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chos y libertades responde a una exigen- ejemplo, en los derechos o intereses difu-
cia del Estado constitucional, con relativa sos, los derechos económicos y sociales,
independencia del modelo que se haya o los que se pudieran derivar frente a
otorgado, desde dos justificados puntos poderes del orden privado), en el estado
de vista. En primer lugar, la necesidad de actual de evolución de la jurisdicción
una tutela amplificada y multifrontal (in- constitucional, es este un momento opor-
cluso respecto de derechos considerados tuno para repensar una nueva forma de
de reciente emergencia), y en segundo operación procesal, para idear una maqui-
lugar, el objetivo de lograr una verdadera naria más efectiva de regulación a través
realización de las garantías de los mis- de la cual se dé prioritaria cobertura a una
mos. En definitiva esas garantías no pue- especie de carácter objetivo del amparo o
den dejarse confiadas con exclusividad a queja constitucional. Maquinaria en la que
un grupo reducido de jueces, miembros el Tribunal Constitucional adopte otro rol,
de un Tribunal Constitucional. Se trata de de estricta guía y rectoría en la doctrina
una tarea que ha de ser compartida con jurisprudencial que le permita privilegiar
todos los juzgadores ordinarios como in- la interpretación de la Constitución en
mediato efecto de la fuerza vinculatoria función de los derechos fundamentales
directa de las normas constitucionales, que ésta consagra, permitiéndosele así
amén de que, desde una perspectiva de privilegiar la definición de nuevos crite-
índole cuantitativa, una actividad de esa rios o redefinir otros que se consideren
trascendencia rebasa sobremanera, como por él mismo caducos. Acaso sea ésta una
está más que demostrado bajo los actua- mejor manera en que se pueda desarrollar
les esquemas, la capacidad de respuesta una supervigilancia reforzada de los de-
de un Tribunal Constitucional, en detri- rechos. Desde luego que esta apreciación
mento de una verdadera protección, ter- ha de tomar en cuenta el grado de demo-
minando por descuidar los derechos en su cratización del sistema político-constitu-
sentido integral antes que lograr materia- cional de cada país, sin que sea posible
lizar su cumplimiento efectivo. argüir una evolución de estas dimensio-
No puede negarse que los actuales sis- nes apartándose de la evaluación de esta
temas de justicia constitucional con ten- crucial circunstancia. El sustento de una
dencia a la concentración, y los regiona- tesis como ésta estaría mejor justificado
les de los derechos humanos, configuran en democracias en donde el Tribunal
mecanismos procesales que únicamente Constitucional ha dado cuerpo a doctrina
son viables si se realiza un principio de constitucional consistente y suficiente que
subsidiariedad y otros requisitos tenden- permita a los jueces ordinarios usarla
tes a moldear su excepcionalidad (así lo como efectivo parámetro de enjuiciamien-
es, por ejemplo, en España, en Alemania, to. No es este el lugar para ahondar ma-
o en el sistema diseñado bajo el Conve- yormente al respecto, pero sí cabe dejar
nio Europeo de Derechos Humanos,) anotado que a la luz de la tradicional con-
empero, parece necesario seguir perfec- cepción del amparo o queja constitucio-
cionando el concepto de la protección re- nal, este debate resulta ser uno de los más
forzada que dichos mecanismos han de espinosos en el actual contexto del Dere-
cumplir. Ha llegado a tal grado el proble- cho procesal constitucional.
ma del colapso de los tribunales constitu- Aunque del específico problema plan-
cionales debido al conocimiento omnipre- teado en el párrafo precedente Brage no
sente del amparo constitucional de se ocupa de manera directa, si proporcio-
derechos que habría que preguntarse si, na algunas ideas para formar un criterio
frente a la paradoja de esa necesidad se- al respecto, sin que ello signifique que
ñalada de expandir el objeto de protección esté de acuerdo con lo que se acaba de
en ciertos supuestos (estoy pensando, por decir. Según sus conceptos, lo que impli-
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Cfr. las interesantes consideraciones sobre los efectos de la jurisprudencia de los tri-
bunales constitucionales sobre los derechos fundamentales, inclusive frente a los jueces
ordinarios, en: GIANCARLO ROLLA, «Derechos fundamentales y Estado democrático: el pa-
pel de la justicia constitucional», en su texto Derechos fundamentales, Estado democrático
y justicia constitucional, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2002,
pp. 156-180.
