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Especial - Colombia y la crisis económica

mundial / (I) Un resumen muy breve


ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 30 de Marzo de 2009 05:00
En Colombia la recesión será peor de lo que dicen y además no estábamos tan bien
como nos dicen, pero aún tenemos un espacio de maniobra.  Un análisis completo
sobre la situación y las perspectivas económicas, redactado en cinco Partes que se
pueden leer por separado. Parte I*.

Resumen: cuatro ideas básicas

Las condiciones materiales de la vida se están deteriorando en todas partes. La dureza


de las circunstancias engendra nuevos conflictos sociales y políticos, e intensifica los
conflictos antiguos. Éstos son - o deberían ser - días de inventario, de catarsis y de
humildad.

Pero en Colombia, el régimen (la coalición de gobierno, la corriente principal de los


economistas, la mayoría de los editorialistas de los principales medios, las
organizaciones gremiales) se auto - complace midiendo el calibre de un imaginario
blindaje de la economía colombiana, construido con "confianza inversionista". 

Frente a tanta complacencia, los pájaros de mal agüero decimos cuatro cosas:

1. Esta es la primera crisis realmente mundial y su magnitud infortunadamente será


enorme.

2. La armadura de Colombia no es muy fuerte. Una cosa es estar protegido contra los
choques externos y otra, muy distinta, es tener un bajo grado de apertura comercial y
financiera. Es como ser más espectador que jugador. Es como estar detrás de la reja
viendo el juego de los otros.

 3. La economía colombiana tiene un problema endógeno de bajo rendimiento y de alta


volatilidad. El choque externo que viene - y que no pateará a Colombia tan duro como a
otras sociedades más abiertas-, se añade a las debilidades internas.

4. Colombia tiene fortalezas en varios campos de su vida pública y del manejo del
Estado. Estos son factores útiles para enfrentar la coyuntura y, ojalá, para resolver el
problema endógeno.

Para explicar y sustentar debidamente estas cuatro afirmaciones, Razón Pública me


pidió redactar varios textos que la lectora o lector pudieran consultar de manera
conjunta o separada.

(II) ¿Qué tan grave es la crisis


internacional? / Especial - Colombia y la
crisis económica mundial
ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 30 de Marzo de 2009 04:50
En Colombia la recesión será peor de lo que dicen y además no
estábamos tan bien como nos dicen, pero aún tenemos un espacio de
maniobra. Un análisis completo sobre la situación y las perspectivas
económicas, redactado en cinco Partes que se pueden leer por separado.
Parte II *.

La primera crisis verdaderamente mundial


Sin hipérboles: Esta es una crisis mundial. Es la primera crisis auténticamente mundial.

Durante la última década, la economía internacional vivió la expansión más prolongada desde la segunda
guerra mundial; ahora se encuentra ante la perspectiva de un colapso inaudito. El miedo es un
sentimiento creciente en las comunidades trabajadoras pobres de los países ricos. La desconfianza en el
medio ambiente institucional paraliza las inversiones, deja quietos a los consumidores y destruye fuentes
de trabajo e ingreso. El único flujo financiero importante en este momento es el que se mueve hacia
activos denominados en dólares y suscritos por el gobierno federal de Estados Unidos. El Tío Sam es
pobre, pero es digno: goza de la más alta confianza como depositario de las riquezas financieras
acumuladas en todas partes del mundo. 

Crece además, en estos días de inventario, el volumen de las quejas sobre la crueldad humana con el
planeta y sobre el alto precio de la “prosperidad”. Los promotores de una acción colectiva contra el
cambio climático ganarán más espacio en los medios. Pero aún no tienen suficiente poder político.
En los círculos académicos recupera prestigio una noción que comenzaba a acumular
polvo y desdén: Las economías de mercado son intrínsecamente inestables, por
reguladas y controladas que sean en cualquier espacio nacional. Las “fallas del
mercado” ya son insuficientes para explicar lo que le ocurre a la economía mundial. Ahora el ciclo
económico tendrá que regresar al mostrador de las ofertas de conocimiento pertinente y volverá a ser una
materia primordial en el currículo de los programas de post- grado en las facultades de economía.[1] 
 
La globalización, es decir la integración de los mercados, en sus alcances y ritmos contemporáneos,
puede reclamar válidamente resultados positivos, pero ahora la evidencia es que una economía
globalizada puede colapsar a un ritmo inusitado, con implicaciones enormes.
¿Qué pasa allá afuera? El miedo, la desconfianza y el creciente desempleo se estimulan mutuamente.
Esta espiral, junto con las crisis de los mercados financieros y la caída del valor de los activos, está
produciendo un colapso de la demanda de consumidores e inversionistas a escala global. La fuerza y la
velocidad de la caída sorprenden a todos.

Estados Unidos y Europa ya están en recesión


La publicación de cifras económicas y comerciales produce alarmas sucesivas. El PIB del área del euro
(16 países) cayó 1,5% en el cuarto trimestre de 2008. Una cifra muy parecida registró la economía
británica. A comienzos de enero se pensaba que Estados Unidos era el líder del frenazo, pero las cifras
europeas resultaron peores que las norteamericanas. Hasta ahora, el aumento del desempleo en la
eurozona no ha sido tan pronunciado como en Estados Unidos o la Gran Bretaña - excepto en España e
Irlanda, por cuenta de la crisis de la industria de la construcción en esos países. Pero, sin duda, los
números del desempleo aumentarán fuertemente en todo el viejo continente durante los próximos meses.
Para 2009, la mayoría de los augures habla de una caída del 2 al 2,4% del PIB, tanto en Estados Unidos
como en Europa. Se puede apostar a que la realidad será más dura aún.

