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Concepto de proxemia: definición y claves

Sabes el significado del concepto de proxemia? Si en alguna ocasión has sentido invadido en tu
espacio personal y has precisado una mayor lejanía del otro sujeto para actuar con comodidad, te
interesará conocer los diferentes patrones que esta teoría articula.

Para comenzar este artículo, cabe señalar que la proxemia es la disciplina que estudia como
gestionamos los espacios en nuestra interacción social, laboral y personal con otros individuos.
Ésta, básicamente diferencia entre cuatro grandes tipos de espacios: íntimo, personal, social y
público, según la distancia establecida entre los sujetos. En este post te explicaremos las
diferentes clases de espacios según la proxemia.

Hay que apuntar que, a pesar de que existen ciertas medidas estandarizadas, cada persona posee
su propia sensibilidad a la hora de decidir dónde comienza su zona íntima o personal. Esta es la
razón por la que nos sentimos invadidos cuando un individuo de nuestro entorno cruza un espacio
que le resulta ajeno según nuestra concepción. Veamos las distancias según la proxemia.

Tipos de distancias proxémicas

1. Distancia íntima: Abarca entre los 15 y los 45 centímetros centímetros de distancia. Según
postula esta disciplina, ésta es la distancia que se da para los susurros, para transmitir el
cariño de forma íntima a otra persona o se tiene intimidad mediante el contacto físico. Por
lo tanto, se trata del espacio correspondiente a tus familiares, a tu pareja sentimental o a
tus amigos íntimos.

2. Distancia personal: Esta separación se produce cuando te diriges a compañeros laborales


o cuando charlas con tus amigos. Un truco para comprobarla, es que alargando tu brazo
desde tu asiento o posición, podrías llegar a tocar a tu otro interlocutor. Esta distancia
proxémica se da entre los 46 y 120 centímetros.

3. Distancia social: Los expertos la ubican entre los 120 y los 360 centímetros. Está
constituida por la distancia que nos separa de las personas poco conocidas o totalmente
ajenas o extrañas. Según la proxemia, la empleamos con aquellos que no conocemos, o
dicho de forma más popular, con quiénes “guardamos las distancias”. 

4. Distancia pública: Es la distancia proxémica más larga, superando los 360 centímetros y de
esa marca en adelante. Es la que empleas para hablar en público -por ejemplo, en una
charla, congreso o conferencia-, la propia de los discursos oficiales, mitines políticos o
ruedas de prensa.

Claves de la proxemia para evitar la invasión de tu espacio

Existen ciertas pautas proxémicas que puedes emplear para gestionar tu espacio personal y evitar
que éste sea invadido. Apunta las siguientes recomendaciones para lograrlo:
1. Crea una barrera a través del lenguaje corporal: Puedes emplear objetos cotidianos para
lograr la distancia proxémica que necesites, tal y como un bolso, una carpeta, una taza de
café o tu teléfono móvil para conseguir unos centímetros de distancia entre tú y tu
interlocutor. Cuanto más cerca esté la barrera de separación de la zona del pecho y los
hombros, más marcarás la distancia.

2. Opta por una posición corporal ladeada: Si una persona invade en exceso tu espacio
personal, en lugar de hablar cara a cara, intenta posicionarte de forma ligeramente
ladeada, con un pie marcando una diagonal. Así, ñe estarás dando el brazo y el hombro a
tu interlocutor y pautarás una distancia de precaución que evitará que se acerque más allá
de tu comodidad personal.

3. Evita la mirada fija: En sitios atestados de gente, como el bus o el metro, la manera de
comunicar a la otra persona que si invadimos su espacio lo estamos haciendo de forma
involuntaria es no mirándola. Hay que tener en cuenta que la proxemia pauta que en las
distancias muy cortas, las miradas fijas consiguen llegar a un territorio muy íntimo. Si no
tenemos confianza con esa otra persona, es mejor rechazarlas.

4. Apuesta por la distracción: Las distracciones son un recurso efectivo como excusa para
moverte y poder ganar espacio personal. Fingiendo buscar el móvil, usar un pañuelo,
toser o cualquier otra acción de ese tipo podrás ganas unos centímetros de distancia.

Como has podido comprobar en este post, la proxemia es fundamental a nivel social, personal y
en el ámbito de tu trabajo, por lo que es fundamental que adaptes la distancia que mantienes con
el resto según tu trato de confianza y el contexto en el que te encuentres.

La proxémica es el estudio de las relaciones y la comunicación que establecemos los seres


humanos a través del espacio y a través de las distancias que ponemos entre nosotros mismos y
hacia las cosas que nos rodean.

A continuación veremos qué es la proxémica, qué es lo que ha aportado esta teoría a las ciencias
de la comunicación y en qué se diferencia de otras formas de comunicación no verbal, como la
kinestesia.

 Artículo relacionado: "¿Qué es la Psicología Cultural?"

¿Qué es la proxémica?

