Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Nuevos
Cuestiones del tiempo presente, 2008
...............................................................................................................................................................................................................................................................................................
Dolores Linares
Las fronteras argentinas en el
contexto de la integración regional: el
caso Posadas-Encarnación
...............................................................................................................................................................................................................................................................................................
Avertissement
Le contenu de ce site relève de la législation française sur la propriété intellectuelle et est la propriété exclusive de
l'éditeur.
Les œuvres figurant sur ce site peuvent être consultées et reproduites sur un support papier ou numérique sous
réserve qu'elles soient strictement réservées à un usage soit personnel, soit scientifique ou pédagogique excluant
toute exploitation commerciale. La reproduction devra obligatoirement mentionner l'éditeur, le nom de la revue,
l'auteur et la référence du document.
Toute autre reproduction est interdite sauf accord préalable de l'éditeur, en dehors des cas prévus par la législation
en vigueur en France.
Revues.org est un portail de revues en sciences humaines et sociales développé par le Cléo, Centre pour l'édition
électronique ouverte (CNRS, EHESS, UP, UAPV).
...............................................................................................................................................................................................................................................................................................
Referencia electrónica
Dolores Linares, « Las fronteras argentinas en el contexto de la integración regional: el caso Posadas-
Encarnación », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Cuestiones del tiempo presente, 2008, Puesto en línea el
17 enero 2008. URL : http://nuevomundo.revues.org/16372
DOI : en cours d'attribution
Éditeur : EHESS
http://nuevomundo.revues.org
http://www.revues.org
Dolores Linares
Introducción
1 Los puentes internacionales argentinos se están transformando no sólo en el escenario de las
protestas sociales de los habitantes fronterizos, sino también en territorio de apropiación, de
disputa y de poder. Ahora bien, la modalidad de “bloqueo de puente” internacional como
modo reclamo social no comienza en el 2003 con el actual conflicto que separa a Argentina y
Uruguay en la Corte Internacional de Justicia –conocido comúnmente como “conflicto de las
papeleras”– sino que se trata de una práctica llevada a cabo en otras zonas fronterizas desde
hace más de 15 años. Efectivamente, en la provincia argentina de Misiones el puente que une
a su ciudad capital, Posadas, con la ciudad paraguaya de Encarnación se ha transformado en
el eje de las reivindicaciones sociales de un conflicto transfronterizo que se remonta a 1992.
Y si bien los “bloqueos” en este caso no han sido tan prolongados1 como los realizados en
los pasos fronterizos que vinculan a la Argentina con el Uruguay, a partir de los mismos
han surgido reivindicaciones de características identitarias y nacionalistas que oponen a los
habitantes de las dos orillas del puente. Aunque originariamente los cortes hayan surgido
a causa de reclamos sociales y económicos (derecho al trabajo “transfronterizo”, mayores
controles aduaneros y garantías económicas) las continuas apelaciones a “lo nacional” fueron
generando un ambiente de desconfianza, recelo y rechazo que ha terminado por influenciar
negativamente en las políticas estatales.
2 Por otra parte, las políticas del Estado nacional destinadas a promover el desarrollo
demográfico, económico y social de las zonas fronterizas han sido modificadas en los últimos
años. La casi “tradicional” presencia estatal en las fronteras argentinas ha mutado hasta quedar
circunscripta solamente a la gestión de los controles aduaneros y comerciales intra-Mercosur.
Observamos que mientras la República Argentina tiene como objetivo político abandonar
la vieja lógica de confrontación con sus países vecinos –que hacía necesaria las “políticas
fronterizas”– para priorizar el proceso de integración del MERCOSUR, los habitantes de sus
fronteras reestablecen la separación y la enemistad. Frente a esta situación, pareciera que la
capacidad de acción del Estado ha quedado sumamente reducida.
