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Las políticas y prácticas de buen gobierno tienen una relación directa con la lucha

contra la corrupción, los objetivos principales del Gobierno Corporativo tienen


como finalidad promover los valores éticos dentro de la empresa, la transparencia
e integridad en todas las operaciones que se realizan en el curso normal de los
negocios. Los mecanismos y las herramientas utilizadas para tal fin producen un
impacto en la corrupción, como se puede evidenciar el propósito de dichos
objetivos estimula la no practica de actos de corrupción.

Las medidas que implementa el gobierno corporativo a nivel general buscan


establecer un ambiente productivo agradable, que les garantice a todos los
miembros empresariales ciertas garantías como estabilidad laboral, remuneración
justa y razonable con las funciones a realizar y en general que se le dé
cumplimiento a sus derechos. De la misma manera, estas políticas incentivan el
buen desempeño de los miembros de la organización con premios y exaltaciones,
el eficiente resultado de estas políticas producen un crecimiento económico y
competitivo para la organización, generando confianza y ambiente sano en los
negocios.

El trabajo del Estado es fundamental en este proceso de lucha contra la


corrupción, las políticas gubernamentales deben estar basadas en directrices
transparentes para la debida selección del capital humano y sanciones penales y
monetarias por el incumplimiento o extralimitación de sus funciones. Un proceso
de selección de personal que tenga como fin reducir la corrupción, debe estar
dirigido a la búsqueda de funcionarios públicos con alto compromiso corporativo y
social, íntegros, honestos y con altas capacidades de gestión.

El sancionar a los funcionarios públicos por actos de corrupción con castigos


fuertes, hace de esta una política ejemplificadora, es decir si se implementan e
imponen sanciones penales y monetarias fuertes, hace que los funcionarios
públicos reciban un alto castigo por el detrimento patrimonial que generaron, y con
la contribución económica que deban realizar, reparar en alguna parte los daños
provocados por sus actos. De esta manera los funcionarios que estén ejerciendo
vean que las consecuencias son muy altas por cometer estos delitos.
La Responsabilidad Social Empresarial es un principio elemental en la actividad
económica de cualquier organización, el compromiso corporativo y social de las
personas hacen que este principio sea la base de las actuaciones que estos
realicen. Esta se define como “compromiso continuo de una organización en las
preocupaciones sociales más allá de los señalamientos legales, a comportarse de
manera ética y contribuir al bien común y al desarrollo económico de la sociedad,
respetando el entorno y mejorando la calidad de vida del personal y de sus
familias”.

Según lo descrito, la Responsabilidad Social Empresarial tiene una íntima relación


con el Gobierno corporativo, sus características y objetivos se interrelacionan
entre sí, dándole un sello autentico y valor agregado a la organización. Su
propósito principal es el desempeño eficiente de las entidades, a través de
prácticas éticas, transparentes y diligentes, que estimulen el desarrollo económico
y social, que se traduce en un bienestar general, tanto para los miembros de la
organización como para la sociedad.

La administración pública en general imputa una pérdida constante de confianza


de la ciudadanía, hecho que se atribuye a la sensación de lentitud para adaptarse
y dar respuesta a los nuevos retos, a la percepción de malas y opacas prácticas
de gestión; hecho por el cual, suele ser considerada que la responsabilidad social
es el eslabón que permite transformar la generación de la riqueza en la cohesión
social generando equilibrio a la sociedad.

Por lo anterior, las instituciones públicas están llamadas a desempeñar un rol


importante para dar respuesta social en la comunidad, que refleja el esfuerzo de la
mejora de calidad de vida y la generación de riqueza, pues su principal
compromiso se incorpora en la lucha por la integridad y contra la corrupción,
implementando preceptos de buena gobernanza corporativa y combatiendo
prácticas ilegales y antiéticas.
Cabe resaltar que la responsabilidad social empresarial, permite al sector publico
buscar el desarrollo sostenible, en favor del equilibrio entre lo económico y el
bienestar social; en medida en que la acción de las organizaciones está
fundamentada en los componentes éticos y sociales, para llegar a discernir lo
anterior, basta asegurar la transparencia de las actuaciones organizacionales,
para construir confianza y credibilidad en los diferentes grupos de interés que
interactúan.

La presencia de instrumentos adicionales para mejorar la gestión del riesgo como


la RSE, permite la definición de una clara política de relacionamiento con los
grupos de interés, con el fin de buscar fortalecer y gestionar de manera
responsable sus relaciones, a partir de sus necesidades y de la adopción de
políticas y prácticas que busquen el beneficio mutuo, asegurando la confianza y
sostenibilidad de las entidades, dando cumplimiento a los programas de gobierno
y cumpliendo los objetivos en materia económica y social.

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