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Lectura 1. Concepción de La Naturaleza en América Latina - 20200405 - 0001 PDF
Lectura 1. Concepción de La Naturaleza en América Latina - 20200405 - 0001 PDF
Naturaleza ocuPa up lugar central en visién se ofrecen los puntos más destacados con
sobre ambiente Y desarrollo en Amé- ejemplos ilustrativos. En segundo lugar, se enfatizan
invocada desde las más variadas tien- las existen otros estudios que
fines. Sea en la preservación de si- un sentido histórico, co-
como en el anhelo por mejores conü- c!ásica (por ejemplo,
de vida, se hacen continuas ref,erencias a tér- i996). En tercer lu-
Naturaleza, ecosistema o ambiente. Las gar, el análisis se resüinge a los conceptos de la Na-
turaieza en sus vi¡tculaciones con las estralegias de
a modos de proteger la Naturale- desarrollo. Es una mirada a la pareja Naturaleza-de-
en el sujeto de buena parte de sarollo, con lo cual otros temas quedan por fuera
ambientales. P, ero a pesar de es- del objeto del estudio. En las líneas que siguen se re-
no se ha profi.rndizado adecuada- visan los conceptos tradicionales sobre la Naturale-
en los conceptos, y preconceptos, emtreltos za, se ofrece un breve análisis sobre cómo se articu-
palabra Natu¡aleza, y sus implicancias para la lan con las estrategias de desarrollo comúnmente se-
del desarrollo sostenible. guidas en la región, y «lesde allí se comenta sobre las
nuevas posturas actuales.
de la palabra Naturaleza indica que
latin natura,que se refi.ere al"neci- La herencia europea en las concepcio$ۤ de
(natus partiapio pasivo de nasci, nacer),
la Naturaleza
comunes:
a las cuali Las ideas latinoamericanas sobre la Naturaleza
Y de un objeto o un ser; y Por derivan directamente de las visiones europeas. Por
para los ambientes que no son ar- un lado, los europeos que llegaron a América Latina
con ciertos atributos ffsicos y biológicos, sus concepciones de la Naturalez¿ sobre
especies de flora y fauna nativas. Este capítulo originarias. Por otro lado, desde la colo-
este segundo uso. e intelec*
se informati-
e§a línea,
como
como el la ecológica de la
I8 EDUARDo Gupvl¡,rs
tradición medieval que veía a la Naturaleza en for- acumulación de riqueza, mediante un progreso sos-
ma organicista, como un ser vivo, y donde las perso- tenido. Es una situación de progreso constante la
nas eran un componente más. A partir de entonces que se considera la más óptima: "El progresivo es, en
la Naturaleza quedó despojada de esa organicidad y realidad, un estado feliz y lisonjero para todas las
desde una postura antropocéntrica se la vio como clases de la sociedad; el estacionario, triste, y el deca-
ul conjunto de elementos, algunos vivos y otros no, dente melancólico". El progreso permite avanzar ha-
que podÍan ser manipulados y manejados. La Natu- cia'ulteriores incrementos de riqueza".