3 En este artículo buscaremos analizar la problemática fronteriza argentina tomando como caso
testigo aquel de “Posadas- Encarnación”, con el objeto de encontrar pistas de análisis que nos
ayuden a comprender las dinámicas que involucran a actores diversos –como organizaciones
sociales o estatales– en un territorio de por sí complejo como lo son las fronteras nacionales.
control en la cabecera del puente. También allí aparecieron discursos discriminatorios hacia
el pueblo argentino junto a reivindicaciones sociales e identitarias.8
10 Hacia 1994, los reclamos por malos tratos que realizaban las paseras y taxistas tuvieron un
objetivo claro, la destitución del jefe de la Aduana Argentina Rolando Mac Lean, quien
imponía “mano dura”9 en los controles aduaneros, obligando incluso a los paraguayos a
desvestirse para mostrar si llevaban consigo o no mercaderías de contrabando. La presión de
las paseras y taxistas hacia el gobierno paraguayo terminaron por movilizar la cúpula política
del país. En esa oportunidad, del Jefe del Sindicato de Taxistas de Encarnación amenazó,
en caso que no se destituyera a Mac Lean, con “cerrar el puente con piedras y cemento, en
forma definitiva”.10 Finalmente, el propio presidente de Paraguay, por entonces Juan Carlos
Wasmosy, solicitó a su par de Argentina, Carlos Menem, el relevo del funcionario de la
aduana, quien finalmente fue trasladado en 1996 a un paso fronterizo menos transitado.
11 Paralelamente, en 1995 fueron los mismos gremios de comerciantes posadeños quienes
decidieron imitar el accionar de las paseras y taxistas y cerraron el puente durante 8 horas
reclamando mayores controles aduaneros y oportunidades comerciales, para terminar con la
“competencia desleal”. La modalidad “ilegal” – de “secuestradores” – que había sido criticada
anteriormente se transforma entonces en una herramienta propicia para llamar la atención de
las autoridades tanto locales como nacionales.
12 Finalmente, en lo que respecta a los sucesos conflictivos en este paso fronterizo, en el
año 2005 los bloqueos al puente fueron ocasionados por la profundización de los controles
bromatológicos por parte de la aduana argentina, que perjudicaba a aquellas paseras que
intentaran ingresar al país productos orgánicos. Recientemente, en mayo de 2007, se ha
terminado de construir un enorme vallado de metal para “impedir que las paseras expulsadas
por contrabando se fuguen hacia la cuidad”11 de Posadas. Las fronteras parecen volver a
cerrarse…
13 Observamos así cómo un conflicto social originado inicialmente por cuestiones comerciales
y aduaneras ha logrado generar manifestaciones sociales y reivindicaciones identitarias que
enfrentan a dos ciudades recientemente “unidas” por un puente internacional. Este tipo de
prácticas eran en 1992 totalmente inéditas, y los conflictos sociales que han surgido en las
fronteras después de estos episodios lo son también por su magnitud y duración, ya que aún
no se prevé una solución en el corto plazo. Sin llegar a la violencia entre ellos, los grupos
sociales involucrados continúan su lucha a través del puente y los mercados locales, abren y
cierran vías de negociación, se vinculan y desvinculan con los gobiernos locales a fin de lograr
mejoras en su situación, y refuerzan sus reivindicaciones identitarias para legitimar su lucha.
Los bloqueos por parte de estos movimientos sociales – que podríamos llamar, siguiendo a
Alain Touraine, anti-movimientos sociales12 – pueden ser considerados como un intento de
visibilizarse frente a políticas estatales (e internacionales, tangencialmente) que, habiendo sido
diseñadas en los centros políticos del país, no han tenido en cuenta las posibles consecuencias
negativas que sus aplicaciones podrían conllevar.
14 Ahora bien, estas relaciones intersocietales13 son en sí mismas un fenómeno novedoso e
incierto para la región, con escasa tradición en Sudamérica, ya que la rivalidad político-
diplomática e incluso militar y la política exterior aislacionista argentina desalentaron durante
un largo período de tiempo el conocimiento y la integración entre las sociedades. A partir
de 1991 se hizo evidente la importancia y densidad de las relaciones transnacionales y
transfronterizas debido a los movimientos migratorios y las acciones y reacciones sociales
hacia los cambios económicos y geográficos consecuencia del proceso de integración del
MERCOSUR.
