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6.

ESTRUCTURA ARTICULAR Y FORMA MUSCULAR


A pesar de la inconsistencia de los resultados de las investigaciones
tendentes a relacionar la flexibilidad con la biotipología y antropometría
individual, lo que sí es aceptado casi unánimemente es que la flexibilidad
es específica por articulación y por movimiento. No existe evidencia alguna
que indique que la flexibilidad sea una característica general compartida
por todas las articulaciones y grupos musculares del cuerpo humano. La
evaluación de la amplitud del recorrido de una articulación y en un
movimiento particular de la misma no aporta, en absoluto, un índice fiable y
válido del grado de flexibilidad del conjunto del aparato locomotor del
cuerpo humano. En este sentido, la movilidad específica de una articulación
se debe a una serie de factores tales como la forma del músculo, la
extensión de la acción del músculo a una o más articulaciones y la
magnitud de la superficie de superposición de los huesos que componen la
articulación. Al respecto, Platonov afirma (1994): “Las particularidades de la
situación de las aponeurosis de los tendones en los músculos alados
(penniformes) determinan su menor capacidad de estiramiento respecto a
los fusiformes, que, por lo general, tienen menos superficie de interacción
de la masa del músculo con el tendón.” Coincidimos totalmente con la
descripción de Vladimir Platonov agregando que, incluso, los músculos
bipenniformes son aún más difíciles de estirar. No obstante, la
entrenabilidad de todos estos grupos no varía, mostrando evaluaciones
porcentuales semejantes Por otro lado, los músculos biarticulares pueden
limitar la ADM más que los monoarticulares. Piénsese, por ejemplo, en la
flexión de la cadera cuando el muslo se eleva con la rodilla extendida o con
la rodilla flexionada. En el primer caso, la participación de los isquiotibiales
reduce notablemente la amplitud de recorrido articular. Finalmente, cuanto
menor es la superficie de superposición ósea mayor es la ADM posible en
una articulación, y viceversa. Más allá de la consabida diferencia de
amplitud permitida por las sinartrosis, anfiartrosis y las diartrosis, la forma
ósea está genéticamente determinada, y junto con ella el grado de
diferencia entre una superficie articular y otra. Constituye éste un
impedimento que ningún programa de entrenamiento puede superar por
más empeño que en ello se ponga. Tampoco puede olvidarse el efecto
limitante que sobre la ADM pueden ejercer estructuras exclusivas de
algunas articulaciones, tales como rodetes y tejidos de amortiguación,
como, por ejemplo, meniscos y discos intervertebrales.

Ref:
Amplitud_de_movimiento_----
_(Capítulo_3._Factores_que_influyen_sobre_la_amplitud_de_movimiento)
7. CLASIFICACIÓN DE LA FLEXIBILIDAD

A efectos de entrenamiento, estudiamos esta cualidad del siguiente modo:

3.1) Por las zonas, miembros o articulaciones implicadas, se clasifica el entrenamiento de la flexibilidad
en:
General o global.
Específico o parcial, según la cantidad de articulaciones consideradas.

3.2) Por la amplitud requerida en los gestos, se clasifica el trabajo en:


Absoluto, cuando se solicita, en la zona corporal en cuestión, el máximo de flexibilidad posible.
Restringido, cuando solo se recaba la flexibilidad necesaria para el gesto técnico más un margen
de seguridad.

3.3) Por las características de las acciones, el entrenamiento se divide en:


Trabajos estáticos o lentos.
Trabajos dinámicos, cuando la velocidad de las acciones son moderadas o rápidas.
Ref:
Conceptos y métodos apra el entrenamiento fisico

TIPOS
Merino, R.; Fernández, E. (2009). Revisión sobre tipos y clasificaciones de la flexibilidad. Una nueva propuesta
de clasificación. Revista Internacional de Ciencias del Deporte. 16(5), 52-70.
http://www.cafyd.com/REVISTA/01604.pdf

8MÉTODOS ESPECIALES
Exclusivos de la medicina rehabilitadora y fisioterapia, y que un entrenador sin conocimientos y titulación
específica nunca debe emplear, por los riesgos de lesión que este tipo de trabajos conllevan.

Suelen ser métodos pasivos.Se incluyen en este grupo las manipulaciones y las tracciones.

7.2 MÉTODOS TRADICIONALES

Constituyen el conjunto de procedimientos que agrupan todos los de ejercicios de flexibilidad (activos,
pasivos y cinéticos), utilizados para el entrenamiento de aspectos de la gimnasia formativa, rítmica o
deportiva.

Son ejercicios clásicos de estos métodos las flexiones, torsiones, circunducciones, estiramientos,
oscilaciones, balanceos, rotaciones y los pequeños rebotes.Normalmente se insiste en la movilidad y
estabilidad articular.

Dada la cantidad de ejercicios posibles, no nos vamos a detener en ellos, aun que nos interesa recalcar que
estos métodos o ejercicios son fundamentales e imprescindibles en el entrenamiento de la flexibilidad de
cualquier especialidad deportiva.

