Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ESTRATEGIAS Y POLITICAS
PARA EL DESARROLLO
AGROPECUARIO
Informe Final de la Misión de Estudios
del Sector Agropecuario
República de Colombia
Bogotá, D.E.
CONSEJO DIRECTIVO
Ministro de Agricultura
Gabriel Rosas Vega
Jefe Departamento Nacional de Planeación
Luis Bernardo Fl6rez Enciso
Representante del Presidente de la Repúblka
Armando Samper Gnecco
Arturo Sanniento Angulo
DIRECTOR GENERAL
Albert Berry
DIRECTOR TECNICO
Jesús Antonio Bejarano
ASISTENTES
Marco Fidel Suárez Luis Eduardo Rengifo
Dionisia Federico Valera Alicia Parra
Ana María Leguizamo Beatriz Uribe
Claudia Lucía Duarte Lucy Vileikis
Sorne Ezpeleta María Clara Rodríguez
CONSULTORES
Universidad del Valle - Cidse Universidad Nacional- CID
Universidad de Antioquia - elE Universidad de los Andes - CEDE
Universidad Externado de Colombia - CIEX Fedesarrollo
DNP - Unidad de Desarrollo Social Instituto de Estudios Liberales
CEGA Banco Mundial
Ulpiano Ayala Antonio Hemández
Lía Guterman Homero Cuevas
Fabio Velásquez Mauricio Rubio
Alvaro Pachón Jorge Bustamante
Santiago Perry Manuel Felipe Olivera
CONTENIDO
PRESENTACIÓN
Primera Parte
CARACTERISTICAS PRINCIPALES
DEL DESARROLLO AGROPECUARIO
Segunda Parte
ESTRATEGIAS PARA EL SECTOR AGROPECUARIO
1. Introducción 79
H. Anotaciones sobre la reorientación de la estrategia general de desa-
rrollo 84
Ill. Contribuciones de la agricultura a la reorientaciÓD de la estrategia de
desarrollo 93
IV. Los enlaces principales 97
A. Los eslabonamientos con la industria de bienes-insumo para
la agricultura
B. Eslabonamientos hacia adelante con la agroindustria
alimentaria y no alimentaria
C. Eslabonamientos con el sector servicios
D. Eslabonamientos con las exportaciones
E. Eslabonamientos por vía del consumo
V. Sectores estratégicos y complementariedades en los componentes 107
de la estrategia
A. Seguridad alimentaria
B. Problemas estructurales de disponibilidad y acceso
C. Problemas coyunturales de disponibilidad y acceso
D. Agroindustria y exportaciones
VI. Simulación del efecto de las estrategias sobre el crecimiento global
y sectorial 119
Tercera Parte
LOS CRITERIOS PARA LA UTILlZACION DE LOS
INSTRUMENTOS DE POUTICA
L Introducción 123
A. Los incentivos sectoriales y la política macroeconómica
B. Los instrumentos precio y no precio
C. Las condiciones de viabilidad de las políticas sectoriales
Cuarta Parle
LA POLlTICA AGROPECUARIA: ORIENTACIONES
PARA EL FUTURO
l. Introducción . 135
II. Areas prioritarias 137
A. Política de seguridad alimentaria
B. Política agroindustrial
c.. Política de exportaciones
III. Areas críticas 150
A. Políticas de recursos naturales renovables
B. Política para la economía campesina
C. Política ganadera
IV. Areas instrumentales 163
A. Política de comercialización interna 174
B. Política de crédito
c. Política de tecnología
V. Nuevas áreas instrumentales 178
A. Política social a nivel rural
B. Política de descentralización
C. Política gremial
Quinta Parte
LA ORGANIZACION INSTITUCIONAL:
RECOMENDACIONES
1. Introducción 189
A. Especialización y coordinación
B. Generación y uso de la tecnología
C.. Utilización del recurso tierra y su adecuación
D. Comercialización, abastecimiento y precios
E. Desarrollo rural integrado
F. Organización institucional del crédito agropecuario
Sexta Parte
SISTEMAS DE INFORMACION
DEL SECTOR AGROPECUARIO
1. Introducción 201
A. Aspectos conceptuales
B. Situación actual
C. Acciones futuras
Anexo 219
Comentario Dr. Absalón Machado 221
Comentario Dr. Gabriel Montes Llamas 225
Comentario Dr. Ricardo Villaveces 239
PRESENTACION
Percatado del estratégico papel que para el cumplimiento de las metas propuestas en
los ámbitos económicos y social destaca el sector agropecuario, el Gobierno Nacio-
nal otorgó especial importancia a su desenvolvimiento y para ello tomó las acciones
que fueron necesarias.
Por obvias y sabidas razones, el documento cubre en sus amUisis un lapso que por
necesidad se debió cortar en 1988. Tal circunstancia implica, entonces, que no
contemple cifras y acontecimientos ocurridos en 1989 y el primer semestre del
presente afio, período en el cual se concretaron o perfeccionaron aspectos que para el
mediano y el largo plazo constituyen respuesta a las sugerencias hechas en el
estudio. No obstante el esfuerzo realizado en orden a lograr la mayor actualización,
el ritmo ulterior de los acontecimientos fue mayor al plazo perentorio de culmina-
ción del documento. motivo por el cual será preciso recoger en el debate los nuevos
elementos puestos en juego.
Cualesquiera hayan sido los puntos de vista plasmados en el tratamiento de los temas
motivo de análisis, el gobierno reconoce el valioso aporte que para el sector
agropecuario significará el documento que ahora se entrega al juicio de la opinión
pública nacional. La interacción de disciplinas, el rigor científico que presidió la
elaboración de los estudios que sirvieron de base a las conclusiones de los autores. la
dedicación y el esfuerzo que pusieron en juego para lograr los objetivos propuestos
al momento de darle vida a la Misión y, en fin, la seriedad que caracterizó lo hecho,
sirven muy bien al deseo de aumentar el conocimiento sobre la estructura y evolu-
ción de la agricultura colombiana; de igual manera, al interés de formular estrate-
gias, políticas y planes de acción orientados a estimular el sector. Con éste y los
aportes que hagan quienes intervengan en los debates que habrá de promover el
propio Ministerio de Agricultura, será posible integrar un interesante cuadro de
alternativas que ayuden a ubicar en el plano prioritario de las preocupaciones la
cuestión agraria, vital para el desarrollo económico y social de nuestro país.
Sin aparecer redundantes, cualquier esfuerzo que se haga en orden a resolver los
problemas de la producción del campo colombiano debe ser apreciado y reconocido
en todo su valor. De allf el significado que la administración del presidente Virgilio
Barco le concede al examen cuidadoso de su contenido.
PRESENTACION
LUIS BERNARDO FLOREZ ENCISO
Jefe del Departamento Nacional de Planeación
.....;,. pesar de los numerosos factores de atraso que aún persisten en la estructura agraria
nacional, los resultados obtenidos por la Misión indican que durante los últimos 30
afios el sector experimentó un importante proceso de modernización que se refleja,
entre otras' cosas, en el avance del área ocupada por los predios de tamafio mediano
y pequeño, la disminución de las fonnas precarias de tenencia de la tierra, el
desarrollo de los mercados de trabajo en numerosas regiones y la relativa reducción
en las brechas de productividad entre la agricultura moderna y la tradicional.
Bajo esta perspectiva. la identificación de las principales áreas de política por parte
de la Misión -seguridad alimentaria. desarrollo agroindustrial y exportaciones-
enfatiza los eslabonamientos del crecimiento agropecuario en la convicción de que
pueden actuar como dinamizadores del crecimiento agropecuario y del conjunto de
la economía.
En las áreas estratégicas atriba mencionadas. junto con las nuevas áreas de política
social. descentralización y gestión gremial. que también identifica la Misión. las
instituciones del sector agropecuario encuentran los mayores retos para sus labores
de planificación y coordinación.
Estas entidades deben buscar una mayor capacidad de coordinación con las instan- .
cias de política económica, industrial, social y de infraestructura. Esto requiere una
mayor cualificación de los recursos institucionales para analizar las incidencias de la
política macroeconómica sobre el sector agropecuario, y contribuir a que la política
económica redunde en un crecimiento más armónico y una equilibrada asignación
de recursos entre los sectores.
De otro lado, la Misión identifica otras dos áreas de política, de cuyo manejo
dependen el alcance y la sustentabilidad en el largo plazo de la estrategia global
propuesta.
Para elaborar los estudios de base en los principales temas, fue seleccionado un
grupo de consultores, principalmente universidades y centros de investigación bajo
el criterio de que tuvieran ellperiencia en el tema, de suerte que pudo reunirse un
conjunto de instituciones y académicos que conforman sin duda el cuerpo más
significativo de la investigación agropecuaria del país.
t:¡l Durante las últimas décadas las transformaciones del sector agropecuario han sido,
'sin duda, significativas. No se trata ya de un sector relativamente aislado del resto de
'!
sectores productivos de la economía, ni del comportamiento global, sino de un
sector considerablemente interdependiente, tanto con el desempeño global y de
otros sectores como con las polfticas macroeconómicas. Por otra parte, la moderni-
zación experimentada por la agricultura durante las últimas décadas conlleva una
mayor capacidad para responder a los precios y a las condiciones de los mercados, y
en consecuencia es un sector mucho más sensible que en el pasado"a los factores que
inciden en la asignación de recursos dentro del sector y entre sectores. Adicional-
mente, el sector agropecuario no puede concebirse ya como un sector con rigideces
estructurales, sino que ha mostrado una notable capacidad para crecer y para
adaptarse con rapidez a los incentivos, así como un considerable potencial para
contribuir al crecimiento global y de otros sectores. En suma, el sector agropecuario
ya no es aquel sector residual limitado a proveer alimentós, materias primas y
divisas facilitando el desarrollo de otros sectores, sino un sector altamente interde- /
~diente y complementario del desempefio de la actividad económica genera!.¡i
10
conjunto de varios sectores. Ello implica que los instrumentos de política deben
surgir de criterios más amplios que los referidos a la producción, tales como
desarrollo rural, sistema agroalimentario y sector agroindustrial.
V~~ ~s 09j~~_~s
parte
d~a_t!structura
al sector son bien conl!,9do!\,..!:~a
modernización
productiva,'cl ¡n¡;remento de la ~ciencia'Y de la piOOüi::ñvid~J
i
~ mejoramiento de los ingresos de los campcsinoKla estabilización de los preciofy
, por sup~sto: el mejoramiento de la equida¡fy el nivel de vida de los pobladores
"rurales. Las recomendaciones de política que se presentan no aspiran a cubrir la
" amplia gama de aspectos susceptibles de intervención, sino aquellos que se han
considerado relevantes y prioritarios para alcanzar los objetivos sellalados para ello.
Las consideraciones de política se han dividido en doce áreas alrededor de cada una
de las cuales se sellalan las orientaciones principales sugeridas en cada una de ellas.
II
sector ag:mpecwnio que mejllll'e:la dispmiibilliáad, calidad YQportunidad de1la,niisma
y principiilmmle ~ue permita mIilSImir modelos de .evaluaéión de los iOlpilKltOS de
política, así como de seguimieDlo de los .efectos de las mismas.
Sin duda. la adewada orientación ,de las decisiones de po1flica supone no lISlo la
identificación de 10i"llroblemas más cmciales., sino marcosiutitucionales idóneos.e
infurmados y con clI¡¡iIlIcidad de negociación conotros.seclOres. ,Un aspecto en el que
ha hecho énfasis ellI'abajo de la Misión es el de acrecentar laeapacidad de diálogo
del aparato instituCional agropecuario con OlroS .seCliOres de la economía, de fonna
tal que pueda genenm;e no solamente una mejor comprensi6a, :por parte de las
instancias de decisión l!lO sectoriales sobre la significación de la actividad agrope-
cuaria para el desernpeO.o global de la economía, sino una mayor capacidad de
comprensión. al interi6f del sector, sobre los efectos de los instrulllteIltos de política
general y macroeconómiea en el sistema de incentivos de la política ,sectorial.
12
TéonicaJ <lfulsultiva, cuya función fue' llie de asesorar a, la Misión, ni representan
necesariamente la opini6i1institucionaldel MiniSterio deAgricultuTa\ del Departa-
mento:Nacional de PlaneacióÍl ni de PONADE, ,aun cuando se espera que estudios
de estanaturaleza, contrilJuyansignificativamentealadefinición dellis políticas y
estrategias por parte de las entidades responsables de la lpélíticasectortal.,
ALBHRT BERRY
JEStS ANTONIO BEJARANO
13
Primera Parte
CARACTERISTICAS PRINCIPALES
DEL DESARROLLO AGROPECUARIO!
A. El crecimiento económico
Entre 1950 yl988 el Producto Interno Bruto Agropecuario creció a una tasa prome·
dio anual del 3.5%, inferior a la del PIB total (4.7%) y a las tasas de los demás
. sectores de la economía. Ello como se verá, no constituye por sí mismo un síntoma
de que el crecimiento del sector haya sido inadecuado. Durante el mismo lapso el
café creció a una tasa promedio anual del 3.01 % contribuyendo en algunos períodos
a explicar significativamente el crecimiento total del sector, aún cuando no se
constatan estrechas correspondencias entre los dos comportamientos. Excluído el
café, pueden identificarse fases bien definidas de aceleración y desaceleración del
crecimiento agropecuario, particulannente en los períodos 1955·1959 y 1965-1979,
en los cuales el sector agropecuario tuvo tasas significativamente altas (aunque
decrecientes en la década de los 70) que corresponden a tasas altas de crecimiento
del PIB total y de algunos sectores particulares como la manufactura y la construc-
ción. A su tumo, los períodos de lento crecimiento son 1960-1964 (período en el
cual fue compensado notablemente por el café) y los años 1980-1984 como resulta-
do de la contracción generalizada de la actividad económica.
Es de anotar, por otra parte, que a excepción del período 1960-1964, se evidencia
una estrecha correspondencia entre el crecimiento del PIB agropecuario sin café y el
comportamiento de la actividad económica general.
Esta parte resume los principales hallazgos del Diagnóstico elaborado por la Misión, los cuales se exponen
con más delalle en "El Desarrollo agropecuario en Colombia". Infonne Final de la Misión de Estudios del
sector agropecuario. editado por la Contratoría General de la República, Bogotá de 1990.
15
Aún cuando la contribuciún más importante al crecimiento global de la economía ha
estado por supuesW. en la industria manufacturera (22.66% del crecimiento total del
PIB entre 1950 y 1986). ésta es seguida por la contñbuciún del sector agropecuario
(17.7%) destacándose que cuando el crecimiento global se desacelera. la contñbu-
cm de la agñcultura al crecimiento del PIB total es mayor que la de la manuf~
al <Jontrario de lo que ocurre en los períodos de rápida expansión del produ<Jto total.
16
décadas. El área en cultivos modemos'pasó de un 11.9% del total en 1955 a un poco
más del 41% en 1985 -1988 Y si excluimos el café tecnificado (que representa
alrededor del 10.6% del área total cuhivada), la participación del área bajo cultivos
modernos pasó de 11.9% a 30.6% en el período. La participación de estos en el total
del valor de la producción a su ...ez, pasó de 7.6% a 43.7% entre 1950 y 1988,
acrecentándose esta participaci6m :después de 1960, si se excluye el café tecnificado
el cambio total fue de 7.6% a 30.7'% al final del período.
Por otra parte, entre 1950 y 1'!l88 mientras la tasa promedio anual del área bajo
cultivos modernos creció al. j% (muy superior a la del promedio agrícola), y la del
café tecnificado en 18.3%. el área en cultivos tradicionales cayó 0.16%, con mo-
destas recuperaciones en algunos ailos, correspondiéndose con un crecimiento con-
siderablemente lento C!A .el 'valor de la producción de los cultivos tradicionales
(1. 38% promedio anulÜ), 'an tanto que los cultivos modernos crecieron a tasas casi
tres veces superiores a las del total agrícola, no obstante, la notable desaceleración
de éstos a partir de l!llJ5.En definitiva, ello ha implicado que tanto el crecimiento
del área total bajo Cl:illi.vo como el crecimiento de la producción agrícola total, estén
soportados l'undml.entalmente por la expansión de los cultivos modernos, como total
fue de 120.1% y ,ae'un 71.9% al crecimiento de la producción total entre 1950 y
1988.
hos culti'-¡jiOS considerados modernos son Ceblllda, Trigo, s~, SoY!!" Semilla· de AlgOct6n, Pahna
Africana,'f.abaco Rubio, Maíz. Fñjol, Algodón, Fibra,de Algodá¡"ecacao,-""F&ba-corNq,ro,y. A-jcnjolí; y "los
tradicionales soo Arroz, Banano de exportación, Caña de Azúcar,Piatano de Exportacl(n; Fique, Maní, Papa•
. "ame, Yuca, plálano, Hortalizas. Semilla de Algodón (Aceilel, Cái& F"-,IFwtales,
'17
""" -,
A su tumo, durante este mismo período, el área creció al 1.41 % promedio anual en
tanto que el empleo lo hizo al 0.57%. De ello resulta que mientras el capital
contribuyó con un 32.6% al crecimiento total del producto entre 1950-1987, el área
solo contribuyó con 7.1% y el trabajo con 6.7%, manteniéndose sistemáticamente
altas las contribuciones del capital a lo largo de todo el período, en tanto que las
contribuciones del área y del trabajo fueron oscilantes. De este modo la expansión de
los factores de producción explica el 46.4% del total del crecimiento del período,
mientras que la productividad explica el 53.64% de ese crecimiento total, llegando a
alcanzar contribuciones superiores al 60% en algunos subperíodos.
Habría que advertir sin embargo, que la relación entre el crecimiento del capital y el
crecimiento del producto no es unidireccional, y antes bien el capital se revela como
procíclico, en tanto que el área tiene un comportamiento relativamente estable hasta
1980 y el trabajo tiene un comportamiento claramente inestable cuyas implicaciones
se examinarán más adelante. De hecho, la elasticidad del capital al crecimiento del
producto es de 1.04% para el período 1950-1986 y mucho más elevada para el
período 1968-1986 (1.24%) que para el período 1950-1968 (0.49%), en tanto que la
elasticidad del trabajo al producto es de sólo 0.22% y la de la tierra de 0.43%.
La evidencia sefiala por otra parte, una desaceleración en las tasas de incorporación
de factores al sistema productivo agropecuario desde mediados de los setenta,
siendo mucho más notoria para el caso del capital. A partir de 1975, el capital
empieza a perder importancia en cuanto a su contribución al crecimiento, hasta
llegar a su participación histórica más reducida (26.8%) en 1985-1987, lo que por
supuesto ha terminado alterando la disponibilidad total de factores, así como el
crecimiento de la productividad en el sector agropecuario.
18
C. La transformación estructural
19
llirrotm'parte, la crecienteintensidad"deClllpital expresada no'S()l~'tétminos
de;maqJJinaria sino'.priilripalinentedé pl'arrtaciones y mejora'd\létlelTllS;,n:uestado
cuclenlt!lnente asooialitrcomla evoltwióít m la productividad del'tflllliajo'agríeola.
Ile'dJ'eclill, a comienzos&Ios aílbS,3U:la>imustria registraba unap1llldQetiVidadcdel
t:taI1iajQ.nas 1.5 veces mayor a:lÍl_agriculltura. El rápido prooesode imd11Strializa-
cióilQlle-se registró entre¡Wé.:-períóOOy ltJ¡¡afios 50 fue paralelo aUITr4pjdoaumento
en'Ia:brecba de productiVidádes entre amllos sectores, que llegó aS\ilmlikmm en el
prirTrorqujilquenio de 10saI\Qs 50 cuandídl.m: de 3.2 a 1. A partir !!eralll l¡\,brechil<de
productiVidad relativa entre los sectora, agrfcola e industrial téntlió a¡ acortarse·
sistemátiCamente hasta alcam:ar un guarismo, de 2.5 a 1 al finaltlcHos setenta:'No
obstante, dúrante la última década se havistcr aparecer un nuevo crecimiento de las
brechas,lJa¡ evidencia indica;1que Colombia terna en 1980 una productividad del
trabajQ lli!1a1 prácticamente igual al 'promedio mundial y una produetividruLde,la
tierra mayor que esterpromediQ. La productividad del trabajo entre 1950-87 creció a
2.1 %ien tanto que la productiVidad deja tierra creció a 1.8% en el inismo período,
siendóláprimera esp¡:cialmente rápidá en Sil crecimiento entre 1961i;,1980, desace-
lerándósc' a principio de la década delos och~nta.
20
La pNliluali.viltad totalide factores tuvo una fase deeJl!llllllsiónJlesde 1965 w.a
1980, Silmd0lIDásimpol1iaIltecn la agricultura que eaíla ;ganaderíll;Ja productivida4
que creció illIIetquinqqe¡¡jo 1960-1965 a tasaS del 1~ panilla década del 70 eSlDVO
por enciima ,1Ild ll%.Paratwd.o<J:I período se obtuvicmn tasas de.c~imiento de la
productiwíidru!lrd.e l.9%pjIra el t/Xal agropecuario, de un2.:1%¡paralll1lllricultura y de
2.2% para la .'PiIaderfa, ,resultalldo un 90% de este crecirlihlDto· explicado por los
rendimieDlOS del área, Glientras'lue la expansión del beapor trabljador tan solo
explica ~ ,del lMh.\La maquinaria explicaría el 30% <!lel inccmento de la
productividad. mientras IJlI!Jos feailizantes tan solo incidenllIl 7%, de:suerte que si
bien los relldimiet'lloo JlOrilll:ctárelli.cxplican un alto pon:enta.jeClel crellimiento total
de la productividad,ln@ sOB,losJertlizantes las principales causas dejÍlito; existen
.otros factores tales romo'lOli¡gastoslk:l gobierno en investigacilin y desarrollo (que
,inciden en un 4%), ell!Iivel de,educacitn rural que explica algo más del 9ll> y el 50%
:restante, sin duda se debe a I,loe las ¡innovaciones tecnológicas, especialmente el
riego, mejoran la caJidali,de lQILinsumos convencionales, tierra, trabajo Y;llIpital. En
A'lta forma la contracción dell&llSto púlllico en la agricultura y particulamnente el
encaminado a adecuacíOO ,de tieo;as, inv~tigación y educación mIli han lQIlido una
eJOplicación importante en elqUÜlbre de la productividad durante los años 80.
Durante las últimas tres décadas, la estmcn.a agraria colombiana ha sufrido una
impoatante transformación, resultaDle tanto fe la rapidez del cambio estruCWral
como del patrón de desarrollo asumido por el sector. Aun cuando las rnodificaciaaes
de la estructura agraria son por naturaleza lentas, al contrastar dos plIDtOS en el
tiempo es posible constatar los cambios más illlportantes ocurridos durante es!QS
años. De una parte, entre 1950 y1983 el área agropecuaria bajo explotación se
duplicó, presionada tanto por la demanda de tierras como por las migraciones
internas a las áreas rurales, las que se expresalOll en procesos de colonización
dirigidos o espontáneos, estimulados además por la mano de obra liberada tanto por
la modeoúzación de la agricultura, como por la velocidad de la transformlliCión a la
que se hizo referencia anteriormente, y que en particular registró una rápida caída de
participación de fuerza de trabajo ocupada en la agricultura.
A. La expansi6n de /afran/era
21
relación había aumentado a 9.4 con diferencias importantes, por supuesto, entre la
agricultura y la ganadena. Para la primera, el área por trabajador pasó de 1.5 has. a
1.35 has. entre 1950 y 1987 en tanto que para la ganadena pasó de 77.8 a 72.6 has. en
el mismo penodo.
Por otra parte, entre 1960 y 19881as principales áreas incorporadas a la producción
ganadera se localizaron en la Costa Atlántica, Antioquia y la Orinoquia. En Antio-
quia el área en pastos creció 85%, mientras en la región Caribe el crecimiento fue de
64%. Aún cuando no hay datos comparables, para el total de Territorios Nacionales,
excluyendo Casanare, para 1984, el área en pastos era de 7.4 millones de has.,
equivalentes al 31 % del total de tierras en pastos del país.
Al contrastar, por otra parte, la información sobre aptitud de las tierras en Colombia,
con el uso actual, se puede establecer que del área potencial total susceptible de ser
involucrada a la producción agropecuaria a través del riego, solamente el 21 % están
adecuadas. A su vez del área adecuada sóloz el 56.4% está dedicada a cultivos. Así
mismo, el 56.8% de los suelos potencialmente aptos para cultivos transitorios está
siendo aprovechadas, y tan sólo el 12.3% para cultivos permanentes.
Las áreas con vocación agncola están siendo aprovechadas en un 23.6%, es decir,
existe un significativo potencial de suelos que de crearse condiciones favorables
para su desarrollo, permitina aumentar el área cultivada en tres veces el área
sembrada actualmente, así como podría incrementarse en cerca de ocho veces el área
en cultivos permanentes y casi duplicarse la de los cultivos transitorios. Por oposi-
ción, el área en ganadena, en especial aquella que utiliza tecnologías extensivas o
muy extensivas, supera las cifras de áreas de vocación predominantemente ganade-
ra. El área en ganadena extensiva es el doble de la actualmente disponible para este
tipo de actividad, en tanto que la ganaderia intensiva ocupa tan solo el 62.1 % del
área potencialmente aprovechable para estos propósitos. En su conjunto, la ganade-
na está ocupando un 39% más del área que debiera estar ocupando, en especial la
ganadena extensiva, reflejando en consecuencia, una inadecuada asignación de la
tierra para fines productivos. Finalmente, las áreas forestales aprovechadas repre-
sentan tan sólo el 1.2% de las áreas de vocación forestal.
22
la explotación cafetera. El otro conjunto de departamentos se caracteriza por el
elevado crecimiento de las poblaciones en las zonas rurales; geográficamente co-
rresponde a las zonas cálidas de la llanura de la Costa Atlántica, la Orinoquia y la
Amazonia, aumentándose la participación de la población rural en esas wnas dentro
de la población rural total del pafs del 18.5% al 31.1 % en el período mencionado.
23
las distintas zonas, a través no solamente de la titulación de baldíos, sino de la
expansión del registro catastral.
Por otra parte, la titulación de baldíos en este período representó el 43.7% del total
del incremento catastral, de suerte que en la zonas al oriente de la cordillera, buena
parte de esta ampliación se realizó a través de las titulaciones delINCORA, en tanto
que en la región Caribe son otros los factores los que de manera determinante
incidieron en el proceso.
24
lena, el Suroccidente de la Amazonía y la región cafetera, que en conjunto registran
tan sólo el 17.2% del total de tierras públicas.
D. La distribución de la propiedad
25
los predios entre 100 y 500 has. mejoran ligeramente su participación porcentual.
Todo ello significa que el mejoramiento de la participación de los predios pequefios
y medianos se produjo a expensas de la participación de los predios mayores de 500
has. que pasaron de ocupar el 44.4% del área a ocupar, todavía, el 31.9%. La mayor
novedad sin embargo, la constituye el incremento de la importancia de los predios
entre 20 y 100 has., que explican el 37.9% del área catastral nueva contra el 19.5%
ocupada en 1960, mientras el incremento del área catastral de los prediOS inferiores
a 20 has. apenas llegó al 38.4% de la participación en 1960 y el de los predios
mayores de lOO has. descendió en -36.7%. El mismo incremento en los predios de
20 a 100 has., fue de 94.4% con respecto a su participación en el área de 1960.
26
Este nuevo patrón es claro al compararse los coeficientes de GINI de la relación
predios vs. superficie de 1960 y de los nuevos predios incorporados al registro
catastral entre 1960-1988. El primero tiene un valor de 0.868 yel segundo de 0.773;
como factor secundario de la modificación de la estructura predial debe mencionarse
la descomposición de la gran propiedad territorial y su subdivisión que sin embargo,
no constituye un fenómeno nacional, pero que ocurre en regiones importantes. La
acción del Estado, a través del INeORA, con los programas de titulación de baldíos
y administración de tierras del Fondo Nacional Agrario, explican parte fundamental
de la expansión de la propiedad ase como el nuevo patrón de apropiación.
E. Lasformas de tenencia
27
,~. En .Cdombia. a.dlferencia de lo que pareoe1l\gisttarse enJos demás JlIII{ses
de Am6Jii:ca 'LlCina, :Ia het\lrogeneidad de la esuu<:tllm cl!BTOpeCllldia ha tendiIIIID a
.1teIIullffle ptincipaltnente.a¡partir de la segunda IIlíia4dellldécada~e los sete_,
cuandolil iiaotenIImtoJle 131J1"0ductividad de las '~<de.explQtlción pequetlall
creció oot:atIilemeate:yem.ás1Jlle las medianas y grandes.. .Para todoslllts cultivos, mi
pudo COOIlIa1:llrSe· Wilabn:ch.a sqperior a una proporción de 3 a 1'cntre las extremos de
rendimieDlnil málilillos y míniW1os; en los rangos que 110 iSuperan estaproporción se
ubicaba el 1!ó.8·%de ·h!sprod.ctores y el 90.7% del área cultivada. El grado de
heterogeneidad está Il$I"l:Clllumlnte asociado con la dispersi_ geográfica del pro-
ducto y con la C3ll!iclad~prod.ctores y de área que CODCIHTl2l al cu11ivo. Un alto
grado de heterogeneidad es más ¡probable en la medida en que un cultUio esté más
disperso en la geografía &1 país:J sea explotado por un mayorlDÚJnerode produc-
tores.
28
productos. Ciertamel1lt!,',ha&tlf'comtOOZOS: ~ los aiIos setentas;etimíDlJ)dl!: aIOO1--
miento de la produClb-idad,' dé lirs· peqtw/lbS productores, especiallil~ em los
cultivos tradicionales,fiie ne;gatlw) A'-parrtirdlt mediados de 10s'70 y.hastaal9lIR';¡J¡:
dinrunica cambió radiéalmente; aanmtándbseel Indlce de rendinHéntos1liüi:Jos::6II'
81.7% en promedio paJlló\6';ooltiVos\',mierllras que el fodice paraclclJs'C~'
medianos y grandes pasó'de 1 ooa1 Ol 18"enell' mismo período, es deci:i, pe!1IIURIC!iO
pr.tcticamente constante~J3IT1lIIenaparte porque isIos para comienzos dlieliJSs70S:
habían alcanzado Y!I altos ninles de productividad" lo que no ocurrióXon Bq]JélIbs.:
Sin duda, la principal razón 'par la: cualisuli!istwll bredIas de productividad'errun
mismo cultivo se debe a la 'dirersidad agroecológfua de la'! diferentes<regjooes¡:,de
fOlIDa tal que las variaciones m las brechas de productividad, detenninadas wr 'esta
lfivasidad, indican'lJUe las dift1:encias de prodiiJllliviílbd en los agregadós naciómlltss
JlllGD contribuyen a¡es¡ablecer sus reales dimensiones" y con frecuencia distorsionan '
los importanres procesos de homogenizaciónlregional de los rendimicntos"o con-
vi'etlell en nacionales diferencias cuyas detenJllinantes son exclusivamente regiona-,
Jes.
En gran parte, el cierre de las brechas, además,ha estado asociado, de un lado, a una
mayor correspondencia entre lósrenglones producti'llosque se explotan y las carac-
teEÍStiClL'! agroecológicas, lo cual se relaciona con mayor eficiencia en la reasigna,
ción de las áreas cultivadas del país entre cultivo!> y regiones y al interior de las
regiones geográficas y naturales, y de otra parte, ala adopción masiva de tecnología
que atenúa las diferencias en las características de los suelos. En ello ha jugado un
papel importanre, en cuanto al acceso del campesinado parcelario a la moderna
". tecoología, el programa de Desarrollo Rural ,Integrado DRI, que orientó nuevos
recursos públicos al ajuste de la tecnología disponible y a las condiciones de
producción de los pequeflos productores, inkiando y generando paquetes tecnológí-
cos para los principales cultivos; además de que se amplió de manera pronunciada la
cobertura de crédito institucionalpara satisfacer las necesidades de capital de trabajo
que demandan las nuevas recomendaciones tecnológicas. Por primera vez en el país,
se acompaflÓ la actividad de ajuste de tecnología a; las condiciones de producción,
con prestación sistemática de servicios de asistencia técnica directa a los usuarios
del programa, y actividades qut!ccomplementaron el sistema de aprendizaje tecnoló,
gico que los prodllctores realiZlll!la partir del efecto de demostraci6rt de quienes
aplican la tecnología moderna.