raleza pasó a ser interpretada como el reloj de Des-
cartes, constituida por engranajes y tornillos, donde iohn Stuart Mü en su influyente obra de econü-
el conocer todas sus partes, permite entender y con- mla polltica, publicada desde 1848, también señala-
trolar su funcionamiento (ver entre otros los análisis ba las ventajas del progreso perpetuo y el dominio
de Collingrvood, 1960, Williams, 1972, Duerr, 1987, de la Naturaleza como su aspecto privilegiado. La
Evernden, 1992, Rothe¡berg, 1993, y Glacken, 1996). marcha de las naciones era concebida como "un mo-
vimiento progresivo que se continúa con pocas inte-
Conocidos analistas, sostienen que la visión an- rrupciones de un año a otro y de una a otra genera-
tropocéntrica tiene en re¿lidad ralces más antiguas, ción: un progreso de la riqueza, un progreso de lo
que se colocan sea en la tradición judeo-cristiana que se llama la prosperidad material." Este
*movi-
como en la cultura helénica (Whyte, 1967; Moncriel miento económico progresivo" es una forma de "cre-
1970). Pero más allá de esa discusión, el cambio cla- cimiento perpetuo'y es mediado por el dominio
ve tuvo lugar en el renacimiento, apoyado en parti- "ilimitado del hombre sobre la naturalezai
cular en la experimentación, la nueva metodologlas
promovida tanto por Descartes como Bacon. Alll se Smith y Mill no actuaron solos. A sus nombres
introduce el novedoso elemento de la manipulación; deben sumárseles los de Türgot, Condorcet, Saint-
el experimento no es la simple observación, sino la
Simmon, Comte, Hegel, Marx, y tantos otros, quie-
modificación premeditada como vla para alcanzar
nes más allá de sus conocidas diferencias, mantuvie-
un conocimiento pretendidamente cierto.
ron sin embargo posturas similares sobre cómo rela-
cionarse con la Naturaleza. lbdos ellos promovieron
lv'fientras la visión medievai concebía al ser hu-
la idea del progreso, la que de "ser una de las ideas
mano como parte de su entorno, no dejaba de ser
importantes de la civilización occidental pasó a con-
jeÉrquica en tanto era Bn interlocutor privilegiado
vertirse en la idea dominante, incluso teniendo en
de Dios. Desde el carnbio renancentista esa distin-
cuenta la creciente importancia de ideas como las de
ción se acentúa, ). el ser humano €obra un nuevo pa-
igualdad, justicia social y soberanla popular ..." (Nis-
pel por fuera y por encúna de la Naturaleza. La des-
bet, 1980).
cripción metafórica es reernplazada por la simboli-
tacíón geométricá o mat€mática, apelando a una
abstracción creciente. Se manipuia 1'apropia }a Na- En este contexto se desarrollaron diferentes con-
turaleza como condición y necesidad para atender cepciones sobre la Naturaleza. Como es de esperarse,
requerimientos cuya meta era el progreso perp€tuo. en tanto predominaba una visión sobre el desarrollo
Consecuent€mente, paso a paso, se redefinÍe el en- t eI papel del ser humano, muchas de las concepcio-
torno natural, y se acentuaban los rnedios de su ma- nes sobre la Naturaleza presentan caracteres comu-
nipulación y control. La Naturaleza quedó tan dis- nes. Estas concepciones del desarrollo y la Naturale-
minulda que fue reducida en los primeros estudios za pueden ser inscriptas dentro de un¿ ideologia. El
de economla al factor de producción'tierra''. Los re- concepto de ideologia se Io maneja aquí en el senti-
cursos naturales eran considerados como ilimitados, do de deformación, legitimación e integración, tal
y tan sólo debfan encontrarse sus paraderos para en- como lo analiza Ricoeur (1989\. En este artfculo se
seguida explotarlos. considera que existe una ideología del progreso, que
engloba a las diferentes escuelas sobre el desarrollo,
Los prirneros economistas, profundamente im- las que en realidad corresponderfan a distintos para-
buidos en estíts concepciones, promovlao tanto el digmas. Seguidamente se revisarán las principales
progreso material, y la apropiación de la N¿turaleza concepciones de la Naturaleza en refercncia a las es-
para hacerlo posible. Adam Smith en su texr&o mo- trategias de desarrollo, poniendo el énfasis en las
numental sobre la "rigueza de las naciones', publica- posturas contemporánéaq en él próximo capltulo se
do enl776, alude especlficamente a las metas de la considerarán las ideas sobre el desarrollo.