La proxémica es una teoría que surge en la década de los 60 y fue desarrollada por el antropólogo
estadounidense Edward T. Hall, quien estudió cómo es que percibimos el espacio en diferentes
culturas y cómo lo utilizamos para establecer distintas relaciones.

En otras palabras, la proxémica es el estudio de la proximidad, y de cómo la proximidad nos


permite comunicarnos entre nosotros e incluso construir relaciones y una cosmovisión particular.
También conocida como proxemia, se considera una parte de la semiótica (que es el estudio de los
signos que empleamos para comunicarnos), porque pone atención a la manera en que las
distancias físicas que se establecen en distintas culturas hacen que nos comuniquemos de distintas
formas y de manera no necesariamente verbal.

Es decir, que la proxémica incluye no sólo las competencias comunicativas individuales sino la
forma en la que las normas sociales y culturales sobre el espacio limitan o condicionan estas
competencias. Por eso se considera como una de las ramas más complejas de los sistemas de la
comunicación de humana.

 Quizás te interese: "Lenguaje proxémico: así se aprovecha el uso de las distancias para
comunicar"

Sistemas de comunicación y algunos tipos

Para explicar con más detalle en qué consiste la proxemia vamos a recordar que la comunicación
humana es un sistema muy complejo. En términos básicos consiste en comprender y utilizar un
conjunto de signos y símbolos para transmitir cierta información (por ejemplo, ideas,
sentimientos, opiniones, emociones, estados de ánimo, etc).

Es decir que, el proceso y la capacidad de comunicarnos no se reduce a las habilidades lingüísticas


(como el ser capaces de hablar o de comprender alguna lengua), sino que implica un conjunto de
acciones mucho más complejas en las que siempre participa nuestro cuerpo.

El esquema estándar y más básico de la comunicación incluye dos personajes principales: un


emisor y un receptor; que son quienes emiten, codifican y reciben un mensaje.

Este mensaje puede incluir tanto signos lingüísticos, como palabras, frases o enunciados; como
movimientos corporales que también transmiten información. A su vez, esta información, y el
cómo se organiza y se transmite, depende de la situación social, geográfica y cultural en la que se
encuentran el emisor y el receptor; así como de sus propias competencias gramaticales,
discursivas, estratégicas y sociolingüísticas.

Generalmente se reconocen dos grandes tipos de comunicación: verbal y no verbal, que no se


encuentran realmente separados uno de otro, sino que se manifiestan a la par en cada relación
que establecemos con las demás personas.

Comunicación no verbal y diferencia entre la proxémica y la kinesia

La comunicación verbal es la que se establece a partir de signos y símbolos lingüísticos


transmitidos mediante la palabra hablada. Por su parte, la comunicación no verbal es aquella que
se establece mediante signos no verbales que generalmente transmiten información sobre el
carácter, la personalidad o el estado de ánimo.

Estos últimos signos pueden incluir por ejemplo, el llanto, la risa, el grito (que son los signos
paralingüísticos); o bien, pueden implicar los gestos, las señas o la mímica (que son los signos
kinestésicos). Ambos tipos de signos, los paralingüísticos y los kinestésicos, constituyen elementos
de la la comunicación no verbal básica. Pero, también hay otro tipo de comunicación no verbal
que es más compleja porque involucra los elementos culturales y sociales que definen de qué
manera utilizamos el cuerpo y el espacio, e incluso el tiempo para transmitir información en
diferentes contextos y situaciones.

Estos últimos son el sistema proxémico (cuyos signos son básicamente los hábitos relativos al uso
del espacio, por ejemplo, las distancias que mantenemos entre nosotros según si estamos en la
casa con nuestra pareja, o en la oficina con los compañeros de trabajo); y el sistema cronémico
(donde se estudia principalmente la percepción y uso del tiempo en diferentes culturas).

Es decir, que la diferencia entre la proxémica y la kinésica es que la primera se refiere a la


comunicación no verbal establecida mediante las distancias físicas que ponemos al relacionarnos;
y la kinésica es la comunicación no verbal que se establece por medio de los movimientos
corporales como los gestos y también mediante la propiocepción.

Su importancia en la comunicación y en los estudios sociales

Según Hall, las distancias físicas que establecemos están determinadas por normas culturales que
nos dicen, por ejemplo, cuáles son los límites en el espacio público y cuáles son en el espacio
privado, o qué significa la palabra dentro y la palabra fuera respecto a los muebles o los espacios
individuales dentro del hogar; espacios que además están influidos por la edad o por el género o
por el rango social de cada quien.

Las normas proxémicas, además, son las que reafirman a un conjunto de seres humanos como un
“grupo” y no como otro, es decir, delimitan las características que tienen en común algunas
personas, reforzando la identidad intragrupal, y en ocasiones dificultando la identidad intergrupal.

Por eso es que tiene efectos importantes en la comunicación que establecemos tanto con nuestro
grupo de pertenencia como con los grupos semejantes, y nos permite comprender cómo
construimos una imagen particular del mundo, así como las normas de convivencia en distintos
contexto.

