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D ir ig id a po r DÁMASO ALONSO
H A C I A EL A N Á.LISIS
A U T O M Á T IC O DEL
DISCURSO
V E R SIÓ N E S P A Ñ O L A DE
f i
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁN ICA
EDITORIAL GREDOS
MADRID
T raducción de la obra: ANALYSE AUTOMATIQUE DU DISCOURS
de M. P é c h e u x .
M a n u e l A lvar E zquerra
Marzo de 1976.
Los dos textos que el lector en o n tra rá seguidamente
han sido reunidos con la intención le p resen tar la evolu
ción de una investigación que se fi a en el «análisis del
discurso», evolución que, como veren os, está muy lejos de
haber concluido.
H abría sido artificial, p o r tanto, q lerer modificar a pos-
teriori el prim er texto (redactado en 1967-1968 y publicado
en francés en 1969 p o r É ditions Du íod bajo el título de
Analyse autom atique du discours) a 11 luz del segundo (re
dactado en 1973 con la colaboración de C. Fuchs, y publi
cado en 1975 en el núm ero 37 de la evista Langages, con
sagrado al Analyse du discours; langi e et idéologies).
También nos hem os contentado c >n indicar de vez en
cuando en nota los p untos del p rim er texto que han sufrido
una revisión crítica p o r n u estra p arte Hemos intentado, en
la medida de lo posible, precisar la naturaleza y alcance
de esta revisión rem itiendo al segunde texto, titulado Actua
lizaciones y perspectivas a propósito c zl análisis autom ático
del discurso. Es cierto, sin em bargo, i ue tal o cual aspecto
corre el riesgo p ara el lector españ >1 de aparecer como
alusivo, a pesar de todas las precaucic nes que se han tom a
do. En efecto, es im po rtan te señalar 1 1 existencia de varios
textos, no reproducidos aquí, que jal onan de 1969 a 1975
la e v o lu c ió n de la c u e s tió n , y q u e se ev o can r e ite ra d a m e n te
e n la se g u n d a p a r te de e ste lib ro ; p o d e m o s c ita r:
— D ife re n te s e s tu d io s c o n c re to s e fe c tu a d o s co n la ay u d a
d e l a n á lisis a u to m á tic o d e l d isc u rso d e sd e 1971.
— T ra b a jo s q u e v a n de la sim p le p re s e n ta c ió n a la
d isc u sió n c rític a y q u e se re fie re n ta n to a las p o si
cion es e x p u e sta s en 1969 c o m o a los e stu d io s c o n c re
to s c o n o cid o s en a q u e l m o m e n to . H ay q u e se ñ a la r
e n tr e o tro s el lib ro de R. R o b in , H isto ire e t linguis-
tiq u e (P a rís, Colin, 1973), y el e stu d io c rític o de
S. F is h e r y E. V eron, « B a ra n n e e s t u n e crém e», ap a
re cid o en el n ú m e ro 20 de la re v ista C o m m u n ica tio n s
(P a rís, 1973).
— Y ta m b ié n te x to s q u e tra d u c e n la evolución de n u e s
tra s p ro p ia s in v estig acio n es so b re e sta s cu estio n es, en
lo te ó ric o y lo m etodológico; se tr a ta esen cialm ente
de los títu lo s q u e siguen:
— Cl. H aro ch e, P. H enry, M. Pécheux, «La sém an tiq u e
e t la c o u p u re sa u ssu rie n n e : langue, langage, dis
cours», ap a re c id o en 1971, en el n ú m e ro 24 de la
rev ista Langages.
— Cl. H aro ch e y M. Pécheux, «M anuel p o ur l’utilisa-
tion de la m éth o d e d ’analyse a u to m a tiq u e du dis
co u rs ( A A D ) » a p a r e c i d o en 1972, en la revista
T. A. In jo rm a tio n s.
— M. Pécheux, Les vérités de La Pálice. Linguislu/ite,
sém a n tiq u e, philosophie, aparecid o en 1975 en la
colección «Théorie» de É ditions M aspéro.
d is c u r s o . — 2
gencia, que sólo está esbozada en otros lugares, entre
semántica y sintaxis en el sentido lingüístico de estos tér
minos. Publicar esta obra, que podrá parecer difícil de
momento por la novedad del tema y por la tecnicidad ne
cesaria de la exposición, no me parece una muestra de
audacia: en seguida nos daremos cuenta de que el camino
abierto de esta manera es fructífero y que aportará rigor
y eficacia allí donde nos contentábamos, a falta de algo
mejor, con un amable impresionismo; y entonces debere
mos agradecer a M. Pécheux, como a aquellos con quienes
ha confrontado sus ideas, el haber abierto el camino y el
haber proporcionado el instrumento indispensable.
F. B resson
C a p ít u l o I
1. E l m étodo d el rec u en to
FRECUENCIAL
SAUSSUREANO DE INSTITUCIÓN
Las o tra s instituciones hum anas —las costum bres, las leyes,
etcétera— están todas fundadas, en grados diversos, en la rela
ción n a tu ra l e n tre las cosas; en lias hay u n a acom odación
necesaria e n tre los m edios em plead >s y los fines perseguidos...
La lengua, p o r el c o ntrario, no es í lim itada p o r nada en la
elección de sus m edios (Saussure, <o. cit., pág. 142).
16 «Les in stitu tio n s sont l ’ensem ble des actes et des idees toutes
instituées que les individus trouvent devant eux et qui s ’im posent
plus ou m oins á eux» (citado en G urvitch, 1958, pág. 9).
17 «Le sens o b jec tif de le u r conduite... les posséde parce q u ’ils
en sont dépossédés» (B ourdieu, 1965, pág. 20).
18 La huella de la oposición función ap are n te / función im plícita se
po d ría e n co n trar en M erton (función m anifiesta / función late n te ) y
tam bién en D urkheim .
de una ideología política, y que co rr sponden, pues, a un
cierto lugar en el in terio r de una f( rm ación social dada.
Dicho de o tra m anera, un discurso se pronuncia siem pre
a p a rtir de condiciones de producciór. dadas: p o r ejem plo,
el diputado pertenece a un p artid o poi 'tico que participa en
el gobierno, o a un p artid o de oposici m; es el portavoz de
tal o cual grupo, de tal o cual i n t e r é E s t á , pues, situado
en el interio r de una relación de fuer ?as que existen entre
los elem entos antagonistas de un cam po político dado: lo
que dice, prom ete o denuncia, no tiene el m ism o valor según
el lugar que ocupe, la m ism a declaración puede ser un arm a
terrible o una com edia ridicula según a posición del orador
y lo que represente, en relación con lo que dice: un discurso
puede ser un acto político directo o un gesto vacío para
«producir el cambio», lo cual es o tra forma de acción polí
tica. Se puede m encionar aquí el c o j ¡cepto de «enunciado
performativo» introducido p o r J. L. .ustin, p a ra subrayar
la relación necesaria en tre un discui ío y su lugar en un
mecanismo institucional extra-lingüíst; ;o.
Si se prosigue el análisis del discur ;o político —que aquí
no tiene m ás valor que el de represe itar diversos tipos de
procesos discursivos— se ve que ha r que referirlo a las
relaciones de sentido en que se proc ace: así, tal discurso
remite a tal otro, respecto al cual es ana respuesta directa
o indirecta, o cuyos térm inos princip \les corea, o aniquila
sus argum entos. En o tra s palabras, el proceso discursivo no
tiene principio: el discurso se sostiei e siem pre sobre algo
previam ente discursivo, que desem per i el papel de m ateria
prima, y el o rad o r sabe que cuando ev >ca un acontecim iento
que ha sido o bjeto de un discurso, resucita en la m ente
de sus oyentes el discurso en el que í ; alegaba este suceso,
con las «deform aciones» que introduce la situación presente,
y de las que puede sacar partido.
Esto implica que el orador experimenta de una cierta;
forma el lugar del oyente a partir de su propia situación í
de orador: su habilidad para imaginar, para aventajar al
oyente es a veces decisiva, si sabe prever a tiempo dónde
«le espera» ese oyentew. Esta anticipación a lo que va a
pensar el otro parece constitutiva de todo discurso, a través,
de variaciones que, a la vez, están definidas, dentro del
campo de los posibles de la patología mental aplicada al
comportamiento verbal20 y por los modos de respuesta que
el funcionamiento de la institución permite al oyente: un
sermón y una conversación sin ton ni son «funcionan» de
manera distinta en este punto. En ciertos casos, el oyente
o auditorio pueden bloquear el discurso o por el contrario
apoyarlo, mediante intervenciones directas o indirectas, ver
bales o no verbales.
Por ejemplo, el diputado de las Cortes puede ser inte
rrumpido por un adversario que, situado en otro «lugar»
(es decir, cuyo discurso responde a otras condiciones de
producción), intentará llevar al orador a su terreno, obli
garlo a responder sobre un tema escabroso para él, etc.
