Está en la página 1de 10

LA BENDITA MESA DEL SEÑOR

1. La SANTA CENA fue establecida por nuestro SEÑOR JESUCRISTO la última noche de su
existencia terrenal (Mt.26.26–29; Mr.14.22–25; Lc.22.14–20).

2. El día después, el pueblo judío iba a matar un cordero para celebrar la pascua. Pero nuestro
SEÑOR se adelanta y lo celebra la noche antes. Pues se entiende que él mismo iba a ser el
Cordero de Dios que iba ser sacrificado en el tiempo en que se mataba el cordero pascual
tradicional (Jn.1.29; 2.4; Mt.26.45).

3. Más de mil años atrás, Dios había ordenado, en vísperas de la salida de Egipto, que cada
familia matase un cordero y que lo comieran de prisa (Ex.12.6-8). De la sangre derramada de
ese cordero debía aplicarse sobre la puerta de las casas para evitar que el ángel de la muerte
los matara (Ex.12.13).

4. Lo hecho en Egipto fue un sacrificio y una cena. Lo que se hace en el Nuevo Testamento es
repetición simbólica de lo que se hizo en Egipto. Lo celebrado en Egipto era sombra. Apuntaba
a lo que iba ocurrir en el cumplimiento del tiempo, que se da en el Nuevo Testamento.

5. En Egipto se mató corderos para salvar la vida de unos pocos miles de primogénitos. En el
Nuevo Testamento se sacrifica al UNIGENITO CORDERO DE DIOS para salvar a toda la
humanidad que crea en ese evento magno.

6. Una lectura detenida de Lucas 22 arroja luz sobre cómo fue que se celebró la Cena. Y qué
aspecto especial se añadió. Además, nos ayuda a entender qué terminaba y qué seguía. Qué
cosa llegaba a su fin y qué otra cosa superior tenía su nacimiento allí.

7. Partamos del hecho que Lucas menciona copa de vino dos veces esa noche:

(1) Lc. 22.17 “Tomando la copa…” y

(2) Lc.22.20 “….después de haber cenado, tomó la copa…” .

Entre uno y otro momento hay espacio de tiempo y hay una carga espiritual diferente. En el
primer caso, CRISTO bendice la copa común, igual que nosotros oramos por la comida. La
segunda copa es una copa “después de la cena”. No como parte de la cena, sino que una copa
“…después…” de la cena.

8. De la primera copa se dice que Jesús “…dio gracias...”, oración común que se hace para
bendecir los productos de la Tierra que sustentan la vida. Pero, para la segunda copa de vino
(Luc.22.20) nuestro SEÑOR invoca unas palabras poderosas y especiales nunca antes
pronunciadas: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre”. Dice: “…esta copa…”, y refiere a la
segunda copa.

9. De manera que en Lucas queda claro que esa noche Jesús hizo uso de dos copas. Una para
la cena común y otra especial para la institución de LA CENA. De aquí podemos concluir, que
hubo dos momentos históricos: El momento de la cena pascual y el momento de institución de
LA CENA centrada en ÉL mismo. Es posible que los hermanos en Corinto no habían entendido
esta diferencia, y hacían todo como si fuera un solo momento (1Cor.11). Pues es fácil
confundirse.

10. Igual debe haber ocurrido con el pan, digo debe porque en Lucas el texto no es tan explícito
con el pan como lo es con el vino, pero es natural suponerlo.

11. Hasta aquí nos queda claro que JESÚS celebró con sus discípulos una cena común de
pascua. Y al final de esa cena común de pascua, instituyó LA CENA. Como algo aparte,
especial, una nueva revelación.
12. Ninguna otra religión del mundo realiza lo que la iglesia cristiana realiza. Esas religiones no
poseen esos poderosos signos de fe y esperanza en el retorno del GRAN SALVADOR.

14. Debe quedar claro que la SANTA CENA es infinitamente superior en su carga espiritual que
la cena común que Jesús hiciera con sus discípulos esa misma noche. Y que regularmente se
hace con sus elementos vitales que son pan y vino.