30
de la disminución de las tasas de fecundidad, sobre la Población en Edad de
Trabajar. Entre 1964 y 1974, la población en edad de trabajar creció al 0.85%
promedio anual, pasando al 1.6% promedio anual entre 1973 y 1985 Y al 2.95% entre
1985 y 1990. La Población Económicamente Activa también ha crecido a tasas
superiores al incremento de la población rural, gracias al aumento en la Tasa Global
de Participación, especialmente la femenina. Se observa asímismo, un desplaza-
miento de la población activa rural desde las regiones Andinas hacia las zonas de
apertura de la frontera agrícola, especialmente la Costa Atlántica, la Orinoquia y la
Amazonía. Pero solamente se ha producido' una redistribución regional de la pobla-
ción y de la fuerza de trabajo rural. El procesamiento que se hiw de la Encuesta de
Empleo Rural de 1988, permitió detectar la progresiva nucleación de la población y
de los trabajadores rurales. En 1988, el 44.4% de la población del campo residía en
centros poblados. Un comportamiento similar se observó para la PET y para la PEA.
Entre 1970 Y 1981 la tasa de ocupación tuvo un período de auge, al situarse entre
42.5% en 1970 y el 43.6% en 1981, con un nivel máximo de 44.2% en 1978. A partir
de este último año la tasa de empleo comenzó a descender para llegar al 38.4% en
1986, cuando se inicia una nueva fase de recuperación. En general la tasa de
31
desempleo abierto en el campo muestra niveles bajos (3.2% en diciembre-de 1988).
en virtud de la presencia de mecanismos de ajuste estructural y de corto plazo que
permiten adecuar la oferta de trabajo a los cambios en la demanda. tanto por la
relocalización regional de la actividad agrícola. como por la estacionalidada lo largo
del año. tan propia de la agricultura.
En el largo plazo. el ajuste en los mercados de trabajo tiene lugar a través del
desplazamiento de la población activa hacia las zonas de apertura o ampliación de la
frontera agrícola. En el corto plazo. la presencia de trabajadores en situación de
subempleo que equivaldría. al 16.5% de los ocupados en 1988. y que tiene lugar
principalmente dentro de la economía campesina. da lugar a la vinculación temporal
de una parte de esa población a los mercados de trabajo de la agricultura empresarial.
durante las épocas de mayor demanda de trabajo. Este intercambio de fuerza de
trabajo entre unidades empleadoras de tipo diverso. se presenta especialmente en las
regiones donde coexisten economías campesinas con estructuras empresariales agrí-
colas intensivas en mano de obra. En regiones donde predomina el minifundio o la
ganadería extensiva, el intercambio es menor y, por tanto, más crítica la situación de
subempleo.
Los salarios reales agropecuarios pueden tener durante ciertos períodos comporta-
mientos opuestos a los de los salarios urbanos. Estos últimos tienden a deprimirse
como consecuencia del incremento en el precio de los alimentos y su impacto sobre
el costo de la canasta de consumo de la población asalariada urbana; como se ha
visto, ese mismo incremento en los precios agrícolas, produce el efecto contrario en
los asalariados rurales. Esta situación, puede, sin embargo, revertirse, al disminuirse
los precios reales de los alimentos, como consecuencia del incremento de la oferta,
producido por el incremento inicial de los precios. En una situación como ésta, y
pese a la caída de los precios, los salarios agropecuarios podrían mantenerse, o aun
mejorarse, gracias al aumento eventual en las tasas de ocupación.
Los ingresos totales se sitúan por debajo del salario mínimo para el 65.6% de los
ocupados rurales. Esa proporción es superior para aquellos que perciben ganancias
(86.5%) en su ocupación principal que para los que perciben salarios (56.1 %). El
índice de concentración de los ingresos salariales es menor que el de las ganancias,
lo que explica la mejoría en la distribución de los ingresos totales rurales, en razón
de la mayor participación de los salarios. Para el conjunto de los hogares pobres del
campo, se observa una disminución en los ingresos medios; sin embargo, el ingreso
per-cápita se ha incrementado como consecuencia de la disminución en el tamailo
promedio de los hogares. Probablemente como resultado de los bajos niveles de
calificación en una gran proporción de los empleos agrícolas, la educación no está
asociada de manera importante con el comportamiento de los ingresos, a diferencia
de lo que ocurre en las áreas urbanas.
El coeficiente GINI de la distribución del ingreso de los hogares rurales era en 1988
del 0.465, ligeramente superior al del sector urbano en ese mismo año (0.44). El
45.4% de los hogares recibían un ingreso total inferior al salario mínimo y concen-
33
traban el 15.8% de los ingresos totales. En el otro extremo. el 2.9% de los hogares
recibía ingresos superiores a los 5 salarios mínimos. percibiendo el 14.7% del
ingreso total.
C. La pobreza rural
La pobreza rural mostró una tendencia decreciente entre 1978 y 1988. gracias a la
disminución en la pobreza crítica que afectaba. según el criterio de ingresos. al
57.6% de las personas en 1978 y al 37% en 1988 y a pesar del aumento en la no
crítica. que se incrementó en 4 puntos porcentuales durante el mismo período. Sin
embargo. aun cerca de las dos terceras partes de la población rural colombiana se
encuentra en situación de pobreza.
34
Por último, es necesario destacar la relación entre pobreza y mercado laboral. La
puesta en práctica de estrategias de supervivencia ha producido la vinculación de
campesinos a los mercados de trabajo rural permitiendo mecanismos de ajuste en el
corto plazo en esos mercados. De la misma forma, la búsqueda de mejoras en los
ingresos ha propiciado la diversificación del empleo hacia actividades no-agrope-
cuarias, al interior y al exterior de los hogares.
Como se sabe, la influencia de los precios sobre el sector agrícola total o sobre
algunos grupos de cultivos no se refleja necesariamente en un cambio del área o la
producción total, sino en una sustitución entre cultivos, obteniéndose una elasticidad
35
agregada en producción o área mucho menor a las elasticidades individuales. Para el
conjunto del sector agrícola la elasticidad de corto plazo de la producción es
relativamente baja (0.152) si se compara con las respuestas individuales de los
cultivos que más peso tienen en el valor sectorial de la producción y el efecto se
transmite esencialmente vía cambios en el área cultivada. Para largo plazo la
elasticidad (agregada) precio de la producción es bastante elevada (1.727) y sólo
inferior a la elasticidad encontrada para el algodón; en este caso los efectos se
transmiten en mayor proporción a través de un ajuste de los rendimientos agrícolas.
36
ción del gobierno en el sector agrícola ha sido moderado si se compara con los
resultados obtenidos para otros países.
Por productos se encontró que el café ha sido gravado durante casi todo el periodo a
una tasa promedio de 8.5%. En contraste, la producción de leche ha sido sistemáti-
camente protegida a una tasa promedio de 39%. Para el arroz y la fibra de algodón se
distinguen claramente tres períodos: los sesenta, cuando la producción doméstica
fue sistemáticamente protegida a una tasa promedio de 38% y 17% respectivamente;
los setenta, la producción fue gravada a la tasa promedio de 22% y 10% respectiva-
mente; y los ochenta en que la producción es de nuevo protegida en un 8% y 15% en
promedio. La producción de soya y sorgo fue gravada durante la mayor parte del
periodo 1960-1978/1979, en promedio un 8%. A partir de 1980, estos dos productos
han sido claramente protegidos. Las polfticas de intervención hacia el frijol han sido
una mezcla de protección y gravamen durante la mayor parte del periodo.
Para el trigo se observa que la polftica de precios ha protegido la producción
doméstica durante casi todo el periodo considerado. El azúcar ha sido protegido en
20 de los 28 años registrando las mayores tasas nominales de protección a la
producción doméstica durante la segunda mitad de los sesenta, cuando la tasa de
protección nominal fue en promedio de 179%. Hasta 1976 la polftica de intervención
de precios para la cebada y el maíz fueron una mezcla de protección y gravamen a la
producción, registrando en promedio una tasa nominal de protección de 3.9% y
2.4% respectivamente. A partir de 1977 la producción doméstica de ambos produc-
tos ha sido claramente subsidiada a una tasa promedio anual de 10% para cebada y
32% para maíz.
Para el agregado de los once productos, la polftica de precios permite diferenciar
claramente tres periodos. El primero entre 1960 y 1969 durante el cual la producción
agropecuaria fue protegida a una tasa promedio de 11 %. El segundo periodo va de
1970 a 1983, con excepción de 1982, durante el cual la producción agropecuaria fue
sistemáticamente gravada a una tasa promedio de 13%. Finalmente, a partir de 1984
la polftica de precios ha protegido nuevamente la producción doméstica después de
un largo periodo impositivo.
Al cuantificar el impacto de las intervenciones directas de precios sobre la produc-
ción agropecuaria se encuentra que, con escasas excepciones, los efectos de corto
plazo han sido relativamente modestos. No obstante, en el más largo plazo se puede
esperar un impacto mucho mayor. Esto se debe en parte, a que en el corto plaw la
producción agrícola es en lamayoria de los casos relativamente rigida ante un
cambio en los precios, mientras que la elasticidad precio de oferta de largo plaw es
sustancialmente superior. Consecuentemente, la transferencia de recursos desde (-)
o hacia (+) la agricultura medida como proporción del PIB agropecuario ha sido en
general de baja magnitud. En el más largo plazo el tamaño de las transferencias
tiende sin embargo, a aumentar levemente.
37
Puede decirse que en general y con excepción de café, la política de precios ha
tendido en promedio, durante todo el periodo considerado, a incrementar la produc-
ción agricola por encima de los niveles que se habrian registrado en ausencia de
intervenciones directas de precios. Esta observación es válida para los efectos tanto
de corto como de largo plazo, siendo el impacto mucho mayor en este último caso.
En promedio, entre 1960 y 1987, los efectos de corto plazo sobre la producción
agricola variaron entre -2% en el caso del café y 17% en el caso del frijol. Los
efectos de largo plazo fueron mayores y la variación mucho más amplia, entre -7%
para café y 75% para la cafia de azúcar.
Con respecto a las transferencias para el agregado de productos se observa que para
los efectos instantáneos, la política de intervención directa de precios al productor
produjo un flujo neto de recursos desde la agricultura hacia el resto de la economía
en 15 de los 28 afios considerados y si se excluye el café de dicho cómputo, en 9 de
los 28 afios. El nivel máximo alcanzado fue en 1974, cuando las transferencias
representaron -39% y -37% del PIB agropecuario con y sin café respectivamente. En
promedio, durante todo el periodo considerado, la transferencia de recursos equivale
a -2.9% y -0.4% del PIB agricola con y sin café respectivamente.
38
embargo, conviene anotar que dicho crecimiento es bastante rápido durante 1982-
1985 Y posteriormente se atenúa e inclusive inicia una tendencia decreciente. Se
observa un bajo crecimiento en el costo de los insumos durante 1982-1988 que se
explica en buena parte por la política cambiaria hasta 1984 y por la política
comercial; el costo de la maquinaria, por su parte, presenta en promedio una
contribución negativa al crecimiento de los costos promedios por hectárea asociado
a la reducción en los niveles de mecanización en el sector agrícola en los últimos
afios, al crecimiento de la potencia de la maquinaria utilizada y al uso más eficiente
del equipo disponible.
Con la información de los ingresos y los costos reales por hectárea se procedió a
calcular la rentabilidad en cada uno de los cultivos. Se observa que mientras en un
extremo se encuentran cultivos con rentabilidades sistemáticamente negativas afio
tras afio, durante los ochentas, en el otro extremo se tienen cultivos con rentabilida-
des positivas afio tras afio. Dentro del primer grupo se destacan el plátano para
consumo interno y la cafia panelera. El segundo grupo de cultivos está constituido
por arroz, papa, frutales, soya, algodón, banano y plátano de exportación.
Un tercer grupo lo constituye la palma africana, tabaco rubio, sorgo, trigo y cacao,
que con excepción de un solo afio, registran una rentabilidad positiva. Una cuarta
agrupación está constituida por fríjol, ajonjolí y café, los cuales se caracterizan por
presentar rentabilidades negativas durante la primera mitad del período (1982-
1985), pero que se convierten en positivas a partir de 1986. En contraposición, se
tiene un quinto grupo, conformado por hortalizas, fiame, yuca y tabaco negro, que
registra durante la primera parte del período rentabilidades positivas, pero a partir de
1985 éstas se convierten en negativas. Finalmente, existe un reducido grupo de
cultivos, conformado por maní, maíz y cebada, cuya rentabilidad presenta una
tendencia bastante errática.
39
de Crédito Agrario, Industrial y Minero, el Fondo Financiero agropecuario (FFAP),
el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA) y los Fondos Ganaderos.
El crédito total, en términos reales, ha ido aumentando con excepción de tres aflos,
1973, 1976 Y 1986. Debe anotarse sin embargo, que pese a que el crédito agrope-
cuario ha crecido a tasas relativamente altas, éstas han sido soste¡lidamente inferio-
res a las del total de crédito de fomento.
E. Comercializaci6n de AUmentos
40
comercial como son compradores, vendedores y la mercancía a transar. Los dos
mayores problemas han sido la falta de transparencia en el proceso de formación de
precios (debido a la falta de uniformidad en el sistema de pesos, medidas y clasifi-
cación de productos, y a la ausencia de un sistema de información confiable) y, las
pérdidas de productos (debido a la ineficiencias en empaque, transporte y manejo de
productos).
El financiamiento de la actividad comercial de productos agropecuarios cuenta con
varias fuentes de recursos, pero el acceso a ellas se ha visto restringido, en particular
en lo referente al crédito subsidiado de largo plazo que se otorga a partir de los
redescuentos en el Banco de la República. A corto plazo existe el crédito de la banca
comercial e intermediarios financieros y los bonos de prenda. La primera es la forma
más común de obtener crédito y se otorga a tasas de interés de mercado. Para los
Bonos de Prenda, los propietarios de ciertos productos agrícolas almacenados en los
AGDs pueden adquirir un Bono de Prenda por el equivalente al valor de los bienes
almacenados y que pueden usar como prenda dc garantía para la obtención de
créditos. Los intermediarios financieros a su vez pueden descontar parte de la deuda
con el Banco de la República.
En cuanto al crédito de largo plazo la principal fuente de recursos corresponde al
crédito otorgado por el sistema financiero a partir de recursos redescontados en el
Banco de la República (Ley 21 de 1985). Sin embargo, el sector comercial de la
economía tiene un limitado acceso a dichos recursos. Una segunda fuente de
recursos de largo plazo proviene de la Federación Nacional de Cafeteros, a través del
Banco Cafetero, que otorga créditos para invertir en la actividad comercializadora
de aquellos productos agrícolas que provienen exclusivamente de las regiones
cafeteras.
V. ECONOMIA CAMPESINA
41
La población y el empleo campesino han aumentado más (43.% y 19.8% respecti-
vamente) que la población y el empleo asalariado (30% y 9.0%) entre 1951 y 1988,
pero el fenómeno más relevante del período es el aumento de la población y el
empleo rural no agropecuario (375.3% y 298.4%). La intensa migración rural-
urbana y la localización del empico en actividades no agropecuarias transfonnaron
el mercado de trabajo rural de una abundancia relativa hasta 1975 a una notable
escasez depués de 1978, suprimiendo en la sociedad campesina las fonnas de
cooperación y sustituyéndolos de modo general por el trabajo a jornal en los
perfodos de escasez de trabajo en el proceso productivo. A diferencia del proceso de
proletarización abierto de los campesinos mediante la búsqueda de trabajo penna-
nente en actividades asalariadas, la modernización del mercado de trabajo rural se
expresa en una inserción creciente en los mecanismos de generación de ingresos vía
salarios que se complementan con ingresos familiares. Concomitante con esta
inserción, los campesinos se integran al mercado de insumas y productos agrfcolas y
pecuarios.
La reacción de los campesinos al alza en los precios de la ticrra fue elevar sus
rendimientos por hectárea, introduciendo tecnología a sus cultivos tradicionales y/o
estableciendo otros cultivos más intensivos en insumas y trabajo. Coincidiendo en la
misma dirección el programa DRI, promovido por el Estado desde 1975, pretendía
que los campesinos adoptaran nuevas tecnologías referidas a introducción de nuevas
variedades de semillas, mejoramiento de prácticas sanitarias, de fertilización y de
densidad de siembra. Esta transformación tecnológica condujo a una reducción del
grado de heterogeneidad presente en la agricultura colombiana, tal que la brecha de
productividades entre la tecnologfa moderna y la tradicional se redujo de 2.6 a 1 en
1973-1976 a 1.24 a 1 en 1988.
Los predios con tamailo de 0.1-20 hectáreas pasaron de controlar el 14.6% del total
de la tierra de las unidades de explotación agropecuaria en 1960 a controlar el 16.2%
42
de la tierra en predios rurales propios en 1988. Esto significó un aumento de 2.4
millones de hectáreas y 625.700 predios, contribuyendo con el 19.8% de la expan-
sión de toda la superficie predial apropiada en los 28 afIos. La superficie de este tipo
de predios aumentó en 61.4% con respecto a 1960, porcentaje que fue superior al del
aumento nacional (44.3%), y su tamaflo promedio aumentó en un 10% durante el
período.
En los departamentos de alto nivel de campesinización (Boyacá, Cundinamarca,
Narifio, Cauca y Santander) se concentró el 84% del aumento en el número de
predios y el 54.6% del aumento en la superficie, reforzando su carácter de departa-
mentos típicos de pequefia propiedad y agudizando el fraccionamiento predial, en lo
cual debe influir la proliferación de fincas de recreo. En la región del antiguo Caldas,
la participación de la pequefla propiedad en superficie total pennaneció estable sin
que se evidencie un proceso de concentración de la tierra. En la Costa Atlántica,
donde la pequefla propiedad tiene una participación insignificante en la superficie
total (6.1% en 1960 y 7.3% en 1988) se está desarrollando un campesinado más
próspero, pero menos numeroso con base en los adjudicatarios de tierras del INCO-
RA, puesto que el número de predios disminuyó en 24.5 % y el tamaflo medio de los
predios hasta 20 hectáreas aumentó en 119%. En los otros departamentos, mejoró la
posición relativa de la pequefla propiedad, aumentando su participación en la
superficie total y el tamaflo medio de los predios.
Tomando como referencia los predios menores de 50 hectáreas, la titulación de
baldíos y la adjudicación de tierras del Fondo Agrario Nacional participaron con el
33.4% en la expansión del número de predios en la propiedad y con el 57.6% del
aumento de la superficie, participación que fue más baja en los departamentos
típicos de pequefla propiedad que en el resto y muy destacada en la Costa Atlántica.
C. Estructura de la producción
43
producción; así mismo contribuye con el 50% del área sembrada en cultivos transi-
torios, el 51.8% de la producción y el 40.4% del valor y el 70.4%, 62.5% Y46.6% de
las mismas variables en los cultivos permanentes.
Por otra parte, es muy alto su aporte en los cultivos no comerciables (77%, 75.4% y
73%, respectivamente) y bajo en los comerciables (44.6% del área sembrada, 21.9%
de la producción y 24.4% del valor); también es alto en alimentos de consumo
directo (62.2%, 66.9% y 59.7%, respectivamente), pero modesto en materias primas
y bajo en productos de exportación.
44
economías campesinas. Después del penodo de crisis, 198()..1984, la producción
física de este grupo de cultivos disminuyó drásticamente debido a que la devalua-
ción de 1985 provocó un aumento considerable de los costos de los insumas y la
maquinaria, desanimando la producción.
Entre las materias primas de origen campesino (cacao, trigo, tabaco negro, ajonjolí y
fique) la única verdaderamente dinámica es el cacao, cuya área cosechada se
expandió en 149.5% entre 1970 y 1988 Y sus rendimientos en 39.7% entre 1975 y
1981 como efecto de incrementos en el precio real. El trigo muestra progresos desde
1975 por aumento en sus rendimientos, pero el tabaco negro, el fique y el ajonjolí se
encuentran en franca decadencia hasta tal punto que tanto en el penado 1960-1975
como 1975-1988, tanto el área como la producción física, han caído y en el último
penado el valor de la producción disminuyó al 7.64% anual. El tabaco negro y el
fique han sufrido el efecto de la sustitución por tabaco rubio y fibras sintéticas y el
primero, el retraso cambiario de 1975-1984 que desestimuló sus exportaciones.
45
Las economías campesinas han venido otorgando una importancia creciente a la
actividad pecuaria. dinamizando su ingreso total. Hay evidencias de avances fuertes
en el componente pecuario de estas economías en el oriente de Antioquia. Córdoba.
Sucre. Atlántico. Bolívar. Magdalena y Nariflo. especialmente durante la década de
los ochenta.
Entre los factores de los cuales depende la adopción de tecnología por parte de los
pequeflos productores cabe mencionar dos: el comportamiento del mercado y el
nivel de retomo sobre las inversiones tradicionales y las inversiones innovadoras. En
la experiencia colombiana. el incremento de los precios reales ocurrido entre 1960-
1975 Y producido por un mercado muy dinámico para los productos agrícolas.
además de la escasez crítica de tierras. impulsaron a los campesinos a elevar los
rendimientos por hectárea con base en la tecnificación. Por otra parte. en el período
1975-1988 se redujeron las relaciones de precios de los insumos respecto a los
productos y a la fuerza de trabajo. estimulando la tecnificación.
La oferta de tecnología dirigida a pequeflos productores poco tuvo en cuenta sus
necesidades reales hasta 1975. pero a partir de este afio ellCA adoptó una metodo-
logía más ajustada a sus demandas. aunque sesgada hacia el incremento de los
rendimientos físicos con base en el uso de semillas mejoradas, aumento de densida-
des de siembra y uso de agroquímicos. a la reducción de costos de producción y al
aumento en competitividad.
Sin embargo. las prácticas adoptadas por los productores difieren segUn regiones. de
tal modo que mientras en algunas se privilegia el uso de agroquímicos. en otras se
prefieren prácticas de manejo de cultivos y semillas mejoradas. menos costosas o en
otras se adoptan aquellas innovaciones que no requieren desembolsos en efectivo
tales como mejor preparación del suelo. control manual de malezas o selección de
semillas mejoradas. Se presenta también gran variabilidad en el grado de adopción
según cultivos, con el común denominador que aquellos en los cuales se han
adoptado más las recomendaciones del ICA son aquellos intensivos en insumos.
46
concentración en un grupo muy reducido de productos (fríjol, papa, yuca, calía
panelera, hortalizas y pastos) en detrimento de otros cultivos promisorios, la reduci-
da atención hacia los cultivos asociados, así como la baja cobertura con respecto a la
diversidad agroecológica y socioeconómica de las regiones del país. Los centros
regionales de extensión, capacitación y difusión de tecnología fueron organizados
por el ICA para superar estas limitaciones de la actividad institucional del Estado.
'En Colombia se presenta una alta correlación entre los subsectores de la producción
y sus correspondientes canales de comercialización. Así, a diferencia de la agricul-
tura de escala comercial, a la pequeña producción le corresponde un sistema de
comercialización caracterizado por la excesiva intermediación y la acumulación de
riesgos e ineficiencias debido a sus menores excedentes por explotación, a una oferta
atomizada geográficamente, y a un escaso nivel de integración.
47
general, permanecen tendencialmente estables o con un escaso incremento. Este
comportamiento del margen parece obedeccr, por una partc, a costos crecientes de
transportes, y por la otra, al aumcnto del poder de negociación de los comerciantes
mayoristas de los productores.
Los trabajadores independientes con negocio agropecuario son los que obtienen los
más bajos ingresos del sector rural. El 89.6% de ellos obtuvo en 1988 ingresos
inferiores o iguales al salario mínimo y el 71.1 % apenas alcanzó una remuneración
inferior o igual a la mitad del salario mínimo. En aquellas regiones con predominio
de la economía campesina los porcentajes anteriores se incrementan. Este bajo nivel
de remuneración obedece a que las ganancias disminuyeron en 30% entre 1978 y
1988 a causa del comportamiento de los ingresos netos de los pequcños productores.
En cambio, los salarios aumentaron en un 49.4% Y los ingresos no laborales en
40.1 %, constituyéndose en las fuentes más dinámicas del ingreso.
Los hogares con unidad de explotación agropecuaria entre 0-2.5 hectáreas originan
el 62.1 % de su ingreso en el trabajo asalariado y el resto en ganancias. En aquellos
donde el tamaño de la explotación está entre 2.5 - 10 hectáreas, las ganancias
constituyen la mayor parte de los ingresos, pero los salarios aportan dos quintas
panes. Esta misma estructura se mantiene en hogares cuyas explotaciones tienen
hasta 100 hectáreas. En los hogares quc poseen solamente negocios agropecuarios,
los ingresos salariales aportan mayor proporción de ingresos que las ganancias y este
comportamiento se extiende al país y a cada región.
Los más altos niveles de pobreza también se encuentran asociados con el tamaño de
la unidad de explotación: la población perteneciente a hogares cuya unidad tiene
entre 0.-2.5 hectáreas presentaron los más altos niveles de pobreza crítica y de
pobreza no crítica. Solamente a partir de 10 hectáreas el porcentaje de personas en
G;.
estado de pobreza crítica comienza a ser inferior al respectivo promedio nacional.
h Los hogares con explotación hasta 10 hectáreas que equivalen al 88% de los hogares
con explotación agropecuaria, aportan el 91.7% de los hogares bajo pobreza crítica,
el 90% de los pobres no críticos y apenas el 82.6% de los no pobres.
A. El Crecimiento de la Ganadería
48
representa más del 60% y para 1987 la producción bovina (carne y leche) representó
el 21 % del PIB agropecuario y el 4.4% del PIB total nacional. Para este mismo año,
el IGAC estimaba una superficie total en pastos de 40.1 millones de Has, de las
cuales 5.2 millones correspondían a pastos manejados, 21.5 millones a pastos
naturales o introducidos con cobenura densa, en los que se encuentran establecidos
los sistemas extensivos tradicionales de la ganadería bovina, 4.9 millones de has., en
pastos naturales introducidos con cobertura rala y 8.5 millones de has., en pastos con
rastrojos que prácticamente no sostienen ningún tipo de ganadería y antes bien, están
siendo abandonados para la explotación pecuaria. Como se observó, en el período
1950-1987 la tierra contribuye a explicar el 20% del crecimiento del valor agregado
total en ganadería, el capital un 21 %, mientras el factor trabajo contribuye con sólo
el 7% del total, de modo que la contribución de los factores primarios alcanza e148%
y la productividad explica el 52% restante, lo que sugiere importantes innovaciones
tanto técnicas como biológicas que han mejorado la calidad de los factores prima-
rios.
49
hatos especializados en otros de doble propósito. Aunque los datos disponibles no
son muy confiables, la producción de leche y derivados parece haber crecido a un
ritmo cercano al 9% anual. comparable tan solo con el crecimiento de la industria
avícola en la década del setenta.
B. lA inversión en ganaderfa
La inversión en cría aumenta cuando crece el saldo neto de crédito a favor de los
ganaderos y cuando se amplía el diferencial entre la tasa de interés libre y la de
fomento; disminuye cuando aumenta el monto de recuperaciones de crédito de los
bancos y cuando crece la tasa de interés libre. Según esto, hay capitales flotantes que
escogen entre la inversión en ganadería o en otros sectores de acuerdo con la
rentabilidad esperada pero, en contra de lo que habitualmente se sostiene, el dife-
rencial entre el interés de mercado y la tasa de fomento favorece la inversión en cría
y no la desviación del crédito.
La polftica de crédito pierde efectividad y eficiencia cuando suben los intereses, pero
aun más importante es que a medida que se ha elevado las tasas de interés de
fomento, también se ha optado por un criterio cada vez más comercial en el
otorgamiento del crédito: se han ido perdiendo el propósito redistributivo y el de
inducir cambios tecnológicos.
De otra parte, si aumenta la productividad del hato de cría es posible tener al mismo
tiempo menos hembras y una proporción mayor de temeros, es decir, mayor valor
global en cría por cada hembra en inventario. Es muy probable que el crédito de
fomento haya servido para mejorar la calidad genética de los hatos y elevar su
productividad, como sugieren algunas evaluaciones de programas de crédito.
50
actividad de refonna acelerase la fragmentación de la propiedad, facilitando el
acceso a la tierra a ganaderos innovadores, pero simultáneamente se amplió la
frontera agropecuaria por la construcción de nuevas vías, por el efecto de programas
de colonización e incluso por exenciones de impuestos, y esto debió recomponer en
parte la gran explotación de coa extensiva. El efecto neto no es fácilmente detecta-
ble.
El impuesto de renta presuntiva, que se introdujo con la ley 4 de 1973 para castigar
la tierra ociosa y que luego se generalizó a todo tipo de propiedad, parece tener un
efecto negativo sobre la inversión en coa y también sobre el descarte de hembras. En
este caso. la única explicación aceptable es que dicho impuesto haya desestimulado
las ganadeoas de coa más intensivas y estimulado la fonnación de otrae extensivas
entierras antes ociosas; la menor proporción de temeros por vaca detennina un
descenso en el valor global del inventario de coa, aunque haya crecido ligeramente
el número de vacas. Sin embargo, los precios han ayudado a este efecto, ya que los
impuestos de renta presunta subieron cuando lo precios eran altos, el inventario
crecía y la frontera ganadera estaba en expansión, mientras que fueron aliviados
cuando comenzó la escalada de inseguridad rural que motivó un descenso del
inventario ganadero, un retroceso de la frontera y una caída de los precios. Entre los
factores exógenos son importantes la inseguridad y la actividad agocola.
c. Sistemas de producción
Desde el punto de vista de las condiciones generales de uso de recursos y la
estructura tecnológica, en la ganadería colombiana se pueden diferenciar cinco
51
•
52
•
En suma, las cinco actividades anteriores, que son las de mayor peso en la estructura
económica de la ganadería colombiana, representan cerca del 85% del PIB sectorial
y 82% del fondo de gastos de mano de obra aplicada a la ganadería.
53
tada para el afio décimo. Es obvio que ese nivel de impacto potencial no se
compadece con el enorme esfuerzo económico y social necesario, ni con la cantidad
de recursos que habría que destinar a ese fin. El desarrollo de las zonas de frontera no
es un problema ganadero ni puede confiarse a ninguna actividad aislada, sino a un
conjunto de acciones donde la ganadería puede tener un papel auxiliar, pero no
protagónico.
A. Seguridad alimentaTÚI
54
En cuanto a los problemas de disponibilidad o grado de suficiencia de la producción
nacional, se constata que los cereales y las oleaginosas presentan un problema de
insuficiencia estructural, en la medida en que la producción nacional es cada vez
más insuficiente para satisfacer el consumo nacional. En efecto, en el caso de los
cereales el coeficiente de suficiencia descendió del nivel del 92% en el quinquenio
1960-1964 al 79.3 en el período 1983-1987, en tanto que el de oleaginosas bajó del
96.4% a solo el 64.7% en los mismos períodos. No obstante en el grupo de cereales
la insuficiencia es bastante más marcada en cebada y en trigo, en tanto que el maíz y
el sorgo presentan problemas de insuficiencia de carácter más coyuntural y el arroz
muestra un alto grado de suficiencia en el período.
En los otros grupos de productos tales corno tubérculos, azúcares, frutales, hortalizas
y lácteos se presentan insuficiencias ocasionales, de modo que en esencia Colombia
presenta problemas de insuficiencia estructural en cebada, trigo y soya, con una
profundización marcada de la brecha entre la producción nacional y los requeri-
mientos del consumo; presentó problemas de insuficiencia coyuntural especialmen-
te en arroz, sorgo, semilla de algodón, palma africana, azúcar, fríjol y leche y obtuvo
plena suficiencia en ajonjoIf, fiame, papa, yuca, panela, frutales, hortalizas, carne y
plátano al considerar el conjunto del período 1960-1987. Por otra parte, las proyec-
ciones con distintos escenarios muestran que de continuar las tendencias observadas
para la producción en el período 1960-1987 y de no presentarse cambios radicales en
los hábitos de consumo de los colombianos, el país dispondría de excedentes
crecientes en arroz, azúcar, panela, fríjol, plátano,cacao, leche y registraría signifi-
cativos faltantes en fríjol, mafz, naranja y carne de res. En el caso de los aceites
vegetales se presentarían faltantes hasta 1990 y un ligero excedente a panir de ese
afio. De hecho, se desprende que Colombia no presenta un serio problema de
dependencia externa en la oferta de alimentos y materias primas agroindustriales con
la excepción del trigo y la cebada productos que presentan problemas estructurales
en la producción nacional.
55
tanto que el consumo de calcio fue similar al de 1981,y el de vitamina A mejoró
moderadamente.
