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INVESTIGACIÓN

Del imaginario estético al imaginario social


urbano. En los procesos de consolidación
de empatías urbanas 1
Jairo Humberto Agudelo Castañeda
Facultad de Ciencias del Hábitat
Universidad de La Salle-Bogotá, Colombia
jairoagudelo@hotmail.com

Arquitecto docente de la Universidad de La Salle-Bogotá, magíster en historia y teoría de la ar- 111


quitectura en la Universidad Nacional de Colombia, y actualmente es doctorando de la Facultad
de Filosofía, departamento de geografía de la Universidad de Valladolid, España. Es docente e
investigador en teoría del espacio habitado y sus dimensiones estética, social y semiótica.

Fecha de recepción: 24 de julio de 2015


Fecha de aceptación: 28 de noviembre de 2015

Resumen

Los fenómenos espontáneos de apropiación, transformación de usos y expresión cul-


tural en el espacio urbano, evidencian en su estructura íntima, la identidad recíproca
entre una micro cultura urbana y un espacio con el que establecen lazos de identidad,
que hacen del espacio un elemento protagónico en la conformación de sistemas cul-
turales emergentes en la ciudad. El sistema cultural emergente o micro cultura, es en
esencia un sistema que se estructura a partir del ejercicio comunicacional de sus ele-
mentos constituyentes donde el espacio es elemento fundamental en la construcción de
realidad y sentido histórico.
Lograr  expresarse en el espacio urbano es para una micro cultura, un logro que la
establece como válida; apropiarse de un espacio urbano es la forma de institucionali-
zar su existencia, pues su apropiación es una muestra de solidez social y cultural donde
el espacio urbano es  el cimiento de su construcción  simbólica. El espacio deja de ser
sólo para la contemplación estético-simbólica, heredado de las estructuras barrocas y
se establece como generador de experiencias sociales a partir de las cuales se constru-
yen imaginarios sociales que son la base de toda cultura urbana.
Palabras clave: espacio urbano, semiología del espacio, apropiación del espacio,
identidad urbana
Texto arbitrado

1 Este artículo presenta una aproximación a la reflexión sobre las empatías urbanas, investigación desarrollada
por el autor en el doctorado en patrimonio cultural y natural, historia, arte y territorio del Departamento
de Geografía de la Universidad de Valladolid, España.

Academia XXII · UNAM · ISSN: 2007-252X · primera época · año 7 · número 13 · México · febrero-julio 2016 · pp. 111-125
Jairo Humberto Agudelo Castañeda

From aesthetic to social urban imagina- urbanos y grupos humanos establecidos,


ries: consolidating the process of urban que generan empatías históricamente pro-
empathy ductivas. Esta ciudad institucional “váli-
da” y “valiosa” ejerce su poder comercial
Abstract y simbólico en espacios con condiciones
urbano-estructurales reconocidas por la
The spontaneous phenomena of appro- ciudad, en tanto que estructuras espa-
priation, spatial transformation, and ciales ocultas en el espacio o en el tiem-
cultural expression in urban spaces re- po, fragmentadas, residuales y débiles en
flect their intimate structure and the re- términos de su consolidación de imagen
112 ciprocity of identities between micro ur- suelen ser propiadas por comunidades
ban cultures and the spaces where they emergentes que buscan establecerse en el
occur, which are a key feature in the sha- mundo de lo urbano y construir una di-
ping of emerging cultural systems in the mensión cultural, económica y semiótica
city. Emerging cultural micro systems que les permita su reconocimiento e iden-
or cultures are essentially structured on tidad urbana.
communicational relationships between La vitalidad de la ciudad y su renova-
their constituents, and space is essential ción simbólica, dependen de la evolución
for the construction of reality and a sen- orgánica de estos fenómenos y en los me-
se of history (Luhmann, 1984). jores casos, de la renovación de valores
To achieve expression on the urban del espacio urbano, que aseguren la re-
stage is a process of validation for mi- novación de la imagen de la ciudad y su
cro cultures, which appropriate urban consumo cultural y simbólico. El barrio
space to institutionalize their existence. de Chapinero puede contar la historia de
Appropriation is thus a sign of social la Bogotá, pues congrega gentes de toda
and cultural solidness, where urban índole, constituyéndose como el más he-
space is the foundation of its symbolic terogéneo de la ciudad y en una fábrica de
construction. fenómenos urbanos emergentes. Podría
Urban space is no longer a place for decirse que además que se reconstruye
symbolic aesthetic contemplation inheri- constantemente, camaleónico pues cam-
ted from Baroque traditions, but a gene- bia diariamente, con las horas del día y
rator of social experiences which are the de la noche.
basis for urban culture. Al contrario que en el caso de Truman
Keywords: urban space, semiotics of The Truman Show, el director Peter Weir,
space, appropriation of space, urban 1998 el peatón en Chapinero se enfren-
identity ta con un sector de ciudad heterogéneo
y vital, donde se pueden encontrar todo