15. La cena común llegó a representar la socialización, a nivel humano entre los hermanos.
Mientras la CENA INSTITUIDA representa la manifestación de fe y esperanza colectiva, en la
dimensión vertical, en o hacia DIOS. Aun cuando se argumente que la cena común era para
Israel, no por eso deja de verse valor social en ello para hoy.

16. De todas formas, es fácil sacar la conclusión de que la cena común pascual no es obligado
para nosotros. Es así porque todos sus aspectos teológicos ya se cumplieron todos. Esto lo
entiendo más así por una conclusión a la que llegué, que digo que Dios me lo hizo entender y
es esto: JESUS celebra, como judío, la cena judía. Como judío, debía insertarse en la
esperanza judía, para desde allí darle su más plena realización. Una realización más completa,
más amplio, más universal. Como el cumplidor de esa esperanza, ÉL pone fin a ese “rito
simbólico”. Por eso termina la cena pascual y da comienzo a otra CENA mayor, a SU CENA
que Lucas narra.

17. Por no entender, desde los primeros días de la iglesia, los creyentes tanto judíos como
gentiles, celebraban con énfasis la primera cena (la pascual). Hacían especialmente la primera
parte de la cena común que nuestro SEÑOR realizó aquella noche. Y debilitaban la segunda
parte que tenía una importancia mayormente infinita.

18. Pablo dice, refiriéndose al hábito de la iglesia de Corinto de celebrar con énfasis la cena
común que: “…eso no es comer la CENA del SEÑOR” (1Cor.11.20) y luego procede a poner
orden, pues él ha entendido la cuestión y su punto de vista es la que ha prevalecido hasta
nuestros días, pues fue revelación de Dios: “Yo recibí del SEÑOR…” nos dice Pablo
(1Cor.11.23).

19. El desorden en Corinto se daba, entre otras cosas, porque ellos no estaban dando el valor
apropiado a la Mesa del Señor. Pues no es lo mismo la Mesa del Señor que la mesa común.
En la Mesa del Señor se sirven solo el “cuerpo” y “la sangre” de Cristo en sus símbolos
respectivos (pan y vino 1Cor.11.28). Y no se sirven para saciar el hambre literal del creyente
(1Cor.11.34).

20. La Mesa del Señor era un acto solemne dirigido a renovar la esperanza, la fe y el amor a
nuestro SALVADOR (1Cor.11.26). La mesa común, aunque obsoleta, era para afianzar
compañerismo, de generar un ambiente para la socialización, para dar algo de comer a los
hambrientos si era el caso. En fin, era para compartir alimentos comunes y promover el
solidarismo entre los cristianos (Hechos 2.42).

21. Bueno es decir que la fuerza no está en el pan ni en el vino, sino en las manos benditas de
nuestro SEÑOR que bendijo esos elementos y los convirtió en poderosos símbolos de su
propia fuerza vital: su carne y su sangre. O digámoslo de esta manera: La fuerza del pan y el
vino que usamos no consiste en el pan y el vino en sí mismos, que son materia común, sino en
la fuerza del símbolo que lo cargan. El elemento básico sigue siendo pan, sustentador de la
vida y vino, el elemento vital que representa la sangre, fuerza vital de la existencia humana.

22. Al unirse ambos elementos en la mano todopoderosa de CRISTO, se convierten en


símbolos perfectos de la completa provisión que el alma humana necesita para entrar en la
plena comunión con el HACEDOR. Así, al participar del pan y del vino que solo CRISTO ofrece,
entramos en SU comunión. Comunión que trae paz al alma llena de sed, pero sed de Dios y de
justicia. Sed de esperar solo en ÉL.
23. Canta Mejía Godoy en “El Niño Negro”: “Aleluya, pan para los pobres; Aleluya, para los
ricos cabuya y tenedor”. Pero el pan que Cristo da es para todos, no solamente para los
pobres. En los asuntos espirituales no existen ricos. Así que Cristo dice: “Bebed [y comed] de
ella todos…” invita CRISTO (Mt.26.27).