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tres que mencioné primero, en el régimen la Constitución sino sólo para ampliar o
del amparo mexicano. complementar el catálogo susceptible de
Por otra parte, son varios los reparos protección (página 89). Me parece que no
razonados a propósito del desgranamiento obstante que las formulaciones constitu-
analítico que el autor realiza del artículo cionales pueden dar perfecta cabida a pre-
43 de la Constitución nacional argentina, cisiones de este calado, esos alcances
base normativa del amparo. Acusa el in- pueden delinearse también a través de una
fortunio técnico terminológico de esa dis- interpretación constitucional que cuenta
posición constitucional cuando establece con unos parámetros tan abiertos como
que cualquier persona puede promover los que ofrece un sistema como el argen-
acción de amparo contra todo acto u omi- tino. Estoy recordando aquí la siguiente
sión que lesione derechos y garantías aguda apreciación de Zagrebelsky: «La
reconocidos por la Constitución, un trata- dogmática constitucional debe ser como
do o una ley. En efecto, una cuestión es el líquido donde las sustancias que se
el derecho, que es lo que se protege, y vierten […] mantienen su individualidad
otra la garantía, que por otro lado es el y coexisten sin choques destructivos,
vehículo por medio del cual se pretende aunque con ciertos movimientos de osci-
obtener la protección del derecho, cosa lación, y, en todo caso, sin que jamás un
que el precepto, tal como se encuentra solo componente pueda imponerse o eli-
formulado, confunde. Se trata, como lo minar a los demás»12. Se puede afirmar
afirma el autor, de un dispositivo «mani- pues que esas herramientas que la Cons-
fiestamente absurdo» que acaso da lugar titución argentina brinda, más que fuente
a «la mayor falla que este garantista pre- de confusión o de restricción, resultan ser
cepto constitucional contenga, lo cual es idóneos instrumentos de los que pueden
ciertamente de lamentar» (página 78). echar mano los jueces para dar contorno
Otras apreciaciones son suscitadas por protectivo al vasto bagaje de derechos y
el modo en que se acoge la protección de libertades a que, plausiblemente, da lugar
los derechos reconocidos en tratados y el ordenamiento.
convenciones internacionales, los cuales,
según el artículo 75 apartado 22 de la 4. Brage Camazano configura la ju-
Constitución, después de superar la apro- risdicción constitucional de la libertad en
bación del Congreso y la votación califi- México a partir de la clasificación
cada de las dos terceras partes de los pentadimensional del amparo que ha rea-
miembros de cada Cámara (de diputados lizado el profesor Fix-Zamudio, es decir,
y de senadores), habrán de gozar de je- con base en la visualización de los si-
rarquía constitucional. Para Brage, lo que guientes sectores: amparo «habeas cor-
la reforma constitucional debió haber de- pus» o amparo para la libertad personal,
jado claro, a fin de evitar confusiones amparo contra normas generales, amparo
interpretativas en relación con la compati- contra actos y resoluciones de carácter
bilidad entre los derechos consagrados administrativo, amparo contra resolucio-
constitucionalmente y los residenciados nes judiciales y amparo en materia agra-
en tratados debidamente integrados al or- ria13. Bajo esta perspectiva, son las dos
denamiento jurídico interno, es que las primeras especies de amparo las que,
normas internacionales no podrían servir para Brage, conforman lo que ha de en-
de pretexto para restringir los derechos de tenderse como instrumental de la jurisdic-
12
GUSTAVO ZAGREBELSKY, El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia, trad. Marina Gas-
cón, 5ª ed., Trotta, Madrid, 2003, p. 17.
13
Cfr. por ejemplo, entre sus múltiples estudios al respecto: HÉCTOR FIX-Z AMUDIO ,
«Breve introducción al juicio de amparo mexicano», en su obra Ensayos sobre el Derecho
de amparo, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 1993, pp. 30-47.
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