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Felipe Lecannelier
Psicólogo especialista en apego
Consuélalos y acógelos
Los niños y niñas necesitan contención y apoyo de los adultos para volver a la
calma cuando lloran o expresan molestia: lloran para manifestar alguna necesidad
específica, pueden estar cansados, con hambre o sentirse irritados porque la posición
en la que se encuentran no es cómoda o tal vez su ropa no les permite moverse con
facilidad.
Jueguen juntos
Establece un horario para las actividades diarias: comer, bañarse, dormir siesta
o acostarse al final del día. Las rutinas ayudan a niños y niñas a sentirse seguros y a
comprender paulatinamente, cómo se desarrolla su día a día. Mantener una rutina
clara también ayuda a los adultos, puesto que disminuye la incertidumbre y por ende
el estrés.
Abrázalos constantemente
En la medida que los niños y niñas crecen, progresan sus intentos de realizar
acciones por sí mismos, por ejemplo, usar la cuchara para alimentarse. Entrégales
apoyo y seguridad frente a esas acciones y ayúdalos a probar cosas nuevas como
escoger su ropa, ponerse los calcetines, lavarse los dientes, entre otras.
Los niños y niñas expresan sus emociones frente a diversas situaciones. Utiliza
esos momentos como una oportunidad para hablar sobre lo que están sintiendo, por
ejemplo: “Parece que te asusta ese juego, si quieres te puedo acompañar”, “Veo que te
pone muy feliz jugar con burbujas”. Esto les ayuda a identificar sus emociones.
Compartir las tareas del hogar puede ser una oportunidad para desarrollar
pertenencia y responsabilidad por el espacio familiar o social. Ordenar juntos los
juguetes, guardar alimentos en un mueble o en el refrigerador, regar el patio o las
Consejos de 24 a 36 meses