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ÁFRICA DEBE UNIRSE.

KWAME NKRUMAH
CAPÍTULO VI. PRIMERO, LA LIBERTAD

Tengo la profunda convicción de que todos los pueblos desean ser libres y de que el deseo de
libertad está arraigado en el alma de cada uno de nosotros. Sin embargo, un pueblo sometido
durante largo tiempo al dominio extranjero no siempre encuentra fácil traducir este deseo en acción.
Bajo un régimen arbitrario, las personas tienden a caer en el letargo; sus sentimientos se embotan.
El temor se convierte en la fuerza dominante de sus vidas; miedo de violar la ley, miedo a las
medidas punitivas que podrían derivar de un intento infructuoso de sacudir sus ligaduras. Quienes
dirigen la lucha por la libertad deben quebrar esta apatía y este miedo. Deben dar expresión activa al
anhelo universal de libertad. Deben fortalecer la fe que en sí mismos tienen los pueblos y alentarlos
para que participen en la lucha por la libertad. Por sobre todo, deben declarar sus propósitos
abiertamente y sin que quepan dudas, y organizar al pueblo de modo que logre su meta de
autonomía.
El forjador esencial de la revolución política es un partido político fuerte, bien organizado, con
bases amplias, amalgamado por un programa que resulte aceptado por todos los miembros, quienes,
además, deben estar sometidos a la disciplina del partido. Su programa debe tener por objetivo
"primero, la libertad". "Busca primero el reino político" fue el lema principal del Convention
People's Party [C.P.P.], porque, sin independencia política, no podría llevarse a cabo ninguno de
nuestros planes de desarrollo social y económico.
Se ha conversado hasta la saciedad sobre el tema de que los territorios dependientes deben llegar a
la madurez antes de tomar sobre sus hombros las responsabilidades de la autonomía. Esto es
precisamente lo que no se puede hacer. Mientras el gobierno de los países menos desarrollados
permanece en las manos de administradores coloniales, la economía de esos territorios se acomoda
a un esquema determinado por los intereses de los beneficiarios nacionales del país dominante, no
por los de los habitantes indígenas. No habrá mejoramiento en las condiciones de vida para el
grueso del pueblo hasta que éste no tenga en sus manos el poder político.
Así, cada movimiento por la independencia en una situación colonial contiene dos elementos: la
exigencia de libertad política y la revolución contra la pobreza y la explotación. Se necesita una
jefatura resuelta, que subordine el comprensible deseo que tiene el pueblo de mejores condiciones
de vida, al logro del objetivo básico: la abolición del dominio colonial.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, en diversas partes de África se registraron manifestaciones y
huelgas políticas. Las exigencias más comunes eran por reformas; pocas personas concebían como
posible, en ese tiempo, la aparición de partidos políticos nacionales que procuraran la
independencia.
Sin embargo, durante la década de 1940 se formaron muchas organizaciones nacionales africanas.
Por ejemplo, en 1944 se fundó el National Council of Nigeria and the Cameroons [Consejo
Nacional de Nigeria y los Camerunes] y, en el mismo año, el Nyasaland National Congress
[Congreso Nacional de Niasalandia]. Dos años más tarde se constituyó la Kenya African Union
[Unión Africana de Kenia] y el Rassemblement Démocratique Africaine [Reunión Democrática
Africana], una federación de las diversas organizaciones que se habían desarrollado en todas las
colonias francesas del África Occidental y Ecuatorial. Siguió luego, en 1947, la formación del
Northern Rhodesia African National Congress [Congreso Nacional Africano de Rhodesia del Norte]
y, en nuestro país, la United Gold Coast Convention [Convención de la Costa de Oro Unida,
U.G.C.C.], con su objetivo: autonomía en el plazo más breve posible. El 12 de junio de 1949
sobrevino le desmembración de la U.G.C.C. cuando fundé el Convention People's Party [Partido de
la Convención del Pueblo], con el propósito declarado de lograr "autonomía ahora".
La década de 1950 fue testigo de la aparición del Uganda National Congress [Congreso Nacional de
Uganda] (1952), la Tanganyka African National Union (Unión Nacional Africana de Tangañica)
(1953) y el African National Congress [Congreso Nacional Africano] en Rhodesia del Sur.1 También
se formaron organizaciones nacionales en el Congo. En el África portuguesa, se organizaron la
Uniáo dos Populacáos de Angola [Unión de las Poblaciones de Angola] y el Movemento Popular de
Libertacáo de Angola [Movimiento Popular de Liberación de Angola]. Posteriormente, en 1959, se
fusionaron para constituir el Frente Revolucionario Africano contra el Coloniaje Portugués. Esta
organización tiene partidarios en Mozambique y la Guinea portuguesa.
Solo he mencionado unas pocas de las muchas organizaciones políticas africanas formadas durante
la Segunda Guerra Mundial y después de ella. Hay muchas otras. Su estructura, su organización y
las características de sus jefes han variado, pero todas tienen en común la determinación de luchar
por la abolición del dominio colonial y por el mejoramiento de las condiciones económicas y
sociales.
