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Son las dos y veintidós de la madruga, me concentro en el lento titilar de las luces que

cuelgan de la pared blanca, debajo de ellas el espejo me devuelve mi reflejo, el cual se


pierde en la oscuridad cada que las luces se apagan. No soy capaz de dormir, mi mente
inquieta me recuerda constantemente la decisión que debo tomar, intento enumerar las
opciones y sus respectivos pros y contra, pero lo único que logro es aumentar la ansiedad.
Después de dar unas cuantas vueltas en la cama acepto con frustración que esta será otra
larga noche de insomnio por lo que agarro una camisa y dejo que el frio del suelo acaricie
mis pies mientras camino en la oscuridad hacia el balcón, al llegar soy recibida por una
vista nocturna de la ciudad y enfrente de mí el antiguo samán que lleva meses escuchando
mis monólogos nocturnos. Esta noche no será muy diferente a las demás, aunque la
decisión que tomare es una de las más importantes de mi vida por lo que supongo que me
llevara toda la madrugada y algo de la mañana. En mi mente se formulan distintas
preguntas: ¿Qué quiero para mi vida? ¿Qué es lo que más me gusta hacer? ¿Cuál es mi
materia favorita? ¿Cuál de mis opciones se adapta más a mi filosofía de vida? Y por último
aquella culpable de mi insomnio ¿Qué carrera elijo?

Le cuento al viejo samán que me molesta mucho la monotonía y la rutina, que no quiero
pasar el resto de mi vida sumida en ellas, también lo mucho que necesito algo que me
permita moverme por distintos ámbitos, que sea interdisciplinar. Algo que me lleve al
límite y deje que me conecte con todo lo que me rodea, algo con lo que pueda recorrer el
mundo, ayudar y enseñar a diferentes culturas, algo que no permita que todos mis días sean
iguales y que me llene de nuevos conocimientos a diario. Al terminar de contarle el silencio
de la noche me deja escuchar que es lo que en realidad quiero, las preguntas que llevaban
noches atormentándome por fin tienen respuesta y puedo ver, a pesar de la oscuridad de la
noche, que biología es la que mejor se adapta a lo que siempre he querido.

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