Introducción tipo de expresiones sociales y estéticas,
subculturas urbanas que logran un ni-
La ciudad consolidada mantiene su imagen vel de identidad reconocible y que tie-
a partir de la estructuración entre espacios nen su espacio y su sede en este barrio.

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La fachada, el vendedor, el ciclista y el peatón


Fotografía: Jairo Humberto Agudelo Castañeda (JHAC), mayo de 2015

Estudiar cómo el habitante urbano logra El presente artículo se centrará, en pri-


su identidad social a partir de la apropia- mera instancia, en establecer dos visiones
ción física y simbólica del espacio urbano desde las cuales se puede abordar el estu-
consolidando micro culturas urbanas es dio de empatías entre habitantes y el es-
un trabajo necesario para el proceso de pacio urbano, las cuales servirán de base
valoración de éste tipo de patrimonio in- para plantear la estructura del futuro tra-
material de nuestras ciudades. bajo de campo en Chapinero: una primera

Grupos humanos, culturas urbanas


Fotografía: JHAC, mayo de 2015

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que hemos heredado de las vanguardias pronto valores dominantes. El espacio


modernas que enfatiza la cualidad estéti- captado por la imaginación no puede
ca y funcional –y que hemos denominado seguir siendo el espacio indiferente en-
aquí como imaginarios estéticos– y otra tregado a la medida y a la reflexión del
más contemporánea, la cual reconoce geómetra. Es vivido. Y es vivido no en
las preocupaciones e investigaciones que su positividad sino con todas las parcia-
otras disciplinas han desarrollado sobre lidades de la imaginación. En particular,
las cualidades determinantes en la calidad atrae casi siempre. Concentra ser en el
de vida de habitantes –y que hemos deno- interior de los límites que protegen. (Ba-
minado aquí como imaginarios sociales–. chelard, 1997: 28)
114 Así el objetivo de este texto de reflexión Para el filósofo francés, la imagen del es-
será establecer la naturaleza de los imagi- pacio es el valor fundamental al habitar
narios sociales y los imaginarios estéticos, y esta dimensión se encuentra por encima
y cómo estas estructuras simbólicas serán de su mera cualidad física o geométrica.
constituyentes en la lectura que hacemos Una postura estético-simbólica generada
del espacio urbano. Para ello, se estable- en 1957 en medio de una visión funcio-
cerán dos tipos de imaginarios urbanos a nalista del espacio, generada por los mer-
fin de determinar cómo la experiencia del cados y las nuevas tecnologías.
espacio urbano se estructura a partir de Sin embargo, la tradición en el estudio
la relación de estos dos tipos de imagina- de la significación en arquitectura se ha
rios: el social y el estético. enfocado más a estudiar la comunicabili-
dad de lo visible y desde esta perspectiva
Del imaginario estético se ha creado la noción de lo estético y lo
al imaginario social urbano plástico, haciendo énfasis en la cualidad
del objeto. Como si se tratase de una frase,
La imagen generada por palabras o unidades que se
Para adentrarnos a la significación del organizan para lograr un mensaje general,
espacio y las formas de relacionarnos los órdenes griegos han sido considerados
hemos de acudir a la ya clásica obra La “unidades significativas”. Sobre este as-
poética del espacio de Gastón Bache- pecto y refiriéndose al sistema constructivo
lard. Esta obra muestra cómo la imagen denominado trilítico, el arquitecto colom-
poética del espacio que habitamos es biano Juan Carlos Pérgolis ha afirmado
una realidad sobre la cual se sustenta la en Sobre lo clásico en arquitectura  que:
construcción de nuestros sentidos tras- “es fácilmente identificable como unidad
cendentales de existencia. Al respecto de lingüística” (Pérgolis, 1986: 21). El obje-
la imagen del espacio, en la introducción to y la estructuración de los mismos son
se puede leer: partes de un armazón simbólica, la cual es
A su valor de protección que puede ser la contenedora de mensajes y significados;
positivo, se adhieren también valores desde esta perspectiva, el objeto arquitec-
imaginados, y dichos valores son muy tónico se establece como lo comunicante.