La recesión llegó a Alemania, a Japón y a los demás exportadores


Es cierto que las naciones de mayor rendimiento económico tienen a ser altamente exportadoras y
mantienen elevados niveles de ahorro en proporción al tamaño de su ingreso. Es cierto, también, que
Alemania y Japón son los paradigmas de la prosperidad a punta de venderle bienes y servicios al resto
del mundo. Pero a la hora de la contracción, los grandes exportadores son corchos en remolino. En
épocas de expansión el éxito llama al éxito; en épocas de recesión los compradores escasean y se pone
de relieve su dependencia de las políticas económicas de sus socios comerciales.

El PIB Alemán registró una disminución del 2,1% en el cuarto trimestre de 2008; la
economía alemana, cuarta más grande del mundo y primera exportadora, se está
contrayendo continuamente desde marzo del año pasado. A Japón le está yendo peor:
Los números del último trimestre anuncian la más profunda recesión en los últimos 35
años; en términos anualizados, el PIB japonés cayó 12,7%. La producción industrial
japonesa cayó un 10% entre enero de 2008 y el mismo mes de 2009. Segunda más
grande y cuarta exportadora a escala global, la economía japonesa se ha contraído ya
durante tres trimestres consecutivos.
 
Las estadísticas alemanas de exportaciones señalan también una fuerte tendencia a la contracción: Las
cifras de diciembre fueron 8% menores que las de doce meses antes. Enero trajo noticias peores: la
caída anual fue de 20,7%.

Los grandes exportadores asiáticos diferentes de Japón y China están sintiendo la contundencia de la
crisis. Corea del Sur sufrirá probablemente el mayor colapso regional del PIB, al pasar de una expansión
del 2,6% en 2008 a una caída proyectada del orden del 6% en 2009. Malasia, Singapur y Hong Kong
registran comportamientos similares.
 
El 25 de marzo la Organización Mundial del Comercio (OMC) predijo que el comercio mundial caerá este
año en un 9%[2]  . Esta sería la mayor reducción del comercio internacional desde 1982, cuando reventó
la primera crisis de la deuda. Esperemos nuevas proyecciones, infortunadamente peores. 

Los exportadores grandes se aferrarán a sus mercados regionales


Las regiones de alto poder exportador registran elevadas cifras de exportaciones entre los países de la
propia región. Así, según cifras de la OMC, América del Norte le envía a América del Norte el 51,3% de
sus exportaciones de mercancías (2007). El comercio entre países de la Unión Europea alcanza el
75,5%, mientras que el 49,7% de las exportaciones asiáticas se destina a la región misma. La cifra de
Suramérica y América Central es mucho más baja: 24,4%[3]  . 

Lo anterior tiene dos implicaciones:

  1. Las naciones exportadoras cuentan con una suerte de mercado interior ampliado (en el ámbito
regional). En las actuales circunstancias, los grandes exportadores asiáticos y europeos tendrán mucho
interés en utilizar al máximo sus propios mercados regionales. Europa tiene las instituciones de la Unión,
el espacio económico singular, y buscará el rescate de la demanda interna mediante dispositivos de
política monetaria y fiscal. Asia, por su parte, tratará de manejar la crisis haciendo uso de los mismos
mecanismos y acudiendo a acuerdos especiales de comercio y pagos a escala regional.

  2. Las naciones latinoamericanas, en conjunto, pertenecen a una periferia que gravita fuertemente hacia
Estados Unidos y, en menor medida, hacia Alemania. Sólo Brasil tiene mayor diversidad de destinos
exportadores. Argentina es, en Suramérica, el único mercado importante para las mercancías brasileñas.
Venezuela y Ecuador son vitales para Colombia, pero el comercio a escala intra - regional es, como se ha
dicho, de menor relevancia. En consecuencia, ninguna economía latinoamericana puede mirar con
alguna esperanza hacia su entorno regional en busca de alivio ante el colapso de la demanda global.
Toda la región mira hacia el norte y ha encontrado muy pocos mercados en el vecindario, con dos
excepciones: (a) Colombia/Venezuela/Ecuador y (b) Brasil/Argentina. 

Las proyecciones son cada vez más pesimistas

Casi todos los países ricos se encuentran ahora oficialmente en recesión. Las previsiones más
frecuentes de los especialistas hablan de una recesión sin precedentes en 2009. El crecimiento en
Estados Unidos, Japón, la eurozona y  la Gran Bretaña estará entre  -2,2%  (Estados Unidos)  y  - 5,3 %
(Japón).  Pero estas cifras han sido revisadas varias veces en los últimos tres meses; espere Usted
nuevas proyecciones hacia abajo en las próximas semanas.

Las más recientes cifras de la actividad económica obligan a tener expectativas más pesimistas sobre el
desempeño de la economía mundial. Según las respectivas Oficinas Nacionales de Estadística, en el año
terminado en enero de 2009, la producción industrial cayó 19,2% en Alemania, 16,7% en Italia y 11, 1%
en México. Y en el año a febrero disminuyó el 11,2% en Estados Unidos y 13,2% en Rusia.  De acuerdo
con las mismas fuentes, la producción industrial en la zona del euro (16 países) cayó un 17, 3% en los
doce meses a enero pasado.

Las llamadas economías emergentes, que hasta hace poco mostraban tasas de
crecimiento del orden del 7% anual, verán reducir, como grupo, sus resultados a cifras
nulas o incluso negativas. Brasil, por ejemplo, tendría una reducción de su PIB del
orden de 0,5% en 2009, de acuerdo con la Unidad de Inteligencia Económica de The
Economist, que en enero proyectaba un crecimiento del 1,6%. El consenso experto es que, como
mucho, la economía brasileña tendrá crecimiento nulo este año. China e India bajarán sustancialmente su
crecimiento al 5 o 6%, si bien continuarán siendo los países con mayor dinámica macroeconómica[4].