Existe, por otro lado, un sistema de signos no lingüísticos
tales como, en el caso del discurso parlamentario, los aplau
sos, las risas, el tumulto, los silbidos, los «movimientos di
versos», que hacen posibles intervenciones indirectas del
auditorio sobre el orador; estos comportamientos son, muy
Pregunta implícita
Expresión cuya «respuesta»
que designa Significación
de la subyace a
las formaciones la formación
imaginarias expresión
imaginaria
correspondiente
2. E sbozo d e u n a r e p r e s e n t a c ió n fo rm a l
A B
rl(A, b) r\(B, A)
(c) n Al * Al = > r? (DE)
(DE) r l * a? = " * T i ii
r? * rp (DI)
Si
(O T i o se Al - rp * A l r $" (DE)
(DI) T i *Al n r i o <£ (c)
o;.
(DE) r l * Ap — r l
(C) r io . s? Al
(C): codificación
(DE): descodificacic n externa
(DI): descodificacic n interna.
A. B
rl(A,B)
(c) rio.s? =► 41
(Di) n * A ¡
(O t i o se
n i
<c) T l° s e =>
1. El e f e c to m e ta fó ric o
2),! a S d b •y
1
x 2 j S d b ■y
1
J j k d b • y
1
í)j,4 j k m b ■y
1
j k m X ■• y
j k m X ■• y
a. X
2. D e la s u p e r f ic ie d iscursiv a
A L/ ESTRUCTURA DEL PROCESO
DE I RODUCCIÓN
1. L as señ ales de pa u sa : d e f in ic ió n
DE LA FRASE
2. L a s d e p e n d e n c ia s f u n c io n a l e s
EN LA FRASE
Oí (b $2 ‘ )•
puede descomponerse en
El hombre es alto (y) el hombre es delgado,
en la frase explicativa
Dan las seis (.) + (Está claro q íe) no vendrá,
ciertas conjunciones
Dan las seis (.) + (Luego) no 'endrá.
o la coma
Dan las seis (,) no vendrá.
4. La e s t r u c t u r a de l a p ro p o sic ió n
podemos tener
El tendero del puesto pequei o vende fruta fresca
con
SNj = el tendero del puesto pequeño
SN2 = fruta fresca
en lugar de
El viajero ha salido con la naleta
con
SN1 = el viajero distraído
SN2 = l a maleta del señor qus estaba enfrente de él (enfrente
del viajero) en el coir partimiento.
Las gramáticas generativas utilizan generalmente tres tipos
de reglas de reescritura para dar cuenta del mecanismo de
asociación al sintagma mínimo sujeto u objeto:
N —> N + Adj. Adjunción del adjetivo.
N —> N + GRPP Adjunción del complemento del nombre.
N —>N + Prop/Rel Adjunción de la proposición relativa.
y
SNX-» S N ,.
De la misma forma
SN* + GRPP -> SN* + (SN, + e + p¡ + SN2/3)
con
SN* SN„
y finalmente
SN* + Prop/Rel —» SN* + (SN, + V + Pi + SN2/3)
con
SNX—>SN, o SNx-> S N 2/:.
5. E l r e g i s t r o de l a s d e p en d e n cia s
FUNCIONALES
Planteemos
.Ej = El viajero llegó.
E2 = El jefe de estación pitaba.
£ 3= El jefe de estación advierte a maquinista.
£4 = La vía está libre.
(j>j = Cuando, en el momento en qi te.
<t>2 = Para, con el fin de.
4>3 = Que (declarativo).
S, = E l — ^ E 2— E, E4,
es decir,
£,■
<t>3
4>3
E ^ ^ E ,
E S^ <i>3 Et
66 E sta tran sfo rm ació n tam bién se puede rep resen tar:
tfa
( T ) (T )
De esta manera, la estructura de concatenación está ca
racterizada por el hecho de qu3 todo enunciado domina
directamente un enunciado y solamente uno, y que está
dominado directamente por un >inundado y sólo uno: los
enunciados están escritos nada ¡nás que una vez en cada
columna.
b) La expansión.
Planteemos
£ s = E l n á u f r a g o d e s c u b r ió h u e l a s.
E6 —H u e lla s e d e p a so s .
£ 7 = H u e lla s e e n la is la .
£ , = E l n á u fr a g o p e n s ó .
£ 9 = L a s h u e lla s e r a n re c ie n te s .
£ 10 = E l v ie n t o n o h a b o r r a d o t o d a v ía la s h u e lla s .
£ h — E l v ie n t o e de le v a n te .
Ea = L a m a re a n o h a b o r r a d o t< d a v ía la s h u e lla s .
E 13 = L a m a r e a e c re c ie n te .
4>s = c u a n d o
<{>3 = q u e ( d e c la r a t iv o )
<t>7 = y a q u e
4>» = y-
Vemos que es imposible repr asentar S2 bajo la forma
de una cadena, puesto que, por ejemplo, Eg domina directa
mente a Ej y E9.
El árbol que sigue representa la secuencia S 2:
Representación parentética:
1) E 8-^ * E 5; E s - ^ E t; £ 6- X e 7
sea (Et <f>5 (E¡ 82 (Et 5, E-¡)))
3) E l0— y En
sea (E ¡0 gj E¡¡)
en anotación parentética.
Una superficie discursiva está constituida, pues, general
mente por un complejo de conca enaciones y de expansio
nes; lo señalaremos en S2 mediante líneas oblicuas (conca
tenaciones) y relaciones verticales (expansiones):
Una estructura como la que acabamos de examinar, que
no comporta más que concatenaciones y expansiones, es de
tal forma que admite, como hemos visto, tres representa
ciones: en árbol, en expresión parentética o en apilamiento.
Damos más abajo la descripción de un autómata efec
tuando el paso unívoco de la representación parentética a
la representación en columna67:
Sea la expresión parentética escrita en la forma
p = (min | m¡ = ak).
\\ m t! 1-»- ”
i jt. 1 , m , □
%\
a-i si (p = 1 ) y 0 ^ = " )
entonces m l i->- a
y ©
si (p = 1 ) y ( m i a¡)
entonces ©
si ( p * 1 )
entonces («tp_, -va;) O-i
y ©
<Sfk # rnp<t>k
Vi, ( m ¡ |->- m ¡ _ i )
)
y ©
« « □ □ □
c c □ □ □ «
c □ □ □ # C ^1
fl
( □ c □ □
( □ 0 c □
b □ b c □ b
$2 □ b c □ # H 1
d d b ■c □ d
)
b c □ □
t>3 b e □ □ * * ♦ j
a b c □ □ a
) c □ □ □
» □ □ □ □
V W W
— -1 ! « # c 6i b # 64»2 ¿ 4> j a » ;
* v
c) El principio de saturación.
I
RB
4>3
Tenemos:
£ 14 = El rey entró.
£ 15 = El ministro seguía al rey.
E16 = Los cortesanos se acercaron al rey.
E¡i = El rey miró detenidamente a los cortesanos
y
=(•),
de donde
<pt £15
(pe -E|6
£|4 <t>l ^16
£ l 6 <}>a ^17
£ 4 $1 ^1 7 -
p — ^ ^ ^
Con
E 9 = Las huellas e ra n recientes.
£ 10 = El viento no ha b o rrad o todav a las huellas.
£ 12 = La m area no h a b o rrad o to d a\ a las huellas.
<(>7 = ya que
4>s =y
Planteemos:
E¡ = José es u n a calam idad.
E 2 = José sa b rá latín.
£3 = Las ra n a s tengan pelos.
=(;)
<j>2 - cuando.
bien
llegando a ser
Ei ([>„ £3
bien E¡ (p2 E2
E\ <}>i E2.
— 1—
Llamamos discurso a una secuenci. ■lingüística limitada
por dos blancos semánticos, y qui corresponde a con
diciones de producción discursiva > definidas.
— 2 —
— 4 —
Llamamos proposición reducida a una proposición que
no puede disociarse en dos o varias proposiciones por
una transformación de tipo T i13.
— 5 —
Llamamos enunciado a una proposición tal que ya no
se puedan obtener a partir de ella enunciados que le
sean adjuntos, por una de las transformaciones del
tipo T2t*.
— 6 —
E í -^ + E í
o bien
E¡ E¡.
con
41 = { 6 1 , 62» <|>i» • •) <{>«}-
— 11 —
— 12 —
1. El s in t a g m a n o m in a l
Así pues, vemos que los prono: abres y otros «que tienen
lugar» remiten, según el caso, a la enunciación o a un enun
ciado anterior, la enunciación d 2 éste sirve de garantía
para la introducción, en un em nciado ulterior, de esos
«signos ‘vacíos’, no referenciales p :>r relación a la 'realidad',
siempre disponibles, y que se vue ven 'llenos’ en cuanto un
hablante los asume en cada instí acia de su discurso. Des
provistos de referencia material, no pueden usarse mal;
por no afirmar nada, no están so netidos a la condición de
verdad y escapan a toda denegai ión. Su papel es ofrecer
el instrumento de una conversión que puede denominarse
la conversión del lenguaje en disci rso» (Benveniste, op. cit.,
pág. 175).
Por otro lado, el nombre está :eneralmente acompañado
de una marca de determinación, ausente en el caso del
nombre propio y de la mayor pa te de las anáforas.
Llamaremos A y A a estas n arcas, según que su aso
ciación con el nombre forme el intagma sujeto o el sin
tagma objeto:
S N ,-»JJ,+ V,
SN2 -»Z)2 + n2
SN¿ D2 +
SN 3-»Z>2 + Vj.
