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¿CÓMO ME AFECTA EL DERECHO INTERNACIONAL?

La sociedad en la que nos ha tocado vivir, acosada por los vertiginosos avances
tecnológicos y la globalización de la comunicación en todas sus modalidades y
formas, crea individuos que reciben una enorme cantidad de información
diariamente, pero que no necesariamente las traducen en conocimientos útiles, o
que simplemente desechan las que no les resultan interesantes. Y como diría
Mario Vargas Llosa, en ese apresurado proceso de discriminación de la
información, los tópicos menos acogidos son aquellos de mayor profundidad
intelectual, como es el caso de derecho internacional.

Es aceptable que desechemos informaciones que entendemos que no nos sirven


de nada y vale hacernos la pregunta: ¿Para qué le sirve a un ser humano común y
corriente el derecho internacional en su diario vivir? Seguramente la mayoría diría
que no les sirve para nada, y otros, aunque respondan de manera positiva, no
podrían dimensionarlo.

Ante esta cuestión y para celebrar sus 100 años de fundación, la American Society
of International Law publicó en 2006: ‘‘International Law: 100 Ways It Shapes Our
Lives’’ (Derecho Internacional: 100 ejemplos de cómo impacta nuestras vidas).
Con esta publicación, se pretendió demostrar que el Derecho Internacional no solo
existe, sino que modifica y regula la forma en que vivimos sin que, en la mayoría
de los casos, reparemos en ello.
A continuación, transcribo algunas de las formas en las que el Derecho
Internacional se presenta en nuestras vidas diarias:
1. Saber siempre la hora y la fecha actual de cualquier lugar o región del
mundo:
Esto es posible gracias al reconocimiento universal del meridiano de
Greenwich o meridiano cero, como el primero, a través del Tratado
Internacional de la Conferencia del Meridiano, en 1884 y sus subsecuentes
modificaciones y actualizaciones.

2. Poder enviar cartas (o paquetes) de manera segura y sencilla a


cualquier persona, en cualquier lugar del mundo:
El establecimiento de una verdadera red postal, que garantiza que las
tarifas pagadas en un país en específico, bastarán para completar la
entrega en cualquier país. (The Constitution of the Universal Postal Union,
1964)

3. Conducir automóviles con estándares de seguridad mejorados:


El hecho de que hoy en día podamos contar con medidas de seguridad
mínimas en todos los automóviles, tales como las bolsas de aire, el cinturón
de seguridad o las medidas del habitáculo, entre muchas otras, se lo
debemos al Acuerdo sobre el establecimiento de Regulaciones técnicas
globales para vehículos de ruedas, Equipo y partes que pueden instalarse y

Israel Castillo de Jesús


/ o Utilizado en vehículos de ruedas (1998). Además, a través de la
Convention on International Road Traffic de 1949, se hizo posible aplicar y
recibir una licencia de conducir internacional, válida en una cantidad
importante de países.

4. Realizar llamadas y recibir llamadas telefónicas desde cualquier parte


del planeta:
Las telecomunicaciones avanzan a un ritmo exorbitante y los ciudadanos
del mundo nos beneficiamos de ello. En estos momentos, es cosa normal
comunicarnos con personas de cualquier parte del mundo en tiempo real,
sin más obstáculos que los que plantean las diferencias de horario.

Esta maravilla es posible, no solo gracias al avance de la tecnología, sino


también al establecimiento de una red global de comunicación, que se
sustenta, entre otros documentos, en la Constitución de lo que hoy se
denomina la Unión Internacional de Telecomunicaciones (1865) y el
Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados
en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y
otros cuerpos celestes (1967).

5. Saber que un segundo, tiene la misma duración en cualquier parte del


mundo:
En la Decimotercera (13ra) Conferencia General de Pesos y Medidas, se
define el segundo como la duración de 9,192,631,770 períodos de la
radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del
estado base del átomo de cesio 133.

Lo mismo ocurre con todas las medidas y pesos existentes en el mundo,


que, no obstante, los países tengan la facultad de escoger sus sistemas
básicos nacionales de medidas y pesos, cualesquiera que escojan, estarán
basados en los estándares ya establecidos por la sociedad internacional a
través de tratados y acuerdos multilaterales.

6. Recibir una actualización del estado del tiempo de nuestro destino


antes de viajar:
A través de las normas para la recolección y diseminación de la información
climática global, provistas por la Convención de la Organización Mundial de
la Meteorología (1947) y la Convención Internacional de las
Telecomunicaciones (1932), contamos con pronósticos del tiempo
certificados, que nos ayudan a planificar nuestros viajes.

7. Ver noticias y eventos de todo el mundo en televisión:


Por medio de la resolución 1721(XVI) de la Asamblea General de las
Naciones Unidas (1961), que reconoce la importancia de la comunicación
vía satélite y procura el acceso igualitario a esta tecnología para todos los
miembros, inició la democratización internacional del acceso a la televisión
y otras tecnologías similares.
Israel Castillo de Jesús
8. Contar con una amplia variedad de frutas frescas y vegetales para
elegir durante el invierno:
Las ventajas que ofrece el comercio internacional, a través del cual los
estados acceden a productos y materias primas con las que no cuentan en
su territorio, ya sea de manera permanente o circunstancial, en esta era, se
la debemos al acuerdo internacional más amplio e importante jamás
firmado en la historia de la humanidad, hablamos de la emblemática Ronda
de Uruguay (1986-1994). Dicho tratado logró importantes hitos, entre los
que se encuentran la creación de la Organización Mundial del Comercio
(OMC), que entraría en funcionamiento en 1995, con la determinación de
encaminar al mundo hacia la globalización comercial.

9. Saber que el tequila que compramos viene de México o que la


champaña viene de Francia:
El reconocimiento de la indicación de ‘‘Denominación de Origen Protegida
(D.O.P)’’, en inglés Geographical Indication (GI), a través del tratado de
París de 1883 sobre Protección a la Propiedad Industrial y todos las
subsecuentes modificaciones o nuevos acuerdos sobre la materia, permiten
garantizar la calidad y características de productos (por lo regular bienes de
origen agrícola), cuyas virtudes vienen dadas por ser elaborados,
procesados o envasados en un medio geográfico específico.

10. Escribir un testamento y tener la certeza de que tus últimas


voluntades serán respetadas en más de 100 países:
A través de la Convención para Abolir los Requerimientos de Legalización
de Documentos Públicos Extranjeros (La Haya, 1961), mejor conocida
como el Convenio de la Apostilla o el apostillado, los testamentos y otros
documentos (actas de matrimonio, de nacimiento, de defunción, de divorcio,
etc), debidamente legalizados en el país de origen, pueden ser apostillados
para recibir reconocimiento en territorio de cualquiera de los estados
signatarios.

Y por si todo esto fuera poco, también en nuestros trabajos, en los servicios de
salud que recibimos, en los derechos humanos que poseemos, en el medio
ambiente natural del que podemos disfrutar, en las garantías que como
consumidores, como viajeros o como ciudadanos podemos exigir en cualquier
parte del mundo, encontramos la intervención del derecho internacional, incluso en
los detalles más pequeños e irrelevantes.
Así que la próxima vez que encendamos la televisión, conduzcamos nuestro auto,
usemos nuestro Smartphone, viajemos por el mundo, observemos las ballenas en
Samaná o simplemente nos comamos una manzana roja, recordaremos lo poquito
que ahora sabemos de su historia. O quizás, luego de leer este artículo, nos
detengamos más tiempo a leer la sección de internacionales en el diario.

Israel Castillo de Jesús

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