Por otra parte, las oscilaciones de coito plazo de los precios de los alimentos al
consumidor ocasionados por problemas de estacionalidad de la producción agrope-
cuaria, tienen un efecto potencial de agravamiento de los problemas nutricionales de
la población en unos períodos específicos del afio. El índice de estacionalidad del
precio de los alimentoS, si bien no es muy grande aumentó en el último quinquenio.
Por otra parte, puede constatarse que las tendencias a la baja en los precios reales al
productor no necesariamente se reflejan en caída de los precios reales al consumidor.
Ello parece ocurrir sólo con alimentos de estructura productiva más competitiva y en
los de carácter más perecedero. Adicionalmente, los costos de producción nacional
no son significativamente más altos que los de importar alimentos cuando al precio
internacional se le suman los costos de importación; las variaciones estacionales en
los precios de los alimentos son significativas en los alimentos de carácter perece-
dero, sin embargo, ellas no alcanzan niveles críticos, al menos en el período
analizado.
Todo lo anterior lleva a pensar que las posibilidades de elevar los niveles nutricio-
nales de la población por la vía de reducir costos y precios se ven limitadas por la
estructura productiva, el alto costo de importación y el efecto poco significativo de
las variaciones estacionales en la detcnninación de los precios al consumidor, de
forma que el logro de la seguridad alimentaria a nivel de individuos o familias
56
depende fundamentalmente de políticas orientadas a distribuir ingresos de los
estratos altos a los bajos y/o a generar ingresos en los estratos bajos, con el objeto de
lograr el acceso a una canasta de alimentos nutricionalmente adecuada al 20% más
pobre de la población ya que las intervenciones en precios están bastante limitadas
por factores institucionales y las insuficiencias de oferta son manejables con ade-
cuadas políticas de precios de sustentación y subsidios en la producción agropecua-
ria.
B. DesarroUo agroindustriol
Cabe destacar que al considerar el período 1975-86. para el cual existe una base de
datos homogénea. la industria colombiana sostuvo una de las más bajas tasas de
crecimiento de todo su desarrollo histórico. apenas del 2.6% promedio anual.
explicada en parte por la gran recesión que afectó a la economía colombiana en el
período 1980-85. Entre tanto. la agroindustria alimentaria lograba un crecimiento
cercano a un 3.7% promedio anual y la no alimentaria apenas de un 0.48%. De
becho. dadas las bajas elasticidades de ingreso de las demandas de los productos de
la agroindustria alimentaria dentro de las condiciones del lento y negativo creci-
miento de los ingresos per-cápita. permitieron que la agroindustria alimentaria no se
viese tan afectada como aquellos sectores que gozan de demandas con elevadas
elasticidades. La agroindustria alimentaria contribuyó así a impedir una mayor
desaceleración en el ritmo de la actividad industrial. hecho que por 10 demás puede
constatarse también en otros países.
57
cuales alcanzan una gran importancia en los sectores de transfonnación de cereales,
alimentos concentrados para animales, harina de trigo, azúcar y otros agrícolas
(tortas y oleaginosas). En la actualidad el crecimiento de la agroindustria alimentaria
está dependiendo casi que totalmente de las demandas de consumo final. Frente a
esta dependencia dada la distribución del ingreso predominante, las respectivas
elasticiades ingreso pasan a ser las detenninantes esenciales del crecimiento, espe-
cialmente de aquellos productos que pueden corroborar o transfonnar los hábitos
predominantes en Colombia, tales como las conservas.
58
transfonnación de cereales y oleaginosas. En estas condiciones las importaciones
especialmente de trigo, sorgo, soya y algunos insumos con ciertos grados de trans-
formación como torta de soya y aceites crudos superan las deficiencias de la oferta
interna. La influencia de la oferta agrícola sobre el desenvolvimiento agroindustrial
puede observarse a través del comportamiento de los precios de los insumos agro-
pecuarios, los cuales presentan permanentes oscilaciones, pero con una tendencia
bien definida hacia su reducción especialmente a partir de 1975.
59
productos sustancialmente exportables y tan voluminosas sus demandas que bastaría
que la agroindustria colombiana de conservas ocupara un lugar marginal en los
mercados internacionales de unos diez productos, diez casos como el maracuyá por
ejemplo, para impulsar su desarrollo. Pero ello no sólo es un problema de alto
rendimiento de la agricultura, sino de sustanciales mejoras en la calidad de los
productos, en la estabilidad de la producción, en los sistemas de comercialización,
acopio y conservación y transporte interno.
Por otra parte, en los últimos afios los bienes agroindustriales incrementaron su
participación dentro del gasto de alimentos llegando al orden del 70%,10 que sugiere
una significativa recomposición del consumo de alimentos y un mayor consumo de
proteínas y calorías originados en el sector agroindustrial, el cual aporta alrededor de
un 75% de las calorías y un porcentaje similar de las proteínas de la canasta de
alimentos. En tanto que los bienes agrícolas de consumo directo apenas contribuyen
con alrededor del 25% de las calorías y alrededor de un porcentaje equivalente de las
proteínas. En esta forma, las actividades agroindustriales tienen una mayor respon-
sabilidad en la seguridad alimentaria y su comportamiento tanto en términos de
expansión como de precio, aparece decisiva en la oferta alimentaria y en el acceso a
su consumo. Independientemente de las condiciones de oferta de los insumos
agropecuarios básicos resulta obvio que la eficiencia de la agroindustria y su
desempefio en el mercado son igualmente decisivas tanto en la oferta alimentaria
como en el acceso de la población a los bienes básicos. En consecuencia, las
pol(ticas alimentarias tanto de oferta com0 de demanda deben prestar atención no
sólo a las condiciones de la oferta agropecuaria, sino también a las condiciones de
producción y comercialización de productos agroindustriales.
Un aspecto importante que es necesario destacar es el fuerte impacto regional que
puede tener el desarrollo agroindustrial y su localización en regiones productoras de
materias primas. De hecho, puede constatarse que la agroindustria ha sido un factor
de desconcentración espacial de la producción industrial y base del proceso de
industrialización de muchas regiones colombianas.
Por otra parte, como quiera que los costos de transporte constituyen un factor
determinante en la localización industrial, una mayor conexión de los centros de
materias primas con los grandes centros de consumo abre mayores posibilidades r
para la localización de las industrias en zonas cercanas a estos centros, tal como
ocurre en el Valle del Cauca. Así mismo, para las industrias exportadoras o poten-
cialmente exportadoras los costos internos de transporte adquieren todavía una
mayor importancia.
c. Exportaciones agropecuarios
Bajo las circunstancias descritas una de las claves del desarrollo tanto del sector
agropecuario como del sector agroindustrial radica en lograr un mayor dinamismo
60
de las exportaciones. En cuanto a las agropecuarias, durante las dos últimas décadas
el valor real de las exportaciones menores agropecuarias creció a un ritmo promedio
anual de 5.7%. Sin embargo, este desempeño aunque satisfactorio estuvo caracte-
rizado por fluctuaciones fuertes y definidas, si se excluyen banano y flores. De
hecho, las exportaciones de estos dos productos pasaron de ser l3.8% en promediO
del total de exportaciones menores en el trienio 70-72 a 38.9% en 1979-81 y a 33.6%
en 86-88, de modo que su contribución relativa tendió a consolidarse aunque se
aprecia un deterioro, manteniendo en todo caso, casi sin interrupción una tendencia
creciente durante las últimas dos décadas.
Por otra parte, el conjunto de exportaciones menores han representado una propor-
ción relativamente constante del PIB sectorial de alrededor del 9.%, pero como
proporción del PlB total las exportaciones menores continúan siendo bastante
modestas, de 2.2% a comienzos de los 70 y 4.1% en los últimos años. Sin duda, las
posibilidades de lograr efectos profundos sobre la economía con una estrategia de
crecimiento fundamentada en las exportaciones agropecuarias es bastante limitada.
Ella tendría efectos importantes en los subsectores involucrados, pero probable-
mente impactos reducidos sobre el conjunto de la economía, más aun en presencia
del cambio de estructura del comercio exterior que deprimió la importancia relativa
de dichas exportaciones.
Por otra parte, la oferta exportable de algodón y tabaco está básicamente explicada
por la producción y en menor grado por los precios reales recibidos. La oferta es
moderadamente inelástica a los precios reales, más inelástica en el caso del algodón
que en el tabaco, en tanto que en el caso del azúcar en orden de importancia, está
determinado por los precios relativos, la demanda mundial y la producción domés-
tica, siendo la oferta muy inclástica a dichos precios.
61
En síntesis, las exponaciones primarias menores orientadas hacia el mercado mun-
dial dependen crucialmente del nivel de producción interno y de los precios inter-
nacionales. Por su parte, las exponaciones con escasa orientación hacia el mercado
externo, dependen también de la producción interna y de los precios de venta y en el
caso del azúcar de la demanda mundial. Entre estos resultados llama la atención la
insuficiente relevancia del tipo de cambio alrededor del cual se ha supuesto que gira
la rentabilidad de las exportaciones y que en consecuencia, es un instrumento de
política económica de manejo cotidiano. La evidencia parece sugerir que el desen-
volvimiento de las exportaciones agropecuarias menores está más influido por otros
factores que por el tipo de cambio.
Al examinar con algún detalle los factores de éxito en las exportaciones de banano y
flores, se encuentra que la integración de las funciones productivas con la comer-
cialización, los costos de transporte, la orientación hacia el exterior y la dotación y
disponibilidad de algunos recursos, son en medida no cuantificada, pero significa-
tiva, los factores de éxito de estas exportaciones. En cuanto al banano, una de las
caractensticas más sobresaliente de la industria es la integración vertical de sus
operaciones. Esta integración de la producción con la comercialización ha permitido
captar los márgenes de rentabilidad que ofrece la venta final del producto. Por otra
parte, la presencia permanente en los mercados externos, en los que el contacto
directo ha resultado útil para introducir innovaciones notables por ejemplo, eri la
forma de embarcar y transformar el banano, es un factor relevante.
Por otra parte, la comercialización de flores es llevada a cabo también por los
productores, los cuales establecen contacto con los importadores y deciden lo
relativo a precios, cantidades y términos de las transacciones. Auncuando Colombia
62
parece no tener particulares ventajas o desventajas en cuanto a disponibilidad y
alternativas de transporte, en comparación con otros países exportadores como los
centroamericanos y Ecuador se obscva no obstante, que tanto los costos de trans-
porte interno a los puertos y los de empaque, son relativamente más altos en
Colombia, lo que tiende a neutralizarla ventaja comparativa en la producción frente
a otros países. Por supuesto, la localización de banano es privilegiada en relación
con otras exportaciones colombianas al igual que la de flores en la Sabana de
Bogotá, Antioquia y Cauca, al estar cerca a los aeropuertos y bien conectada a la red
vial. En consecuencia, los costos de transporte interno se han reducido y se estima
que constituyen un porcentaje menor del precio de exportación.
63
hacia las actividades más rentables en cada uno de estos grupos, y en consecuencia,
no se generan ineficiencias en la asignación de recursos. Contrario a lo que ocurre
con el control de importaciones, otros instrumentos de polftica sectorial más común-
mente utilizados como el crédito, la fijación de precios a cienos productos y los
subsidios a las exportaciones no tienen efectos significativos sobre la producción
agrícola total, aunque sí pueden incrementar las exportaciones.
Mientras que a través del manejo dado al régimen arancelario se buscaba reducir los
precios de los insumos agropecuarios y por ende de sus costos de producción, en la
práctica y mediante la utilización de medidas diferentes al arancel, se ha gravado al
agricultor colombiano. Más aun, antes que favorecer a este último quien se ha
beneficiado de la fijación de precios, mecanismo a través del cual se ha otorgado la
protección a la industria productora de insumas agropecuarios, ha sido la propia
industria nacional.
Aunque entre 1975 y 1980 los hienes comerciables habrían gozado de ma)'Óres tasas
de rentabilidad a precios de mercado libre, en los afias siguientes, la estructura de
64
precios domésticos garantizó rentabilidades superiores a las correspondientes a una
situación de no intervención. La política cambiaria discriminó en contra del sector
agropecuario entre 1975 y 1986, período durante el cual una devaluación más
pronunciada habría beneficiado a los prnductos comercializables, sin mayor efecto
sobre los no comercializables. A partir de 1986, la política cambiaria le permitó a la
agricultura disfrutar de mayores rentabilidades.
65
crédito de fomento reveló ser un instrumento adecuado para neutralizar dichos
flujos.
Al utilizar un modelo de equilibrio general computable para simular los efectos que
tendrían algunas políticas sobre el comportamiento macroeconómico a través de sus
efectos sobre la agricultura, se encontraron entre otros los siguientes resultados:
Una política de transferencia directa del gobierno a los grupos de más bajos ingresos
con el fin de mejorar sus niveles nutricionales, produce el mayor efecto macroeco-
nómico de corto plazo cuando con dicha transferencia se beneficia a los asalariados;
en cambio, cuando los beneficiados son los habitantes rurales, la expansión econó-
mica es menor y mayor la inflación adicional. Esta polftica aunque, en términos de
consumo real, favorece directamente al grupo receptor de la transferencia, perjudica
a los otros grupos de ingreso salarial no beneficiados. En un plazo mayor, este tipo
de políticas redistributivas afectan adversamente el nivel de inversión real, generan-
do un conflicto entre equidad y crecimiento.
La reasignación del gasto público a favor del sector agropecuario tiene un efecto
contraccionista sobre la actividad económica agregada. genera inflación y la balanza
comercial se deteriora. Sin embargo, mediante dicha política se consigue que los
recursos fluyan hacia el sector, beneficiando a los grupos que participan del exce-
dente. En un período más amplio se produce un ligero aumento y una recomposición
de la producción agropecuaria. una menor inflación y una redistribución del ingreso
total en beneficio del campo. Así las cosas, mediante la reasignación del gasto se
consigue aumentar el ingreso rural sin prnducir mayores efectos sobre el resto de la
economfa, excepto por el hecho de que la mejora en los ingresos se hace a costa de
los grupos urbanos más pobres.
66
plazo, en razón a la sustitución entre grupos, la producción agropecuaria se cotrae
ligeramente en favor de otras actividades, se acelera la inflación debido al aumento
en el precio de los transables y se presenta una ligera disminución en la inversión
global.
Una reducción del nivel de protección arancelaria a los insumosiníportados conlle-
varía un ligero estímulo a la producción agropecuaria, especialmente de alimentos,
pero se estaría sacrificando la inversión global de la economía. Por su parte, una
mayor protección al sector agropecuario no sólo lo favorece en ténninos de produc-
ción sino que se mejora el ingreso real de los grupos rurales. La protección a las
materias primas es la que mayor efecto produce sobre la producción sectorial, en
tanto que con la de alimentos se afecta aun más el ingreso de los grupos urbanos.
Adicionalmente, se presenta una mayor presión inflacionaria, pero la inversión real
de la economía se expande debido a los aumentos en los ingresos fiscales.
Finalmente, el efecto expansivo que sobre la actividad urbana producen los choques
agrícolas es bastante reducido en el corto plazo, razón por la cual el crecimiento
agrícola no parece ser por sí mismo un medio adecuado para inducir la expansión en
el resto de la economía.
67
En síntesis, pudieron derivarse las siguientes conclusiones principales (las tasas de
crecimiento anual que se presentan corresponden a las obtenidas para los escenarios
arriba descritos):
m). Las tasas de crecimiento del valor agregado generado en el sector agropecuario
son más altas cuando se fomentan las exportaciones o la demanda de hogares por
productos no procesados. En efecto, el estímulo a la exportación de los productos
primarios del sector hace crecer el PIB agropecuario a una tasa de 6.65% anual en
tanto que la exportación en la misma magnitud, de productos procesados lo hace
crecer al 5.69% anual. En el caso del aumento del consumo de hogares, las tasas de
crecimiento del PIB agropecuario son del 5.41 %, para los primarios, y 5.34% vara
los procesados.
68
iv). Los cambios en el consumo debido a un incremento en el ingreso de los hogares
del 40% más pobre de la población tienen un mayor impacto sobre el crecimiento del
sector agropecuario, el empleo rural y el área sembrada, que sobre el crecimiento
global de la economía. El PIB agropecuario en lugar de crecer a 4.76%, como sucede
en el escenario de referencia, crecería a una tasa de 5.51% (0.75 de punto porcentual
de diferencia). El efecto sobre el PIB total sería de 0.27 de punto porcentual (5.25%
vs. 4.99% del escenario referencia). En el crecimienro del empleo rural el efecro
sería significativo: 3.05% vs 2.17% del escenario de referencia; en tanto que el
crecimiento del empleo total se vería menos afectado: 3.22% vs 2.81 % del escenario
de referencia. Por otra parte, el efecto sobre el crecimiento del área sembrada es
apreciable: 3.66% vs 3.10% del escenario de referencia.
De otra parte, el impacto del cambio en la estructura del consumo de hogares hacia
una dieta más acorde con las necesidades nutricionales de la población colombiana
sobre el crecimiento de las variables empleo (3.13%), área (3.70%) Yvalor agregado
(5.60%) generado en el sector agropecuario es levemente superior al caso anterior.
El efecto sobre el crecimiento del PIB total (5.26%), las importaciones totales (5.65)
y el empleo total (3.24%) también es mayor, pero muy significativo.
v). Prácticamente todas las alternativas estudiadas demandan niveles de empleo que
no guardan proporción con la tasa de crecimiento de la población económicamente
activa rural. Suponiendo un incremento del 2% anual en la productividad del trabajo,
no muy lejos del promedio histórico, la demanda de empleo rural, para el año
décimo (1966) sobrepasa en los escenarios de mayor crecimiento la estimación de la
PEAS rural para ese afio que es de 4.714.427 trabajadores. Este hecho impone la
necesidad de introducir, en el curso de la década, cambios tecnológicos que hagan
posible al sector agropecuario cumplir con las exigencias que el crecimiento de la
demanda de las diferentes estrategias le van marcando. Las restricciones, desde el
punto de vista de la disponibilidad de mano de obra, solo podrán ser superadas a
través de la introducción de tecnologías ahorradoras de mano de obra. La cantidad
de tierra disponible no debe constituir una restricción definitiva para desarrollar las
diversas estrategias siempre y cuando se acepte el hecho de que la incorporación de
nuevas tierras va a requerir de inversiones adicionales de infraestructura y de otras
formas de capital. Las inversiones de capital se requerirán tanto para emprender la
incorporación de nuevas áreas a una velocidad mayor que la observada en el pasado
y/o para aumentar la productividad de la tierra.
Las mayores tasas de crecimiento obtenidas bajo las diferentes estrategias requieren
de tasas de inversión y de mejoramiento tecnológico mayores, siendo estos dos
hechos las fuentes del aumento en la productividad de la tierra y el trabajo. El
análisis de los escenarios muestran que para lograr un mayor dinamismo del desa-
rrollo del sector agropecuario se requiere que las productividades del trabajo y la
tierra se incrementen en una tasa no menor del 3% anual.
69
vi). Los incrementos en la demanda final de productos aglÍcolas procesados y no
procesados conllevan un aumento sustancial de la importación de insumas agrlcolas.
Sin embargo. la importación de insumas aglÍcolas es relativameme pequefia en
comparación con las importaciones totales de insumas. Adicionalmente. se observa
que el incremento en la importación de insumas aglÍcolas es mayor cuando se
afectan los subsectores modeJTIos d@ la agricultura y la agroindustria.
Si bien el 95% se hallan en climas cálidos. las áreas indicadas para producción
agrícola se encuentran principalmente distribuidas casi equilibradamente en climas
con regímenes de temperatura cálida y media. sumando cerca de 17 millones de
hectáreas.
70
hectáreas para actividades agrícolas en el afio 2000, la mayor proporción se encuen-
tran subutilizadas con ganadería semiextensiva a muy extensiva (40.5% del territo-
rio) al paso que apenas un 11 % de las 7.4 millones de hectáreas irrigables disponen
de tal infraestructura.
3. Disponibilidad hídrica
Con excepción de las aguas del Río Bogotá, a partir del Puente Portillo, las aguas en
Colombia tienden a ser aceptables para riego, si bien reflejan cargas importantes de
agroquímicos y de contaminantes orgánicos, tal como lo ha podido demostrar el
HIMAT.
71
para evitar principalmente problemas de salinización. Actualmente existen 841.570
hectáreas irrigadas. Algunas áreas requieren de drenaje, aunque la solución puede
ser más grave que el problema, de no actuarse eon sumo sigilo evaluando las
implicaciones ambientales de tal práctica. La reducción de la tasa erosiva tiene
implicaciones sobre los rendimientos, lo mismo que la rotación de cultivos, por
ayudar al mantenimiento de las condiciones ITsico químicas básicas de los suelos.
Las prácticas de riego vigentes han conducido a salinizar unas 32 mil hectáreas de
tierras cultivables, con énfasis en los principales distritos de riego: Repelón, Prado-
Sevilla, Alto Chicamocha. María la Baja. entre otros. A ellos se unen las condiciones
naturales de salinidad que afectan áreas extensas de departamentos como la Guajira.
Atlántico, BoIfvar. Cesar y Córdoba.
72
manejo ambiental que necesita Colombia. con inversiones en conservación de
suelos. aguas y cobertura vegetal. Lo fundamental es detener el proceso de degra-
dación de los ecosistemas agrícolas. activo desde hace años y ligado al modelo
tecnológico actualmente aplicado. lo cual de no llevarse a cabo generará efectos
negativos para el modelo de desarrollo agropecuario mismo. para la calidad de vida
de las poblaciones humanas y para las cualidades de los ecostistemas ligados al agro.
En primer lugar. una relativa incapacidad del ministerio. por limitaciones de diverso
orden. para evaluar y responder a las incidencias de la polftica macroeconómica en
el sector. Ello se ha debido. en lo fundamental. a una inadecuada organización
interna del ministerio para ese propósito. ya que su oficina de planeamiento nunca
logró ser eficientemente estructurada para el cumplimiento de los objetivos genera-
les y estratégicos que inicialmente se le atribuyeron; a una debilidad técnica casi
pennanente. muy ligada con lo anterior; y. finalmente. al hecho de que las funciones
legales otorgadas al ministerio se encontraban muy recortadas en este sentido. hasta
el punto de que algunos elementos básicos para el diseño de la política agropecuaria.
como los referentes a ciertos parámetros del crédito sectorial y de la promoción de
exportaciones se encontraban. hasta muy recientemente fuera de su control.
Uno de los principales aciertos del Decreto Ley 501 de marzo 13 de 1989. por medio
del cual se reestructura el Ministerio de Agricultura. fue precisamente el de buscar la
corrección de estas deficiencias. Para el efecto. establece que será función del
Ministerio de Agricultura participar en la definición de la polftica macroeconómica
y en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo. condición necesaria para
corregir la desarticulación que tradicionalmente ha existido en campo de tan hondas
repercusiones para el desarrollo del sector agropecuario. Y. en concordancia con
ésto. crea una unidad especializada para el cumplimiento de esta función dentro del
ministerio. como es la Subdirección de Análisis de Política Económica. En este
mismo sentido. cabe señalar la transferencia al ministerio de la inciativa para el
Diseño del Programa de Certificados de Reintegro Tributario destinados al sector
agropecuario. lo cual se inscribe dentro de la tendencia de dejar bajo su responsa-
bilidad el manejo de los isntrumentos de los que depende la coherencia y efectividad
de la polftica agropecuaria. De otro lado. cabe mencionar. dentro de este contexto. la
ley 16 de 1990. por la cual se constituye el Sistema Nacional de Crédito agropecua-
rio y se crea el Fondo para el Financiamiento del sector agropecuario. FINAGRO, la
73
cual busca. entre otras. una dirección más coherente. comprensiva y efectiva de la
política agropecuaria por parte del Ministerio de Agricultura.
En segundo lugar puede identificarse una debilidad usual del ministerio para trans-
mitir y controlar sus decisiones a las entidades adscritas y vinculadas. lo cual lo ha
incapacitado en alguna medida para el cumplimiento de su función de la política
sectorial que efectivamente se ejecuta. En este caso como en el anterior. deficiencias
de organización interna y de capacidad técnica han constituido una causa primordial.
Frente a esto. el decreto ley 501 fortaleció la capacidad de dirección. coordinación y
control del ministerio sobre sus entidades adscritas y vinculadas. a través de una
ingerencia más efectiva en su programación de cuerpos más eficientes de coordina-
ción. de un mayor orden en la delegación del control de tutela del ministerio sobre
funcionarios pemlanentes y especializados y de la estructuración de una unidad
especializada en la evaluación. seguimiento y control de las entidades adscritas y
vinculadas. como es la subdirección de evaluación y seguimiento. No obstante. es
necesario tener presente que el otro factor primordial de interferencia en este terreno
ha sido la desinstitucionalización de la relación jerárquica entre el ministerio y los
directores de las entidades adscritas y vinculadas. a través de la compleja red de
mediaciones políticas. que en muchas ocasiones han terminado dejando en el papel
de norma muerta y formal la jerarquización establecida por el marco jurídico e
institucional. y que resulta indispensable para la eficiente aplicación y coordinación
de la política agropecuaria. Constituye ésta. por supuesto. una de las mayores
dificultades para superar. consitituyendo. o pudiendo constituir. un preponderante
factor de neutralización de las mejoras que se logren en términos del ordenamiento
institucional.
74
Recientemente la ley 30 de 1988 y el Decreto 2175 de 1989 han buscado corregir, en
alguna medida, dicha situación para el Instituto de Reforma Agraria. Desafortuna-
damente, los esfuerzos en este sentido no han sido igualmente enfáticos en las
entidades restantes, y antes bien el decreto ley SOl de 1989, el de más vasto alcance
en las transformaciones institucionales recientes del sector, prácticamente nada
avanza en este sentido. Ciertamente, las limitaciones legales pueden haber consti-
tuido un obstáculo fundamental para ese propósito, pero ello en sí mismo enfatiza la
necesidad de acciones de mayor profundidad y amplitud para una reorganización
que responda a las viejas y sentidas dem andas de un mayor grado de racionalización
en la distribución de funciones entre las entidades adscritas y vinculadas al Ministe-
rio de Agricultura.
75
Finalmente, el Ministerio de Agricultura ha enfrentado un problema que por su
permanencia puede calificarse de endémico, y que se refiere a la coordinación entre
diversos programas y entidades públicas con presencia regional, que afectan tanto al
sector agropecuario propiamente dicho como al desarrollo rural en su conjunto.
En este contexto tanto los grandes gremios como los especializados se pueden
mover con mayor flexibilidad y conseguir en las diferentes instancias de decisión
gran parte de los objetivos o intereses que persiguen. De otro lado, vale la pena
recordar que a medida que se desarrolla el país se va fortaleciendo 1<\ actividad
gremial a través de la fundación de asociaciones cada vez más especializadas que
van haciendo presencia con mayor contundencia en las diferentes ramas del poder
público y en la opinión pública.
De esta forma, los gremios con una organización jerárquica más definida y objetivos
más precisos, pueden penetrar los medios de comunicación e influenciar y presionar
a los diferentes actores. En síntesis, los gremios aumentan su capacidad negociadora
no sólo por su capacidad intrínseca, sino por las incongruencias y limitaciones que
tiene el sector para responder a sus demandas.
76
que podría ser su proyecto político de Estado o sus banderas, en aras de afianzar un
mayor equilibrio y una mayor equidad de la sociedad.
Finalmente, vale la pena señalar que en algunos casos entre la esfera central que
toma las decisiones y la esfera regional que las implementa se presenta una altera-
ción sustancial de la voluntad política de aquel y de los resultados esperados. De allí
la necesidad de articular canales de coordinación con los cuales el país se ha
embarcado de tiempo atrás, lo que a su vez exige una mayor especialización en las
funciones de las entidades adscritas y vinculadas que eviten incongruencias y
señales ambivalentes a nivel regional.
77
Segunda Parte
ESTRATEGIAS PARA EL SECTOR AGROPECUARIO
I.INTRODUCCION
Para las instituciones del sector, el gran desafío en la actualidad consiste en poder
orientar el desarrollo agropecuario y definir las políticas sectoriales en forma con-
sistente con el crecimiento global, con el de otros sectores, con las políticas genera-
les de desarrollo y con las restricciones económicas de corto plazo. Las políticas
generales pueden implicar a menudo efectos contrarios a los perseguidos por las
políticas sectoriales, y anular o limitar los alcances y eficacia de estas últimas. De
esta manera, se hace necesario replantear tanto el marco de reflexión de las políticas
agropecuarias como el alcance y la relevancia de sus propios instrumentos.
79
seflalarse la persistencia de problemas arraigados de pobreza, la insatisfacción de
necesidades básicas, la inequidad en la distribución del ingreso y la propiedad, una
continua degradación de los recursos naturales y ambientales y el hecho que aún
subsisten numerosos productores con muy bajos niveles de productividad.
80
disponibilidad de los recursos. Por esta razón, es necesario definir estrategias que se
orienten a explotar las complementariedades entre el crecimiento agrfcola y el
crecimiento global. La tercera, que la utilización de instrumentos de política pura-
mente sectoriales para estimular el desarrollo agrfcola debe compatibilizarse en
forma estrecha con las herramientas de la política macroeconómica y con las
políticas de desarrollo, para que estas últimas no neutralicen o limiten los efectos de
los primeros.
A nivel doméstico, subsisten aún muchos aspectos que deben mejorarse, particular-
mente los asociados con la pobreza y la distribución del ingreso. La satisfacción de
las necesidades básicas de los habitantes rurales y urbanos constituye, sin lugar a
dudas, un objetivo prioritario. Además, para los estratos por encima de las líneas de
pobreza, existe un amplio potencial de crecimiento de la demanda por productos
agropecuarios que puede aprovecharse. En el frente externo, debe admitirse que la
producción de bienes primarios para exportación no fue aprovechad'a debidamente
en el pasado, lo que impidió capitalizar internamente el efecto multiplicador de la
agricultura. Las perspectivas del comercio internacional y la posibilidad de incor-
porar nuevas tecnologías a los procesos de transformación de materias primas
agrfcolas, le conceden un enorme potencial a la agroindustria y permiten abrir un
nuevo campo para la diversificación de exportaciones de productos elaborados a
partir de materias primas agropecuarias.
.s,
v
eficiencia del sector agropecuario, el problema no parece ser sólo, ni principalmente,
el de estimular en sí misma la oferta agropecuaria, sino el de explotar su potencial de
desarrollo vinculándolo a una mayor ampliación de los enlaces con otros sectores.
\ hecho, como se examinará en detalle más adelante, una fuente de modernización
de la agricultura se puede lograr a través de una mayor interdependencia con las
agroindustrias, siempre y cuando se dé un crecimiento paralelo en las industrias
productoras de insumas. Este fortalecimiento conjunto, hacia adelante y hacia atrás,
admite la posibilidad de generar importantes efectos multiplicadores sobre la activi-
" dad económica global.
La mayor intensificación de los enlaces supone, por lo pronto, dar un menor énfasis
al antiguo concepto de agricultura como "sector primario" para diseiiar políticas
alrededor de un "sistema agropecuario" que permita articularlas con las mayores
81
posibilidades de crecimiento conjunto de varios sectores. De hecho, la noción de
"sector primario" definido por la agregación de unidades económicas con cierto tipo
de producto como denominador común, conlleva, en términos de políticas, un
margen de maniobra reducido al fenómeno de la producción y a los requerimientos
para estimularla. Si, por el contrario, el ámbito de las polfticas surge de criterios más
amplios, como son los de desarrollo rural, sistema agroalimentario o sector agroin-
dustrial, los instrumentos se amplían en forma tal que superan los aspectos de
producción y pueden cubrir el espectro de las relaciones intersectoriales y la explo-
o tación de las interdependencias y las complementariedades.
Nieto Potes, Mauriao. "Renovación del crecimiento. política industrial y ortodoxia econ6mica:elementos
pata un análisis crítico". Desa"ollo y Sociedad 22 (Sep. 1988), CEDE·UNlANDES.
Currie, Lauchlin. "Productividad, crecimiento económico y distribución: Relaciones Conceptuales", DestlTroUo
y Sociedad, 23, (1989) CEDE-UNIANDES. Cume también arguye que el aumento en la inversi6n de cap.ta!
es una consecuencia del crecimiento del mercado y no una causa. Hllo justificaría el hecho de que Wla
contracción en el mercado debida a la baja en las remuneraciones a la población convergería Cal una
disminución en el ritmo de inversión privada en el seclOr industrial.