Se acaba la liquidez internacional y no habrá plata para América Latina  

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) proyecta que en 2009 las deudas bancarias
internacionales de los países emergentes tendrán una reducción neta. EL IIF, entidad
gremial de la banca internacional,  proyecta ahora que, de una entrada neta de 168 mil
millones de dólares por cuenta de préstamos de la banca comercial privada a los países
emergentes en 2008, se pasará a una salida neta de 61 mil millones en 2009: una baja de
229 mil millones[5]  . El gran año fue 2007, con una entrada neta de fondos a los
emergentes por esta vía de 410 mil millones de dólares. América Latina no es un actor
estelar en este guión, pero en términos relativos el impacto es sustancial: sus números
son 9 mil millones de dólares positivos en 2008, versus 12 mil millones negativos en 2009.

Si a los flujos bancarios se les añaden las otras formas de financiación privada de la
balanza de pagos a los países emergentes[6]  , las proyecciones son dramáticas: en 2008
hubo una entrada neta de capitales privados a dichas naciones por 466 mil millones de
dólares (veníamos de 929 mil millones en 2007); ahora la proyección de 2009 es una
entrada neta de capitales por  165 mil millones de dólares. América Latina sufre
duramente, en proporción al tamaño de su economía: desde 183 mil millones en 2007,
este año el número sería 43 mil millones, después de haber bajado a 89 mil millones en
2008. En el 2009 el “giro del negocio” de la entrada de capitales a la América Latina será menos
de la cuarta parte del de dos años atrás.

La tragedia humana: desempleo y xenofobia

El dolor humano y social del desempleo puede ser muy grande: La Organización
Internacional del Trabajo, OIT, dijo a finales de enero que “con base en los nuevos
desarrollos del mercado de trabajo y dependiendo de la oportunidad y la efectividad de
los esfuerzos por la recuperación (…) el desempleo global podría aumentar, en
comparación con 2007, en un rango entre 18 y 30 millones, y 50 millones si la
situación continúa deteriorándose. (….) En este escenario, alrededor de 200 millones
de trabajadores, principalmente en las economías en desarrollo, podrían se empujados
a una situación de pobreza extrema“[7].
En ese ambiente sube a la superficie una persistente materia oscura que abunda en el mundo rico: La
xenofobia, la condena al “forastero”, el odio racial, la victimización de los sin-papeles. La mayor recesión
global de la historia está despertando a ese monstruo que, en épocas de prosperidad y alto nivel de
empleo, sólo se ve como una manifestación marginal de la derecha nacionalista.
Nuevos ropajes del viejo proteccionismo
El proteccionismo[8]   ha vuelto a ganar prestigio en los círculos parlamentarios y
gremiales y en los corredores del poder ejecutivo en los países ricos. Son evidentes las
ganas de levantar barreras comerciales y establecer otras medidas restrictivas del
comercio (la prohibición a las empresas apoyadas por el Estado de que inviertan en el
extranjero, la manipulación de las tasas de cambio, la obligación de usar insumos
nacionales en las obras públicas y en otros programas de inversión dentro de los planes
fiscales, la limitación de las compras públicas en general para favorecer los proveedores
nacionales, “los puestos de trabajo para los nacionales“).
El G - 20 o Grupo de los 20[9]  , reunido en octubre del año pasado, se declaró adversario de la
restricción del comercio como instrumento para combatir el desempleo. No obstante, los legisladores
están insistiendo cada vez más en imponer restricciones al gasto público de emergencia, buscando que
los recursos del estímulo fiscal no se filtren al exterior en la forma de importaciones o de inversiones
transnacionales. 

La esperanza de una acción concertada 


A comienzos de Abril habrá en Londres una cumbre del G - 20, y con seguridad allí se harán evidentes
las diferentes prioridades que los gobiernos tienen en relación con las salidas a la crisis económica
global. Algo tendrán que decir, en todo caso, sobre cuatro puntos:

(1) Las políticas de estímulo inmediato a la demanda mediante instrumentos fiscales y monetarios.

(2) La estrategia para desatar el nudo del crédito.  En el ambiente internacional, ni los bancos quieren hoy
día prestar, ni hay los clientes dispuestos a endeudarse.

(3) Las reformas estructurales que exige el sistema de regulación y supervisión de las instituciones
financieras, y

(4) El modo de fortalecer el Fondo Monetario Internacional para que vuelva a ser, en estas circunstancias,
un agente líder en la asistencia a los países pobres afectados por la crisis.
Si de la reunión londinense no salen palabras concretas en estas materias, es de temer que los mercados
financieros y bursátiles entren en una nueva oleada de bajas de sus indicadores de valor.

(III) Colombia ya tenía un problema


estructural / Especial - Colombia y la
crisis económica mundial
ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 30 de Marzo de 2009 04:40
En Colombia la recesión será peor de lo que dicen y además no estábamos tan bien
como nos dicen, pero aún tenemos un espacio de maniobra.  Un análisis completo
sobre la situación y las perspectivas económicas, redactado en cinco Partes que se
pueden leer por separado. Parte III*.

Ya desde antes de la crisis, Colombia no venía bien

El desempeño económico de Colombia durante la última década estuvo por debajo del
de otros países grandes de América Latina:

-Después de la recesión de 1999, la economía colombiana vivió un quinquenio muy


malo, con un crecimiento promedio que apenas alcanzó el 3% anual.

- Entre 2005 y 2007 el crecimiento económico de Colombia fue, en promedio, del 6,7%
anual: una tasa muy notable - sobre la cresta de la ola expansionista. Sin embargo
varios países latinoamericanos (y muchas naciones pobres en otras regiones) mostraron
cifras más elevadas durante más tiempo, pero aquí el régimen tenía motivos para estar
contento con esos resultados.

