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CAPITULO I

EL PROBLEMA

“Me doy cuenta que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte.
Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y
los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto
a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante”.
Carls Rogers

El hombre de manera vertiginosa ha realizado cambios importantes en el mundo


globalizado del siglo XXI, esta nueva era digital y tecnológica es en la cual se pueden
observar más tangibles o visuales los avances.
En la comunidad internacional, las instituciones y organismos encargados de
suministrar los indicadores económicos importantes, señalan que el mundo avanza a
un ritmo acelerado. Los riegos por los que atraviesan los Estados y las grandes
corporaciones bien sean financieros, sociales, medio ambientales y por supuesto
políticos, aumentan también de una manera exponencial, ya que al parecer los
principales líderes se encuentran en constante preparación y atentos a todos estos
desafíos.
La gran mayoría de las empresas desarrollan estrategias para aumentar su
capacidad y aprovechar las diversas oportunidades que se presentan tratando de evitar

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las amenazas con una mayor agilidad y rapidez, pues las que han fracasado en ese
intento,

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fue porque no tuvieron la capacidad de mantenerse en marcha con la velocidad
suficiente para ser competitivos.
..Por otra parte, se puede argumentar que estamos en presencia más que en una
época de cambios, en un cambio de época, al igual que en algún momento lo fue el
pasar de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento, puesto que al mismo
tiempo, la sensación de riesgo y la incertidumbre predominan en los grandes procesos
de trasformación social y de cambio (como se puede observar en los actuales
momentos), aunado a que de igual manera, estos cambios, determinan las trayectorias
vitales de las personas.
En este sentido, de tantos avances tecnológicos, científicos, de todas las ramas del
saber y de conquistas territoriales e ideológicas, surge la interrogante ¿cómo todo ese
entorno cambiante interactúa con las personas y las personas con él? En muchos
países del mundo se observa como los sistemas son muy similares a los de otros, sin
tomar en consideración las necesidades y expectativas contingentes de cada país, pues
a pesar de la innovación en tecnología se siguen utilizando esos esquemas copiados,
sin las respectivas adaptaciones, obviando las necesidades reales y significativas de
los entornos locales.
Las sociedades de América Latina se desarrollan en este contexto complejo, ellas
no escapan de la existencia de fuerzas económicas, políticas e ideológicas mundiales
que influyen en el orden del sistema político, económico y social regional. Ir a ritmo
acelerado, innovando e implantando lo novedoso o ir a un ritmo de transiciones y
procesos de acuerdo a los avances locales verdaderamente no se sabe hacia dónde va
el impulso de estos constantes cambios y adaptaciones, lo que si hay que tomar en
cuenta y esto dio inicio a la presente investigación, es que existen nuevos cambios y
con ello, cambios de paradigmas operativos en las organizaciones y sus efectos en la
vida laboral.
Es por ello, que Venezuela no escapa de esta realidad, y nuestra sociedad ha de
adaptarse de la mejor manera a esos procesos de alteración y renovación en la vida
cotidiana del país, por lo que a estos comentarios la autora se pregunta, ¿cómo han

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influido estos cambios acelerados en el venezolano y sobre todo en el personal que
labora del Sector Público Nacional? y ¿estarán preparados nuestros funcionarios para
adaptarse a esos cambios abruptos y sin transiciones?
En tal sentido, en estos procesos de cambios, deberían aparecer medios que
faciliten su metabolización a través talleres, conferencias, actividades y cursos de
sensibilización entre otros, que ayudarían de una mejor manera, a la adaptación de los
servidores públicos en esta etapa de crucial transición.
La conflictividad actual se basa en la posible inexistencia de un verdadero proceso
para la transición y menos para adaptación al cambio, ya que el cambio es el cambio.
Esto acentúa en el personal malestares de múltiples factores de incomodidad, ira,
miedos, y no solo estos factores afectan la calidad de los servicios sino a las mismas
personas, pues afecta su salud cuando bloquean sus relaciones intra e interpersonales,
acarreando un deterioro de esta necesidad básica existencial del ser humano, aun
cuando, los funcionarios venezolanos en su arte y praxis de acciones, tratan de
obtener la transformación social y teórica de la organización, mediante su propia
unidad potencial, para alcanzar un mayor bienestar, en la propia calidad del lugar de
trabajo y a través de ello, solventar los problemas que surgen en la organización
pública.
El Sector Público venezolano enfrenta nuevos desafíos con sus funcionarios,
quienes muchas veces utilizan los mismos recursos tradicionales de mejoramiento
profesional y los cuales no son suficientes en la actualidad. La vida en este sector está
cada vez más influenciada por interdependencias externas a su propia función, como
lo es la política y la economía del país y fuera de él, va creciendo aceleradamente esta
interconexión externa con los que laboran en cada una de las organizaciones públicas,
ocasionando que los jefes directos desperdicien la atención a las demandas de
desarrollo humano de su principal fuente de apoyo, su propio personal.
En este mismo orden de ideas, si la realidad actual venezolana nos da una clara
visión de que la cotidianidad está estrechamente vinculada con los entornos y los
entornos a la vida, se hace necesario impulsar diferentes políticas públicas, inclusive