15 La nueva vinculación territorial y social, mediante la construcción de caminos y puentes
internacionales dio inicio a una reconfiguración de la problemática relación “Estado-nación-
sociedad”, que se hace visible allí donde las sociedades se entrecruzan, en las fronteras. Las
frontera deviene de ser también ella misma una construcción social. La frontera nacional es así
el resultado de las complejas relaciones de los hombres en su afán de apropiación territorial
para extender su poder político sobre otros grupos, para delimitar su espacio de soberanía y
de control.
20 Por otra parte, existe en la frontera nacional una separación entre la “línea de demarcación” y
la “zona de frontera” que da lugar a diversas interpretaciones haciendo de esta franja territorial
un espacio sumamente original. La línea de demarcación puede ser observada desde este
punto de vista como un corte en el territorio, algo que queda trunco, que marca sólo la
separación, la diferencia, el límite territorial, político y social de un espacio determinado.
Pero también, resaltando la zona de frontera como interfase, podemos observar un espacio de
contacto, de permeabilidad, de relaciones sociales transfronterizas, en donde el límite –que
puede ser a la vez temido, ignorado, transgredido- se transforma en el elemento aglutinador
de dichas relaciones. Llamaremos entonces zona transfronteriza y no zona de frontera a esta
franja territorial que envuelve a la línea de demarcación, con el fin de hacer foco en las
relaciones sociales transfronterizas que involucran a los dos costados de la frontera nacional
y sus respectivos habitantes.
21 En nuestro caso de estudio remarcamos el surgimiento de reivindicaciones que hacen
referencia a una “identidad nacional” por parte de los habitantes de la frontera argentina. En
efecto, las reivindicaciones identitarias en este caso se relacionan a veces por lo nacional,
es decir, el “ser argentino”. Sin embargo, según el momento y los intereses de los grupos
involucrados en los conflictos, hay ocasiones en que el eje aglutinador de la identidad
es regional, el ser “misionero”, o se llega incluso a recurrir a atributos morales o éticos,
como el ser “organizado y limpio” o “respetuoso de la ley”18, que a simple vista no
denotan una connotación nacionalista, aunque sí se diferencia con “el otro” desde una
lógica de discriminación y rechazo. La diferenciación en la frontera misionera combina así
diferentes referentes identitarios que van más allá de la nacionalidad, que hacen de la línea
de demarcación una barrera a veces étnica o lingüística –a pesar de las raíces guaraníes
compartidas a ambos lados de la frontera– o la representación de un quiebre en las costumbres
y los modos de vida. Pasan así a crear un identificación basándose en una representación de
lo que “son” y no a partir de lo que “hacen”, cuando en verdad ese “ser” no sea más que una
construcción identitaria determinada.
22 De esta manera, la identidad territorial en las fronteras nacionales se construye a partir de un
conjunto de percepciones sobre un territorio de características especiales y sobre las formas de
habitarlo. Vivir en la frontera, hallarse en medio del límite y del comienzo del Estado genera un
tipo de identidad fronteriza que vincula de una manera muy particular los atributos identitarios
territoriales, regionales y nacionales.
23 Para los fines de nuestro análisis, llamaremos identidad nacional a aquella construcción
social continua que, además de buscar la diferenciación19 como todo tipo de identidad20,
reagrupa atributos basados en una historia compartida, un territorio y un destino común. Por
lo general, este tipo de identificaciones son sostenidas y oficializadas a través de mecanismos
institucionales Estatales, ya sean textos escolares, simbología patria, etc.
24 Por identidad fronteriza en cambio, entendemos aquellas particularidades contenidas dentro
de una identidad social más amplia que dan cuenta de un cierto “límite” u obstáculo
para insertarse enteramente dentro de esa identidad abarcadora -que podría ser la identidad
nacional-, y que a la vez utiliza ese “límite” como eje habilitador de singularidades especiales.
Creemos que la identidad fronteriza se construye a partir de una situación territorial “especial”
que puede implicar una manipulación concreta de los atributos constitutivos que hacen a la
diferenciación con el otro. Más allá de la fuerza de las ideas de la identidad nacional en las
regiones fronterizas y de los mecanismos para reforzara, las maneras de sentir, vivir y pensar
la pertenencia nacional se puede volver crítica en estas regiones.