- Desde finales de 2007 comenzó a agotarse el vapor y la demanda interna se ha


debilitado notoriamente desde entonces. El año pasado fue decepcionante: con un
crecimiento del 2,5%, Colombia superó el de México y Haití, igualó al de Nicaragua, 
El Salvador y Costa Rica y estuvo por debajo del de las naciones suramericanas.

- Es más: el crecimiento económico del siglo XXI no ha sido factor de mejora de la


calidad de vida de la población más pobre; aún las tasas notables  de un corto periodo
(2006, 2007) fueron muy cuestionables en cuanto a su calidad social. Este debate sigue
aún pendiente.

¿Por qué Colombia no creció más? 

Hay una lista larga, que se debe discutir, de factores que han impedido que la economía
colombiana tenga un rendimiento alto y sostenible:

- La altísima concentración del ingreso y del control de los activos productivos,

- La sobre-valoración del peso,

- Los problemas de la infraestructura física,

- El carácter rentístico de varios sectores claves para la exportación y para los ingresos
fiscales,

- La debilidad de la economía exportadora de bienes y servicios altamente generadores


de empleo de buena calidad[1] ,

- La baja eficiencia del gasto público,

- La mala calidad del sistema laboral.

Por cuenta de causas como estas, la fase de alto crecimiento fue de corta duración. Y
ahora, para añadirle insulto a la herida, viene la recesión global. 

Iniciemos un debate desde Razón Pública

Por lo menos hasta Septiembre pasado, ni las estadísticas, ni los procesos del mundo
real en Colombia habían sufrido el impacto de la crisis económica mundial. El
debilitamiento de la demanda interna desde finales de 2007,   cuando la economía
mundial todavía marchaba a toda máquina, fue made in Colombia. Y por tanto es
necesario preguntarnos si se trata de    una condición estructural o histórica, de la
economía colombiana[2] , o se trata más bien de la suma de factores puramente
coyunturales[3].  

Razón Pública  es un instrumento muy pertinente para promover una discusión sobre
los alcances y las limitaciones de la economía colombiana como productora de las dos
"mercancías sociales" esenciales: La reducción de la pobreza y el combate a la
desigualdad. Más acá del ciclo internacional,  Colombia sufre bloqueos que impiden
consolidar la base económica de su progreso social. Es crucial identificarlos y comenzar
a removerlos en un esfuerzo colectivo que exige un amplio consenso político. No puede
haberRazón Pública más clara.

(IV) Colombia: la difícil coyuntura /


Especial - Colombia y la crisis económica
mundial
ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 30 de Marzo de 2009 04:30
En Colombia la recesión será peor de lo que dicen y además no estábamos tan bien
como nos dicen, pero aún tenemos un espacio de maniobra.  Un análisis completo
sobre la situación y las perspectivas económicas, redactado en cinco Partes que se
pueden leer por separado. Parte IV*.

Un paisaje ambivalente

Como resultado de los problemas estructurales de la economía colombiana y de su


agravamiento a raíz de la crisis internacional, es indudable que el país ha entrado en una
fase de deterioro de los indicadores, de turbulencia y de riesgo económico y social,
cuyas implicaciones políticas están por verse.

Puesto que se trata de un asunto delicado y debatido - donde se suele sin embargo
hablar con emociones o prejuicios en vez de hablar con cifras- en esta Parte del informe
especial haré una revisión completa y cuidadosa de los datos y de las perspectivas
inmediatas de nuestra economía.   Las conclusiones  son un poco sorprendentes:

1. La desaceleración inicial de la economía colombiana no se debió al impacto de la


recesión mundial, y

2. Mientras las cuentas externas y financieras no son alarmantes (e incluso se diría que
son satisfactorias - con excepción del déficit fiscal) la caída en el nivel de actividad
económica y el deterioro laboral son severos y se están agravando velozmente.

En el 2008 no sentimos la crisis mundial

Aunque la recesión internacional había comenzado hacia finales del 2007 o en el primer
trimestre del año pasado, Colombia siguió mejorando en las exportaciones, en la
inversión extranjera y en el flujo de remesas - lo cual, de paso, confirma que ya
teníamos un problema estructural.  

-El 2008, un buen año para las exportaciones

Las exportaciones anuales en 2008, 37.626 millones de dólares, crecieron un 25,5%.


Ahora bien, el 55% de las exportaciones pertenece a los rubros "tradicionales":
petróleo, carbón, café y ferroníquel. 

Cerca de las dos terceras partes de la expansión exportadora del año pasado se explican
por el crecimiento de las exportaciones de petróleo, que aumentaron  un 67% respecto
de 2007. El tonelaje exportado aumentó un 28%; por tanto, el efecto precio explica en
mayor medida el aumento del valor exportado.  Las ventas de carbón aumentaron un
44%, mientras que las toneladas exportadas fueron menores en un 8,4%. Los rubros
tradicionales de exportación tuvieron un incremento del 41% (llegaron a 20.003
millones de dólares en 2008) y los no tradicionales crecieron un 11,6% (17.623
millones).  

Las exportaciones a Estados Unidos (14.053 millones de dólares) tuvieron en 2008 un


aumento del 35%. Las ventas de "combustibles y aceites minerales y sus productos"
(petróleo) crecieron un 50% y las de "perlas finas, piedras y metales preciosos" (oro)
en un 67%.  Estos fueron los dos rubros de mayor expansión en el comercio exportador
a Estados Unidos. Las ventas de café aumentaron un 16%, mientras que las de los
demás productos cayeron un 3.6% en el periodo anual.