82
agricultura. El verdadero desafio en la definición de una estrategia para el sector
agropecuario consiste en asignarle un papel relevante para la reorientación de la
estrategia global de desarrollo, para la reactivaci6n del crecimiento econ6mico
global y para el estímulo al sector industrial. De hecho, las posibilidades de creci-
miento del sector agropecuario dependen directamente de la selección que se haga
de la estrategia futura de desarrollo nacional. Sólo el reconocimiento de este vínculo
permitirá disetlar, dar coherencia, eficacia y viabilidad al conjunto de políticas
sectoriales, y lograr un conjunto de instrumentos adecuados a estas políticas.
Como se sabe, ninguna política sectorial debe ignorar los mecanismos globales de
asignación de recursos en la economía, ni los patrones de inserción en la economía
internacional, ni los mecanismos para mejorar los perfiles distributivos y los niveles
de bienestar de la sociedad como un todo. En esta perspectiva, los ejes de la
estrategia para el desarrollo agropecuario deben considerarse como un objetivo
intermedio dentro de la reformulación de .una estrategia de desarrollo global. Ello
significa que los objetivos propios de las políticas sectoriales, tales como la moder-
nización agropecuaria, el incremento en los niveles de competitividad del sector, el
incremento en la cantidad y calidad de los recursos, el fortalecimiento de la econo-
mía campesina y la orientación del sistema de incentivos para la agricultura deben
situarse en el contexto de fortalecer las contribuciones sectoriales a la reactivaci6n
del crecimiento económico y a asegurar otros objetivos del desarrollo global: la
seguridad alimentaria nacional, la erradicación de la pobreza, la satisfacción de las
necesidades básicas de la población rural, el incremento y la diversificación de las
exportaciones agroindustriales y manufactureras y la dinamización del crecimiento
industrial.
Una razón adicional para considerar que la orientación del desarrollo agropecuario
debe ser compatible con el desarrollo general de la economía es que el proceso
global de asignación de recursos puede implicar conflictos entre sectores, así como
dilemas en la formulación de los objetivos de la política, que no deben subestimarse.
Entre los primeros, se pueden mencionar la competencia entre sectores por factores
escasos y los efectos intersectoriales de algunos incentivos. Entre los segundos el
mejor ejemplo puede ser el de los precios agrícolas, considerados como un estímulo
fundamental a la producción pero con innegables repercusiones negativas sobre los
ingresos del resto de la población. En esta forma, sólo una perspectiva de equilibrio
general permite evaluar el alcance de los instrumentos de política sectorial.
83
11. ANOTACIONES SOBRE LA REORIENTACION DE LA ESTRATEGIA
GENERAL DE DESARROLLO
Sin duda, tanto la desaceleración del crecimiento económico nacional, como la crisis
internacional afectaron seriamente la validez del marco conceptual que por cerca de
tres décadas sirvió de base para la formulación de las estrategias de desarrollo,
cambiándole el margen de maniobra a los diversos sectores productivos. No parece
hoy factible sostener el crecimiento sobre la base de un sector industrial altamente
protegido y de un sector agrícola simplemente supeditado a los objetivos de la
industrialización.
Los altos niveles de protección han limitado algunos de los incentivos para buscar el
cambio tecnológico conducente a una mayor productividad y eficiencia en los
procesos productivos y para mejorar la calidad y la variedad de los productos. Esta
84
situación no sólo afecta negativamente el crecimiento de los sectores protegidos sino
que indirectamente frena las posibilidades de expansión de las exportaciones e
impide la satisfacción de la demanda interna a precios rawnables.
Por otra parte, las distorsiones en los precios relativos, generadas en buena medida
por los excesos de protección, han inducido inversiones en sectores con desventajas
comparativas. Al incrementar en forma artificial la rentabilidad de los sectores que
sustituyen importaciones, los altos niveles de protección a la industria nacional
redujeron la rentabilidad relativa de sectores potencialmente exportadores. En este
sentido, se ha generado un sesgo antiexportador que orienta la inversión hacia los
sectores dirigidos al mercado doméstico.
Para revertir las tendencias desfavorables de largo plazo en las tasas de crecimiento,
la productividad y la inversión privada se ha empezado a aplicar, en los últimos
afios, un conjunto de políticas que significan en la práctica una reorientación de la
estrategia general de desarrollo.
85
cación de la oferta exportable, en parte porque las ventajas naturales requieren de
políticas de fortalecimiento tecnológico complementarias que pennitan explotarlas.
Si la reorientación de la estrategia de desarrollo apunta a acelerar el crecimiento,
estimular la creación de nuevas fuentes de trabajo, reducir el precio final de los
bienes de consumo y diversificar la oferta exportable, se hace necesario renovar la
capacidad de producción existente y crear nueva capacidad.
86
- Sostenibilidad. minimizando la probabilidad de que los cambios emprendidos se
reviertan posterionnente por medidas correctivas. La sostenibilidad del proceso
sólo se garantizará si se logra la gradualidad y la consistencia con la política
macroecoDÓmica y con las perspectivas de la balanza de pagos.
En este contexto, son varias las cuestiones relevantes en ténninos de estrategia para
el sector agropecuario:
- La reorientación del manejo del sector para enmarcarlo dentro de los objetivos
generales de modernización de la estructura productiva y racionalización del
comercio exterior
El efecto de la modernización productiva y la racionalización del comercio
87
exterior sobre el desarrollo del sector agropecuario.
A nivel más específico, el manejo de las importaciones y exportaciones agrope-
cuarias. Debe apoyarse en criterios más selectivos, que consulten cuestiones
relativas a la seguridad alimentaria y ventajas comparativas entre otros.
En las consideraciones que siguen se han acogido los postulados de este programa de
modernización de la economía no sólo por el hecho de ser una realidad de política a
la cual la estrategia del sector agropecuario debe acomodarse, sino por que, además,
esta orientación recoge en gran parte los elementos del diagnóstico realizado atrás.
En primer lugar, mal podría defenderse una estrategia global de desarrollo apoyada
exclusivamente en la exportación de productos primarios, no solamente por los
escasos efectos de arrastre de estos bienes sobre el resto del aparato productivo, sino
por la vninerabilidad de este tipo de economías a las grandes variaciones en los
precios de sus productos. Se puede, además, mencionar el hecho que no abundan
experiencias exitosas de países que hayan logrado niveles aceptables de desarrollo
económico sin un vigoroso sector industrial. Un énfasis demasiado marcado en la
exportación de productos básicos de acuerdo con las ventajas comparativas, y una
asignación de recursos sesgada en esa dirección conllevaría una gran inestabilidad
en los ingresos externos derivada de las altas oscilaciones en los mercados mundia-
les de productos primarios. Con este argumento de ninguna manera se pretende
subestimar la importancia de este tipo de exportaciones, ni su capacidad generadora
de divisas. Se trata simplemente de llamar la atención acerca de los costos de volver
esta la estrategia prioritaria, en ténninos de la asignación alternativa de los recursos.
88
la producción manufacturera para la exportación. Lo anterior significa una tendencia
contraria a la diversificación de las exportaciones lograda durante los setenta. En
aquellos afIos la economía colombiana presentaba una situación "excedentaria"
(exportador permanente) en 9 ramas de la producción y una posición "deficitaria" en
12 ramas. En los años ochenta el número de las ramas deficitarias aumentó a 14 y el
de las excedentarias disminuyó a seis'.
Ver evidencia detallada en Rodríguez R.. Luis Hemando "Elementos para la definición de una estrategia de
inserción internacional de Colombia" . Desarrollo y Sociedad" 23.(1981) CEDE UNIANDES.
Rodríguez R., Luis H. (1989) "Elementos para la definición ..." op cit.
89
proceso que toma tiempo y debe hacerse en fonna gradual y progresiva. Los graves
efectos que tendría una liberación abrupta de las importaciones sobre el desempeño
de la industria, para no hablar del impacto negativo sobre las reservas internaciona-
les, podrían conducir fácilmente al estrangulamiento y a la reversión del proceso
antes de poder cosechar sus efectos positivos. De allí la necesidad de enfatizar la
complementariedad entre las políticas de fortalecimiento institucional de la investi-
gación tecnológica y las de conversión industrial. La continuidad de políticas de
investigación tecnológica dentro de la industria también son un prerrequisito para
esegurar una presencia continua y creciente de bienes nacionales en los mercados
externos
La evidencia empírica tiende a apoyar este argumento, aunque vale la pena señalar
que esto es cierto en ténninos de los vínculos actuales entre la agricultura y los otros
90
sectores productivos. En ténninos potenciales, las ventajas de la industria sobre la
agricultura, a nivel de su mayor capacidad de arrastre sobre los otros sectores, son
menos nítidas. Tanto al interior de los sectores como entre ellos, existe un margen
importante para fortalecer los vínculos entre ramas productivas. Esta profundización
dependerá, en últimas, del desarrollo tecnológico al interior de los sectores y de los
vínculos entre las ramas de consumo, las de maquinaria yequipo y las de insumos.
Los resultados de la simulación para el caso colombiano utilizando una matriz SAM (matriz decontabilidad
social) úenden a confinnar esta suposición aunque dichos resultados pueden estar subestimmdQ la capacidad
de arrastre de la agricultura debido a los supuestos inherentes al modelo. Ver Barajas, Adolfo. "Vínculos entre
el Sector Agropecuario y la Macroeconomía dentro de un modelo de equilibrio general". Informe para la
Misi6n del Sector Agropecuario por FEDESARROLLO. (1989).
91
de su agricultura, mientras que aquellos que adoptaron políticas discriminatorias o
de desprotección hacia el sector agropecuario, sufrieron con mayor severidad los
efectos de las crisis.
10 Ver: Caballero, José María y Rao, J. Mohan. "Agriculwral Strategy", Paper prepared for aconference on
Medium-tenn Development Strategies tor Developing Countries, World InstilllLe of Economic Developmenl
Research of lhe United Nations University, He1siki, August 9-11 (1988) Preliminaty DrafL
92
no sólo en términos de su contribución directa al incremento en el producto y el
ingreso agropecuario, sino, sobre todo, a la luz de sus efectos intersectoriales. La
estrategia agropecuaria debe orientarse primordialmente, a encontrar la senda de
crecimiento del producto que en mayor medida promueva el crecimiento económico
global y aproveche positivamente las interrelaciones entre la agricultura y los otros
sectores.
En las consideraciones que siguen se examinarán con más detalle los canales a través
de los cuales la agricultura puede contribuir a la reorientación de la estrategia global
m. CONTRIBUCIONES DE LA AGRICULTURA A LA
REORIENTACION DE LA ESTRATEGIA DE DESARROLLO
Una estrategia bastante adecuada a las condiciones actuales del país, y compatible
con el programa de modernización de la economía recientemente emprendido por el
Gobierno, es la de industrialización apoyada en el sector agropecuario. En esta
estrategia, básicamente, se busca aprovechar los enlaces entre la agricultura y los
" Ver: Adelman, Inna. "Beyond Export-Led Growlh" World Dellelopme.nnt. 12(9). (1984).
Streeten, Paul. "A Coo! Look at 'Outward-Looking' Strategies for Developrnent", Th4 World Economy, 5(2)
(1982)
Mellor, John W. The New Economics of Growth: A Strategy for India and the Developing Wodd. 20 lh
century Fund, ComeD University Press, (1976)
Mellor,· John W. & Johnston, Bruce F. "The World Food Equation: Interrelations among Deve1opmenl.
Employment, 3nd Food Consumption" en: JQurruJl o/ Economic Literatrue. 22 (1984)
Singer, Hans:" Policy Implications of lhe Lima Targel", lndustry & Developmem, 3. (1982" 14
93
demás sectores y, por otro lado, apoyar las exportaciones, buscando reducir en éstas
la participación de los bienes primarios.
El potencial de la demanda por bienes agrícolas por parte de los otros sectores, así
como el efecto expansivo del gasto rural sobre los productos no agrícolas, son los
principales argumentos a favor de buscar una mejor explotación de los efectos de
enlace. La mayor elasticidad de demanda, la menor variabilidad de los precios y,
además, el mayor efecto de. arrastre sobre el resto de la economía de los productos
elaborados son, a su vez, las razones más importantes para promover una recompo-
sición de la oferta exportable.
i) Una mayor utilización industrial de los productos agrícolas. En los países desa-
rrollados la agroindustria transforma alrededor del 70% de la producción agropecu-
aria mientras que en Colombia sólo se alcanza el 54%. Lo anterior indica que la
agroindustria puede aumentar aún su participación en el producto y que existe un
amplio margen para el desarrollo de nuevas actividades agroindustriales. Por otro
lado, los sectores más dinámicos dentro de la agroindustria presentan todavía una
integración muy débil. Tal es el caso de los aceites, las grasas y la molinería 12.
ii) Una alta elasticidad ingreso de la demanda por alimentos en los estratos más bajos
de la escala socio-económica. Como cabría esperar a priori, la evidencia empírica
muestra diferencias importantes en la participación de los alimentos en el consumo
por niveles de ingreso. Mientras que en el estrato más bajo, el 46% del gasto se
destina a la alimentación, el grupo de mayores ingresos destina a este rubro menos
del 10%. En términos de elasticidad-ingreso, para los alimentos se tiene que esta
cifra varia entre 0.90 para los niveles más bajos y 0.35 para los estratos altos de
ingreso". Lo que estas cifras indican es que existe, en algunos grupos de la
población, un margen importante para incrementar la demanda por alimentos. Si se
tiene en cuenta que, en estos mismos grupos, algunos bienes no agropecuarios
12 Ver: Machado, Absa16n. "Análisis. de la Agroindustria" Trabajo elaborado por COOA para la Misión de
Estudios del Sector Agropecuario (1989).
Para W18 discusión en detalle sobre desarticulación entre la agroindustria y la producción primaria para el caso de
distintos países latinoamericanos coo.sultar Jacobs, Eduardo: "El Desarrollo Agroinduslrial en la Estrategia de
Reactiviación Agropecuaria. Perspectivas y Requerimientos", JICA con el apoyo del CIDA Y del Banco del
Brasil. (1989) El caso de la industria cerealera en algunos países latinoamericanos es ejemplo de esta
desvinculaci6n: el trigo producido en Pení no llega a representar ell % del consumo de los molinos de harina
de trigo. En Ecuador las imponaciones de trigo pasaron de 70 mil ton en 1970 a 291 mil ton en 1980.
13 Ver: Rubio, Mauricio. "Impacto Nutricional del Ingreso y los precios de los alimenLOs". Sistema de ltúonnación
y Toma de Deciciones 9SITOD). Módulo de demanda. (1980).
Estimaciones de la elasticidad-ingreso por niveles de ingreso para producLOS alimenticios seleccionados. Puede
verse en: Perry, Santiago, "Abastecimiento de alimentos", infonne para la Misión de Estudios del Sector
Agropecuario. (1989).
94
presentan una elasticidad ingreso mayor que la unidad, cabe también esperar un
potencial importante en términos de la demanda por productos de otros sectores.
Por otra parte, esta estrategia busca desarrollar los efectos de enlace hacia adelante y
hacia atrás. Lo primero, fortaleciendo los vínculos entre el sector agrícola y la
agroindustria. Lo segundo, y teniendo en cuenta que la modernización agrícola
presupone cierto nivel de desarrollo tecnológico, mediante el estímulo a la produc-
ción de insumos agropecuarios. Adicionalmente, esta estrategia otorga gran impor-
tancia a los eslabonamientos de consumo, así como a los eslabonamientos con el
sector servicios. Se ha constatado que las transferencias de ingreso hacia los sectores
rurales, a través de la inversión pública,1' son las que tienen efectos multiplicadores
más significativos sobre la demanda. Por otra parte, la modernización del sector
rural que se logra fortaleciendo las actividades agroindustriales conlleva una amp-
liación de las funciones agrícolas hacia actividades urbanas que terminan fortale-
ciendo la expansión de los servicios y el empleo en las áreas rurales!·.
Ver la evidencia empírica detallada para diez deciles de población tanto en el sector urbano como en el rural
discriminada por consumo de distintos tipos de energía y de nutrientes para distintos años: Perry. Santiago.
"Abastecimiento de alimentos, fonne para la Misión de Estdios del Sector Agropecuario. (1989).
u Ver: Aluned, R. and M. HossaID, "Infraeslruclure and Development of a Rural Econorny",Washington. D.e.
Intemational Food Policy Research InstitUle, (1987) mUneo.
l~ Johnston, Broce. y Kilby, Peler. "Agricultura y Transfonnación Estructural", Fondo de CulturaEconómico.
(1980).
95
Además, teniendo en cuenta que los estÚTIulos de la demanda a través de los precios
no se trasladan total y automáticamente a la oferta de largo plaw,17 es necesario
buscar incentivos adicionales a la inversión privada en la agricultura, tales como
programas de inversión pública en infraestructura o desarrollo roral. Ello tendrla
además la virtud de que, al ser la inversión pública en agricultura la de mayores
efectos redistributivos, se convertiría en buen un instrumento para fortalecer los
eslabonamientos de consumo!'.
Antes de precisar los lineamientos de esta estrategia, vale la pena comentar algunos
puntos acerca de los efectos de enlace!".
Como se sabe, los efectos de enlace entre las ramas de la actividad productiva son
fuerzas generadoras de inversión en sectores relacionados dentro de un esquema de
insumo-producto, que se manifiestan cuando son insuficientes o inexistentes las
instalaciones productivas que aportan insumos a una rama, o que utilizan sus
productos. Los efectos de los enlaces hacia atrás, conducen a nuevas inversiones en
las instalaciones proveedoras de insumos y los enlaces hacia adelante estimulan la
inversión en instalaciones usuarias del producto. Estos dos enlaces de produccción
han sido particularmente relevantes al explicar el éxito o fracaso de las secuencias de
desarrollo en varios países.
..
" Heady, Earl O.... Agricultura! Policy Under Econom1c Development" Iowa State University Press. (1962).
Véase en panicular Powers. Teny "Applying income distribution analysis to projects - La experiencia 1979-
1986", (1987). Trabajo inédito y citado por Sanniento P, E. (1989) "Los Nuevos Desafíos .... " op.Cil
" Hirschman. A. (1981) "A Generalized linkage approach to development With Special Reference lo Staples".
In &says in Tresspassing. Cambridge University Press, U.K.
96
De otra parte está el hecho, también destacado en la literatura reciente, que la
explotación de los enlaces mejora las condiciones de movilidad espacial de las
actividades económicas. La generación de los enlaces, por 10 general, implica la
desconcentración geográfica de ciertas actividades, particularmente las industriales,
cuando algunas caractensticas del proceso de producción de un bien básico inducen
a algunos agentes a trasladarse para aprovechar las ventajas de localización. Ello
obviamente requiere de las inversiones complementarias en infraestructura física y
social que permitan este proceso. En este contexto, la profundización de los enlaces
es no solamente una estrategia de crecimiento y de ampliación del mercado sino
también de diversificación productiva, de sustitución de importaciones y de apren-
dizaje para muchas industrias. Adicionalmente, puede combinarse con estrategias de
desconcentración industrial y de desarrollo regional aprovechando las ventajas de
localización'o.
" Hirschman, AIben (1981). op.cit. Para la experiencia colombiana se analizaron varios casos de estudio en que
la agroindustria ha sido fuente de desarrollo regional en el trabajo de: SAC-VaUejo Mejía & Cía. (1988)
Estrategia para la modernización de la comercialización agrícola en Colombia. (8 volúmenes). También,
CEGA "Aproximación al modelo Grajales" Wonne para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario.
(1989).
97
ii) Eslabonamientos hacia adelante, resultantes de la demanda de bienes agropecua-
rios por parte de la industri a, y que pueden englobarse dentro del concepto de
agroindustria.
iii) Los eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás que resultan de la demanda, por
parte del sector agropecuario, de servicios agrícolas y no-agrícolas tales como
comercializadoras, transporte, fumigadoras, arrendamiento de maquinaria, almace-
namiento y entidades de crédito.
iv) Los vrnculos de consumo definidos a través del gasto que se hace del ingreso
agrícola en bienes de consumo de otros sectores. En esta partida se incluyen los
efectos del Gasto Público en el sector agropecuario.
Ver el trabajo de Hams, Bárbara "Regional Growth Linkages frem Agriculture", Journal 01 De'lldopmenJ
" Studies; (1987) se resume la principal bibliografía sobre el tema y se evalúan los trabajos empíricos al
respecto.
" Nuevas tecnologías son la única fonna de hacer más elástica la oferta agregada agrícola en un contexto de
escasez de factores claves como el trabajo o la tierra. Ver Hayami y Runan. Vernon, "Agricultural Develop-
ment: An Intemational Perspective". The lohns Hopkins University Press. Edición Revisada y Ampliada.
(1985).
98
precios de bienes y de factores de otros sectores que a su vez, se verán progresiva-
mente afectados por la situación del sector agropecuario".
" En el caso de Estados Unidos, entre 1940-1965 se ha dado un proceso que muestra un incremento sostenido de
la utilización de insumos comprados por fuera de la wlidad agrícola de producción y un descenso progresivo
y proporcional en el uso de insumos no adquiridos por fuera de la fmea. Tomando COOJO base el año 1940 ( =
100). para 1950 los insumos comprados habían subido su participación en un 25% y para 1965 en un 60% con
respecto al año de referencia. Este aumento en la proporción de insumos utilizados de fuera del sector cooduce
a que el ingreso y la estrucwra de la agricultura se vayan volviendo palllaúnamente más sensibles a lodos los
precios de la economía no agrícola, 10 cual aumenta las presiones sobre la agricultura para que se ajuste en su
estructura de recursos y en la composición del producto agrícola a las preferencias de los consumidores a
través de la dinámica de los mercados de factores y de bienes. (Heady op.cit1962).
" Londoño, Juan Luis" AgricullUra y Transformación Estructural: Una Comparacioo. Internacional". Informe
para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario publicado en Revisla de Planeacwn y Desarrolloi 21(3/
4)(Julio·Diciembre). (1989).
" Suárez, Marco Fidel. La Productividad del Trabajo en la Aaricultura. la Ganadería y el total Agropecuario.
Trabajo para la Misi6n de Estudios del Sector Agropecuario, (1989). En sentido estricto el país no es escaso en
tierra; se considera "escaso" debido al equilibrio en la dotación relativa de factores; además, la lasa de
incremento del trabajo fue mayor que la tasa de incorporación de tierras. Ello produce un patrón tecnológico
"escaso" en tierras. La relaci6n tierra·trabajo no ha subido en parte debido a la mlCllsa migración rural-rural.
" Fujii, G "Hacia una Estrategia para el Desarrollo de la Agricultura Latinoamericana"./nvestigacWn Económi·
ca 187 UNAM (enero-marzo). (1989).
99
El efecto multiplicador sobre las industrias productoras de insumos dependerá, en
forma crucial, de la adopción de nuevas tecnologías, de la eficiencia de las institu-
ciones de difusión y desarrollo tecnológico para inducir esta adopción, de los
incentivoS económicos y finalmente del grado de integración nacional en la fabrica-
ción de los insumas agropecuarios.
En Colombia, la agroindustria genera alrededor del 10% del PlB y el 6% del empleo;
representa el 42% del PIB manufacturero y el2l% del empleo industrial total.
100
altos para los efectos de encadenamiento hacia adelante corresponden a sectores
transformadores de productos provenientes del sector agropecuario, con carnes y
productos lácteos a la cabeza27 • Además, la agroindustria puede llegar a convertirse
en un factor clave de regulación de la oferta de los productos agrícohis28 •
Los beneficios de un esfuerzo por desarrollar aún más la agroindustria serán varia-
bles en su magnitud en los diferentes sectores de la industria, y dependerán primor-
dialmente de la estructura de la demanda por cada producto y en particular de las
elasticidades ingreso y precio por estratos socio-económicos, como también de las
relaciones interindustriales y de los vínculos con las importaciones.
101
iv) Los centros urbanos intennedios en los cuales se asientan complejos agroindus-
triales con vínculos fuertes con la actividad agrícola local.
v) Las capitales de departamento con diversificación en la industria manufacturera,
pero orientadas al mercado regional.
vi) Las grandes ciudades con alta diversificación en su estructura industrial y con
vocación al mercado nacional e internacional".
Los eslabonamientos con el sector servicios tienen que ver, ante todo, con el apoyo a
las actividades del agro antes, durante y después de la cosecha. Estos servicios
comprenden actividades como arrendamiento de maquinaria, fumigación, asistencia
técnica, control de calidad, servicios bancarios (crédito), preservación y empaque,
congelamiento, transporte (terrestre, marítimo, aéreo) acopio, almacenamiento y
comercialización, que cada vez muestran una mayor participación en los costos por
hectárea de las distintas clases de cultivos".
Las cifras de la encuesta rural del DANE penniten ver la diversificación del empleo
rural no agrícola hacia actividades como los servicios y el comercio. Dentro del total
nacional rural el 38.7% de la población ocupada se ubica en ramas productivas
diferentes a la agropecuaria".
Como en los demás casos, el potencial de crecimiento conjunto de este sector con la
agricultura dependerá de los encadenamientos de cada servicio con los distintos
productos agropecuarios. El impacto sobre el crecimiento global dependerá, ade-
más, de los enlaces, hacia adelante, de cada servicio con el resto de la industria. Los
servicios de empaque, por ejcmplo, tienen efcctos importantes sobre la demanda de
sectores como la madera, los cartones y los plásticos.
" Ver los trabajos de Hehnsing, Bert,"DivisiÓll Regional del Trabajo en la Industria Colombiana,1945-1980:
¿Estabilidad o Cambio? Desarrollo y Sociedad No. 14. CEDE-UNlANDES. (1984).
Lotero. Jorge A .... EspecializaciÓll Económica, Organizaci6n Urbana y Desarrollo Industrial de Colombia",
Revista Antioqueña de Economia Na.S (1982).
" Ver FEDESARROLLO (1989). "La Estructura de ... " op.cit.
" Datos de la Encuesta Nacional de Hogares Rural (1988). Procesamiento que aparece en el Boletín de
Eladística del DANE (1989). La defmición de rural de esta encuesta es diferente a la de otras encuestas
anteriores. La definición de rural incluye ciertas cabeceras municipales y centros poblados de acuerdo a
'criterios de clasificación basados en un índice de ruralidad que incluye características socioecon6micas y
demográficas. Véase Ayala, Ulpiano. "Pobreza, Desigualdad y Mercado laboral en el Sector Rural Colom·
biano". Informe para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario (1989).
102
La demanda derivada por estos servicios, en el caso colombiano, depende bastante
del tipo de producto y de si éste proviene del sector comercial o del sector campesi-
no. Cabe esperar que para los bienes producidos en el sector agrícola comercial las
interdependencias con otros sectores sean más fuertes, y por lo tanto la demanda
derivada por servicios sea mayor. Lo anterior implica que la posibilidad de aumentar
la integración del agro con el sector servicios, depende de la reorientación de la
economía campesina hacia los mercados.
Cuando parte de estas actividades de servicios se llevan a cabo a nivel local, pueden
convertirse en factores importantes de desarrollo rural y en fuentes de generación de
empleo rural no agrícola, tal como ha sucedido en países con desarrollo rural
exitoso".
A medida que los servicios ya descritos van tomando un mayor peso dentro del
manejo de los productos agrícolas, una mayor proporción del precio final al consu-
midor se va quedando en manos de quienes realizan. estas actividades'·.
,. Cálculos por Cardooa, Alonso. "Estudios sobre la Estructura del Sector Agropecuario en Colombia", Infonne
para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario. (1989).
" Samuel, P.J, "Decentralized Industrialization and Rural Development: Evidence fromTaiwan", &onomk
Development and Cultural Change 28(1).(1979).
" Evidencia sobre margenes de comercialización en Colombia, en el Sector Agrícola seencuentran en el trabajo
de: Lora, Eduardo y Ocampo, José Antonio (Coordinadores). "El Sector Comercio en Colombia: Estructura y
Comportamiento". Publicación FEDESARROLLO·FENALCO (1988).
103
vacío, institucional o derivado de las imperfecciones de los mercados, relacionado
con el tratamiento de problemas como riesgo, incertidumbre, inestabilidad de pre-
cios e ingreso, bajas elasticidades de la demanda, y excesos coyunturales de oferta".
Por este motivo se ha sugerido que la política exportadora se oriente hacia aumentar
la participación de las exportaciones de bienes agrícolas elaborados a costa de las
exportaciones de bienes agrícolas primarios. Debido a los efectos multiplicadores
que generan las exportaciones de bienes agrícolas transfonnados algunos autores
han propuesto estimular el uso de los excedentes agrícolas en actividades industria-
les mediante políticas que coloquen impuestos a las exportaciones primarias y
estimulen mediante subsidios las de de bienes agrícolas elaborados".
La eficiencia de estos arreglos institucionales se evalúa en la teoría del bienestar en Eénninos: de "Second-best"
y de los beneficios netos generados cara a cara a los costos de transacción (v.g., costos de administración, de
vigilancia. etc.), implícitos en el arreglo institucional. Ver StigIitz, John E. "Sorne Theoretical AspeclS of
Agricultural Policies", The World Bank Resea.rch Observer, 2(1). (1987). Los aspectos generales de teoría se
hallan tratados principalmente en ..
Williamson, O,E. "Markets & Hierarchies" the Free Press, London. (1975). Williamson, O.E. "Economic
Organizations, Finns, MaiXets & Paliey Control. "Wheatsheaf Books. (1986).
" Sanniento, Eduardo (1989). "Los Nuevos ... " op.cit.
104
En el caso colombiano, aunque este tipo de exportaciones ha aumentado y se ha
diversificado bastante, existe aún un amplio potencial de desarrollo, que dependerá
de las condiciones de la demanda, de la elasticidad de la oferta y de la disponibilidad
de servicios complementarios. Un factor positivo adicional es el nivel de protección
para este tipo de productos, mucho menor que el de la agricultura en la mayona de
los países desarrollados.
En este punto no se puede dejar de seilalar el dilema que se presenta, para las
políticas que tienen que ver con los precios, entre los consumidores y los producto-
res agropecuarios. La contrapartida de los precios bajos de los alimentos para el
consumidor final, que estimulan la demanda, es una baja rentabilidad para los
agricultores, por efecto de menores ingresos.
105
y que los ingresos reales no desmejoren. De lo contrario, la adopción de desarrollos
tecnológicos puede verse afectada, lo mismo que la demanda de origen rural por
bienes de consumo.
La existencia de este dilema exige una política que reoriente la estructura productiva
agrícola hacia cultivos de mayor elasticidad de demanda y estimule de manera
ordenada la movilidad de la mano de obra a empleos rurales no agrícolas de alta
productividad.
Entre 1965 Y 1986 se dieron cambios radicales en la estructura del consumo que,
lejos de reflejar la situación típica de un país cuyos problemas de pobreza y
distribución del ingreso se han agravado, muestran características de una economía
en continuo desarrollo. En primer lugar, la participación de los alimentos en el
consumo se redujo en cerca de 12 puntos, al pasar de un 44.9% en 1955 a un 33.3%
en 1986. Simultáneamente, algunas categorías "nó básicas" del consumo, como el
transporte, las diversiones y otros (cuidados personales, restaurantes y hoteles,
sevicios financieros) aumentaron su participación en más de 12 puntos durante el
mismo período, pasando del 22.9% en 1965 al 35% en 1986.
'0 Ver: Ayala, UIpiano. Op.CiL Misión de Estudios del Sector Agropecuario.
106
A pesar de lo anterior, en el caso de los grupos de productores agrícolas más pobres
se detectan serias insuficiencias en el consumo, y por lo tanto un alto potencial para
incrementar la demanda de ciertos tipos de productos agrícolas, de productos
agroindustriales, de vivienda, vestuario, y de intangibles como la educación.
La selección de áreas prioritarias para las estrategias y políticas del sector agrope-
cuario depende de la perspectiva con que se enfoquen (1) la participación del sector
en la estrategia general de desarrollo y (2) sus contribuciones al crecimiento global.
En las secciones precedentes se ha señalado elconsiderable potencial de crecimiento
del sector agropecuario si se adecúa su desarrollo a las perspectivas de los mercados
externos, a la expansión global de la economía y la satisfacción del consumo interno.
Con las consideraciones que siguen se pretende precisar los complementos entre
estas tres áreas estratégicas y destacar los objetivos básicos en cada una de ellas.
107
se relacionan con el mejoramiento de los balances entre la oferta y la demanda
agregada agrícolas y con las políticas de disponibilidad y de acceso alimentario.
A. Seguridad alimentario
El bajo poder adquisitivo de los estratos bajos constituye una de las principales
causas de la inseguridad alimentaria. En consecuencia, el énfasis, relativamente
reciente, en los problemas de acceso ha llevado a considerar en forma integral y
conjunta los aspectos de oferta y de demanda en la formulación de las estrategias de
seguridad alimentaria.
