho de anotar en una hoja de papel o en una tarjeta o en un diario,


tiene, además, otras ventajas. Es al mismo tiempo una argumentación
fabulosa para nuestra razón.
Porque ya después de poco tiempo, la mayoría de las veces ya no
sabemos muy exactamente lo que hemos escrito.
Por cierto conocemos todavía el sentido aproximado de nuestro deseo,
pero las palabras se tergiversan en nuestro recuerdo con el correr del
tiempo. No es de asombrarse, ya que cada día vienen hacia nosotros
numerosas influencias nuevas.

19
Desear con Exito

Nosotros cambiamos, nuestros pensamientos cambian, y con eso también


nuestro recuerdo, que la mayoría de las veces nos simula una mezcla de
verdad, cosas pensadas y cosas esperadas que no se pueden separar.
Si el deseo es entonces entregado y se puede volver a leer el pedido
original, se experimenta casi siempre una maravillosa sorpresa. Lleno de
asombro se constatará cuán exactamente se ha cumplido el deseo,
efectivamente de acuerdo con nuestro encargo escrito.
Sin la anotación por escrito del deseo, con seguridad se estará muchas
veces ante problemas sin solución. En todo caso, así me ha ocurrido a mí.
Aunque mi deseo había sido expuesto con toda exactitud, al principio no
sabía que hacer con él, porque no lo había anotado por escrito y
naturalmente dentro de mi alegría había olvidado la redacción exacta de mi
deseo.

El paquete de regalo llegó, pero no se puede abrir


Hace más o menos diez años, después de nuestra última película de cine
“Y este es recién el comienzo”, estábamos casi en quiebra. Habíamos
invertido todo nuestro dinero en nuestra propia firma productora. Aunque
la película tuvo una acogida asombrosamente buena, no produjo suficiente
dinero. Además, Michaela y yo habíamos trabajado renunciando a una gran
parte de nuestros sueldos, en favor de la película.
Después que se agotaron todas las posibilidades financieras, tuvimos
finalmente que cerrar nuestra firma y no sabíamos exactamente cómo sería
nuestro futuro económico. Eso también se puede expresar en forma un poco
más drástica: Habíamos perdido todo y estábamos ante un riguroso nuevo
comienzo. La situación era más que tensa. De mi actividad como autor
todavía no podíamos vivir, y cuando también nuestros últimos ahorros se
acabaron más rápidamente que lo que habíamos pensado, se extendió
lentamente el pánico en mí y le comuniqué a Michaela todas mis
preocupaciones. Le pinté los peores escenarios y en mi temerosa
desesperanza yo era completamente convincente. Por lo menos así me
parecía. Le dejé en claro en forma inequívoca que, o comenzábamos de
inmediato nuevamente con las actuaciones, o debíamos dejar la casa
costosa.
Lo mejor sería que nos instaláramos lo antes posible en un departamento
chico. Sólo así tendríamos la oportunidad de mantener todos los gastos
dentro de un marco soportable, hasta que tal vez ganara la primera
cantidad de dinero con la escritura.

20
Desear con Exito

Michaela sólo sonrió. Y cuando Michaela sonríe, no se le puede negar


nada. Por lo menos yo no. Cuando Michaela sonríe, sonríe su alma y se sabe
que todo estará bien. Al mismo tiempo yo tenía en claro que ninguna de
mis proposiciones sería aceptada.
La única solución que era aceptable para ella era entregarle al universo
un deseo con garantía de éxito. Michaela hacía eso desde que tenía once
años de edad y lo maravilloso en ella es que hay sólo pocas cosas que
podrían asustarla. Por que por fin ella tiene un importante aliado en su vida
– sí, naturalmente aparte de mí – el universo.
Cuando Michaela y yo nos encontramos por primera vez, se encontraron
dos “deseadores” activos. Y cada vez que uno de nosotros está “abajo”, el
otro lo levanta nuevamente y nos recordamos mutuamente que en realidad
no necesitamos hacer otra cosa que emplear nuestra fuerza de deseo.
Esa tarde era Michaela la que sonriente proponía la única solución
realmente práctica. Sólo teníamos simplemente que desear con éxito.

Cuando ya no se puede hacer nada más,


desear se puede siempre.

Naturalmente. ¿Cómo pude olvidar eso? Solamente a través de la


seguridad que irradiaba Michaela, encontré el camino de vuelta hacia mi
antigua confianza.
Si escribir es verdaderamente mi “asunto” y en el futuro debía seguir
escribiendo, el universo tenía que encargarse por la seguridad económica.
Entonces era obvio que mi encargo sería recibido y de inmediato entregado.
En ese entonces todavía pensaba que necesitaba una especie de
autorización así para mis deseos.
¿Cuándo dinero necesitaba? ¿Cuánto tiempo tendríamos que vivir de
eso? ¿Cuánto sería una hermosa suma? ¿Cuánto dinero habíamos perdido a
través de la firma? ¿Cuánto dinero había dejado de recibir, por medio de
renunciar a la mayor parte de mi sueldo como director y autor? Nosotros
debíamos poder vivir con ese dinero por lo menos un año sin
preocupaciones y debía ser más o menos igual a la cantidad a la que yo
había renunciado por nuestra película.
Pronto llegué a una suma aproximada a los 80.000 marcos. Pero una
cantidad realmente hermosa sería 77.777 marcos. Finalmente el deseo
estaba claro.

21
Desear con Exito

Agradecí de inmediato el cumplimiento del deseo, pues estaba seguro que


llegaría el dinero y no quise pensar más en eso, para no caer así en la
tentación de dudar. Mi deseo debía mantener su fuerza y energía.
Algunas semanas después fuimos invitados los dos en Düsseldorf a la
gala de Unesco, para vender allí boletos para un sorteo con un buen
propósito.
Como cada vez, también nos compramos nosotros mismos algunos. Pero
esa tarde no ganó ninguno de nuestros números. Ni siquiera un libro o un
secador de pelo o un simple CD. Todos los números premiados ya habían
salido y habían sido repartidos a los felices ganadores, aparte de uno: el
premio principal, un flamante auto Jaguar nuevo.
De pronto, en el mismo segundo, cuando la enorme rueda con los
números comenzó a girar por última vez, supe que ese era el momento en
que se materializaba mi deseo. Ese era el gran momento. En ese instante yo
estaba consciente del universo y todos sus regalos. Yo sabía que en ese
momento se cumplía mi deseo. Yo estaba conectado, yo era uno y
balbuceaba: “Oh, mi Dios, ahora sucede”, y Michaela me miraba
desconcertada.
Y sin embargo, aunque yo lo “presentía”, estaba igual de perplejo que
Michaela, cuando Kai Pflaume, el moderador de la tarde, anunció mi
número. Kai estaba tan sorprendido de verme sobre el escenario, que de
inmediato revisó mi boleto varias veces. Pero no había duda, yo había
ganado el premio principal de la tarde, un auto Jaguar de un valor de
111.000 marcos. Ahora surgía la pregunta, qué precio podríamos obtener
por el auto, porque que no queríamos quedarnos con él, lo teníamos en
claro Michaela y yo. El ingreso era por fin para asegurar que yo siguiera
escribiendo. Una prestigiosa empresa automovilística se hizo cargo de la
venta y fijo el precio en 104.000 marcos. Pasó una semana, una segunda y
todavía otra. El auto no se vendía. Había suficientes clientes, pero todos
pasaban de largo por nuestro auto y compraban el mismo modelo, pero por
el precio total. Después de tres semanas bajamos el precio a 99.000 marcos.
A la empresa no le pareció bien. Temían perjudicar ellos mismos sus
precios. Pero finalmente cedieron a mi presión. Pasó una semana, una
segunda, y el auto no se vendía. Después de mucho luchar, se bajó
nuevamente el precio a 88.000 marcos. En vano. El auto seguía sin venderse.
Nadie lo comprendía. El auto era una ganga, no faltaba clientela, pero nadie
quería tener ese auto, que entretanto estaba directamente en la entrada.
Tampoco por 85.000 marcos.

22
Desear con Exito

Michaela y yo ya no comprendíamos el mundo. El dinero deseado estaba


prácticamente ante nuestros ojos, pero parecía no haber ninguna forma de
cómo podía llegar a nosotros.
Con seguridad la solución tenía que ser simple. Al fin y al cabo hasta
ahora siempre habíamos deseado con éxito. El hecho de ganar el auto era
una prueba suficiente. Pese a eso no comprendíamos qué había andado mal.
Entonces nos sentamos bien tranquilamente y preguntamos hacia dentro.
De pronto nos dimos cuenta de las verdaderas circunstancias. No lo
comprendíamos. Pero la razón rara vez lo puede ayudar a uno con una
entrega exitosa. La mayoría de las veces es la intuición la que le indica el
camino correcto. La respuesta era tan lógica como obvia. Yo había pedido
que se me compensara la suma de nuestra película a la que había
renunciado y nosotros debíamos vivir un año con eso.
La cantidad que yo había pedido era aproximadamente de 80.000
marcos. ¿O no? Pero entonces – naturalmente – me pude acordar. A mí me
había gustado la repetición del número divino 7. Eso significa que la
cantidad exacta que yo había deseado era de 77.777 marcos.
Agitado llamé por teléfono a la empresa automovilística, pero allí no se
mostraron en absoluto entusiasmados. Se negaban a entregar el auto a un
precio tan bajo. Recién después de una larga discusión, aceptaron de mala
gana. Pasó una semana, una segunda, el auto no se vendía. Yo ya no
comprendía el mundo. Ahora todo estaba correcto. ¿Por qué mi pedido no
era entregado?
Llamé de nuevo por teléfono. ¿Se había ofrecido el auto realmente a
77.777 marcos? Después de largos rodeos, me confesaron que yo recibiría
de ellos por cierto los 77.777 marcos, pero que ellos también querían ganar
un poco, y habían ofrecido el auto en 82.000 marcos. Tan sólo una vez que
insistí en forma vehemente que se le colocara al auto el precio acordado,
aceptaron. Tal vez solamente por deshacerse por fin de mí.
No habían pasado dos horas cuando sonó el teléfono. Habían vendido el
auto de inmediato a ese precio. En medio de la alegría, comencé también a
enojarme un poco. ¿Por qué yo, idiota, no había deseado 88.888 o 99.999 – o
el dinero para dos años? Entonces habría recibido mucho más por el Jaguar.
¿Pero habría recibido en realidad más de 77.777? Con ese dinero nos
arreglamos los dos excelentemente bien. Probablemente era exactamente la
cantidad adecuada que me correspondía. ¿O simplemente el pedido fue
hecho con toda exactitud?
¿O fue solamente una sucesión de casualidades?

23
Desear con Exito

Pero lo más asombroso en toda esa historia es lo siguiente. ¡Menos de un


año antes, mi maravillosa Michaela también había ganado un auto! Un
pequeño Toyota rojo, que todavía tenemos actualmente.
¿Cómo ocurrió eso? Pues bien, Michaela dijo que algunas semanas antes
le había indicado al universo que deseaba ese auto. Pero sobre ese
maravilloso premio relataré más adelante en forma detallada.
Volvamos al Jaguar: Si en ese entonces hubiera anotado mi deseo por
escrito, me habría ahorrado algunos quebraderos de cabeza y algunas
semanas de espera. Cuando el deseo se cumplió, yo sabía sólo vagamente lo
que en realidad había deseado exactamente.
Lo que por cierto también ocurre bastante a menudo, es que ciertas partes
de la entrega no nos gustan o ya no nos gustan. Tal vez tampoco las
habíamos pensado jamás así. Entonces la mayoría de las veces estamos
firmemente convencidos de que el pedido fue hecho en forma errónea. Pero
lo escrito verifica la formulación original del deseo y nos indica cuán
exactamente ha trabajado el cosmos y cuán inexactamente hemos
formulado.
Justamente por medio de la anotación por escrito del deseo, se aprende,
dentro de poco tiempo, a manejarse con la diferencia entre lo deseado y lo
efectivamente entregado. Ya por medio del trabajo comparativo,
rápidamente uno habrá precisado su deseo de tal manera, que la vida se
organiza maravillosamente. Con la formulación adecuada, desear con éxito
es bastante sencillo.
En todo caso, por medio de anotar por escrito nuestro deseo, tenemos una
prueba de que nuestra pequeña fábrica de deseos funciona y que no es
ninguna fantasía. Dentro de poco tiempo tendremos finalmente muchos de
esos pequeños papelitos y nuestras dudas iniciales se convertirán por fin de
asombro creyente en conocimiento convencido.

Nada es tan exitoso como el mismo éxito,


porque atrae más éxito hacia él.

Cuando comencé nuevamente a desear, coleccioné muchos de esos


papelitos. Necesitaba muchas de aquellas pruebas, porque al fin y al cabo
yo venía de un colegio científico. Como se sabe, allí se forman
principalmente escépticos realistas. Yo necesitaba, por lo tanto, un cierto
tiempo para reeducar mi mente y convencerla de la efectividad del hecho de
desear.

24
Desear con Exito

Pero finalmente las notas también fueron suficientemente convincentes


para mi razón. Ésta comprendió que eso funcionaba y ahora seguía
trabajando en la dirección deseada.
Me gusta por cierto trabajar con notas. En mi cuarto de trabajo, dos
tableros para clavar notas cubren el largo de la pared, y de esa manera el
“caos creativo” se puede abarcar con la vista. Pero esa “papelería” no es
asunto de cualquiera y muchos me han contado que prefieren escribir sus
deseos en un libro diario extra para deseos o en libro diario normal, con
otro color.
Eso tiene efectivamente varias ventajas:
Por un lado, se puede comprender después cómo se ha desarrollado la
formulación del deseo, desde el primer impreciso: “Yo quiero
muchísimo…”, hasta la versión definitiva. La próxima vez es posible
ahorrarse muchos de los pasos intermedios.
Otra ventaja es que en todo momento se tienen para consultar, los deseos
y el modo en que se cumplieron. Incluso años después. De eso no sólo se
puede aprender para formulaciones futuras. También se tiene una prueba
irrefutable en blanco y negro para la razón, cuando ésta dude nuevamente
y quiera atribuirlo todo a la “casualidad”. Además, con eso siempre se
encuentra nuevamente suficiente motivación para desear con éxito algo
otra vez. No siempre se piensa justamente en esa posibilidad, sobre todo
cuando uno nuevamente tiene el agua hasta el cuello.
¡Y al fin y al cabo simplemente entretiene anotar por escrito sus
experiencias de éxito!

Formular claro, corto y preciso


Mientras más preciso se es con la formulación del deseo, más
exactamente se efectúa el pedido. Mientras más vaga y difusamente se
procede, más posibilidades existen de obtener algo diferente a lo que uno se
ha imaginado en realidad.
Si se desea, por ejemplo, un armario para su sala de estar, hay que
describir qué aspecto debe tener el armario y dónde debe encajar. Qué
color, cuál madera, qué tamaño e igualmente qué objetos deben caber en él.
Si uno no es verdaderamente preciso, hay simplemente mucha distancia
entre lo pensado y lo entregado y tal vez uno reciba algún armario que ni
siquiera se puede usar.
Sin importar cuántos puntos tenía nuestro pedido, y cuán detalladamente
lo hemos anotado, todos los puntos son entregados correctamente.

25
Desear con Exito

Pese a eso, a veces con la entrega nos llama la atención de que había
otros puntos que hemos olvidado y que ahora nos molestan mucho. Por eso
no es en absoluto tan importante elaborar un catálogo con mil puntos,
porque habrá otros cien mil puntos que no se nos han ocurrido y que
entonces son entregados como más bien no los hubiéramos deseado.

Trate de expresarlo
en dos o tres frases.

Eso suena como contradicción, pero no lo es. Porque mientras más


preciso y corto hay que ser, más se está forzado a llegar hasta la verdadera
esencia de su deseo. Si uno puede expresarlo con dos frases, sabe más
exactamente lo que realmente desea.
Cuando un autor debe presentar su idea a los productores, siempre se
pide expresar la idea en una frase. Porque si uno no logra transmitir su
historia con pocas palabras, menos lo logra con muchas.
Por eso los autores trabajan muchas veces durante mucho tiempo en
expresar la idea principal de la historia lo más brevemente posible. Algo
muy similar les ocurre a los redactores de textos publicitarios, que a veces
deben usar sólo dos o tres palabras. No obstante, en esas pocas palabras
tiene que estar contenida con exactitud la esencia total.
Por lo tanto, mientras más corto se formula, más preciso es el deseo.
Mientras más palabras se usan, más vago y difuso es el pedido, y por
consiguiente también la entrega. Una formulación de deseo más corta y
exacta es esencialmente más poderosa que un escrito de dos páginas.
Cuán poderosas pueden ser pocas palabras, lo he podido experimentar
con suficiente frecuencia.

Deseado sin querer y, sin embargo, exitosamente


Con 22 años yo ya era muy conocido a través de la televisión. Pero no en
el teatro. La televisión y el teatro no eran compatibles en ese tiempo. En el
mundo del teatro los actores de televisión eran despreciados y se los
consideraba como actores de segunda categoría.
Que una estrella de televisión como yo pudiera obtener alguna vez un
buen papel en un teatro famoso, se consideraba como extremadamente
poco probable.
Pero un día vi en el Teatro Residencial la función “Hamlet”, con Michael
Degen.

26
Desear con Exito

Esa presentación me dejó impresionado y quería a toda costa trabajar


también en ese teatro. Una pretensión imposible. Ni siquiera obtuve una
cita con el director Kurt Meisel o con el dramaturgo de aquel entonces. Eso
me molestó tanto, que escribí toda mi frustración en una hoja grande de
papel. Furiosamente decía ahí con grandes letras: “¡Yo actúo en ese teatro!
¡Todavía en este año! ¡Y yo mismo me elijo el papel!”
Y para que todos pudieran ver mi sublevación, coloqué ese papel en mi
pared. Corto, preciso y certero. Y yo estaba convencido de que eso
ocurriría.
Tres meses después me llamaron por teléfono del Teatro Residencial.
Ellos querían que fuera. ¿Qué había ocurrido? Michael Degen estaba
produciendo Fausto 1 y Fausto 2 y no quería ocupar los papeles con actores
del mismo teatro, sino con personas nuevas, frescas, no gastadas, con
actores como yo. Entonces fui a hacerle una demostración. Primero el papel
de director de teatro de Fausto 1.
Michael Degen me envió a la casa y después de tres días me hizo hacer
el papel de alumno. Y después me preguntó de hecho, cuál papel me gustaba
más y cuál quería representar.
Pedí un tiempo para pensarlo y le pregunté a mi padre. Él me recomendó
representar al alumno, un papel clásico que en Fausto 2 sería muy
importante.
Y así ocurrió que todavía en el mismo año actué en el Teatro Residencial
en München, en un papel que yo mismo había elegido.
Todavía en la misma semana estaba sentado con el director Kurt Meisel,
quien me ofreció un contrato de tres años. Pero yo no quería
comprometerme por tanto tiempo con un teatro fijo. Yo había visto a todos
los colegas, que recién en la cartelera se enteraban, cuál papel tenían que
representar posteriormente. Para eso simplemente yo pensaba demasiado
libremente.
Sin saberlo, ya entonces había deseado en forma muy exacta y precisa y
lo había manifestado con una nota en mi pared. Para mí no había ninguna
duda de que así tenía que ocurrir.