En los comienzos de la Segunda Guerra Mundial, solo Liberia, Etiopía y Egipto eran
independientes. Pero, hacia fines de 1959, es decir, veinte años más tarde, había nueve Estados
africanos independientes: Egipto, Sudán, Marruecos, Túnez, Libia, Liberia, Etiopía, Ghana y
Guinea. En 1960, lograron la independencia Nigeria, Togo francés, Camerún francés y Somalia.
Siguieron luego, en 1961, Sierra Leona, Tangañica, Uganda y Niasalandia. La independencia de
Kenia, Rhodesia del Norte y Zanzíbar no puede tardar mucho tiempo.*
Este cambio fundamental en la situación africana ha surgido de las luchas y sacrificios de los
1
Fundado originalmente en 1920. Proscripto en 1959, se constituyó el National Democratic Party [Partido
Democrático Nacional]
*
Kenia es independiente desde diciembre de 1963; Zanzíbar —independiente desde esa fecha— se ha unido en
1964 con la República de Tangañica (TANZAN); Rhodesia del Norte, desde fines de 1964, se transformó en la
República de Zambia. (N.delR.)
propios pueblos africanos; en este momento, nada puede detener la impetuosa marea del
nacionalismo. Mientras quede un solo metro del suelo africano bajo el dominio extranjero, la batalla
ha de continuar.
Puede ser que haya llegado el móntenlo de tener un partido político común, con una finalidad y un
programa comunes. Por ejemplo, en Ghana, en lugar del Convention People's Party, podría existir el
Partido del Pueblo de Ghana. En Kenia, el partido progresista podría ser el Partido del Pueblo de
Kenia; en Guinea, el Partido del Pueblo de Guinea, y así sucesivamente; cada partido tendría una
finalidad y un objetivo comunes: la libertad y la unidad de África.
Los varios Partidos del Pueblo, con su finalidad común, podrían cooperar entre sí. Sin duda,
resultaría necesaria una organización central, como también, en la sede central, personal muy bien
preparado. Si pudiera lograrse este tipo de solidaridad al nivel de los partidos políticos, con
seguridad fortalecería la libertad y la unidad continental de África.
En los países que todavía no son libres, los jefes de partido podrían tomar fuerza e inspiración del
íntimo contacto con quienes ocupan lugares equivalentes en países autónomos. Aunque los acosaran
las dificultades, les infundiría confianza el hecho de formar parte de una organización continental
fuerte, con inmensos recursos, a la cual podrían acudir en caso de necesidad. Desde su creación, el
Convention People's Party declaró, en su constitución que "procuraría establecer relaciones
fraternales con todos los movimientos nacionalistas, democráticos y socialistas que, en África y
otros lugares, luchan por la independencia nacional y la autodeterminación, y les ofrecería guía y
apoyo".
Entre los países independientes, el partido común actuaría como fuerza unificadora. Si, además,
pudiera elaborarse una política interna común, esto contribuiría inmensamente a la planificación y
desarrollo del continente africano como un todo, en las esferas económica y social.
La desigualdad del desarrollo de África, tanto en lo político como en lo económico, es un problema
importante. Algunos países son pobres en recursos naturales, otros son ricos. Algunos lograron la
independencia en forma relativamente fácil y pacífica; otros están luchando todavía. La solución
evidente es la unidad, que permitirá una planificación adecuada y coherente.
Los países sometidos al dominio extranjero logran la independencia de diferente modo. A la India se
le prometió la libertad por medio de "una evolución constante hacia la autonomía, en etapas
constitucionales ordenadas". De hecho, a la India le llevó veintisiete, años de conmoción civil y
desobediencia pasiva el lograr su propósito. La Organización de las Naciones Unidas concedió la
independencia a Libia como consecuencia directa de la derrota de Italia en la Segunda Guerra
Mundial. La colonia portuguesa de Goa fue liberada por la India. Varios países de Medio Oriente
deben su existencia como Estados autónomos a las potencias occidentales que, después de la
Primera Guerra Mundial, desmembraron el Imperio Otomano.
En África, las características de la lucha por la libertad han variado de acuerdo con las condiciones
del medio contra el cual ha tenido que actuar y con la situación del escenario internacional en un
momento dado.