Según los registros estadísticos, el mercado venezolano adquirió el año pasado bienes
colombianos por 6.092 millones de dólares; el 92% correspondió a bienes industriales. 
El crecimiento de 2008, de 17%, está lejos de la cifra de 2007 (93%).  En todo caso,
hay variadas y serias dudas sobre la realidad de las exportaciones a Venezuela. El
régimen cambiario venezolano y el diferencial entre la tasa de cambiopreferencial y la
de mercado podrían haber inducido desde hace varios años una corriente ficticia (y
delictiva) de exportaciones colombianas, cuyo tamaño no se conoce. Así, se ignora el
impacto económico real de estos flujos, y de sus variaciones.

Ecuador, por su parte, adquirió mercancías colombianas en 2008 por 1.500 millones de
dólares; el 95% de esta cifra corresponde a bienes industriales. En enero de 2009 el
gobierno ecuatoriano impuso restricciones a las importaciones de diversos productos
manufacturados; claramente, estas restricciones afectarán el movimiento exportador.

El 59% de las exportaciones "no tradicionales" de 2008 se dirigió a Venezuela, Estados


Unidos y Ecuador.

- Seguimos recibiendo inversión extranjera

La inversión extranjera directa (IED) durante los últimos cuatro años (hasta septiembre
de 2008) fue del orden de 35.300 millones de dólares, lo cual sin duda fue una gran
ayuda para financiar nuestra balanza de pagos.
El 47% de esa inversión se destinó sin embargo a los sectores de petróleo y carbón,
actividades que no generan mucho empleo directo ni estimulan a otros sectores por la
vía de la demanda de insumos y servicios - aunque por otra parte generan abundante
recursos para el fisco.  

Por su parte el sector financiero recibió durante alrededor de 3.000 millones de dólares,
el comercio al por menor unos 900 millones, las telecomunicaciones alrededor de 2.
100 millones y la industria manufacturera 9.000 millones de dólares[1].

Con la información disponible para el público no se puede discernir cuál proporción de


la IED se destina a la adquisición de negocios en marcha y cuál a establecer nueva
planta productiva o de servicios, generadora de nuevos empleos.  Por otra parte, dado el
nivel de agregación de las cifras, los países de origen de los inversionistas generan
dudas sobre la autenticidad de algunas operaciones registradas como "inversión
extranjera"[2].  

En cualquier caso, las entradas a la balanza cambiaria registradas como IED han sido
importantes en el aumento de los activos internacionales del Banco de la República
durante esta década: desde un mínimo de 1,8% del PIB en 1999, éstas alcanzaron el
8,2% en 2005 y muy cerca del 6% en 2008.

- Y también continuaron las remesas

El total registrado de remesas familiares del exterior en 2008 llegó a 4.842 millones de
dólares, alrededor del 2% del PIB.  Su crecimiento anual hasta diciembre fue del 12%.

Sin llegar al tamaño relativo que han alcanzado estas corrientes de ingreso en otros
países de la región, es claro que Colombia ha desarrollado una importante cultura
laboral transnacional. Se trata de un proceso mucho más antiguo que el que se ha
querido describir con la mal llamada "diáspora" colombiana de los años de cambio de
siglo[3]. Este flujo de divisas, probablemente el de mayor potencia en términos de
demanda interna de bienes y servicios de la canasta básica, creció durante los últimos
cuatro años a una tasa promedio anual del 15%.

Las transferencias originadas en Venezuela fueron el 9% del total (alrededor de 441


millones) y su crecimiento en 2008 llegó al 25%, o sea el doble del crecimiento de la
suma total. Es dudosa la plena autenticidad de estas cifras como remesas familiares
desde la República Bolivariana[4]. Cuando se modifiquen las regulaciones cambiarias
venezolanas, es seguro que estas entradas a la balanza cambiaria colombiana se
reducirán sustancialmente.   

La situación de balanza no es alarmante

La posición de deuda externa de la Nación es manejable y no debe generar demasiadas


preocupaciones entre los operadores y agentes de los mercados financieros extranjeros.

La deuda externa total de Colombia al cierre de 2008 valía unos 46 mil millones de
dólares, o sea el 19% del PIB. El Estado debía unos 29 mil millones de dólares, y el
sector privado 17 mil millones. Por una serie de razones y designios, no todos
favorables para el interés público[5], los últimos ocho años han atestiguado una
reducción del peso relativo del endeudamiento externo tanto público como privado. Al
cierre de 2001 la deuda externa total fue de 39 mil millones de dólares (42% del PIB);
la pública (24 mil millones) equivalió al 26% del PIB y la privada (16 mil millones) al
16%.

En el campo comercial, el balance externo tiende a ser deficitario por lo menos desde
mediados de esta década, en línea con el comportamiento de la tasa de cambio, con la
política comercial del gobierno y con el comportamiento de la demanda interna. En
2008, las importaciones colombianas llegaron a cerca de 40 mil millones de dólares, y
la balanza  comercial registró un déficit de  unos 2.400 millones de dólares. Tal exceso
de importaciones ha sido también manejable desde la perspectiva financiera: la balanza
de pagos en cuenta corriente[6], si bien deficitaria, se mantiene dentro de rangos
apacibles, financiados mediante las entradas de IED, o registradas como tales.

El resultado de la balanza de pagos como un todo ha permitido un aumento continuo de


las reservas internacionales manejadas por el Banco de la República. Entre enero de
2005 y el mismo mes de 2009 las reservas internacionales aumentaron 9.800 millones
de dólares y llegaron en esta última fecha a 23.300 millones de dólares. No obstante,
durante los dos primeros meses de este año este saldo disminuyó en cerca de 700
millones de dólares.

