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Quiero resaltar diez valores morales, que destacan entre los profesionales que se dedican y
trabajan en la actividad profesional de la Seguridad y Prevención de Riesgos Laborales,
además de otros:
Como inicio, el esfuerzo me parece principal para que el resto de valores se puedan dar,
aportando valor, fuerza, ánimo y energía, para desarrollar actividades en el ámbito de la
Seguridad y el Control de Riegos, para poder conseguir algo venciendo dificultades.
Empezando por un esfuerzo para el mantenimiento físico personal y saludable.
Muy relacionado con el valor anterior, la Perseverancia, a modo de “mejora continua”,
manteniendo la firmeza y la constancia en el momento de llevar a cabo algo. Esto nos va a
determinar la eficacia de las actividades realizadas.
Algo que no es un valor moral como tal, pero que aglutina varios valores y que me parece
fundamental, es el trabajo en equipo – cooperación. Donde la tolerancia, (respetando
opiniones diferentes a las propias), la fidelidad (en la veracidad y exactitud de las situaciones
y datos), la solidaridad (apoyar y ayudar a terceros), la integridad (aportando rectitud y
plenitud), la benevolencia (bien estar y auxilio al prójimo), el respeto (valorando a los
demás), la disciplina (teniendo en cuenta valores sociales y personales, beneficiosos y
laboriosos), etc. Aumentará el éxito, en la necesidad de Coordinación de tantas y diversas
actividades y personas implicadas, en este ámbito. Comportamiento y relaciones humanas
profesionales.
La responsabilidad, siendo responsable de las obligaciones propias, y tener potencial para
tener mesura a la hora de tomar alguna decisión o expresar algo. En materia de Seguridad
hay que proceder siendo consciente y responsable, por las posibles consecuencias, además
de disponer de mínimos márgenes de error.
En la línea que el anterior caso, la prudencia, para ser capaz de obrar con reflexión y
precaución, a fin de evitar daños colaterales o en el futuro. Analizando y evaluando, valorando
también casos anteriores, para poder tomar la mejor decisión dependiendo del caso.
La experiencia – sabiduría, aporta a la prevención, por la experiencia de lo acontecido en la
materia, por cúmulo de situaciones vividas o valoradas. Aportará medidas contrastadas, para
poder determinar los objetivos y medidas a llevar a cabo de forma concreta y específica. La
moral vivida con anterioridad.
La honestidad, aunque en este caso está orientado a los miembros de este ámbito, creo que
debe ser algo generalizado en todo trabajo o actividad. Se debe promover la verdad como una
herramienta para generar confianza y la credibilidad en un entorno. Donde la sinceridad y
buen hacer, con respeto a las conductas morales y socialmente apropiadas debe ser una
constante.
También incluiría la empatía, pues en determinados trabajos el sentimiento de formar parte de
la realidad que afecta a un tercero, y ponerse en su lugar, nos ayuda y nos forma, de manera
que podamos intentar entender su situación. Esto nos dará un “feedback” donde depende de
la posición de cada uno, podrá ayudar a comprender y resolver situaciones concretas.
Siempre presente la gratitud, hay que reconocer y agradecer el trabajo o actividad realizada,
incluso en situaciones extremas, aunque las conclusiones no sean todas positivas.
Por último, y aunque evidentemente la justicia es algo capital, y hay que cumplirla y hacerla
cumplir. Destaco en su lugar la racionalidad y el sentido común, pues con la seguridad y los
riesgos, ser capaces de formar juicios, capaces de razonar y pensar con lógica, para la
aplicación en este ámbito es un “plus”, con el objetivo permanente de salvaguardar la
seguridad y derechos humanos de todos.
Estos valores deben de inspirar el ejercicio de la actividad profesional, por la complejidad de
situaciones a las que deben enfrentarse estos profesionales, mucho ánimo¡¡¡.