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Trabajo 2 Parte
Trabajo 2 Parte
Ref:
Amplitud_de_movimiento_----
_(Capítulo_3._Factores_que_influyen_sobre_la_amplitud_de_movimiento)
7. CLASIFICACIÓN DE LA FLEXIBILIDAD
3.1) Por las zonas, miembros o articulaciones implicadas, se clasifica el entrenamiento de la flexibilidad
en:
General o global.
Específico o parcial, según la cantidad de articulaciones consideradas.
TIPOS
Merino, R.; Fernández, E. (2009). Revisión sobre tipos y clasificaciones de la flexibilidad. Una nueva propuesta
de clasificación. Revista Internacional de Ciencias del Deporte. 16(5), 52-70.
http://www.cafyd.com/REVISTA/01604.pdf
8MÉTODOS ESPECIALES
Exclusivos de la medicina rehabilitadora y fisioterapia, y que un entrenador sin conocimientos y titulación
específica nunca debe emplear, por los riesgos de lesión que este tipo de trabajos conllevan.
Suelen ser métodos pasivos.Se incluyen en este grupo las manipulaciones y las tracciones.
Constituyen el conjunto de procedimientos que agrupan todos los de ejercicios de flexibilidad (activos,
pasivos y cinéticos), utilizados para el entrenamiento de aspectos de la gimnasia formativa, rítmica o
deportiva.
Son ejercicios clásicos de estos métodos las flexiones, torsiones, circunducciones, estiramientos,
oscilaciones, balanceos, rotaciones y los pequeños rebotes.Normalmente se insiste en la movilidad y
estabilidad articular.
Dada la cantidad de ejercicios posibles, no nos vamos a detener en ellos, aun que nos interesa recalcar que
estos métodos o ejercicios son fundamentales e imprescindibles en el entrenamiento de la flexibilidad de
cualquier especialidad deportiva.
Agrupamos bajo este epígrafe a la serie de procedimientos que, aunque conocidos desde hace tiempo,
solo se han empleado ampliamente en las últimas décadas.
En estos métodos se hace más hincapié en la extensibilidad muscular.Se conocen universalmente con el
nombre de «stretching», y agrupan un amplio repertorio de ejercicios de elongación muscular, con el
aspecto común de utilizar 403 formas de trabajo activas o pasivas, siempre de manera lenta, con
incidencia de los factores neurológicos.
Dada su falta de dinamismo, deben considerarse como formas de trabajo complementarias a los métodos
tradicionales, con las ventajas de ampliar la amplitud del movimiento, prevenir las lesiones y facilitar la
recuperación, terminado el esfuerzo.
Ref:
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Amplitud_de_movimiento_----_(Capítulo_8._Entrenamiento_de_la_flexibilidad)
9 No resulta tarea sencilla encontrar un momento oportuno durante el día
para entrenar la flexibilidad cuando paralelamente se trabajan otras
capacidades
motoras.
De hecho, no representa dificultad alguna cuando la carga de entrenamiento
correspondiente a ese día es de bajo volumen y escasa intensidad. Pero cuando los
niveles de fatiga local y/o general son elevados, el entrenamiento de la flexibilidad
se complica. Los motivos son variados. Por un lado, la hipersensibilidad de los
husos neuromusculares multiplica las reacciones reflejas contráctiles al
estiramiento, limitando el incremento de la ADM y elevando el riesgo de lesión.
Paralelamente, la hiposensibilidad de los OTG altera los mecanismos inhibitorios,
retrasando la relajación neuromuscular o reduciéndola a márgenes
mínimos, dificultando así la extensión de las distintas zonas anatómicas. Otra de
las razones que justifican nuestra sugerencia de no flexibilizar cuando el cansancio
es elevado tiene que ver con los inconvenientes locales para relajar debido al
entorpecimiento del transporte del calcio desde su unión con la troponina hasta
las vesículas terminales del retículo sarcoplasmático. Se trata de un proceso activo,
que demanda energía. Muchas veces, cuando la fatiga es significativa, la falta de
sustancias para la resíntesis de ATP complica la relajación local, y, bajo estas
circunstancias, un estiramiento exigente podría acarrear drásticas consecuencias.