7.3 MÉTODOS MODERNOS

Agrupamos bajo este epígrafe a la serie de procedimientos que, aunque conocidos desde hace tiempo,
solo se han empleado ampliamente en las últimas décadas.

En estos métodos se hace más hincapié en la extensibilidad muscular.Se conocen universalmente con el
nombre de «stretching», y agrupan un amplio repertorio de ejercicios de elongación muscular, con el
aspecto común de utilizar 403 formas de trabajo activas o pasivas, siempre de manera lenta, con
incidencia de los factores neurológicos.
Dada su falta de dinamismo, deben considerarse como formas de trabajo complementarias a los métodos
tradicionales, con las ventajas de ampliar la amplitud del movimiento, prevenir las lesiones y facilitar la
recuperación, terminado el esfuerzo.

Ref:

Conceptos y métodos para el entrenamiento fisico

los métodos y técnicas seleccionados deben respetar y adecuarse a las


particularidades y características propias de cada sujeto.
Flexibilización con métodos FNP
En virtud de sus técnicas específicas se pueden lograr arcos máximos de
movimiento sin provocar daño tisular alguno. Una recomendación importante,
además de las consignas de aplicación ya tratadas en capítulos anteriores, consiste
en que, debido al poco tiempo disponible, se localice el trabajo en un reducido
número de grupos musculares, preferiblemente los directamente implicados en
gestos deportivos preseleccionados y que los ejercicios elegidos procuren su
desarrollo exclusivo. El consejo se extiende para el caso del tratamiento de
lesiones, de retracciones musculares o de cualquier otra orientación terapéutica.
Tanto las técnicas como los ejercicios que se implementan deberían respetar la
estructura funcional del movimiento completo. Constituye otro 20% de la sesión.
Flexibilización con métodos no asistidos, métodos dinámicos y
otros
Después de la aplicación de los métodos de FNP, y superada ya la posible
resistencia ofrecida por los componentes plásticos y elásticos, los trabajos
orientados al desarrollo de la fuerza para la musculatura motora primaria
responsable de la ejecución del gesto deportivo pueden realizarse con mínima
restricción o limitación anatómica, lo cual, evidentemente, garantiza que tales
ejecuciones gocen de una óptima ADM. No solamente es el momento
oportuno para implementar el método no asistido, sino también el asistido
dinámico y los mixtos asistidos / no asistidos. Aquí, los estiramientos rápidos de la
musculatura sufren escasamente la restricción contráctil propia de la activación
del RMT (reflejo miotático de tracción), lo cual permite, con mínimo riesgo de
lesión, alcanzar grandes arcos de recorrido articular. Por otro lado, este paso
tiende a producir un incremento general de la excitación del sistema
neuromuscular, disminuida durante la etapa nº 6, pero necesaria para el eficaz
desarrollo de la etapa nº 8, la cual, tal como se podrá apreciar, requiere
necesariamente de óptimos niveles de activación psicofisiológica. Representa el
10% de toda la sesión.
El tiempo consagrado diariamente al incremento de la flexibilidad es variable.
Platonov (1988) postula que éste puede oscilar entre 20-30 y 45-60 minutos,
estando incluido un 20-30% de este volumen global en la gimnasia matutina, los
calentamientos previos y los enfriamientos posteriores a cada entrenamiento, y
entrando el resto en la constitución de las sesiones especiales para el incremento
de la flexibilidad. No solamente coincidimos con Platonov, sino que también nos
inclinamos a recomendar tiempos superiores a 60 minutos, sobre todo en el caso
de los deportes gimnásticos. Con respecto al volumen mínimo, consideramos que
entre 20 y 30 minutos es suficiente para el mantenimiento de la ADM, la
prevención de lesiones y la aceleración de los procesos de recuperación, pero no
para un buen desarrollo de la flexibilidad, cualquiera que sea la circunstancia en la
que nos encontremos. Como estudiaremos más adelante, en este mismo capítulo,
las sesiones o programas especiales para el incremento de la ADM difícilmente
puedan desarrollarse prolijamente en un tiempo inferior a 40 minutos y, por otro
lado, lapsos superiores a 80minutos suelen acarrear inconvenientes,
principalmente a nivel motivacional (sobre todo cuando trabajamos con niños).

