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Lenguajes documentales.

Gil Urdiciaín, Blanca


Tomado de: López Yepes, José. Manual de información y documentación. Madrid:
Ediciones Pirámide, S.A., 1996. Capítulo XV.

1. Aproximación al concepto de lenguaje documental:


características generales.

1.1 Orígenes y evolución.


El lenguaje documental fue concebido, en un principio, como universalizante
incluyendo en su seno todas las ramas del saber. Se trata del período de desarrollo de las
clasificaciones enciclopédicas, siglos XIX-XX, fundadas en el principio de
precoordinación, y que serían básicas para la organización del trabajo bibliográfico.

La consolidación del concepto moderno se produjo cuando Cutter introdujo un tipo de


lenguaje que rompió los esquemas de las clasificaciones utilizadas hasta ese momento.
Este lenguaje, el encabezamiento de materia, basado en los principios de especificidad y
entrada directa, constituyó un punto clave de referencia para el desarrollo de lenguajes
documentales especializados.

Los lenguajes sectoriales nacieron como respuesta a la atomización del conocimiento,


que obligó a una creciente especialización de los contenidos. Se crearon múltiples
tesauros especializados, que resolvieron el problema de organizar los fondos
documentales a escala institucional, pero, al mismo tiempo, provocaron una confusión
babélica a escala mundial

Algunos especialistas son de la opinión de que en el proceso histórico evolutivo, se


tiende de nuevo hacia el enciclopedismo temático, lo que podría significar un
movimiento cíclico en la evolución de los lenguajes documentales.

1.2 Relación con otras disciplinas


El lenguaje documental es considerado como objeto de estudio de la lingüística
documental, cuyas bases teóricas proceden de ramas del conocimiento tales como la
lingüística general, la semántica, especialmente la estructural, la sintaxis o gramática, la
terminología u onomasiología, la lexicología y la lingüística textual, entre otras. Esta
calidad del lenguaje documental es, sin duda, un fundado argumento en favor del
establecimiento de esta como disciplina autónoma, al igual que el hecho de que tenga su
campo definido; sin embargo, desearía poner de manifiesto mi falta de convencimiento
en cuanto a la categorización de la lingüística documental como disciplina
independiente.

Me mueve a reflexionar el hecho de que el lenguaje documental es anterior al


nacimiento de la lingüística documental como disciplina; a este respecto recordamos las
palabras de Otlet cuando escribía que <no se debe confundir el objeto de una ciencia
con la ciencia que trata de ese objeto>. Advierto, por otra parte, que la lingüística
general se ocupa del lenguaje natural, y la lingüística documental, que no es lingüística
aplicada, se dedica al lenguaje artificial, por lo que no tendría sentido, en mi opinión,
considerarla como una rama en formación de la lingüística general.

El lenguaje documental, objeto o no de la lingüística documental, tiene conexiones con


diversas ramas del conocimiento, entre otras con la inteligencia artificial, la lógica y, en
la medida en que el proceso documental es un proceso de comunicación, y el lenguaje
documental es mediador en ese proceso, se le pueden atribuir relaciones con la teoría de
la comunicación y con la teoría de la información. Es evidente, por otra parte, la
existencia de influencia de las especialidades mencionadas al comienzo del epígrafe
(semántica, especialmente la estructural, sintaxis, lingüística textual, etc.) con el
lenguaje documental. De entre ellas destacaría las que ejercen el estructuralismo
lingüístico y la lingüística textual.

Entiendo que existen conexiones entre el lenguaje documental y el estructuralismo


lingüístico en la medida en que este se ocupa de las unidades mínimas de la lengua,
interesándose más por las relaciones existentes entre ellas que por estas unidades en sí
mismas. Siendo el lenguaje documental concebido como conjunto de unidades
significativas organizada bajo determinada estructura, es obvio que el método
estructuralista puede ser utilizado para la creación de relaciones artificiales entre los
términos correspondientes de ese lenguaje.