Podemos, por otro lado, descomponer la marca D en
un haz de dimensiones, a saber:
a) el número (singular/plural);
b) el modo de determinación de N según que:
• se pretenda alcanzar la clase N:
E l p e rro es u n anim al fiel
registraremos
£¡ = (la + casa) + da + a + (e + patio)
E 2 = (4> + casa) + c + de + ( i + po rtera)
con
Ei 5i E2.
2. El s in t a g m a verbal
corresponden a
Vengo m añana + m odalidad di lo posible.
E scribo u n a c arta + m odalidai de lo necesario.
p) Énfasis en el sujeto:
E s Ju an el que com e m anzanas.
E s un avión lo que cae.
y) Énfasis en el objeto:
Son m anzanas lo que com e Juan
Di Ni V ADV Fi p D2 W2/3
Hemos podido darnos cuenta, : egún lo que precede, de
que la forma del enunciado (Fi) mede ejercer una deter
minación sobre todos los elementos del enunciado, y no sola
mente sobre su sintagma verbal. : >i convenimos en llamar
«lexis» al conjunto canónicamente ordenado de estos ele
mentos, diremos que un enunciadc resulta de la aplicación
de una forma del enunciado sobrt una «lexis» dada:
3. L as tr a n sf < r m a c io n e s del e n u n c ia d o
2. Transformaciones de tipo 7 :
El p e rro grande duerm e cerca leí fuego.
—» El p e rro duerm e cerca del fueg 3 6, perro e * grande.
se indicará
Salida g de Pedro + Salida e en autom óvil
y
La T ierra gira
se escribirá
La rotación e de la T ierra
— Tz b: activa-pasiva.
Por ejemplo:
Los tu ris ta s visitan la ciudad.
—» La ciudad es visitada p o r los tu rista s.
4. P roblem as i a r t ic u l a r e s de r e g is t r o :
de E¡
La tom a de C onstantinopla —» X tom a C onstantinopla
y de E*
■/I va a ■
El tren de M adrid - » El tre n 1 .__ , ! M adrid.
1 viene de |
pero
El trib u n a l + e ' + * + m ilita r (si tagm a fijo).
Aquí tendríamos
Un p o rte + e + * + m ilitar,
pero en
Todo soldado sorprendido sin s i po rte m ilitar será fusilado
en el acto
escribiríamos
El p o rte + e ' + * + m ilitar.
b) El complemento de adjeth o.
Sea la frase
N apoleón era ávido de gloria.
de donde
Ei &2 ^ 2*
Efectuamos la transformación intermedia
ADJ => [N : Sustantivo (ADJ)]
Registramos
Ei = he visto * el Talgo,
E2 = Talgo e de B arcelona,
E3= he visto * el TER,
E^ = T E R e de Valencia,
y
Ei 62 E-
Ei <J>! Es
E3 82 Et
con
♦1 = y-
96 Todo este desarrollo sobre las «relaciones ternarias» está m ar
cado p o r la necesidad algorítm ica de red u cirlo s a construcciones p re
dicativas c o n dos argum entos. P ara el fondo de e sta cuestión, véase
m ás adelante, pág. 139.
57 Cf. pág. 85.
Por otro lado se dan casos en jue la regla de disociación
no puede aplicarse:
Q uerría w hisky con agua.
La registraremos
E 5 = q u e rría * A,
£ 6 = w hisky e 3 a A,
£ 7 = agua e 3 a A
62i 7 (saturación).
con
<(), = con.
podían registrarse
£ 8 -= Eva da u n a m anzana.
Et¡ = Eva da a Adán ( £ 8 a Eg).
£ I0 = Da * dinero.
£ n = Da a los pobres ( £ 10 a En ).
Por otro lado queda claro que es preciso distinguir
mediante un registro diferente de los anteriores las frases
del tipo
Regala u n helado de chocolate,
sea
En —re g a la * u n h e la d o ,
¿J]3 = helado e de chocolate (En 62 £ 13)-
El caso (2)
X e s tá en tre Y y Z
En este registro,
K rep resen ta el segm ento YZ,
e 4 px K significa e sta r en el in te r or del segm ento YZ,
o r * K significa e sta r en el orige i de K,
y
ext * K significa e star en el extr m o de K.
d) El comparativo.
Sea la frase
Ju a n era m ejo r estu d ian te que Pe Iro.
e) La proposición sujeto.
Sea la frase
Que la T ierra gira es (u n hecho) om probado p o r la ciencia.
Primera solución:
Segunda solución:
E l = el p ro feso r afirm a 4¡
E 2 = la ciencia d em u estra * la re tación.
E } = la rotación d em u estra e * errestre.
T¡a aplicada a E¡ da
E 4 = la rotación e de la T ierra.
T}a aplicada a £4 da
E s = la T ierra gira <f><f>.
El resultado de Ti sobre E, es
E 6 = la ciencia d em u estra <t>4>,
de donde
^1 <(*2 ^2
E 2 82 E¡
E 2 62 £4
E x <¡>2 E6
E 6 (p2 E¡ con (p2= que.
operadores 5,. ,
con
S* = {E¿, E u E2, . ., E n} .
Ti o Al
1. P A R T IC I )N d e 8 x e n c a t e g o r í a s 1012
Señalemos que
ItÍS,, £,) = E¿).
G, ={G} |Gf}
con
G} = {£,-, E v Eg]
G? ={£„„ En, E ,}.
£, = a b c d
Ej = a b m k
Ek= a b m h .
Tenemos
(£¡, E¡) = 1 1 0 0
(Ei, Ek) = 1 1 0 0;
pero
(Ejt £ * ) = 1 1 1 3 .
con a* — 0 ó 1.
El valor de estos coeficientes pude, por otra parte, ser
fijado de una vez por todas por el ingüista, o, por el con
trario, ser planteado como funciót de una variable, por
ejemplo, la forma del enunciado, ti ndríamos en este caso
Pk = /(a,)
o incluso
Pk = f(a)/a)).
3. C á lc u l o de l a p ro x im id ad de dos
E N U N C IA D O S EN EL C O N JU N T O &x
Si existe un enunciado,
E k = el coronel gustó a la m arquesa,
V *1 3 2 5 5 3 3 2 5
— 1 — — 1 1 1 1
e /e -- -- — 2 — — — —
3G*,£,eG‘
y *7
3GJ, Ej € G¡¡
NO -
3Ex,ExeGkm
3Ex,Ex eG’
7 ^
Sí NO-
1
PÍEit E ¿ = P2 (eu <?*)
P2 + Pi
>Px
-----\
SÍ NO1 -O
1. A n á l is is d e la s s im il it u d e s
diremos que
si
i|> = ! 61, 62 I
( <|>1, <t>„> \
Generemos g clases diferentes que corresponden a los
i|»
g operadores de dependencia — »- que tienen una función
diferente en (Rz (suponemos que el registro ha regularizado
los casos de equivalencia entre doí operadores ijj de morfo
logía diferentes que tengan la misr 1a función).
Sea E1 &! i ,
E2 &2 ¿}
Ei $1 £t
Ei <f>5 15
Es 81 í i
E¡ (j)0 1 5
E 5 <p] 1 7
E-, 62
61 <l> <t>5
W ......... l £7
donde el número provisionalmente atribuido como expo
nente a cada enunciado indica su lugar en el presente
cálculo y no debe confundirse con la indicación de los
enunciados en 8*.
Formemos y calculemos
P (£‘, £ 3) P(£5, E 1)
P(£', £ 4) P{E\ £8)
P (£2, £ 3) P(£6, £ 7)
P(£2, £ 4) P(£6, £8).
Diremos que las dos zonas «(S,)(S¡+1)» y (S;)(S'i+1)» son
homogéneas, lo que anotaremos
[ ( S ; ) ( S ¡+, ) ] 3e [ ( s ; x s ; +1)]
P (E2, £ 3) + P (£ 6, £ 7)
^(III) =
P (£ 2, £ 4) + P ( jB6, £*)
PÍE1, ¿ 3)
PÍE1, E*)
PÍE6, Es)
s í "*■ " ;o = s t o p
\
[(SJ(5,.n)]3e[(5&(5i+1)]
K ,= {£ },
3. A N A L IS IS DE LA D E P E N D E N C IA EN TRE
LOS DOM I « O S S E M Á N T IC O S
Sea
En-
De donde Alg. 6.
Dx — Dy]
Dx — Dy',
NO Sf
_±_ t
~ r
lí NO
Alg. 6 ^
NO SI
3 Sn e Dxt S„ ----- ►X.r p D v | „ 1 1Snr e Dy, 35, e Dx, S „ -----»■ ¿s\, i
a * * -i ?
<*' 35"^ e Z>„ S .,------> S„ e Dx j
_ I
/L íÜ L \
Alg. 6 NO sf
NO _L
jO,
V Í»,sZ )t, 3S ,e D „ S „ -----• S,,
1. E l c a m po d e l a in v e s t ig a c ió n
SOCIOLÓGICA
v is ta q u e u n d irig e n te d e e m p re s; co n ced e al s o c ió lo g o ,
a o tro s p a p e le s d is c u r s iv o s cuyos ei e c to s p u e d e n se r to m a
e fe c tu a d a p o r el s u je to , com o rep e s e n ta n te d e u n lu g a r
d e la s o c io lo g ía .