1. Suficiencia
2. Estabilidad
108
3. Autonomía
4. Sustentabilidad
La suficiencia tiene que ver con una oferta total (producción doméstica más impor-
taciones) que cubra no sólo la demanda efectiva sino también las necesidades
básicas alimentarias de la población vulnerable. La estabilidad se refiere a la
frecuencia y amplitud de las fluctuaciones en la disponibilidad alimentaria. La
autonomía mide el grado de dependencia en las importaciones de insumos. de
medios de producción para la industria alimentaria y de productos agrícolas básicos.
La sustentabilidad, como criterio de largo plazo, mide el impacto sobre la producti-
vidad de los recursos naturales de sistemas alternativos de producción alimentaria4l •
i. Los desajustes conyunturales de la oferta agregada por desfases cíclicos entre los ~'I
niveles de producción de alimentos y la demanda. I
" Ver: CEPAL Sistemas Alimentarios: Estructura, Evolucióo y lineamientos de una Política de Seguridad
Alimentaria. División Agrícola Conjunta CEPAL-FAO. (1988).
109
Durante el periodo 1960-1987 los cereales y las oleaginosas presentaron problemas
de insuficiencia estructural, ya que la producción nacional se tomó cada vez más
insuficiente para satisfacer el consumo nacional. En el caso de los cereales, el
coeficiente de suficiencia descendió del 92% en el quinquenio 1960-1964 al 79.3%
en el periodo 1983-1987. El de las oleaginosas bajó del 96.4% al 64.7% en el mismo
lapso.
En otros grupos de alimentos, sin embargo, el país presenta una suficiencia del
100%. Tal es el caso de los tubérculos, el grupo de azúcares, los rubros de frutales,
las hortalizas, la carne y el plátano a todo lo largo del periodo 1960-1987.
Por otra parte, se deben establecer estrategias que permitan orientar las siembras, en
concordancia con las tendencias de la producción y del consumo. Esto es especial-
Basado en cifras, "El Desarrollo Agropecuario en Colombia" . Capítulo VII. Infonne de Diagnóstico
elaborado por la Misión Estudios Sector Agropecuario,
" Perry (1989). op.cil.
110
mente importante en productos como el trigo, la carne de res y los frutales que, para
el período1965-1986, estuvieron entre los alimentos con crecimiento más dinámico
en el consumo.
En ténninos del acceso, los problemas estructurales más notables son los relaciona-
dos con el lento crecimiento de la productividad de los factores en los sectores
urbanos. Los bajos ingresos de algunos estratos implican una demanda por alimen-
tos insuficiente y muy vulnerable a las fluctuaciones de los precios agrícolas. En las
ronas rurales, la falta de diversificación de los ingresos, la insuficiencia de fuentes
de empleo no agrícola, la debilidad de los vínculos entre la agricultura y la industria,
la pérdida de fertilidad por la explotación inadecuada de las unidades agrícolas y los
desequilibrios en la dotación de infraestructura y en el acceso a la tecnología, son los
principales factores que explican la situación de pobreza de amplios grupos de la
población y sus limitadas condiciones de acceso a los mercados de alimentos.
De esta manera, cerca del 20% más pobre de la población no alcanza a tener en
Colombia una dieta nutricionalmente adecuada. Cuando se presentan fluctuaciones
cíclicas en el ingreso en períodos de recesión económica, o problemas de insufi-
ciencia coyuntural en la oferta de algunos alimentos, este porcentaje puede aumentar
al 30% o 40% de las familias.
En los trabajos donde se analizan las elasticidades por niveles de ingreso las
conclusiones acerca del acceso alimentario de los grupos menos favorecidos son
menos dramáticas que las obtenidas en los estudios donde se adopta el método de
medir el consumo de energía y nutrientes. Las elasticidades ingreso para todos los
grupos de alimentos pueden considerarse bajas, aun en los estratos más pobres de la
población, si se tiene en cuenta que para todas las categorías son inferiores a 0.9 45•
111
Tradicionalmente, y con la excepción del Plan de Alimentación y Nutrición, PAN,
que impulsó el DRI entre 1976 y 1982, en Colombia se ha dado un mayor énfasis a la
disponibilidad que al acceso, lo que ha conducido a conflictos persistentes en el
manejo de las variables de política alimentaria. Se han buscado simultáneamente
objetivos de suficiencia, a través de políticas de protección e incentivos de precios, y
de estabilización, mediante el manejo de las importaciones. También se ha buscado,
infructuosamente. compensar tanto al productor como al consumidor con resultados
contradictorios en términos de equidad y de acceso. En muchas ocasiones, estas
políticas no coordinadas se han anuIado unas con otras. Los incentivos de precios,
por ejemplo, se han visto contrarrestados por las importaciones de bienes y, por otro
lado, han afectado los niveles de vulnerabilidad de los grupos de menores ingresos.
Para resolver los problemas estructurales antes anotados no siempre se han buscado
las herramientas más adecuadas. Se ha hecho énfasis en los estímulos de precios
como mecanismo primordial para solucionar problemas estructurales cuando hay
relativo acuerdo entre los analistas en que dicha herramienta se presta más para
aliviar los problemas de tipo coyuntural. El costo fiscal de dichas políticas ha sido
creciente y su manejo ha estado frecuentemente acompafiado de intervenciones poco
acertadas por parte de los organismos estatales encargados de implementarlas. La
promoción del desarrollo agrícola a través de incentivos de precios ha tcnido efectos
contraproducentes sobre los consumidores y no ha inducido cambios profundos en
la estructura productiva agrícola".
Como se analizará en detalle más adelante, las polfticas orientadas a reducir los
costos unitarios de los bienes agrícolas, como el estímulo al cambio tecnológico, la
inversión pública en infraestructura, la racionalización y la búsqueda de una mayor
eficiencia en los procesos de almacenamiento y transporte etc, son las que mejor
concilian los intereses de los productores y de los consumidores. El cambio teeno:
lógico, por ejemplo, tiene efectos importantes sobre los precios al por mayor para las
comercializado ras. Si se combina con inversión pública que abarate los costos del
manejo postcosecha se puede lograr una incidencia significativa en los precios al
consumidor. En últimas, se trata de resolver los conflictos entre la disponibilidad y el
acceso. Si se recurre sostenida y exclusivamente a los incentivos de precios se
perjudica el poder adquisitivo de los grupos más desfavorecidos de consumidores.
Por el contrario, los incrementos en la producción originados en una mayor produc-
.. Uribe, Tomás y Córdoba. Rosario. "La Política Agroalimentaria: sus efectos probables sobre oferta y
consumo (1987-92". Coyuntura Económica. Vol. 17,4 (diciembre). (1987).
112
tividad tienen efectos positivos sobre la suficiencia. generan excedentes exportables
a niveles competitivos, y facilitan las intervenciones dirigidas a mejorar la estabili-
dad en la disponibilidad alimentaria.
" El caso colombiano es la excepción, como encontró Guerra de Mesa, María del Rosario. .. Agroindustria y
Comercialización en el Desarrollo Agropecuario Colombiano", Revista th Planeacwn y Desarrollo, Nos. 3 y
.. 4, Julio-Diciembre 1989.
Ver Jacobs, Eduardo. El Desarrollo Agroindustrial en la Estrategia de Reactivación Agropecuaria: Perspectivas
y requerimientos. Seminario de Aho Nivel sobre Políticas para Desarrollo Industrial I1CA, ClDA, Banco
Central Do Brasil. (1989).
113
- La demanda por materias primas agrícolas para la transformación agroindustrial
- El potencial exportador de bienes con mayor valor agregado. También así se
dinamiza la demanda y se pueden absorbe excedentes de oferta de bienes
agrícolas.
(i) Los aumentos estacionales en los precios de los alimentos que desestimulan la
demanda.
114
(ii) El desempleo de los grupos sociales más vulnerables.
(iii) La movilidad de los recursos especialmente el capital y la mano de obra.
(iv) Los resultantes de bajas en el salario real por inflación.
Para aliviar los problemas de disponibilidad, se puede esperar que una pol(tica
agresiva de inversión pública en infraestructura de riego y en tecnologías de manejo
de los recursos naturales ayude a disminuir la dependencia climática y por 10 tanto la
inestabilidad de los precios. Por otra parte, el incremento en la capacidad exporta-
dora permitiría generar divisas suficientes para un manejo más estable de la capaci-
dad importadora de bienes agrícolas.
Al comparar los precios domésticos con los internacionales se encuentra que son
muy pocos los alimentos sobre los cuales el consumidor colombiano ha pagado, en
115
promedio. precios mayores a los precios internacionales más los gastos de importa-
ción. aun sin recargos arancelarios o paraarancelarios.
Sin embargo, los aumentos de corto plazo en los precios de los alimentos al
consumidor. ocasionados por problemas de estacionalidad de la producción agrope-
cuaria. pueden alcanzar magnitudes demasiado elevadas, y conducir a un agrava-
miento de los problemas nutricionales de la población en períodos específicos del
afio. En particular. los precios de los alimentos se incrementan entre abril y julio,
época en la cual comienzan a escasear los productos sembrados en el segundo
semestre del afio anterior, que se cosechan entre noviembre y febrero, y cuando aún
no se ha iniciado en firme la recolección de los cultivados en el primer semestre. La
estacionalidad en el precio de los alimentos aumentó en el último quinquenio, yen
los meses de mayor escasez los precios pueden llegar a niveles que impliquen
efectos importantes sobre la población en situación de riesgo. Los grupos de ali-
mentos como las frutas. los tubérculos y las hortalizas -.;ultivados predominante-
mente con tecnologías tradicionales y caracterizados por su alta perecibilidad- son
los de mayores fluctuaciones estacionales".
D. Agroindustria y exportaciones
Ver evidencias en el Diagnóstico elaborado por la Misión de Estudios del Sector Agropecuario,"El Desarrollo
Agropecuario en Colombia", Capítulo Vil, Cuadro 7.8. Indice de eSlacionalidad del precio alimentos Colombia.
116
Si se aprovecha el potencial de exportación de bienes tropicales exóticos procesados
con alta elasticidad de la demanda en los países industrializados- se lograrían efectos
importantes sobre el crecimiento del producto y el empleo. Si las agroindustrias se
ubican en las zonas rurales. por los efectos de arrastre sobre otros sectores producti-
vos que resultan de demandas intersectoriales mayores. el impacto puede ser signi-
ficativo.
117
El nuevo patrón de desarrollo económico con prioridad en los sectores agroindus-
triales debe estar coordinado con una polftica tecnológicaso que sea consistente con
el desarrollo alcanzado por el capital humano y con el nivel de conocimiento
cientffico y tecnológico en el país, mucho mayores de lo que se piensa. De esta
manera se podrán definir poiCticas que pennitan llevar estos sectores de apoyo a
niveles aceptables de competitividad internacional. Sin la adecuada sustitución en el
sector de maquinaria, equipo e insumos para la agroindustria, una buena parte de la
dinamización agroindustrial se filtraría al exterior a través de las importaciones.
Se puede decir que, hasta la fecha, las exportaciones agroindustriales no han mos-
trado un comportamiento dinámico por limitaciones de diverso tipo. A un nivel
relativamente simplista, se puede argumentar la falta de capacidad para identificar
nuevos mercados y ampliar el universo de productos exportables. Como consecuen-
cia negativa del esquema de sustitución de importaciones deben setialarse las
distorsiones en los incentivos para exportar y la tendencia de la industria a atender,
en fonna exclusiva, la demanda doméstica. Por otra parte, el comportamiento
restrictivo de los mercados industrializados en materia de barreras arancelarias y no
arancelarias pudo haber desestimulado el esfuerzo exportador de productos elabora-
dos. De todas maneras, estas barreras no constituyen obstáculos insalvables como lo
han demostrado diversos países, que, después de superar estos problemas mediante
la competencia por costos, precios y calidad, se han convertido en agresivos expor-
tadores.
so Sin embargo, Colombia presenta un rezago nolable en la financiación para tecnología con respecto a países de
desarrollo similar como Venezuela. Chile y Costa Rica y un atraso considerable con respecto a países
latinoamericanos como Brasil, México y Argentina.
118
VI. SIMULACION DEL EFECTO DE LAS ESTRATEGIAS SOBRE EL
CRECIMIENTO GLOBAL Y SECTORIAL
La evaluación del impacto sobre el desarrollo del sector agropecuario de las estrate-
gias propuestas se puede hacer mediante ejercicios de simulación en los caules se
comparan la trayectoria del PIB y el valor agregado sectorial que resultan de un
modelo intersectorial, desarrollado por el CEDE en el cual se adoptó una matriz
insumo-producto para cubrir y enfatizar los diversos subsectores de agricultura, bajo
un conjunto de escenarios con distintos supuestos acerca de las estratregias.
119
misma magnitud al observado cuando se estimula solamente la exponación de
bienes agrícolas no procesados pero genera más valor agregado por unidad de
producto. Adicionalmente, no todos los productos del sector agropecuario son
procesables y no todos los bienes procesables de origen agrícola son exponables. El
efecto sobre el crecimiento global podría ser mayor si se considerara un escenario en
que se incluyesen nuevos vínculos entre la agroindustria y la agricultura.
120
También se realizó el ejercicio de cuantificar el impacto que resulta de aplicar
simultáneamente la política de incrementar las exportaciones y el consumo de los
hogares, tanto de productos básicos como de productos procesados. El efecto
simultáneo de políticas agresivas sobre los dos componentes de la demanda final es
muy significativo: cerca de 1.2% adicional, con respecto al escenario de referencia,
en la tasa de crecimiento del PIE.
121
Tercera Parte
LOS CRITERIOS PARA LA UTILIZACION DE LOS
INSTRUMENTOS DE POLITICA
INTRODUCCION
51 Hay que diferenciar claJamente entTe las políticas de precios a la agricultura --que comprenden los precios de
sustentación y los subsidios de estímulo a la producción- y las políticas de precios macroecoo.ómicos, tales
ccmo la política cambiaria, de proteccioo a la industria, etc.
123
importancia en el diseflo de una estrategia para el sector agropecuario. El primer
punto tiene que ver con la insuficiencia de los instrumentos de oferta para el manejo
agropecuario, que debe estar respaldado con esfuerzos para estimular la demanda; el
segundo aspecto es el relacionado con las complementariedades entre el crecimiento
agrfcola y el crecimiento global; y el último punto se refiere a la necesidad de
compatibilizar las políticas sectoriales con el manejo macroeconómico y los objeti-
vos generales de desarrollo.
124
Este dilema en la polftica de precios de los alimentos tiene repercusiones más allá
del ámbito sectorial. Las importantes conexiones, en ambos sentidos, entre la
polftica alimentaria y la polftica macroeconómica, hacen necesario integrarlo en las
decisiones básicas entre equidad y eficiencia propias de la política macroeconómica,
y en la determinación de dos precios relativos importantes: entre bienes domésticos
e internacionales y entre bienes rurales y urbanos.
Por otra parte, aunque el Gobierno fija la tasa de cambio nominal, las diferencias en
los mercados internos e internacionales y en la participación del comercio exterior
dentro de cada sector le resta margen de maniobra a los intentos para estructurar la
rentabilidad de la agricultura en relación con la de la industria.
Existe otro factor que contribuye a este sesgo. Si se tiene en cuenta la estrecha
relación entre el nivel de protección a las importaciones y la sobrevaloración del tipo
de cambio, y el hecho que el sector agrícola produce una proporción mucho mayor
de bienes comerciables, cuyos precios están conectados más directamente con los
precios internacionales que los del sector industrial urbano, un tipo de cambio
sobrevaluado discrimina en forma significativa en contra de la agricultura y reduce
la relación real de intercambio rural-urbano.
( 125
últimas, son dos los dilemas de política: el de precios alimentarios a nivel micro, que
surge del conflicto de intereses entre el productor y el consumidor a corto plazo, y el
dilema de precios macro, que resulta de la intensidad con la cual la economía macro
condiciona el ámbito para la política de seguridad alimentaria.
Por otro lado, los factores no precio pueden tener mayor importancia sobre la oferta
alimentaria que los factores precio. En el largo plazo la respuesta de la oferta
depende cruciahnente del cambio tecnol6gico y del grado de desarrollo de la
126
infraestructura en las distintas regiones. La tecnología, por su parte. depende funda-
mentalmente de factores no precio asociados con la dotación de bienes públicos en
zonas rurales.
Por otra parte. se ha demostrado que los países que se limitan a adoptar tecnologías
importadas incurren en costos de producción sustancialmente mayores que los
países que desarrollan sus propias tecnologías y sufren mayores desequilibrios entre
la utilización de los factores y la dotación de los mismos. La autonomía en la
generación de tecnologías propias y la producción doméstica de insumos comple-
mentarios a la agicultura puede implicar grandes ventajas en términos del creci-
miento global. del fortalecimiento de los eslabonamientos hacia atrás de la produc-
ción agrícola. y del ahorro en los rubros de costos relacionados con los insumos
importados. Entre estos rubros sobresalen la adquisición y adaptación del paquete
importado y los gastos permanentes de importación de insumos. que no sólo inclu-
yen los pagos en divisas al exterior. Las ineficiencias que caracterizan la infraes-
tructura y la administración de los puertos y el sistema de transportes en el país
suben considerablemente los costos finales de los insumos importados.
Cabe anotar. además." que la viabilidad de la tecnología debe verse desde dos puntos
de vista: la viabilidad agroecológica y la viabilidad económica de los paquetes para
los productores.
127
Por otra parte, el fortalecimiento de las interdependencias entre la agricultura y la
industria requiere considerar las políticas de tecnología para el agro en el contexto de
objetivos más amplios para la industria y otros sectores, ya que las decisiones sobre
insumos agropecuarios, producción y distribuci6n de semillas, químicos y maqui-
naria y sus respectivas tecnologías tendrán un impacto significativo sobre el com-
portamiento tecnol6gico y econ6mico de varios sectores.
En cuanto a las exportaciones, los presupuestos de inversión en tecnología agrícola
deberán hacer énfasis en aquellos bienes con ventajas comparativas. El cambio
tecnol6gico, complementado con la inversi6n en infraestructura que favorezca el
desplazamiento de la curva de oferta de los bienes agrícolas, es una política más
adecuada que la de continuos subsidios para competir en los mercados internacio-
nales. De esta manera, el cambio técnico permite mantener la ventaja comparativa
en muchos productos de exportación.
Finalmente, se debe tener en cuenta que los grupos más pobres, a causa de una
dotaci6n de recursos insuficiente para responder al sistema de incentivos, no nece-
sariamente van a ser los más beneficiados. Por esta razón se hacen necesarias
políticas complementarias de superación de la pobreza en el corto plazo y de
reasignación de recursos a otros sectores de la economía en el largo plazo, así como
de políticas específicas para el sector campesino que mejoren su capacidad para
aprovechar las orientaciones de la estrategia. En realidad, en economías con estruc-
turas bimodales de desarrollo de la agricultura, caracterizadas por una concentración
importante de los predios y de la población rural en la economía campesina, los
correctivos de polfticas deben ir dirigidos, en buena parte, a favorecer el sector
donde se encuentra el mayor potencial de demanda, pero donde son más agudos los
desequilibrios y mayores las deficiencias en infraestructura, ingresos reales e índices
de generación de empleo.
Hay relativo consenso en tomo a los instrumentos y áreas de acción que puden
englobarse dentro del concepto de políticas agropecuarias. En general, estas apuntan
a aumentar la producci6n, la productividad y los ingresos de los campesinos, a
estabilizar los precios y, por supuesto, a mejorar la equidad yel nivel de vida de los
pobladores rurales.
128
Sin embargo, no siempre se advierte que en situaciones carncterizadas por una
modernización apreciable y fuertes interdependencias entre sectores y mercados de
bienes y factores, ta! como se da en el caso colombiano, una buena parte de las
decisiones que afectan el desarrollo agropecuario, no provienen de la esfera tradi-
cional de las políticas agropecuarias, ni de su ámbito institucional, ni pueden
impulsarse con los instrumentos corrientes a disposición del sector. Por otro lado, el
manejo de estos instrumentos a menudo se ve condicionado por las políticas macro-
económicas que generalmente presentan un sesgo urbano. Además, la operacionali-
zación de las políticas agropecuarias choca frecuentemente con factores inerciales
de tipo institucional.
Los alcances de las políticas sectoriales, por otra parte, están limitados por el
comportamiento de los mercados internacionales de productos y de capital y,
domésticamente, por problemas de orden presupuesta!. En estas circunstancias, el
esfuerzo por reorientar las políticas no agrarias en favor de las zonas rurales implica
una amplia gama de alternativas estrechamente vinculadas entre sí tanto a nivel
macroeconómico como microeconómico.
Los argumentos que se han venido presentando hacen énfasis, por el contrario, en el
potencial para explotar las interdependencias y complementariedades de tal manera
129
que los eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás, así como los eslabonamientos
de consumo y de servicios puedan contribuir en forma directa al crecimiento
económico y a los objetivos globales del desarrollo.
Esta orientación supone, por una parte, que quienes manejan los instrumentos de
política agropecuaria tengan la suficiente capacidad para "desagrarizar"las políticas
sectoriales, ésto es, reconocer que no todos los instrumentos que afectan el sector·
son de su competencia y, al mismo tiempo, que en la formulación de la política
general se puedan "agrarizar"las estrategias, es decir, se pueda comprender mejor la
importancia de asignar funciones no residuales a la agricultora. Estas dos son
condiciones esenciales para encajar mejor las políticas sectoriales dentro de las
políticas macroeconómicas.
130
sectores ligados a los intereses urbanos, que ha incidido considerablemente en los
sesgos en contra de la agricultura"
El desarrollo de los gremios agropecuarios, por ejemplo, fue más lento y tardío que
el de los gremios industriales. Además, las entidades gremiales del agro, se caracte-
rizan por una mayor especialización, casi a nivel de productos, y por lo tanto por una
visión más estrecha y sectorizada de los problemas. De esta manera, a nivel gremial
se repite dentro del agro el problema institucional de una poca capacidad de
coordinación de los objetivos sectoriales con el entorno macroeconómico y el
proceso general de desarrollo.
" Véase en el Diagnóstico elaborado por la Misión de Estudios del Sector Agropecuario", Capítulo X, "El
Marro Institucional de las Políticas Agropecuarias". .
131
Un tercer aspecto es el que tiene que ver con la coordinación interinstitucional e
intersectorial en el manejo de los instrumentos de la política agropecuaria, en donde
se presentan por lo menos dos problemas:
132
de concertación previa no se cumplen, es muy probable que las presiones de tipo
económico, social o político sobre la política agropecuaria, desvíen sus alcances y
sus resultados.
De modo que, aun cuando las áreas geográficas son en la actualidad objeto de
planificación, es indispensable atribuirles un papel protagónico en la toma de
decisiones. Por esta razón, la política debe asegurar la congruencia entre las orien-
taciones, relativamente autónomas, de cada zona y los requerimientos globales del
desarrollo agrícola y rural. Sólo así, la descentralización se convierte en un aspecto
relevante de política.
" Véase en el Diagnóstico elaborado por la Misión de Estudios del Sector Agropecuario "El Desanollo
Agrcpecuario en Colombia", Capítulo X. "Marco Institucional de las Políticas Agropecuarias",
133
2. El balance entre el sector empresarial agropecuario, el sector campesino y el
sector agroindustrial, que requiere de una enorme capacidad para resolver conflictos
por parte de los decisores de la política agropecuaria. El principal problema proviene
del hecho que las decisiones políticas surgen a menudo de alianzas de intereses entre
los habitantes de las zonas urbanas y los sectores industriales y no de las "alianzas de
minorías" que surgen de los grupos rurales, heterogéneos en términos de intereses y
objetivos y con un bajo nivel de organización
3. Los conflictos que surgen,en el interior del sector público, entre el componente
sectorial y el componente macro del sistema de decisiones, muchas veces marcados
por sesgos a favor de los sectores urbanos. Por otro lado, la necesidad de contar con
mayor control sobre el aparato estatal y las políticas públicas, por parte de los
agentes beneficiarios de estas políticas, con el fin de asegurar su eficacia.
Las condiciones de viabilidad que se acaban de sefialar van más allá de aspectos
específicos relativos a la superación y/o regulación de conflictos. Suponen la gene-
ración de un nuevo marco de relaciones entre el sector público y el sector privado, y
entre el nivel sectorial y el nivel macroeconómico, que requieren no sólo de la
identificación común de objetivos de desarrollo, sino de modificaciones institucio-
nales capaces de generarlo.
134
Cuarta Parte
LA POLITICA AGROPECUARIA:
ORIENTACIONES PARA EL FUTUR0 54
l. INTRODUCCION
" Para la elaboración de esta pane se contó con la acolaboraciÓll de EconomisLas Consultores Asociados. Llda.
y los consultores Antonio Hemández y Homero Cuevas.
135
requisito indispensable para el logro de los objetivos en las restantes áreas de la
política agropecuaria. Ellas son la polftica de comercialización, la de crédito y la de
tecnología, alrededor de las cuales se han identificado los principales cuellos de
botella para el futuro del sector.
Esta agrupación de las áreas de polftica no deja de ser en cierto modo arbitrario, pero
consulta, en todo caso y en forma simultánea tanto los requerimientos de la estrate-
gia como los de reactivación del sector.
Cabe observar, de otro lado, que en concordancia con los objetivos establecidos para
la Misión del Sector Agropecuario se ha buscado definir, o identificar, en términos
de un desarrollo coherente de lo establecido por el diagnóstico y la estrategia
general, las orientaciones básicas de polftica, de tal forma que se facilite el juicio
sobre las prioridades involucradas y el grado de consistencia que resulta de este
conjunto de recomendaciones, dejando por supuesto, los elementos más puntuales
de detalle, de mecanismos específicos y de reglamentaciones a las instancias más
apropiadas para ello, como resulta apenas natural.
Vale la pena anotar que para la definición de este conjunto de elementos de polftica
se partió de la serie de consultas que mediante entrevistas se adelantaron con
expertos del sector, con funcionarios especializados y con ex funcionarios que
tuvieron las más altas posiciones y profunda experiencia de los problemas. Este
material quedó recogido en una serie de matrices de polftica y de documentos de
síntesis, que forman parte de los materiales finales que entrega la Misión. También,
por supuesto, fue utilizado como material básico para este propósito el conjunto de
estudios de base realizados por diversas entidades y especialistas para la Misión. y
que forman volúmenes especializados sobre los temas pertinentes. Otro factor que
enriqueció de manera notable a estas fuentes fue el taller de discusión sobre polfticas
agropecuarias adelantado en el IICA, a través de cuatro seminarios especializados,
con la presencia de funcionarios con las más altas responsabilidades dentro del
sector, expertos que adelantaban informes para la Misión y expertos externos,
cubriendo de esta manera la gama más amplia posible de opiniones ilustradas.
Sobra anotar, claro está, que en este sentido el trabajo de la Misión no podía limitarse
a registrar las más diversas opiniones, independientemente del grado de coherencia
que guardaron entre sí y con el diagnóstico y la estrategia desarrollados por la
136
Misión misma. Es decir, fueron todos valiosos elementos que sirvieron de base para
la definición de las políticas, pero que debieron ser sometidos a un proceso de
análisis, de critica, de consistencia y, sobre todo, de coherencia con el diagnóstico y
la estrategia elaborados a lo largo de todo el trabajo de la Misión del Sector
Agropecuario. Por ello resulta imprescindible anotar, como es usual, que la respon-
sabilidad de las opiniones y de recomendaciones aquí presentadas recae en su
totalidad sobre la Misión de Estudios del Sector Agropecuario.
La polftica de seguridad alimentaria se relaciona de manera directa con casi todos los
objetivos propios de la polftica sectorial agropecuaria, como son la modernización
del sector, el incremento en su competitividad, la calidad y cantidad de los recursos
de que hace uso, el fortalecimiento de la economía campesina, la erradicación de la
pobreza y el mejoramiento en las condiciones de satisfacción de necesidades básicas
de la población rural. Situación que no es de extrafiar, pues una polftica de seguridad
alimentaria supone, al tiempo, prevenir los déficit de alimentos y procurar un nivel
de demanda efectiva por ellos y por nutrientes en general, que garanticen un estado
nutricional satisfactorio a toda la población. O sea que sus objetivos son asegurar la
producción alimentaria adecuada, lograr la máxima estabilidad en el flujo de los
alimentos y garantizar acceso a los mismos, de los sectores más desprotegidos.
137
1. Acceso a los alimentos: limitaciones estructurales y programas asistenciales
Empezando por las limitaciones estructurales es fácil concluir que sólo una eleva-
ción del ingreso de los grupos más pobres contribuye, a largo plazo, a la solución del
problema de acceso a los alimentos. Mientras ello se logra, será preciso emprender
políticas que desborden los límites estrictamente sectoriales, por supuesto, y que
aseguren mínimos nutricionales a los grupos más vulnerables, mediante programas
asistenciales de transferencia de ingresos. Además, sus modalidades deberían esta-
blecerse tomando en cuenta aspectos específicos de la población objetivo y de la
idiosincracia regional. pero en general deberían orientarse por los siguientes princi-
pios:
- Debe establecerse la población objetivo de una manera precisa, de tal suerte que
resulten bien definidos los problemas de vulnerabilidad a atacar y, por ende, los
costos fiscales del programa. Para efectos de la coordinación de la política de
seguridad alimentaria con la política macroeconómica en general y, en panicular,
con la de gasto público, serían más eficientes asignaciones presupuestales direc-
tas que la destinación de rentas específicas, especialmente si estas últimas se
establecen sobre bases que no tienen en cuenta la magnitud del problema a
resolver ni la forma como el mismo será resuelto a lo largo del tiempo.
138
a las familias distribuir sus presupuestos en fonoa apropiada a las necesidades
alimentarias; acciones que deberían implementarse a través de medios masivos
de comunicación. También se deben desarrollar acciones en salud, previniendo
enfenoedades contagiosas, la desnutrición en la población infantil, etc. y mejo-
rando las condiciones de saneamiento ambiental, vivienda e infraestructura.
Todos estos aspectos son importantes ya que ellos, junto con los bajos ingresos,
obstaculizan a amplios segmentos de la población el acceso a los alimentos.
3. Autonomía e importaciones
Pasando ahora a los déficit de carácter periódico entre oferta y demanda, las
principales limitaciones de la política económica nacional residen en: 1) No haberle
dado el necesario énfasis a los problemas relativos a la comercialización y distribu-
ción de los productos, lo cual ha generado deficiencias en la infraestructura de
manejo y acopio rural con consecuentes pérdidas de calidad en los productos
perecederos, que a su vez se traducen en bajos precios para los productores y en
costos altos para los consumidores. 2) El desconocimiento de la dinámica de la
distribución rural y la carencia de centros de acopio de doble vía. 3) El marcado
dualismo que caracteriza la distribución a nivel urbano (tienda tradicional para
atender los estratos de bajos ingresos; supenoercados y cadenas integradas para
proveer los bienes a los segmentos de altos ingresos). La solución de estas limita-
ciones requeriría acciones de política en las siguientes áreas:
139
- Incremento de la inversión pública en materia de infraestructura para comercia-
lización que, como se verá más adelante, también es pieza clave en la solución
del problema estructural alimentario.
140
- Con relación a la polftica de importación de alin.cntos, ésta se debe programar
cuidadosamente para asegurar la estabilidad, en el tiempo, de las cantidades y
precios de los productos alimentarios. Para ello se debe establecer un sistema de
vigilancia y alerta temprana sobre la evolución de siembras y cosechas, de tal
manera que se eviten las impoltaciones de emergencia. Tal como se observó en el
caso de las expoltaciones, seria deseable contar con un sistema de información
sobre la evolución internacional de los productos impoltables y un manejo de la
infraestructura de pueltos, de transporte y acopio que permita darle coherencia a
las importaciones con las fluctuaciones de la oferta interna.
Como se verá más adelante, en éste, como en otros campos, la puesta en marcha de
estas recomendaciones requiere de mejoras en la organización institucional del
Estado.
B. Política agroindustrial
141
1. Vacío institucional
De otro lado. cuando se tiene en cuenta que casi un 40% del Producto Interno Bruto
de la industria manufacturera forma parte del sector agroindustrial. cabe anotar que
relaciones tan amplias y profundas con el sector agropecuario determinan un entre-
tejido muy complejo de relaciones y conflictos intergremiales. explicados en alguna
medida por la carencia de una política agroindustrial debidamente explicitada.
precisada y coordinada.
142
tiea en torno de la tecnología no se explica en su totalidad por las limitaciones de la
política de crédito, pues, no obstante las importantes acciones adelantadas por
entidades como el ICA, la Federación Nacional de Cafeteros y ellCI'A, las limita-
ciones institucionales anteriormente sefialadas han constituido un factor explicativo
de primer orden con respecto a los resultados que se evidencian en este campo.