Haciendo fronteras
“Misiones! Tierra de promisión y esperanzas para nativos y gran cantidad de inmigrantes
provenientes de diversas partes del mundo. Es una cuña insertada entre dos países
hermanos: con la República Federativa de Brasil nos une una frontera de 750 km., y con
la República del Paraguay 330 km. Es el centro o corazón de la Cuenca del Plata y posee
una posición geopolítica envidiable dentro del MERCOSUR.” (René Carlos Troxler, Diario
Línea Capital, Misiones, Argentina, 21 de mayo 2007.)
25 El puente San Roque González de Santa Cruz une la ciudad de Encarnación (Paraguay) con
Posadas, ciudad capital de la provincia argentina de Misiones. Esta provincia es la única del
país cuyos límites fronterizos son en un 90 % internacionales y sólo en un 10 % linda con
otra provincia argentina, Corrientes. Este no es, sin duda, un dato menor. Los habitantes de
Misiones se saben viviendo geográficamente “entre” otros países, en medio de algo, como si
fuesen parte de esta “cuña” a la que hacen referencia, situación que los ha legitimado como
misioneros.
26 La formación de la frontera en Misiones no es resultado solamente de la acción unilateral del
Estado Argentino por medio de sus políticas nacionales emanadas desde el centro del poder
político, Buenos Aires, a unos 1.000 km. de esta región. En primer lugar veremos que, en
cuanto a las políticas concernientes a la frontera norte del territorio, fue recién luego de la
Guerra de la Triple Alianza que el Estado pudo definir sus límites y definirse a sí mismo como
un moderno Estado-Nación. En segundo lugar, hubo también por parte de los misioneros un
interés por reivindicar su situación de fronterizos movilizados por los reclamos para convertir
al Territorio Nacional de Misiones en Provincia Nacional.
27 Misiones fue bautizada en honor a las misiones de religiosos de la congregación de la
“Compañía de Jesús” que se asentaron en la zona poco después de iniciada la conquista
española. Después de las Guerras Guaraníticas21, los jesuitas fueron expulsados de la zona por
parte del Rey Carlos III de España en 1767 quedando la región de Misiones bajo el control
de la Gobernación de la ciudad de Buenos Aires. De esta historia jesuítica surge la fundación
de las ciudades de Posadas y de Encarnación, realizadas por la misma persona: el padre San
Roque González de Santa Cruz.
28 En 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata que comprendía un territorio que integraba
el Virreinato del Perú con la ruta marítima Atlántica, extendiéndose “mucho más allá de
las fronteras actuales de la Argentina, comprendiendo los territorios actuales de Bolivia,
Paraguay y Uruguay”.22 Pocos años después, en 1810, el Cabildo Abierto de Buenos Aires
proclama la autonomía de la ciudad de Buenos Aires con respecto al Rey de España y
comienzan allí las luchas por la Independencia. Se abre un período que estuvo caracterizado
por el desmembramiento del antiguo Virreinato, los continuos conflictos entre las provincias
y Buenos Aires, la conquista progresiva de territorios y la fijación de las fronteras. A nivel
regional, el territorio de Misiones queda bajo el dominio de los caudillos de la Provincia de
Corrientes desde 1832. Hacia 1838, los paraguayos terminan de levantar en el sitio de la actual
ciudad de Posadas lo que se conoció como “Trinchera de los Paraguayos o de Itapúa”, que
había sido mandada a construir por orden del dictador paraguayo Rodríguez de Francia. Desde
esa fecha y hasta 1865, la que luego sería ciudad capital de la Provincia de Misiones fue parte
del territorio paraguayo.
29 Lo cierto es que, hasta la Guerra de la Triple Alianza, la frontera nacional norte no
estaba aún delimitada. En realidad, lo “nacional”mismo aún estaba en formación, el Estado
argentino estaba saliendo de su periodo embrionario de guerras civiles para comenzar a
institucionalizarse como tal. En el período que va desde 1860 a 1880 se instaurarían las bases
para la construcción del Estado Nacional, cobrando para ello especial interés la delimitación y
control del territorio argentino. Era menester entonces desmantelar las milicias provinciales y
consolidar un ejército estatal regular, que tendría finalmente una participación preponderante
catalogados como “estratégicos”, como por ejemplo la docencia, como se señalara mas arriba.