2. El cam po de la h is t o r ia
JE LAS C IE N C IA S
indefinido
F,
FORMAS DB D
El hecho de que, en esta secuencia, no funcione ningún
determinante según la modalidad de la clase o del concepto,
ha permitido algunas simplificaciones de escritura, válidas
para la secuencia.
Flechaje: El determinante remite a una o varias existen
cias individuales:
singular = L — el Rey, la Reina
plural = LS — las tartas.
Borrado: El determinante remite a una o varias series
de existencia:
singular — TL — todo el mazo
plural = TS — todas las clases de pájaros.
Extracción: El determinante designa uno o varios ele
mentos extraídos de un conjunto:
singular — V — una trompeta
plural — US — unos tronos.
Observación: í/¡ designa la extracción del elemento i que
pertenece a un conjunto ordenado (au a¡, ..., an). Por
ejemplo:
í/j (una mano).
U2 (la otra mano).
Registro de una superficie discursiv i 177
Formas de t|»n
&! = adjunción a
b2 = adjunción a N2/¡
= relación de simultaneidad t imporal (cuando)
= marca de pausa, no cualificí da (.)
<j>3 = relación de coordinación as >ciativa (y)
= marca de pausa cualificada explicación, desarrollo)
(:)
<p5 = relación de consecuencia (h ista el punto que, tan
to... que)
<f>a = relación de posición en la s< cuencia.
1 6, 2 9 6, 12 23 82 24
2 3 12 6, i: 23 6, 25
1 6. 3 7 <|>a 11 24 <h~ 25
1 a, 4 1 <|>a 14 23 62 26
3 iba 4 14 8i 17 25 62 26
4 &! 5 14 $3 16 22 26
5 6 14 6, 15 18 27
4 6i 6 16 6. 15 27 62 28
1 <t>2 7 16 17 28 í})a 29
4 7 17 <i>« 18 27 6l 29
7 8i 8 18 6, 19 29 30
7 9 19 <t>= 20 27 6, 30
8 <J'a 9 18 <t>4 20 30 <t>2 31
9 6. 10 20 6, 21 31 <t>5 32
10 0a 11 20 62 22 32 6, 33
9 &! 11 18 <t>3 23 32 <t>6 34
11 4>a 12 21 62 22 1 <P2 27
1 d)? 17
1 <h-> 18
Representación gráfica de £B,
Indice
del F Ni V Ar / PP N 2¡:
enunciado
11* T oda e sta exposición tom a directam ente sus bases en el des
a rrollo a ctu al de las investigaciones de A. Culioli. E s indispensable,
en este p u n to , referirse al artículo «La form alisation en linguistique»,
a parecido en el núm . 9 de los Cahiers po u r VAnalyse (verano de 1968).
Sugerimos distinguir, por un ado, las determinaciones
cuyos valores son manifestados c irectamente por el verbo
principal (lo que tradicionalmen s se llama «semantismo
del lexema verbal» y «conjugado] del verbo») y, por otro,
aquellos que están marcados en li cadena por uno o varios
morfemas distintos del verbo prr icipal. Volvamos a tomar
esta distinción.
M arcas m a n if e s t a d a s
2. M a r c a s m a n if e s t a d a s por
LOS M ORFEM AS D IS T IN T IV O S
DEL VERBO P R IN C IP A L
1*5 ««M odalité sera entendu au quad ru p le sens de: 1) affirm ation
ou négation, injonctif... 2) certain , probable, nécessaire... 3) apprécia-
tif: il est tris te que... 4) prag m atiq u e, en p a rticu lier m ode allocu-
toire, causatif, b ref, ce qui im plique une relatio n en tre sujets».
—>S (tiene permiso para venir), e: oposición al valor «par
tiendo del sujeto» S —» (quiere vei ir).
Indiquemos como línea de inv :stigación futura que así
debe ser posible analizar numei asos verbos, como, por
ejemplo, los causativos («Pedro ha e correr a Juan = Pedro
hace que Juan se encuentre en la situación en la que
corre»); como máximo convendría iescomponer también los
predicados en tres argumentos, er la medida en que com
portan un primer sujeto que reali ?a una acción que actúa
sobre un segundo sujeto («Pedro da un libro a Pablo =
Pedro hace que (M4) Pablo tiene un libro o: un libro es
de Pablo»).
BASF Procedo
del lexema verbal E stad o
Indicativo
Sim ples
DESINENCIAS
S ubjuntivo A :tiva
y C rnnicional P iciva
¿ w k c u ia v u u u i com p u esto s
Im perativo
M2-M3
V erbos secundarios M4
M1-.M2
P artículas y adverbios M3M4
É nfasis
Giros
Exclam ación
Valeres
(sem ánti c¡ i - f o r m a l ) Opej aciones sobre V
S istem a verbal O peraciones sobre N í-Nl
V aloies despejados ( = ’.im e + aspectos +
p o r el análisis m oja'iidades)
m orfole gico-sin i¿ c tico
TIEMPOS X
MODO X
voz X
ASPECTOS X
MODALIDADES X
ÉNFASIS X
P resentativo E xtracción
SUPLEMENTO A LOS ALEJOS I Y II
A £CtÍ\0 pasivo
D presen e imperfect( ■ futuro pret. perfecto pre'. ind:fin do fu :, p er.e:1o p e . p uscuam rf.
La forma se expresa, de este r .odo, por una secuencia
ordenada de cuatro valores, que cc rresponden a las cuatro
filas, A, B, C, D, del cuadro.
Así, por ejemplo:
0103 Ju a n no ha llam ado a ningC i taxi.
0201 ¿E staba Ju a n en u n subm a ino?
1006 Ju an había sido atacado p o r un ladrón.
QUE
(Ej) (E2)
PRG!
PRG2
01 : 5 ,
02: &2
05: IMP
06: PRG!
07: PRG2
08: SPE (predicados con n > 2 argumentos)
09: CIRC (construcción circunstancial)
11 : que
12: como
13: si
14: cómo
15: cuánto
16: por qué
99: conexión con un enunciado vacío
COORDINACIÓN/ SUBORDINACIÓN
Relación temporal
20: y, mientras que, durante, en
21: mientras
22: en el momento que, como, cuando
23: luego, además
24: tan pronto como, tan pronto, en cuanto
25: desde que
26: en espera de que, hasta que
Relación no temporal
Acercamiento
40: y , COMA
41: que (comparativo), como, así, así como
42: más que
43: tanto como
44: menos que
45: como si
Oposición
46: lejos de
47: m a s , p e r o , no o b s ta n te , í tn e m b a rg o , con to d o , e n
c a m b io , d e s p u é s d e to d o , >or t a n t o , p o r e l c o n t r a r i o ,
a p e s a r d e e so , a u n q u e , c i a n d o , si n o e s q u e , a d e c ir
v e rd a d , m ie n tra s que, lo ;ie rto es que
Disyunción
48: más bien que
49: o, o bien, en lugar de
Consecuencia
Encadenamiento, aclaración
60: com a, m arca de pau sa NO ( l ia l if ic a d a , y , a d e m á s
61: adem ás, por lo d em ás, ] or o tra p a rte , lo que es
m ás, y ad em ás
62: p o r ú ltim o
63: es d e c ir q u e
Causalidad /finalidad
70: ahora bien
71: en efecto, pues, porque
72: tanto más, en vista de que, dado que, ya que, visto
que
73: de suerte que, de manera que, de modo que, a fin
de que, para que
74: hasta el punto de que
75: también, pues, así, luego, es por lo que, por consi-
guíente
76: por temor a que
Condición
80: si, supuesto que, a condición de que, en caso de que
81: según que, conforme
82: incluso si, aun cuando
83: sin que
84: a menos que, salvo que, excepto que, excepción
hecha de que
85: bien que, aunque
O b s e r v a c ió n . — Reescribiremos:
además de A, B -> B y además A B 61 A
ni A, ni B NEG(A) y NEG(B) A' 40 B'
A sino B—» B si NEG(A) B 80 A'
bien A bien B —» A o B A49B
TEST DE LA CONGRUENCIA ENTRE DOS
CONJUNTOS DE ENUNCIADOS 8, Y 8,
«*(«* — l)
£ ^(/í, 1) , 2h>
rty //, a; < A,
*' 2" ^ «,(«,— 1)
t .. n¡(«,2 — 1) 2A;
6,D K y = ni -£f; ÍIÍC M , A; < h¡
7‘ "(O, - 1 )
E* -* rrx n¿ v _ _ _ ___ K _ _
r r A, = («x — »,X«v —"¡) if: c tf. A: S A.
V*je “.A-'y 'V
2(A; h- A; -f A; - a;)
ahora bien « - í*í • "y ■i- *' - /<¡) , de donde
'“ (n, - - /!,)(«_, + 1)
A p lica ció n d e l AAD
(6x - 6.)
Formar (£, - í ) (£,. - £,) = H,
(£, - Ci)
Alg. 1
Alg. 2
SÍ NO
! i
6, y £y son congruentes £x ■ Sy no son congruentes
<-«(«) (S)(S)
y
p(31, 85) = 13
p(32, 86) = 20 13 + 20 = 33 > pa
p(33, 88) = 12 20 + 12 = 32 > pa.