A finales de los años sesenta surge la lingüística textual, también denominada ciencia
del texto o análisis del discurso, que supone un cambio total en las concepciones del
lenguaje en su aspecto semántico. Sus precursores Petöfi y Van Dijk centran la atención
en el análisis global del texto, a diferencia de las gramáticas precedentes, dedicadas al
estudio de unidades menores: palabras o frases.

La principal característica de la ciencia del texto es que respeta el análisis del


documento, no se limita a los aspectos lingüísticos, sino que tiene en cuenta la materia
de referencia, de ahí su interdisciplinariedad. El análisis documental, que comparte estas
características, tiene evidentes connotaciones con la lingüística textual: en ambas, el
objeto de análisis es tanto la macroestructura del documento, como sus
microestructuras; las dos disciplinas se sirven de la lengua para la desestructuración
textual, con la diferencia de que la ciencia del texto se sirve del lenguaje natural y el
análisis documental utiliza el lenguaje artificial para representar y recuperar la
información pertinente del texto, lenguaje que, al propio tiempo, tiene su origen en ese
proceso de análisis.
1.3 Características del lenguaje documental.
1.3.1. Partes componentes del lenguaje documental
El lenguaje documental es un lenguaje no natural, aunque utiliza los signos de este.
Esos signos adquieren valor semántico por medio de su normalización y de las reglas
morfosintácticas que lo articulan. Son precisamente esas reglas las que le dan categoría
de lenguaje.

Los signos del lenguaje natural son las palabras, que representan nuestro conocimiento
de la realidad, el lenguaje documental se sirve de ellas y, en ocasiones, las reemplaza
por símbolos cargados de significado preciso, de forma que lleva a cabo la
representación del documento en virtud de una correspondencia analógica. Esta
representación convencional tiene lugar cuando simboliza los elementos constitutivos
del lenguaje de descripción (metalenguaje) por medio de instrumentos visuales de
representación -la notación simbólica-; este es el caso de los sistemas de clasificación
que, por el procedimiento de notación, representan ideas de manera unívoca a través de
números ordinales.

1.3.2. Principios del lenguaje documental


En razón de su propia naturaleza, el lenguaje documental no puede ser redundante. Si
consideramos además sus fines, comprendemos que debe estar dotado de una sencilla
organización.

El lenguaje documental, surgido de un proceso selectivo de la documentación, no deja


lugar para la reiteración de términos, su eficacia aumenta a medida que la redundancia
es eliminada. Por todo ello, este lenguaje debe regirse por el principio de entropía que,
como concepto opuesto a la redundancia, se corresponde con la mayor cantidad de
información aportada por un solo signo o mensaje. Precisamente, el carácter entrópico
del lenguaje documental es lo que lo diferencia del natural que, por el contrario, es
asimétrico, porque la lengua es fundamentalmente oral y requiere mucha redundancia.
La reiteración de significantes se justifica aquí por el hecho de que facilita la recepción
de los mensajes, a pesar de la interferencia de los ruidos. El lenguaje controlado tiene
como misión suministrar la redundancia del lenguaje natural, lo que hay que tener
presente en el momento de su elaboración. El lenguaje documental ha de ser unívoco,
por ello se llama controlado, no puede permitirse la ambigüedad del lenguaje natural.

En comparación con el crecimiento de las ideas, el desarrollo del lenguaje natural es


lento, como consecuencia, es necesario utilizar la misma palabra para expresar dos o
más ideas. Ello da lugar a la homonimia: el mismo término se utiliza en diferentes
sentidos en diferentes disciplinas, lo que produce distorsiones en la comunicación. La
sinonimia es otro accidente lingüístico habitual en el lenguaje documental, que debe ser
reconocido y, o bien eliminado o, preferentemente, controlado.

Derivada de esos accidentes surge la ambigüedad, que crea dificultades estrechamente


relacionadas con la aplicación de un lenguaje artificial a la recuperación de los
documentos. Se trata del ruido y silencio documentales, que se oponen a la relevancia
de la indización.