No obstante, observamos que se establece una diferenciación en las percepciones sobre los
países “vecinos”, ya que no todos los extranjeros representan lo mismo. Por ejemplo, en
1972, mientras Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú eran vistos como posibles “aliados” –cabe
preguntarse de qué tipo, dado que el vínculo debería “asegurar la preeminencia” argentina–,
Brasil era percibido como un “adversario”, un enemigo con ambiciones expansionistas.
La desconfianza hacia los países limítrofes y la acción de sus ciudadanos en las zonas
transfronterizas ha prevalecido sobre todo en los períodos de gobiernos militares en los
cuales primaban las planificaciones de Seguridad Interior y Defensa Nacional. Las hipótesis
de conflicto bélico con los países vecinos fundamentaban la militarización de los controles
fronterizos, situación que hacía a su vez precaria la paz en la región.27
43 La génesis de la frontera argentino-paraguaya nos muestra que es resultado de una
combinación de decisiones geopolíticas propias de contextos históricos diversos, que dieron
lugar también a una reivindicación territorial por parte de los habitantes misioneros.
Coincidimos así con Sahlins cuando afirma que en la frontera la construcción de la idea de
“nación” no es simplemente “desde arriba”, es decir, de las instituciones del Estado, sino
también “desde abajo”, desde las sociedades que deciden, mediante diversos mecanismos,
cómo construir su “nosotros”. Mientras la frontera marcara la diferencia, los misioneros
podrían reclamar por su « status » de provincianos, valiéndose, justamente, de su calidad de
fronterizos. No es casual que los historiadores misioneros apelaran a eventos que defendían
su “nacionalidad” frente a la figura de “invasores extranjeros”, cuando ya desde los años
40’s el Estado Argentino analizaba con preocupación la posibilidad de numerosos conflictos
fronterizos. En este período, las situaciones de tensión fronteriza para la Argentina se
manifestaban en la penetración ilegal de clandestinos provenientes de países vecinos, una gran
permeabilidad de la línea de demarcación fronteriza y la existencia de territorios considerados
débiles o críticos por estar prácticamente deshabitados. Finalmente, Misiones devino provincia
por ser fronteriza, por defender su ser “fronterizo” y “argentino” a la vez.
44 Hasta 1983 –año en que comienza la redemocratización argentina– las fronteras nacionales
eran consideradas zonas que debían ser “integradas” hacia adentro, donde tenía que ser
“asimilado” –noción a priori absolutamente distinta a la de “integración”– el sentimiento
nacional. La escuela debía enseñar este “ser argentino” como si fuera matemática, a través
de la geografía28 y de la lengua española, allí donde se hablaran otros idiomas. Las fronteras
nacionales eran barreras políticas y militares, alimentadas por la construcción identitaria
nacional y la desconfianza hacia el “otro”, ya sea por pobre, por ilegal, por peligroso o por
invasor. Pero la situación cambiaría, sobre todo a principios de la década de los noventa.
El Estado ausente
45 El Tratado de Asunción de 1991 que dio origen al MERCOSUR fue el fruto de negociaciones
previas comenzadas con la vuelta de los gobiernos democráticos en Sudamérica en la
década del 80. La concertación política significaba el requisito necesario para abandonar
las desconfianzas mutuas y preparar el camino hacia la integración. De esta manera, los
antecedentes del MERCOSUR se pueden encontrar en la Declaración de Foz de Iguazú de
1985, el Acta para la Integración Argentino-Brasilera de 1986 y el Tratado de Integración,
Cooperación y Desarrollo de 1988, los tres firmados por los Presidentes Sarney (Brasil) y
Alfonsín (Argentina).
46 Comenzaba así una etapa de “integración hacia fuera”, ya no sobre las bases de la asimilación
o la supremacía sino sobre las de la cooperación política, económica e incluso militar.