Observación: como las operaciones han sido efectuadas
a mano, se ha omitido aplicar los algoritmos Alg. 1 y Alg. 2,
que, en rigor, intervienen en Alg. 3.
Y, por consiguiente,
( <|>2 ) 6 2 )
( 5) P* 4> J ir 1 0 <t>
( 31) J buscar 0 <t> 4>
( 42) F* <A J ir 4> <t> <t>
( 57) P, <t> J ir i 4> <¡>
( 85) P, <$> J intentar < 4> <f> <t>
( 98) F3 4> J ir < 4> 4>
( 6) Fi 4> J encontrar ( * L rey
( 32) P3 4> J ver < * L rey
( 43) P3 <A J F. Coron. < * L rey
( 58) Fi <t> J encontrar < * L rey
( 86) F} J restablecer < * L rey
( 99) F} <t> J encontrar (, * L rey
( 7) F< rey € 0 de <t> Francia
( 33) F< <f> rey G <7 de 4> Francia
( 44) F< <t> rey e de 4> Francia
( 59) F4 4> rey e * 4> Carlos VII
( 88) F* rey e <? * <t> Carlos VII
(100) F< <A rey e <? de Francia
Podemos sintetizar así
e n co n trar
I ir j
ver de Francia
| J buscar <!> I j J * rey II rey e
F. Coron. Carlos VII
1 in te n tar J\
restablecer
4. R e l a c io n e s e n t r e l o s d o m in io s
II
z> ü n n n. — !l
Z3 n n
y c: c rs N ¡> i! — ! I — !! - ~ - - II II
25 ■i n - ir - X r 1! - — í * ~ II
26 cz n ¡; II ■*-
,1
27 • — -
2&
31 - - P - II - 1' 1 I II
41 C. n <r - - 1! 1 ¡1 1. 1 1 il !l II II
42 =5
43 :•
44 - t- n ' l¡ • - 1; II
?] 9 — ~ !i II — 1 — ■1 - — II
«i n t - -- - II II
62 - 1! 11 ¡1 1 II II
71 — — * — H
8! n n li li =* -i
«2 II Ü - *-
83
91 1 5
101 n n II
io : n -
103 n
104
DISCURSO. — 14
SUPLEMENTO AL ANEJO IV
(Adición a la ed. esp.)
y
Los hom bres se e ncuentran en u habitáculo que los protege.
i i i . i l Ii i IL ,1 I !s - _
« iiis f is iiii s
• s S 2 S s S S s ?.5S;s 3 s a s ?;.s
m
? s ?
sa ilimsi « g § » »
= ¿ - s s h r,; i s s j ss.
u■ ¿ S i i S É s s i j í s - á s í s
11 III M |saU1 II II ií il
üitiititfütiiMr¿: ni::::: : : ii
M l f e t ó É * 51 j f m ;”s | | ! | | K 1 . sr SIS i
• r ^
.fflfflU in ía R J J , . . « U j ¡ j U L - j - S " í ! ( í f : « 3l :
M líllteSiáÉiliSliplIpIl® M lllÉsiliBllIlBiil
s^SsSsSssstSgsSsiRSsSsíSSsESssISsslHíSÉsS' Í==ÍSs|ssísí=5aSs5fci*S4ssáSli
Interpretación del cuadro de los dominios:
ils se cachent dans un e n d ro it peu com m ode
ces hom m es se dans un local clos
trouvent dans un habitacle que
les protege d ’ un danger
á l ’ab ri d ’
sont un m odule lunaire
se trouvent dans un sous 1 ím m erge I
sont enferm és m arin ! en m er
un caisson p re ssu n se
vaisseau 1 spatial(e)
un(e) cabine | Apollo
atom ique
un abri contre les radia-
• tions ,
un e c atastro p h e se p ro d u it des I
les personnes évitent l ’ouverture de la porte
I ab ri de (= contre) I extérieur
Dj habitacle protege d' | un Tánger | p a r exem ple le vide
D. c ’e st I Apollo I
I des cosm onautes su r *a *une
ces hom m es se trouvent dans un danger
un local PARCE QUE des radiations étre á l’extérieur
(radioactives)
il I risque de l'hom m e
i tu e r des cam arades -J- SI ouvre la porte
^ inonder ces hom m es ^ il
Í un sous-m arin I
l ’atm osphére |
1. E le m e n to s c o n s t it u t iv o s d el proceso d el l e n g u a je :
El simbolismo
2)
A B
R
El simbolismo
h(Y)
3. C o n d ic io n e s de p r o d u c c ió n :
El simbolismo
TnÁ A, B)
4. P roceso de p r o d u c c ió n :
El simbolismo
A?(A, B)
5. T r a n s f o r m a c ió n de la s c o n d ic io n e s de pr o d u c c ió n :
El simbolismo
rí * a ¿ => r:n + i X
6. Co r pu s de s u p e r f ic ie s d is c u r s iv a s :
El simbolismo
Cx = ‘.O,,, ‘0,2.
7. O per a d o r es de d e p e n d e n c ia :
8. C o n ju n t o de e n u n c ia d o s e l e m e n t a l e s :
9. C o n ju n t o d e r e l a c io n e s b in a r ia s entre e n u n c ia d o s :
y se calcula
sea bx = E¡ Ek
by = E t ip„ Em.
P,+P2
> Pa.
2
13. C adena de s im il it u d y d o m in io s e m á n t ic o :
ACTUALIZACIONES Y PERSPECTIVAS
A P R O P Ó S IT O DEL A N Á L IS IS
AUTOM ÁTICO DEL DISCURSO
( 1975 )
E s n ecesario su b ra y ar que este tra b a jo hubiera sido im posible sin
C. Fuchs que, com o lingüista, ha contribuido d irectam ente a la ela
boración teórica de toda la p a rte lingüistica de este texto, especial
m ente e n la presentación general de los procesos de enunciación (I 2 )
y tam b ién en la discusión y las perspectivas de transform ación de
esa fase (II 2).
I N T RODU : CI ÓN
1. F o r m a c ió n s o c ia l , id e o l o g ía , d is c u r s o
. \ m ás
R epartición , (
jS a ^ 1' 3 ( / de i bienes
1 , ios/ i as \ riquezas
I m ejo r ) I ren tas
V erem os m ás adelante que las relaciones que representam os aquí
con llaves deben ser in te rp reta d as com o relaciones sim étricas (líneas
verticales) o relaciones no sim étricas (flechas). Cf. pág. 323. Señalem os
al m ism o tiem po que la p a ráfra sis discursiva no debe ser confundida
con lo q u e algunos lingüistas llam an p a ráfra sis (p o r ejem plo, la tra n s
form ación pasiva). Volverem os a ello en las págs. 340-344.
16 S ubrayam os claram ente que e sta concepción no se identifica con
la de las «lecturas plurales» que sugieren la idea de una abundancia
infinita d e las significaciones, m an ifestan d o en ello cada su jeto su
singularidad. Eso sería, según n u e stro parecer, p e rd er de vista la
m ate ria lid a d de lo discursivo y es, parece, lo que hace A. T rognon
cuando escribe: «Lo que dice el d iscurso es lo que escribim os en la
pro b lem ática que nos hem os definido» («Ce que le discours dit, c’est
ce que no u s en écrivons dans la pro b lém atiq u e que nous nous som m es
définie»), Trognon, 1972, pág. 28.
cursiva para que esta secuencia i sté «dotada de sentido»
es la que se encuentra rechazada para (¿o por?) el sujeto
y recubierta por este último por a ilusión de estar en la
fuente del sentido , bajo la forma del re-cogimiento por el
sujeto de un sentido pre-existenti universal (esto explica
en particular la pareja eterna inc ividualidad/universalidad
característica de la ilusión discursi- a del sujeto). Notaremos
de paso que esta hermenéutica es jontánea que caracteriza
al efecto subjetivo con relación al lenguaje se redobla, sin
cambiar fundamentalmente de na uraleza, en las elabora
ciones teóricas inherentes a la c incepción chomskiana y
pos-chomskiana de la semántica inevitable vuelta a una
semántica universal puesta en mov miento en una lógica de
los predicados, lo que lleva clarar iente a suponer resuelto
el problema anulando la distancia entre proceso discursivo
y formulación lógica).
Estas precisiones permiten con prender por qué el dis
positivo AAD, en la medida en la jue se conforma con las
concepciones de la teoría del dis :urso que acabamos de
enunciar, excluye fundamentalment: la idea misma del aná
lisis semántico de un texto. En es a punto conviene anotar
la distinción, sobre la que volver :mos, entre análisis lin
güístico de una secuencia discursh a y tratamiento automá
tico de un conjunto de objetos obt mido por medio de este
análisis, lo que parece haber e capado parcialmente a
S. Fisher y E. Veron 17 en la medica en que parecen asom
brarse de que «a pesar de esta adve rtencia [la imposibilidad
que acabamos de recordar] Péchei x... ha ensayado su sis
tema de análisis sobre un solo tex o» —la expresión «siste
ma de análisis» es aquí el objeto !e un juego de palabras
confundiendo análisis lingüístico y análisis discursivo.