24. CRISTO invita, pero nótese que la invitación la hace a aquellos que ya están sentados con
ÉL en La Mesa. ¿Estas ya tú sentado dignamente con Él en Su Mesa? Si es así, puedes comer
y beber del pan y de la copa de la NUEVA ALIANZA con toda confianza; pero si no es así, hoy
mismo te invito con toda solicitud, que entres a cuentas con el SALVADOR, mientras aun brilla
el Sol en lo alto por ti.

25. Si vives mal siendo cristiano, deja pasar el pan, deja pasar el vino, véalo de lejos, no
alargues tu mano para tomar del pan y del vino que no estas honrando. El pan y el vino es para
aquellos valientes que, humildes, están sentados en paz en la mesa de su Salvador. Participar
viviendo mal, trae consecuencias de parte de Dios sobre nuestras propias vidas (I Cor. 11).

Bendito, pues, el pan que CRISTO nos dio, y bendita la sangre con que nos bendijo. Sean
benditos los elementos que Cristo tomó para simbolizar Su presencia completa entre nosotros.

“HACED ESTO…” Así fue ordenado, así fue escrita, así se ha de hacer hasta el fin de los
tiempos. Mientras tanto, ¡qué anhelo más grande que se cumpla pronto Mateo 26.29!

“Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba
nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”.

Por ahora… solo podemos decir: “El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!». El que oye, diga:
«¡Ven!». Y el que tiene sed, venga. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida”

El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente vengo en breve».


¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apoc. 22.17, 20).

¡Vengamos y tomemos de la MESA DEL SEÑOR que en este día ÉL nos bendice!

La cena del Señor

1 Corintios 11:17-34

1 Corintios 11:28

PROPÓSITO:

Presentar 3 características de la "Cena del Señor ".

TRASFONDO HISTÓRICO

En los primeros años de la era Cristiana, los Hermanos realizaban fiestas a las que llamaban
ÁGAPES (fiestas del Amor), dichas conmemoraciones tenían el propósito de la convivencia
entre hermanos (1 Corintios 11:20-34; Judas 12), y se celebraban después de participar de la
Cena del Señor. Con el pasar del tiempo estas reuniones perdieron su objetivo, ya que los
miembros más pudientes, traían sus manjares y comían solo entre ellos, sin esperar a la
congregación, e incluso muchos de ellos se embriagaban (21), De esta forma convertían sus
fiestas del Amor en motivo de glotonería a semejanzas de las orgías de ebriedad de los
templos paganos eclipsando así hasta la misma Cena del Señor. (Comp. Manual). Por este
motivo el Apóstol Pablo les escribe este pasaje con relación a la Santa Cena, el cual nos
enseña 3 características.

ORACIÓN DE TRANSICIÓN
Veamos a continuación 3 características de la Cena del Señor.

I.- ES UNA INSTITUCIÓN DIVINA (1 Corintios 11:23-26). 

 a) Su fundador lo manifiesta (Lucas 22:15; Mateo 26:18, 26-29). JESÚS. 

 b) Su significado lo afirma. (Mateo 26:26-29). Es la manera de recordar el Sacrificio que


Jesús hizo por nosotros, y la forma de apropiarnos de su Redención, debemos "comer"
su carne y "beber" su Sangre. 

NOTA. No creemos en la TRANSUBSTANCIACIÓN, que es la creencia de que literalmente el


Pan y el Vino se convierten en el cuerpo y sangre de Cristo al ser bendecido por el Ministro,
estas frases son Simbólicas y nos hablan de apropiarnos del sacrificio del Señor, de hacerlo
nuestro.

II. ES UNA INSTITUCIÓN DELICADA ( 1 Corintios 11:27-34). 

 a).- Porque debe de discernirse (examinarse). 

 a1).- El Cuerpo del Señor (29) (Se debe tomar conciencia de su Significado Divino). 

 a2).- La Conciencia propia (28,31). (examinarnos a nosotros mismos). 

 b).- Porque acarrea consecuencias (al que no discierne adecuadamente). b1).- Es


culpable de juicio (32). 

 b2).- Es culpable de enfermedad y debilidad (30). 

 b3).- Es culpable de muerte (30).