Igualmente, cuando el volumen y la intensidad de la sesión han sido grandes,
la excitación general del sistema nervioso persiste mucho tiempo después de
finalizada ésta, dificultando la concentración y la reducción del tono muscular en
todas las zonas anatómicas del organismo. Finalmente, la saturación de los
mecanismos de procesamiento de la información sensorial después de estresantes
sesiones de carácter físico-técnico altera, al mismo tiempo, la natural
autopercepción del propio cuerpo. En estas condiciones, los umbrales de dolor no
se distinguen con la misma claridad, la captación de los límites sensoriales entre
elongación, flexibilización y sobreestiramiento es todo un problema, y,
lógicamente, un exceso de intensidad puede pasar inadvertido y producir lesiones
de distinta consideración. Recordemos que todas estas consideraciones se
multiplican cuando los niveles locales de lactato acumulado son elevados, tanto en
célula como en medio intersticial. Bajo estas circunstancias, si persistimos en el
obstinado intento de flexibilizar, las posibilidades de rotura del tejido músculo-
tendinoso son notables. Algo similar ocurre si pretendemos realizar la sesión
especial de flexibilidad al final del día completo de entrenamiento. En este caso, la
fatiga general y el elevado grado de excitación del sistema nervioso central
obstaculizan lograr los índices mínimos de relajación necesarios para alcanzar
grandes ADM en un marco de seguridad elemental.
Cabe la posibilidad de realizar las sesiones de flexibilidad antes de trabajar otras
capacidades motoras y/o variables técnicas de rendimiento. Sin embargo, una
buena sesión de flexibilización reduce tanto los niveles de excitación
euromuscular que el entrenamiento de la fuerza máxima, la fuerza explosiva, la
velocidad y hasta la técnica gestual puede resultar seriamente afectado. Hasta
para trotar solemos sentirnos “pesados” tras una buena sesión de flexibilidad. Por
consiguiente, en caso de tener que abordar dos capacidades en la misma sesión,
una de ellas la flexibilidad, recomendamos que ésta sea a posteriori de cargas
aeróbicas en áreas funcionales que impliquen baja producción y acumulación de
lactato o tras sesiones de fuerza, explosividad y/o velocidad, también con escaso
ácido láctico circulante como corolario. Si la carga aeróbica ha sido grande,
sugerimos esperar entre una y dos horas para luego comenzar con el
entrenamiento especial de flexibilidad. Inmediatamente después de estímulos
técnicos de bajo volumen e intensidad puede también insertarse, y sin
inconveniente alguno, la sesión de flexibilización
En caso de haber entrenado áreas funcionales que impliquen una fuerte
producción y acumulación de lactato, recomendamos descartar por completo la
consecutiva ejecución de un programa especial de flexibilidad. En lo posible,
sugerimos dejarlo para el día siguiente. Even-tualmente, si la carga anaeróbica
láctica se ha aplicado durante la mañana, extremando los cuidados y precauciones,
podemos incorporar el entrenamiento de la flexibilidad en horario vespertino. Tal
como preludiamos, no es fácil decidir acerca del momento oportuno para
desarrollar un programa especial de flexibilidad cuando, en pleno período
preparatorio, convergen los entrenamientos de numerosas capacidades motoras y
variables de rendimiento.
No obstante, confiamos en que seguir las orientaciones recién expuestas
contribuya a facilitar la tarea de planificación diaria de actividades. Ya durante el
período competitivo, la localización de la sesión de flexibilidad está sujeta a
incontables factores, dependiendo de cada deporte, régimen de competencias y
estilo de programación seleccionado por el entrenador en consonancia con su
equipo de trabajo.
Un prolijo y cuidadoso calentamiento previo constituye un componente
imprescindible de las sesiones especiales de entrenamiento de la flexibilidad.
Ref:
Amplitud_de_movimiento_----_(Capítulo_8._Entrenamiento_de_la_flexibilidad)