143
que cuentan con divisiones a las cuales dicho decreto les asigna funciones afines con
esta problen¡,ática.
Finalmente, parece necesario subrayar que sin la debida atención al componente del
mercadeo, en sus distintas fases y aspectos, de acopio, transporte, almacenamiento,
distribución, conservación y promoción, que han venido a convertirse en uno de los
cuellos de botella estratégicos, resulta muy dificil alcanzar con éxito los objetivos
deseables que debe perseguir una polftica integral de desarrollo de la agroindustria.
C. PoUtica de exportaciones
144
través del servicio oportuno de la deuda externa; y por la menor vulnerabilidad de la
economía a fluctuaciones bruscas en los precios de los principales productos de
exportación.
Puede pensarse que, en principio, las restricciones para exportar afectan el volumen
de los bienes exportados en la medida en que las mismas tenderian a mantener bajos
los precios internos y a desincentivar la producción de ellos. De allf que a primera
vista fuese deseable un régimen que no someta a cuotas las exportaciones agrope-
cuarias. Sin embargo, contra la regla general deberian mantenerse algunos elemen-
tos precautelativos como son: a) la competitividad a largo plazo de los bienes
exportados, ya que no pareceria deseable estimular la escasez en el mercado interno
para lograr sólo beneficios transitorios, por cambios súbitos y coyunturales en los
precios internacionales, máxime si ello provoca encarecimientos de bienes-salario y
presiones sobre el nivel general de precios. b) Cuando se trate de bienes primarios,la
posibilidad de su transfonnación en el país y la competitividad en el mercado
internacional de los bienes resultantes. Es más coherente con la estrategia propiciar
la transfonnación que estimular la exportación de tales productos primarios. c)
Finalmente, no obstante los beneficios sobre el crecimiento de largo plazo, una
política de liberación de exportaciones podria provocar, a corto plazo, resultados no
deseables sobre la distribución del ingreso, y de allí que se haga necesario tomar en
consideración las mismas para, si es del caso, diseñar, de manera coherente con la
estrategia de seguridad alimentaria las medidas remediales que fueran del caso,
empleando, si es necesario, programas asistenciales para los sectores menos favore-
cidos.
145
2. Tasa de cambio
" Ver Valdés Sánchez Hugo: "Situación y Perspectivas de la Cooperación Internacional para las Exponaciones
de Frutas, Hortalizas y Flores". Mimeo, 1987.
146
sobre bienes tropicales exóticos y a su procesamiento. puesto que como ha quedado
expresado en la presentación de la estrategia. la alta elasticidad de la demanda que
estos productos tienen en los países industrializados. tendría efectos importantes
sobre el producto y el empleo. A ese propósito deberían vincularse igualmente
Colciencias. otras universidades y especialmente el sector privado. mediante los
mecanismos que se recomiendan al abordar la política institucional en materia de
tecnología. PROEXPO destinaría a algunos de sus funcionarios. residentes en el
exterior, para que participen con regularidad en los grupos interdisciplinarios de
investigación.
4. Crédito
147
PROEXPO asumiera un rol más activo como intermediario financiero y que los
recursos fiscales se destinasen al cubrimiento de algunos gastos de promoción y al
pago del CERT. según los esquemas que se enunciarán más adelante.
5. Mercadeo y especialización
Especial consideración merecen los costos de transporte y los gastos portuarios que
deben pagar las exportaciones. Para lo primero serán necesarias inversiones adicio-
nales como la del puerto de contenedores en Cartagena y otras para rehabilitar el
ferrocarril y el transporte fluvial. Inversiones que deben estar precedidas de estudios
detallados de factibilidad para determinar con precisión su costo-beneficio.
- Los de insumos nacionales con contenido importado que pagan impuestos aran-
celarios. que incluyen, para mencionar los ejemplos más sobresalientes. los
bienes de capital utílizados en la generación. transmisión y distribución de
energía y los equipos requeridos para el transporte interno.
Ver Analdex, "Evolución de las Exportaciones Colombianas y de los Incentivos para su Promoción"; Mimeo,
Nov. 1988.
148
Los controles administrativos innecesarios imputables a la organización estatal,
como los registros previos, las garantías individuales caso por caso, los vistos
buenos, etc.
- El exceso de trámite en los puertos y las tarifas no competitivas que se pagan por
sus servicios.
Claro está que a largo plazo la mejor manera de minimizar tales sobrecostos es
emprendiendo reformas para eliminar los trámites indeseables y agilizar el proceso
administrativo, de suerte que el CERT no fuera necesario. Sin embargo, a nadie
escapa que algunas de estas reformas tomarfan perfodos muy prolongados, por lo
cual serfa imprescindible otorgar el CERT para efectos de las compensaciones
aludidas.
149
rios financieros, y si además PROEXPO llega a captar recursos del mercado externo
e interno, ello disminuirá la presión para asignar más impuestos a PROEXPO. Pero
además podría otorgarse el CERT para los propósitos antes enunciados, porque en
dicho caso el CERT puede ser, en el margen, fuente de mayores expórtaciones y por
lo tanto su costo fiscal neto disminuiría de manera apreciable, vía el aumento
potencial de importaciones y los impuestos que éstas generan.
m. AREAS CRITICAS
El deterioro acumulativo de algunos recursos y condiciones de la producción, o el
reforzamiento paulatino de la inercia de otros, desperdiciando sus oportunidades y
potencialidades de desarrollo, pueden pasar relativamente desapercibidos o aparen-
tar menor gravedad de la que tienen, cuando sólo se da importancia al horizonte de 10
inmediato. No obstante, la acumulación sucesiva de esta problemática suele condu-
cir a un nivel crítico, no sólo en ténninos de algún campo específico de la polftica
agropecuaria, sino de toda ésta en su conjunto, en la medida en que la gravedad de la
situación alcanzada por una de sus partes puede amenazar el éxito de toda una
estrategia de largo plazo en su conjunto. Las áreas específicas susceptibles de tal
descripción y comportamiento bien pueden calificarse de críticas, y han sido identi-
ficadas como las de recursos naturales, economía campesina y Ganadería. Por ello,
las consideraciones de polftica sobre estos tres campos específicos han sido agrupa-
das bajo el útulo común de esta sección, que las aborda a continuación, empezando
por las referentes a los recursos naturales.
150
de la producción a través de una tecnología más intensiva en el uso de insumos, que
posibilite al tiempo objetivos de mayor crecimiento de la productividad y el empleo.
" Las limitaciones de la actual política sobre recursos naturales se explican ampliamente en Economistas
Consultores Asociados: "Financiamiento para el Manejo de los Recursos Naturales y la Protección del
Ambiente". mimeo. octubre, 1989.
151
Si ello es as! en relación con el manejo de los recursos naturales en g~neral, en
cuanto a reforestación romercial se requiere atraer capital privado, para lo cual se
precisa de cambios en los incentivos que hoy se otorgan, como se explicará más
adelante.
Tendria esta entidad a su cargo las funciones que hoy se encuentran dispersas en el
Ministerio de Agricultura, a través del INDERENA, el HlMAT, el INCORA, yel
JCA; en el Ministerio de Salud, a través de la Dirección de Saneamiento Ambiental;
en el Ministerio de Hacienda y en el Departamento Nacional de Planeación, a través
de la División Especial de Corporaciones, de las divisiones de Agua e Ingeniería
Sanitaria, de la Unidad de Infraestructura, y de la División de Salud de la Unidad de
Desarrollo Social.
152
política que eleve en tél1llinos reales los ingresos provenientes de los derechos que
se cobren por la explotación del bosque y de la pesca; y con la reasignación de las
obligaciones que en materia de reforestación tienen las empresas del sector eléctrico.
El establecimiento de tasas retributivas podría ser de dos tipos: las directas, que se
cobrarían a aquellas empresas para las cuales sea fácil establecer la magnitud del
dal'io ambiental y los costos de su reparación o mitigación, y las indirectas cuando,
por razones administrativas, sea dificil establecer el debido control sobre las activi·
dades contaminantes. O sea que se podría "presumir" que detel1llinadas actividades
tienen efectos nocivos y proceder a gravar de una manera general a las empresas que
se dediquen a las mismas. Debería establecerse, en este caso, que las empresas en
tales sectores descontarían de sus tributos presuntos los gastos específicos en que
incurran para prevenir el deterioro ambiental. En uno y otro caso las tasas retribu-
tivas responderían al principio contaminador-pagador, el cual es equitativo si se
tiene en cuenta que un adecuado manejo de los recursos naturales y la preservación
ambiental conservan los bienes públicos, y al contrario, el uso inapropiado de los
recursos naturales, nOl1llalmente, está asociado con ganancias de carácter privado.
Sujetos, en principio, de las tasas retributivas indirectas podrían ser el sector eléc-
trico; la explotación minera y de hidrocarburos, el rodamiento de vehículos y la
industria turística
La explotación de canteras, del oro, del carbón, del hierro y otros minerales, y la
extracción, transporte, refinación y distribución del petróleo, tienen efectos sobre el
153
manejo de los recursos naturales. No obstante, la legislación colombiana no ha
establecido la obligación de que quienes se dediquen a tales actividades contribuyan
a mitigar el impacto ambiental que causan, ya que el Código de Minas contempla
únicamente contraprestaciones por el aprovechamiento económico de los minerales,
pero no prevé obligaciones para compensar los efectos ambientales. Por ello resulta
recomendable establecer esta contraprestación con el ánimo de que la misma nutra al
fondo para la preservación del ambiente.
4. Colonización
S. Reforestación comercial
Por lo que hace a la política para la explotación comercial del bosque debe señalarse
que ésta se ha basado fundamentalmente en estímulos de dos tipos, los crediticios y
los de carácter tributario.
154
a) Como el valor presente de la recuperación del crédito sólo constituía, hasta fecha
reciente, entre un 20 y un 30% del crédito otorgado, existían limitaciones para
asignar presupuestos significativos para redescuentos en el FFAP.
Por lo mismo parecen apropiadas las medidas adoptadas recientemente, para aumen-
tar la rentabilidad a los intermediarios, al elevar la tasa de interés y correlacionarésta
positivamente con el plazo; sin embargo, no parece conveniente la disminución en
los márgenes de redescuento puesto que los intermediarios habrán de incurrir en un
grado mayor en el problema de la "transformación de plazos" al captar recursos de
corto plazo para prestarlos a 8 afias y más.
Debe anotarse, además, que el crédito para reforestación no ha tenido hasta ahora un
carácter integral y que por lo tanto es factible encontrar casos en que se hubiese
financiado la siembra pero no el sostenimiento. Esto debería cambiar hacia sistemas
de financiación integral, mediante los cuales el reforestador asegurase la financia-
ción para todas las actividades financiables asociadas con el proyecto, de manera
análoga a como se hace en la industria de la construcción.
155
se sometiesen al cumplimiento de las nonnas expedidas por el INDERENA o la
institución que haga sus veces, y siempre y cuando se sembrase en las áreas
definidas periódicamente por el CONPES. O sea que así como existen áreas de
refonna agraria el CONPES defmiría anualmente las áreas de reforestación y el
número de las hectáreas para el cual se otorgaría el incentivo, con lo cual se lograría
una coordinación estrecha entre la política de reforestación comercial y la política
macroeconómica, vía la detenninación precisa del costo fiscal de la misma.
156
diversos aspectos de la población que confonna el sector de la economía campesina.
No obstante, una de las principales limitaciones de la política en este sentido ha
consistido en su pardal incapacidad para romper las condiciones de autosubsistencia
de la unidad campesina, y lograr una verdadera transfonnación y un desarrollo
dinámico de la misma. En general, puede afinnarse que es éste el factor que en
mayor medida ha conspirado contra las posibilidades de un mejoramiento radical y
autosostenido de este vasto estrato de la población colombiana.
Por otra parte, y no en menor medida, un obstáculo para alcanzar resultados más
exitosos ha consistido en el enfoque del papel residual que usualmente se le deja a la
economía campesina, en el proceso de diseno de las políticas y detenninación de sus
objetivos. De esta manera, tiende a vérsela como un elemento contribuyente a la
provisión de alimentos baratos para los habitantes urbanos, más que como lo que
verdaderamente es, un factor con enonne potencial dinamizador del crecimiento de
los ingresos de los grupos más pobres, de la modernización y la eficiencia del sector
agropecuario y fuente de mejores posibilidades para la implementación de una
estrategia global de desarrollo. No resulta extrafio, por ello, que otra limitación de
gran trascendencia, vinculada a las anteriores, haya consistido en un deficiente grado
de coordinación entre las polltieas dirigidas a la economía campesina y la política
macroeconómica, que con sus diversos instrumentos detennina el modelo general de
desarrollo.
157
focal de la política. Es decir. sobre la unidad regional, con sus condiciones agroló-
gicas particulares. su vocación de los suelos y otros recursos. la definición de su
especialización frente a otras regiones y sus características de infraestructura, de
economías de aglomeración y de confonnación socioeconómica en general.
Otro aspecto crítico. sobre el cual el impacto de las políticas ha sido en extremo
limitado. es el relacionado con la inserción de la economía campesina en los
procesos modernos de comercialización, de tratamiento postcosecha de los produc-
tos y. sobre todo, de vinculación del proceso de producción agropecuario, como tal,
al procesamiento agroindustrial, en particular a aquel que genera un valor agregado
no agropecuario en las unidades campesinas y en el sector rural mismos. Por
supuesto, todos estos aspectos resultan cruciales para el incremento de los ingresos
de los campesinos, la estabilidad de los mismos, la modernización de sus procesos
productivos, el incremento de su productividad. las posibilidades de vinculación al
mercado externo y. en una palabra, la aproximación de sus niveles de vida a los
característicos de la economía moderna y del sector urbano.
Por otra parte. en gran medida, tales limitaciones han sido. a la vez, causa y
consecuencia de deficiencias en los mecanismos y niveles de coordinación de los
distintos instrumentos y programas que se han dirigido al desarrollo de la economía
campesina y del sector rural en su conjunto. las cuales se han manifestado con
particular claridad a nivel regional. Asimismo, han sido testigo de ello las dificulta-
des de coodinación de índole presupuestal. financiera y de programación que han
enfrentado entidades como el ORlo cuando han tenido que participar con gran
diversidad de entidades y programas no sólo del mismo sector agropecuario sino,
muchas veces, de fuera de éste. La experiencia, aunque mejor, del Plan Nacional de
Rehabilitación tampoco ha estado exenta de dificultades en este nivel. Más recien-
temente. tal como se ha señalado en el balance sobre la estructura institucional, el
Decreto Ley 501 de 1989, que reestructura al Ministerio de Agricultura, dejando en
manos de éste la dirección y coordinación de la polftica dirigida a la economía
campesina y al desarrollo rural, ha creado circunstancias especiales para el Fondo de
Desarrollo Rural Integrado. que demandan una definición más precisa y coherente
de sus funciones y responsabilidades en la nueva estructura institucional del sector
agropecuario.
158
2. Hacia una economía más comercial y eficiente
Existen varios prerrequisitos para ello. por supuesto. En primer lugar. parecería
imprescindible prestar mayor atención en el desarrollo de las unidades productivas
de la economía campesina. a los cultivos permanentes de tipo moderno. dadas las
posibilidades que esto abre en términos de enlaces agroindustriaJes. de incrementos
y estabilización de ingresos. de vinculación a los procesos modernos de comerciali-
zación. de mayores niveles de eficiencia y mejores posibilidades de vinculación al
mercado mundial. En particular. y por las razones señaladas en la parte correspon-
diente a la política agroindustrial. el objetivo de alcanzar mayores niveles de
transformación y de valor agregado dentro de la unidad productiva campesina. o
dentro de la región que constituye el entorno inmediato y propio de ésta. sobresale
como un componente fundamental de las estrategias políticas futuras.
De otro lado. se requiere fortalecer los vínculos entre los programas de desarrollo de
la economía campesina y los que buscan resolver los problemas de acceso e
incremento de la propiedad de los productores sin tierra o sin suficiente cantidad de
ésta para producir bajo condiciones eficientes. En el mismo sentido. resulta necesa-
rio estimular y fortalecer en las zonas de economía campesina los mecanismos del
mercado de arrendamiento de tierras bajo sus diversas modalidades. para contribuir
a paliar las limitaciones que la disponibilidad insuficiente de este recurso productivo
impone para alcanzar mejores niveles de eficiencia.
159
Puesto que la organización empresarial para la comercialización constituye un
requisito para la promoción del desarrollo campesino, deberían fortalecerse las
empresas comercializadoras que transan sus productos, propiciando la participación
accionarla de los agricultores. a través de créditos para adquirir acciones. entre otras
medidas. En los casos en que tales empresas no existan o las que existan no cumplan
eficientemente sus funciones de mercadeo. es recomendable conformar empresas de
comercialización con cobertura regional y capacidad administrativa y financiera.
que deben buscar integrar las pequel\as organizaciones cooperativas hoy existentes.
asignándoles a éstas funciones de acopio primario.
C. Polftica ganadera
160
un elemento coadyuvante, en especial si se le da consideración al flujo de fondos de
los proyectos, dado el efecto que tiene la liquidez en el manejo del negocio ganade-
ro.
3. Infraestructura de comercialización
161
De igual manera, se debería estimular la inversión privada en instalaciones de frío,
tanto en los lugares de despacho como en los de recibo, mediante la creación de
líneas de crédito específicas para este propósito a través de FINAGRO.
Sin embargo, la opción que podría tener un mayor impacto en la búsqueda de reducir
tales costos es la innovación de mercadeo en clasificación y presentación del
producto. Unas acciones del gremio ganadero, en este sentido, podrían producir un
efecto similar al que se produjo en el caso del pollo, en donde las asociaciones de
productores montaron sitios de distribución propias, cambiaron las formas de pre-
sentación, segmentaron los mercados y crearon puntos de ventas (asaderos) en
sectores populares, que convirtieron al pollo en un producto de amplio consumo.
162
De optarse por la promoción de ese desarrollo deberían considerarse cuidadosa-
mente las políticas a seguir respecto de los excesos de ofena de leche que se generan
en las épocas de lluvia. Su colocación en el mercado externo en forma de leche en
polvo parecería ser la opción más viable en vista de que los precios externos están
alcanzando ya los niveles del producto nacional. Naturalmente que la posibilidad de
esta opción, como en general de todas las exponaciones, como se comentó antes,
está ligada a la continuidad de una estrategia exponadora y no a la simple colocación
de excedentes esporádicos.
Como el título busca indicar los objetivos de algunos áreas de la política agropec-
uaria, más que un fin en sí mismos, constituyen requisitos para el logro de los
objetivos de las áreas restantes. Los casos más sobresalientes son los de la política de
comercialización interna, la polftica de crédito y la política de tecnología, agrupadas
en esta sección, y cuyos lineamientos principales son descritos a continuación en el
orden sefíalado.
163
tantes, que se manifiestan tanto a nivel de acopio como mayorista, y de su coheren-
cia e integralidad con respecto al conjunto del Sistema Nacional de Mercadeo. A
nivel del acopio sigue siendo muy notable la deficiente organización y capacidad de
los pequeí'los productores para enlazarse adecuada y eficientemente en un proceso
moderno de distribución, y a nivel mayorista sobresalen algunos defectos protube-
rantes de operación, que se traducen en insuficientes niveles de competencia y de
eficiencia social. Tales defectos se relacionan básicamente con una falta de transpa-
rencia en el sistema de fijación de precios, deficientes niveles de información para el
mismo propósito, falta de unidad y estandarización en los sistemas de pesos,
medidas y empaques, especialmente de productos perecederos, incorrecta organiza-
ción de las centrales de abastos y deficiente alcance del papel de la bolsa agrope-
cuaria.
164
des que adelanten programas en el área de la comercialización agropecuaria, sean o
no éstas adscritas o vinculadas al Ministerio de Agricultura.
165
estos aspectos de los productos agrlcolas y pecuarios. En términos del sistema de
información sobre volúmenes, precios y mercados de los productos agropecuarios,
se requiere el apoyo de entidades como el IDEMA, el DRI, CECORA,las URPAS Y
las centrales de abastos, para que información oportuna y suficiente fluya ágilmente
hacia el Ministerio de Agricultura, que tendrla la responsabilidad de montar y
desarrollar dicho sistema de información, de tal manera que se logre una mejor
orientación para las decisiones de compra y venta de los participantes en el mercado,
de la polftica sectorial y una mejor operación de las fuelZas competitivas.
166
En lo referente a la política de importación de productos agropecuarios, el requeri-
miento más urgente es el establecimiento de precios internacionales adecuados de
referencia, que permitan evaluar con precisión y objetividad los niveles de protec-
ción y eficiencia de la producción nacional, como base fundamental para la elabo-
ración de una estrategia futura y el disefio de políticas especificas. Tales precios de
referencia deben tomar en consideración los subsidios oficiales de los principales
exportadores mundiales de productos agropecuarios que, en casos como el de
Estados Unidos, llegan a los US$18.000 por trabajador agrícola al afio, o dos veces
el ingreso neto generado por la agricultura de dicho país. También deberán tenerse
en cuenta, para este propósito, los costos efectivos de la comercialización y trans-
porte para llegar al consumidor nacional, incluyendo costos portuarios, aunque
excluyendo toda suerte de tarifas e impuestos, ya que dicho consumidor jamás está
en condiciones de adquirir los productos importados a su precio FOB del mercado
libre internacional.
B. Polftica de crédito
167
los recursos crediticios, y, c) la eficiencia operativa de las entidades encargadas del
suministro del crédito.
Para que este último objetivo se cumpla FlNAGRO deberá establecer la política
general de tasas de interés dándole la debida ponderación a sus costos de captación
en los distintos mercados, a los costos de su patrimonio y a sus costos operacionales.
Sobre los primeros cabrá distinguir, a su vez, entre los que provengan de las
inversiones forzosas, los que se capten nacionalmente y los provenientes de los
empréstitos internacionales.
Conservadas, en la Ley 16 de 1990, las inversiones forrosas como una de las fuentes
de recursos de F1NAGRO, referidas a las exigibilidades de los intennediarios
financieros, pero sin sujeción a porcentajes específicos ni a limitaciones en la tasa de
interés, corresponderá a la Junta Monetaria establecer el grado de favorabilidad que
168
se le dará al sector tanto en cuanto al monto de los recursos canalizados por este
medio como a su costo. Lo relevante aquí es que esta decisión será fundamental para
que ANAGRO pueda definir el monto de sus captaciones en el mercado y, .con base
en el costo de éstas y en sus costos operacionales, establecer en principio la política
general de tasas de interés.
Como es indeseable que ANAGRO tenga privilegios para acceder a captar recursos
del mercado, no se podría partir a priori de "una política de tasas de interés en
beneficio de la agricultura", sino que la misma tendrá que darle consideración a
elementos del mercado (costo de las captaciones), a los subsidios que vía la inver-
sión forzosa le pueda trasmitir la autoridad monetaria al sector y de la eficiencia
operativa de ANAGRO, de la cual se tratará más adelante; teniendo siempre en
cuenta que este último no debería recurrir, para el manejo de sus operaciones, al
presupuesto nacional.
Aún bajo ese manejo de las tasas de interés habría que señalar el tratamiento que se
le dará al endeudamiento externo que obtenga ANAGRO. Desde el punto de vista
de la córdinación entre la política fiscal y la política crediticia los recursos externos
deberían trasladarse a los usuarios de manera tal que ANAGRO no incurriese en
riesgos cambiarios, pero para que ello fuese así se requerirla denominar los créditos
en las mismas monedas en que originalmente se consiguiesen los empréstitos, lo que
enfrentaría ciertas dificultades. A corto plazo podría darse una preferibilidad por
estos créditos si la tasa de devaluación esperada más los intereses en moneda
extranjera fueran inferiores a la tasa de interés en pesos. Pero a largo plazo podría
darse una aversión al riesgo cambiarlo que impediría colocar dichos créditos, con el
consiguiente efecto negativo sobre las finanzas de ANAGRO por las elevadas
comisiones de compromiso que tales empréstitos conllevan.
También sería factible que los recursos externos se "mezclasen" con el resto de
recursos de AN AGRO lo cual implicaría, para evitar el riesgo cambiarlo o efectos
indeseables sobre la política fiscal, frecuentes variaciones en sus tasas de interés, lo
cual podría, en algunos casos, hacer que la institución quedase por fuera de las
condiciones del mercado en sus operaciones crediticias.
Pero independiente de ello se debería establecer una política muy precisa respecto al
costo de los recursos patrimoniales de ANAGRO. Aun cuando contablemente ellos
son de costo cero, es claro que asignarle este costo de oportunidad equivaldrfa a una
169
política de descapitalización continuada y a la larga a recurrir al presupuesto
nacional para su capitalización. Esto es altamente indeseable. Por ello en términos
generales se debería establecer que el costo del patrimonio de FINAGRO, para cada
período, sería equivalente a la tasa esperada de inflación en el período subsiguiente
más tres o cuatro puntos porcentuales, con lo cual se asegura que el patrimonio no se
deteriorará con relación al tamaño del sector.
Naturalmente, de igual manera sería necesario establecer una política para elevar la
eficiencia de la institución de tal forma que en donde no resulte competitiva, y al
mismo tiempo existan otras entidades bancarias, se pudiese proceder al cierre
progresivo de sucursales y agencias. Así, a la larga, excepto por los recursos
destinados a los fines específicos antes determinados, el presupuesto nacional no
subsidiaría la operación de la Caja.
Con respecto a la orientación que debería dársele a los recursos crediticios, hay que
empezar señalando que el crédito vigente, en una poreión muy significativa, se
otorga a corto plazo y se destina a la adquisición de insumos. O dicho de otra manera
170
que el crédito, en una proporción importante, reproduce las condiciones de produ-
cción, pero poco hace para transformar las mismas.
Lo importante sería que el crédito dirigido se oriente cada vez más a mejorar la
formación de capital en aquellas áreas que son claves para la estrategia, a saber: la
infraestructura de comercialización, para abaratar el costo del tratamiento postcose-
cha, facilitando la viabilidad de la estrategia de seguridad alimentaria, de agroin-
dustrlalización y de exportaciones; y, a la infraestructura de riego, aminorando el
riesgo climático y con ello los problemas de disponibilidad y acceso a que dan lugar
las bruscas fluctuaciones de la oferta, y de los precios, por la mayor o menor
intensidad de las lluvias.
Al igual que en el crédito de corto plazo para efectos de inducir a los bancos a prestar
a largo plazo se podrían mantener tasas de interés relativamente homogéneas, es
decir evitar su dispersión entre productos y actividades, con tasas de redescuentos
171
igualmente uniformes y utilizando el margen de redescuento como la variable que
determinase la mayor o menor rentabilidad de los intermediarios financieros. Hacer
que esa rentabilidad varíe elevando la tasa de interés según el plazo de los proyectos,
y manteniendo tasas y márgenes de redescuento relativamente homogéneos, podría
llevar a los intermediarios financieros a una baja oferta de fondos para estas
actividades.
Las otras reorientaciones en el uso del crédito que merecerían consideración tienen
que ver con la introducción de mejoras tecnológicas y con el campo de acción de la
Caja Agraria.
Por lo que hace a la eficiencia operativa de las instituciones que otorgan el crédito,
valen igualmente consideraciones separadas para FINAGRO, la Caja Agraria y otras
instituciones.
172
Empezando por estas últimas es necesario enfatizar la trascendencia que tiene la
prohibición, contenida en la Ley 16 de 1990, de que entidades no crediticias
otorguen crédito. Se busca evitar con ello que estas instituciones terminen creando
facilidades bancarias o administrativas para el manejo de los recursos crediticios,
pues tales manejos suelen ser muy ineficientes. Por lo tanto resulta de importancia
que cuando existan recursos para crédito en instituciones no crediticias (como el
INCORA, el IDEMA, el Fondo Nacional del Café, etc.) los mismos sean adminis-
trados, mediante contratos de fiducia, por las instituciones crediticias, en las condi-
ciones que apruebe la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario, de tal manera
que, con la debida consideración por el rtesgo y las posibilidades de acceso en
términos de garantías de los usuartos, se puedan mantener políticas homogéneas de
tasas de interés, aun en aquellos casos en los cuales los recursos no provengan de las
instituciones financieras.
3. Eficiencia operativa
Por lo que hace a la Caja Agraria, ella afronta fundamentalmente dos problemas de
eficiencia operativa. El uno tiene que ver con el cuidadoso examen que supondría
tomar la decisión de dejar de operar las oficinas bancarias en sitios en donde,
existiendo otras entidades bancarias, se opere a pérdida. La otra con el grado de
especialización que debería tener la entidad. Sobre este último punto la Ley 16 de
1990 estableció que, dentro del año contado a partir de su vigencia, la junta directiva
de la Caja procederá a reglamentar el manejo administrativo y contable de sus áreas
de comercialización de insumos agropecuartos, de seguros, y de subsidio familiar,
en forma separada de las actividades bancarias y crediticias propias de su objeto
social.
173
Aunque parecería deseable una mayor especialización de la Caja en los aspectos
puramente crediticios, es de esperarse que este cambio posibilite definiciones sobre
la estructura de costos, con base en las cuales se procure un manejo más racional de
tales servicios, de tal manera que los mismos coadyuven al sostenimiento de las
actividades bancarias en las zonas en donde el tamaño del mercado obliga a operar a
pérdidas.
C. Política de tecnología
El avance tecnológico constituye uno de los elementos más importantes del desa-
rrollo del sector agropecuario por el impacto que puede tener sobre el aparato
productivo y el mercado tanto interno como externo, a través de incrementos en la
productividad, menores precios reales y mejores calidades. También por su capaci-
dad para inducir nuevas actividades que generen empleos mejor remunerados, por su
facultad para cambiar en parte las ventajas competitivas iniciales del país, por la
posibilidad de generar excedentes que contribuyan al desarrollo del sector o de otras
actividades de la economía, y por su capacidad para influir en el bienestar nacional a
través de la reducción de los costos económicos, sociales y ecológicos del proceso
de expansión de la frontera agropecuaria.
174
economía colombiana, han venido a manifestarse de la siguiente manera. Primero,
insuficiente consideración del entorno regional, y de sus condiciones y potenciali-
dades de especialización, lo cual reduce la eficiencia de los recursos destinados a la
aplicación tecnológica. Se requiere, por ello, una corrección de los énfasis de la
polftica de tecnología con relación con este aspecto, que en alguna medida ha sido
iniciada mediante la creación del Sistema Nacional de Transferencia de Tecnología,
a través de la expedición del Decreto 1946 de 1989. Sin embargo, apane de este
mecanismo básicamente institucional, parecería imprescindible que las instancias
responsables de la formulación de la polftica de tecnología rediseñen su estructura
fundamental a partir de esta consideración;
175
cio, que tienen que ver con los programas de oferta selectiva, la polftica de importa-
ciones de productos agropecuarios, las polfticas de precios de sustentación y de
comercialización, la de incentivos a la exportación, la polftica de importación de
insumos, la de crédito y, por supuesto, en el campo macroeconómico, la tributaria, la
de gasto público, la de aranceles y otras regulaciones paraarancelarias, y la de tipo de
cambio.
No siempre en el pasado estos elementos han sido enlazados con los suficientes
énfasis y coherencia, ni han existido las relaciones de coordinación óptimas entre las
diversas entidades o instituciones que companen dichas responsabilidades. Es más,
aun después de la expedición del Decreto 1946 de 1989, que fortalece de manera
notable la organización institucional del Sistema de Transferencia de Tecnología,
puede afirmarse que existe una relativa debilidad en cuanto a la claridad de los
objetivos, los parámetros y las responsabilidades que deben definir el diseí'io, no ya
de una política de transferencia de tecnología, sobre la cual parece haberse alcanza-
do un imponante desarrollo reciente, sino sobre la polftica de generación de tecno-
logía como tal. En efecto, ni el Decreto-Ley 501 de 1989, ni el 1946 del mismo aí'io,
establecen la suficiente claridad sobre dichos objetivos, parámetros y responsabili-
dades, tal como se ha subrayado en la pane referente al marco institucional. Por
consiguiente, se requiere un mayor esfuerw explfcito en la integración estratégica
de estos diversos aspectos, de los cuales depende finalmente el resultado efectivo de
una polftica de desarrollo tecnológico.