III. ES UNA INSTITUCIÓN QUE INSTRUYE (1 Corintios 11:25,26; MATEO 26:28,29). 

 a) Señala hacia la Muerte de Cristo para librarnos del pecado. 

 b) Señala hacia la Segunda Venida de Cristo. (11:26).

CONCLUSION

Por su trascendencia, la Cena del Señor debe ser tomada después de haberse discernido Por
su Fundador, la Santa Cena debe ser tomada como una noble y sincera invitación.

12. Santa Cena


Cómo celebrar la Santa Cena por el Reverendo Gilberto Abels

Introducción:

La celebración de la Santa Cena, también llamada la Cena del Señor, es una representación
simbólica del sacrificio y muerte de Jesucristo, nuestro Salvador, por el pecado del mundo. Por
lo cual, se debe celebrar con dignidad, al recordar la obra de expiación en la cruz. Jesús mismo
mandó a la iglesia a celebrar esta ordenanza.

Es importante que los miembros entiendan que deben venir a la mesa del Señor con corazones
limpios y sin pecado. Sin embargo, no es el momento de predicar un sermón reprochando a la
gente por sus faltas. Si en la iglesia hay necesidad de una reconciliación, se puede usar el culto
de la semana anterior para anunciar que viene la celebración, y con un buen espíritu animar a
la gente a prepararse para la ocasión, recordándole cuan gran amor tuvo Cristo por nosotros, y
cuanto amor debe reinar entre los hermanos.

La Ceremonia:

1. Lectura de la Biblia: 1 Corintios 11:27-32

2. Diga: "La Palabra de Dios dice que Cristo tomó el pan y dio gracias. Oremos."

3. Entrega los platillos de pan a los diáconos para ser repartido a la congregación.

4. Al regresar los diáconos con los platillos, el pastor les reparte a los diáconos el pan.

5. Diga: "Este es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y
son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente." (Juan 6:58)

6. Todos comen el pan y oran en silencio.

7. Entrega los platillos de vino a los diáconos para ser repartido a la congregación.

8. Al regresar los diáconos con los platillos, el pastor les reparte a los diáconos el vino.

9. Diga: "Y casi todo es purificado según la ley con sangre, y sin derramamiento de sangre no
se hace remisión." (Hebreos 9:22) "Mas si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos
comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado." (1 Juan
1:7)

10. Todos toman el vino y oran en silencio.

11. Diga: "Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebieres esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta el venga." (1 Corintios 11:26)

12. Diga: Dice la Palabra de Dios que después que Cristo y sus discípulos comieron el pan y
bebieron el vino, celebrando así la primera Cena del Señor, cantaron un himno antes de
retirarse del aposento alto. Cantemos un himno y saldremos en silencio para nuestros hogares.