Posteriormente, los años 90 significaron, para Argentina, mucho más que la entrada a un
proyecto de integración. La década del noventa significó la puesta en marcha definitiva de
un proyecto económico que había empezado a fines de los años 70 con el afán de cambiar la
56 De todo esto podemos concluir que para fines de los ’90, el camino de la “integración”
comercial y física estaba en marcha. El control integrado de los pasos fronterizos contribuía a la
formación de zonas verdaderamente transfronterizas, facilitando la circulación de las personas
al interior del bloque de países. Pero en la Aduana Nacional Argentina, los controles sobre el
comercio “desleal” e “ilegal” -concretamente sobre el pequeño contrabando- en vez de cesar
se endurecieron cada vez más en respuesta a los planteos sobre el comercio ilegal por parte
de los gremios de comerciantes. El énfasis parecía puesto en el control de las mercaderías,
de las cosas que “pasaban” las fronteras, y no tanto en las personas. Frente a estos controles,
las paseras reaccionan cerrando el Puente Internacional. La zona transfronteriza deviene en
Posadas un espacio de paso y de contacto, pero esto no implica que ese contacto no sea
conflictivo ni ajeno a las posibles acciones violentas. Los bloqueos del puente Internacional,
que representa el símbolo y la materialidad de la unión territorial, son parte de una reacción y
constituyen una manera de hacerse ver, de lograr visibilidad frente a las políticas nacionales
o incluso internacionales que no han tenido en cuenta a priori ni a los grupos sociales
perjudicados ni a sus intereses.
57 Por último, las leyes promulgadas con el fin de paliar los problemas de las sociedades
fronterizas han tenido en gran medida un alcance muy limitado en lo que respecta, sobre todo, a
las asimetrías económicas. Reconocer la inequidad no significa que el Estado tenga la voluntad
política o el poder para solucionar el problema de las asimetrías económicas entre Paraguay y
Argentina. Por otra parte, la reducción de los ingresos a los que se enfrentaron las sociedades
fronterizas es consecuencia de las mismas políticas de reforma económica y estatal aplicadas
por el Gobierno central unos años antes. El problema de la inequidad entre las dos orillas del
Río Paraná se hizo visible sólo cuando el puente internacional fue inaugurado y el tránsito se
hizo masivo. Es decir, se convirtió en un eje conflictivo recién cuando se transformó en un
“cotidiano” de la zona transfronteriza, cuando pasó a formar parte del “vivir en la frontera”
social, cuando el contacto rápido, masivo y continuo aturdió la capacidad de acción de las
sociedades fronterizas.
movible, variable. Esta frontera simbólica, que marca el límite entre lo “nacional” y lo
“extranjero”, se observa coincidiendo con la territorial, pero también en las calles de la ciudad
de Posadas, cuando las paseras llegan a la Plaza a vender sus productos paraguayos. En tercer
lugar, hay también una frontera interna, frontera que se forma a partir de los reclamos sociales
no satisfechos por el Estado34, por todas las promesas de gobierno incumplidas, por la ausencia
del Estado frente a la precarización de los niveles de vida de la población fronteriza. En
este juego, las sociedades fronterizas forman un “nosotros”, una categoría común que pueda
sacarlas de la estrechez entre fronteras, por supuesto eligiendo, construyendo una identidad
que sea afines a sus intereses, construyendo ella misma sus fronteras, los límites desde donde
pelear. Por eso en Posadas, mientras sea conveniente, el reclamo reconstituye categorías
identitarias basadas en lo nacional, volviendo así a la legitimación como “argentinos” para
obtener alguna respuesta de su gobierno.