En esta medida, y a condición de entender por proceso
discursivo las relaciones de paráfrasis interiores a lo que
nosotros hemos llamado la matriz de sentido inherente a la
formación discursiva, diremos que el procedimiento AAD
constituye el esbozo de un análisis no subjetivo de los
efectos de sentido que atraviesa la ilusión del efecto-sujeto
(producción / lectura) y se remonta por una especie de
arqueología regulada hacia el proceso discursivo. En su
estado actual, el procedimiento proporciona lo que hemos
podido llamar señales del proceso discursivo que tenemos
por objeto de estudio. Como lo mostraremos más adelante,
la dificultad a resolver aquí reside en el hecho de que la
familia de paráfrasis (o más bien las diferentes familias
parafrásticas o dominios semánticos) no corresponde direc
tamente a una proposición lógica (o a un sistema de propo
siciones lógicas). No es nuestra intención exponer el efecto
de una adecuación accidental que se podría reducir anali
zando más minuciosamente; se trata de la distancia ya
mencionada entre proposición lógica y proceso discursivo,
distancia que está precisamente anulada de una manera
imaginaria a la vez por la filosofía espontánea de la lógica
formal y por el idealismo positivista en lingüística.
Como acabamos de ver, los procesos discursivos tal como
se han concebido aquí no podrían tener su origen en el
sujeto. Sin embargo, se realizan necesariamente en este mis
mo sujeto; esta aparente contradicción hace referencia en
realidad a la cuestión misma de la constitución del sujeto y
a lo que nosotros hemos llamado su subjetivización. Sobre
este punto, ciertas aclaraciones se imponen con relación a
las formulaciones ambiguas que proporcionaba el texto de
1969, concernientes a las «condiciones de producción» en
especial: esta ambigüedad residía en el hecho de que el
término «condiciones de producción» designaba a la vez
el efecto de las relaciones de lugar en las cuales se encuen
tra inscrito el sujeto y, simultánea nente, «la situación» en
el sentido concreto y empírico d 1 término, es decir, el
entorno material e institucional, le ¡ papeles más o menos
conscientemente puestos en juego, ;tc. En último caso, las
condiciones de producción en este último sentido determi
narían «la situación vivida por el : ujeto» en el sentido de
variable subjetiva («actitudes», «representaciones», etc.) in
herente a una situación experimentí 1. Ahora podemos preci
sar que la primera definición se o] one a la segunda como
lo real a lo imaginario, y lo que er i defectuoso en el texto
de 1969 era precisamente una te iría de ese imaginario
identificado con relación a lo real. , v falta de esa identifica
ción era inevitable (y es lo que se produjo efectivamente)
que las relaciones de lugar se ha /an confundido con la
representación ante un espejo de 1 >s papeles interiores de
una institución18, el término de a >arato introducido más
arriba estaba indebidamente confu: dido con la noción de
institución. En otras palabras, lo qi e faltaba y lo que falta
todavía en cierta medida es una te Dría no subjetiva de la
constitución del sujeto en su situación concreta de enun-
ciador19. El hecho de que se trafr fundamentalmente de
18 Las expresiones m ediante las que ir u n tá b a m o s c aracterizar las
relaciones e n tre «form aciones im aginarias» (Pécheux, 1969, págs. 19-21),
del tipo: Ia (A), IA(B), etc., dejan am pliai íente a b ie rta la posibilidad
de una interp retació n «interpersonal» del sistem a de las condiciones
de producción: las repercusiones de esta am bigüedad se encuentran
en varios trab a jo s, p o r ejem plo M. J. B jrel (1970). P o r o tra parte,
la idea avanzada p o r A. Trognon (1972, pág. 164) según la cual el
AAD ten d ría p o r función d istrib u ir los elem entos del discurso» o
«unidades textuales» en función de estas diversas expresiones (Ia (A),
etcétera), la consideram os extraña. Finaln ente estarem os de acuerdo
con L. Guespin p ara reconocer que la n ultiplicación de los «meca
nism os» no arregla fundam entalm ente la :uestión.
19 Más adelante verem os las consecuer d a s de esta dificultad con
respecto a la constitución de un Corpus.
d is c u r s o . — 16
una ilusión no impide la necesidad de esta ilusión e impone
como tarea, al menos, describir la estructura (bajo la forma
de un esbozo descriptivo de los procesos de enunciación)
y posiblemente también articular la descripción de esta
ilusión en lo que nosotros hemos llamado aquí el olvido
núm. 1.
2* «En fait, sém iotique e t sém antique a p p ara isse n t com m e la trans-
position linguistique des catégories philosophiques de la puissance
et de l'ac te... La encore la m édiation est opérée á l’aide d ’une notion
am bigué, l’énonciation, définie form ellem ent (...) m ais justifiée philo-
sophiquem ent: T én o n ciatio n est cette m ise en fonctionnem ent de la
langue p a r u n acte individuel d ’u tilisa tio n ’. N ous nous trouvons con-
frontés ici á la difficulté essentielle de la dém arche saussurienne, celle
qui c o n stitu e , selon nous, le blocage prin cip al de to u te théorie saussu
rienne d u discours. Certes, la langue conque seulem ent com m e systém e
de signes e st dépassée, m ais c ’est au prix de l’intro d u ctio n au sein
m ém e de la théorie linguistique des deux notions q u ’elle avait ten té de
re je te r, en se c o n stitu a n t com m e science, le su je t et son ra p p o rt au
m onde social. Or —e t c ’est la le paradoxe— ces deux notions, si elles
viennent re m p lir une place d an s l'ap p areil conceptuel, n ’o n t en fait
aucun s ta tu t théorique précis. E n o pposant la liberté du su je t indivi
duel á la nécessité du systém e de la langue, en p o sa n t la langue com m e
m éd iatio n du su je t au m onde, e t le su je t com m e s ’a p p ro p ria n t le
m onde p a r l’in term éd iaire de la langue, et la langue p a r l'interm é-
d iaire de l ’ap p areil de l’énonciation, B enveniste ne fait que tran sp o ser
en term es linguistiques des n otions philosophiques qui, loin d ’étre
neutres, a p p artie n n e n t directem ent au co u ran t idéaliste», H irsb ru n n e r
y Fiala, 1972, págs. 26-27.
f E l térm ino «ilusión necesaria» fue introducido p o r vez p rim era
po r P. Le Goffic. Cf. la o b ra colectiva sobre las relativas, p o r C. Fuchs,
J. M ilner y P. Le Goffic, 1974.
tradición de Bally, Jakobson, Be iveniste ( ¡el «habla» no
está lejo s!)28.
La referencia introducida más arriba al funcionamiento
material de los mecanismos sintái ticos con relación a ellos
mismos, nos permite precisar lo c ue entendemos por enun
ciación de la manera siguiente. )iremos que los procedi
mientos de enunciación consisten en una serie de determi
naciones sucesivas mediante las cuales el enunciado se
constituye poco a poco, y que ti nen por característica el*
plantear lo «dicho», y, por tantc, rechazar lo «no-dicho».
La enunciación vuelve, pues, a ibicar fronteras entre lo
que es «seleccionado» y precisado poco a poco (por lo que
se constituye el «universo del d scurso») y lo que se ha
rechazado. Así pues, se encuentr: dibujado en el vacío el
campo de «todo lo que hubiera i do posible ser dicho por
el sujeto (pero que no ha dichc)» o de «todo lo que se
opone a lo que el sujeto ha dichc •>. Esta zona de lo «recha
zado» puede estar más o menos próxima a la conciencia
y sucede que preguntas del intei locutor que intentan, por
ejemplo, hacer precisar al sujete «lo que quería decir» le
hacen reformular las fronteras reinvestigar esta zona29.
Nos proponemos llamar a este e ecto de ocultación parcial
«olvido núm. 2», y ver en él la uente de la impresión de
3. L e n g u a , id e o l o g ía , d is c u r s o
1. C o n s t r u c c ió n d el c o r pu s en f u n c ió n de s i s c o n d ic io n e s
D E P R O D U C C IÓ N D O M IN A N T E S
a n á l i s i s de los a n á l i s i s de un
m e c a n is m o s corpus de ob
s in tá c tic o s y jeto s discursi
de los funcio vos que fu n
nam ientos cionen c o m o
Superficie
enunciativos. a u to d ic c io n a -
lingüística
rio
de u n
ob jeto proceso
d iscurso
discursivo discursivo
que = d e s u p e rf i- = desintag-
(gráfico
p ertenezca cialización lin m atización dis
conexo)
al c o rp u s güística, q u e c u r s iv a , q u e
a p u n te a anu ro m p a la co
la r el efecto n e x id a d p r o
del «olvido p ia de c a d a
núm . 2» (pre- ob jeto discur
c on s c ien te - sivo y que co
consciente en m ience a anu
el nivel de lo lar el efecto
im aginario) del « o l v i d o
núm . 1»
A) Traducción.
Dx
* Sx R (S x/S y),
Dy - Sy
F SQN
b)
F DET1 NI V ADV P DET2 N2
6) 0040“ R PROBLEMA
V E 0 DE L VIDA
2 .2 . c r ít ic a de la fase de a n á l is is
l in g ü ís t ic o del AAD
«0000 0 es 0 0 0 0 ».