27
Desear con Exito

Regla 3
Agradecer – el generador para
desear con éxito
Una vez que hemos anotado nuestro deseo en un papel, terminamos el
pedido con un agradecimiento. ¡Eso es muy importante! Agradecer contiene
tantos aspectos positivos para nuestro desear con éxito, que aquí sólo los
puedo mencionar de pasada.

Incrementar lo bueno
Con el agradecimiento comenzamos a considerar en nuestra vida las
cosas que andan bien. Dirigimos nuestra atención a los maravillosos
sucesos que nos ocurren cada día. Les entregamos atención y
reconocimiento. Con eso ya reconocemos que increíblemente mucho en
nuestra vida ya está completamente en orden. Tomamos consciencia de
cuánto hemos aceptado hasta ahora como algo obvio y de cuánta atención
le hemos prestado a lo poco que tal vez todavía no esté en orden.
Si escribimos espontáneamente una pequeña lista en la que estén todas
las cosas que andan bien en nuestra vida, nos asombraremos de cuántas hay
en esa lista. Muchas veces es justamente así, que de diez cosas ocho
funcionan maravillosamente, pero nosotros siempre nos fijamos en los
pocos puntos negativos. Naturalmente la carencia obtendrá importancia
entonces y todo lo maravilloso se perderá cada vez más. Si siempre sólo
observamos justamente lo que no nos agrada, alguna vez dejará de
agradarnos la vida completa.

La permanente mirada a nuestra carencia


nos bloquea la vista hacia nuestra riqueza

Tal vez simplemente miremos básicamente demasiado lo negativo. O


vivimos demasiado intensamente comparándonos con otros. Porque la
mayoría de las veces es solamente la comparación la que nos hace ser
infelices. Extrañamente siempre observamos en otros justamente sólo las
cosas positivas y con eso caemos en sentimientos de inferioridad, porque no
podemos tener todo eso tal como ellos.
El pequeño ejercicio siguiente con la lista, nos ayuda bastante bien a
observarnos alguna vez a nosotros mismos desde afuera.

28
Desear con Exito

Elige un momento tranquilo y siéntate relajado. Concéntrate en ti mismo.


Obsérvate con una sonrisa. Y acuérdate de todos los momentos hermosos en
tu vida. Cuánto ya has logrado. Todo lo que ya has logrado. A cuántas
personas ya has ayudado. Quién ya ha sido feliz a través de ti. Obsérvate
nuevamente en esos maravillosos momentos de tu vida. Obsérvalos sin
melancolía. De todo eso has sido capaz hasta ahora. Esa es tu fuerza, tu
talento y tu capacidad. De eso también serás capaz una y otra vez en el
futuro. Todo eso lo puedes lograr reiteradamente.
Y ahora obsérvate en tu entorno. Observa a tu familia, a tus amigos, a tus
parientes. Tú eres importante para ellos. Porque significas algo en su vida.
Tu amor hacia ellos es tu riqueza. Tú eres un apoyo y un ejemplo para
ellos. Por medio de la fuerza de tus palabras, por medio de cada una de tus
acciones, también cambias su vida. A través de ti ellos logran muchas cosas
que sin ti quizá no las hubieran logrado. Sin tu aliento, tu protección y tu
amor. Muchas veces incluso fue tal vez solamente tu pura presencia.
Siente tu agradecimiento por las posibilidades que la vida te ha ofrecido
hasta ahora de mostrar grandeza.
Y ahora concéntrate en los momentos en que tus amigos y conocidos y tu
familia te han ayudado hasta ahora. ¿Cuántas personas piensan bien sobre
ti? ¿Cuántos te quieren, aunque no siempre puedan demostrarlo? ¿Cuánta
fuerza y satisfacción te dan ellos una y otra vez? ¿Cuán a menudo luchan
ellos contigo por la verdad, porque tú les eres importante?
Y ahora obsérvate en tu entorno directo. Qué maravillosamente lo has
logrado hasta ahora, pese a las condiciones a veces difíciles. Echa un vistazo
mentalmente. Todo eso los has creado de la nada. Eres creador de tu propio
mundo. Obsérvate lleno de bondad y calor. La vida también te da
abundantemente. Siente cuán maravilloso es todo eso. Siente tu
agradecimiento.
Y ahora abre tus ojos y comienza a escribir todas las cosas maravillosas
en tu pequeña lista. Estarás asombrado de cuánto ya marcha
maravillosamente en tu vida.

Y con eso ponemos en movimiento un ciclo de otro tipo. En vez de


cavilar siempre sobre nuestros problemas, reconocemos lo bueno que ya
existe en nuestra vida. Mientras más a menudo hacemos el ejercicio, más
claramente nos damos cuenta de las cosas de nuestra vida que trabajan para
nosotros. Nos damos cuenta que la vida ya fluye en muchas áreas.

29
Desear con Exito

Por medio de agradecer


se multiplica lo maravilloso.

A lo que uno dirige su atención, le suministra energía. Por medio del


agradecimiento se multiplican todas las cosas buenas que ya hay en nuestra
vida, porque se les suministra más energía. La vida se hace cada vez más
maravillosa, porque uno adapta su consciencia a las cosas buenas de su
vida. El agradecimiento llena el corazón. El agradecimiento lo convierte a
uno en una fuente pura de energía. Mientras más clara y pura sea la
energía, con mayor rapidez y precisión pueden actuar todos nuestros
deseos.

Traer al presente
Pero la idea básica del agradecimiento no es solamente unirse con el
universo y con el flujo de la vida, sino también trasladar al presente el
suceso deseado.
En el momento en que agradecemos, el deseo es escuchado y ya se
manifiesta. Porque agradecer traslada el deseo al presente.
Eso es comparable con el amén al final de una oración. Amén, traducido,
significa: ¡Realmente, ciertamente! Así es ahora.
Las energías de la oración y del deseo son muy parecidas. En ambos
casos llamamos a un orden superior y pedimos una solución. Las dos las
sellamos o las terminamos con el amén o con el agradecimiento.

Fortalecer la fe
El agradecimiento elimina también todas las dudas y preocupaciones. Se
cree en la realización. Se está seguro. Tal como en la vida cotidiana, uno
agradece solamente por las cosas que ya están confirmadas. “Gracias
porque haces eso por mí”.
Se agradece entonces solamente por aquello que se está absolutamente
seguro de que se realiza. Con el agradecimiento confirmamos nuestra
petición. El deseo está sellado. Es como la firma en un documento. Ahora
ya no hay más espacio para dudas. Eso funciona también en las situaciones
más desesperadas, como las que experimentamos una y otra vez Michaela y
yo. Tal como ya he mencionado, Michaela y yo nos ganamos dos autos
dentro de un año. Del asombroso premio del Jaguar ya he relatado. Y menos
de doce meses antes, había sucedido un “milagro” muy similar.

30
Desear con Exito

El deseo de tener un auto


Michaela tuvo un accidente con uno de los dos autos que teníamos y
vendimos ese viejo cacharro que había quedado gravemente abollado. En
ese tiempo yo tenía que viajar todos los días de Bonn a Köln para la
preparación de nuestra película “Y ese es recién el comienzo”. Es decir,
necesitábamos urgente un segundo auto para Michaela. ¿Pero de dónde
sacar? Simplemente desear. En vez de enojarnos por el accidente, le dimos
la bienvenida al cambio en nuestra vida y estábamos dispuestos a permitir
un nuevo auto. ¿Cómo? Eso ya no debía ser nuestro problema.
Algunas semanas después, cuando ya habíamos olvidado el deseo hacía
tiempo, estábamos invitados a una gala en Köln, donde compramos
formalmente números de rifa para un beneficio, pero el sorteo se hizo
esperar eternamente. Al final ya estábamos cansados, le entregamos los
números a una pareja de amigos y nos fuimos a casa.
A la mañana siguiente el amigo nos despertó. Pasaría de inmediato por
nuestra casa, uno de nuestros números había ganado, pero solamente algo
pequeño, pero él quería entregarnos personalmente nuestro pequeño
premio.
Estábamos grabando en nuestra cocina. Allí habíamos construido una
pequeña cámara y Clelia Sarto hablaba para un papel en nuestra nueva
película, cuando apareció el mencionado amigo. El regalo que él mantenía
en alto era realmente pequeño. Era una llave. Una llave de auto. El auto al
cual pertenecía esa llave estaba en el salón de los estudios MCM listo para
retirarlo. El número de sorteo de Michaela había sido efectivamente sacado
en la noche como ganador principal. ¡Y todo eso sin que la prensa hubiera
sabido algo! – Era casi fantasmal, porque el deseo más secreto de Michaela
era, que incluso si alguna vez ganara algo grande, nadie debía saberlo. A
ella no le gusta cuando tales cosas se divulgan.
La situación era realmente casi grotesca. Cuando entramos al salón, los
operarios ya estaban desmontando la gala. Y en medio de todo el
movimiento estaba nuestro auto solitario, abandonado, olvidado y, sin
embargo, todavía a la vista de todos. Nadie se preocupó de nosotros cuando
fuimos hacia el auto. No se hicieron preguntas, cada uno estaba ocupado
consigo mismo.
Sacamos la llave, entraba bien. Con el corazón palpitando hicimos
funcionar el auto. El motor ronroneaba en forma sobresaliente. Michaela no
podía entender en absoluto su suerte. Metimos todos los globos de
felicitaciones en el auto y salimos inadvertidos del salón, pasando por el

31
Desear con Exito

lado de los operarios y de las maquinarias de construcción, en medio del


mayor tumulto. Michaela se sentía profundamente agradecida y aceptada
por el universo.
Algunos días después nos enviaron los documentos. A propósito, todavía
andamos en ese auto e incluso es el único que tenemos actualmente.
Nuestro deseo se había cumplido nuevamente entonces del modo más
maravilloso. Estábamos felices. ¿Quién no lo estaría naturalmente? Pero en
rigor, simplemente sólo había sucedido lo que habíamos deseado y atraído a
nuestra vida al desearlo. Increíble, pero, sin embargo, tan simple.

Simplemente entregar los problemas


El agradecimiento ofrece, además, otra ventaja. El agradecimiento
confirma que finalmente uno ha entregado la búsqueda de la solución de
sus problemas.
Lo maravilloso de desear con éxito es que podemos simplemente
entregarles a “otros” nuestras preocupaciones y problemas y confirmar eso
con el agradecimiento.
“Querido cosmos, queridos ángeles, querido Dios o quienquiera que esté
encargado de eso, encárguense por favor de eso y háganme saber si puedo
hacer algo. Pero yo espero señales claras. Porque ahora yo hago lo que
ustedes más prefieran. Dejo que me vaya bien. Les agradezco por su ayuda”.
Desde ese mismo momento no necesitamos más dedicarnos a eso.
Porque de lo contrario eso significaría que dudo de aquellos a los que les
he encomendado el asunto. Cuando hemos realmente entregado nuestros
problemas, sabemos que se están encargando de ellos y podemos disfrutar el
día nuevamente de buen humor.

Entregar los problemas en vez de hacerlos girar

Eso es exactamente lo que yo hago desde hace años con mis


preocupaciones. Simplemente los entrego. Ya no cavilo más, no hablo más
permanentemente conmigo mismo o mentalmente con otras personas, ya no
pienso variantes y alternativas, no hago girar problemas de un lado para
otro, no trato de forzar una solución de acuerdo con la razón. Simplemente
entrego. Y tan sólo cuando recibo un impulso para entrar en acción, lo
hago. Y de hecho eso es la mayoría de las veces lo correcto.
El “entregar los problemas” he tenido primero que aprenderlo por cierto.

32
Desear con Exito

Cuando fui abandonado de la noche a la mañana


Hace muchos, muchos años, yo había sido hundido en la más profunda
desesperación en forma totalmente sorpresiva. Mi pareja de aquel entonces,
con la cual había convivido cinco años, había conocido a otro hombre. Ella
quería estar junto a él. Pasaba sus días y sus noches con él y yo me
encontraba en la más profunda desdicha. No comía nada y no podía dormir
bien de puro mal de amores. Eso me destrozó el corazón. Lloraba, rabiaba,
me desesperaba.
Además, la prensa informaba ampliamente del feliz nuevo romance de
ellos dos y me consideraba como perdedor, como la innecesaria quinta
rueda, como fracasado, que solamente estorbaría el nuevo amor. Herido
profundamente en mi interior, expuesto a la opinión pública, alcancé el
punto más bajo.
Entonces, después de una semana, me llegó un libro a las manos, en el
cual, entre otras cosas, aparecía esta oración:

Señor, dame la serenidad


para aceptar cosas
que no puedo cambiar,
y el valor para cambiar
lo que puedo cambiar.
Y la sabiduría
para diferenciar lo uno de lo otro.

Leí eso más bien de pasada. ¿Qué podría ayudarme una oración en mi
situación?
A la mañana siguiente, después de diez días de la más profunda
desesperación, pronuncié de nuevo esa oración mentalmente. En mi
agotamiento ya no había nada más que retener, nada más por qué luchar.
Mi pareja quería vivir con ese otro hombre, ya no había nada que cambiar.
Me di por vencido. Estaba derrotado. Me entregué por completo.
Entonces las palabras dichas en forma distraída comenzaron
repentinamente a desarrollar una vida propia. Yo estaba animado. Como si
alguien hubiera encendido una luz, yo estaba satisfecho, inundado de la
más profunda confianza. En mi casa comencé a bailar, a cantar, a cocinarme
algo; en mi más profunda desdicha yo estaba feliz. La experiencia de
felicidad era tan enorme, que repetidamente se me asomaban lágrimas en
los ojos.

33
Desear con Exito

Ese estado duró casi un año. Invadido de profunda felicidad, yo


experimentaba el mundo de un modo completamente nuevo. Lleno de esa
sensación de ser llevado, de la conexión con el universo, o con Dios, o con
mi Yo superior, o como se le quiera llamar, yo estaba completamente feliz.
Todo era irrelevante y fundamental al mismo tiempo.
Mi pareja regresó a mí. Ella sentía la fuerza que salía de mí. Pero yo ya
no encontré el amor anterior hacia ella. Sentía deber de protección y
respeto, aprendí a perdonar y a reconocer errores propios. Pero ante todo
aprendí a permitir que el amor viniera hacia mí y a dejarlo fluir dentro de
mí en cada acción. La prensa me ofreció informar detalladamente sobre mi
visión de las cosas, me ofrecieron desagravio, pero de pronto eso ya no era
importante. Yo estaba feliz y satisfecho. No, la opinión pública ya no me
era importante. Quien quisiera ver la verdad, la vería. Mi razón habría
dicho seguramente algo diferente, pero yo le pregunté a mis sentimientos, a
mi intuición y desde ese día eso me ha resultado muy bien.
Tan sólo mucho después estuve consciente de qué había causado mi
sensación de felicidad: Yo simplemente había entregado mis
preocupaciones. Todo el peso había salido de mí. Desde ese momento pude
organizar mi vida libremente y con naturalidad. Podía disfrutar mi vida. No
había nada que tenía que forzar. Se cuidaba de mí.
¿Para qué preocuparse por algo que no se puede cambiar? No tiene
sentido y es un derroche de energía.
Yo podía utilizar toda mi energía para la creación de lo hermoso en mi
vida.
A través de esa experiencia me enteré que la mayoría de los problemas
extrañamente sólo lo son en nuestra mente. Porque casi siempre lo que
primero he sentido como negativo, después ha resultado ser por mi bien.
Da lo mismo si ha sido el tranvía que se me ha ido, el guión rechazado o
el rechazo de mi pareja. Detrás siempre ha esperado algo superior y me ha
guiado hacia un nuevo “milagro” fantástico.

Todo sucede por mi bien

Esa es la profunda certeza que tengo desde ese entonces. Todo lo


desagradable, “negativo”, es solamente una corrección, que me lleva de
vuelta a mi camino hacia la felicidad. Por medio del drama del amor quedé
nuevamente libre para otra pareja, y de ese modo conocí a Michaela. La
mayor felicidad en mi vida.

34
Desear con Exito

Regla 4
Convencer a la razón
De nuestra infancia hemos aprendido la manera más rápida de que se nos
cumplan nuestros deseos: mendigar, lloriquear y gritar todo el tiempo
necesario hasta que por fin recibamos el chupete.
Pero con desear funciona justamente al revés: No mendigamos, no
indicamos lo que nos falta ni lo desdichados que somos por eso –
totalmente al contrario:

Nosotros sabemos
que recibimos lo que deseamos,
que eso nos corresponde y
que siempre está a disposición.

Eso significa para la mayoría de nosotros, cambiar primero su modo de


pensar: ¿Cómo es eso de que todo está siempre a disposición? ¿Por qué
funciona en realidad desear?
Hasta ahora he usado la idea del universo como una enorme empresa de
venta por correspondencia, pero ahora dediquémonos un poco a los
aspectos físicos de fondo, para que también nuestra razón esté convencida
de que nuestros deseos efectivamente se cumplen.
No hay que preocuparse, no es difícil, solamente tiene suspenso. La
mayoría de eso ya lo hemos escuchado en clase de física, aunque tal vez
eso era un tema aburrido que no tenía ninguna relación con nuestra vida.
Ahora los hechos adquieren una nueva vida. Conectados unos con otros,
producen una imagen completamente nueva de la realidad. Solamente
tenga valor y aventúrese en ese viaje al mundo más allá de lo visible. Para
nuestra razón ese viaje es indispensable, para que desear con éxito se haga
“comprensible” para ella y apoye nuestros esfuerzos en el futuro.

Un poco de física
Todo es energía. No existe otra cosa que energía. También la materia es
pura energía. También nosotros los seres humanos estamos formados
exclusivamente de energía. Igualmente los pensamientos, los sentimientos,
las emociones, sucesos y situaciones, son solamente diferentes
manifestaciones de energía.

