Ofrecer el servicio de agua potable se ha convertido en una de las necesidades

más apremiantes de la mayoría de empresas u organizaciones prestadoras del

servicio de acueducto y saneamiento de cada una de las zonas del país, debido a

la estrecha relación que existe entre “la salud humana, el bienestar y la calidad de

vida con los recursos hídricos, con el saneamiento y con la disponibilidad del agua

en cantidad adecuada y calidad suficiente y es un factor primordial del desarrollo

socio-económico”.

A partir de la Ley 142 de 1994 (Por la cual se establece el Régimen de los

Servicios Públicos Domiciliarios y se dictan otras disposiciones.), se han venido

determinando los lineamientos que deben seguir las empresas prestadoras de

servicios públicos, con el fin de garantizar la satisfacción de sus necesidades en

materia de acueducto, saneamiento básico, energía eléctrica, gas y

telecomunicaciones, asegurando así el bienestar de todos los colombianos. A raíz

de esto, el gobierno nacional ha empezado a plantear estrategias en busca de

satisfacer las necesidades que existen tanto en materia de agua, como de

saneamiento.

Debido a que la prestación de los servicios públicos es vital para la sobrevivencia

del ser humano, busca conocer los riesgos a los que están sometidos los sistemas

de acueducto a la hora de la ocurrencia de un evento ya sea por causas naturales

o antropogénicas.

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Es de importancia la prevención que debe tener cada una de las empresas

encargadas de la prestación de los servicios públicos para evitar problemas que

se salgan de las manos y/o emergencias sanitarias indeseables.

Es de vital importancia llevar a cabo un análisis de riesgo que nos permita

identificar los riesgos y las consecuencias que estos generan; así permitiendo la

priorización de escenarios de mayor impacto potencial en las personas o

infraestructura existente. El presente informe se desarrolla la calificación de los

riesgos ambientales anteriormente identificados para así conocer su respectivo

impacto de cada uno de ellos, a partir, de esta calificación se podrán tomar

medidas de mitigación y prevención que conlleven a la formulación de programas

para disminuir los impactos negativos que estos generan en la calidad del agua o

en el sistema de acueducto y así ofrecer un servicio de buena calidad a la

población.