EcorccfA, EcoNoMtr v É¡c¡ DEL DEs ¡Ro¡.to §ostn¡Brr t9
Esta perspectiva era típicamente europea, prolife- Pero esos mismos exploradores también encuentran
:*ndo en escritos de los siglos XV'II a XIX Un buen un lado salvaje y peligroso; un encantador paisaje de
r.*mplo son varias secciones de la enciclopedia del palmeras puede ser un sitio peligroso por las alima-
.."¡nde Buffion, cuya versión en castellano se distribu- ñas que encierra, y llegan a describir a la selva como
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;ir' s.mpliamente en el continente, con añrmaciones "tenebrosao, y "salvaje" con animales mons-
;ú::1o "1¿ naturaleza salvaje es horrible y letal" y el ser truosos y venenosos, clima insalubre, bosques sofo-
-":¡nano es el rlnico que puede convertirla en'grata )¡ cantes y rlos lúgubres (Macknow Lisboa, 1997).
:,ihitable" (véase el análisis de Glacken, 1996).
Los colonizadores se vuelcan decididamente a
§sas mismas ideas se repetfan en América Latina. controlar esos ambientes salvajes, promoviéndose el
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I l¡o f¡ontem sol.voie "Su', monskuo mítico que supuerlomenle hobitobo lo Potogonio, en d sur de Argentino, segÚn
Go¡por §chotr á ¡u "Phy¡íco Curioso siw Mirobilio Nqturse et A¡,lis", I ó97 (reproducido en Dsnce, I 978).
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*e i.2 Lo dercripcion do lo Noturolezo: Tucone¡ de pechoroio; redibuiodo de uno litogrofío coloreodo o mono de olvlo- a
nogroph of tho Rompho¡tidoe or Toucons' po. J. Gould, 183á (reproducido en Donce. 19781. i
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x-:ier postura de protección de la fauna y flora, por so del estadounidense Gifford Pinchot, creador del
;:i¿ mis¡na, ya indica otra concepción del ambiente. Servicio Forestal de ese pals, quien amplió y copió la
i:: efecto, el desarrollo de una protección ambiental tende¡rcia europea de no desperdiciar recursos. Con-
n* es riecesariamente incompatible con la§ postura§ cebla a l¿ conscrvación como'el desarrollo y uso de
r:ogresionistas del crecimiento perpetuo o con una la tierra y todos sus recursos para el permanente be-
:Ezón instrumental. En realidad €sas posturas no neficio de los hombres" (rv'!y'orster, 1985). Especial-
srotegen la Naturaleza sino los recursos gue alimen- mente los ingenieros agrónomos y forestales se pre-
:an a la economía (Worster, 1995). sentaban como las e:(pertos en manejar las áreas na-
turales para q,.btener de ellas el mejor provecho. Esta
La conservación utilitarista se originó en Europa, tradición se difunüó en toda América Latina, en
!'5e trasladó a las Américas. Es muy conocido el ca' particular en la apertura de üstintas á¡eas a la pro-
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$ EDUARDo GUDYNA§
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ducción.agrícola y ganadero,
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slguen observando en la actualidad.
La Naturaleza se de explotación
percibe y valora en 1o que resulta especial en los
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cionaba no en contra de la destruc.iá"-JulJ especialmente por fuerzas como
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EcoroclA, EcoNoMfA y É'r¡ca »rl Drs¡nnoLr.o SosreHrsr.e 23
bi.osfera, que apunta alavez hacia a una como una forma de capital es posible promover la
holística y la existencia de límites. "internalización" de esos recursos a Ia economla.
cialr:lente la risión economicista, en tanto utütaris- ward O. Wilson (19E8). El concepto oe popularizó y
ta. sóio te reconoce aquelios elementos que pos€an en muchos casos suplantó al término Naturaleza. Es
u:: r'alo: econdnico, sea actual o potencial. Este én- importante observar, por ejemplo, que durante la
íesis guarda rnuchas similitudes con las posturas uti- Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ambiente
iit¡ristas comlrnes en los siglos XVIII y XIX. y Desarrollo de 1992 (Rio de Janeiro), se firmó un
tratado internacional que no se denominó "Conven-
A<iemás, cada uno de esos componentes debe te- ción sobre la Naturaleza" sino "Convención sobre la
ner dueños, proponiéndose derechós de propiedad Biodiversidad".