35
Desear con Exito

¿De qué consta entonces la materia? De partes diminutas que se llaman


átomos. Los objetos se diferencian básicamente sólo por el tipo de átomos
de que están compuestos y por la forma en que éstos están ordenados. Toda
la materia de este mundo está compuesta solamente de esos átomos. Los
átomos se unen con otros átomos, contraen cohesiones mayores o vuelven a
separarse.
Los átomos se pueden dividir en partículas subatómicas todavía más
pequeñas, básicamente en protones, neutrones y electrones. De un modo
simplificado, podemos imaginarnos eso así: Entre los protones y neutrones
que forman el núcleo del átomo, y los electrones que giran en órbitas
alrededor de éstos, hay mucho espacio vacío. Inimaginable pero cierto: Si el
núcleo de un átomo fuera del tamaño de una arveja, la cubierta de
electrones estaría a 170 metros de distancia. Entonces la mayor parte de lo
que “vemos” es sólo vacío. Sin embargo, lo percibimos como materia.
Solamente lo percibimos así, en realidad no es así.

Nada es como lo vemos.

Nosotros solamente captamos las diferentes vibraciones y procesamos las


informaciones en nuestro cerebro, formando la idea de algo concreto. Las
“traducimos”. Después que casi todas las personas las traducen de un modo
muy similar, por lo menos suponemos eso, también “vemos” y “sentimos”
las cosas de un modo muy similar.
Los colores, por ejemplo, en realidad no existen en absoluto tal como los
percibimos. Llegan vibraciones a nuestros ojos, ahí son transformadas en
impulsos eléctricos y nuestro cerebro produce lo que “vemos”. Las
diferentes frecuencias de colores producen incluso emociones en nosotros,
hacen vibrar algo en nosotros. Por eso sentimos algunos colores como fríos
o cálidos, aunque el material mismo siempre tiene igual temperatura.
Todo se compone entonces de átomos, éstos a su vez de partículas
subatómicas y éstas son a su vez una enorme acumulación de energía.
Tan sólo una vez que comprendamos que cada objeto de esta Tierra, cada
persona y cada situación solamente son energía en diferentes formas,
podremos darnos cuenta de qué manera podemos influir sobre la materia.
En 1933 los físicos Marie y Pierre Curie observaron cómo se puede
originar materia de la “nada”. Descubrieron científicamente que la energía
se puede transformar en masa.

36
Desear con Exito

Aquí entra en juego ahora un elemento muy importante para nuestro


desear con éxito: la energía se puede dirigir, y justamente por medio de la
fuerza del pensamiento. Nuestros pensamientos son algo así como una
pistola láser que puede dirigir la energía sobre un punto. La luz de una
ampolleta y la de un láser se diferencian esencialmente en que una es
difusa, los protones se mueven en todas direcciones, y la otra es dirigida.
Exactamente así, nuestra fuerza de pensamiento dirige la energía que existe
siempre y en todas partes, de manera que ésta se condensa en una forma
determinada.
• Nada es como lo vemos.
• La materia es energía, se origina por medio de energía y es mantenida
en su estado por medio de energía.
• Si no hay energía, no hay materia.
• La energía se puede dirigir.
• Cada pensamiento es pura energía y actúa a su vez sobre la energía.

Si la energía produce materia y los pensamientos son pura energía,


permanentemente se originan, alrededor de nosotros, cosas que nosotros
materializamos.
Porque al fin y al cabo nosotros pensamos permanentemente. Para dirigir
concretamente nuestros deseos a nuestra vida, solamente tenemos que
hacer las siguientes cosas:
• Utilizar la fuerza de los pensamientos.
• Desarrollar la capacidad de hacer repercutir lo que deseamos.

Para eso hacemos uso de dos leyes.

1. La ley de la conservación de energía


Existe una ley física fundamental, según la cual se forma toda nuestra
vida. Ésta dice, tal como ya hemos escuchado, que cada forma manifestada
se compone de energía y se puede convertir en otra forma. Pero también
dice que la energía jamás se pierde, sino solamente se puede transformar.
Puede cambiar, se puede transformar, pero jamás desvanecerse en el aire.
El filósofo naturalista Demócrito (460-371 a.C.) descubrió que en realidad
nada de este mundo puede desaparecer, sino siempre sólo transformarse.
Sobre esa teoría se basa nuestra física actual.

37
Desear con Exito

¿Pero qué significa eso para nuestro desear con éxito?


Tal como la materia se puede convertir en otras formas o en energía
invisible para nosotros, también una energía, que primero ha sido invisible,
se puede convertir en materia. Y nosotros podemos influir sobre esa
conversión de las formas.
Siempre es solamente la energía la que crea nuevas formas. La energía es
dirigida y mantenida por medio de la consciencia.

Lo que pensamos se materializa.

Eso también puede ser lo aparentemente imposible. Como ganar dos


autos dentro de un año, encontrar el gran amor de su vida, el trabajo
adecuado, la casa ideal o también solamente una lavadora usada.
Porque cada deseo es energía. Éste es enviado y quiere concretarse, es
decir, transformarse en materia. Mientras más intensos son los
pensamientos que se envían, más poderosa es la energía. Mientras más
fuertemente estén cargados emocionalmente, más fuerza de empuje
adquieren.
Desgraciadamente en lo negativo también es así. También los
pensamientos negativos quieren consolidarse. A la energía le da lo mismo lo
que nosotros pensemos. No hace diferencia entre bueno y malo, no conoce
moral y tampoco evalúa. A la energía le da lo mismo en lo que se
transforme. Simplemente sólo cambia de forma. Al hacerlo, obedece a la ley
fundamental:

La energía sigue siempre a la atención.

Si somos desdichados, enviamos muy a menudo pensamientos negativos


al cosmos.
“Soy tan desdichado”. “Me va tan mal”. “Nadie me quiere”. “Soy para
compadecerse”. “”Todo es irremediable”. – Todas esas son órdenes
energéticas para el universo. Nuestra desgracia se reforzará.
Pero el mismo principio puede trabajar para nosotros. – La energía
mental es enviada y se condensa. Se juntan diferentes energías, personas las
cogen al vuelo, las consideran ideas propias, experimentan y trabajan en eso
y de pronto está ante la puerta la pareja deseada, el suceso esperado o el
objeto largamente anhelado. Todo es solamente una forma de energía.

38
Desear con Exito

En rigor existe en nuestro mundo un surtido increíble de todo. Es sólo


cuestión de distribución. Hay de todo. Para todos. También para nosotros.
Es sólo cuestión de oferta y demanda. Depende de lo que demandemos
energéticamente, se distribuye o se construye de manera que entre en
nuestra vida. Si vivimos en un mundo de carencia, nosotros hemos
encargado justamente esa carencia. Lo que recibimos es la experiencia de
carencia, mientras que nuestro vecino tal vez nada en riqueza, porque
simplemente sólo ha pedido riqueza en su vida.
Una vez que hayamos comprendido que hay de todo y que nuestra
realidad solamente se orienta por lo que pedimos, nuestra vida se
desarrollará de un modo completamente diferente. Porque la energía puede
adoptar cualquier forma.

Todo existe en abundancia,


pero sólo se distribuye según la demanda.

Desear no es otra cosa que una gigantesca bolsa energética de cambios.


Buscado – encontrado. Entregamos energía, recibimos energía. Nosotros
construimos nuestro mundo según nuestro mundo imaginario. Formamos,
condensamos, impedimos o destruimos. La energía está siempre presente y
podemos formarla a voluntad o atraerla de acuerdo con nuestros deseos.
Aquí entra ahora en juego la ley de resonancia.

2. La ley de resonancia
Ésta dice que lo igual siempre atrae a lo igual. Lo diferente, en cambio, se
repele. Lo igual se refuerza incluso por medio de lo igual. Repercute.
Conocemos eso del piano. Si se toca una cuerda, las cuerdas afinadas
iguales comienzan también a vibrar, mientras que las otras cuerdas, que
están afinadas en otra frecuencia, permanecen completamente inalteradas.
Nuestros pensamientos también son energías que vibran en una
frecuencia determinada. Por lo tanto, pensemos lo que pensemos, ponemos
en movimiento lo que vibra en la misma frecuencia.
Eso naturalmente también funciona al revés. Todo lo que allá afuera en el
mundo vibra igual que nuestros pensamientos, también nos pone a nosotros
en movimiento. Nuestros pensamientos son como imanes invisibles, que
atraen todo lo que se les parece. ¿Por qué reciben aún más justamente
aquellos que más tienen? Porque ellos piensan así. Porque en su mundo
imaginario no existe otra cosa. Porque viven en la vibración de la riqueza.

39
Desear con Exito

El éxito atrae al éxito,


la desgracia atrae cada vez más desgracia.

Cuando estamos enamorados, adicionalmente a nuestra felicidad


amorosa, también funciona mejor todo lo demás. Naturalmente, porque
observamos el mundo con ojos positivos. Pensamientos positivos crean un
mundo positivo. Todo parece entonces resultarnos bien. Nuestras frases son
entonces: “Soy tan feliz”. “El mundo entero está a mis pies”. “Todo va bien”.
Y efectivamente el mundo está realmente a nuestros pies, porque el
cosmos también toma esas frases y las procesa.
Sin embargo, en el momento en que cambiamos nuestra opinión y ya no
nos sentimos llevados por el amor, observamos el mundo de un modo más
crítico y nuestras frases de deseos son entonces muy diferentes: “Él no me
quiere”. “Ella con seguridad me engaña”. “A mí no se me puede amar en
absoluto”. “No soy hermoso”. “Me siento chico y feo”. “Todo el mundo está
en mi contra”.
Y de acuerdo con el cambio de nuestras frases de deseos, dentro de poco
tiempo cambiará por completo la experiencia. Uno recibe la confirmación
de sus pensamientos, sin saber que uno mismo es el verdadero causante. Si
nos observamos una vez durante un día, podemos constatar cuántas de
aquellas frases de mandato pronunciamos interiormente casi en forma
permanente.
La vibración es vibración y repercute con nuestros pensamientos y
opiniones. Eso rige naturalmente para todas las áreas. Sean positivas o
negativas.
Si algo vibra completamente diferente a nosotros, no lo percibiremos en
absoluto. Pero eso no significa que para otras personas tampoco exista o que
en general no exista.

Además, un poco de biología


“Yo creo solamente lo que realmente veo”, “Energía, vibración – eso
tienes primero que mostrármelo”; esas y otras frases parecidas escuchamos
una y otra vez de parte de los “realistas” empedernidos. Lo chistoso de eso
es que ellos, además, están orgullosos de eso. Por qué eso es un chiste y qué
podemos explicarle a nuestra propia razón, si ésta ocasionalmente nos
confunde con tales dichos, lo sabrá usted con esta excursión en la biología.
Es un hecho que nosotros podemos percibir con nuestros órganos de los
sentidos sólo la más mínima parte de la realidad que nos rodea.

40
Desear con Exito

• Con nuestros ojos podemos ver solamente el 8% del espectro de luz existente.

Nosotros no podemos darnos cuenta de la realidad.

Eso significa que el 92% de la realidad se cierra ante nuestros ojos. Y con
los otros órganos de los sentidos es todavía peor.
Aunque sabemos que existe ese 92%, hacemos como si no existiera en
absoluto. Y eso solamente porque no podemos percibirlo. Confiamos más en
nuestra percepción que en la verdadera realidad.
Mantengámonos en que nuestra percepción de la realidad no es en
absoluto real. Hay una historia al respecto que lo ilustra muy bien. Unos
ciegos tocan un elefante. Aquel que toca una pierna dice: “Un elefante es
redondo y duro”, otro toca la trompa y opina: “Un elefante es delgado y
vuela permanentemente de un lado para otro”. Exactamente así nos
formamos una idea: Lo poco que percibimos, lo completamos formando
una idea propia y luego estamos convencidos de que esa es la realidad.
¿Y según qué criterio formamos la idea?
¡De acuerdo a lo que ya conocemos!
¿Qué ocurre entonces con las cosas que por lo menos, gracias a nuestros
sentidos, podríamos reconocer? ¿Cómo nos manejamos con el “escaso” ocho
por ciento que podemos percibir? ¿Lo captamos realmente por completo?

Lo que no “percibimos”
no existe para nosotros

Aunque es solamente un ocho por ciento de la realidad, se trata, pese a


eso, de millones de diferentes influencias por día. Tonos, ruidos, imágenes,
pensamientos, conversaciones, música, ruido, reaccionamos al peligro, a las
emociones, al ajetreo y a la rapidez, contestamos cartas, llamadas
telefónicas, E-Mails, tomamos decisiones para nosotros y para otros, leemos
libros, revistas, revistas técnicas, somos bombardeados con propaganda,
experimentamos desilusiones y rechazos e interactuamos con otras
personas.
Hay que procesar diariamente informaciones tras informaciones. De un
mínimo de éstas podemos ocuparnos realmente, porque ocuparse de algo
significa tomarse tiempo para eso. Pero justamente es el tiempo lo que
solamente tenemos limitado.

41
Desear con Exito

Por ese motivo, la razón no quiere y no puede procesar todo; eso


simplemente haría estallar su capacidad.
Por eso ella simplemente se desconecta para muchas cosas.
Principalmente son cosas que ya conoce y con las cuales está familiarizada.
¿Por qué debería alarmarse por cada auto que se acerca? La mayoría de lo
que conocemos es suprimido entonces de manera completamente obvia e
inconsciente, para que tengamos suficiente tiempo para las cosas que nos
son importantes.
Si uno, por ejemplo, está parado en un paradero de buses, con seguridad
no podrá decir después cuántos autos han pasado. Simplemente no era
suficientemente importante como para ocuparse de eso. Igualmente no es
importante, cuáles personas y cuándo subieron o bajaron a un bus o cuántos
transeúntes atravesaron la calle con la última luz verde del semáforo.
Tal vez hayamos enfocado nuestra percepción al periódico o
mentalmente estábamos todavía con nuestra pareja o ya en la futura
reunión en la oficina.

Nosotros siempre captamos conscientemente sólo


una pequeña parte del mundo perceptible.

Y justamente aquella parte que consideramos importante y apropiada


para nosotros. Inconscientemente captamos aproximadamente 11.000
impresiones por segundo y las almacenamos en nuestro cerebro, sin que
sepamos algo de eso. En forma consciente percibimos solamente nueve
impresiones por segundo. Eso significa que nuestro subconsciente almacena
innumerables cosas de las cuales no sabemos nada en absoluto. En forma
consciente percibimos solamente una milésima de las cosas que fluyen
hacia nosotros.

• Del ocho por ciento de todas las cosas, percibimos conscientemente


otra vez sólo una milésima y consideramos eso como la verdad
universal.

La realidad que experimentamos es entonces extremadamente pequeña


en relación con la realidad total que nos rodea. No podemos percibir el
mundo en toda su magnitud. Cada día decidimos una milésima parte
consciente y predominantemente en forma inconsciente, hacia dónde
dirigimos nuestra atención. Todo lo demás no existe para nosotros.

42
Desear con Exito

Si hemos suprimido ciertas cosas de nuestras vidas por un tiempo


suficiente, ni siquiera creemos que para otros puedan existir.
¡Pero esa no es la verdad! Ese es solamente el intento de la razón de
formar una imagen de tres piedrecitas de mosaico. Las otras mil piedrecitas
de mosaico que están alrededor no las percibe, no entran en la imagen. De
ese modo se confirma ella misma que su percepción es correcta y nos
simula que no existe nada más que lo que experimentamos.

“No tengo ni la más mínima molécula de confianza


que habrá otro viaje en aeronave
que no sea con un globo”.
(Lord Kelvin, físico)

¿Pero qué hacer si queremos tener una imagen con más facetas, si
deseamos vivir en una realidad más colorida que nos ofrezca más
posibilidades? ¿Si queremos invitar a otra realidad a nuestra vida?
Lo primero es tomar consciencia de que efectivamente existe más de lo
que hasta ahora hemos percibido. La razón acepta nuevas cosas
desconocidas en capas más profundas, tan sólo una vez que por lo menos
las haya escuchado o leído tres veces. Por eso es bueno e importante para la
razón leer este capítulo a menudo. Le ayuda a desprenderse de sus
arraigados patrones de pensamiento.
Lo segundo es dirigir nuestra atención a las áreas deseadas. Tenemos
entonces que hacer vibrar otros pensamientos, para que en nuestra vida
ocurra algo diferente y nuevo.

Elevar la frecuencia de vibración


Eso es como cambiar una emisora en la radio. Giramos un poco en
nuestra propia frecuencia, con la que dejamos entrar cosas.
¿Pero cómo hacemos eso?
Podemos, por ejemplo, elevar nuestra vibración, al pensar en cosas
hermosas o al entonar nombres sagrados. Ya el hecho de cantar la palabra
sagrada OM o la repetición de frases positivas de afirmación, eleva nuestra
vibración mental en áreas que hasta el momento no conocíamos, y con eso
deja entrar en nuestra vida cosas que en el plano del mundo físico externo
son aparentemente inalcanzables.
Los pensamientos positivos tienen también una vibración más alta que
los negativos.

43
Desear con Exito

Enviar deseos positivos es en todo caso igualmente un giro en la emisora.


Se llega a estar más despierto para las cosas que hasta el momento no
existían en nuestra vida, pero que igualmente revolotean ahí “afuera”
ofreciéndose.
Mientras uno no se haya metido en la frecuencia deseada, no las puede
percibir. No las puede ni oír ni tocar. Si uno quiere desear con éxito, tiene
que meterse en lo nuevo, de lo contrario no lo puede percibir.
El hecho es que cuando retenemos algo por un tiempo suficientemente
largo en nuestra consciencia, eso es forzado a materializarse en el mundo
exterior. Pero desgraciadamente nuestra consciencia no es la única instancia
que envía energía regularmente. Tenemos una parte mucho más insistente
en nosotros, que igualmente pronuncia deseos permanentemente.
Y por eso nos ocuparemos ahora de la siguiente pregunta:

¿Qué es exactamente lo que uno retiene


constante y repetidamente en su subconsciente?

¿Con qué filtra uno inconscientemente sus deseos? ¿Existe un


boicoteador interno?

