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DECÁLOGO DEL CATEQUISTA...

1) Ten confianza pues es el Señor quien te dice:

“No temas que yo te he elegido, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas
por aguas profundas yo estoy contigo, si cruzas grandes ríos no te anegarán. Si
pasas por el fuego no te quemarás, ni las llamas te consumirán. Porque yo soy tu
Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Eres precioso a mis ojos, eres estimado, yo te
amo. No temas que yo estoy contigo” (Is. 43, 1-5)

Medita detenidamente estas palabras... Grábalas en tu corazón... Tú no eres “uno más” para Dios.
Eres tú... El Señor ha venido a tu orilla..., sonriendo..., mirándote a los ojos..., ha dicho tu
nombre... El es quien sale a tu encuentro..., establece un "pacto" de amistad contigo para
enseñarte a amar..., a ser radicalmente solidario con todos los hombres y..., sobre todo..., con los
más necesitados..., con los más pobres de la tierra...

2) Carga con tu cruz... La cruz que hay en tu vida... La cruz de los demás... El camino del
seguimiento de Jesús pasa por cargar con la cruz... Piensa que no podrás formar a los demás si
no buscas respuestas adecuadas a tus heridas y las heridas de tus hermanos.

3) Conócete... Acepta con paz tus limitaciones..., y confía... Deja a un lado tus temores, tus
miedos, tus desconfianzas e inseguridades... "Descalza tu vida" de todo lo que sea egoísmo...
Deja tus mediocridades..., tu deseo de comodidad..., tu preocupación por no complicarte
excesivamente la vida... "Descalza tu vida" y ten un corazón simple como un niño..., grande y
fuerte como de madre..., un corazón que acoge y que a todos se entrega... "Descalza tu vida"... El
camino de la educación en la fe exige purificación constante... Que puedas mirarlo todo con ojos
limpios... Sólo con ellos verás a Dios y el verdadero rostro de los hermanos... Busca y ama la
sencillez..., la simplicidad y la transparencia... Renuncia a las dobles intenciones..., a la doble
vida... Aprende a mirar a los ojos..., "cara a cara"... "Descalza tu vida" para poder ser sensible...
Aprende a vivir desde los pequeños detalles... Sensibilidad para descubrir las pequeñas
manifestaciones de amor..., de generosidad..., de libertad... pero, también de egoísmo..., de
dolor..., de esclavitud... Aprende a traducir los pequeños detalles en llamadas al compromiso y a
la entrega...

4) Libera tu vida de todo lo que sea desamor..., crítica destructiva..., discordia..., división... Vive
la verdad del amor y nunca pongas límite a tu entrega... La vocación de catequista exige "alma de
pobre" para reconocer en todos al hermano que necesita ser amado... Capacidad constante de
perdón..., búsqueda constante de justicia..., verdad y paz...

5) Vive reconciliado/a. Busca la paz interior... Haz oración... Recuerda siempre que el Señor
camina contigo... El es tu fuerza..., el motivo de tu confianza... Detrás de cada problema..., de
cada diálogo..., de cada dificultad propia o ajena..., encontrarás..., si te paras a mirar..., el rostro
atento de Jesús que te dice: "No temas, soy yo..., estoy contigo". Sé exigente contigo mismo/a
pero también debes aprender a perdonarte..., aceptar tu cansancio y tus caídas... Es importante
que vivas siempre reconciliado contigo mismo/a... Y vive la reconciliación con los demás... Crea
comunión en tu entorno..., que predomine en ti la disponibilidad cordial y acogedora..., la
comprensión y la alegría comunicativa y esperanzada... Que todos puedan encontrar en ti la mano
amiga de un hermano/a..., que hace más llevadero el camino de la vida... Que tus palabras sean
siempre de aliento y de amistad... Renuncia a las palabras duras e hirientes... No juzgues..., no
midas..., nunca dejes a nadie por imposible..., nunca creas que conoces demasiado a las
personas que Dios pone en tus manos... Confía en las personas..., recuerda siempre que en todos
hay un "rincón" de bondad escondido entre las apariencias..., y si no lo descubres..., piensa que
tus ojos no pueden ver con claridad a causa de los prejuicios o de las opiniones de los demás...
Procura dirigir tu mirada a esta bondad que hay en el corazón de toda persona humana... Sólo,
así..., podrás vivir reconciliado/a... Vivir la reconciliación fraterna es condición necesaria para
responder con fidelidad a tu vocación de catequista... No podrás mirar a Dios si no puedes mirar
con amor a tus hermanos... No podrás escuchar a Dios..., si no los escuchas a ellos... No podrás
vivir en comunión con Dios si no estás en comunión con todos...