Con todas las precauciones debidas a la particu l ridad de este
texto, indiquem os a continuación a qué h a b ría condi ;id o la aplica
ción del procedim iento descrito en el M anuel, 72, tenii ndo en cuenta
la distinción e n tre * y a (cf. aquí m ism o, pág. 278) oc irrid a después
de la publicación del Manuel.
El restablecim iento del «orden canónico» h a b ría c jnducido a la
reformulación siguiente: «B aranne es u n a crem a. B; ranne pen etra
en la piel tan pro fu n d am en te porque B aranne es una c em a. B aranne
nutre la piel. B aranne n u tre todas las pieles po rq u e B ranne p enetra
en la piel tan profundam ente.»
Los enunciados elem entales serían entonces los sig lien tes:
1 0000 0
B aranne ser 0 a u crem a
2 0000 0
B aranne p e n e tra r p rofundam ente en L piel
3 0000 0
B aranne ser 0 a U crem a
4 0000 0
B aranne n u trir 9 * L piel
5 0000 0
B aranne n u trir 0 * TLS piel
6 0000 0 B aranne p e n e tra r profundam ente en L piel
(en francés, en lu g ar de la preposición en aparece el sigr 5 * (N. del T.)
reunidos en el gráfico siguiente:
\
2 -
porque
DISCURSO. — 19
problemas que han quedado en suspenso; pensamos, por el
contrario, que las dificultades que encontramos (y que en
cuentran todos los proyectos de análisis sintáctico) consti
tuyen un bloque tenaz y fuerte basado en gran parte en
lo que se puede llamar la dominación teórica de la oración.
A este propósito no basta simplemente con un acto de buena
voluntad teórica que acceda a una «aproximación sin pre
juicios» (Fisher-Veron, pág. 169), sino que es necesaria una
transformación del objeto mismo de la lingüística: en el
texto de 1969, la necesidad de un estudio serio de la inter-
O b s e r v a c io n e s :
3 4
M Cf. el problem a de las com posiciones del tipo «ci 'rtam en te está
ya un poco dem asiado caliente».
65 «Com plém ent prépositionnel obligatoire lié au : Dnctionnement
syntaxique du verbe et le com plém ent c ircunstantiel, < ans le cas oü
la c onstruction syntaxique a u to rise ra it sa suppression , Manuel, pá
gina 34.
66 De la m ism a m anera convendrá po d er tr a ta r el ( iso en el que
— DET: en el estado actual del procedimiento se trata
en gran parte de una codificación de superficie, que
deja completamente de lado la cuestión crucial de la
referencia en el discurso. Hay que señalar que una
tentativa que precisamente apuntaba a sobrepasar ese
estadio ha sido el objeto de un artículo publicado en
1970 (C. Fuchs y M. Pécheux en: Considérations
théoriques á propos du traitement formel du langage.
Documents de linguistique quantitative, número 7,
Dunod) del que hablaremos más adelante. Las dificul
tades de aplicación práctica de las soluciones pro
puestas en este artículo se han ocupado, entre otros
problemas, de los que están ligados con la construc
ción, a partir de la secuencia analizada, de un objeto
terminal llamado «lexis».
— F: se han dirigido igualmente numerosas críticas a
la «categoría» de Forma en la medida en que reagrupa
elementos morfológicos, sintácticos y semánticos muy
dispares. Por otro lado, el lazo que aparece cada vez
más evidente con el sistema de los determinantes no
ha sido tenido en consideración: finalmente, todas
las «formas» están en un nivel homogéneo en relación
con el sistema de enunciados, o que excluye toda
jerarquización y toda implicación o composición de
éstos, en una perspectiva que tendría en cuenta rela
ciones de «profundidad estructural»67 entre los enun
ciados.
72 Podem os señalar que el grupo F d i d2, que aisla nos así, corres
ponde con b a sta n te precisión a lo que A. M artinet designa con el
térm ino «m odalidad» («m odalité»), de lo que excluye la voz, tra ta d a
directam ente com o «función del predicado».
sujeto (constituyente generalmente obligatorio), el o los com-
plemento(s) (constituyente(s) más o menos facultativo(s)).
Esta categorización sintáctica parece el doble de una ca
tegorización morfológica tal como sujeto y complemento
corresponden a la categoría «nombre». Ahora bien, esto
vuelve de nuevo a jugar, por una parte, con el doble esta
tuto del verbo (función sintáctica y categoría morfológica)
y, por otra parte, con el hecho de que en la mayoría de
las lenguas indoeuropeas es el mismo elemento «verbo» el
que desempeña el papel semánticamente privilegiado de
centro de la proposición. Pero, si se considera en otras
lenguas (como, por ejemplo, ciertas lenguas africanas), nos
damos cuenta de que existen proposiciones nominales y
proposiciones adjetivas, es decir, que la correspondencia
entre categoría morfológica, función sintáctica y papel se
mántico ya no tiene valor; el papel semántico del centro,
garantía de la buena formación de la proposición, y de su
posibilidad de ser asertado, hace referencia, en efecto, a un
elemento a veces calificado de «predicativo»; dicho de otra
manera, la organización morfosintáctica de la proposición,
propia de una lengua dada, es distinta del fenómeno de la
proposición propiamente dicha, en tanto que constitución
de una unidad que puede ser asertada de manera indepen
diente. Con más precisión, el esquema morfosintáctico NI
(sujeto) V (verbo) N2 (objeto) no constituye más que un
caso particular entre el conjunto de los modos de realiza
ción de la proposición. Si es así, y si se admite lo que
hemos llamado «fenómeno de la proposición», en tanto que
unidad independiente enunciable, sale de los procesos de
enunciación; entonces está claro que una gramática de
reconocimiento de una lengua (el español es el que más
nos concierne) debe tener dos niveles distintos de análisis:
el nivel morfosintáctico donde se caracteriza el modo de
organización propio de la lengua considerada y ín nivel que
determina la unidad mínima de enunciación c e si como las
operaciones de enunciación que se obtienen, ’eniendo en
cuenta las observaciones que preceden, no em] learemos el
término «profundo» para designar este nivel, t n razón del
cortejo de metáforas que este término transm te. Hablare
mos, como ya lo hemos anunciado (cf. pág. 24 5), del nivel
«semántico-formal» tomando los términos de A Culioli que
habla de «semántica formal».
En esta expresión el término «semántica» recuerda que
se trata de un nivel que no es el de las categ Drías morfo-
sintácticas, y donde las unidades se definen cc no soportes
de las operaciones de enunciación; el térmi io «formal»
indica, por una parte, que este nivel debe s r alcanzado
por procedimientos formales que remontan a partir de la
superficie y, por otra parte, que las operacioi es de enun
ciación en juego presentan un carácter de s stematicidad
que las hace también meritorias de un trat imiento for
mal. Aclaremos una vez más que no se trat . de semán
tica en el sentido generativo-transformacional del término
y, por tanto, no de un componente interpretati /o de la sin
taxis, sino de un efecto que resulta de la cor ibinación de
la sintaxis con ella misma (sintaxis X sintaxis) bajo la for
ma de acoplamientos entre funcionamientos s ntácticos, lo
que se podría llamar «el efecto de hiper-sint; xis», que es
para nosotros estrictamente idéntico al efect > semántico-
formal.
Así la noción de proposición parece desin legrarse en:
«esquema morfosintáctico» por una parte, y p ir otra parte
lo que nosotros llamaremos esquema de enui ciado73, que
74 Se pueden pro p o rcio n ar ejem plos en los que el elem ento que
ocupe u n a posición cen tral pueda corresp o n d er ta n to a lo que se
realiza e n superficie m ediante u n a preposición, com o a u n verbo o
incluso a un su stantivo que resu lte de una nom inalización.
(por ejemplo: artículo definido singular, pasad > compues
to...) a fórmulas de cálculo que lleven antes il esquema
de enunciado. Solamente pensamos indicar de ( ué manera
nos parece posible representar un cálculo que describa la
«sintaxis» de estas operaciones con relación al ( squema de
enunciado. El esquema de enunciado, tal comí lo hemos
presentado, se puede comparar a la noción de lexis» des
arrollado por A. Culioli75. Se encontrará una p esentación
detallada de esta noción en: Culioli, Fuchs, Pécl eux (1970),
páginas 19-25. Digamos aquí simplemente que «sta noción
designa la base de un triplete orientado hacia dor de hay dos
predicados unitarios (ejemplo: «ser-muchacho» «ser-man
zana») se ponen en relación mediante un predic. do binario
(ejemplo: «comer»). Asociando a unidades de superficie
(como, por ejemplo, los auxiliares o los modale: ) metaope-
radores76, debería ser posible establecer fórmul s que ten
gan como efecto el asociar a cada uno de los tt rminos del
esquema del enunciado valores de variables77 (d; do que los
(N I V N2)
Nivel (F d i d2)
grupo m odalizador esc uem a
m orfosintáctico
m orfo intactico
3. E l a n á lis is d e l p ro c e so d is c u rs vo
Em Ki En
Ep Kj Eq.
Ejemplo:
Em En En Es Em En Es
K + K' —» K K'
Ep Et Et Ev Ep Et Ev
cuadruplete 1 cuadruplete 2 inici de cadena
I| A
g 1
! La a b ertu ra de la puerta.