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La séptima monumental. Fotografía: JHAC, agosto de 2015

Muchos autores coinciden en establecer a explotado en múltiples estructuras semió-


La imagen de la ciudad de Kevin Lynch ticas, tantas como estructuras culturales
como un tratado fundamental de semió- genera cotidianamente la ciudad en donde
tica de la arquitectura para el mundo la imagen del espacio compite claramente
moderno. En este libro, el urbanista esta- con la imagen del objeto, pues cada vez es
dounidense nos muestra las bases de una más frecuente la reflexiones sociales frente
lectura semiótica de la ciudad (Lynch, a la experiencia de lo urbano.
1985) a través de conceptos fundamen- Por su parte, el semiólogo italiano Um-
tales como: sendas, bordes, barrios o berto Eco, una vez que establece el carác-
distritos, nodos y mojones, partir de los ter semiótico de la arquitectura como su
cuales los habitantes establecen estruc- dimensión cultural, define a la función
turas semióticas legibles de la ciudad, como lo implicado por la cualidad del
dándole énfasis a la percepción visual y objeto (Eco, 1986), por lo que el espacio
por ende, a la dimensión objetual de la representa el valor de uso funcional del
realidad urbana y no al espacio, dejando objeto; sin embargo, esta aproximación
la construcción de la imagen a lo que él objetualiza el espacio en la medida que
llama imaginabilidad. No obstante, tam- lo establece y lo define desde la perspec-
bién abría la discusión al establecer que la tiva de uso pragmático, productivo, es
imagen de la ciudad era múltiple hoy po- decir, un uso fijo preestablecido. Según
dríamos decir que la lectura de ciudad ha Eco: “[…] nuestra impostación semiótica

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reconoce en el signo arquitectónico la Frente a esta concluyente afirmación de


presencia de un significante cuyo signi- Martí quedan aún muchas preguntas por
ficado es la función que éste hace posi- enfrentar. Si la esencia de la arquitectu-
ble” (Eco, 1986: 260), una afirmación ra no tiene una intención comunicativa
que nos remite a las reflexiones sobre es entendible desde el punto de vista que
la relación forma-función tan común en plantea Pérgolis, pues el objeto arquitec-
los discursos de la arquitectura moderna tónico es más un medio de representación
y en donde la forma del objeto es la re- que un mensaje, sin embargo se puede en-
presentación –no de la cualidad semióti- tender que muchos fenómenos naturales
ca del espacio– sino del uso funcional y son signos y a esos signos naturales no
116 pragmático del mismo. Aquí el espacio podríamos reconocerle intención de co-
urbano y el reconocimiento de su cuali- municabilidad. Tendríamos que aceptar
dad intrínseca explícita desaparecen fren- que todo hecho, todo acontecimiento,
te a la fuerza del objeto arquitectónico implica un acto de comunicación y por
y su única cualidad considerada, que es ende su posibilidad de ser interpretados.
su utilidad pragmática, para lo cual, los El énfasis en los imaginarios estéticos y
fenómenos de significación del espacio sociales hace protagonista al espacio,
urbano no son reconocidos. pues no es el objeto el que contiene y es-
En este aspecto, el arquitecto barcelo- timula la acción y la contemplación, sino
nés Carlos Martí Arís opina que la pro- es el espacio mismo.
puesta de hacer semiótica de la arquitec-
tura es desestimada: Lo semiótico
El problema es el mismo para la arquitec-
tura. Ninguna de las dos condiciones an- El actual sentido del espacio urbano es
tes mencionadas (intención comunicativa más que el cumplimiento de un dicta-
y carácter inequívoco del mensaje) son men funcional y más que un proceso de
sustanciales al hecho arquitectónico. Pero interpretación semiótica de las cualida-
si la arquitectura no se propone transmitir des espaciales como respuesta a nuevas
un mensaje ¿qué sentido tiene seguir exa- necesidades de grupos humanos emer-
minándola desde el punto de vista de la gentes; se puede afirmar que: “[…] en el
comunicación? Este es el principal escollo objeto arquitectónico nos representamos,
con que tropieza, de entrada, cualquier pero que en el espacio urbano arquitectó-
intento de legitimar el énfasis semiótico nico nos reconocemos.”(Agudelo, 1994).
de la arquitectura y en general, de todas Es aquí específicamente donde la ar-
las actividades artísticas. Umberto Eco quitectura deja de ser representación
ha tratado de eludirlo, proponiendo una objetual para convertirse en espacio
definición según la cual la semiótica se- sígnico, el cual es interpretado por el
ría aquella “ciencia que estudia todos los código cultural del habitante individual
fenómenos culturales como si fueran un o colectivo a partir del evento o aconte-
fenómeno de signos”. (Martí, 1993: 107) cimiento emergente.