176
De no menor importancia resulta el costo ecológico que puede imprimir un desarro-
llo tecnológico basado en dicha dependencia externa, sin mayores elaboraciones
críticas sobre su adaptabilidad a las condiciones locales y sobre sus resultados de
costo-beneficio social, por ausencia de ese marco expllcito e integral que pennitiría
confrontar en un plano de mayor igualdad la política de comercialización y la
estrategia de precios y beneficios de las grandes empresas transnacionales.
No podría, por supuesto, dejar de mencionarse, en relación con los obstáculos más
importantes para el desarrollo tecnológico, lo referente a los recursos financieros.
Sobresale, en este sentido una tendencia definida al decaimiento del gasto en
investigación como porcentaje del Producto Interno Bruto sectorial. Por otra parte, y
con relación al crédito, las deficiencias más notorias hacen referencia a los siguien-
tes aspectos. Primero, insuficiencia de crédito de largo plazo que busque la finan-
ciación de innovaciones tecnológicas económica y socialmente rentables. Segundo,
prácticamente inexistencia total de financiamiento para el capital de riesgo involu-
crado en la validación y difusión de nuevos desarrollos tecnológicos. Y, en tercer
lugar, quizá una excesiva dependencia a las condiciones del crédito externo de la
implantación de paquetes tecnológicos en los cuales la adaptación a las condiciones
locales, regionales y de costo-beneficio nacional pueden ser insuficientes. En la
medida en que el componente financiero de cualquier política o programa es
indispensable para el buen éxito de la misma, parecería urgente, entonces, al menos,
definir unos criterios de mediano y largo plazo que establecieran unas reglas del
juego más o menos estables en este respecto. En particular, la definición de unas
metas presupuestales para el desarrollo de la tecnología agropecuaria, como porcen-
taje del Producto Interno Bruto del sector, que deberían servir de guía en la
elaboración anual del presupuesto nacional y del presupuesto del sector. Similar-
mente, sería necesario avanzar en la elaboración de unos criterios que vincularan de
una manera más coherente e integral la política de crédito con la política tecnológi-
ca, con referencia especial a los tres aspectos sefialados anterionnente.
177
Una de las consecuencias más indeseables de las deficiencias presupuestales y
financieras es su impacto sobre la deserción de recursos humanos especializados. De
hecho, se estima que solamente el ICA pierde 50 años/hombre de experiencia en
investigación anualmente. Sería necesario, entonces, dar una mayor prioridad a este
problema, investigar en mayor detalle las causas de esta erosión profesional y
formular una política de recursos humanos, que tenga como uno de sus objetivos
básicos frenar la emigración de los recursos humanos calificados.
Las acciones del Estado encaminadas a propiciar el desarrollo del sector rural se han
caracterizado por la definición de poIfticas y mecanismos básicamente dirigidos a
mejorar la producción, la dotación de recursos y la comercialización. Sin embargo,
17~
no siempre estas acciones parecen estar acompafladas por el adecuado énfasis sobre
los problemas relacionados con el bienestar social de la población rural pues, entre
otras cosas, no se ha contado con un suficiente conocimiento sobre la situación de
los indicadores sociales en las áreas de salud, educación, nutrición, saneamiento,
vivienda y servicios básicos.
No obstante los recientes esfuerzos, son todavía muchos los obstáculos que aquejan
y limitan la política social a nivel rural. Sobresalen, así, la carencia de una adecuada
organización y aprovisionamiento de los servicios de salud a nivel local, de metas
precisas y mecanismos de información regulares, que permitan detectar tanto las
necesidades como los avances en cuanto a cubrimiento y mejoría de la población
afectada. De la misma manera, la dificultad de acceso a los servicios de salud, por
parte de las comunidades rurales, y la insuficiente financiación para los gastos
ordinarios de los puestos de salud y hospitales, hacen que, en alguna medida, pierda
justificación el énfasis en la ampliación de la cobenura a través de la construcción de
obras de infraestructura. Por el contrario, en este campo, parece que la prioridad más
urgente es hacer más eficiente el funcionamiento del sistema de salud existente,
mediante la redistribución entre recursos de la atención terciaria que se presta en los
hospitales y la atención primaria de la salud a nivel inmediato de la comunidad rural.
179
producido en las zonas rurales y que maximicen el impacto de la acción capacitado-
ra.
Por otra parte, aunque el Programa de Hogares de Bienestar Infantil na tenido una
buena aceptación, no se ha ampliado de manera notoria hacia las zonas rurales del
país, por lo cual el problema de desnutrición infantil en estas zonas continúa siendo
crítico. Esto impone la necesidad de establecer un programa especial para esta
población, con directrices sobre actividades, supervisión y normas de nutrición que
se adapten a las condiciones particulares de este grupo.
Es necesario, también, buscar una mayor integración de los objetivos del compo-
nente educativo con los de bienestar inmediato de la población rural, para atraer a la
comunidad y hacer, de esta manera, más efectivos los programas. En particular,
puede resultar estratégica, en este sentido, la ampliación en las zonas rurales del
programa de almuerzos escolares, el cual a la vez que intensificaría la asistencia a las
escuelas ayudaría a mejorar las condiciones en materia de nutrición y salud. De esta
manera se conseguiría introducir gradualmente los comedores escolares en todo el
país, a través del financiamiento municipal para las obras de infraestructura y del
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para el suministro básico de alimentos y
bienestarina. Lo anterior requiere, a su vez, la integración de los programas de
180
alfabetización, con los de salud, extensión, asesoría, programas culturales, etc. En
general, una mayor integración entre los diversos programas de la política social a
nivel rural facilita la coordinación institucional, potenciando la eficiencia y la
efectividad de los programas.
Dentro del conjunto de prioridades se encuentra, además, la necesidad de definir con
precisión los tamaflos de la población objetivo hacia el futuro, con el propósito de
compatibilizar mejor los componentes de la política social a nivel rural con los de la
política macroeconómica y social en general, haciendo énfasis en aquellas regiones
que han presentado durante los últimos afIos un deterioro progresivo en este sentido.
181
ampliación y vincular de manera más significativa la ensefianza primaria formal y la
educación básica de adultos, pues aunque se ha logrado una significativa ampliación
de los servicios de formación en las áreas rurales, el cubrimiento es aún deficiente
frente a las demandas de la población. De igual manera, se debe continuar el
fortalecimiento tecnológico de la educación media y básica vocacional, para benefi-
cio de los planteles técnicos agrfcolas y concentraciones de desarrollo rural que
tienen programas en el sector agropecuario, ya que éste es un elemento relevante en
el desarrollo de los cultivos de autoconsumo y en la solución de los problemas
.
habitacionales de los campesinos de más bajos recursos.
B. Política de descentraüzación
182
comunidades locales, pues desincentiva su participación directa. Segundo, desper-
dicia información crítica y fundamental, ya que nadie mejor que dichas comunida-
des suele tener la información requerida sobre sus necesidades, sus aspiraciones y
recursos disponibles. Y, tercero, le resta agilidad y retarda el mecanismo de recono-
cimiento de los problemas, toma de decisiones e implementación. Por consiguiente,
es a través de su contribución a la remoción de estos obstáculos como una política de
descentralización puede constituir una contribución estratégica a la solución de los
problemas del desarrollo agropecuario y, en general, del desarrollo rural. Por otra
parte, y no menos importante, está la contribución de dicha política al incremento de
la democracia e integración de comunidades parcialmente aisladas de los beneficios
sociales, a través de un cambio significativo en su grado de participación en las
decisiones que afectan no solamente su bienestar directo sino la misma forma de
operar de la sociedad.
183
enfrentan imponantes dificultades en lo referente a la efectiva capacidad de los entes
municipales para desarrollar sus nuevas funciones, especialmente de los más pe-
queños. En panicular, en las tareas de asistencia técnica a los pequeños productores,
conservación de los recursos naturales, titulación de baldíos, desarrollo de la infra-
estructura de mercadeo y desarrollo rural integrado y preparación y evaluación de
planes de desarrollo municipal, no cuentan todavía los municipios ni con la expe-
riencia, ni con los recursos lécnicos y humanos suficientes. Por otra pane, persisten
vacíos en cuanto a la claridad de las formas de contratación de los municipios frente
a entidades como el INCORA, en lo referente a la titulación de baldíos, y en aspectos
como una reglamentación clara que sirva de guía para la prestación de la asistencia
técnica. Específicamente, en la relación que con respecto a ella deben mantener los
municipios frente a los organismos del orden departamental y nacional.
Así mismo, la adecuada capacidad operativa de los municipios en casi todos estos
frentes está supeditada, en gran medida, a la oportuna y suficiente información que
puedan obtener de entidades centrales del orden nacional, como el INCORA,
nuevamente, y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, los cuales no cuentan
todavía con los sistemas de información adecuados para dichos propósitos.
184
sí·, aun sin las nuevas complejidades introducidas por la descentralización adminis-
trativa, ha constituido un problema crónico, como se ha seflalado anteriormente.
En razón del crítico papel que juega la participación de las comunidades locales en
cuanto a la información, el potencial de recursos disponibles y la agilidad en la
implementación de las decisiones, la organización y autogestión comunitaria cons-
tituyen piezas claves para el éxito de la política de descentralización. En general, de
ello depende que, en efecto, la política de descentralización no termine convertida
simplemente en una desconcentración burocrática de funciones, conservándose en
su casi totalidad la capacidad de decisión y orientación en el nivel central. Por esta
razón, la organización y preparación de las comunidades para dicho propósito debe
constituir una de las prioridades básicas de la política de descentralización.
En el mismo sentido, y para que los municipios puedan cumplir en efecto con las
nuevas funciones a las cuales han accedido, se requiere con prioridad una política de
asesoría y capacitación de los recursos humanos que tendrán entre sus manos dichas
responsabilidades. Es claro que ello trasciende a las responsabilidades del Ministe-
rio de Agricultura, pero por los aspectos críticos de la política agropecuaria, o mejor
de su implementación, que entran aquí en juego, debería el Ministerio jugar un papel
activo en la coordinación y disefío de dichos programas.
185
De otro lado, aunque también constituya éste un problema crónico que demanda una
referencia en todos los análisis, es necesario replantear el problema de las garantías
de los pequeflos productores particulannente de las regiones más pobres y atrasadas,
para que puedan acceder en la práctica a un recurso cuya descentralización efectiva
cuenta con la organización institucional adecuada, pero ha tropezado tradicional-
mente con este obstáculo casi insalvable.
Por lo demás, en la medida en que se ha avanzado en los últimos aflos de una manera
significativa en la adecuación institucional para una implementación efectiva de la
política de descentralización, en lo cual han tenido un liderazgo el sector agrope-
cuario y el Ministerio de Agricultura, es posible que hacia el futuro la base del
problema se desplace, entonces, hacia la utilización práctica de los mecanismos
institucionales creados. Particulannente, los Comités de Coordinación Regional de
Planes y Programas, pues resulta pertinente recordar que una organización institu-
cional adecuada constituye una condición necesaria pero no suficiente para la
implementación efectiva de cualquier política. Sin embargo, sobre este partiCular
será la orientación y el trabajo pennanente y cotidiano del ministerio lo que dirá la
última palabra. De ello depende, que los mecanismos de coordinación, usualmente
centrados alrededor de comités, no se conviertan simplemente en representaciones
fonnales que dejan sin solución el que con justicia puede considerarse el problema
más grave y más antiguo del Ministerio de Agricultura: el de la coordinación
regional de los programas y entidades relacionadas con la po)(tica del sector agro-
pecuario y el desarrollo rural.
C. Política gremial
186
Naturalmente más importante que desarrollos específicos en estas áreas de concer-
tación sería la creación de una conciencia gremial sobre la necesidad de tener y
defender una estrategia para el sector, con base en la cual se prosiga una política
orientada de manera coherente y continua en busca de objetivos de crecimiento y de
mayor equidad. Ello es necesario porque la mayor debilidad de la política gremial, y
de su expresión frente al Estado, ha consistido en el carácter cortoplacista de muchos
de los pronunciamientos gremiales y en la falta de perspectiva de largo plazo en el
análisis de las decisiones gubernamentales. Basta para ejemplificar esta conducta,
las actitudes que periódicamente se toman cuando se adopta la política de precios o
cuando se fijan cuotas de importación: en muchas ocasiones el análisis escasamente
trascien¡le el efecto inmediato de las decisiones.
Por eso los cambios más deseables en materia de orientación de la política gremial
tendrían que ver no tanto con las decisiones gubernamentales, cuanto con acciones
en su interior que les posibiliten un mayor grado de interlocución y de legitimidad
social. Esto último se facilitaría si la política gremial recupera credibilidad acerca de
que la defensa de la política sectorial concuerda con el interés más general del
crecimiento económico global y el logro de metas de equidad. La eficacia de la
interlocución devendría del fortalecimiento de los gremios en el estudio técnico de
sus propuestas y en el análisis de costos de las alternativas no recomendables, pues,
no obstante algunos progresos alcanzados en este campo, especialmente por la SAC,
el alcance técnico de la mayoría de las propuestas deja mucho que desear, en
especial por la poca consideración que suele dársele a las limitaciones de la política
macroeconómica para lograr las mismas.
187
B ajo estos parámetros el accionar de los gremios trascendería la defensa de los
intereses inmediatos y podría definirse que su papel abarcaría además el apoyo a la
introducción del cambio tecnológico y la búsqueda de mecanismos para promover el
empleo rural no agropecuario, especialmente a través de los programas de transfor-
mación inicial de productos ligados a la pequefla producción agrícola.
188
Quinta Parte
LA ORGANIZACION INSTITUCIONAL:
RECOMENDACIONES
l. INTRODUCCION
Aunque algunos no han sido llevados a la práctica todavía, lo cual hace dificil juzgar
acerca de su efectividad real, no cabe duda que mediante tales cambios si buscó
remediar las más importantes deficiencias en la organización institucional."
A. Especializacwn y coordinación
'9 Los detalles del diagnóstico sobre la organización institucional pueden verse en Hernández., Antonio, Informe
Final para la Misión de Estudios del sector agropecuario "Evaluación Institucional del sector agropecuario",
junio de 1989.
189
Así mismo, alÍn se pueden mejorar los mecanismos de coordinación y ejecución de
algunos programas y politicas en los cuales el ministro de Agricultura y el sector
agropecuario cumplen un papel fundamental, pero que tienen en realidad, un carác-
ter inter o supra sectorial, tal como se ha sefialado anteriormente. Sobresalen, entre
estos, los programas dirigidos al desarrollo rural integral, a la reforma agraria
integral, al desarrollo agroindustrial, a la seguridad alimentaria, al disefio y ejecu-
ción de una polftica tecnológica y su transferencia, y al desarrollo y ejecución de una
política en el campo de los recursos naturales renovables. Como se ha visto, en estos
casos, en los cuales se requiere una dirección y autoridad suprasectoriales, las
funciones y comités dependientes de una autoridad apenas sectorial, como el minis-
tro de Agricultura, tienden a volverse inoperantes en la práctica. Tanto el CONPES
como el Departamento Nacional de Planeación, por la misma naturaleza de sus
funciones, han dejado en este sentido algunos vacios. Por esta razón, parecería
conveniente establecer unos comités técnicos permanentes de apoyo al CONPES,
coordinados por Planeación Nacional pero con una participación práctica más
directa y continua del ministro y de las entidades involucradas en tales estrategias y
programas.
Para los propósitos de una mejor coordinación parece recomendable que las funcio-
nes de todo comité estén respaldadas por la responsabilidad y actividades perma-
nentes, asignadas como funciones, de una unidad perteneciente a la estructura del
ministro o alguna otra entidad, segUn el caso, para garantizar la efectividad, la
continuidad, la coherencia y la memoria institucional de las labores correspondien-
tes a los comités, lo cual ha constituido, por norma general, un vacío en el pasado.
Esto no implica la creación de unidades administrativas adicionales para este fin,
sino la adscripción de las funciones correspondientes a unidades ya existentes, cuyas
actividades-estén relacionadas directamente con los objetivos y funciones de los
respectivos comités.
190
realidad fortalecerse en este campo. ya que la estructuración determinada por el
Decreto 501 no es lo suficientemente detallada ni precisa en esta área crucial.
involucrando dentro de esta Subdirección solamente una División. correspondiente
a la de crédito agropecuario.
191
representación del ministro en el comité Técnico así como en la Secretaria Técnica
de este último
El modelo institucional agrario debe buscar una integración entre la política macro-
económica, la de precios y la de generación y transferencia de tecnología.
De otro lado, se recomienda adicionar en forma similar las funciones del Consejo
Nacional de Transferencia de Tecnología, y dar representación dentro de este
Consejo al Departamento Nacional de Planeación, la cual podria recaer en la Unidad
de Estudios Agrarios.
Desde el punto de vista institucional, el ICA deberfa ser concebido más como un
promotor y coordinador del uso óptimo de los recursos de que dispone el país en su
conjunto, para una adecuada generación de la tecnología y su transferencia, más que
como una entidad responsable de adelantar directamenre todas las acciones requeri-
das en este campo, labor que serfa a todas luces imposible. Dentro de tal contexto, el
lCA debe buscar generalizar ejemplos como el del Centro de Investigaciones
Cafeteras, CENICAFE, y el Centro de Investigaciones de la Clfia, CENICAÑA,
para que otras organizaciones gremiales, como la de arroceros, algodoneros y
cacaoteros, entre otras, puedan asumir directamente la responsabilidad de generar su
propia tecnología. Claro está. con todo el apoyo técnico logístico e institucional que
pueda prestarles el Instituto.
Con este propósito, los lazos institucionales de coordinación y cooperación con las
agremiaciones de productores privados deben fortalecerse. Aunque la representa-
ción gremial en la Junta Directiva del ICA, tal como ha quedado constituida por el
Decreto Ley 501 de 1989, puede considerarse adecuada para efectos de la dirección
general del Instituto, parece insuficienre para los propósitos específicos anterior-
mente mencionados. Para ello parecerfa conveniente el establecimiento de conve-
193
n'los de investigación 'J la creación de comités técnicos de carácter mixto, y espe-
cializado según cada producto, en los cuales participen por una parte las asociado.' ',\\'\1\1\',,;:;-,
nes de los productores respectivos a través de sus representantes, y por la otra
funcionarios del Instituto Colombiano Agropecuario. La actividad de estos comités
y el seguimiento de los convenios debería estar respaldada por unas funciones de
carácter permanente de las dependencias del ICA más afines a tal tipo de actividad.
Por ello quizas la única solución general y eficaz en este campo radique en el
aumento de los alcances y el cam mo de status institucional del INDERENA, tal
como se señalará al analizar las recomendaciones sobre la política de recursos
naturales.
De conformidad con los principios que han inspirado a la reforma agraria, precisada
aún más en la Ley 30 de 1988, en el sentido de buscar la integralidad y complemen-
tariedad de la acción interinstitucional, bajo el criterio de que la reforma es respon-
sabilidad de todo el Estado colombiano y no de una institución en particular, se
requiere una mayor especialización del INCORA, desde el punto de vista operativo,
en el desarrollo de su objeto social principal, cual es la democratización y transfor-
mación de la estructura de tenencia de la tierra.
Esa especialización se ha buscado por medio del Decreto 2175 de1989, modificato-
ria de la estructura orgánica del INCORA que apunta a fortalecer los mecanismos de
planeación, evaluaciÓn y control, en consonancia con los lineamientos adoptados
194
por la Ley 30 de 1988, de planeación global y ejecución sectorial. Este fortaleci-
miento deberá darse alrededor de los estudios tendientes a jdentificar y seleccionar
las zonas objeto de programas de reforma agraria, que deberán contener, además de
lo prescrito en la Ley 30 de 1988, estudios sobre las acciones y capacidad operativa,
técnica y financiera de las demás instituciones que deben ejecutar programas dentro
de las zonas de Reforma Agraria.
En concordancia con lo anterior, debe buscarse una planeación regional más deta-
llada y realista en cuanto a la responsabilidad y alcance de la acción de cada una de
las instituciones involucradas.
195
Para procurar dicha coherencia no parece suficiente la acción que al respecto se
podría adelantar en el seno de los comités de Gabinete y de coordinación Ejecutiva
del ministro de Agricultura. En tal sentido, resulta recomendable modificar la
composición de la Comisión Nacional de Irrigación y Drenaje y atribuirle nuevas
funciones y responsabilidades como ente coordinador y evaluador de la aplicación
de la política de adecuación de tierras.
196
tuto los cambios han pasado del nivel fonnal al práctico, tomando cuerpo efectivo a
través de modificaciones organizacionales, administrativas, financieras, contables y
de recursos humanos. Teniendo en cuenta estas circunstancias, las siguientes obser-
vaciones buscan el perfeccionamiento de un proceso de reestructuración cuyas
lineas generales parecen acertadas.
Por otra parte, tal como también se señaló antes, dadas las peculiaridades de dicha
actividad, es casi seguro que ella no podrá ser desarrollada sino al costo de pérdidas
para el Instituto, como lo demuestran las experiencias anteriores de comercializa-
ción en regiones apartadas de los grandes centros de consumo, confundiendo nue-
vamente el espíritu de empresa comercial enfatizado en la Ley 18 de 1985, y, en la
práctica, minando el adecuado arreglo institucional que ésta dispuso acerca del
establecimiento de subsidios pennanentes. Serfa recomendable, entonces, que el
IDEMA desarrolle sus esfuerzos en este campo, por vías indirectas, fomentando,
estimulando y apoyando la constitución de otros entes, basados en la iniciativa
privada y cooperativa de los interesados en este tipo de comercialización. Acciones
que serfan coherentes con las recomendaciones que se fonnulan en el terreno de la
economía campesina.
197
de productos perecederos de la economía campesina y zonas de rehabilitación y
refOlma agraria, sean en cada caso objeto de estudios, programación y cuantificación
por el ca NPES, para que allf se obtengan, con la debida anticipación y previsión,
los soportes presupuestales y requisitos administrativos que estipula la Ley. Sería
éste un mecanismo que contribuiría de manera decidida a conservar los progresos
financieros y administrativos alcanzados por el IDEMA en los últimos aftos, después
de ingentes esfuerzos políticos, legales, administrativos y presupuestales por parte
del sector público.
Dentro de la oficina de Planeación del IDEMA se deben garantizar los recursos y el
énfasis de la planeación como actividad global, con perspectiva de conjunto, consi-
derando la política de comercialización, abastecimiento y precios, en sus verdaderos
nexos con el resto del Sector y el contexto macroeconómico en su conjunto.
Por ello sería conveniente que el actual DRI se convirtiese en un Fondo de Finan-
ciamiento del Desarrollo Rural, el cual operaría como una cuenta administrada
desde el punto de vista operativo, según el caso, por la Financiera de Desarrollo
Territorial y del Fondo para el Financiamiento del sector agropecuario, destinando
sus recursos al mejoramiento de la infraestructura rural o posibilitando transforma-
ciones en las condiciones de la producción de la economia campesina. Esta opeión
reduciría los costos de operación y tendría la ventaja de permitir una mayor inge-
rencia del ministro y del Sector en la asignación de los recursos para el desarrollo
rural.
Los beneficiarios del Fondo de Desarrollo Rural serian los municipios, los departa-
mentos y otras entidades públicas y privadas del Sector, en condiciones de acceso
variables según los usuarios y los propósitos específicos a que se destinasen los
recursos.
Los funcionarios del DRI cooperarian con los usuarios para mejorar la elaboración
de los proyectos e intervendrían en su evaluación técnica, pero no ejercerian fun-
198
ciones de evaluación crediticia, también en concordancia con lo establecido en la
Ley 16 de 1990.
El Fondo operaría con líneas de crédito para los proyectos en que existe retomo
financiero y con aportes no reembolsables para proyectos de carácter "social" o
"público", o que correspondan a inversiones que actualmente realiza la Nación.
Como se explicará al abordar la polftica de crédito los mayores retos que afronta la
nueva organización institucional están relacionados con la posibilidad de establecer
planes de coordinación entre las entidades especializadas en el finaciamiento secto-
rial, para reducir sus costos; con la elevación de la eficiencia de la Caja Agraria y la
necesidad de que ella no recurra de manera permanente al presupueto nacional para
cubrir sus déficit operativos; y, con el establecimiento de FINAGRO como una
entidad orientadora de la polftica de crédito sin necesidad de tener una compleja
organización administrativa, porque para este propósito podría recurrirse a la red de
oficinas de los intermediarios especializados.
199
Sexta Parte
SISTEMAS DE INFORMACION
DEL SECTOR AGROPECUARI060
l. INTRODUCCION
'" Esta parte se basa en Hugo Muñoz Berno. Infonne para la Misión de Estudios del sector agropecuario.
"Evolución de los ~ostos de Producción del sector Agrícola", enero, 1990.
201
futuro; en la segunda se hace un balance de las características y particularidades de
la información sectorial disponible, aunque sin pretender un análisis exhaustivo de
la misma, mientras que la tercera parte está dedicada a la presentación de algunas
propuestas de mejoramiento de la información disponible, de investigación estadís-
tica de nuevas variables'! y, de utilización' de algunos modelos de previsión y
evaluación de impacto de las políticas sobre el sector.
A. Aspectos conceptuales
.. El mejoramiento de la ilÚrmación sectorial así como la investigación de nuevas variables debe reslx>nder.
entre otras, a los requerimientos de la estrategia y al mejor conocimiento de las interdependencias sectoriales
y macroeconómicas, el que se logra mediante la aplicación de técnicas de modelización.
202
Acordes con el estado de desarrollo sectorial y global, es condición necesaria la
generación de infonnación cada vez más abundante y que cumpla con las condici-
ones de calidad, confiabilidad y oportunidad, sin desconocer otras propiedades
igualmente importantes como la exactitud y la objetividad. La mayoría de estas
propiedades están directamente relacionadas con los disefios de muestreo aplicados
para obtener la infonnación de tipo sectorial, esto es, con el diseño de fonnularios y
manuales, con la identificación de las unidades informantes y la forma de recolec-
ción de los datos, con la representatividad de las unidades informantes selecciona-
das, con el control de calidad realizado tanto en el momento de la recolección de la
infonnación como en el del procesamiento de la misma y con la minimización de los
errores de muestreo y de los ajenos al muestreo, entre otros muchos aspectos que
hacen parte de dichos diseños. La oportunidad de la infonnación, entendida como el
tiempo mínimo que transcurre entre el proceso de recolección de la infonnación y la
publicación de los resultados, es una de las condiciones y propiedades que se le debe
exigir a todo sistema de información. Se requiere por tanto, que sea muy corto el
tiempo que transcurre entre la recolección de los datos y la puesta a disposición de
los resultados para la explotación de los mismos por sus diferentes usuarios a frnde
asegurar la agilidad en la toma de decisiones en un sector en el que lo característico
es lo imprevisible de su comportamiento en el corto plazo por los elevados riesgos
climatológicos y de mercadeo.
B. Situación actual
203
Ministerio de Agricultura. que esta institución será la responsable de disefiar la
política de información y estadística del sector agropecuario.
" Algunos estudios realizados sobre el tema así lo confinnan. Al respecto ver: "Evaluación de los consensos e
inventario de las fuentes estadísticas del Ministerio de Agricultura", de Muñoz Bemo, Hugo. et aL, Femández
S .• Luis Alberto. Ministerio de Agricultura -JUNAC-, Bogotá, mayo de 1988.
204
tran igualmente diferencias en los patrones de costos utilizados, en la forma de
recolección de la información, en la periodicidad de recolección de la misma, en los
cálculos realizados para obtener valores agregados, en la cobertura temporal, en la
forma de procesamiento de los datos, en los medios utilizados para difundir la
información obtenida, en la terminología utilizada y en la oportunidad de la infor-
mación, 10 cual se traduce en la práctica en la disponibilidad de información sobre
costos de producción bastante diferente, según las fuentes, y en algunos casos
contradictoria.
" La infonnacjón sobre precios al productor es muy importante para la toma de decisiones sobre el tipo y
volwnen de la actividad agrícola reaJjzada por los productores: para fonnu1a-r la política de precios agrícolas,
para la regulación de la oferta y la demanda de productos agrícolas y para garantizar que la asignación de los
recursos disponibles para otros fines sea coherente con el sistema de precios, en el caso del Ministerio de
Agricultura; para la valoración de la producción agrícola y pecuaria en el caso de las cuentas nacionales y
regionales, entre otras.
Para más detalles sobre el tema ver: "Rases metodológicas para la construcción de las cuentas ecooómicas del
sector agropecuario departamental". (Documento Provisional), de Muñoz Bemo, Hugo. Ministerio de Agri·
cultura·FAO, Bogotá, septiembre 1987
205
según la versión dos de las Naciones Unidas; una vez que se procedió a redefinir las
nuevas funciones en la construcción de las cuentas nacionales 64 el banco suspendió
el proceso de recolección de información sobre precios al productor, actividad que
no fue a su tumo asumida por el DANE, quedando inconcluso este procedimiento de
recolección y generándose por tanto una ruptura en la serie respectiva.
Se dijo antes que la obtención de información básica para el análisis de corto plazo
presenta problemas de tipo teórico y metodológico. Avancemos por tanto algunos
elementos sobre el método del consenso aplicado por el Ministerio de Agricultura
para la obtención de la información básica del sector""; se trata de un método
subjetivo en el que los resultados de las estimaciones finales dependen de la
contribución más o menos activa o calificada de los participantes (de los que se dice
que son "expertos conocedores del sector") en este sistema de obtención de infor-
mación del sector agropecuario, así como de los "expertos por cultivos o grupo de
cultivos" del Ministerio de Agricultura que validan la información regional a partir
de información de tipo auxiliar que es igualmente de defectuosa calidad.
. El DANE sería el encargado de la construcción de las cuentas reales, de acuerdo con la versión 3, de las
. Naciones Unidas, mientnls que el banco sería el responsable de las cuentas financieras.
Entre las diferencias se destacan la no comparabilidad de cobenuras geográficas, las periodicidades en la
recolección de la infonnación y quizás la más imJX>nante que consiste en que se utilizan como sitios de
recolección a diferentes puntos de la cadena de comercialización de los prodUCLOS, sin que se deduzcan, como
debería hacerse. los márgenes de comercialización y de transpone para obtener los respectivos precios en
.. finca.
Información que le siIVe al Ministerio para elaborar los programas de crédito, de comercio exterior, el de
requerimiento de insumos, los de siembra y producción, y para la definición de la política de precios de
!>Ustentaci6n.
206
No menos importante que los problemas antes descritos, es el relacionado con la
escasa disponibilidad de información sobre algunos subsectores del sector agrope-
cuario. En efecto, la mayor producción de información sectorial ha tenido por
finalidad el conocimiento del subsector agrícola, mientras que para subsectores tan
importantes como el anterior, como el pecuario, la silvicultura, la caza y la pesca, no
se han desarrollado sistemas de información que permitan el adecuado conocimiento
de los mismos. No se desprende de lo anterior que la información disponible sobre el
subsector agrícola goce de buenas propiedades y permita el conocimiento profundo
y sistemático de este subsector; todo lo contrario, como lo señalan algunos de los
problemas resefiados más arriba y como se ratifica en el caso de algunos cultivos
para los cuales no se dispone de información a pesar de su importancia regional, no
solo desde el punto de vista económico sino también del área sembrada.
Un ejemplo significativo de lo dicho más arriba es el del café, cultivo para el cual se
dispone en la actualidad de una deficiente información a pesar de la importancia que
éste tiene para la economía nacional. En efecto, son bien conocidas las dificultades
para estimar el Producto Interno Bruto del sector cafetero por la no disponibilidad de
adecuada información, razón por la cual se recurre a múltiples hipótesis y estima-
ciones sobre las diferentes variables relacionadas con este cultivo. Conscientes de
esta situación, la Federación Nacional de Cafeteros emprendió la construcción de las
cuentas macroeconómicas del café con el objetivo de poder disponer de un instru-
mento que permita evaluar las implicaciones macroeconómicas de las decisiones de
política cafetera. Las nuevas cuentas, que aún no están disponibles para los diferen-
tes usuarios, presentan grandes diferencias en el nivel y en evolución con el actual
sistema de cuentas del DANE; a pesar de que las nuevas cuentas no presentan
cambios significativos en la participación del café en el PIB total, éstos si lo son
cuando se trata de la importancia relativa de las actividades industriales y de
comercio resultantes de la separación que se realiza de las actividades industriales y
comerciales. 67
" Para una presentación de los nuevos aspectos metodológicos y primeras estimaciones de las cuentas cafeteras
ver: "Las cuentas macroeconómicas del café", Infonne presentado por Marión Pinot al Seminario Intemacio·
nal de Cuentas Nacionales y IV Reunión del Grupo de Trabajo del Programa de Armonización de Cuentas
Nacionales. Bogotá, 28 de noviembre a13 de diciembre de 1988.