60 Y aquí observamos además una dinámica sumamente interesante que es característica de las
zonas transfronterizas: la originalidad de esta zona reside en las conjunciones posibles de
la relación Estado-Sociedad-Territorio. Las zonas transfronterizas son, en efecto, un espacio
donde el equilibrio entre la sociedad, el territorio y el Estado puede ser puesto en jaque
en cualquier momento, con consecuencias sumamente controvertidas. Peter Sahlins dona un
ejemplo de este tipo de situaciones cuando describe un evento que tuvo lugar en la década
del 80 en la Cerdeña española. El gobierno central de Madrid había decidido suspender el
servicio de trenes hacia Puigcerdá, ciudad fronteriza con la Cerdeña Francesa. Como respuesta
a esa decisión, la Municipalidad de Puigcerdá, mediante una carta oficial acompañada por la
firma de miles de habitantes de la ciudad, declara que si el servicio se cortara, ellos pedirían
al gobierno de Paris de transformarse en una ciudad francesa, amenazando así con cambiar de
nacionalidad, no sólo los ciudadanos, sino también el territorio en su totalidad. Si bien la carta
fue tomada como una broma, finalmente el servicio de trenes no fue cortado.35
61 Todo caso fronterizo estudiado deberá tener en cuenta la relación compleja entre el gobierno
central y sus dependencias provinciales y locales, las sociedades fronterizas y la frontera
misma, el territorio. La frontera, sobre todo cuando está alejada del centro político estatal,
es siempre una zona de tratamiento diferencial. Si los componentes tradicionales del Estado-
Nación –según la geopolítica clásica36– son el territorio, la población y el gobierno, es en
la frontera donde al menos dos de estos elementos adquieren un sentido especial. Es en
la frontera donde el territorio estatal encuentra sus límites, donde el Estado muestra sus
puntos estratégicos geopolíticos, su fuerza o su vulnerabilidad. Por otra parte, las poblaciones
fronterizas tienen sus propias representaciones sobre el territorio y sobre el gobierno central.
Sus prácticas, experiencias y valores se constituyen según su manera de “vivir en la frontera”,
de su relación con el espacio fronterizo. Desde allí construyen sus identidades, sus relaciones
con la “Nación”, con el Estado, con los “otros”. Y desde el punto de vista del encuentro,
las sociedades fronterizas han vivido siempre frente a los “otros”, los extranjeros, pero no
siempre estas relaciones han sido conflictivas. Las relaciones transfronterizas se expresan en
las relaciones comerciales, en los casamientos mixtos, en la práctica cotidiana del cruce, del
contrabando.
62 Estas prácticas deben ser tenidas en cuenta por el gobierno central a la hora de definir su
política estratégica territorial, sobre todo poner especial atención en aquellas políticas que
puedan afectar tanto la economía como la territorialidad de los habitantes de frontera. En
el equilibrio entre la sociedad nacional y el territorio nacional, el Estado no puede estar
ausente ni en momentos de baja conflictividad ni aún menos en las situaciones de conflictos
transfronterizos.
63 Porque, como pudimos observar en nuestro caso de estudio, las movilizaciones de un grupo
social puede influenciar no sólo en la política interna del gobierno central del país al cual
pertenece, sino también en la del gobierno central del país vecino. Y aquí se vuelve a
comprobar la necesidad del Estado de estar presente de alguna manera en estas zonas – sin
que esto signifique volver a la omnipresencia del pasado –, ya que no sólo debe ejercer
funciones como administrador de las zonas fronterizas sino que también actúa como mediador
político a través de los gobiernos locales y de su política exterior. Porque cuando los conflictos
entre las sociedades fronterizas afectan directamente al gobierno central del país vecino
–como en el caso del jefe de Aduana Mac Lean, por ejemplo –, éste se transforma en
un conflicto interestatal, y las cancillerías de ambos países deben entrar en escena a fin
de articular y desarticular los dispositivos sociales. Y las intervenciones tendrán que ver
no sólo con el ámbito político doméstico sino también con la prioridad estratégica de la
integración económica del Mercosur. Para comprender el rol del Estado en el actual conflicto
de las Papeleras, así como en el de Posadas- Encarnación, habría que reflexionar sobre las
prioridades de la política de Estado en cuanto al MERCOSUR y la adecuación de las políticas
económicas y sociales aplicadas en las zonas de frontera. Mientras la porosidad de las fronteras
continúe en aumento por los avances del MERCOSUR, las políticas fronterizas tendrán
repercusiones que se harán sentir sobre todo en donde el límite se transforma en unión: en los
puentes internacionales. Las hermandades comienzan y terminan abruptamente en tiempos de
integración, por lo que quizás sea el momento de reorganizar las figuras estatales dentro de
este equilibrio endeble entre territorio, sociedad y Estado.
64
Notas
1 En Mayo de 2007, el bloqueo del puente General San Martín, que une las ciudades de
Gualeguaychú (Argentina) con Fray Bentos (Uruguay) lleva seis meses ininterrumpidos. Por
otra parte, el puente internacional que une Posadas con Encarnación, en la frontera argentina-
paraguaya, ha sido cortado en promedio cuatro veces por año desde 1992.