Creencias
Cuando los deseos no se cumplen, casi siempre existe un segundo deseo
que es más fuerte que el primero. Ese segundo deseo, con seguridad trabaja
entonces contra el primero. Y por cierto en forma más permanente y con
una convicción esencialmente mayor.
¿Qué ocurre entonces la mayoría de las veces que deseamos algo? Si uno
observa con más exactitud su procedimiento para desear, se da cuenta que
se dedica a su deseo tal vez diez minutos al día. Uno lo refuerza, tal vez
también se lo imagina, lo visualiza y pasa entonces nuevamente a la vida
cotidiana.
Pero las 23 horas y 50 minutos restantes uno cree que eso de todos
modos no funciona, que todo es una tontería y que en realidad a uno de
todas maneras no le corresponde el cumplimiento del deseo. Uno es un
perdedor. La suerte la tienen siempre los demás.
¿Cuál deseo tiene tal vez más fuerza? ¿Cuál deseo es tal vez más
perdurable y poderoso?

44
Desear con Exito

A menudo los pensamientos en la consciencia y las convicciones en el


subconsciente son muy diferentes o incluso opuestos. Incluso cuando el
deseo se hace perceptible, no sabemos que hacer con el regalo, la
oportunidad pasa sin ser aprovechada.
Entonces ocurre que uno desea algo intensamente, pero interiormente no
está en absoluto dispuesto a aceptarlo. El anhelo va en una determinada
dirección, pero en verdad no somos en absoluto capaces de desempeñar
realmente el nuevo papel.
En todo caso, a mí me ha ocurrido así.

Años de adelanto a mi desarrollo


Ya hace 20 años yo tenía el profundo deseo de escribir. ¿Pero qué? ¿A
quién le interesaría lo que yo tenía que comunicar? Yo no sabía
exactamente sobre qué debía escribir y tampoco para quién. Pero tenía el
deseo. Claro y rotundo. Quería que apareciera un libro mío. Pronunciaba el
deseo, agradecía y confiaba.
Algunas semanas después yo estaba tarde en la noche en el bar de una
discoteca en Berlín. Inesperadamente un hombre se dio vuelta hacia mí y
me habló. “Usted escribirá. Y para mí”. Yo no entendía lo que quería ese
hombre de mí y sólo me reí simplemente. Pero él permaneció
completamente imperturbable. “Escribirá algo que solamente usted puede
escribir. Y yo lo editaré”.
Me pasó su tarjeta. Era efectivamente editor. Y de una de las casas
editoras más grandes. “Usted ni siquiera sabe si yo puedo escribir”,
contesté. “O si quiero escribir siquiera”.
¿Le habría hablado de lo contrario?, me preguntó sonriendo. “Usted
escribirá algo, y por cierto algo que irá muy profundo. Cuando ya esté listo,
llámeme por teléfono”.
Yo estaba conmocionado. Mi deseo se había cumplido. Sin haber escrito
ni una línea, ya tenía un editor.
Pero yo todavía no estaba en absoluto preparado para eso. De puro miedo
de no poder ser capaz, naturalmente no lo llamaba por teléfono. No escribía
ni una sola línea.
En vez de eso tenía enormes conflictos con mi pareja. Ella estalló en
lágrimas porque yo por fin había encontrado mi destino y ella no. Por
muchas semanas me acosó con su envidia y sus celos y yo caí en mi
sensación de inferioridad. No se podía esperar que yo fuera capaz de
escribir.

45
Desear con Exito

El cumplimiento de mi deseo solamente me había traído disgustos. En vez


de aprovechar la oportunidad, me escondía ahí donde tenía éxito: en el
escenario y decía los textos de otros autores. Al mismo tiempo tenía la
deprimente sensación de no haber aprovechado la oportunidad en el
momento preciso. Me sentía como un fracasado.
Y todo solamente porque había deseado algo que todavía ni siquiera
podía efectuar.
Mi deseo se había cumplido, pero yo no podía aprovechar la oportunidad,
porque profundamente en mi interior había convicciones totalmente
diferentes. “No puedo escribir. Eso no le interesa a nadie. Solamente hago
el ridículo. Soy un fanfarrón. Soy un charlatán. Si realmente me muestro,
todos podrán ver que no soy capaz de nada”.
El mundo se origina por medio de la fuerza del pensamiento. Una y otra
vez de nuevo. Cada día y cada noche.

Nosotros llegamos a ser lo que pensamos.

Sólo tenemos entonces que examinar lo que pensamos. ¿Cuáles


programas mentales transcurren realmente, para que nuestra vida se forme
como la estamos experimentando? No siempre es realmente simple detectar
todos los programas propios. Muchos transcurren en forma completamente
inconsciente.
¿Qué tipo de programas son esos? La forma más fácil de reconocerlos es
en nuestras actitudes y opiniones hacia la vida. Los programas más fuertes
trabajan a través de nuestras creencias. ¿Cuáles patrones de creencia
tenemos?

Reconocer patrones de creencia


Desde nuestra infancia suprimimos de nuestra vida innumerables cosas.
Adoptamos las ideas de nuestros padres y abuelos, de nuestros hermanos y
profesores. Crecemos en el mundo de ellos. Todo lo que hemos aprendido
de ellos, cómo nos trataban, lo que nos decían, y naturalmente también,
cómo trataban con ellos mismos y con otros, cómo solucionaban sus
problemas, cómo llevaban su vida de pareja y cómo enfrentaban al mundo,
todo eso nos ha marcado intensamente. Sin cuestionar esas cosas o
examinar su contenido de verdad, las hemos adoptado para nosotros.
Desde entonces limitamos nuestra percepción a las cosas que creemos Y
porque solamente lo que percibimos es verdadero para nosotros, nos

46
Desear con Exito

sentimos reforzados en nuestra creencia. Lo que yo creo, se hace realidad.


Lo que no creo, no puede ocurrir en mi vida. El hecho es que uno mismo se
aparta de la plenitud de la vida por medio de su creencia.

Las creencias son órdenes.

Vivimos en un ciclo de experiencias que siempre se repiten, porque las


creamos permanentemente por medio de nuestros limitadores
pensamientos. Nos construimos nuestro mundo de acuerdo con nuestra
creencia. Nos sentimos confirmados en nuestra creencia y pensamos
todavía más intensamente en esa dirección. Aquello que creemos nos
ocurrirá.
Pero nosotros también podríamos pensar totalmente diferente. Entonces
algo muy diferente se haría realidad en nuestra vida. Sin embargo, no
siempre es tan fácil cambiar su forma de pensar. Muchas de nuestras
creencias están tan arraigadas en nosotros, que muchas veces cuesta
desprenderse de ellas o modificarlas. La mayoría de las veces es incluso
difícil distinguirlas siquiera. Pero existe un medio de ayuda muy bueno.
Antes de que siga leyendo: Marque con una cruz cuáles de las siguientes
frases podrían provenir también de usted. ¿Cuáles de esas declaraciones son
también declaraciones suyas? ¿Cuáles cosas ha adoptado de los padres,
hermanos, profesores, amigos o de la televisión?

 Yo no sirvo para nada


 Eso no me corresponde
 Nunca seré feliz
 ¿Quién me va a querer a mí?
 Yo no logro eso
 Otros son mejores que yo
 No existe ningún dios
 El sexo es malo
 El amor es siempre utilizado
 No existe el verdadero amor
 Quien ama es engañado
 Jamás tengo dinero
 Otros son mejores que yo en la cama
 No creo que de eso resulte algo
 Jamás haré eso correctamente

47
Desear con Exito

 El amor hay que merecerlo


 De todos modos no me toman en cuenta
 ¿Qué diablos puedo cambiar yo?
 Es preferible ceder que entrar en conflicto
 De todos modos voy a perder otra vez
 Tal como soy realmente, no es posible que alguien me quiera
 Jamás obtengo lo que quiero
 Si demuestro cómo soy realmente, todos me abandonarán
 Debería avergonzarme
 Todo estaría bien si…
 En asuntos de dinero se acaba la amistad
 En realidad…
 Yo no debería…
 Todo es culpa mía
 Nadie me hace caso
 No comprendo a las mujeres
 No comprendo a los hombres
 Nadie se preocupa por mí
 Yo no puedo bailar
 No puedo calcular
 Hago todo mal
 Otros tienen mejor sexo que yo
 Realmente no puedo satisfacer a un hombre
 Realmente no puedo satisfacer a una mujer
 Jamás haré carrera
 Siempre tengo mala suerte
 No hay que hablar de sexo
 Me miento constantemente a mí mismo
 Ya no confío en nadie
 Ya no confío ni en mí mismo
 Masturbarse no se debe hacer
 La vida es difícil
 El trabajo es agotador
 Solamente por medio de mucho trabajo se llega a tener dinero
 El dinero corrompe el carácter
 No puedo retener nada en la memoria
 Yo pienso demasiado lento
 No tengo nada que decir

48
Desear con Exito

 No se me considera
 A mí no se me puede amar
 No puedo vivir sin pareja
 El que descansa se oxida
 No puedo relajarme
 Nada corresponde a mis expectativas
 El amor hace vulnerable
 El amor es pasajero
 Tengo que alcanzar todo con mi trabajo
 Siempre soy solamente utilizado
 Para conseguir belleza hay que sufrir
 El autoelogio fastidia
 No soy capaz de hacer eso
 Él no me merece
 Primero tengo que pagar mi culpa
 Eso yo no lo merezco en absoluto
 Sin esfuerzo no hay premio
 No debo tener tales deseos
 Me siento chico y feo
 Todo el mundo está en mi contra
 En mi vida no hay milagros
 Mi trabajo no vale nada
 Nunca hay lo suficiente
 Yo no basto
 Nadie me quiere

Y a eso se agregan las autodefiniciones en forma de “Yo soy”. (A


propósito, definición significa literalmente “delimitación” y autodefinición
significa, yo fijo límites y excluyo el resto de la realidad).

 Yo soy insignificante
 Yo estoy solo
 Yo soy tonto
 Yo estoy desamparado
 Yo soy una persona que no vale nada
 Yo soy inútil
 Yo soy solamente una carga
 Yo soy demasiado bueno para este mundo

49
Desear con Exito

 Yo soy culpable
 Yo soy malo
 Yo soy temeroso
 Yo soy una persona sin talento musical
 Yo soy flojo
 Yo estoy enfermo
 Yo soy demasiado gordo
 Yo soy demasiado flaco
 Yo soy demasiado chico
 Yo no soy suficientemente hábil
 Yo soy una persona mala
 Yo soy tímido
 Yo soy demasiado serio
 Yo no puedo ser serio
 Yo estoy muy a gusto solo
 Yo soy inmaduro
 Yo no soy atractivo
 Yo soy conservador
 Yo soy arraigado
 Yo soy superficial
 Yo soy adicto al sexo
 Yo no soy sensual
 Yo no soy elocuente
 Yo soy impotente
 Yo soy frígida
 Yo soy perverso
 Yo no soy normal
 Yo soy fácil de tentar
 Yo soy débil
 Yo soy falto de imaginación
 Yo soy pretencioso
 Yo soy duro, pero justo
 Yo estoy siempre distraído
 Yo soy diferente a los demás
 Yo soy una persona sin humor
 Yo no soy locuaz
 Yo soy un pobre diablo
 Yo soy demasiado viejo

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Desear con Exito

 Yo no soy simpático
 Yo soy egoísta
 Yo no soy suficientemente importante
 Yo estoy siempre muy cansado
 Yo soy torpe
 Yo no soy hermoso
 Yo estoy permanentemente enfermo
 Yo soy desdichado

¿Cuáles de esos patrones de creencia son aplicables a usted?


¿Con cuáles se identifica usted?
¿Cuáles han penetrado tanto en usted, que se han convertido en su
verdad?

Con seguridad usted ha marcado con una cruz varias declaraciones. Pues
bien, entonces ahora sabe cuáles deseos envía permanentemente en forma
inconsciente. Con eso a menudo frenamos o transformamos nuestros
deseos conscientes en lo contrario.

Los patrones de creencia son deseos increíblemente fuertes.

Éstos son justamente pronunciados o pensados con incansable constancia.


Si uno cree, por ejemplo, que el amor se tiene que merecer, envía
exactamente eso permanentemente y se le cumple también
permanentemente. Si uno cree que solamente se puede hacer dinero por
medio de mucho trabajo, la experiencia irá exactamente en esa dirección.
• De esa mezcla de diferentes creencias construimos nuestra
personalidad.
• Lo que está más allá de nuestras creencias personales, lo combatimos
inconscientemente.

Si queremos pensar deseos y creencias nuevas, diferentes, completamente


opuestas, y enviarlas al mundo, no necesitamos pensar otra vez mil veces lo
nuevo, para disolver lo antiguo. No, el universo reacciona más rápidamente
que lo que consideramos posible.
Sin embargo, tal vez eso necesite algún tiempo, ya que nosotros mismos
no creemos realmente nuestras nuevas estipulaciones y junto con el deseo
enviamos una buena porción de duda.

51
Desear con Exito

Y con eso, al “funcionario” le llega una extraña mezcla de deseos. ¿Cuál


tiene prioridad? Naturalmente aquel que tiene una larga historia. Cualquier
otro funcionario en nuestro mundo procedería de manera similar. Miraría
en las actas antiguas y luego decidiría de acuerdo a lo que aparentemente
corresponde a nuestra costumbre. Muchos deseos se formulan desde la
consciencia de carencia.
Si mi deseo consciente es, por ejemplo, “Yo soy hermoso”, sirve de poco si
yo no creo realmente eso. Si yo realizo mi deseo diez minutos al día en
forma totalmente consciente, pero las restantes 23 horas y 50 minutos estoy
convencido de lo contrario, ¿cuál deseo se cumplirá entonces?

Disolver patrones de creencia


¿Pero cómo podemos disolver antiguos patrones de creencia? Al darnos
cuenta de dónde vienen realmente y cuándo y por qué se originaron.
Mejor escribir en un papel todos los puntos que se han marcado con una
cruz y pensar de dónde provienen en realidad esas convicciones. ¿Cuándo y
dónde se originaron? ¿Cuáles experiencias llevaron a éstas? ¿Cuál persona
ha utilizado reiteradamente esas frases? ¿Cuáles personas tenían esas
convicciones de sí mismas? ¿Y quién nos ha hecho creer una y otra vez que
nosotros tenemos esa determinada actitud?
Si vamos nuevamente allí, si regresamos al origen, descubriremos la
verdad.
Siéntese tranquilo y relajado y elija uno de los puntos marcados con una
cruz. Cierre los ojos y hágase una y otra vez la pregunta: “¿Dónde comenzó
todo?” Usted estará asombrado de las imágenes largamente olvidadas que se
presentarán. Sucesos que al parecer ocurrieron hace mucho tiempo, pero
que todavía hoy marcan su idea de sí mismos.
Y de pronto constatamos que muchas de nuestras convicciones ni
siquiera pertenecen a nosotros, sino que tal vez provienen de nuestro padre
o de nuestra madre. Quizás esas son frases que nos han predicado ellos una
y otra vez. Alguna vez las hemos adoptado como válidas para nosotros.
Hemos comenzado a identificarnos con ellas. Desde nuestra infancia
llevamos con nosotros esos falsos patrones de creencia. Si comenzamos a
darnos cuenta que esa es solamente una supuesta convicción y no la única
verdad legítima, cambiará la opinión que tenemos de nosotros mismos. Nos
observaremos con otros ojos. Ya no estaremos tan seguros de la convicción
que hemos tenido hasta ese momento. Y está bien así. Porque eso le quita la
fuerza a nuestras frases negativas de mandato al universo.

52
Desear con Exito

El propósito del ejercicio es debilitar las frases negativas de mandato y


fortalecer las positivas. Eso ocurre en forma fluida. Los espacios se vacían y
empiezan a llenarse con cosas nuevas. Y por eso debemos comenzar, en
forma paralela a nuestra “acción de freno”, con el trabajo en nuestra lista
positiva de deseos. Los milagros ocurren por medio de frases positivas de
deseo.
Recordemos:
• La materia se origina a través de la energía y es formada por medio
de energía dirigida.
• Pensemos lo que pensemos, se materializa.
• A la energía le da lo mismo lo que deseemos. Ella trabaja como lo
esperamos, a favor o en contra de nosotros.
• Nos limitamos nosotros mismos por medio de nuestros pensamientos.
• Nos limitamos nosotros mismos por medio de nuestras creencias.
• Nos limitamos nosotros mismos por medio de frases negativas de
mandato.
• Nosotros siempre experimentamos solamente lo que creemos.
• Todo es posible si lo consideramos posible.
Tomemos, por ejemplo, el deseo de ser más atractivo. ¿Cómo
comenzamos entonces a convencernos a nosotros mismos que somos
hermosos?

Ejercicio para la belleza


Elige un momento tranquilo, desconecta el teléfono y búscate un lugar en
tu casa dónde puedas permanecer por algún tiempo sin ser interrumpido.
Sería bueno una agradable luz suave y necesitamos un espejo grande. Tal
vez el del pasillo o el del baño.
Y entonces siéntate delante del espejo grande, de preferencia desnudo.
¿Qué ocurre normalmente? Vemos de inmediato nuestras fallas corporales.
Demasiado gordo, demasiado suave, demasiado flácido, demasiado colgante,
demasiado viejo, demasiado grande, demasiado chico, demasiado claro,
demasiado arrugado, demasiado deforme. La mayoría de las veces nos
concentramos de inmediato solamente en nuestra celulitis, en
imperfecciones y en las impurezas de la piel.
Si alguien nos dice que somos hermosos, nos defendemos en forma
vehemente y mostramos rápidamente y con una llamativa disposición,
dónde hay algo incorrecto en nuestro cuerpo. Es asombroso.