207
privada. dispone ni aplica técnicas objetivas para la determinación de los mismos.
Para obviar esta carencia. algunas entidades. como CEGA. han elaborado modelos
de tipo demográfico los cuales requieren para su funcionamiento un gran número de
hipótesis sobre diferentes parámetros como tasas de natalidad. mortalidad y de
extracción. entre otras; estos modelos presentan resultados bien diferentes producto
de las metodologías de cálculo aplicadas. de los valores de los parámetros utilizados
y de las diferencias en la información de los años base que para su aplicación se han
seleccionado. La única información utilizada para implementar estos modelos que
sea confiable es la suministrada por el primer censo agropecuario (1960) sobre
inventario de ganado y aves de corral; a partir de esta información del hato y de las
estimaciones sobre los parámetros. algunos de estos modelos han realizado estima-
tivos sobre el hato en años recientes. En la actualidad no se sabe a ciencia cierta cuál
es el hato ganadero de Colombia. su composición por edades y sexo. que no sea por
otro medio distinto al de la aplicación de modelos demográficos. y menos aún se
conoce la información sobre este aspecto que sea de cobertura regional. Como
consecuencia de esta realidad. cualquier estimativo que se realice sobre el PIB
pecuario no es en sí mismo defendible. Si a lo anterior se suma la carencia de
información confiable sobre otras variables del subsector pecuario. como produc-
ción y consumo de leche. costos de producción del sector. rentabilidad de la
actividad pecuaria e insumos para el mismo. entonces queda claro que el panorama
para determinar un valor aproximado del PIB pecuario es aún más oscuro de lo que
aparenta ser.
.. Como aprovechamiento o uso de la tierra, formas de tenencia por tamaño de las explotaciones, inventario de
ganado y aves de corral, composición de los hogares según edad, sexo y nivel educativo, ingresos y gastos,
para sólo mencionar unas pocas variables.
208
importancia que para el mismo efecto tienen las muestras agropecuarias·', y para los
cuales las nonnas internacionales recomiendan su realización cada diez años. En
Colombia se han realizado solo dos Censos agropecuarios: el primero de ellos, y
cefiido a las técnicas que para el efecto son recomendadas, fue realizado en 1960 y la
información sectorial obtenida a través del mismo es aún considerada como de las
más confiables de las que hasta las fecha haya sido recolectada; el Segundo Censo
Nacional agropecuario fue realizado en el período 1970-1971 y adoleció de múlti-
ples fallas70 , entre las que se destaca el método de la convocatoria de los productores
agropecuarios para la recolección de la infonnación (la que no tuvo suficiente
acogida entre los productores), lo cual se tradujo en la precaria calidad de la
información recolectada; adicionalmente, la muestra de ampliación del Censo,
prevista en el diseilo del mismo, no se realizó por problemas de tipo presupuestal.
Para la década del ochenta estaba prevista la realización del Tercer Censo Nacional
Agropecuario, pero problemas de orden presupuestal y la falta de un decidido apoyo
gubernamental impidieron la realización del mismo. En su defecto, y sin que este sea
un sustituto perfecto, el'Ministerio de Agricultura realizó el montaje del Sistema de
Estadísticas Agropecuarias por Muestreo (SEAM) utilizando la metodología del
muestreo agrícola de áreas; mediante la aplicación de este sistema se realizó en el
segundo trimestre de 1988 la Primera Encuesta Nacional Agropecuaria y cuyos
resultados no se han conocido hasta la fecha por los múltiples imprevistos que se
presentaron en el procesamiento de los datos recolectados y en la difusión de los
resultados de la misma.
La carencia de información estructural del sector no solo es el resultado de la no
realización de los censos agropecuarios sino también de la incapacidad del Ministe-
rio de Agricultura para liderar e impulsar la coordinación interinstitucional de
manera que sistemas de infonnación puestos en ejecución en otras entidades, como
el DANE y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC, sirvan igualmente para
generar infonnación relacionada con el sector. Encuestas como la de Ingresos y
Gastos y la de Hogares Rurales, realizadas por el DANE, podrían incorporar en sus
formularios preguntas que sean de interés para el Ministerio de Agricultura y el
sector en general y no continuar, como hasta ahora, siendo encuestas en las que este
Ministerio no tiene mayor incidencia en la detenninación de los temas de tipo
sectorial que son investigados a través de las mismas.
69 No se debe olvidar que los Censos agropecuarios son los que permiten la e1aboraci6n de los marcos de
muestreo de lista (directorios de productores), elementos indispensables para la realización de los mueSlreOS
intercensales.
Para mayores precisiones ver: "Historia de la Estadística. en Colombia", de Vidales, Luis. Banco de la
República·DANE, Bogotá, 1978.
209
realizar análisis tanto de corto como de largo plazos. Un instrumento de previsión y
de análisis de impacto es la matríz de insumo-producto, instrumento para el cual
hubo intentos de construcción en el pasado; en efecto, en los años 1972-1973, y por
solicitud del Ministerio de Agricultura y de la Agencia Internacional para el Desa-
rrollo (AID) al DANE, se realizaron dos encuestas, una sobre consumo rural y otra
sobre unidades de explotación, con la finalidad de construir la matriz de insumo-
producto del sector agropecuario, esfuerzo que se vino a menos por las reformas
internas realizadas en el Ministerio de Agricultura, que provocaron el éxodo de
personal calificado vinculado a esta labor, y por el cierre de las operaciones de la
AID en el país.
" Consecuencia de ello es la poca capacidad de liderazgo dcl Ministerio en la asignación de los recursos
crediticios y en la fijación de una política de largo plazo sobre las tasas de interés.
" Se trata entonces de un instrumento para la toma de decisiones de corto plazo sobre el abastecimiento de
productos agropecuarios.
210
Asi mismo, en el Ministerio de Agricultura se realizaron intentos para el montaje de
un sistema que sirviera de soporte a las actividades de planificación del sector
agropecuario.
" Se trata del modelo CAPPA, Computarized System fOT Agricultural and Population Planning AssislaIlce and
Training, el cual ha sido impulsado por la FAO para la realización de actividades de planificación sectorial
Al respecto ver: "Planificación y Gestión de Políticas de seguridad alimentaria", Documento DNP~Minagri
cultura-JUNAC. Bogotá, junio 1988.
75 Para mayores detalles sobre esta propuesta ver: "Planificacién y Proyectos. Sistema sectorial de Proyectos
agropecuarios", De Olazábal B., Mariano el. G6mez G., Iván Darío. nCA. Serie Publicaciones Misceláneas.
Bogotá, agosto 1986.
211
camino por la falta de un decidido apoyo de las instancias superiores del Ministerio
de Agricultura.
C. Acciones futuras
Son múltiples las acciones que el Ministerio de Agricultura, como máximo orienta-
dor del sector agropecuario, debe emprender en lo relacionado con los sistemas de
información, para lo cual es condición necesaria que éste recupere su papel de
liderazgo, particularmente en la formulación de la política y en la coordinación
institucional. Sin pretender ser exhaustivos en la presentación y el análisis de las
acciones prioritarias que debe emprender el Ministerio de Agricultura en el campo
de la información, precisemos algunas de ellas.
Este proceso requiere que se realice el inventario de fuentes estadísticas del Minis-
terio de Agricultura y de las entidades del sector público agropecuario, adscritas o
vinculadas, de manera que se identifique cuál es el tipo de información que ellas
utilizan (demandas de información) y de cuáles son las entidades que las recolectan
y suministran (oferta de información), aspectos que están previstos en el Decreto
Ley 501 de reestructuración del Ministerio de Agricultura como una de las múltiples
funciones a desarrollar por la Subdirección de Información y Estadística.
212
En este último aspecto, la actividad más importante a realizar será la evaluación
crítica de las diferentes metodologías aplicadas por las entidades que son fuente
primaria de información, 10 cual comprende la evaluación del diseno de muestreo
aplicado, de la forma de recolección de los datos, del control de calidad realizado en
los procesos de recolección y de tratamiento de la información, de los cálculos de
agregados, del aprocesamiento y publicación de los resultados 76; el mismo decreto
ley prevé la realización de estas actividades al establecer que la División de Análisis
Estadístico será la responsable del análisis de las metodologías de obtención de la
información y de la presentación de propuestas para su mejoramiento.
" Este tipo de mvenlarios pondrá en evidencia, como ya se ha observado en algunos estudios sobre el tema,la
heterogeneidad de conceptos y definiciones, la multiplicidad de fuentes de irúonnación para algunas variables
básicas y la diversidad de metodologías aplicadas para la obtención de información asociada a una misma
variable.
Necesaria para realizar análisis de tipo coyuntural y estructural, así como para el adecuado manejo de modelos
de tipo sectorial y global.
" Es urgente para el sector poder disponer de información sobre precios al productor, inventario de ganados,
costos de producción regionales o por centros de producción, tenencia de la tierra, uso actual o aprovecha-
miento de la tierra, uso potencial, empleo rural, además de la infonnación relacionada con los sectores
silvícola, pesca y caza, y de la indispensable para la adecuada aplicación de modelos de análisis sectorial y
global.
213
de concientización por parte del Ministerio de Agricultura sobre la importancia que
para el sector representaría el poder disponer de esta información y que en conse-
cuencia promueva, a través del Comité Nacional de Estadísticas Agropecuarias, la
obtención de la misma.
Uno de los tantos modelos que estaría a disposición de las distintas entidades del
sector para su explotación, y como una de las realizaciones de la Misión de Estudios
214
del sector agropecuario, es el de linsumo-producto7 -, Se trata de un instrumento
privilegiado que permite evaluar cómo repercuten sobre el septor las modificaciones
que se operan en el conjunto de la economía así como los cambios a nivel global
generados por variaciones en el comportamiento sectorial'o,
" Este mooelo no es más que la matriz de insumo-producto, elaborada por el DANE, en la que se desagrega el
sector agropecuario, dando por resultado final una matriz en la que la actividad económica comprende 47
sectores en lugar de 32 que comprende la matriz original. En el sector agropecuario se consideran los
siguientes subseclores: cereales. café, tubérculos, tabaco, caña, banano, algodón, flores, oleaginosas, honali-
zas y legwnbres, cacao, palma africana, frutales, otros agrícolas, ganado y leche.
" Estas evaluaciones son posibles porque la matriz de insumo-producto, detalla las interdependencias sectoria-
les de la economía. Son, por tanto, múltiples los escenarios que pueden ser analizados mediante la utilización
de este modelo.
215
de previsión de los efectos sectoriales de la segunda. A pesar de que las políticas
globales tienen un impacto importante sobre el sector agropecuario, no siempre
existe una visión clara de la forma como estas deciciones afectan la agricultora y
limitan su desarrollo, obstaculizando o limitando el uso efectivo del potencial que el
país tiene en este sector. Una posible solución a los problemas antes indicados sería
el desarrollo de modelos tanto de equilibrio general como de equilibrio parcial o de
impacto". El primer tipo de modelos permite analizar y evaluar el impacto de las
'.
variables sectoriales sobre la actividad económica en su conjunto al igual que el
efecto de las políticas macroeconómicas sobre la agricultura; un modelo de esta
clase, y disponible para el sector, es el GAMS-HERCULES 82 , el cual permite
además realizar evaluaciones de corto y largo plazo. El segundo tipo de modelos
permite establecer la dirección de los cambios que se generan en la producción
agrícola, tanto agregada como a nivel de su composición entre los distintos grupos
de productos, ante cambios en alguna(s) de las principales variables de la política
macroeconómica" .
El primero de ellos describe las interrelaciones del sector agropecuario con el resto de la economía, mientras
que los segundos penniten explorar los efectos de las principales variables macroecon6micas, así como de
algunas de tipo sectorial, sobre la producción.
" Para la descripción de este modelo ver: Barajas, Adolfo "Vínculos entre el sector agropecuario y la Macro·
economía dentro de un Modelo de Equilibrio General". Wonne Final presentado a la Misión de Estudios del
sector agropecuario, octubre de 1989.
" Como tasa de interés. tasa de cambio real, crédito, gasto público., ofena monetaria e impuestos, entre otras. Un
ejemplo de este tipo de modelos es el que se desarrolla en "Relaciones entre la Política Macroeoonómica y la
Producción Agrícola" de Crane, Catalina. Wonnc Final presentado a la Misión de Estudios del sector
agropecuario, noviembre, 1989.
216
mación de decisiones sectoriales para el desam>llo agropecuario", el cual es de gran
utilidad para mejorar el proceso de análisis de las decisiones de política tomadas en
el pasado y permitir que las que se tomen sean las más adecuadas y efectivas;
algunos elementos para la implantación de este sistema, como las encuestas a
personajes calificados para conocer su opinión sobre los resultados, previstos e
imprevistos, de las decisiones de política tomadas en el pasado, sobre los nuevos
problemas así como sus posibles soluciones, deja la Misión de Estudios, como un
legado bibliográfico, al sector para su adecuada utilización.
D. Conclusiones
. Este sistema ha sido desarrollado por el IlCA y se encuentra en la actualidad sistematizado; pennite identificar
las decisiones de política, los resultados esperados en la aplicación de las mismas, al igual que conocer las
opiniones de personas calificadas sobre las decisiones de poUtica puestas en práctica y sobre sus resultados
(previstos e imprevistos), a la vez que pennite identificar nuevos problemas y detenninar nuevas alternativas
de solución; pennite. igualmente, conocer los resultados sobre la evaluación del impacto efectivo generado
por las decisiones de palltica al igual que los factores que limitan los incrementos en la producción y la
productividad de las actividades productivas de cada región del país.
Para más detalles sobre la foona de funcionamiento de este sistema ver : "Si.stema de infonnación de
decisiones sectoriales para el desatTolloagropecuario" de Del Risco Saldivar, Fernando, elaL. nCA. Colección
de Libros y Materiales Educativos, No.86, San José, Costa Rica, 1988.
" Este proceso de capacitación y adiestramiento debe cubrir igualmente a los funcionarios del nivel regional.
217
a. Se realice el proceso de mejoramiento de la informaeión actualmente disponible,
para lo cual es indispensable que se realice la homologación de conceptos,
nomenclaturas, definiciones y en general de la terminología utilizada en el sector
para que la producción de información esté sustentada en un marco conceptual
común.
218
COMENTARIO
DI. ABSALON MACHADO'"
2Jl
Uno de los aspectos quizás descuidados en el análisis de la Misión de Estudios del
Sector Agropecuario, fue la contextualización internacional de los procesos agríco-
las y las opciones que realmente le quedan a nuestras agriculturas en los nuevos
escenarios de reestructuración internacional y formación de grandes bloques de
decisiones y poderes internacionales. El Ministerio de Agricultura y Planeación
Nacional deberán poner más atención al seguimiento y conocimiento de los proce-
sos económicos y agrícolas del mercado mundial, para aumentar apreciablemente el
conocimiento que permita fortalecer la capacidad de negociación del país en los
foros internacionales en defensa de la agricultura colombiana.
El Informe deja ver, en mi opinión, lo que son las áreas menos estudiadas que
requieren un mayor esfuerzo de comprensión de procesos, y no puede atribuirse del
todo esas carencias a la Misión en la concepción previa que tuvo sobre lo que debfa
analizar. Buena parte de esas carencias obedecen a un tradicional vacfo de conoci-
mientos y de comprensión de la importancia que tienen para la toma de decisiones
aspectos como los siguientes:
222
El problema de la descentralización y participación, y los retos que ello repre-
senta para las instituciones públicas y privadas que trabajan en el sector agrope-
cuario, requiere de mayores análisis. El tema de la presencia del Ministerio en las
regiones y su articulación con la sociedad civil regional, no debe estar por fuera
de las consideraciones que se tienen sobre las estrategias de desarrollo, sobre
todo en el sistema de toma de decisiones.
223
COMENTARIO
Dr. GABRIEL MONTES LLAMAS*
1. INTRODUCCION
2. COMENTARIOS GENERALES
En los últimos meses he tropezado con dos documemos que me han dejado una
impresión de ambigüedad después de su lectura: uno de la FAO sobre la estrategia
de reactivación del sector agropecuario en América Latina y este de la Misión de
Estudios del Sector Agropecuario en Colombia. Ellos representan, en cierta forma,
la transición entre la escuela cepalina. estructuralista, pesimista sobre las exporta-
ciones, partidaria de la industria como sector lfder y las nuevas realidades del fracaso
*Gerenl.e general dellCA, miembro Comisión Técnica de la Misión de ESludios del Sector Agropecuario.
225
del modelo proteccionista, de economía cerrada con una excesiva intervención del
Estado en las realidades económicas. Los autores de los estudios mencionados
oscilan constantemente entre las dos posiciones y a veces entran en contradicciones
acentuadas.
Se considera que las exportaciones deben ser una estrategia prioritaria, pero al
mismo tiempo se insiste en el pesimismo sobre las exportaciones primarias; se debe
ante todo exportar bienes agroindustriales, independientemente de las ventajas
comparativas, aun en el largo plazo.
En fin, creo que me haña pesado si enumerara en esta introducción las numerosas
contradicciones en que incurre el informe y sólo quiero señalar lo que considero su
principal característica y debilidad: su ambivalencia frente a la posición del sector
agropecuario en la estrategia general de desarrollo y sobre el papel de ciertas
variables cñticas en el mismo proceso. Una razón fundamental para esto la consti-
tuyó la contratación de estudios a consultores con concepciones claramente diferen-
tes, ante los cuales los coordinadores no tomaron una posición definida.
3. EL DIAGNOSTICO
a) Crecimiento y estructura
226
registro de ciertas relaciones entre el producto agropecuario y el producto total que
no tienen mayores implicaciones y no registra para nada la relación entre las
inflexiones en la tasa de crecimiento y las variaciones en políticas, en parámetros
macroeconómicos o en acontecimientos externos de importancia.
Sin embargo, el diagnóstico se limita a exponer los hechos y a dejar interrogantes sin
respuesta aparente. Hubiera sido interesante relacionar estos cambios estructurales
con cambios en polfticas, y variables macroeconómicas. No hay una sola referencia
a la política de protección industrial y discriminación agropecuaria que, sin duda,
acentuó el fenómeno de pérdida de participación agropecuaria en el producto; no
hay referencias a las distorsiones en el mercado de factores (crédito subsidiado,
salario mínimo, etc.) que pudieron influir en la utilización relativa de éstos y no hay
referencia ninguna a precios relativos.
227
Otras transfonnaciones señaladas apuntan hacia la existencia de un profundo proc-
eso de modernización y de cambio en el sector agropecuario y relievan el éxito que
han tenido las polfticas de refonna agraria y de generación y transferencia de
tecnología.
b) Oferta agropecuaria
Ver Garcia G. Jorge y Montes Uamas Gabriel "The politicaJ of lhe Agricultural Pricing Policies" en Colombia
- World Bank.Wash.ington D.F. OCL 1988.
228
Como puede verse hay una tendencia en el estudio a minimizar las consideraciones
sobre incentivos a través del sistema de precios o del mecanismo cambiario.
e) Economía campesina
d) Desarrollo ganadero
229
el mundo, la importancia de otros factores diferentes al tipo de cambio para
explicar su desarrollo". La evidencia parece sugerir que el desenvolvimiento de las
exponaciones agropecuarias menores está influido por otros factores que por el tipo
de cambio, dice el estudio en una conclusión que no puedo más que rechazar a la luz
de experiencias históricas como las de Argentina y la más reciente de Chile. La
estructura de la comercialización o la localización de la producción son aducidas
para explicar el éxito del banano y las flores en Colombia; ante esto cabría pregun-
tarse cuál sería el nivel de estas exportaciones si tuvieran una tasa de cambio similar
a la que tiene por ejemplo la imponación de carros (2.000 pesos por dólar).
4. LAS ESTRATEGIAS
al Introducción
Las ambivalencias del estudio se muestran cuando los autores se separan de los
modelos contratados y afirman cosas como "en una perspectiva de largo plazo, el
Cavallo D., Mundalak Y. Agriculturc and Economic Growth in an open economy me case of Argentina. IFPRI
Rescarch Report No. 36. 1982.
D.N.P. Misi6n de Estudios del Sector ¡\gropccuario p. 64
230
sector agropecuario ha mostrado capacidad para sostener su crecimiento y generar
excedentes ... "5
231
tos de arrastre y por la inestabilidad de sus precios". "Se puede mencionar el hecho
de que no abundan experiencias exitosas de países que hayan logrado niveles
aceptables de desarrollo sin un vigoroso sector industrial". A ésto se le puede
contestar con el escenario lastimoso que presentan aquellos países que discrimina-
ron sus exportaciones primarias para lograr "ese vigoroso sector industrial".
El argumento del estudio muestra sus verdaderas raíces intelectuales cuando afirma
que el país se caracteriza "por ser un exportador de bienes regresivos e importador
de bienes progresivos".' De ahí al argumento de que en base a una matriz insumo-
producto hay que escoger los sectores más progresivos para protegerlos y estimu-
larlos, no hay más que un paso.
Sin embargo, las grandes contradicciones están por venir en este capítulo. En
contravía con la política de apertura introducida al inicio se habla de "los graves
efectos que tendría una liberación abrupta de importaciones sobre el desempefío de
la industria, para no hablar del impacto negativo sobre las reservas internacio-
nales ... "9
El sesgo industrialista del estudio se hace cada vez más patente cuando se afirma
"con estos criterios debe recomendarse que, por el lado de la demanda, tanto interna
como externa, la industria tiene más posibilidades de expansión que la actividad
agropecuaria ... La industria tiene más capacidad para generar enlaces ... ¿Será el
mismo sector industrial que al principio del capítulo era incapaz de jalonar al
crecimiento global? ¿O será que uno es el sector industrial de la política de apertura
y otra el de los modelos insumo-producto contratados por la Misión? En resumen, el
sector agropecuario en los planteamientos de la Misión de Estudios del Sector
Agropecuario queda, según sus propias palabras, supeditado al desarrollo de la
industria. Al fin quedó claro que el planteamiento sobre estrategia de desarrollo de
los coordinadores de la Misión.
232
tendencia de forLar esos eslabonamientos, de proteger y estimular a base de subsi-
dios el sector agroindustrial o de proponer, como lo hace un analista citado por la
Misión de Estudios, impuestos a las exportaciones primarias y subsidios a las de
bienes agrícolas elaborados. 10
Estamos entonces hablando de una concepción del desarrollo donde hay muchas
variables exógenas, todo se puede dirigir, conducir, intelVenir. ..
"A nivel más operativo no debe ignorarse el efecto positivo de la intelVención estatal
sobre la industrialización, las exportaciones de manufacturas ... " Creo que las afir-
maciones que cité antes sobre los efectos del proteccionismo en el sector industrial
me releva de comentar esta afirmación.
S, LOS CRITERIOS
233
y el más justo de la relación entre bienes comerciales y no comerciales y entre bienes
urbanos y rurales; los precios internacionales, a pesar de todo constituyen una guía
útil para establecer los precios domésticos, aunque se utilicen elementos no discre-
cionales para disminuir la influencia de su inestabilidad coyuntural.
Areas prioritarias
234
ción institucional, la carencia de una política de crédito y la ausencia de tecnología
apropiada, aunque las recomendaciones no son lo suficientemente especfficas para
,~Uperur e~ta~ deficiencias,
Creo necesario en este punto hacer una anotación y una prevención. Varios análisis
realizados durante el disefio del plan de oferta selectiva parecen apuntar que las
políticas de precios e importaciones en muchos sectores han llevado a una protec-
ción efectiva mayor para la actividad de procesamiento que para la actividad
agropecuaria per se. Se ha protegido más al refinamiento de aceites que a la
producción de soya o semiJIa de algodón; más a la producción de alimentos con-
centrados que a la producción doméstica de sorgo. Una protección más equilibrada
de ambas ramas llevaría a un desarrollo más dinámico de ambas y de sectores como
la avicultura que consume los productos agro industriales.
Aquí es necesario enfatizar que el ICA en los años recientes ha venido haciendo
precisamente esto a través de los convenios ICA-PROEXPO para frutas tropicales,
marafión y aspectos fitosanitarios.
Areas críticas
235
El estudio afirma que los modelos han sido inerciales y generales, que no han
tomado en cuenta la dinámica y organización de la unidad campesina o sus
condiciones directas de producción. Estas afirmaciones ignoran el trabajo que ha
venido realizando el ICA por cerca de 25 años a través del programa DRI, que tiene
etapas como la identificación de los sistemas de producción y el ajuste y validación
de la tecnología a las condiciones específicas de los campesinos, tanto técnicas como
socioeconómicas. En esta dirección se ha llegado hasta establecer un programa de
"Investigación de fmcas". Como veremos más adelante en otros casos es un síntoma
tfpico de estos estudios al ignorar lo que el ICA está haciendo en estos campos para
luego recomendar que haga, ¡precisamente lo que se ha hecho por 25 años!
En el caso ganadero creo que falta un análisis más profunda y unas recomenda-
ciones más específicas, sin que esto quiera decir que estemos en desacuerdo con las
recomendaciones que se dan a nivel general sobre la intensificación de la produc-
ción, la modernización del mercadeo y el estímulo de la ganadería de doble propó-
sito.
Areas instrumentales
236
rentabilidad a la luz de nuevas alternativas como el control biológico de plagas y
enfermedades. .
7. ASPECTOS INSTITUCIONALES
En estos aspectos, tal como reconoce el estudio, el decreto 501 de 1989 avanzó
fundamentalmente en la solución de muchos de los problemas que se achacan a la
estructura del sector. Se mejoran fundamentalmente los mecanismos de coordina-
ción del Ministerio, se sentaron las bases para su fortalecimiento técnico y se trató de
especializar a las entidades. El estudio cree que en algunos campos se pudo avanzar
más, pero una cosa es hacer un estudio y otra cosa es implementarlo con restric-
ciones de orden práctico, legal y polftico. Para no invadir campos ajenos a mi
experiencia reciente quiero referirme exclusivamente al aspecto de generación y uso
de tecnología.
En segundo lugar, cerca del 90 por ciento del proceso de generación de tecnología
está concentrado en el lCA y en su Junta Directiva tienen asiento el Ministro de
Agricullura, el Jefe del Departamento Nacional de Planeación o su designado,
representantes de la SAC, FEDEGAN, ANUNC y el representante del ICFES
(educación superior) y los delegados del Presidente de la República. Asisten tam-
bién con voz pero sin voto dos directores del Ministerio. Este es, entonces, el foro
más apropiado para la concertación y coordinación de la política de generación de
tecnología.
Este estudio trae a colación el debate entre el nivel de especialización del ICA, sobre
el cual tanta tinta ha corrido. En primera instancia, las funciones de control y
supervisión sanitarias y de insumos 'permanecen en el ICA debido a que el país
carece por el momento de instituciones capaces de recibirlas o realizarlas. Además
como lo demuestran los hechos recientes, el aspecto fitosanitario es esencial para el
237
desarrollo de las exportaciones. Las funciones de comercialización y capacitación,
no están concebidas como ejes centrales del ICA, sino como coadyuvantes a una
labor más efectiva de generación y transferencia de tecnología: la primera con el
propósito de generar recursos propios que complementen los recursos del presu-
puesto nacional y la segunda para proponer a dispoSición de las universidades los
recursos de investigación que posee para lograr un proceso integral de capacitación
para los profesionales agropecuarios. A propósito, el convenio ICA - UNIVER-
SIDAD NACIONAL que aparece como recomendación, ya fue reactivado hace
varios meses.
El estudio recomienda algo que ha venido haciéndose hace más de treinta años,
como es el fortalecimiento de las relaciones con las agremiaciones privadas. El
convenio ICA - CIAT - FEDEARROZ es puesto hoy como ejemplo exitoso a nivel
internacional y data del decenio de los sesenta. Adicionalmente se tienen convenios
exitosos conFENALCE, conFEDECAFE, con ASOCOLFLORES, conFEDEMOL,
con MALTERIAS UNIDAS; se trabaja en la realización del convenio con los
gremios algodoneros y en la confección de un plan de trabajo con la industria de
aceites para el fomento de la soya y otras oleaginosas. Todos estos convenios están
financiados con alguna modalidad de cuota de fomento y además están dirigidos por
comités con alguna participación del sector privado interesado.
238
COMENTARIO
Dr. RICARDO VILLA VECES
Sin duda el esfuerzo que realizó la Misión fue de gran magnitud al pretender realizar
una revisión tan amplia y exhaustiva de los distintos temas relacionados con el sector
agropecuario. La panicipación de un grupo tan grande y heterogéneo de consultores
trabajando con infonnación cuya calidad, como sucede en muchos casos con las
estadísticas del sector, deja mucho qué desear, aumenta sin duda las dificultades del
trabajo. Por ello, resulta lógico que el enfoque de la Misión en la elaboración del
documento fuera el único viable, al escribir un documento que refleja, fundamental-
mente, los puntos de vista del equipo de la Misión, interpretando a su leal saber y
entender los elementos provenientes de los infonnes de base y los comentarios que
cuerpos como la Comisión Técnica Consultiva pudieron realizar.
239
recomendaciones de política que se hacen, muchas de las cuales son obviamente
muy discutibles.
Sin pretender opinar en este caso con el carácter de representante gremial, sino como
miembro de la Comisión Técnica Consultiva, no puedo dejar de comentar que
recomendaciones como las que se hacen en materia de política gremial son un
ejemplo que ilustran bien la necesidad de analizarlas, confrontarlas y debatirlas,
pues para los gremios resultaría por lo menos extrafia la manera de interpretar el
derecho de asociación de la Misión. Mencionando el caso del azúcar, por ser el que
más conozco, cabe anotar que afinnaciones como las que aparecen en algunas partes
cuando la incluyen como palte de los "bienes primarios regresivos" (pág. 123), o
sobre la necesidad de incrementar su productividad para evitar aumentos en sus
importaciones (?) (pág. 167), genera muchos interrogantes acerca de la concepeión
que tiene la Misión sobre lo que es la agroindustria, o sobre la visión que se tiene
acerca de la situación y características de productos concretos. Este tipo de ejemplos
sólo corrobora, pues la conveniencia que podría tener el analizar estos documentos
con el carácter de versiones para discusión y no como un documento impreso que se
entiende como el resultado final de la Misión y de cuyas afinnaciones y recomen-
daciones se puede llegar a conclusiones erróneas.
A nivel del diagnóstico, sin duda, es mucho lo que el resultado aporta corroborando,
en algunos casos y complementando en otros, algunos de los planteamientos que
sobre el sector se han venido haciendo. Sin embargo, en materia de recomenda-
ciones, se cae con frecuencia en generalizaciones con un enfoque que no incorpora
de manera muy clara los elementos nuevos que se mencionan en el diagnóstico. Es el
caso, por ejemplo, de la interrelación con los demás sectores de la economía que
para temas como el de la agroindustria, que parecería ser central para el diagnóstico,
no muestra mayores avances ni concreciones en materia de política. Por el otro lado,
se percibe un vacío en relación con el contexto en el que se moverá el sector en los
próximos afios, en materia de comercio exterior, de tecnología, de competencia, de
acceso a mercados, etc.
240
(Galápagos, por ejemplo) y cómo va a enfrentar el sector esas nuevas circunstan-
cias? ¿Cómo va a manejar el tema de las patentes en materia de biotecnología y qué
tratamiento se le dará a este nuevo campo de la tecnología con incidencias tan
profundas en lo que será la agricultura de los próximos a1Ios? ¿Cómo se manejará el
tópico del medio ambiente en los términos en los que se está concibiendo en el sector
agrícola en el mundo actual (regulaciones al uso de agroquímicos, por ejemplo?).
241
'.J
ANEXO
RELACION DE LOS INFORMES DE BASE PARA
LA ELABORACION DEL INFORME FINAL
CAPITULO 1
TRANSFORMACION ESTRUCTURAL
y CRECIMIENTO AGROPECUARIO
CAPITULO 11
LAS TRANSFORMACIONES
DE LA ESTRUCTURA AGRARIA
CAPITULO 111.
EL EMPLEO, LA POBREZA Y LA DISTRIBUCION DEL INGRESO
CAPITULO IV
LA OFERTA AGROPECUARIA
CAPITULO V
LA ECONOMIA CAMPESINA EN COLOMBIA
CAPITULO VI
LA GANADERIA BOVINA
CAPITULO VII
LOS ESLABONES DEL CRECIMIENTO
2. "Análisis de la Agroindustria"
Absalón Machado
CEGA.
CAPITULO VIII
POLTTICAS MACROECONOMICAS y DESARROLLO AGRICOLA
CAPITULO X
EL MARCO INSTITUCIONAL
CAPITULO XI
ESTRATEGIAS Y POLITICAS PARA
EL DESARROLLO AGROPECUARIO