Referencias bibliográficas:

 Cestero, A. (2014). Comunicación no verbal y comunicación eficaz. Revista ELUA, 28: 125-
150

 Schmidt, S. (2013). Proxémica y comunicación intercultural: la comunicación no verbal en


la enseñanza de e/le. Tesis doctoral para obtener el grado de Doctora en Filología
Española, Universitat Autònoma de Barcelona.

 Losada, F. (2001). El espacio vivido. Una aproximación semiótica. Cuadernos de la Facultad


de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. 17: 271-294.

Tópicos
¿Qué es la proxemia?

La proxemia o proxémica es una teoría desarrollada por el antropólogo Edward Hall en 1968, que
observó cómo las personas mantienen una distancia diferente según la persona con la que
interactúan.

En cada entorno en el que nos desenvolvemos, aplicamos una regla de distancia diferente. Por
ejemplo,con los compañeros de trabajo o con gente poco cercana o desconocida la distancia suele
ser grande. Se reduce bastante en compañía de familiares y desciende drásticamente, hasta pocos
centímetros, cuando se trata de nuestra pareja.

¿Cuántos tipos de distancias emocionales hay?

1. Hall ha diferenciado cuatro tipos de distancia:

 Distancia Íntima: Es la que va desde 0 a 45 cm. Nos reservamos esta distancia para las
personas más cercanas como familiares, amigos o nuestra pareja.

 Distancia Personal: Es la que utilizamos en el día a día con personas conocidas, cuando
mantenemos una conversación. Mantenemos una distancia de entre 46 y 120 cm.

 Distancia Social:Oscila entre los 120 y los 350 cm. Esta es la que utilizamos en nuestro
entorno menos próximo, pero en conversaciones directas con desconocidos. En el trabajo
o en tiendas mantendríamos una distancia de este tipo.

 Distancia Pública: Es la que se establece en charlas, conferencias o en grupos grandes.


Suele ser de más de 350 cm.

Siempre existen excepciones en algunas situaciones tales como conciertos o dentro de un medio
de trasporte con mucha gente, en la que aceptamos que se reduzca la distancia personal con la
gente durante un período relativamente corto de tiempo y por una causa justificada.

La distancia interpersonal que mantengamos también depende de otros factores. Ser hombre o
mujer puede determinar las distancias con las que nos sintamos más cómodos. Por regla general,
la distancia es inferior en mujeres y entre mujeres.

También influye un factor importante de nuestra personalidad: el nivel de extraversión. Las


personas más introvertidas necesitan más distancia para sentirse a gusto que las consideradas
extrovertidas.

Por supuesto, la cultura juega un papel igual de importante. En el sur de Europa y en


Latinoamérica la distancia interpersonal es inferior comparada con la cultura de países del norte
de Europa.

Por regla general, todos utilizamos estas medidas de distancia personal, pero no es de extrañar
que nos encontremos con personas que, sin quererlo, o sin saberlo, invadan nuestro espacio más
íntimo y nos hagan sentir incómodos. Nuestra reacción natural, sería dar un paso hacia atrás para
alejarnos y volver a nuestra zona de confort.

Si todavía te cuesta reconocer la proxemia o entender cuándo puedes encontrarte en una


situación así, aquí van unos cuantos ejemplos que pueden ayudarte:

Ejemplos de Proxemia:

 El caso del ascensor: Lo más habitual en centros comerciales y edificios grandes es


compartir espacio en un ascensor. Todo depende de la cantidad de personas que haya en
él. Si sólo nos encontramos con una, lo normal es situarse en una zona alejada del
desconocido. Si van dos personas o más, lo que suele ocurrir es que cada uno “escoge” un
rincón del ascensor para no invadir el espacio de nadie.

 El caso del transporte urbano:Aquí ocurre algo similar. La conducta habitual al subirse al
bus, tren o metro es sentarse en un sitio totalmente alejado de los desconocidos que
viajan en él. No nos resulta muy cómodo ver como un desconocido se sienta a nuestro
lado cuando tiene muchos asientos disponibles. Solemos elegir sitios próximos, pero no
muy cercanos.

 El caso del cine: ¿A quién no le ha pasado que al elegir butaca deja una libre entre ellos y
el desconocido? Es una conducta muy común que utilizamos para establecer una barrera
imaginaria y no invadir el espacio ajeno.

 El caso de las tiendas:Este caso podría analizarse tanto desde el punto de vista del
dependiente como del cliente. Cuando somos clientes, tendemos a acercarnos al
dependiente para solicitar ayuda o asesoramiento. Puede ocurrir que un acercamiento
excesivo o el contacto físico que utilicemos para llamar la atención del trabajador
provoque una invasión del espacio personal. Lo mismo puede ocurrir con un dependiente
excesivamente cercano con nosotros. Debemos conocer los límites que existen para no
cruzarlos con desconocidos y provocar una situación incómoda.

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