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al propio personal institucional, tomando en cuenta nuevos paradigmas holísticos
emergentes que permitan la sensibilización y la funcionalidad de los modos de
relación de los funcionarios y a su vez creando un estado de bienestar en el cual, el
empleado esté consciente de su experiencia, de sus propias capacidades, de su
resistencia para alcanzar sus necesidades y de esta manera, puedan afrontar las
tensiones normales de la vida y establezcan una interrelación humana y
organizacional con calidad para satisfacer las demandas integrales que impone la
sociedad contemporánea.
Es evidente que esta situación problemática, nos coloca en el escenario de la
concatenación de las ciencias humanas y de las ciencias sociales. Pues el enfoque
Gestalt, surge como una manera de articular los medios de la satisfacción de
necesidades y su relación con el entorno. Ésto pone en evidencia, que la Psicología en
sí misma, no es suficiente para abordar la comprensión y la intervención de
comunidades y personas, sino que necesita de un enfoque que englobe la totalidad
problematizada vivencial sin que sea fragmentada.
La mayoría de los asesores abordan sus temáticas situacionales bajo el
caleidoscopio del cientificismo, esto es, bajo el prisma de la utilidad y aplicación de
técnicas, tratando solo la forma de que los funcionarios tengan una mejor gestión
institucional, quedando fuera otras condiciones de la vida humana, es decir, se trata
de un asesoramiento que está imbuido de una crematística, que se centra en la
máxima rentabilidad o servicio y negaría la fuente primaria, la persona humana.
Por lo tanto, los asesores se presentan como administradores de técnicas o en un
segundo plano mueven la carreta hacia la eficiencia, y transfieren este concepto al
aparato público, a fin de colmar las distintas entidades e instituciones que lo
conforman, valorando la técnica de manera suficiente en sí misma, para generar las
transformaciones en las personas y con ello el propio Sector Público.
Las propuestas de estrategias de asesoramiento están atrapadas en las praxis
mencionadas, los programas de sensibilización siguen el resultado de nuestro culto a
la técnica y ésta irrumpió, de alguna manera, el contacto con el ser en sí mismo, las

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relaciones con los otros, creando una interrelación instrumentalizada, una relación
cosificada y esto fue precisamente lo observado por la autora durante su experiencia
en el Sector Público en las áreas educativas, financieras y culturales.
Por tal motivo, las organizaciones del sector público se pudiesen ver sumergidas
en un entramado cultural que dificultaría las relaciones de sus funcionarios, al no
encontrar satisfacción en sus necesidades y ver debilitados sus aspiraciones, ellos
entrarían en un claro conflicto de su estima, generándose posibles tensiones laborales,
hasta llegar al síndrome del degastes psico-social.
Es evidente, que una configuración del ambiente de trabajo, es decir, un entorno
con las mencionadas características, pone en la palestra la posible incapacidad del
manejo de conflictos intergrupales y conflictos interpersonales, predominando los
rasgos de agresión verbal, actitudes de intolerancia que finalmente afectan la
convivencia y el rendimiento laboral, pero sobre todo, encontrarse en un problema
existencial, en un desconocimiento de su propia necesidad y una frustración de no
saber qué pasa y cómo solucionarlo, en una desconexión de su sí mismo. Tal vez una
desensibilización o desconexión con su organismo y el entorno, respecto a su
necesidad y percibiendo el entorno institucional como un apoyo insuficiente de
medios para satisfacer sus exigencias y a su vez, esta conducta indeseada, generada
por los funcionarios provocaría hostilidad entre ellos.
Los cambios coyunturales institucionales no planificados en el Sector Público, son
uno de los ejemplos que acentúan los grados de tensión en la comunidad laboral, al
presentarse como eventos cargados de sorpresas, que inciden en el imaginario de la
población, intensificando toda la potencia de imágenes efervescentes que acentúan
niveles de dificultad y complejizan el problema. La metabolización de los procesos
coyunturales, requieren de tiempo y de autorregulación a fin de mitigar sus
incidencias, pero al no cumplirse las orientaciones necesarias y básicas, requeridas
para la satisfacción de necesidades, se acentúa el conflicto. Bajo un clima de esta
naturaleza, se hace necesario implementar con un nuevo enfoque, estrategias de

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sensibilización y de modos de relación que pudiesen coadyuvar al desarrollo humano
del personal en el Sector Público.
En tal sentido, un estudio de esta naturaleza podría asegurar la salud, el bienestar
como condición primaria y propiciar las condiciones en términos de ética, en cuanto
que garantizaría la posibilidad de la propia vida del ser humano en la comunidad
laboral del sector público, al hacer visible la recuperación de la conciencia de sí
mismo y de su propia realidad, preservando y asegurando sus relaciones con el
entorno como medio para vivir en y con responsabilidad. De modo que, la
Sensibilización y Modos de Relación en el Sector Público empleando un enfoque más
holístico, podría crear el marco fundamental en la mediación de un proyecto
estratégico alternativo centrado en las personas para complementar cualquiera de las
estrategias ya existentes.
En consecuencia, la autora se hizo las siguientes preguntas: ¿Cómo identificar la
importancia de un proceso de sensibilización en los funcionarios públicos? ¿Cuáles
son los criterios epistemológicos y ontológicos para un asesoramiento acorde en la
actualidad, sobre sensibilización y modos de relación, en el Sector Público
venezolano? ¿Cómo diseñar unas estrategias de asesoramiento que faciliten los
procesos de sensibilización y funcionalidad en los modos de relación del personal en
el Sector Público venezolano?

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