Por lo general, en los territorios en que existe el problema de los colonos, la lucha ha sido más
prolongada y a veces violenta, como ocurrió en Kenia durante el período de los Mau Mau. En
donde no hay problema de colonos, como en África Occidental, la lucha ha sido dura, aunque, en
conjunto, pacífica y constitucional. Ya he narrado cómo se consiguió la independencia de Ghana.2
Si miramos hacia atrás y tratamos de determinar las razones del feliz resultado de nuestra lucha por
la libertad, un factor se destaca por sobre todos los demás: la fuerza de un partido político bien
organizado, representativo de la amplia masa del pueblo. El Convention People's Party representaba
al hombre común, que deseaba justicia social y un nivel de vida más elevado. El partido se
mantenía en contacto diario y vivo con la masa corriente del pueblo que representaba, a diferencia
de la oposición, apoyada por una constelación de abogados y miembros de otras profesiones
conservadoras, que se autotitulaban "aristocracia" de la Costa de Oro. Éstos no comprendían la
nueva modalidad del pueblo, el creciente nacionalismo y la revolución contra las privaciones
económicas. En la creencia de que sus elevadas afirmaciones bastaban para ganar partidarios para
sus filas, se esforzaron muy poco en ponerse en contacto íntimo con las masas, del modo en que lo
había hecho yo en mis primeros años de secretario de la U.G.C.C. y lo seguí haciendo a través de la
época en que dirigí el C.P.P. De hecho, cuando los dirigentes de la U.G.C.C. descubrieron que yo
había abierto la brecha de un movimiento de masas, retrocedieron atemorizados. Era algo que ellos
no habían convenido. Habían querido que yo constituyera un movimiento cuyos adherentes no
pusieran en tela de juicio el derecho, que ellos mismos se habían arrogado, a la conducción política,
pero que, al mismo tiempo, les proporcionara una base lo bastante sólida para permitirles aparecer
como adalides nacionales en procura del cambio constitucional. Cuando los jefes de la U.G.C.C. me
exigieron que me librara de la masa de partidarios que había congregado, renuncié a la secretaría y
formé el Convention People's Party. Renuentes a descender hasta las masas, a las que habían
menospreciado por considerarlas "resaca y rezago", no resultaba sorprendente que esos jefes
fracasaran en sus intentos de abrirse camino hacia la gente común, que siempre los rechazó.
En los primeros años del C. P. P. y, posteriormente, con mucha frecuencia, insté a los miembros del
partido para que siguieran el consejo de los chinos:
Ve hacia la gente del pueblo
Vive entre ellos
Aprende de ellos
Ámalos
2
En mi autobiografía, Ghana, Thomas Nelson & Sons, 1957. Trad. esp.: [Un líder, un pueblo, México, Fondo
de Cultura Económica, 1962.]
Sírvelos
Haz tus planes con ellos
Comienza con lo que ellos conocen
Construye sobre lo que ellos tienen.
Éste sería mi consejo a los miembros de cualquier partido nacionalista y progresista.
La campaña del Convention People's Party recibió la ayuda de la prensa. El mismo día en que
abandoné la U.G.C.C. apareció el primer número de mi periódico The Accra Evening News, con su
lema de desafío: "Preferimos la autonomía con peligro a la servidumbre en la tranquilidad". Llegué
a un amplio círculo de lectores a través de las columnas de este periódico y repetí hasta el cansancio
en los hogares el mensaje de gobierno propio pleno y la necesidad de organizarse para la victoria:
"La fuerza de las masas organizadas es invencible. .. Debemos organizamos más que nunca, porque
la organización lo decide todo".3
Toda la cuestión de la publicidad, la difusión de la información acerca de los objetivos y las
conquistas de cualquier partido político, tiene suprema importancia. En la lucha por la
independencia, donde el gobierno colonial controla las grandes fuentes de información y presta su
anuencia a la prensa reaccionaria, resultan vitales los mecanismos de propaganda empleados por el
movimiento de liberación. Por supuesto, el alcance de la prensa es menor en las zonas donde es más
elevado el analfabetismo, pero, incluso en ellas, siempre puede llegarse al pueblo a través de la
palabra hablada. Y, con frecuencia, la palabra escrita se convierte en palabra hablada.
Durante la década de 1930, se desarrolló en África una prensa popular anticolonialista. En 1932,
Habib Bourguiba fundó la Action Tunisienne. En Marruecos apareció, en agosto de 1938, la Action
du Peuple, dirigido por Muhammad Hasan; el comité de redacción contenía el núcleo de los
dirigentes del Comité d'Action Marocaine [Comité de Acción Marroquí] de Marruecos. En la Costa
de Marfil, apareció, en 1935, L'Eclaireur de la Cote d'lvoire. Tres años más tarde, en 1938, el West
African Pilot del Dr. Nnamdí Azikiwe preparó el camino para el movimiento de la independencia de
Nigeria.
Sin duda, estos y otros periódicos han contribuido a la difusión del nacionalismo africano. Han
destacado la necesidad de "primero, la libertad" y, luego, el desarrollo. Si hemos de desterrar
completamente el coloniaje de nuestro continente, cada africano debe tener conciencia de la parte
que le corresponde en la lucha. La libertad supone los esfuerzos incansables de cada uno de los que
luchan por ella. La enorme mayoría africana debe aceptarse como base de gobierno en África.

3
The Accra Evening News, 14 de enero de 1949.

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