sobre las formas de vida y los ecosistemas. En espe-
ciai las tendencias del ambientalismo neoliberal o El concepto de biodiversidad enciera tres dife-
dei libre mercado bregan por una asignación de pro- rentes tipos de elementos: por un lado a las distintas
piedad extensa sobre la Naturaleza, lo que permitiria especies de fauna" flora y microorganismos; en se-
una gestión económicamente más eficiente del me- gundo luga¡ a la variabilidad genética que posee ca-
dio ambiente. Tradicionalmente una persona podfa da una de esas especies; y finalmente, a los ecosiste-
s€r propietaria de una finca.o un predio, pero nuncír mas, incluyendo a las especies pero también a los
se entendió que era dueña de un ecosistema o de to- elementos fisicos. Es obvio que este concepto está le-
da una especie. En la nueva versión defendida por jos de describir un rinico atributo del ambiente, sino
neoliberales y neodásicos, la propiedad puede existir que es extremadamente amplio. Sin embargo tam-
sobre un ecosistema (con ejemplos en la asignación bién ofrece una imagen de unidad y coherencia; ge-
de propiedades sobre secciones de ecosistemas de nera la ilusión de un todo gestionable. Pero alavez
rlos y cursos de agua), y en la forma más errtrema, enfatiza la parücularidad de la divereidad, donde el
sobre variedades genéticas de especies vivas (paten- ambiente encierra mtlltiples pluralidades y cada re-
tes sobre microorganisrnos y cultivos). En ese caso presentación de la vida es singular y debe ser conser-
ni siquiera el ser vivo completo es de interés, sino al- vada. De todas manera no evita una visión fragmen-
guno de sus atributos genéticos, los §er tada del entorno natural, sea como conjunto de se-
comercializados, y lror lo tanto se los res yivos como en sus diferentes atributos genéticos.
dio de patentes y otros derechos de Por esta razón, el concepto de bioüversidad puede
reducción de la propiedad Ia a nivel de igualmente ser manejado sin problemas por las
los genes es un ejemplo de extrema fiagrnenta- perspe€tivas economicistas, enfatizando sus valores
ción de la vida. económicos.
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esos vlnculos anularÍa el antropocentrismo occiden- fertilidad. La esposa de Ausangaü es la Pacha Tierra, :.4
tal y abrirla las puertas a una nueva relación con el una divinidad de mayor jerarqula que Pacha Mama; ,.i§
ii;l ásegura el alimento, el otro es el desorden natu- (por ejemplo, H.D. Thoreau) e inicios del siglo XX
lr qu€ puede llevar al hambre. Es el ser humano (por ejemplo Aldo Leopold), otro tanto deberla ha-
;,ri,:e¡¡ intenta forzar los destinos, siempre hacia el cerse en nuestros palses. En ese sentido es importan-
,*:¡:,1;io del sara (Kusch, 1986). La consecuencia ha te rescatar la ñgura del boliviano Man Césped, que
iiirla! {Ll€ los ambientes que hoy llamamos "silves- se comentará más adelante. También es importante
;:r-j" en muchos sitios de América Latina en realidad el argentino Rodolfo Kusch, cuyas preocupaciones se
r',,::, e1 producto de la acción humana a lo largo de originaron desde la antropología, pero comprendió
,:,"r,É¡rios. Por cierto que la apelación a conceptos co- que toda cuitura presupone un ambiente, y por esa
,::,;¡ Pacha Mama u otros similares,'posee importan- razón habla de la geocultura. En sus poshrras esa
i;i:; l'alores para a¡rdar a la búsqueda de alternativas, geocultura se construye desde los grupos populares
;Erc eso no puede justificar caer en reduccionismos especialmente grupos indlgenas y campesinos (ana-
*;l rrrismo tipo que se c¡itican en las actitudes occi- iizando con detalle las tradiciones andinas), y recha-
ú,*;riáles. Por ].o tanto es importante avanzar por un zando los aportes de origen europeo (Kusch, 1986),
;,;nto medio, donde la perspectiva de la sustentabi- §n el mismo sentido apuntan los actuales progra-
:.;;¿d no debería caer en el extremo del "noble sa}- mas de recuperación de cosmovisiones indlgenas y
ni en la posición que rechaza Ia importancia campesinas (un caso ilustrativo es el programa
las comunidades locales, ya que los seres huma- Compas; una revisión se ofrece en Rocha,200l).