53
Desear con Exito

Todos nosotros queremos ser hermosos, pero cuando alguien


efectivamente ve algo hermoso en nosotros, de inmediato lo convencemos de
lo contrario y mostramos totalmente sin inhibiciones nuestros defectos, que
en realidad queremos ocultar.
Pero de ese modo no solamente convencemos de nuestra fealdad a la
persona que tenemos al frente, sino que también nos convencemos nosotros
mismos. Y lo hacemos permanentemente.
¡Nosotros somos nuestros mayores críticos!
Dejamos el asunto tan sólo una vez que la otra persona ve su “error”.
¡Realmente no somos hermosos! Después de terminar el trabajo de
convencimiento, casi siempre caemos en una profunda tristeza. No ser
hermoso es en realidad desagradable. Pese a eso, cada día nos convencemos
nosotros y convencemos a otros de eso.
Volvamos a nosotros y a nuestro espejo, delante del cual estamos
sentados. Hoy lo haremos diferente. Hoy nos observamos muy tranquilos y
relajados. Sin evaluar. Observamos nuestra respiración, nuestra piel,
nuestras articulaciones. Sentimos el calor y la intimidad del momento. Ese
es nuestro cuerpo que tanto trabajo realiza. Cada día, cada minuto, él está
presente para nosotros. Jamás se da por vencido. Da lo mismo cuánto lo
maltratemos y le exijamos. Da lo mismo cuánto lo ofendamos y lo
despreciemos. Nuestro cuerpo es maravilloso. Sin él no podríamos
experimentar todas las cosas maravillosas.
Por algunos minutos entreguémosle a nuestro cuerpo todo el respeto por
su incansable desempeño. Sintamos el agradecimiento que le demostramos a
nuestro cuerpo.
Después de algún tiempo dirijamos nuestra concentración a lo que nos
gusta de nuestro cuerpo. Pueden ser los cabellos, la boca, los hombros, un
dedo, el dedo grande del pie, los pechos o las asentaderas. Tal vez sea “
solamente” el ombligo. Siempre habrá algo que nos gusta. Ahora nos
concentramos en eso, mientras establecemos:
“Estoy abierto y dispuesto a que mi deseo de belleza se manifieste ahora.
Ahora puedo permitir ese milagro en mi vida. Sé que los pensamientos
negativos no me pertenecen y cada día se debilitan más y más. Amo a mi
cuerpo y lo observo lleno de admiración. Soy hermoso y atractivo. Y me
corresponde ser así”.

Si repetimos esto durante algunas tardes, si por algún tiempo nos


tratamos y tratamos a nuestro cuerpo respetuosamente, descubriremos cada

54
Desear con Exito

vez más partes en nuestro cuerpo que nos agradan. Cada día aceptamos más
de nosotros. Nuestro cuerpo es hermoso y maravilloso. Tiene un enorme
rendimiento y ahora que le entregamos nuestro respeto y reconocimiento,
comienza a ser cada día más hermoso.
No es que nuestro cuerpo de inmediato cambie y se ponga más hermoso
(como si hubiera un cuerpo feo), sino que nuestra imagen de nosotros
mismos cambia. Ya no ponemos una medida que no es natural y decimos:
Tan sólo si mi cuerpo se ve como el de Claudia Schiffer o como el de Brad
Pitt, es hermoso. Nosotros vemos la belleza de nuestro cuerpo ahora. La
belleza interior atrae a la belleza exterior. Y con eso nuestro cuerpo llega a
ser efectivamente cada vez más hermoso y nuestra irradiación aumenta.
Si enviamos ahora el deseo “yo soy hermoso”, nuestra secreta resistencia
ya ha disminuido esencialmente. El deseo se puede finalmente manifestar.

Yo permito la belleza

Nos colocamos más y más en la frecuencia de belleza. Enviamos esa


energía y al mismo tiempo elevamos nuestra vibración. La ley de
conservación de la energía y la ley de resonancia trabajan para nosotros.
Tal vez se nos diga pronto cuán hermosos somos. Y entonces ya no
cometemos más el error de convencer a otra persona de lo contrario.
“Sí, yo soy hermoso. Y cada día me pongo más hermoso”.
¿Imposible? No, nada es imposible. Aquí hay otro ejemplo de que nada es
imposible, si solamente lo consideramos posible. Simplemente tenemos
solamente que dejar de relatarnos constantemente por qué algo no puede
resultar bien. A veces buscamos directamente motivos para el fracaso.
Junto con eso, algunos deseos son incluso entregados de inmediato.
Solamente no debemos olvidar jamás que nosotros organizamos nuestra
vida por medio de nuestras propias creencias conscientes e inconscientes.

Lo imposible se ejecuta de inmediato


Cuando hacíamos los trabajos finales en München para nuestra película
“Y este es recién el comienzo”, nos sentíamos tan bien, que queríamos
regresar sin falta a München. El tiempo estaba bueno, la gente era amable
y todos nuestros amigos estaban otra vez allí. München era simplemente
nuestro hogar.
Pero de inmediato se presentaron miles de creencias, referentes a por qué
con seguridad eso no podría resultar bien.

55
Desear con Exito

• Volver a nuestra ciudad no es tan simple, porque Julia, nuestra hija,


asiste a una escuela internacional en Bonn.
• Ponerla en una escuela en München sería con seguridad imposible,
porque todas las escuelas angloparlantes están totalmente excedidas.
• Las listas de espera duran varios años.
• Naturalmente podríamos desear eso, pero visto en forma realista
nuestro deseo necesitaría algún tiempo y faltan solamente dos días de
escuela para las vacaciones de verano.
• Probablemente ya no hay nadie en las escuelas.
• Seguramente las listas de los cursos ya están hechas y distribuidas
desde hace tiempo.
• No hay lugar. Ni para nosotros ni para nadie de todo el mundo.
• Este año ya no puede resultar. Incluso si lo deseáramos mucho.
Posiblemente ni siquiera el próximo año.

Pero entonces tomamos consciencia de que nuevamente habíamos caído


en la propia trampa de frases negativas de creencia. Es decir, estábamos
justamente creándonos el propio fracaso.
De inmediato cambiamos y comenzamos a desear eso. Al fin y al cabo,
desear con éxito ya se había convertido en algo así como nuestra segunda
naturaleza.
Pero dedicarse al deseo no nos pareció especialmente realista.
¿Por qué no?
Nuevamente había entrado por la puerta de atrás la razón con sus dudas.
¿Por qué no dejamos ahora que eso simplemente venga hacia nosotros?
Y extrañamente, apenas nuestro deseo fue formulado y enviado, sentí
permanentemente el impulso de llamar por teléfono a una de las mejores
escuelas internacionales. Michaela solamente sonreía. Naturalmente eso era
una estupidez, me decía mi razón. Naturalmente el cumplimiento del deseo
era completamente imposible. Naturalmente eso no puede funcionar en
absoluto.
Pero después del envío de un deseo, Michaela escucha muy exactamente
las energías más finas. No habían pasado dos minutos, y ella puso en
práctica mi impulso y llamó por teléfono a la dirección de la escuela.
El milagro increíble tomaba forma. Le dijeron que efectivamente había
todavía un lugar para el segundo curso – otro niño se había retirado - y
que debíamos ir mañana, el último día de escuela del año.

56
Desear con Exito

Sin embargo, no nos dieron esperanzas, porque normalmente es necesario


un largo proceso de admisión.
A la mañana siguiente estábamos sentados entonces asombrados en la
oficina de la directora. Por el lado de nosotros había pasado una pareja de
padres llorando, porque su hijo no había obtenido un lugar, por lo cual iban
a volver a Inglaterra.
En rigor teníamos en claro que pese a toda la amabilidad de la directora,
también nos rechazarían, como a otros miles cada año. Por otro lado,
nosotros habíamos deseado eso y el deseo nos había conducido hasta aquí.
Al medio de la oficina de la directora, que como por un milagro, todavía
tenía un lugar libre para conceder. El único lugar en toda la escuela. Y ese
lugar era, además, justamente en el segundo curso, al que Julia tenía que
asistir.
La directora habló largo rato con Julia, la hizo hacer algunas pruebas,
conversaron intensamente en inglés y luego, después de una hora, el
milagro se hizo realidad. La directora nos inclinó la cabeza en señal de
aprobación e ingresó a Julia en la lista de los alumnos nuevos.
Si algo realmente había sido imposible, era: Recibir dentro de un día un
lugar en esa escuela. Todavía años después, otros padres nos confirmaban
lo inconcebible de ese milagro.

57
Desear con Exito

Regla 5
Confiar en vez de dudar
Las dudas son otra forma de creencias, que producen un efecto muy
negativo sobre los deseos. Si se quiere desear con éxito, es muy importante
no nutrir las dudas, porque dudar no es otra cosa que creer en el no-
cumplimiento del propio deseo.

Quien asegura no creer en lo que desea,


en realidad igualmente cree:
Cree en lo opuesto a su deseo.

Nosotros siempre creemos algo. Y aunque sólo sea que algo no funciona.
Extrañamente nosotros somos mejores y más intensos en nuestra duda
que en nuestra fe en desear con éxito. Pero con dudar solamente nos
obstaculizamos nosotros mismos. Con la duda uno hace volver sus deseos,
apenas después de haberlos enviado.
A menudo se dice o se piensa en forma paralela al deseo: “Esto de todos
modos no funciona”. Pero también ese pensamiento no es otra cosa que un
deseo pronunciado. La actitud de expectativa es entonces: “Esto no
funciona”. O: “En mi vida esto no funciona”. ¿Y qué ocurrirá entonces? Ese
deseo enviado es entregado tal cual.

La duda es también un deseo muy claro


Cuando uno decide entonces limitarse, experimentará exactamente esa
limitación.
También con pensamientos temerosos uno frena su deseo. Detrás del
pensamiento: “Qué hago si esto no resulta ahora”, se oculta en el fondo
igualmente la duda. Si uno estuviera convencido de que el deseo se cumple,
no necesitaría preocuparse más. La preocupación sólo le muestra a uno que
uno se aferra más bien a la duda que al cumplimiento.
Muchos dicen entonces: “He deseado tanto eso, pero no ha ocurrido. Lo
sabía de antemano”. - ¿Pero qué sabían de antemano? Con seguridad sabían
que desear no funciona en ellos. Enviaron ese conocimiento al mismo
tiempo que el deseo y con eso le quitaron toda la energía.
El deseo formulado conscientemente es eclipsado la mayoría de las veces
por dudas pensadas sin querer.

58
Desear con Exito

Con la insistencia que entra en nuestra vida el deseo negativo, es decir, el


impedimento, vemos lo exitoso que es efectivamente desear.

Nosotros somos siempre exitosos.


La mayoría de las veces logrando nuestro fracaso.

Ni todos los pensamientos positivos, ni todos los mantras del mundo


ayudan, cuando nosotros constantemente pensamos profundamente en
nuestro interior en carencia y limitaciones. Porque la duda es una actitud
profundamente arraigada. Es una creencia firmemente establecida que
igualmente se hace realidad.

Quien no cree en el éxito,


no puede tener éxito.

El camino hacia fuera


¿Qué hacer entonces con las dudas? ¿Con la pequeña voz que dice
permanentemente que eso no le corresponde a uno, que eso no funciona de
ningún modo? ¿Cómo se logra no escucharla o no pensar en eso?
Eso es como con el chocolate, en el que no se debe pensar si se quiere
bajar de peso. Uno trata entonces en forma completamente consciente de
“no” pensar en el chocolate y con eso piensa aún más en él. No pensar en
algo no es posible, porque a través del intento de no pensar en eso, hay que
pensar incluso más en eso.
Evitar es entonces una mala estrategia, porque justamente con eso se
crea el pensamiento.
Lo mejor es entonces permitir los pensamientos y no evaluarlos. Ellos
están presentes, burbujean hacia arriba, son considerados brevemente – por
fin son solamente pensamientos, a los cuales no les damos más fuerza e
importancia – y sin comentarios uno los suelta y los expulsa.
Llegan nuevos pensamientos, algunos de lo que ha ocurrido en el día,
otros de nuestro pasado. Son solamente pensamientos, en ellos no hay nada
malo. Tan sólo cuando uno se enoja a causa de ellos, comienzan a
molestarlo. Tan sólo cuando uno quiere evitarlos adquieren poder. Porque
con la convicción “simplemente no logro eso” o “mis pensamientos
molestan permanentemente y destruyen todos mis deseos", uno crea ese
escenario.

59
Desear con Exito

Por lo tanto, permitir y no evaluar es el único camino. Los pensamientos


vienen y van y no perturban la acción de desear con éxito. Uno confía en
sus deseos. Los pensamientos perturbadores no tienen fuerza, porque no se
les otorga fuerza.
Podemos todavía avanzar un paso y dar vuelta la tortilla:

¿Por qué dudar siempre de lo bueno?


¿Por qué no poner en duda lo malo?

Después de todo, podemos dudar de si los pensamientos negativos


realmente son nuestra verdad. Con la duda podemos también frenar la
permanente manifestación de nuestras estorbadoras creencias.
Por experiencia propia sé, sin embargo, cuán rápido se puede sucumbir a
sus propias dudas negativas. Sobre todo si aumenta la presión personal.

El deseo de la casa ideal


Cuando queríamos mudarnos de Bonn a München, sólo teníamos mi
pequeña oficina en München. Michaela tiene un carácter muy alegre y
quería sin falta encontrar una hermosa residencia que estuviera muy cerca,
para que yo no tuviera que manejar todos los días en el tráfico de las horas
punta. Ella fue incluso un poco más lejos. Estaba convencida de que
encontraríamos una hermosa casita para arrendar, que estaría máximo a
tres minutos de distancia caminando. Yo también estaba convencido de eso.
Por fin nuestro deseo ya estaba enviado.
Pero donde preguntáramos solamente recibíamos incrédulos meneos de
cabeza. Los corredores de propiedades competentes rápidamente nos
dejaban en claro que en menos de un año con seguridad no encontraríamos
nada; no en ese sector. Nos dijeron, además, que ya tenían gente que vivía
en un hotel, porque en ese sector simplemente no había ninguna oferta de
arriendo. Nuestros anuncios del periódico ni siquiera los contestaron.
Mientras más intensamente buscábamos, más imposible parecía ser el
cumplimiento de nuestro deseo. Cuatro semanas antes de la planeada
mudanza, la firma de mudanzas comenzó a inquietarse. Querían saber por
fin adónde debían ser transportados todos los muebles. Yo por cierto
también. Ellos tenían que conseguir autorización para estacionar y colocar
letreros que indicaran prohibición de estacionar. Pero la casa “deseada”
todavía no se divisaba. Por el contrario. Yo tenía en claro que
fracasaríamos. Habíamos desafiado demasiado a nuestra suerte.

60
Desear con Exito

Y entonces comenzaron a trabajar dudas en mí. Ya reflexionaba si no


deberíamos, por seguridad, arrendar un lugar para nuestros muebles. Yo
estaba convencido que esa vez las cosas no saldrían bien. Pero Michaela
permaneció firme en su creencia. “La casa va a llegar, nosotros la hemos
deseado, ¿entonces por qué dudarlo?” Naturalmente ella tenía razón.
Naturalmente. Pero esto se convertía lentamente en una situación bastante
seria. ¿Qué ocurre si el cosmos tenía otra comprensión del tiempo que
nosotros? ¿O si en el universo ingresó una cantidad increíble de otros
deseos y éstos eran trabajados de acuerdo a la fecha de ingreso? ¿O tal vez
nuestro “funcionario” se ocupaba, además, de otras cosas totalmente
diferentes? Esencialmente más importantes que nuestro pequeño deseo de
tener una casa absolutamente cerca de mi oficina.
¿Y qué debíamos decirle a la gente encargada del traslado? “Acabamos
de enviarle un deseo al universo y no se debe dudar de éste”. Todos nos
considerarían completamente chiflados.
A decir verdad, ha habido momentos en que yo también he considerado
a Michaela como… Bueno, digamos testaruda.
Pero por fin nuestro matrimonio me era más importante que el peligro
cada vez más inminente de estar sentado en la calle con los muebles. En
realidad la idea me parecía muy chistosa: Con tasas de café en el sofá entre
autos estacionados. ¿Pero si comenzaba a llover? Yo me puse cada día más
nervioso. Sobre todo porque Michaela, en su ilimitada confianza interior,
había suspendido oficialmente los trámites con los corredores de
propiedades que no pensaban, tal como ella, en el éxito (y eran todos). Por
qué debía rodearse de energías que trabajaban contra su deseo, pensaba
ella. Poco antes de la mudanza todavía no teníamos casa y tampoco a nadie
más a quien le habíamos encargado buscar una.
Hasta ese momento yo había sido muy bueno en desear con éxito, pero
ahora claramente habían surgido límites. Pero no para Michaela. Las
mujeres son increíblemente irracionales. Cualquier pensamiento racional les
parece extraño. Pero la fecha se acercaba más y más. Alguna vez Michaela
también tendría que mirar la verdad cara a cara. Y la cruel verdad era tan
evidente. Esta vez no había resultado la entrega inmediata. Nuestros
muebles serían puestos en la calle.
Pero – para mí inconcebible – Michaela no quería mirar esa verdad a la
cara. Para ella no había ninguna razón para dudar. Por el contrario, ella me
animaba a no darle más espacio a mis dudas y a aferrarme lleno de
confianza al cumplimiento de nuestro deseo.

61
Desear con Exito

Y entonces efectivamente ocurrió el milagro. Comenzó primero en forma


poco notoria en una farmacia. La dueña nos reconoció. Ella nos había
vendido hacía muchos años un test de embarazo y dos horas más tarde un
segundo, porque el resultado no era claro y yo fastidié a Michaela hasta
que ella le pidió consejo a la farmacéutica. ¿El color de la franja del test era
rojo o azul? Ella todavía se podía acordar muy bien de eso. Comenzamos a
conversar y de pronto nos contó que uno de sus antiguos amigos se mudaría
y su casa sería arrendada. Aquí, justo a la vuelta de la esquina.
Antes de diez minutos llamamos allí por teléfono y acordamos una
reunión para el día siguiente. Pero naturalmente nosotros no aguantábamos
tanto. Ese mismo día en la tarde anduvimos furtivamente alrededor de la
casa y la observamos por fuera. Nos gustó. Esa era nuestra casa. Se sentía
como nuestra casa. Pero al día siguiente era la cita oficial para todos los
demás interesados. ¿Por qué debíamos justamente nosotros obtener esa
casa?
“Tal vez porque la hemos deseado y está siendo entregada”, sonrió
Michaela con su inquebrantable fe.
Y entonces ocurrió el segundo milagro o la segunda cuota de la entrega.
Cuando nos alejábamos lentamente de la casa, vino una dama de edad
avanzada y quiso abrir la puerta del jardín. Pero ésta estaba atascada.
Nosotros ya estábamos muy lejos, pero ella nos llamó y nos pidió que la
ayudáramos. Nosotros no solamente abrimos la puerta del jardín, sino
también la puerta de casa, y cuando le explicamos a la mujer que al día
siguiente queríamos visitar la casa con todos los demás, nos invitó a
hacerlo de inmediato. De ese modo tuvimos una visita guiada totalmente
privada a través de “nuestra” casa.
La casa era justamente lo que habíamos buscado. Estábamos
entusiasmados. Ya veíamos mentalmente la distribución de las piezas y
sabíamos dónde queríamos poner los muebles.
Pero todavía no se había llegado tan lejos. La anciana dama no quería
anticipar ninguna decisión, pero simpatizamos y dijo que iba a hablar por
teléfono con su hijo, que era el encargado de pactar todo. Al día siguiente
conocimos a toda la familia, antes de que llegaran los demás interesados.
Era una tarde maravillosa y todos tenían en claro que nosotros
obtendríamos la casa. Aunque otros a continuación ofrecieron una cantidad
considerablemente mayor de dinero y probablemente podían presentar un
ingreso esencialmente más seguro que el de nosotros, poco después
teníamos el contrato de arriendo en nuestras manos.