EL PROPÓSITO DE LA SANTA CENA


"Así, pues, que todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis
esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1 Corintios 11:26)
Pastor Oscar Arocha
4 de Junio, 2006
Iglesia Bautista de la Gracia
Santiago, Republica Dominicana
En el pasaje se ven dos asuntos: Por un lado, el deber de la Cena del
Señor:
"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el
Señor Jesús, la
noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: Tomad,
comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en
memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo:
Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de
mí" (v23-25); lo cual es notado porque repite: "Haced esto en
memoria de mí". Y por
otro lado, establece el propósito o mensaje que sale de esta
ordenanza: "La muerte del
Señor anunciáis hasta que él venga" (v26). De manera, pues, que si
lo segundo se hace
fielmente, lo primero queda cumplido. El énfasis es nuestro deber,
con lo cual se haría la
recordación de Cristo y se anunciaría Su muerte. La Cena del Señor
ha sido instituida
para recodar y anunciar la muerte del Señor Jesús.
El estudio será así: Uno, La gratitud piadosa reverdece la fe. Dos,
Los asuntos a ser
recordados en esta ordenanza.
I. La Gratitud Reverdece La Fe
Es muy frecuente en las Santas Escrituras, ver que Dios ha sido muy
cuidadoso en
mandar, a que se recuerden los favores que ha hecho a Su pueblo, el
énfasis en esto es
mayor cuando los favores han sido extraordinarios. La porción de
Maná y la vara de
Aarón que reverdeció fueron colocadas en el Arca, como memoria de
la bondad del
Señor a los hijos de Israel: "El cual tenía un incensario de oro y el
arca del pacto
cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro
que contenía el
maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto"
(Hebr.9:4). Lo mismo se
puede decir de las rocas colocadas en medio del río Jordán, cuando
las huestes de los
judíos pasaron por ella como por tierra seca: "Y les dijo Josué: Pasad
delante del arca de
Jehová vuestro Dios a la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros
tome una piedra
sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de
Israel" (Jos.4:5). La
Pascua fue para recordar su liberación de la opresión de los egipcios:
"Y cuando entréis
en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito.
Y cuando os
dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros
responderéis: Es la víctima
de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los
hijos de Israel en
Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el
pueblo se inclinó y
adoró" (Ex.12:25-27).
Haciendo memoria de esos favores se contrarresta nuestra natural y
fuerte
ingratitud, de modo que para el bien de nuestras almas se nos manda
a recordarlos. La
tendencia natural de los hombres es mirar a Dios como un simple y
obligado benefactor,
que verlo como un tierno y misericordioso Padre. Cuando venimos a
la Santa Cena se
Pastor Oscar Arocha
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________
_______________________________
Pág.2 Dic. 10/2002