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Del imaginario estético al imaginario social urbano

El filósofo y semiólogo francés Roland caminos, cercados, barrios nudos, pun-


Barthes sostenía que: “[…] los urbanistas tos de referencia, Son categorías de uni-
se enfrentan al conflicto entre función y dades que podrían fácilmente convertir-
significación”, (Barthes, 1985), sin embar- se en categorías semánticas. (Barthes,
go, estas dos condiciones de la realidad 1985: 259).
urbana se estructuran y se sintonizan, ge- En el mismo texto Barthes hizo tres obser-
nerando fenómenos emergentes de apro- vaciones que, según él, podían ser la base
piación del espacio, con un sentido y fuer- para una semiología urbana contemporá-
za simbólico-funcional inimaginable por nea, cuyo valor es: “[…] en la medida en
ningún ejercicio de planificación. En La que hacen un balance rápido de la semio-
aventura semiológica Barthes dedicó un logía actual y tienen en cuenta que desde 117
capítulo a establecer la dimensión semió- hace algunos años el paisaje semiológico
tica de lo urbano , una perspectiva que se no es el mismo” (Barthes, 1985: 261).
acerca al tipo de visión que nos interesa. En su primera observación postuló
Además de establecer la gran confron- que: “[…] el simbolismo (que hay que
tación entre función y significación el au- entender como discurso general concer-
tor francés reflexiona sobre la rivalidad niente a la significación) no se concibe
que ha dejado la modernidad entre objeti- ya actualmente, por lo menos por regla
vidad y significación: “La geografía cien- general, como una correspondencia ge-
tífica y sobretodo la cartografía moderna neral entre significantes y significados”
pueden ser consideradas como una espe- (Barthes, 1985: 261). Esta opinión, y des-
cie de obliteración de censura que la ob- pués de citar la obra de los discípulos de
jetividad ha impuesto a la significación” Noam Chomsky, Katz y Fodor, pone de
(Barthes, 1985: 257). Con esto, establece manifiesto la ya no estricta relación entre
una clara crítica a la visión funcionalis- significante y significado para la semiolo-
ta y “objetualista” de la arquitectura y gía urbana, por lo que concluye diciendo:
urbanismo modernos, al establecer un “[…] los significados son seres míticos, de
campo de acción amplio frente a los es- cierta imprecisión y que en cierto momen-
tudios sobre semiótica y urbanismo para to se convierten siempre en significantes
el mundo contemporáneo. En ése capítu- de otra cosa: los significados pasan, los
lo también alude a Lynch, al afirmar que: significantes quedan” (Barthes, 1985:
“[…] las investigaciones de Lynch, desde 262), como por ejemplo, el significado
el punto de vista semántico, siguen siendo vacío de centros urbanos como el palacio
bastante ambiguas”(Barthes, 1985: 259), imperial en Tokyo, Japón, el cual es “vi-
aunque también le reconocía que: vido como centro vacío”.
[…] tiene el sentido de las unidades dis- En su segunda observación, el semió-
cretas, intentó encontrar en el espacio logo francés afirmaba que: “[…] el sim-
urbano las unidades discontinuas que, bolismo tiene que definirse esencialmente
guardadas todas las proporciones, se como el mundo de los significantes, de las
asemejarían algo a los fonemas y a los correlaciones, y sobre todo de las correla-
semantemas. Estas unidades las llama ciones que no se pueden nunca encerrar