r:,*5 son parte del ambiente (frmez Pompa y Kaus,
;Éül). Más allá de esas distintas situaciones, en es- En las tradiciones nativas de América Latina un
l*eial las visiones andinas tienen el mérito de enfo- destacado ejemplo esüá representado por las anti
:;rse bajo la perspectiva de seres humanos en tareas guas creencias de los guaranfes sobre el sí-mismo
;:oductivas que son parte del ambiente, I no e¡- (entendido como su concepto de persona). Esta et-
ilentados a éste, tal como sucede con ias visiones nia se disuibuye actualmente en bosques subtropi-
*::roPea§, cales y savanas del sur de Bolivia y Brasil, Paragua¡
y norte de Argentina. La evidencia disponible mues-
En otros casos se ha generado una visión organi- tra que en tiempos pre-hispánicos, este grupo pre-
;:s¡a de la Naturaleza. Existen varios ejemplos a ni- sentaba un concepto del slmismo y del ambiente
"tl de grupos indígenas, pero también en la tradi- donde uno contiene al otro. En efecto, en los guara-
;ión occidental, tal como lo ilustra la hipótesis de níes el sl-mismo (teko) era. inseparable del ambiente
-,aia de J. Lovelock (1983). Esta idea sostiene qu€ to- (teko-ha). La autodefinición de la persona requerla
j* el planeta constituye un sistema que se auto-re- un ambiente. Este es un caso de sl-mismo expandi-
¡::la, con propiedades €mergentes que recuerdan a do en el sentido de alcanzar el ambiente inmediato,
':l cuasi-organismo de nivel superior. La vida mis- lo que era indispensable para la üda. Sin un habitat
mi1, como un conjunto, no sólo se adapta a las con- natural no podria existir la persona; sin teko-ha no
,i¡ciones del entorno, sino que es capaz de generar podfa haber un teko. El teko*ha era además rm espa-
sus propios ambientes. Este concepto posee algunas cio comunal, con corrientes de agua y árboles, y
;onvergencias con el de biósfera, y el de cuasi-orga- ofrecla además el sustento a otros conceptos, como
rismo en la ecología vegetal de princípios de siglo. ias normas morales (nko ñemboro'y) olabuena üda
i{a tenido un reducid«¡ impacto en América Latina, (teko bruw). Se ha documentado bastante bien có-
a Fesar de la gran discusión académica que se sucede mo la colonizaciítcultural española rnodificó estas
en eI hemisferici norte. Pero es importante en tanto creencias, en particular por la imposición religiosa
:ambién contribuye a reconocer valores intrlnsecos (véase Meliá, 1986).
en el ambiente.