nos exhorta a que haya previo un auto examen o introspección, y al


hacerlo vemos más
claro nuestro pecado e infidelidad, y crece la gratitud.
Y ante todo esto uno se pregunta: ¿Quién podrá desconfiar del amor
de Dios, al
meditar sobre los dolores, las angustias y todas las adversidades que
experimentó el
Redentor a causa de nuestros pecados y transgresiones? Y en eso la
Santa Cena es un
símbolo muy apropiado para reverdecer nuestra fe, de que Jesucristo
fue entregado para
ser propiciación de nuestros delitos y transgresiones. Y es tan
conveniente traer aquí las
palabras del profeta: "Porque los montes se moverán, y los collados
temblarán, pero no
se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se
quebrantará, dijo Jehová, el
que tiene misericordia de ti" (Isa.54:10). Entonces, se puede decir:
Que la gratitud
piadosa tiene la virtud de reverdecer la fe.
II. Los Asuntos a Recordar en esta Ordenanza
Son innumerables los asuntos y detalles a recordar de la muerte de
nuestro bendito
y Señor y Salvador Jesús; pero por la brevedad se dirán algunos
sobresalientes que
traer a memoria: Los dolores e intención de Su muerte, y como
recordarla.
1º. Los Dolores de Su muerte
"He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se
descoyuntaron. Mi corazón
fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas. Como un
tiesto se secó mi
vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo
de la muerte"
(Sal.22:14-15). La escena es Jesús colgando de una cruz: Sus huesos
se descoyuntaron,
se zafaron de los ligamentos, su dolor fue intenso en extremo para la
mente natural; con
sobradas razones se le llamó "Varón de dolores, experimentado en
quebranto". Fue
abandonado por Su Padre en el día de la ira y privado del gran amor.
En una terrible
agonía para su alma, fue vejado, burlado, maltratado, injuriado,
blasfemado,
calumniado; el costado le fue traspasado y Su preciosa y inocente
sangre derramada. Y
aquí es conveniente para nuestra fe, que hagamos uso de una
facultad que tenemos,
que podemos concebir o imaginar más cosas de lo que nuestro ojos
pueden revelarnos.
Meditemos, pues, sobre los dolores de Jesús en Su muerte a nuestro
favor y por causa,
no de sí mismo porque fue sin pecado, sino por causa de los
nuestros. Todo el cuadro de
este momento que recordamos no tiene ningún otro color que el tinte
de Sus dolores y
muerte.
2º. La intención de Su muerte
La gloria de Dios (Jn.13;31, comp. Exo.33:18, 34:6-7) Que Dios
perdona el pecado.
Para llevar el alimento sólido y el liquido, en este caso el pan y el
vino, a un estado de
estar listos para poder ser ingeridos como nutrición de nuestros
cuerpos, antes deben
ser debidamente procesados y pasados por diferentes etapas, desde
la siembra hasta
ser digeridos, transformados en nuestros estómagos e incorporados a
las células de los
músculos y huesos del cuerpo. Como si el pan y el vino representaran
todos los
angustiosos procesos que le fue a Cristo necesario pasar, antes de
que estuvieran listos
para ser comidos mediante la fe. Todo esto nos recuerda lo que hizo
por los Suyos, los
elegidos. Quitar la culpa que pesaba sobre ellos para llevarlos a Dios
¡Bendito Redentor!
(1Pe.3:18).
3º. Cómo recordar Su muerte.
(a) Con reverencia de la santidad y justicia de Dios. Dios
aborrece el pecado,
tanto como ama Su Hijo. Esto es así, que cuando el Mediador tomó
sobre Su cuerpo
nuestros pecados, el Padre le abandonó y descargó su santa ira e
indignación sobre El.
De cierto que sin Cristo, todos y cada uno de los hombres merece
justamente el infierno.
Entonces Su sacrificio no debe ser nunca visto como una tragedia,
sino como lo que es,
el pago por nuestra pecados, el precio de nuestra redención.
(b) Con santidad. Esto es, lamento por el pecado, de ahí la vital
necesidad y deber
de examinarnos con honestidad a nosotros mismos. Los judíos
tuvieron su Pascua, pero
nuestra Pascua es Cristo, y tal como ellos debe ser comida con
hierbas amargas,
lamento por nuestras transgresiones, dolor y amargura por nuestro
pecados e
infidelidad: "Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así
del pan y beba de la
copa. Porque el que come y bebe, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe
para sí" (v28-29). Dio se santifica a Sí mismo si el Creyente se acerca
a esta Mesa sin la
debida preparación (v30-31).
(c) Con fe. Por la fe creemos y entendemos que Su muerte fue a
nuestro favor o lo
que es lo mismo, para nuestro bien. Que Cristo venció el pecado, a
Satanás y la muerte,
que combatió para salvarnos de la culpa, del dominio y del castigo
por el pecado: "Y a
vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio
vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el
acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola
de en medio y
clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz" (Col.2:13-15).
(d) Con humildad. Esto se hace considerando, que todo lo que El
sufrió
correspondía a nosotros; era nuestra porción que sufriéramos todo
eso. Todo lo que
padeció nos pertenecía, o nos correspondía sufrirlo: "Ciertamente él
llevó nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por
azotado, como herido
por Dios, y afligido. Pero él fue herido por nuestras transgresiones,
molido por nuestros
pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas
fuimos nosotros
sanados" (Isa.53:4-5).
(e) Con gratitud. Sería malvado e inhumano no pagar con gratitud
la libre y
soberana misericordia que Dios nos dio en Cristo. El fue el Cordero de
la Pascua; esto
es, que para El fue dolor, quebranto y muerte, en cambio para los
Creyentes es un
banquete de Maná celestial, el pan del cielo.
Vimos que la gratitud piadosa reverdece la fe. Y se espera que por
amor seamos
cuidadosos de corazón y mente en cómo recordar la muerte de
nuestro salvador. Tres
asuntos a recordar: 1º Los Dolores de la muerte del Señor Jesús. 2º:
La intención de Su
muerte. Y 3º: Las virtudes a ejercitare: Con reverencia, con santidad,
con humildad, con
fe y con gratitud. "Así, pues, que todas las veces que comiereis este
pan, y bebiereis
esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga".
AMÉN

También podría gustarte