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en una significación plena, en una sig- Si aplicamos estas ideas a la ciudad, nos
nificación última” (Barthes, 1985: 263). veremos sin duda obligados a sacar a la
Se reitera aquí la desarticulación funcio- luz una dimensión que, debo decirlo, ja-
nal de los fenómenos semióticos, es de- más he visto citada, por lo menos clara-
cir, el predominio de la heterogeneidad mente, en los estudios y encuestas sobre
y el desequilibrio de esta estructura que el urbanismo. A esta dimensión yo la
se hace leve y, por qué no decirlo, des- llamaría la dimensión “erótica”. El ero-
de la perspectiva de Zygmunt Bauman tismo de la ciudad es la enseñanza que
se establecería una semiótica líquida de podemos extraer de la naturaleza infini-
la ciudad. Aquí Barthes, después de re- tamente metafórica del discurso urbano.
118 ferenciar a Friedrich Kats, Jerry Fodor y (Barthes, 1985: 264)
Claude Lévi-Strauss, concluye citando a Aunque nos aclara que la dimensión eró-
Victor Hugo: tica de la ciudad no se refiere:
Y encontramos aquí la vieja intuición de […] al barrio reservado a esta clase de
Víctor Hugo: la ciudad es una escritura; placeres, porque el concepto de lugar
quien se desplaza por la ciudad, es decir, de placer es una de las manifestaciones
el usuario de la ciudad (que somos todos) más tenaces del funcionalismo urbano, es
es una especie de lector que, según sus una  noción funcional, y no una noción
obligaciones y sus desplazamientos, aísla semántica: yo utilizo indiferentemente
fragmentos del enunciado para actua- erotismo o socialidad. La ciudad, esen-
lizarlos secretamente. Cuando nos des- cial y semánticamente, es el lugar de en-
plazamos por una ciudad, estamos todos cuentro con el otro. (Barthes, 1985: 265)
en situación de los 100.000 millones de Desde esta observación la lectura semió-
poemas de Quenau, donde puede encon- tica del espacio es el producto de esta na-
trarse un poema diferente cambiando un turaleza erótica de la ciudad, es decir pro-
solo verso; sin saberlo, cuando estamos ducto de una natural y esencial búsqueda
en una ciudad somos un poco ese lector del encuentro social.
de vanguardia. (Barthes, 1985: 264) Con estas observaciones se establece
Esto nos muestra que la ciudad nos pro- clara y profundamente la relación amplia
pone un mundo infinito de interpretacio- y poética con la ciudad, tan amplia como
nes, de lecturas que además de ser infini- la riqueza simbólica de sus espacios y la
tas, son, como lo afirma en  su primera creatividad imaginativa de sus habitantes,
observación, abiertas en el sentido que pues cada una de sus observaciones des-
los significantes no implican una signifi- articula la relación funcional con la ciu-
cación última. dad al establecer los parámetros de una
Finalmente, en su tercera observación relación más flexible, en la que el espacio
Barthes afirmaba que: “[…] la semiología empieza a ser parte activa en la construc-
nunca postula actualmente, la existen- ción de identidades y apropiaciones más
cia de un significado definitivo” (Barthes, personales de la ciudad y sus espacios.
1985: 264). Para ilustrar esta afirmación Al final del capítulo también recomienda
cita a Jackes Lacan, al afirmar que: que lo más importante no es tanto multi-