»* Cf. los fenóm enos de hom onim ia, com o el caso le «com prender»
(contener x entender), recientem ente m encionado en ■l co m entario de
los resultados AAD (Michel M orin, 1973, pág. III, Y. ).
Sometemos así a la discusión la idea siguiente: más
bien que tratar de manera homogénea cada coocu
rrencia cualquiera que sea la categoría morfosintáctica
donde aparece, ¿no convendría distinguir dos trata
mientos fundamentalmente diferentes de la coocu
rrencia, en función del carácter «cerrado» o «abierto»
de la categoría donde aparece esta coocurrencia? Se
podría, parece bastante fácil, considerar que en el
conjunto de las categorías DET (1 y 2), F, P y CONEC
TADOR un tratamiento de la coocurrencia en la cual
toda pareja de elementos (comprendida ahí, por su
puesto, la pareja de elementos idénticos) sería pro
vista a priori de un valor para integrar en el cálculo
general de la distancia.
— Interpretación:
e q u i'a liv a
m ás bienes
ju sia
R epartición de los/las riquezas
m e jo r rentas
E j. 2
— Impresiones de salida:
— Interpretación:
DISCURSO. —22
En su reseña ya citada, G. Provost-Chauveau destaca
justamente que una de las condiciones para que nuestra
empresa tenga un sentido es que sea «posible, en un con
texto dado, operar ciertas sustituciones entre dos términos
x e v sin cambiar la «interpretación semántica del enun
ciado» 94. Partiremos de esta observación para abordar los
problemas teóricos que solventa actualmente la fase lla
mada «de interpretación de los resultados» en la cual, como
ya hemos tenido la ocasión de señalar, el analista recons
truye los diferentes tipos de sustitución existentes entre
las secuencias de un mismo dominio. Para designar todo
el alcance de este problema, alrededor del cual se juega
de hecho la validez y las posibilidades de desarrollo teórico
ulterior del análisis del discurso en esta vía, volveremos un
instante sobre el presupuesto que era entonces el nuestro
cuando se redactó el AAD 69, con el fin de liquidar por
nosotros mismos y, pensamos, también por el lector, una
ilusión que concierne a la estructura de los procesos semán
ticos. La idea central del texto que evocamos era, en este
punto, que «las sustituciones no cambian el sentido», a con
95 «Les résu ltats form éis obtenus p a r ce genre d ’an. lyse font plus
que définir la d istrib u tio n des classes, la stru c tu re de . segm ents ou
méme la d istrib u tio n des types de segm ents. lis petivei l atissi révéler
des p a rticu la rité s á l ’in té rie u r de la stru c tu re , p a r ra ’p o rt au reste
de la stru c tu re . lis peuvent m o n tre r en quoi certai íes stru c tu re s
ressemblent á d ’autres, et en quoi elles en différer . lis peuvent
conduire á de nom breuses conclusions concernant le ixte.
«Tout ceci cependant est encore d istinct de Vinti prétation des
résultats (ici c’est H arris qui souligne), qui doit tei ir com pte du
sens des m orphém es et poser la question de savoir c : que l’a u te u r
voulait faire quand il a écrit ce texte. Cette in te rp ré' ition est bien
Ahora bien, habíamos pensado que, asegurada la identi
dad del contexto no solamente por la construcción del ma
terial en la medida en que éste imponía una repetición del
texto bajo la forma de un corpus homogéneo en cuanto a
sus condiciones de producción, sino igualmente por las dis
posiciones internas de comparación entre los elementos del
corpus, podríamos anular la reticencia que manifiesta aquí
Harris, reticencia que se acompaña evidentemente de un
abandono a una especie de semántica intuitiva del sujeto
hablante y de sus intenciones (lo que el autor quería
hacer...) que criticábamos y que continuamos criticando
radicalmente. Hablando de reticencia, queremos decir que
todo conduce a Harris, de acuerdo con nuestra interpreta
ción, a plantear que los «resultados formales» que obtiene
constituyen en verdad todo lo que un análisis no-subjetivo
es capaz de proporcionar, con reservas de eventuales reela
boraciones tan «formales» como las precedentes. Y, de
hecho, continuamos pensando que, entre lo que D. Leeman
(1973) llama una «semántica fuerte» que sería «el estudio
de las relaciones entre los enunciados y la realidad extra-
lingüística», y una «semántica débil» caracterizada por el
hecho de que «remite a una equivalencia entre los enun
ciados, sin que se plantee la pregunta de saber qué signi
fican estos dos enunciados», la solución correcta es investi
gar en la segunda dirección. Si añadimos, finalmente, que,
como lo señala igualmente D. Leeman, la paráfrasis es «un
concepto fundamental de la semántica débil» (pág. 85, loe.
cit.), se puede decir que la «reticencia» de Harris consiste en
su duda por vincular directamente paráfrasis, sustituibilidad
y sinonimia. Este lazo, en cuanto a nosotros, nos parece
entendu tout a fait distincte des resultáis forméis, bien qu’elle p u isse
les suivre étroitement dans les votes qu’ils ouvrent», Harris, 1969,
págs. 43-44.
deber estar planteado inevitablemente para ir h iSta el límite
de las intuiciones lingüísticas y lógicas de Ha ris, caracte
rizadas ante todo por el rechazo de todo aná. isis extralin-
güístico del «sentido»: este lazo nos ha conduc do de hecho
en 1969 a la idea de la invariante proposicionc subyacente
a una familia parafrástica, en una perspectiva iue, por mo
tivos teóricos muy alejados de los suyos, recor a la de Paul
Gochet (1972). Nuestro objetivo96 era, efectiva] lente, alcan
zar, mediante el procedimiento de análisis pro mesto, estos
«nexos semánticos» que constituyen el conten do común a
un conjunto de proposiciones y que todavía se mede llamar
«proposición de base» 91.
En esta perspectiva, que creemos necesario exponer con
algún detalle, lo que no sería posible actual nente deter
minar si no tuviera, dentro de ciertos límite?, su validez,
el término del análisis sería desde entonce; un gráfico
conexo no evaluado cuyos los nudos estarán constituidos
por «proposiciones de base»: a partir de es e momento,
nos habríamos acercado de hecho a un proble na de lógica
X | dar
[ asegurar | un m ínim o vital.
el E stado asegura
112 A continuación dam os algunos ejem plos sacad >s del estudio
sobre S. M ansholt de fenóm enos lingüísticos identi icables en los
resultados actualm ente obtenidos m ediante el AAD:
PRECONSTRUCTOS:
X | dar
| asegurai | I un m ,-n ¡m o vital
el E stado asegura |
retroceso del b ien estar de I cada uno
! el individuo
X | donner
| a ssu rre r un m ínim um v¡ta ]
l ’É ta t assure
recul du bien étre de | chacun 1
I l’individu
DETERMINANTES:
NOMINALIZACIONES:
estam os a falla
penuria
restricción \
de bienes de consum o
lim itación
repartición
problem a
nous m anquons|
pénurie
restrictio n I
de biens de consom m ation
Iim itation
rép artitio n
problém e
conmutables puedan ser re-invertidos en un a lálisis morfo
sintáctico del nivel más elevado, especialment • sobre la de
terminación de los fenómenos de inter-frase ligados a la
vez a la identificación de los «centros sintácti os» (cf. pági
na 309), y en la de las relaciones de sintagmat zación. Es en
esta dirección en la que pretendemos, a larg > plazo, com
pletar las investigaciones que conciernen a ] i articulación
entre lingüística y teoría del discurso.
BIBLIOGRAFÍA
A LA PARTE PRIMERA
(OBRAS CITADAS)
A. B ib l io g r a f ía g e n e r a l
B. A n á l is is a u t o m á t ic o d el d is c u r s o
1. T e o r ía , m é t o d o s , d e s a r r o l l o s
3. R e s e ñ a s , d is c u ; io n e s c r ít ic a s
4. I n f o r m á t ic a
Págs.
No t a d e l t r a d u c t o r ............................................................................................................ 7
Ad v e r t e n c i a .................................................................................................................................... 9
PARTE PRIMERA
Pr ó l o g o ................................................................................................................................................. 17
Cap. I . — A n á l is is de c o n t e n id o y t e o r í a de l d is c u r s o . 19
C a p. II. — D e s c r ip c ió n de un d is p o s it iv o de a n á l is is
C o n c lu s ió n p ro v is io n a l. — P e rs p e c tiv a s de i p lic a c ió n
A n e jo I. — E je m p l o de r e g is t r o de una s u p e i f ic ie d is
c u r s iv a ........................................................................................................................................ 175
EN F 180
1. M arcas m anifestadas por el verbo prini ipal, 181. —
2. M arcas m anifestadas p o r los m orfem a' distintivos
del verbo principal, 184.
Págs.
A n e jo V. — D e f in ic ió n de los p r in c ip a l e s s ím b o l o s
PARTE SEGUNDA
C a p. II. — E l a n á l is is a u t o m á t ic o d el d is c u r o : c r ít i
C o n c l u s ió n ............................................................................. 338
B ib l io g r a f ía ........................................................................... 359
A la parte p r im e r a ......................................................... 359
A la parte seg u n d a ......................................................... 362
A. Bibliografía general .......................................... 362