Tampoco preocupa la tasa de cambio

En el contexto de la posición financiera internacional de Colombia, y después de un


largo periodo de nociva revaluación del peso frente al dólar, durante los últimos meses
la divisa colombiana se ha comportado de modo similar a la brasileña, la mexicana y la
chilena, con una devaluación anual entre marzos superior al 30%.  Bien se sabe que el
movimiento de las tasas de cambio resulta de una suerte de danza ritual entre la
mecánica de las cuentas macroeconómicas, y las expectativas - "los espíritus animales"
- de quienes pueden mover sus balances a favor o en contra de la moneda nacional. No
obstante, después de observar las condiciones generales de la economía, no parece
razonable apostarle a un "disparo" del precio del dólar en el mercado cambiario
colombiano. Veremos...

La inflación cede- aunque el gobierno no ayuda

Después de un alza de precios de 7,7% en 2008, el Banco de la República parece tener


creciente confianza en que el crecimiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC)  en
2009 estará cómodamente dentro del rango de su objetivo, entre el 4,5% y el 5,5%. Las
noticias sobre las condiciones de la demanda interna y externa aumentan
progresivamente esta confianza de las autoridades. Un indicador significativo: el índice
de precios al productor cayó en 1, 5% en enero de 2009: la disminución mensual más
grande desde su introducción en 1970[7].

La principal preocupación de las autoridades monetarias está, según parece, en la


dinámica de los precios de los bienes y servicios regulados por el gobierno, incluyendo
los combustibles.  Comparativamente estos precios en general han subido mucho más
rápido que los de los demás bienes y servicios. La autoridad monetaria está cada vez
más impaciente con la manera como diferentes entidades del gobierno ajustan los
precios regulados a un ritmo bien superior al promedio de la canasta.

En todo caso, el escenario es favorable para una política monetaria solidaria con una
estrategia estatal de estímulo a la demanda.

Al sector financiero le sigue yendo bien

Mientras la  mala calidad de los activos y las pérdidas de los intermediarios financieros
son actores estelares de la oleada de desconfianza que afecta a muchos países -  hasta
ponerlos al borde de una espiral deflacionaria - en Colombia la situación del sector
sigue siendo muy sólida. En el trasfondo colombiano hay una combinación de cosas:  

- La llegada de la fase recesiva del ciclo en 2007 y la decisión de la Superintendencia


Financiera de "apretar" con mayores provisiones el crédito de consumo desde hace dos
años. Una y otra redujeron la dinámica de la deuda de las familias y aumentaron la
protección del balance financiero. El crecimiento anual de la cartera del sistema en
moneda nacional a enero de 2009 fue de 16%. Hace un año esta cifra fue 24%. El
crédito de consumo, que creció un 10% en el año a enero, había aumentado un 30% un
año antes.

- Sólo el 6% de los activos del sistema bancario colombiano está denominado en


moneda extranjera. Así, el alto grado de aislamiento del sistema financiero se suma a la
relativa pequeñez del comercio exterior, para asegurar que el impacto inmediato
del shock  global no sea tan fuerte en Colombia como en otros países y regiones.

- La exposición al riesgo cambiario de las instituciones financieras colombianas está


constreñida además por una variedad de regulaciones sobre su posición abierta en
moneda extranjera.

En estas circunstancias favorables, la desaceleración del crecimiento del crédito en el


pasado reciente, y el mantenimiento de la sanidad del balance del sector financiero,
permitirían que el sector opere en el futuro como un buen instrumento de una política
contra-cíclica.  Sin entrar en consideraciones de ética ni de imagen pública, éste sin
duda es un factor de alivio para el gobierno y para las autoridades monetarias.   

Pero tuvimos un mal manejo fiscal

El Presupuesto de la Nación 2009 aprobado por el Congreso está desfinanciado en unos


5 billones de pesos. Recientemente el gobierno anunció, además, que el déficit del
sector público consolidado, que se proyectaba en 1,2% del PIB, ahora se calcula en
1,8% - lo cual significa un aumento de 3,3 billones de pesos en los requerimientos de
financiación.  Este cambio en las proyecciones resulta de una reducción de la
expectativa de crecimiento del PIB  2009 del 5% original al 3%.También ha advertido
el gobierno que próximamente anunciará un ulterior cambio en las proyecciones del
crecimiento del PIB, lo que podría significar un déficit adicional.    

La bonanza de los bienes primarios y los buenos recaudos tributarios no  se


aprovecharon para aumentar el ahorro público y/o para reducir la deuda pública. La
pólvora fiscal está mojada en estos tiempos de crisis. El slogan  de fortalecer la
confianza inversionista no ha mejorado el bienestar de los trabajadores, ni va a impedir
el colapso de la demanda; sólo se ha logrado materializar una profunda inequidad
tributaria a favor de las rentas de capital.

Y sin embargo en Colombia empezó la recesión

El deterioro de los indicadores de la actividad económica en 2008 ha sorprendido a los


analistas y a las autoridades monetarias[8]. El crecimiento anualizado del PIB en el
tercer trimestre de 2008 fue de 3,1%. De enero a Septiembre de 2007 había sido del
7,5%, y en el mismo periodo de 2008 bajó a 3,8%. En febrero el Banco de la República
estimaba el crecimiento económico de 2008 en el 3,2%[9]. El DANE publicó el 26 de
marzo la estadística oficial: el PIB colombiano creció un 2,5% el año pasado; el
crecimiento del cuarto trimestre de 2008 fue de -0,7% en comparación con igual
periodo de 2007.

Según la muestra mensual manufacturera del DANE, la industria colombiana redujo su


producción real en un 3,5% en 2008. En los doce meses hasta enero de 2009, la
contracción real fue de 4,8%[10]. Por primera vez durante esta década, el año pasado la
muestra arrojó resultados negativos durante tres trimestres consecutivos.