Ref:
Amplitud_de_movimiento_----_(Capítulo_8._Entrenamiento_de_la_flexibilidad)
9 No resulta tarea sencilla encontrar un momento oportuno durante el día
para entrenar la flexibilidad cuando paralelamente se trabajan otras
capacidades
motoras.
De hecho, no representa dificultad alguna cuando la carga de entrenamiento
correspondiente a ese día es de bajo volumen y escasa intensidad. Pero cuando los
niveles de fatiga local y/o general son elevados, el entrenamiento de la flexibilidad
se complica. Los motivos son variados. Por un lado, la hipersensibilidad de los
husos neuromusculares multiplica las reacciones reflejas contráctiles al
estiramiento, limitando el incremento de la ADM y elevando el riesgo de lesión.
Paralelamente, la hiposensibilidad de los OTG altera los mecanismos inhibitorios,
retrasando la relajación neuromuscular o reduciéndola a márgenes
mínimos, dificultando así la extensión de las distintas zonas anatómicas. Otra de
las razones que justifican nuestra sugerencia de no flexibilizar cuando el cansancio
es elevado tiene que ver con los inconvenientes locales para relajar debido al
entorpecimiento del transporte del calcio desde su unión con la troponina hasta
las vesículas terminales del retículo sarcoplasmático. Se trata de un proceso activo,
que demanda energía. Muchas veces, cuando la fatiga es significativa, la falta de
sustancias para la resíntesis de ATP complica la relajación local, y, bajo estas
circunstancias, un estiramiento exigente podría acarrear drásticas consecuencias.
Igualmente, cuando el volumen y la intensidad de la sesión han sido grandes,
la excitación general del sistema nervioso persiste mucho tiempo después de
finalizada ésta, dificultando la concentración y la reducción del tono muscular en
todas las zonas anatómicas del organismo. Finalmente, la saturación de los
mecanismos de procesamiento de la información sensorial después de estresantes
sesiones de carácter físico-técnico altera, al mismo tiempo, la natural
autopercepción del propio cuerpo. En estas condiciones, los umbrales de dolor no
se distinguen con la misma claridad, la captación de los límites sensoriales entre
elongación, flexibilización y sobreestiramiento es todo un problema, y,
lógicamente, un exceso de intensidad puede pasar inadvertido y producir lesiones
de distinta consideración. Recordemos que todas estas consideraciones se
multiplican cuando los niveles locales de lactato acumulado son elevados, tanto en
célula como en medio intersticial. Bajo estas circunstancias, si persistimos en el
obstinado intento de flexibilizar, las posibilidades de rotura del tejido músculo-
tendinoso son notables. Algo similar ocurre si pretendemos realizar la sesión
especial de flexibilidad al final del día completo de entrenamiento. En este caso, la
fatiga general y el elevado grado de excitación del sistema nervioso central
obstaculizan lograr los índices mínimos de relajación necesarios para alcanzar
grandes ADM en un marco de seguridad elemental.
Cabe la posibilidad de realizar las sesiones de flexibilidad antes de trabajar otras
capacidades motoras y/o variables técnicas de rendimiento. Sin embargo, una
buena sesión de flexibilización reduce tanto los niveles de excitación
euromuscular que el entrenamiento de la fuerza máxima, la fuerza explosiva, la
velocidad y hasta la técnica gestual puede resultar seriamente afectado. Hasta
para trotar solemos sentirnos “pesados” tras una buena sesión de flexibilidad. Por
consiguiente, en caso de tener que abordar dos capacidades en la misma sesión,
una de ellas la flexibilidad, recomendamos que ésta sea a posteriori de cargas
aeróbicas en áreas funcionales que impliquen baja producción y acumulación de
lactato o tras sesiones de fuerza, explosividad y/o velocidad, también con escaso
ácido láctico circulante como corolario. Si la carga aeróbica ha sido grande,
sugerimos esperar entre una y dos horas para luego comenzar con el
entrenamiento especial de flexibilidad. Inmediatamente después de estímulos
técnicos de bajo volumen e intensidad puede también insertarse, y sin
inconveniente alguno, la sesión de flexibilización
En caso de haber entrenado áreas funcionales que impliquen una fuerte
producción y acumulación de lactato, recomendamos descartar por completo la
consecutiva ejecución de un programa especial de flexibilidad. En lo posible,
sugerimos dejarlo para el día siguiente. Even-tualmente, si la carga anaeróbica
láctica se ha aplicado durante la mañana, extremando los cuidados y precauciones,
podemos incorporar el entrenamiento de la flexibilidad en horario vespertino. Tal
como preludiamos, no es fácil decidir acerca del momento oportuno para
desarrollar un programa especial de flexibilidad cuando, en pleno período
preparatorio, convergen los entrenamientos de numerosas capacidades motoras y
variables de rendimiento.
No obstante, confiamos en que seguir las orientaciones recién expuestas
contribuya a facilitar la tarea de planificación diaria de actividades. Ya durante el
período competitivo, la localización de la sesión de flexibilidad está sujeta a
incontables factores, dependiendo de cada deporte, régimen de competencias y
estilo de programación seleccionado por el entrenador en consonancia con su
equipo de trabajo.
Un prolijo y cuidadoso calentamiento previo constituye un componente
imprescindible de las sesiones especiales de entrenamiento de la flexibilidad.

Ref:
Amplitud_de_movimiento_----_(Capítulo_8._Entrenamiento_de_la_flexibilidad)

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