Cuando se prepara una frase documental con objeto de recuperar un conjunto de


documentos que contienen la información expresada en la frase, aquellos que no se
recuperan, aunque existan en el archivo, son los productores del silencio documental,
mientras que los que se recuperan sin haber sido solicitados -porque responden solo
parcialmente al perfil de búsqueda- constituyen el ruido documental. Solo el logro de la
deseable entropía puede evitar estos inconvenientes y facilitar una recuperación eficaz
de la información.
1.3.3. Objetivos y funciones del lenguaje documental
El lenguaje documental es un lenguaje intermediario o metalenguaje en la medida en
que sirve de puente entre las informaciones contenidas en los documentos y las
informaciones solicitadas por los usuarios. Su capacidad de representar los mensajes le
permite cumplir dos objetivos fundamentales: el de inducción y el de representación,
estando encaminado a este último objetivo todas las demás funciones que desempeña a
lo largo del proceso documental. Entre esas funciones destaca su carácter mediador en
los procesos de resumen e indización al controlar la posible ambigüedad entre términos.
Reduce considerablemente el volumen de ítems del lenguaje natural no tomando en
consideración más que los sustantivos o los sintagmas nominales, seleccionando
además, de entre ellos, un solo término entre dos o más nociones consideradas
sinónimas. El lenguaje documental e igualmente de gran utilidad para la ordenación o
archivo de los documentos.

Chaumier resume las funciones del lenguaje documental de la siguiente forma:

Entrada. Descripción del documento.


• Clasificar los conceptos.
• Proporcionar el vocabulario que traduzca los conceptos
• Presentar un vocabulario unívoco.
• Favorecer la coherencia del análisis documental.
• Presentar el entorno semántico de los descriptores escogidos
para traducir los conceptos.
Tratamiento. Creación de ficheros.
• Facilitar el almacenamiento de la información
• Transformar la información en datos manipulables
• Favorecer el control y la validación de los datos
Salida. Formulación de la pregunta.
• Ordenar los conceptos de la dema nda.
• Proporcionar el vocabulario de los conceptos de lademanda.
• Facilitar el diálogo hombre/sistema.
• Focalizar o ampliar la pregunta.

El objetivo primordial apuntado es proporcionar una base para efectuar búsquedas al


nivel de generalidad o especificidad deseadas. El lenguaje documental resulta esencial
en la formulación de las preguntas que deberán ser realizadas en los mismos términos en
que están descritos los documentos. En este sentido, Van Slype considera que los
lenguajes de indización pueden intervenir en seis momentos diferentes del proceso de
búsqueda:
• Selección de los sistemas documentales que se van a interrogar.
• Enunciado de los conceptos de la pregunta, en lenguaje natural.
• Traducción a un lenguaje de indización.
• Formulación de la ecuación.
• Extensión asistida por ordenador.
• Apreciación final de la pertinencia.

Además de las mencionadas funciones, el lenguaje documental resuelve igualmente


problemas planteados por el multilingüísmo, como en el caso de los tesauros
multilingües, que sirven de puente a diferentes lenguas, o en el caso de los lenguajes de
clasificación, fundados en la simbolización numérica, que los hace independientes de
toda lengua y constituyen una escritura comprensible en todos los países, de ahí su fácil
empleo internacional.
1.3.4. Concepto de lenguaje documental
A la luz de las características, principios, objetivos y partes componentes, trataremos de
delimitar una definición propia de lenguaje documental, no sin tener presente el carácter
relativo de la tarea, ya que por ser una disciplina en formación, -de escasa tradición-
está sometida a los cambios inherentes a su evolución. A la necesaria madurez de una
disciplina para su conceptualización definitiva se refería Otlet cuando escribía: <Creo
en los grandes principios del positivismo y la evolución: la formación por evolución
de las cosas, el relativismo del conocimiento y la formación histórica de los
conceptos>

Del carácter inestable del concepto son ejemplo:

• el desarrollo de las gramáticas categoriales, que invalidan, en cierto modo, los


lenguajes utilizados hasta el desarrollo de la inteligencia artificial.
• La validez de los lenguajes documentales basados en la coincidencia de
significantes, puesta en entredicho por estudiosos que plantean como
alternativa la necesidad de llevar a cabo la representación del contenido textual
en el nivel de significado.
• Yendo más lejos, mencionaríamos a lingüistas como Maturana y Winograd,
quienes, comprometidos con la tarea de estudiar la cognición como fenómeno
biológico, cuestionan el valor del lenguaje como instrumento de
representación, y lo definen como simple elemento de orientación mutua,
rompiendo de este modo con los esquemas tradicionales.
• A las manifiestas inquietudes, que invitan a investigar en uno y otro sentido, se
añade la tentación de definir el lenguaje documental desde un punto de vista
eminentemente pragmático, sin embargo, tratamos de recordar que en su
composición intervienen elementos teóricos, pragmáticos y normativos que
deben estar presentes en su conceptualización, en la que, al propio tiempo, es
preciso tratar de conseguir que queden englobadas todas las realidades que se
puedan considerar como lenguajes documentales. Teniendo presentes las
observaciones precedentes, entendemos por lenguaje documental
todo sistema artificial de signos normalizados, que facilitan la
representación formalizada del contenido de los documentos
para permitir la recuperación, manual o automática, de
información solicitada por los usuarios.

1.3.5. Tipología del lenguaje documental


Existen diverso criterios de diversificación de los lenguajes documentales, los más
generalizados son: el de control, el de coordinación de los términos y el estructural.

Dependiendo del control ejercido sobre el vocabulario, los lenguajes pueden


organizarse en dos categorías: libres y controlados.

L ib r e s
C o n tr o l
C o n tr o la d o s

Existe abundante literatura acerca de las ventajas e inconvenientes que conlleva el uso
del lenguaje libre y del lenguaje controlado. Del análisis comparativo de uno y otro
podemos concluir que el lenguaje controlado neutraliza las deficiencias del lenguaje
libre y viceversa, por ello, muchas bases de datos combinan la utilización de ambos en
las distintas fases del tratamiento documental.

Los lenguajes libres, fundados en el principio de la poscoordinación, se componen de un


vocabulario no predefinido que se va generando a partir de la realización de procesos de
indización. A excepción de las listas de descriptores libres y las palabras clave, los
demás lenguajes entran dentro de la categoría de controlados, que presentan un
vocabulario previamente elaborado y que admiten un limitado número d modificaciones
en el momento de su utilización.

La sistematización de los lenguajes documentales según el criterio de coordinación se


realiza en función del momento en que se combinan los elementos que los componen. Si
los términos se combinan en el momento de la descripción, el lenguaje será
precoordinado, y si lo hace en el momento de la recuperación, se tratará de un lenguaje
postcoordinado.

C la s ific a c io n e s
P r e c o o r d in a d o s
L is ta s d e e n c a b e z a m ie n to s
C o o r d in a c ió n
L is ta s d e d e s c r ip to r e s lib r e s

P o s tc o o r d in a d o s L is ta s d e p a la b r a s c la v e

T esau ros

Combinando las características de control y coordinación, Courrier reconoce la


existencia de cuatro tipos principales de lenguajes documentales:
Precoord inados Postcoordinad os

L ibres Sistem a P recis Sistem a U nitérm ino

C lasificaciones
C ontrolad os T esauros
L istas d e encabezam ientos
de m ateria

En cuanto a la estructura, se reconoce la existencia de tres tipos: jerárquica,


combinatoria y sintáctica. A la estructura jerárquica responden determinadas
clasificaciones; a la combinatoria, los léxicos documentales y los tesauros, si bien es
cierto que en la organización multidimensional de estos últimos participa también la
estructura jerárquica -en concreto, en la presentación sistemática-. A la estructura
sintáctica pertenecen los lenguajes que recurren a una sintaxis, mediante la cual se
pueden representar y poner en relación los contenidos de los documentos. Presentados
de forma esquemática, los lenguajes documentales, en función de su estructura, pueden
ser:

J e r á r q u ic a C la s ific a c io n e s j e r á r q u ic a s

L é x ic o s d o c u m e n t a le s

C o m b in a to r ia
E stru ctu ra T esa u ro s

D e g r a m á tic a s im p le
S in tá c tic a

D e g r a m á tic a e la b o r a d a

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