2 El puente lleva el nombre del padre San Roque González de Santa Cruz, uno de los
primeros jesuitas criollos nacido en Asunción en 1576. Además de ser reconocido por su
tarea evangelizadora y por su dominio del idioma guaraní, el padre González funda en 1615
“Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa” (en el actual sitio de Posadas), la cual abandona
para trasladarla a la otra orilla del río Paraná y rebautizarla bajo el nombre de “Nuestra Señora
de la Encarnación (hoy Villa Encarnación). Si bien el sitio de Posadas estuvo abandonado por
más de dos siglos, la acción del padre González en la zona es vista como el símbolo de la
integración entre las dos ciudades.
3 Extraido del discurso del presidente Carlos Menem el día de la inauguración del puente
internacional. Diario El territorio. Posadas. 2 de Abril 1990.
4 Yacyretá es una obra hidroeléctrica de gran magnitud construida conjuntamente entre
Paraguay y Argentina luego de un acuerdo firmado en 1974. La propuesta de la construcción de
Yacyretá fue una respuesta geopolítica argentina frente al montaje de la central hidroeléctrica
de Itaipú entre Paraguay y Brasil. En el marco de estos acuerdos, se negocia en 1978 la
construcción del Puente González de Santa Cruz.
5 Las “paseras” son mujeres paraguayas, generalmente de origen indígena (Guaraní), que se
dedican a una práctica de larga data y tradición histórica, que se remonta a la establecimiento
definitivo de la frontera argentina-paraguaya después de la Guerra de la Triple Alianza,
práctica consistente en “pasar”, transportar a través de la frontera pequeñas cantidades de
mercancías para su posterior venta en la ciudad de Posadas.
6 Pavon, Héctor, “La frontera dibujada. Vivir del contrabando”, artículo publicado en Diario
Clarín, Suplemento Zona, Buenos Aires, Argentina, 20/02/2000.
7 Grimson, Alejandro, “Fronteras, migraciones y MERCOSUR. Crisis de las utopías
integracionistas”, Apuntes de Investigación del CECYP, Año V, 2001, N° 7, p.69.
8 Se utilizó, en algunos medios gráficos paraguayos, el término guaraní “curepi”, que quiere
decir “piel de cerdo”, para referirse a los argentinos en general. Diario Clarín, 31/07/2003,
El Mundo.
@apropos
Dolores Linares
Doctorante EHESS linares.dolores@gmail.com
Licencia
© Tous droits réservés
Resumen / Abstract
Las transformaciones económicas y territoriales producidas en el marco del proceso de
integración del Mercosur han influido notoriamente en aquellas zonas donde las sociedades
de los distintos países miembros se encuentran cara a cara: en las fronteras. En estos territorios
de características especiales, los conflictos sociales adquieren una relevancia internacional,
como bien lo demuestra el denominado “conflicto de las papeleras”, que involucra a dos países
miembros del MERCOSUR, Argentina y Uruguay. Sin embargo, este no es el primer caso
de conflicto social transfronterizo en la Argentina. En este artículo nos proponemos observar
de qué manera la inauguración de un puente y las reformas aduaneras y legales que éste
conlleva, pueden transformar las maneras de vivir y relacionarse en otro espacio fronterizo
The economic and territorial transformations produced in the context of the regional
integration process of Mercosur have influenced in those zones where the societies of different
States are facing against each others: in the national borders. In these special territories, the
social conflicts are getting more international relevance, as it is observed in the “conflict of
the “papeleras”” that involves two Member States of the Mercosur, Argentina and Uruguay.
Nevertheless, this is not the first case of transnational social conflict in Argentina. The
present article focuses on the comprehension of how the inauguration of a bridge, with the
consequents customs and legal reforms, has changed the ways of living in the Argentine-
Paraguayan border. Since 1992, the bridge that unites the Argentine city of Posadas with
its Paraguayan neighbour of Encarnación has become the scene of transnational social
manifestations involving part of the paraguayan and argentine societies. Our principal interest
is mainly finding out the analysis tracks to understand a social conflict represented in the
blockades of an international bridge and the role that plays and has played the State Nation
in the Argentine border zones.
Licence portant sur le document : © Tous droits réservés