Creación social de la Naturaleza
Los aportes más importantes en los rlltimos años
rompen con el antropocentrismo y reconocen valo- La breve revisión de este capftulo demuestra que
:es propios en la Naturalez^,y por ello son llamados hay muchas concepciones sobre la Naturaleza- Hay
biocéntricos. Uno de los promotores más conocidos quienes l,a ven aomo u¡l mero agregado de elemen-
*super-organismo'; para algunos
es el filósofo noruego Arne Naess' ani¡nador de la tos" otros como uu
iiamada "ecologla profunda" (por ejemplo, 1989). En está al servicio de las persona§, mientras que para
América l¿tina esta discusión todavla es muy re- otros posee derethos. Esta diversidad además se co-
ciente. Pero asf como en el hemisferio norte se ha rrelaciona con matrices culturales (no es la misma Ia
rescatado la posición de pensadores del siglo XIX percepciónyvaloración de un r¡ecino dc Sao Paulo,
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8 E»urroo GupyHls
que la de un indígena miskito). Incluso dentm de constituye una forma de dualismo. Es el ser humano
una misma matriz cultural, como es la occidental de el que se reconoce como distinto y se separa del res-
origen europeo, ha.v una tendencia a que las conccp- to, al que llam., §aturaleza. Es precisamente esa dis-
ciones de la Naturaleza sean espejo de las aprecia- tinción la que es motivo de crltica por varios auto-
ciones de la sociedad (Worster, 1995). También hay res, con lo que se pone en cuestión la noción misma
diferencias en cómo un sitio es evaluado por quie- de Naturaleza, al menos en el sentido actual de la
nes viven en é1, y por quienes lo observan desde fue- palabra. Autores como Evernden (1992) postulan
ra (el paralaje cultural de Nabhan, 1995i véase ade- que ese dualismo es una construcción humana, y
miís la misma intuición en Porto Gongalves, 1990). que en realidad nunca podrá ser resuelto en tanto
no existe. Segrln Evernden, el dualismo "sólo existe
La categorla de Naturaleza es una creación social, por nuestra propia decisión", con el pmpósito de
distinta en cada momento histórico, cambiante de crear un concepto "contenedor", ya agrega: "Uno
acuerdo a cómo los hombres se vincula¡ con su en- puede incluso decir que no hay una'naturaleza'y
torno. Tirmbién se determina socialmente qué se que nunca la hubo".
considerará Naturaleza, y qué deja de serlo cuando
es artificializado (Cronon, 1995). La Naturaleza re- Más allá de esa advertencia, en la actualidad el
sulta ser una categorfa propia de los seres humanos. paradigma de desarroilo tradicional usa el concepto
La inversa no existe el concepto de ser humano no de Naturaleza (y sus asociados, como ambieite, re-
es una subcategorfu de la Naturaleza. Como apunta cursos naturales, etc.). De esta manera se establece
Evernden (1992), el ser humano es el autor de la Na- una relación dialéaica entre Ios conceptos de Natu-
tu¡aleza, y por consiguiente el responsable del dua- raleta y los de desarrollo, cloade éstos se determinan
Iismo que le permite separarse de ella. Apuntemos mutuamente. Esto es comprensible errtanto ambas
además que especialmente en América Latina, los clases de ideas se inscriben en una misma ideología.
humanos han sido también los ¿utores "ecológicos" Tan humana es la Naturaleza que ella no escapa a las
de la Naturaleza en muchas áreas, al haber interveni- ideologfas. Más allá de Ia diversidad de posturas so-
do en la conñguración de los ecosistemas, seleccio- bre la Naturaleza, en muchos cr¡sos se pueden obser-
nado variedades de plantas y animales y moldeado var atributos comunes que se relacionan con la
el paisaje. ideologla del progreso y la razón instrumental ma-
nipuladora. Segundo, también es evidente una plu-
El reconocer que hay una Natr¡ralcza conlleva la ralidad de ide¿s sobre la Naturaleza, con una diversi-
nocién de que ésta es distinta de las personas. Acep- dad internamente acotada dentro de la ideologla del
tar que existe la Naturaleza es también aceptar una progre§o! pero con otras que escapíur por fuera de
separación entre ella y Ios seres humanos, lo.que esos lfmites.
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