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plicar los estudios funcionales de la ciu- profundiza la metáfora entre espacio ur-
dad sino: “[…] multiplicar las lecturas de bano y narración, proponiendo al espacio
la ciudad, de las cuales, lamentablemente urbano como un canal físico que provee
solo los escritores nos han dado algunos la identidad a partir de sus formas y un
ejemplos” (Barthes, 1985: 266) acontecimiento que al ser narrado da
A partir de Lynch, Barthes realizó un sentido al recorrido; ésta hipótesis es de-
recorrido por las diferentes visiones del terminante para nuestra búsqueda, pues
tema y nos enfrenta al final con la pro- establece el valor fundamental de la na-
puesta de nuevos estudios sobre nuestra rración para la construcción de sentido de
relación con la ciudad, por lo que estable- lo urbano. Y termina al consolidar la idea
ce a la literatura (urbana) como la obra que establece al espacio urbano como un 119
que nos acerca a nuestra búsqueda de res- relato literario diciendo:
puestas frente a nuestra relación simbóli- Por lo tanto, el texto narrativo (en la li-
ca con el espacio urbano. teratura o en el espacio urbano) contiene
Atendiendo a esta última recomenda- un mensaje cimentado por uno o varios
ción de Barthes, es posible aproximarnos códigos que son transmitidos a través de
a Juan Carlos Pérgolis con su publicación un canal (la calle que se recorre o el texto
La ciudad y el texto, donde se proponen que se lee), en un contexto determinado
dos hipótesis que nos muestran otro ca- o código de orden superior que media la
mino para entender nuestra relación con relación entre el emisor (urbano o litera-
el espacio urbano: “[…] el recorrido, rio) y el receptor. (Pérgolis, 2001: 2)
como instancia de tensión entre un pun- Es definitivo que lo que nos plantea Bar-
to de origen y otro de destino, articulado thes –al citar a Víctor Hugo– es aquí rei-
sobre los hitos significativos constituye terado: la ciudad es un texto cargado de
el primer mecanismo de comunicación, signos infinitos, que es interpretado por
tanto en la literatura como en el espacio el habitante de acuerdo a sus códigos, y
urbano” (Pérgolis, 2001: 2); ha de desta- donde la identidad entre unos y los otros
carse que la relación que establece entre consolidan grupos humanos en espacios
literatura y ciudad sobrepasa la idea que urbanos, acontecimientos y relato urbano.
la literatura urbana lo es porque la ciu-
dad es el ente protagonista del relato, al La “lectura” del espacio
establecer una relación estructural y pro-
funda entre literatura y espacio urbano; Apoyándonos en el libro Walkscapes: el
en la segunda hipótesis del mismo  texto andar como práctica estética de Frances-
afirma que: “[…] la idea de recorrido im- co Careri, un documento que múltiples
plica la existencia de un canal físico y de estudios y experiencias han alimentado
una sucesión de acontecimientos; el pri- el discurso respecto a la relación con el
mero provee la identidad a través de sus espacio urbano y el territorio, y en don-
formas mientras que la narración de los de el recorrido y la deriva son el motor
acontecimientos da sentido al recorrido.” del descubrimiento de otras dimensio-
(Pérgolis, 2001: 3); la segunda hipótesis nes de lo urbano; desde el estudio de las

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La heterogeneidad de las representaciones. Fotografía: JHAC, agosto de 2015

experiencias de los situacionistas del su- de interpretación simbólica del territorio,


rrealismo dadaísta citando a André Bre- es una forma de lectura psicogeográfica
tón y luego a Walter Benjamin al exami- del territorio comparable al walkabout
nar al París del siglo XIX hasta reflexiones de los aborígenes australianos”. Ha de
históricas y míticas sobre nuestra relación recordarse que esta cita fue tomada por
con el espacio, se establece claramen- Tiberghien del texto de Carienri Rome ar-
te a la relación simbólica con el espacio chipel fractal al respecto de la cual, aclara
como la dimensión trascendente del ser en la referencia: “Psicogeografía. Estudio
habitante. En la introducción de este de los efectos precisos del medio geográfi-
texto Gilles A. Tiberghien cita el artícu- co, acondicionado o no conscientemente,
lo “Rome archipel fractal” de Carieri en sobre el comportamiento afectivo de los
donde afirma que: “Hemos escogido el re- individuos” (Carieri, 2003: 17).
corrido como una forma de expresión que El documento de Carieri también
subraya un lugar trazando físicamente, aborda el estudio de la obra de Gordon
una línea. El hecho de atravesar, instru- Matta Clark y cómo en su obra propone
mento de conocimiento fenomenológico y la re significación del espacio habitado.

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Del imaginario estético al imaginario social urbano