62
Desear con Exito

¿Milagro? ¿Casualidad? ¿O la entrega de nuestro deseo?


Sin embargo, había un gran impedimento. La casa estaba a disposición
recién en tres meses. Todavía estaba completamente amoblada y para los
arrendatarios no había ninguna posibilidad de dejar la casa en una fecha
anterior.
Pero incluso eso no fue ninguna dificultad. Se nos permitió poner de
inmediato todos los muebles en la casa y pasaríamos las noches en la
oficina por un tiempo corto de transición.
Poco tiempo después se mudaron antes de lo planeado y por consiguiente
nosotros también. A nuestra maravillosa casa “de acuerdo con nuestro
deseo” y entregada dentro del plazo fijado.
La situación mejoró todavía más. No solamente nuestra casa
correspondía exactamente a nuestros deseos y mi oficina estaba tan sólo a
tres minutos de distancia caminando, sino también los arrendadores eran
un verdadero ejemplo de humanidad y los vecinos un caso extraordinario
de suerte.
Por lo tanto, Michaela tenía razón. Siempre se entrega. ¿Por qué entonces
dudar de eso?

La duda es algo así


como una cancelación del deseo.

La duda es algo así como un deseo en contra. Se cancela todo lo pedido.


La duda envía la información de que eso de todos modos no va a resultar. El
deseo es entonces bien simple: “Eso sale mal” Lo que el universo entrega
entonces es la confirmación de nuestra idea de que eso no puede resultar.
Con seguridad esa habría sido mi experiencia, si Michaela no hubiera
permanecido tan firme.

Guardar silencio
Otro punto muy esencial para el éxito al desear es no hablar de eso. No
hable con nadie sobre su deseo, hasta que éste se haya cumplido.
Por un lado, la energía se pierde por medio de hablar demasiado del
asunto. Por otro lado, convocamos rápidamente a oponentes, envidiosos e
incrédulos al plan y les damos espacio a sus creencias y a sus convicciones.

Hablar del propio deseo lo debilita.

63
Desear con Exito

¿Por qué es así?


Todas las ideas realmente grandes se originan en la reserva. Toda idea es
al principio solamente un impulso, un pensamiento, que si no se lo atrapa
desaparece. Primero hay solamente una idea vaga que lentamente se
concreta cada vez más y finalmente, después de algún tiempo, está en la
mente como un producto u objeto claro. Tan sólo cuando la propia idea de
éste se consolida, se originan de ésta visiones mayores y planes concretos.
Tan sólo cuando la propia estructura y la propia idea se fortalecen
suficientemente, se va con ésta al mundo exterior, para convencer a otros
del nuevo proyecto y entusiasmarlos y comprometerlos.
Si eso se hiciera demasiado pronto, uno mismo no estaría suficientemente
estable. Algunas palabras despectivas o desfavorables, tal vez conducirían
en esa fase a abandonar el proyecto.
Pero si nos hemos familiarizado con nuestra propia idea y hemos llegado
a estar suficientemente firmes con los nuevos planes, entonces eso ya se ha
concretado de tal manera, que podemos realmente abogar por ese proyecto.
A pesar del viento en contra y de los opositores.
Todos los grandes inventores de este mundo pueden confirmar ese
proceso. Mantener algo en secreto no es tan importante entonces solamente
a causa del peligro del robo de ideas, sino también para que uno mismo esté
primero suficientemente seguro. ¿Quién va a querer ponerse en ridículo
con ideas que no se hacen realidad? La próxima vez confiamos menos en
nuestras propias ideas y alguna vez estamos tan convencidos de nuestra
inferioridad, que ya no permitimos nuevas ideas o conceptos propios.
Con desear se agrega todavía un aspecto completamente diferente.
Tememos que se nos considere completamente locos. ¿A quién se le puede
contar algo tan “estrafalario”? Tenemos temor de que repentinamente se
nos rechace por chiflados o esotéricos y no nos tomen más en serio.
¿Y quiénes son con seguridad los que más se burlan de nosotros?
Aquellos cuya propia vida está menos en orden todavía y que por eso no
quieren que todo mejore para nosotros. Lo que ellos no creen, de
preferencia tampoco debe ocurrir en nuestra vida. Lo mejor es entonces
quedarse callado.
Cuando hemos juntado suficiente experiencia y algunos deseos se han
cumplido, podemos con mucho gusto poner a otros en conocimiento de eso.
Porque ahora estamos suficientemente consolidados. Sabemos de nuestra
fuerza de pensamiento. Para nosotros ya no hay más “casualidades”. Y
nuestro ejemplo incluso les puede dar valor a otros.

64
Desear con Exito

Olvidar
Y como estamos justamente con callar, lo mejor es que conservemos
silencio también frente a nosotros mismos, que no pensemos más en el
asunto respectivo y que simplemente lo olvidemos.
Olvidar tiene varias ventajas. Por un lado también olvidamos de dudar y
por consiguiente de anular todo el pedido. Por otro lado demostramos lo
mucho que confiamos, ya que estamos tan seguros de que lo deseado
entrará en nuestra vida, que ya no nos ocupamos de eso. Eso, por fin, deben
hacerlo otros por nosotros. Con eso también estamos abiertos a aceptar lo
deseado. Sin importar cuán precaria pueda ser nuestra situación en este
momento. De ese modo nos dejamos guiar en el momento preciso al lugar
apropiado. Así es como me ocurrió a mí hace poco tiempo.

El aeropuerto de Amsterdam es cerrado


Desear con éxito resulta en todas las situaciones. Y naturalmente de
preferencia cuando las cosas no andan especialmente bien en la vida. Sin
embargo, sobre todo en esos momentos, a veces olvidamos por completo
desear algo oportunamente y tratamos de luchar agitados. Pero igualmente
rápido podemos también liberarnos de la absurda actividad.
Así me ocurrió, por ejemplo, en el aeropuerto de Amsterdam. La enorme
nevazón fue para muchos completamente inesperada y había paralizado
todo el aeropuerto. Durante varias horas de paciente espera, la
precipitación de nieve había aumentado tan severamente, que finalmente
fue cerrado todo el aeropuerto por la noche. La situación era irremediable.
Se entregaron bebidas, como también mantas y cojines para la noche.
Innumerables personas estaban molestas, furiosas, agotadas y discutían.
Pero su actitud negativa frente a lo que no se podía cambiar, no les ayudaba
a organizar la noche de manera más agradable. Por miles estaban paradas
en las boleterías, por miles trataban de llegar a su equipaje que se
encontraba guardado en alguna parte de los guardaequipajes de los aviones.
Nadie sabía realmente lo que ocurría y todos caminaban desamparados de
un lado para otro.
A mí me pasó algo muy parecido al principio. También yo me dejé
contagiar por la agitación. Al fin y al cabo al día siguiente tenía importantes
citas que no podría cumplir. Comencé a transpirar con mi gruesa chaqueta
y me perdí en acciones sin objeto.
Pero de pronto me acordé nuevamente de desear con éxito. Lo que no se
puede cambiar, no se puede cambiar.

65
Desear con Exito

“Disfruta la vida cada momento, conserva tu buen humor y simplemente


encarga siempre la mejor solución”. Eso también regía para esa noche.
Mi pedido era muy sencillo y decía: “Tengo para hoy en la noche una
hermosa y tranquila pieza de hotel y obtengo la mejor posibilidad para
volver a München. Ahora estoy abierto y preparado para esas
informaciones”.
Agradecí, además, por el cumplimiento de mi deseo, y con eso concluí el
deseo y estaba dispuesto a olvidar lo apremiante de mi situación. Yo sabía
que desde ese momento se cuidaría de que todo ocurriera para mi bien.
Primero me senté con toda tranquilidad y observé el inusual movimiento.
Que un aeropuerto se cierre no sucede todos los días. Es decir, había cosas
para ver que antes todavía no había visto. Y así, de pronto percibí un
espectáculo maravilloso. Mientras innumerables personas peleaban por un
pasaje para el día siguiente, no siendo todavía en absoluto seguro de que al
día siguiente se pudiera reanudar el funcionamiento del aeropuerto, yo
estaba sentado y tomaba café. Simplemente sabía que ocurriría lo adecuado
para mí.
Aunque el hotel del aeropuerto fue cerrado por estar repleto e
igualmente los hoteles cercanos, yo me tranquilicé cada vez más. Había
gente desesperada, niños lloraban, la situación parecía tener menos remedio
con cada minuto que pasaba. Los arriendos de autos habían cerrado, porque
todos los vehículos disponibles estaban ocupados. La razón se presentó y me
sacó en cara por qué no me había preocupado oportunamente por un
vehículo, pero la emoción estaba todavía tranquila. Un auto de arriendo
parecía entonces no ser la mejor solución.
Me dio hambre, caminé de un lado para otro, me apoyé en la barra de
un bar con una taza de café y observé toda la turbulenta masa humana. De
pronto se dobló un letrero, un vidrio fue tirado hacia el lado y una voz
femenina me preguntó adónde quería ir.
Yo me había apoyado en una boletería. “A München”, respondí
confundido. “A las 7.03, tiene que hacer transbordo una vez”, dijo la dama
y antes de que yo pudiera contestar algo siquiera, me entregó un pasaje.
“Usted puede viajar mañana temprano desde aquí o desde la estación
central de Amsterdam”.
Sin pensar mucho rato compré el pasaje y cuando me dí vuelta, detrás de
mí había una fila interminablemente larga de personas. Cuando me había
apoyado en la boletería cerrada, yo era el único y ahora estaba repleto y los
últimos tenían que esperar seguramente una hora o más.

66
Desear con Exito

Como no sabía lo que podía hacer hasta las siete de la mañana, dí un


paseo alrededor del recinto y sin verdadera intención fui al sótano. Allí
había un tren local a la estación central de Amsterdam. Me subí a él. En el
mismo segundo partió. El inspector me preguntó dónde pasaría la noche y
sin que le preguntara me recomendó un hotel que quedaba a diez minutos
de la estación en un callejón lateral, ya que todos los otros con seguridad
estaban completos a causa de la nevazón.
En la estación había de treinta a cuarenta personas alrededor de un taxi y
discutían, de dos hoteles de la estación vi salir viajeros que habían sido
rechazados, con equipaje pesado y buscando. Caminé con calma por el
camino recomendado, encontré el hotel y obtuve la última pieza. La última
de todas en esa noche. Una pieza hermosa, grande y tranquila. Pedí algo
para comer, y para coronar la exitosa noche, incluso una copa de champaña.
Sin luchar con otros en una larga fila de espera por un lugar, se había
presentado rápidamente y sin problemas la mejor solución para la noche.
Ahora yo estaba expectante si el tren sería realmente la posibilidad
adecuada y la más rápida.
Al día siguiente de madrugada vi viajeros dormir en la antesala del hotel
y me enteré que el aeropuerto todavía estaba cerrado y que probablemente
tampoco abriría en todo el día. Algunos habían pasado incluso hasta cuatro
horas esperando en sus aviones, hasta que agotados y decepcionados
tuvieron que bajar nuevamente.
En mi tren a Alemania estaban sentados otros viajeros que habían
pasado toda la noche en el repleto recinto de la estación y supe por ellos
que todos los que en la noche habían conseguido un auto, ya después de
pocos kilómetros tuvieron que volver, porque las autopistas habían sido
igualmente cerradas. El tren era, por lo tanto, no solamente la mejor
posibilidad, sino también la única, para viajar ese día de Amsterdam a
München. Sin desear con éxito, seguramente yo habría pasado una noche
atroz y, además, permanecido en vano durante mucho tiempo en el
aeropuerto. Pero así, yo estaba sentado, habiendo dormido bien, desayunan-
do feliz en el carro-comedor, mientras por mi lado pasaba un blanco paisaje
nevado. Cada uno siempre decide entonces él mismo si una situación es en
realidad horrible o maravillosa. Si conduce hacia más decadencia o si se
desarrolla para mejor. Las cosas son como son. Se puede decidir en cada
segundo si éstas trabajan a favor o en contra de uno. Lo decisivo es siempre
solamente la forma de verlas. Mi forma de ver la vida es, siempre esperar lo
mejor. Y la forma más fácil en que puedo hacerlo es desear con éxito.

67
Desear con Exito

Regla 6
Estar abierto para “casualidades”
No es posible imaginar el modo en que se hace la entrega. Porque casi
siempre el deseo se cumple de una manera que jamás se hubiera
considerado posible. Por lo tanto, sólo hay que estar simplemente dispuesto
a que el deseo se cumpla. Si siempre sólo se mira justamente en la dirección
desde la que se espera la entrega, podría suceder que a uno se le vaya la
entrega, por esperar con impaciencia que el pedido se lleve a cabo
exclusivamente de la manera exacta en que encaja en nuestra pequeña
capacidad de imaginación. Pero el universo es esencialmente más
ingenioso. Después nos gusta decir que ha ocurrido un milagro, porque
estamos completamente sorprendidos de que repentinamente ha habido
tantas “casualidades” en nuestra vida para que se pudiera cumplir nuestro
deseo.

El cosmos entrega de maneras sorprendentes


En verdad simplemente sólo se materializa nuestro deseo. Y eso ocurre a
menudo justamente de un modo con el que no hemos contado. Pero eso
solamente expresa algo sobre nuestro poder de imaginación y no sobre las
muchas posibilidades que existen para que se realice nuestro deseo.
Si deseamos entonces, por ejemplo, dinero, debemos dejar
completamente abierto, de qué manera el dinero llega a nosotros. Pero si
estamos convencidos de que la tía Erna nos dará el dinero deseado, nos
impedimos, con nuestra estancada imaginación, reconocer la verdadera
entrega.

El cosmos elige siempre la manera


más rápida y más fácil.

Tal vez la tía Erna no quiere en absoluto darnos el dinero. Entonces ella
tampoco capta nuestra energía mental del deseo. Simplemente no resuena
con ésta. Por eso nuestra energía enviada no se queda con la tía Erna y se
sigue expandiendo permanentemente, hasta que se encuentra con algo que
tiene la misma vibración y que responde.
Nuestra energía de deseo no rinde entonces un trabajo de
convencimiento, sino que no es otra cosa que una máquina cósmica de
búsqueda.
68
Desear con Exito

Después que no podemos saber qué o quién reacciona a nuestro deseo,


tampoco tenemos idea naturalmente desde qué dirección podría llegar el
dinero. Pero como no tenemos ninguna idea, es bastante insensato fijarse en
una determinada dirección. Pese a eso lo hacemos. Yo mismo también me
sorprendo siempre de que tengo una idea prefabricada y por eso muchas
veces no noto de inmediato el cumplimiento de mi deseo.

“¿Dónde se ha metido mi pedido?” –


O “¡Estoy sentado en el tren equivocado!”
Yo viajo cada vez más seguido en tren en vez de volar. Encuentro que se
puede aprovechar mejor el tiempo. La mayoría de las veces me siento en el
carro-comedor y veo una película en mi computador portátil. Así me lo
había propuesto también esta vez. En las mañanas, cuando salgo de la casa,
formulo rápidamente mi deseo y lo envío. Yo quería primero café y kuchen
y a continuación ver una película y llevaba todo lo necesario. Mi
computador portátil y un DVD. En el tren expreso hay siempre enchufes
eléctricos. Pero de pronto estaba sentado en un tren interurbano que no era
expreso. Ahí no había ni restaurant ni enchufes. Además, el tren estaba
repleto. El único lugar libre estaba en una mesa en la que, además, había
personas sentadas frente a mí, que me miraban amablemente con
curiosidad. ¿No había llegado esta vez mi pedido? Si el tren ya está tan
lleno, habría sido bueno estar sentado en un rincón, ¿pero aquí en medio de
un carro grande?
En todo caso yo no estaba en absoluto satisfecho con el universo y
maldecía interiormente. De pronto el hombre que estaba frente a mí chocó
con la rodilla contra algo y se sobaba la parte que le dolía. “Un enchufe”, se
quejaba malhumorado con su esposa. “¿Quién necesita algo así?”
¡Yo!, grité interiormente y miré asombrado debajo de la mesa.
Efectivamente, allí había un enchufe. Tenía corriente para mi pequeña
película. Y además, ese matrimonio suabo desempacó un canasto con
provisiones. Como para no creerlo, pusieron la mesa para ellos y colocaron
una taza de café para mí. Y kuchen. “Porque café sin kuchen sería algo
incompleto”, dijo el hombre sonriendo y me deseó que me divirtiera mucho
con mi película. El pedido había salido y el universo entregó. Mi idea había
sido quizás un poco diferente, pero la entrega se había llevado a cabo
rápidamente. Y justamente eso es lo entretenido en desear con éxito. Los
deseos se cumplen siempre; solamente hay que confiar y estar alerta.

69
Desear con Exito

Porque el modo en que se realiza la entrega, la mayoría de las veces es


sorpresivo.
¿Pero cómo se hace para no dejar pasar la entrega?

Intuición
¿Cómo se cumplen nuestros deseos? Con seguridad de un modo diferente
a como lo esperamos. Lamentablemente no siempre resulta que deseamos
algo y ese algo ya viene hacia nosotros. Como todo es cuestión de energía, a
veces también somos “solamente” conducidos muy suavemente. Y
justamente allí donde se puede encontrar lo deseado.
¿Pero cómo somos conducidos?
Eso puede ser a veces una conversación que se coge al vuelo y que
contiene una información importante para uno. También puede ser una
idea que se persigue. O de pronto uno quiere ir por otro camino que por el
acostumbrado y “casualmente” se encuentra ahí con un antiguo conocido,
que de pura “casualidad” le habla de alguien que hay que conocer. Y
“extrañamente” esa persona tiene justamente lo que uno desea. Una casa, la
herramienta para la cañería tapada, o conoce a alguien que puede
solucionar el problema del computador. O alguien se golpea la rodilla y le
indica a uno dónde está el enchufe oculto.
Las energías conducen, guían, dirigen. Solamente hay que estar abierto
para eso. Si uno ha enviado un deseo, simplemente sólo hay que
permanecer con el oído atento y despierto. Entonces se obtendrán todas las
informaciones necesarias.
El modo más seguro de que eso ocurre es por medio de la intuición.
Intuición, ¿qué es eso?

