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Estrategia del océano azul

Ir más allá de la demanda existente

Eddie Santiago Castillo Espinoza

Presentado a:

Marinelly Orcasita

Universidad Popular del Cesar


ESTRATEGIA DEL OCÉANO AZUL

Ir más allá de la demanda existente

Cómo principal objetivo el autor explica la competencia en que entran las empresas por dominar
el mercado, dando inicio así a una guerra comercial "sangrienta" y despiadada en costos,
convirtiendo el panorama de oferta en un océano rojo. Lo que busca con la estrategia del Océano
Azul es crear y sostener un verdadero cambio, que consista en innovación de costos y
características de un producto, bien o servicio que le den solidez a un océano azul bastante
comercial que ofrezca todo tipo de servicio. Uno que, de fin a la competencia despiadada y
sistematizada, y así dar origen a un nuevo tipo de marketing que se encargaría de ofrecer un
producto y/o servicio único e innovador, pero sobre todo de fácil acceso, algo verdaderamente
revolucionario y arriesgado. Productos casi perfectos, basados en los ya existentes, pero con
características mejoradas y con más usos. Hoy por hoy casi ningún tipo de empresario quiere dejar
atrás una guerra que, aunque "sangrienta" para ellos es conocida, por una que apenas y está
tomando forma. Por eso lo que impulsa al océano azul es ofrecer productos existentes pero
mejorados y con múltiples cualidades o usos; lo que nos conduce al tercer principio de la llamada
Estrategia de Océanos Azules: IR MÁS ALLÁ DE LA DEMANDA EXISTENTE.

Analizando la oferta de hoy día podemos afirmar que los empresarios se preocupan por satisfacer
estrictamente las necesidades llegando a una segmentación especializada para cada bien, servicio
o producto. Por eso la principal característica del Océano Azul, es que las empresas en vez de
centrarse sólo en los clientes, tienen que dirigir la mirada hacía los no clientes; y, en vez de
extremar su atención a las diferencias entre los propios usuarios o consumidores, deben potenciar
los elementos comunes que todos ellos valoran. A pesar que, el mundo de los no clientes
normalmente ofrece grandes oportunidades paga dar origen a océanos azules, son muy pocas las
empresas que se atreven a conocer más allá del Océano Azul y su innovadora estrategia para así
captar la atención de los ya mencionados, No Clientes. Con base a lo ya dicho podemos decir que
por medio de un análisis comercial simple de demanda hay dos tipos de no clientes. Es decir, el
primer tipo son los que están a punto de convertirse en no clientes, son llamados o puestos en ese
contexto por que consumen en cantidades mínimas y con poca frecuencia los productos y servicios
ofrecidos por las empresas de un mismo sector; así que, prefieren irse por la primera opción
mostrada y cambiarse a esa de inmediato, lo que afecta a cierto porcentaje del mercado.

El otro nivel de los no clientes lo conforman aquellas personas que al conocer algún producto en
específico ponen en duda su capacidad adquisitiva ó se les hacen productos inaceptables paga sus
necesidades, las cuales en ocasiones son satisfechas por otros medios y/o ignoradas. Lo curioso es
que este tipo de clientes es mucho más fácil de incluir en la masa demandante, pues el que ellos
en muchos casos decidan no informarse sobre las opciones de compra, hace que al ser asesorados
y se les dé a conocer las cualidades de dicho producto cómo única posibilidad de satisfacer aquella
necesidad en ese producto. La inclinación estratégica natural de muchas empresas es el
mantenimiento y retención de los clientes actualmente activos y la búsqueda de ampliar su
segmento por medio de productos nuevos que satisfagan necesidades de pocas personas, pero de
seguro y constante consumo; jugando así en función de los costos de los productos más
especializados. Aunque esto es rentable para la mayoría de compañías, no les permite abrirse
campo a nuevas opciones de satisfacción para sus clientes pues, con ese sistema de oferta solo se
sumergen más en la acción competitiva del Océano rojo. Y no es que sea erróneo dicho proceder,
pero hay que cuestionar estas orientaciones, analizar sus necesidades directas y también las
derivadas a las mismas, pues ahí es donde se podría dar origen a productos de un océano azul,
innovador y único. Esto no sólo atraería a los ya clientes activos sino también a todos los tipos de
no clientes.

Si estas necesidades no son identificadas se puede ir perdiendo protagonismo a la necesidad que


hoy día hay de satisfacer integralmente al cliente y así mismo aislar socioeconómicamente a los no
clientes. Cabe aclarar que si las empresas le apuestan a la fundación completa de un océano azul
se podrían estar topando con una clientela más reducida y un mercado más limitado y poco
competitivo, lo contrario a lo que vienen acostumbrando en el océano rojo. Pará terminar hay que
pensar también en el riesgo que corren al no lanzarse a ser parte del Océano Azul y sus
innovadoras opciones, perdiendo definitivamente a los clientes que al saber de las otras opciones
se pasaran automáticamente a éstas. Y lo que sería aún más lamentable y es quizá el mayor temor,
es a perder gracias a esa ola de productos del Océano Azul, sus clientes fijamente activos por
razones de innovación y nueva tecnología, haciendo justificable cualquier tipo de costo.

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