6) Ama la naturaleza... El sol, el aire, los árboles, la tierra..., son obras del Señor... Descubre su
mano y su presencia en la creación... Escúchala... Vive reconciliado con ella..., y encontrarás un
motivo para alabar al Creador en todas sus criaturas... El amor a la naturaleza te llevará a vivir en
la sencillez y en la simplicidad de un espíritu abierto..., amplio y acogedor... Ama también el
expresivo silencio de la naturaleza..., aprende de su belleza..., y recrea en tu vida su serenidad
para que puedas renovar constantemente tu diálogo con Dios y con los hermanos...

7) No vivas ni distraído/a, ni disperso/a... Ten “los ojos” siempre abiertos para descubrir en tu
vida y en la de tus hermanos, la presencia de Dios... Vive atento/a para descubrir los pasos del
Señor en tu historia personal... El está presente en todo..., sale a tu encuentro constantemente...
El siempre está... No te dejes llevar por el desasosiego y las prisas... No dejes que las
preocupaciones arraiguen en ti y lleguen a angustiarte... Que la confianza en Dios..., que todo lo
puede..., te dé siempre Paz...

8) Que tu corazón sea hospitalario... Recuerda constantemente aquellas palabras del Evangelio
de Juan: "Amaos mutuamente porque el amor viene de Dios y todo aquel que ama ha nacido de
Dios y conoce a Dios." (1 Jn 4, 7) Abre tu vida a todos..., sé fuente de gracia..., generosidad...,
amor y entrega... Y permite que los demás se abran a ti... Que te sientan compañero/a de
camino..., dispuesto/a siempre a la confidencia..., a la escucha serena..., a la palabra tranquila...
Que tu vida sea remanso de Paz...

9) Y abre tu vida a Jesús de Nazaret..., el Cristo... El es el Camino, la Verdad y la Vida... El te


enseñará el camino que debes ofrecer a aquellos que El te entrega... El te enseñará la verdad que
debes mostrar a aquellos que El te invita a cuidar... El te enseñará la vida que debes regalar a
aquellos que El te permite recrear... El es el único Maestro..., el único Catequista... Déjate
enseñar... Asimila su pedagogía: su hablar..., su mirar..., su escuchar..., su responder..., su ser y
su estar... Que su sabiduría guíe siempre tus pasos..., tus decisiones..., tus palabras..., tu
quehacer... Aprende de María que supo "guardar sus palabras en su corazón"..., y acompañarle
en su vida hasta la "hora" final... Así serás siempre fuente de vida verdadera para todos aquellos
que El te permite educar en la Fe...

10) Deja que Dios penetre todos los rincones de tu vida... Permite que su luz y su presencia
invadan tu vida... Esfuérzate por hacer las cosas bien..., por poner atención en
todo..., por vivir todo el día con esperanza y descubrirás una oración pura...,
simple..., integrada en la vida y con fuerza para integrar los diversos quehaceres
diarios... Para que esta oración pueda llegar a los demás no es necesario que
hables de ella... Ya se descubrirá en tu alegría comunicativa... En tu cordialidad...
En tu buen humor... La oración que nace de la vida abre las puertas a la oración
de "escucha atenta" de la voluntad de Dios...

Busca..., por ello, una fidelidad constante..., creciente y plena de amor..., y déjate querer por
Dios... No permitas que las pequeñas infidelidades de tu vida difuminen tu sincero deseo de vida
plena de sentido y de donación...

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