La intuición es la admisión de sí mismo

Si uno quiere tomar contacto con su intuición, no hay que hacer otra
cosa que seguir lo que se siente bueno. Sin importar cuán extraño,
embarazoso o ridículo nos parezca en el primer momento. La intuición no
es otra cosa que una acción espontánea. Cuando a uno se le ocurre algo que
desea hacer, entonces se hace. No se buscan razones a favor o en contra.
No se evalúa. Se sigue el impulso.
Intuición es lo contrario de razón. Es decir, no podemos reflexionar al
respecto. La intuición no es una consecuencia lógica de una reflexión
intensa. La intuición pasa a través del sentimiento y de las sensaciones.

70
Desear con Exito

Si se quiere hacer caso a la voz de la intuición, sólo hay que dejarse


llevar. Sin fijarse un objetivo. Si no se cuestiona y no se evalúa, si se pone
atención en los silenciosos pensamientos y simplemente se siguen, si se
permanece en el momento, sin quedarse en el pasado o mirar al futuro, se
tomará contacto con su intuición.

El funcionamiento de la intuición
se desarrolla solamente en el presente.

Con ayuda de la intuición, la acción se vuelve espontánea y crece la


confianza en la propia percepción. En vez de tener que enfrentar nosotros
mismos los desafíos de la vida cotidiana, nos dejamos llevar a la solución
deseada. En realidad eso no es otra cosa que recoger nuevamente la energía
de materia fina que hemos enviado. Volviendo hacia nosotros, ésta nos guía
entonces hacia donde obtenemos lo deseado. Dicho simplemente, es nuestro
presentimiento el que nos guía.
Naturalmente al principio uno está todavía inseguro. Como con todo, se
necesita un poco de ejercicio y experiencia. Pero incluso si al principio
todavía es difícil darse cuenta cómo se siente la intuición, después de
solamente un corto tiempo de familiarización, se forma un buen sentido
para el fuerte aliado nuestro. Pronto uno se convierte en una unidad
cerrada. Ya no se está solo. Nunca más. Existe en nosotros una instancia
superior que nos dirige y nos guía hacia la respuesta deseada.
No hay que preocuparse, desear con éxito funciona siempre. También sin
intuición. Pero con ella resulta esencialmente más rápido. Nuestra intuición
es simplemente algo así como nuestra dirección postal, adonde se envían las
informaciones acerca de dónde podemos retirar lo deseado.
Pero yo también he actuado muchas veces consciente contra mi intuición
y la entrega ha llegado pese a eso. Sólo que algunas veces con atraso.
Aquí hay dos pequeños ejemplos de cuán concreta y directamente trabaja
la intuición.

Entregas rápidas
Cuando quiero que se me entregue algo en forma especialmente rápida,
hago el pedido a través de preguntas. “¿Dónde encuentro lo deseado?” o
“¿Cómo obtengo de la manera más rápida…?” Es decir, le encargo
totalmente consciente a la energía enviada que se presente ante mi
intuición.

71
Desear con Exito

Y después me relajo y pongo atención a las más leves señales. A veces la


respuesta es una frase que un vecino dice en el restaurant, o los titulares de
un diario o la letra de una canción en la radio.
Hace muchos años, cuando todavía no estaba tan familiarizado con mi
intuición, todavía tenía algunas dificultades para reconocer las señales.
Muchas veces tampoco sabía si yo mismo trataba de convencerme de algo
o si empujaba conscientemente a mi razón en una dirección.
Todavía me acuerdo muy bien del tiempo en que a pesar de mi éxito
profesional me sentía cada vez más solo y vacío. En ese tiempo mi profundo
deseo era solamente comprender cuál era el sentido de mi vida.
Todavía recuerdo cuando estaba sentado en el café en Schwabing y
pensaba sin parar en voz alta. ¿Qué significa en realidad toda esta
porquería? ¿Dónde está el sentido en lo que hago? Yo estaba realmente
enojado. “Estoy dispuesto para respuestas, pero éstas deben venir ahora
mismo”.
Entonces descubrí sobre mi mesa una antigua boleta arrugada, a la que
no le dí ninguna importancia. Cuando había pagado y me iba del café, el
mozo me siguió y me dijo que se me había quedado algo. Era la boleta
arrugada. Era de una librería de ahí cerca. Pero yo seguía sin interesarme
realmente por ésta. (Como ya dije, todavía no era entendido en
reconocimiento de señales).
Poco después me detuvo un transeúnte y me preguntó por una calle que
yo no conocía. No había andado dos pasos y me acordé que esa era la calle
de la librería de la boleta. Entonces, al darme curiosidad (por fin) pasé por
ahí. Era una extraña tienda. Con platillos sonoros en la vitrina y al entrar
uno se encontraba con vapores de humo que salían de un incinerador. Era
una de las primeras librerías esotéricas en München. Hasta ese momento yo
ni siquiera sabía que existía algo así. Después llegó a ser mi librería
habitual.
Inseguro pasé a lo largo de los estantes de la librería. Allí había nombres
de autores de los cuales yo no había escuchado jamás. No tenía idea cuál
libro debía comprar, ni sabía siquiera por qué estaba en esa tienda. Entonces
se dio vuelta una mujer, con el pelo bien corto y con unos pantalones de
algodón casi ridículos, y me dijo: “Tiene que leer este libro, es fabuloso”.
Con una sutil sonrisa indicó un libro que había en un estante. Más por
cortesía que por interés, lo compré. Ese libro ha cambiado radicalmente mi
vida. Era “El manual de la consciencia superior” de Ken Keyes.

72
Desear con Exito

Tenía todas las respuestas a mis preguntas. Por medio de ese libro
comprendí de repente el sentido de lo que hago.
¿Pero había sido eso realmente algo así como desear con éxito y me había
guiado esa tarde realmente un orden superior hacia ese libro?
Nosotros sabemos justamente cómo trabaja la razón. Duda y afirma
incesantemente que todo ha sido solamente una secuencia de casualidades.
Por lo tanto, poco después quise saber eso nuevamente. Yo estaba
buscando otro libro más, que por lo menos produjera un efecto igual de
intenso sobre mi vida.
Esta vez fui esencialmente más directo y audaz con la formulación de mi
deseo. Quería tener el libro en mis manos el mismo día y esperaba que
solamente se me comunicara el título.
Además, en esta ocasión no quería facilitarle tanto las cosas al destino. Yo
no quería salir de la casa. Tampoco sentía en absoluto el impulso por salir.
Una hora más tarde me llamó mi agente. Ella quería saber si yo por fin
había leído el guión del nuevo “Lugar del suceso”. Naturalmente no, ni
siquiera lo había recibido. Ella estaba horrorizada. Yo tendría que haber
leído el guión ya hace tiempo. Ese sería el papel de mi vida. Tenía que
ponerme de inmediato en camino y pasarlo a buscar donde ella.
En el camino de regreso a casa se me ocurrió nuevamente mi deseo. Con
todo el alboroto lo había olvidado por completo. Pero según las apariencias,
el universo también me había olvidado a mí. ¿Dónde estaba entonces mi
libro?
Esa tarde fui también a pasear a la calle Leopoldo. Naturalmente estaba
despierto y atento: Tal vez alguien me dé nuevamente información. O pesco
al vuelo una frase que contiene el título del libro.
Pero no ocurrió nada semejante. Me senté en un banco y leí mi guión.
Entonces vi a un muchacho. Estaba parado frente a una tienda llorando y
no podía abrir la puerta. Yo le ayudé. Era una librería, no, no esotérica, pero
a menos de tres pasos al lado de la caja me dio un pequeño sobresalto. Allí
me miraba fijamente un libro cuyo título era “Guión para la maestría en la
vida”. Un libro que me acompañaría durante todo un año. Era como si Ron
Smothermon hubiera escrito ese libro exclusivamente para mí.
¿No había dicho mi agente que yo debía leer el guión, que sería el papel
de mi vida? Siempre se entrega. Si no tenemos suficiente buen oído, se nos
seguirá con el “paquete” todo el tiempo que sea necesario hasta que ya no
podamos evitarlo. Pero si queremos recibir la entrega lo más rápidamente
posible, hay que estar atento.

73
Desear con Exito

Regla 7
Descubrir los verdaderos grandes deseos
Los deseos son tan variados como la personalidad de cada individuo.
Uno desea aprender a bailar y nunca ha tenido tiempo para eso o no tiene
condiciones, el otro busca verdaderos amigos, porque siente cada vez más
fuerte la carencia en su vida, y un tercero anhela una pareja ideal.
Ninguno de esos deseos es más grande o más pequeño, más importante o
reprobable que otro. También da lo mismo si los deseos parecen razonables,
es decir, lógicos para la razón. Cada deseo sólo nos muestra simplemente la
carencia que sentimos en ciertas áreas de nuestra vida. Entretanto sabemos
que nuestros deseos se cumplen. La pregunta esencial es, si con el
cumplimiento de nuestro deseo también se elimina nuestra carencia. ¿O se
hace notar muy rápidamente en otra parte? La verdadera pregunta es
entonces: ¿Hacia qué quiere hacernos dirigir nuestra atención esa carencia
en nuestra vida?
Lo que deseamos es simplemente un cambio. Algo no nos gusta en
nuestra vida y no sabemos cómo podemos cambiarlo de un modo “normal”.
Pero la mayoría de las veces tampoco sabemos cómo será realmente en
cuanto el deseo se haya cumplido. ¿Mejora realmente nuestra vida con eso?

Cuáles deseos encajan conmigo


Esa es la pregunta esencial. No tiene tal vez ningún sentido desear algo
que no corresponde en absoluto a la propia naturaleza. Pese a eso lo hace la
mayoría de nosotros. A menudo deseamos algo solamente porque otros lo
desean o por que ya lo tienen. Muchas veces perseguimos un ideal que no es
en absoluto el nuestro.
Pero no porque otros encuentran “fabuloso” algo, eso tiene que ser
adecuado para nosotros. ¿Y qué hacemos si lo anhelado se cumple? ¿Si se
realizan deseos que no encajan en absoluto con nosotros?
Antes de desear algo, deberíamos en realidad tener en claro, qué
necesitamos verdaderamente para nuestra vida. ¿Nos sentimos después
realmente mejor, más aceptados, más dignos de ser queridos o más felices?
El cumplimiento de algunos deseos, nos puede poner justamente bajo
mucha presión. El trabajo soñado tal vez nos puede exigir demasiado, el
deseo de un hijo puede cumplirse demasiado pronto o el anhelado cambio
de casa nos puede hacer perder amigos.

74
Desear con Exito

Los deseos que se cumplen


nos cambian siempre.

¿Pero estamos también realmente preparados para los cambios y las


consecuencias? Nuestra maravillosa relación amorosa, ardientemente
anhelada, tal vez nos ponga en contacto con nuestro miedo de no
corresponder bien o de perder lo largamente anhelado. Quizá no nos
sentimos en absoluto capaces de conducir el auto grande y a causa de su
impresionante tamaño no encontramos nunca un estacionamiento. O no
nos acostumbramos a la deseada fama y a la atención ligada a ésta.
Los deseos que se cumplen no siempre nos traen verdadera felicidad. Por
eso, antes de atrevernos a los grandes deseos, deberíamos saber lo que
realmente esperamos de nuestro deseo.
Cada deseo exitoso cambia nuestras circunstancias de vida. Por eso
deberíamos examinar con exactitud si realmente estamos dispuestos a ese
cambio. Tal vez nuestro anhelo va en una dirección determinada, pero
nosotros todavía no somos en absoluto capaces de desempeñar realmente el
nuevo papel.

El deseo de dinero
Recibir mucho dinero significa tal vez abandonar el entorno habitual,
porque entonces uno se puede comprar una casa. Quizá también se pierda el
trabajo, porque simplemente ya no es necesario y ya no se ve ningún
sentido en él. Se puede por cierto hacer y dejar lo que uno quiera todo el
día, ¿pero se tiene realmente ganas de eso? Tal vez uno eche de menos su
antigua casa, sus vecinos, sus colegas. Contra el deseo de recibir mucho
dinero no hay nada que objetar, sólo se debería simplemente tener en claro
que cada deseo tiene también consecuencias. Por eso tal vez sea esencial-
mente más importante pensar sobre las condiciones de vida que a uno le
gustaría lograr. Porque solamente mucho dinero no es ninguna garantía
para ser feliz. Muchos millonarios de la Lotería, después de pocos años ya
eran nuevamente más pobres que las ratas y más infelices que nunca antes.
Por eso, Michaela y yo hemos hecho un pequeño pacto con el universo.

Nuestro convenio con el cosmos


Después que habíamos ganado dos autos dentro de un año, estábamos
profundamente impresionados de nuestro desear con éxito. ¿Pero por qué
hacer siempre pedidos únicos?

75
Desear con Exito

¿No es posible hacerlo como suscripción permanente?


Inmediatamente después de pensar eso, Michaela y yo deseamos en todo
caso que nunca más tuviéramos que preocuparnos por dinero. El dinero
simplemente debía estar presente. No debía ser una cantidad excesiva, para
que siguiéramos sintiendo suficiente alegría y motivación por nuestro
trabajo, pero tampoco debía ser demasiado poco. En todo caso debía ser
suficientemente abundante en nuestra vida, como para que pudiéramos
hacer realidad lo que anhelábamos. Eso era como un convenio con el
cosmos. Nosotros cumplimos con nuestra parte y el universo se encarga en
el futuro que entre dinero regularmente.

Las posesiones deben estar a nuestro servicio


y no nosotros al servicio de ellas.

Desde ese día no existió nunca más para nosotros el tema del dinero. El
dinero llega simplemente a nuestra vida. A veces de un modo totalmente
inesperado.
Cuando se comienza a desear, uno tiene rápidamente en claro justamente
lo siguiente: No se llega a ser rico por medio de trabajar mucho. Se llega a
ser rico deseándolo e invitando a la riqueza a su vida. Sólo si uno está
convencido de que le corresponde eso, está realmente abierto y preparado
para la entrega deseada.
Pero el dinero es solamente una parte del bienestar. En realidad la
riqueza contiene esencialmente más. Por eso, para ser verdaderamente
felices, al desear deberíamos pensar también en los siguientes aspectos:
• Salud
• Una maravillosa vida de pareja
• Una profesión satisfactoria
• Verdaderos amigos
• Suficiente tiempo para uno mismo y para los demás
• Paz y serenidad interior

Esta lista se puede ampliar a voluntad. Solamente es importante saber


que la verdadera riqueza contiene más que dinero. Pero el dinero, la
“despreciable riqueza”, es un ingrediente muy deseable para más
satisfacción y paz interior en la vida.

76
Desear con Exito

La vida de pareja soñada


El mayor deseo de nosotros, los seres humanos, es tal vez: Encontrar a
alguien que esté con nosotros en las buenas y en las malas, que nos
comprenda, con quien nos sintamos queridos y aceptados. El deseo de una
pareja es tal vez el que influye más profundamente sobre nuestra vida.
Justamente con el deseo de tener una pareja es entonces importante que nos
preguntemos: ¿Qué quiero realmente?, es decir, qué cualidades debe tener
esa persona. Modificando el conocido refrán: “Por eso, quién se compromete
eternamente, examina …”, podemos decir:

Por eso, examina lo que realmente deseas,


porque se cumplirá.

Por lo menos igual de importante es, sin embargo, preguntar por la


propia motivación: ¿Por qué quiero una pareja? ¿Qué debe ésta traerme? La
mayoría de las veces ocurre que lo que deseo obtener exteriormente, en
realidad falta en mi interior.
Si mi deseo está, por ejemplo, expresado así: “Quiero a alguien que me
ame incondicionalmente”, eso significa en realidad: “No soy amado, No
soy digno de ser amado. Yo mismo no me amo”. Muchos buscan entonces
una pareja que los ame incondicionalmente, sólo porque ellos mismos no se
aman.
La verdadera base de partida para el deseo tendría, sin embargo, que ser:
“Yo soy digno de ser amado tal como soy. Acepto todas mis carencias y
fallas y me acepto tal como soy ahora. Yo soy único y hermoso y cada día
me acerco más a mi amor por mí mismo. Por medio de mi amor hacia mí
mismo atraigo a la persona que me mira con los mismos ojos que yo me
miro a mí mismo. Estoy abierto y dispuesto a permitir el amor hacia mí
mismo, como también el amor de otra persona. No le doy más fuerza a mis
obstáculos y bloqueos y el amor en mí puede fluir libremente. Estoy abierto
y dispuesto, para que el amor se presente en mi vida”.
Si simplemente sólo deseara a alguien que me ame, pero sin aceptarme a
mí mismo, no podría en absoluto aceptar el amor que se me demuestra.
Tan sólo por medio de la disposición interior, puedo permitir todo lo que
necesito. Ya no tengo entonces que buscar más, a mí me encuentran. Porque
con la disposición adecuada, nos encuentra aquello que realmente
necesitamos.
Pese a eso, hay algunos deseos que no funcionan en absoluto.

77
Desear con Exito

Los deseos no deben, por ejemplo, forzar a otras personas a hacer algo
contra su voluntad. No podemos inducirlas entonces a que se enamoren de
nosotros. O a hacer algo bien determinado para nosotros.

El libre albedrío está sobre todas las cosas,


también sobre todos los deseos.

Eso está muy bien, ya que de lo contrario cualquiera podría desear algo
de nosotros y nosotros tendríamos repentinamente que efectuar acciones
que no nos gustan en absoluto.
¿Pero cómo encuentro entonces a la persona que me ame?
Por medio de desear con éxito no consigo en todo caso que una
determinada persona, elegida por mí, que se imagina mi mente, se una
conmigo. Pero si yo, por medio de mi deseo, invito a mi vida a una persona
que deba tener exactamente mi vibración y que naturalmente deba
corresponder a mi amor, obtengo con seguridad la pareja que es igual a mí
y que encaja conmigo.

Pedir la pareja apropiada


En mis conferencias sobre vida feliz de pareja me hacen reiteradamente
la misma pregunta: “¿Cómo logro conocer y atraer a mi vida a la pareja
apropiada?”
En el fondo eso es muy simple. En el fondo eso es tan simple, que llega a
ser increíblemente difícil para la mayoría de nosotros. En estricto sentido
tenemos que hacer mucho menos de lo que pensamos. Simplemente
tenemos que dejar de buscar tan agitadamente y con tanto pánico. Porque
justamente la búsqueda con pánico y agitación indica solamente que en
realidad no confiamos en todo el asunto. Profundamente en nuestro interior
estamos casi siempre convencidos de que ya no encontraremos a nadie. Por
lo menos no el “adecuado”. Buscar es lo contrario de encontrar. Para
encontrar sólo tenemos que abrir nuestros ojos y nuestro corazón y estar
dispuestos a recibir.