En el capítulo Land Walk de Carieri en- da de una reflexión social ya que al ser
contramos el subcapítulo “La odisea sub la estructura basal más abarcadora, in-
urbana” donde al respecto del relato de cluye la acción (en el sentido de Weber)
Tony Smith indicaba: “el territorio real es sin agotarse en ella” (Torres, 1995: 15).
un médium surreal a través del cual pode- La fundamentación en las teorías de la
mos leer y escribir en el espacio al igual comunicación y la complejidad para esta-
que lo hacemos en un texto. El naturalis- blecer los sistemas sociales en Lhumann,
mo es sustituido por un sentido no objeti- será un estudio fundamental en la cons-
vo del espacio.”(Carieri, 2003: 157). Esta trucción del conocimiento respecto al
afirmación nos enfrenta de nuevo con la comportamiento humano en lo urbano y
metáfora entre relato y espacio urbano; el rol del espacio urbano en la consolida- 121
en general, el texto de Carieri establece ción de sus sistemas sociales. El autor nos
que la relación con el espacio habitado es expone entre muchos otros aspectos de la
mucho más que un simple uso funcional, obra de Luhmann, la referencia constante
pues la profundidad del estudio deja claro que hace sobre Parsons, una reflexión que
que la relación con el espacio habitado es ayuda a entender la cualidad emergente de
trascendente en la construcción de la di- la consolidación social urbana:
mensión humana del ser habitante. Parsons parte del supuesto de que la ac-
ción es una propiedad emergente (emer-
El imaginario social gent property) de la realidad social; o con
otras palabras: para que se lleve a cabo
Finalmente, para poder considerar la re- una acción deben concurrir un determi-
lación entre micro cultura urbana y es- nado número de componentes. La tarea,
pacio urbano –como un fenómeno social entonces, del análisis sociológico sería la
fundamentado en la comunicación y por de identificar este tipo de componentes
lo mismo como un sistema– se presenta la y de esa manera llegar a trazar las líneas
relación intrínseca y fundamental de esta fundamentales de una teoría analítica de
preocupación investigativa en la obra del la acción (Torres, 1995: 38).
sociólogo alemán Niklas Luhmann, quien La profundización en el estudio de la
al desarrollar la teoría de los sistemas y obra de Luhmann es una tarea indis-
establecer la relación entre sociología y pensable en la estructuración de nuevo
comunicación –con la influencia de Fer- conocimiento al respecto de lo social y
dinand de Saussure y muchos otros filó- su dimensión comunicativa y compleja
sofos y semiólogos– resulta ser cimiento como también el estudio del concepto de
fundamental de cualquier investigación imaginario en Lacan y Castoriadis.
al respecto. En su libro –producto de la Este análisis no podría dejar de lado
recopilación que hicieron sus alumnos otros documentos fundamentales que
a partir de las grabaciones de sus cla- justifican la búsqueda de un estudio de
ses– Introducción a la teoría  de los sis- la relación del habitante con el espacio
temas, Javier Torres Nafarrete afirmaba urbano y en general, con el espacio que
que: “Para Luhmann, el punto de parti- habita. Documentos como El derecho la

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La gente. Fotografía: JHAC, agosto de 2015

ciudad de Henri Lefebvre; Muerte y vida damental enfrentar el estudio de otros


de las grandes ciudades de Jane Jacobs; semiólogos del arte como Charles Mo-
El espacio en arquitectura de Cornelis rris, Mukarofký y Meyer Schapiro. Las
Van de Ven; La medida del Mundo de aproximaciones a estos autores ha gene-
Paul Zumthor; y Ciudad líquida, ciudad rado mucho interés, pues al acercarse a
interrumpida de Manuel Delgado Ruiz, la obra de arte desde la perspectiva se-
entre otros, proponen el redescubrimien- miótica, posibilita nuestro acercamiento
to de la habitabilidad del espacio y han al espacio desde esta misma perspectiva,
sido fundamentales también en aproxi- así como los estudios sobre semiología
maciones anteriores. en el teatro han aportado indicadores
Por otra parte, reconociendo la génesis para el estudio de las cualidades semióti-
de todos los estudios sobre semiología cas del espacio.
en Saussure y Pierce y su influencia en Y por último, la preocupación por en-
estudios sobre semiología en diferentes tender el fenómeno de la lectura semióti-
áreas, además de Barthes y Eco, será fun- ca del espacio conduce la reflexión a los

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Del imaginario estético al imaginario social urbano

terrenos de la neurociencia, los descubri- acerca de ésta desintegración y desna-