La industria tuvo su "Año Glorioso"  entre mediados de 2006 y mediados de 2007


(crecimiento promedio anual del 14,5% durante cuatro trimestres) y después comenzó
una clara tendencia a la baja. En 2008, sólo el primer trimestre mostró un pequeño
número positivo de crecimiento industrial anual: 1,4%. Las estadísticas de enero
ratifican la profundización de la caída de la industria, con una pérdida mensual del 10,
7% de la producción en comparación con doce meses antes.

Los demás indicadores usuales de la actividad económica anuncian tiempos difíciles.


Ventas al por menor, consumo de energía eléctrica, nueva actividad edificadora, ventas
de vehículos automotores, ventas minoristas de los grandes almacenes, registraron
crecimientos menores, o negativos, durante el último trimestre  de 2008.

Se deteriora el mal mercado laboral

La mediocridad del mercado laboral es uno de los  más graves problemas nacionales.
¡Otro tema para el debate que propone Razón Pública! La información técnica
disponible sobre este asunto ha mejorado mucho, y no obstante es lamentable la calidad
de su discusión pública. A pesar de los esfuerzos de varios miembros del Congreso y de
algunas bancadas o partidos, el problema no ha llegado de verdad al foro político; y es
porque poderosos intereses particulares (a favor y en contra del statu quo institucional
en materia  laboral) obstaculizan la discusión del asunto.  

Por ahora digamos que la tasa de desempleo en enero pasado, total nacional, 14,2%, es
la más alta desde enero de 2004. El número para las 13 áreas metropolitanas, 14,9%, es
el más elevado desde comienzos de 2006.  Y añadamos que el último Boletín del
DANE contiene algunas cifras que bien servirían para darle comienzo a aquel
debate[11]:
- En el total nacional, la rama de actividad con mayor número de ocupados fue
"Comercio, Restaurante y Hoteles", con 25,9% del total de trabajadores que declararon
estar plenamente ocupados en el trimestre noviembre 2008 - enero 2009. ¿Qué
participación tendrá aquí el "rebusque", el subempleo disfrazado en actividades de muy
baja productividad?

- La posición ocupacional más frecuente (40, 8%) es la de "trabajador por cuenta


propia". ¿Será elrebusque o el celebrado "país de empresarios"?

- En enero la tasa de subempleo a escala nacional fue 38%, cuatro puntos porcentuales
por debajo de la cifra equivalente en 2008. La cohorte de "subempleados" es de 7,6
millones de personas.

- El total de personas ocupadas (17,1 millones) es un 2,1% mayor que doce meses atrás.
Los desocupados, 2,8 millones, aumentaron un 12,2% durante el periodo anual. 

- Por otra parte, según la última encuesta manufacturera, el empleo industrial sin trilla
de café disminuyó un 6% frente a Enero de 2008[12].

Este es el retrato de un país altamente urbanizado, donde la masa de trabajadores sufre


de baja capacidad de demanda y de grave inseguridad ante la vida. Un país donde
campean la informalidad y la falta de protección social, donde la estabilidad laboral
sólo cubre a una pequeña parte de la población.   

(V) La crisis, además, nos va a llegar:


¿qué hacer? / Especial - Colombia y la
crisis económica mund
ECONOMIA Y SOCIEDAD
Lunes, 30 de Marzo de 2009 04:20
En Colombia la recesión será peor de lo que dicen y además no estábamos tan bien
como nos dicen, pero aún tenemos un espacio de maniobra.  Un análisis completo
sobre la situación y las perspectivas económicas, redactado en cinco Partes que se
pueden leer por separado. Parte V*
 

La transmisión de la peste

La demanda interna venía debilitándose desde finales de 2007. Este rasgo  especial del
ciclo colombiano debe ser objeto de un análisis serio. El régimen pretende culpar a la
peste de todos los problemas que se ciernen sobre la economía colombiana. La peste,
como siempre, viene de afuera.

La crisis avanza y golpeará inevitablemente a Colombia. ¿Mediante cuáles canales de


transmisión?
1. Contracción de las exportaciones.

- El desempeño de las exportaciones "tradicionales" (exceptuando las de café) afectará,


en primer lugar, las cuentas de ingreso fiscal a escala nacional y regional. El gobierno
nacional tiene esperanzas de que la inversión pública a cargo de los departamentos y
municipios tenga un salto en 2009; pero las entidades territoriales receptoras de regalías
originadas en la extracción, el transporte y la transformación industrial de hidrocarburos
tendrán que ajustar sus proyecciones de rentas por este concepto en un porcentaje que
podría ser superior al 25% - con lo que esto implica para los programas de inversión.

- Las exportaciones "tradicionales", excepto café, no contribuyen significativamente a


la generación directa de empleo e ingresos. Pero las implicaciones de una fuerte baja
del precio del café para las economías regionales respectivas sí serían enormes.

- Los destinos dominantes de las exportaciones "no tradicionales" - Venezuela, Estados


Unidos y Ecuador - tendrán este año una contracción de demanda. Las proyecciones
más frecuentes hablan de una caída del PIB del orden del 2% en Estados Unidos y 3%
en Ecuador y Venezuela. En el caso de Venezuela, podría mantenerse la demanda por
una variedad de productos colombianos de consumo básico; la reducción del mercado
podría darse por la vía de la imposición de intensos controles cambiarios y, por tanto,
de un aumento del riesgo de transferencia de divisas a los exportadores.

2. Contracción de la Inversión Extranjera Directa, o de las entradas de capital


registradas como tales. El cierre del crédito y la recesión de los mercados primarios
congelará proyectos de inversión extranjera auténtica en el aparato productivo nacional.
Si fuera cierta la sospecha de que una parte de los registros de IED tiene en realidad
otros destinos, no es posible prever cómo se comportará ese rubro de las cuentas
externas.

3. Contracción de las remesas familiares, originada en la reducción del ingreso de los


remitentes o en un aumento de la percepción del riesgo de desempleo.