Desear con éxito significa estar dispuesto


a permitir todos los milagros en nuestra vida.

La búsqueda obstaculiza en todo caso la permisión. Mientras buscamos,


estamos ligados a un determinado objeto o propósito.

78
Desear con Exito

A una proyección que diseñamos en nuestra limitada consciencia y la


cual buscamos incesantemente. En nuestra imaginación siempre habrá
alguien que no tiene ninguna falla. Naturalmente, algo sin defectos e
inconvenientes es solamente una mera ilusión. Porque algo así no existe.
Algo así existe solamente en nuestra fantasía, que en todo momento
podemos encender y apagar o modificar según nuestra imaginación.
Pero nosotros buscamos una persona que se ajuste a nosotros. Es decir,
ésta tendrá inconvenientes muy parecidos a los nuestros. En estricto sentido
también nos buscamos a nosotros mismos, porque al fin y al cabo
queremos reflejarnos en nuestra querida pareja. Ésta debe ser similar a
nosotros. Debe desarrollarse con nosotros y observar el mundo con ojos
parecidos a los nuestros. Debe pensar parecido a nosotros sobre las cosas
más esenciales. Sobre fidelidad, familia, amor, Dios y sobre el modo de
superar la vida.
Nuestra fantasía no nos ayuda entonces en este caso. Tampoco nos ayuda
la constante búsqueda, con la que más bien impedimos que experimentamos
el verdadero amor.
Antes de enviar un deseo tan importante, tenemos que tener en claro lo
que verdaderamente queremos tener.
Para dejarlo en claro nuevamente, el pedido no es difícil, pero es muy
importante para nuestra vida. Los errores al llenar nuestro formulario de
deseos tienen entonces igualmente amplias consecuencias.
Y no obstante, aunque eso tenga tal importancia, a menudo no nos
hacemos una verdadera idea de cómo debe ser nuestro deseo de una pareja
“adecuada”. Aunque pensamos que lo sabíamos, no tenemos ninguna idea
cuál pareja nos hace realmente bien. Tampoco queremos pensar mucho
tiempo en eso, simplemente queremos tener una pareja. Pero muchas veces
detrás de eso hay un deseo completamente diferente. No queremos estar
más solos.
Por lo tanto, antes de enviar nuestro pedido deberíamos tener en claro
qué pareja queremos realmente tener a nuestro lado en nuestra vida.
Para eso ayuda la lista que describí detalladamente en mi libro “Reglas
de felicidad para el amor”; aquí entrego solamente un breve resumen. Con
esa lista se nos aclara bastante rápido qué esperamos de una vida de pareja,
qué estamos dispuestos a aportar y cuál pareja se ajusta mejor a nosotros.
En mis conferencias y en las sesiones individuales trabajamos muy seguido
con esa lista. Ésta es rápida, efectiva y proporciona una claridad asombrosa.

79
Desear con Exito

Si queremos entonces la pareja “adecuada”, tenemos primero que tener


en claro qué debe buscar el cosmos para nosotros. De ese modo se originó
también la lista. La desarrollé cuando yo mismo, después de muchas
confusiones y equivocaciones y de innumerables intentos fallidos, quise
finalmente tener la pareja apropiada para mi vida futura. En ese entonces
me había aislado por un tiempo, para descubrir qué pareja se ajusta
realmente a mí.
Para obtener claridad al respecto, experimenté con diferentes medios de
ayuda y posibilidades y siempre solamente me dediqué a la pregunta
“¿Cómo puedo darme cuenta de la mejor forma, quién realmente encaja
conmigo?”
Entonces se me ocurrió la idea de escribir una lista. Descrito brevemente,
hice lo siguiente:
En una hoja grande de papel hice dos columnas. En la primera columna
escribí todo lo que esperaba de mi futura vida de pareja. Esa columna fue
llenada muy rápidamente y era bastante extensa. Todos mis deseos y
anhelos ingresaron allí.
En la segunda columna escribí todo lo que yo mismo estaba dispuesto a
aportar. Y véase, esa columna era esencialmente más corta.
Pero lo que yo mismo no puedo aportar en una relación, tampoco lo
encontraré ahí. Entonces era muy evidente que yo buscaba una pareja con
la que pudiera desarrollar todas las carencias.
Quien desee enterarse en forma más exacta sobre este trabajo, que lea por
favor el libro “Reglas de felicidad para el amor”. Ahí describí todo
detalladamente.
Cuando tuve cada vez más en claro cómo debía ser mi futura pareja, lo
escribí todo en una hoja de papel y la dejé en un lugar solemne.
La forma maravillosa en que ese deseo se cumplió, me asombra todavía
hoy.

Cómo atraje a mi vida a la pareja adecuada


En todo caso reflexioné algunas semanas sobre mi deseo de una pareja
con mucha exactitud y lo elaboré basándome en mi lista. Tan sólo una vez
que realmente estaba absolutamente seguro de la pareja que mejor
encajaba conmigo, le entregué mi lista de deseos al cosmos.
Porque una cosa tenía en claro: Mi deseo se cumpliría. Pero en estricto
sentido, realmente no le facilitaba al universo el cumplimiento de mi deseo,
porque en ese tiempo me había aislado por completo y permanecí durante

80
Desear con Exito

varios meses casi exclusivamente en mi casa. Aparte de dos horas en la


tarde, en las cuales estaba en el escenario del teatro de Kurfürstendamm y
de una única comida colectiva con gran asistencia, a la que los colegas me
habían forzado amablemente a asistir, porque pensaban que estar
permanentemente solo en mi casa no me haría bien, yo permanecía en mi
soledad.
¿Cómo debía entonces el universo cumplir mi deseo?
Algunas semanas después, sonó el teléfono. Al habla estaba una mujer
con la que yo había conversado algunas semanas antes en esa comida. Pero
yo ya no podía acordarme de ella con exactitud. Solamente sabía todavía
que era rubia, delgada y que usaba lentes gruesos. Pero de inmediato nos
entendimos tan bien, que hablamos cuatro horas por teléfono y al día
siguiente otras siete horas. Y como no nos podíamos ver, ya que ella
actuaba en el teatro de Bremen y yo en Berlín, al día siguiente hablamos
otra vez siete horas por teléfono. Había una comprensión tan profunda en
tantas cosas, que en la noche siguiente, después de otras ocho horas al
teléfono, acordamos ir juntos de vacaciones. El sentimiento que nos unía
era tan intenso, que al día siguiente incluso decidimos por teléfono vivir
juntos y Michaela, que era capaz de una verdadera entrega, renunció de
inmediato en su trabajo y puso fin al arriendo de su casa. Un día después
decidimos casarnos, sin habernos visto realmente.
¿Pero realmente no nos habíamos visto? Tal vez no físicamente, pero
conocíamos uno del otro cada milímetro de nuestras almas. Nos habíamos
contado todo. No había secretos. Incluso sabíamos cosas de nosotros que no
le habíamos confiado nunca a ninguna otra persona. Nos habíamos
mostrado. Habíamos abierto nuestro interior y revelado nuestra alma sin
reservas. Los dos sabíamos que éramos el uno para el otro.
Todos mis amigos me consideraban completamente loco. Pensaban que
ahora estaba totalmente demente. Trataban de hacerme cambiar de opinión.
“No sabes en absoluto qué olor tiene, qué sabor tiene y si en general se
entienden físicamente”. Pero yo sabía que si no le daba oportunidad a la
posibilidad de vivir mi verdadero gran amor, lamentaría toda mi vida la
pérdida de esa posibilidad. Cada vez que en otra parte las cosas no
anduvieran muy bien, yo pensaría en esa oportunidad única. En mi fracaso
y en mi indecisión.
Por otra parte, ¿qué riesgo corría yo? Si Michaela y yo realmente no nos
comprendiéramos físicamente, teníamos entonces la oportunidad de llegar a
ser los mejores amigos. Porque espiritualmente ya estábamos unidos.

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Desear con Exito

Ella pensaba tal como yo, veía el mundo con los mismos ojos, tenía los
mismos anhelos y esperanzas y estaba igualmente dispuesta a trabajar en
ella misma, tal como yo, para que pudiéramos disolver juntos todos los
defectos de la propia personalidad.
Y cuando yo, seis semanas más tarde, después de muchas otras largas
conversaciones telefónicas, aparecí delante de su casa con un vehículo de
mudanzas y por primera vez la vi tan claramente, estaba muy feliz. Lo
primero que pensé fue: Tuve suerte. Michaela era la mujer más hermosa
que yo podía imaginar.
Pero lo más asombroso era que cuando después saqué nuevamente mi
lista y miré mi pedido, Michaela correspondía exactamente a esa lista en
todos los detalles.
Naturalmente también recibimos siempre extras, cosas y cualidades que
no hemos formulado en nuestra lista de deseos. Al fin y al cabo no
podemos pensar en todo. Pero todo lo que aparecía en mi papel se cumplió.
¿Casualidad? Quien siga creyendo eso, debe seguir dejando
tranquilamente su vida en manos de la casualidad y esforzarse mucho.
Esencialmente más simple es, sin embargo, desear con éxito y determinar
uno mismo su vida.
Pero como se puede ver bien en mi ejemplo, no se debe esperar una
determinada forma en la que debe realizarse la entrega.
Sólo consiste en estar dispuesto. Nuestra nueva pareja nos puede hacer
caer, ocasionar un accidente o demandarnos. ¿Quién dice que el primer
encuentro tiene que ser positivo? En todo caso atraerá toda nuestra atención
hacia ella.
Muchos matrimonios felices han comenzado no soportándose, pero
extrañamente no siéndose indiferentes. Naturalmente eso puede igualmente
ocurrir en forma completamente romántica y ambos saben desde el primer
segundo, que esa es la pareja para la vida.
Lo importante simplemente es, solamente no tener una opinión e idea fija
acerca de cómo debe transcurrir eso. De lo contrario, el universo podría
estar entregando y uno no se da cuenta de la entrega a causa de ausencia
interior. A menudo me preguntan si Michaela envío también al mismo
tiempo al éter, deseos de tener la pareja adecuada. No, no lo hizo. Pero
estaba abierta y dispuesta a involucrarse. Naturalmente ella también habría
podido decir que no, pero eso habría sido una extraña entrega de mi deseo.
“Aquí está la mujer más maravillosa que se ajusta exactamente a ti, pero
ella no te quiere en absoluto”.

82
Desear con Exito

Pues bien, en todo caso el cosmos no entrega así. Michaela estaba


dispuesta y abierta, y yo había buscado la pareja ideal, que naturalmente
debía estar dispuesta y abierta para una relación amorosa.
Por lo demás, se puede realmente escribir todo lo que a uno se le viene a
la cabeza. También aspecto y figura y rasgos característicos. No obstante,
esa no es ninguna garantía de que uno será feliz con esa pareja, porque
quizás uno se exige demasiado a sí mismo con sus deseos.
Imaginémonos, por ejemplo, que la pareja debe ser atlética y deportiva y
naturalmente tener buen aspecto. Pero entonces tenemos que partir de la
base, que a esa futura pareja le gustan las actividades deportivas y desea
también practicarlas con nosotros. ¿Se quiere eso realmente?
O uno desea una pareja que sea un cohete en la cama y que siempre
tenga deseos. El sueño de todos los hombres. Pero si eso se hace realidad,
pronto se puede transformar en una pesadilla. ¿Qué ocurre si después de un
mes uno ya no quiere tan seguido como ella o ya no se ajusta a la velocidad
o alguna vez tiene otros intereses? O cuando se teme ser abandonado si uno
ya no rinde en la cama. O se tiene miedo de no bastar.
Si se desea una pareja que sea hermosa, pero uno mismo se encuentra
poco atractivo, se puede llegar rápidamente a tener sentimientos de
inferioridad.
Formular deseos solamente debido a la carencia actual, puede ser
bastante peligroso. El deseo se cumple. Si éste es para nuestro bien, no está,
sin embargo, garantizado.
Por eso, especialmente al desear una pareja se debería pensar muy
exactamente qué pareja se desea atraer.

¿Llega a ser más feliz la vida?


¿Se llega a ser más feliz por medio de desear con éxito?
Sí, en todo caso, pero de un modo diferente a como se ha pensado.
La felicidad es una actitud interior y tiene solamente poco que ver con la
realidad exterior experimentada. Si no somos felices sin dinero o pareja,
tampoco lo somos con ellos.
Al fin y al cabo cada uno de nosotros conoce personas que han logrado
tener dinero y pareja o fama y, sin embargo, están eternamente de mal
humor o son infelices.
Si queremos experimentar felicidad, no la obtendremos por medio de
influencia externas.

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Desear con Exito

La felicidad se origina siempre justamente desde adentro.


Experimentamos felicidad cuando emitimos felicidad. En eso no influye si
vivimos en una mansión o en una casa de 30 metros cuadrados. En las dos
podemos igualmente ser felices como también infelices.
La felicidad se origina de una serenidad interior. La felicidad se origina
siempre cuando queremos compartir con otros.
La felicidad es un estado en el que nos encontramos con o sin pareja, con
o sin dinero, con o sin casa y prestigio. Pero muchos creen que solamente
podrían ser felices si tuvieran algo determinado. Y justamente esa palabrita
“si” no nos deja ser felices. Y por cierto nunca. Nosotros no queremos en
absoluto ocuparnos de por qué estamos justamente allí donde estamos, y
simplemente sólo queremos salir. Pero después que determinadas
circunstancias, y por cierto nuestros deseos y creencias inconscientes, nos
han dado la situación que no queremos aceptar, también con influencias
externas modificadas sentiremos y actuaremos muy parecido.

Siempre nos llevamos consigo.

También a la supuesta felicidad, que naturalmente siempre está en otro


lugar que en el que nos encontramos. Y por eso también seremos infelices
en la felicidad esperada. Siempre faltará algo en nuestra vida para
experimentar la verdadera felicidad.
Hace muchos años yo tenía aparentemente todo. Dinero, prestigio, éxito
profesional, mujeres y buena salud. Y a pesar de eso no era feliz. Me sentía
vacío e inquieto. Todavía estaba convencido de que a todos los demás les
iba mejor que a mí. Estaba convencido de que tenía que obtener todavía
más para acercarme a la felicidad. Tenía entonces que ser más exitoso,
acumular más bienes, conseguir más mujeres para ir a la cama, y entonces
aparecería la sensación de profunda felicidad. Y justamente esa creencia no
me dejaba ser feliz. Justamente esa creencia en mi carencia, me hacía sentir
la carencia. Sin saberlo, yo trasladaba al futuro mi situación de felicidad. La
creencia en la carencia acallaba todos los demás deseos. Yo creía tanto en
esa carencia, que por lo visto me impedía ser feliz, que incluso cuando se
hicieron realidad los primeros deseos, no fueron para mí los adecuados o
llegaron demasiado tarde. Por esa razón, nada, pero realmente nada de lo
que fue entregado de los pedidos, podía ser recibido con alegría y
agradecimiento, porque al mismo tiempo yo estaba convencido de que a
otros se les había cumplido el deseo esencialmente mejor.

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Desear con Exito

Yo estaba en búsqueda de la felicidad, pero mientras más buscaba afuera,


más la perdía de vista. Mi deseo inconsciente era en ese entonces: “Yo no
soy feliz. Mi felicidad está en el futuro. Necesito todavía más para ser feliz”.
Con eso yo pedía en forma muy concreta: “No sentir nunca felicidad en el
presente”. Mi posición fundamental era ser infeliz. Y en eso tampoco podía
cambiar nada el cumplimiento de algunos, o bien, de muchos deseos.
Tan sólo cuando renuncié, y dejé de ser llevado por la idea de llegar a ser
feliz por medio de otros, comencé a encontrar satisfacción profunda y amor.
Al fin y al cabo, detrás de mi búsqueda estaba siempre sólo una cosa:
Ansiaba amor y seguridad, y como no los tenía esperaba obtenerlos por
medio de influencias externas.
Pero si no sentimos en nosotros el amor y la seguridad, ninguna persona
de este mundo nos lo puede dar.
Eso significa, por mucho que me duela, que el cumplimiento de todos los
deseos no cambia nada en nuestra actitud hacia la felicidad. Si ahora no
somos felices, tampoco lo seremos por medio de influencias externas.
Incluso cuando a veces creemos eso. La felicidad que experimentamos
entonces, es solamente de corta duración, porque no corresponde a lo que
sentimos en lo más profundo de nuestro ser.

¿Desear con éxito me ha hecho más feliz?


¡Sí, absolutamente! No tanto porque ahora se cumplan todos los deseos en
mi vida, sino porque manejo más conscientemente mi vida y me
encomiendo a mi conducción.
Ya el hecho de que experimento una y otra vez que mis deseos se hacen
realidad cuando quiero, me hace saber que no tengo que esforzarme solo
aquí en la Tierra. Incluso en los momentos más quietos y solitarios, yo estoy
satisfecho y feliz. Esté totalmente aislado o bañándome en una multitud, yo
estoy conectado. Y lleno de agradecimiento.

Trabajar con el universo es


esencialmente más fácil
que esforzarse solo.

Desear con éxito cambió todo mi mundo. Mi forma de experimentar las


cosas, mi forma de ver las cosas, mi percepción, mi vida de pareja y mi
amor por mí mismo.

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Desear con Exito

Cada día me acerco más a mí mismo. Desear con éxito me ha ayudado a


hacerlo. Con cada nuevo deseo que se me ha cumplido, me he dado cuenta
de cuáles cosas en mi vida eran realmente importantes. Cuando podemos
lograr todo, cuando podemos tener todo, comenzamos a examinar con más
exactitud los verdaderos deseos.
Por fin siempre es sólo el amor lo que buscamos. Al fin y al cabo siempre
es sólo el amor lo que nos hace felices. El amor hacia nosotros mismos. Y
hacia los demás.

Sobre el autor
Pierre Franckh, siendo niño ya estaba sobre el escenario e hizo su debut
en la película de Helmut Käutner “Historias de niños traviesos”. Desde 1958
actuó en muchas películas de cine y en más de 200 producciones de
televisión y en el año 2000, con la película “Y este es recién el comienzo”,
hizo su exitoso debut como autor y director.
Desde 1996 se dedica más intensamente a su actividad como autor.

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