mientos  de las neuronas espejo por Gia- turalización de las formas de habitar la
como Rizzolatti  en 1991, así como espe- ciudad y muchos también han cimentado
cíficamente los estudios al respecto de la el nuevo conocimiento para un nuevo tra-
participación de las citadas neuronas en bajo en la construcción de conocimiento
las habilidades del lenguaje y la empatía. alrededor de la lectura semiótica del espa-
A éste respecto el texto de Polly O´Rourke cio habitado y la re-significación del habi-
LeBlank declara que: “Rizzolatti y Arbib tar en la ciudad contemporánea.
han declarado que el surgimiento de las
neuronas espejo proveyó a los primates Conclusiones
de las herramientas (la conciencia de sí 123
mismo, la capacidad mimética, etc.) ne- El medioevo enseñó todo sobre el espacio,
cesarias para el desarrollo del lenguaje.” sin embargo, el Renacimiento construyó
Y más adelante afirma que: “Rizzolatti y desde la práctica una estructuración cientí-
Arbib concluyen que las neuronas espejo fica del espacio, reinaugurando el conoci-
representan el sustrato neuronal necesario miento sobre el espacio; luego, el barroco
para el desarrollo del lenguaje humano” logró el juego esteticista que estimulaba
(O´Rourke, LeBlank, 2004), aunque el los sentidos creando efectos sorprendentes
autor en éste artículo trata de demostrar en nuestra experiencia física y así una des-
que las neuronas espejo no son suficientes materialización de la realidad.
para explicar la habilidad lingüística de El mundo moderno estableció un cam-
los humanos, estas referencias muestran bio de paradigmas que se enfrentaron con
una inquietud establecida por quien las otras visiones de la ciudad, al hacer énfa-
descubrió y esto motiva un interés especí- sis en el aspecto funcional y estético del
fico en éste descubrimiento. Establecer la espacio, generando el imaginario estético
participación de las neuronas espejo en la de la contemplación y, a partir de esto,
habilidad humana para interpretar  el es- toda una propuesta sobre la felicidad que
pacio desde la perspectiva de la empatía y pudiera generar en el habitante un espa-
la identidad, nos ofrece la oportunidad de cio arquitectónico o urbano. Al finalizar
generar un tipo de conocimiento que real- el siglo XX aparecieron diversas preo-
mente aportaría nuevas visiones sobre los cupaciones sobre los aspectos sociales y
fenómenos de habitabilidad de la ciudad. ambientales de las ciudades, pues muchos
Así podemos entender que la ciudad sectores de las ciudades se degradaron por
moderna quiso desterrar la relación sim- fenómenos sociales y ecológicos. Los dis-
bólica con el espacio que habitado –tan- cursos que pretendían la “humanización”
to en la intimidad como en lo público– y lograron su madurez desde la perspectiva
ésta desintegración exige hoy estructurar de diferentes disciplinas, que al enfrentar-
un nuevo conocimiento sobre asuntos se con las problemáticas complejas de lo
tan naturales pero tan subestimados por urbano, han venido estructurando un co-
el pensamiento del urbanismo científico nocimiento mucho más amplio sobre las
positivista. Muchos autores advirtieron problemáticas espaciales urbanas.

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Jairo Humberto Agudelo Castañeda

Por otra parte, las comunidades emergen- colombianas: el “Septimazo”, el “parque


tes urbanas grupos humanos, tribus urba- de los Hippies”, “el cuatro parques” son
nas juveniles o nuevos grupos de ciudada- algunos ejemplos en Bogotá, los cuales de-
nos organizados buscan su participación muestran que las formas de apropiación
de la vida urbana y logran la apropiación de diferentes comunidades –producto de
de sectores de ciudad donde pueden cons- una lectura semiótica del espacio– han ge-
truir su identidad social, estableciéndose nerado relatos o imaginarios urbanos que
como entes políticos en la vida pública otorgan al espacio, más que una cualidad
de lo urbano. Estos fenómenos han apa- funcional y estética, una cualidad social que
recido espontáneamente, sorprendiendo le es propia y única, además producto de la
124 a proyectistas y habitantes, los cuales van interacción del ciudadano con el espacio de
construyendo a partir de la lectura semió- la ciudad. El imaginario social se yuxtapo-
tica del espacio, un valor agregado para el ne al imaginario estético, que pretende la
espacio que se fundamenta en la cualidad experiencia estimulante de los sentidos y
social de la apropiación. Aquí aparece el todos los significados atados a ella; a partir
imaginario social como un elemento muy del imaginario social, producto de la lectura
poderoso en la construcción histórica de semiótica del espacio y del acontecimiento,
la ciudad. se construyen los relatos urbanos colectivos
Así han surgido valoraciones funda- fundamentales en la construcción histórica
mentales en la espacialidad de las ciudades de lo urbano.

Bibliografía

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Película

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Hemerografía

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Tesis
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