 4. Contracción, o cierre, de los instrumentos de financiación externa tanto al sector


público como al privado.

Así pues, la economía colombiana tendrá que enfrentar los factores endógenos que han
puesto en evidencia su volatilidad y la corta duración de la fase expansiva del ciclo y,
además, los factores originados en la crisis económica mundial, cuyo tamaño está
excediendo las expectativas ( o las ilusiones) de las autoridades y de la ciudadanía
trabajadora y empresaria.

Con alta probabilidad, en 2009 la economía colombiana va a contraerse. La recesión no


será tan profunda como la de hace diez años, pero parece inevitable una caída del PIB.
Pronto veremos las cifras revisadas.

Mientras tanto, ¿qué hacer?

En Colombia no se trata solamente de vadear el pantano de la recesión internacional,


sino de encarar también sus debilidades "estructurales", para salir de la mediocridad.
Pero hay que ir primero a lo primero.

1. Enfrentar la realidad, tal cual es. Los gobernantes y sus amigos incondicionales
tienen la obligación de transmitir una dosis mínima de optimismo, a pesar de sus
propias angustias. Pero la manía obsesiva de pintar pajaritos en el aire termina
castigando al honorable público, y a los pintores también.

2. Concentrarse en las posibilidades de manejo de la recesión mediante instrumentos de


política monetaria y fiscal, bajo los imperativos del orden institucional existente.

3. La prensa publica en estos días algunas visiones interesantes de una nueva economía
colombiana, capaz de producir las "mercancías sociales" indispensables. Sólo que tales
visiones no producen propuestas concretas y trabajables para que el Estado cumpla, en
el muy corto plazo, con su obligación de proteger a la gente contra la tormenta que se
avecina.

Estas visiones dejan la impresión de que las políticas públicas actúan de inmediato, o de
que el tiempo de las decisiones del Estado se puede reducir al tamaño de una nuez, o de
que el proceso político para reformar instituciones como el Banco de la República
puede darse en un instante, o de que el salario mínimo, los aranceles o el régimen
cambiario pueden transformarse en un abrir y cerrar de ojos. Esa clase de propuestas
abunda, desafortunadamente, entre los críticos del gobierno. Muchos de tales analistas
parecen sentenciar: "Yo estoy en lo de las propuestas abstractas. La política, y la
administración de los procesos concretos, quedan para otros".

4. Las autoridades monetarias colombianas han desempeñado bien sus


responsabilidades constitucionales en los últimos años. La política monetaria tiene
ahora espacios importantes para actuar sobre la moneda y el crédito. La buena
condición del sector financiero permite esperar que la banca sea un buen canal de
transmisión de las medidas monetarias y cambiarias de los próximos meses; en este
periodo debemos esperar una fuerte reducción de la tasa de interés de intervención del
banco central.

5. Ahora bien, la política monetaria tiene limitaciones intrínsecas a la hora de combatir


un deterioro tan serio como el que se espera en las condiciones de la demanda. Se
requiere una política fiscal anticíclica. El gobierno ha propuesto "una postura fiscal
razonablemente anticíclica (sic) en condiciones de sostenibilidad de la deuda, con una
priorización de gasto hacia proyectos de infraestructura y de apoyo social y
productivo". Esto, en buen romance, significa:

- Un aumento del déficit del Gobierno Nacional Central programado para 2009
equivalente a unos 3 billones de pesos (0,6% del PIB).

- Para mantener el aumento del déficit en 3 billones de pesos, el Gobierno Nacional


debe "aplazar" gastos por 2,5 billones de pesos.

- O sea que el faltante adicional del Gobierno Nacional, relacionado con el cambio en
las condiciones locales y externas, se calcula en 5,5 billones de pesos.
- La financiación de este faltante adicional vendrá de: a) crédito externo de entidades
multilaterales, ya contratado; b) utilidades del Banco de la República, transferidas al
fisco, mayores de las previstas anteriormente; y c) aumento del valor en pesos de los
desembolsos de crédito externo, debido a la mayor devaluación del peso frente a la
programada inicialmente.

- Las prioridades declaradas del gobierno en materia de gasto son: "Infraestructura,


inversión social y estímulos productivos".

- En las cuentas del gobierno sobre su estrategia frente a la crisis externa figuran
también gastos públicos departamentales y municipales en proyectos de infraestructura
e inversiones privadas por vía de concesiones en transporte masivo, puertos y
aeropuertos.

6. En realidad la "postura razonablemente anticíclica" descrita es un potpurrí de gastos


ya planeados, algunos parcialmente en ejecución y otros diferidos de tiempo atrás, cuya
ejecución en el corto plazo es bien dudosa. No es correcto, además, meter planes
privados de inversión en el potpurrí.

7. No parece haber fuentes adecuadas de financiación de un déficit público de mayor


magnitud, y además hay dudas generalizadas sobre la capacidad efectiva del gobierno
nacional para emprender nuevos proyectos de infraestructura estimulantes de la
demanda interna.

8. Finalmente, hay dos consideraciones que debieran estar en la mente de las


autoridades. Por una parte, la holgura percibida en materia de política monetaria. Y por
la otra, la conciencia de que una de las grandes limitaciones para la ejecución de una
política fiscal seriamente anticíclica es la disponibilidad de fuentes adecuadas de
financiación.

9. Entonces, en esta época de pragmatismo extremo en todas partes del mundo, ¿No
deberían sentarse el gobierno y el Banco a discutir sobre la posibilidad de una
financiación del banco central al gobierno? Bueno, quizás no deberían: antes de
cualquier debate doctrinario, esta posibilidad quedaría eliminada por la incapacidad
estatal de emprender las obras públicas involucradas.

10. Sentarse a esperar, entonces, el choque de trenes.

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