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UNA SALUD

Se concibe a “una salud” como ese enfoque que se basa en diseñar y aplicar programas,
leyes e investigaciones donde múltiples sectores se comunican y colaboran para poder
lograr mejores resultados referente a la salud pública. Los grupos que se encierran
alrededor de “una salud” son pertenecientes a la inocuidad de los alimentos, control de
zoonosis los cuales se encargan de enfermedades transmisibles de animales a humanos,
como la gripe o la rabia y por último la lucha contra la resistencia de antibióticos ellos son
los que investigan cuando una bacteria se vuelve resistente a un antibiótico ya existente y se
vuelve más difícil de destruir.
Este enfoque es muy necesario ya muchos microorganismos (virus, bacterias o parásitos)
afectan tanto a animales como a humanos, esto sucede cuando ambos conviven en un
mismo ecosistema, pero para poder ser asertivos al combatir esos microorganismos los tres
grupos que encierran el enfoque deben participar conjuntamente, ya que todos necesitan de
todos, es como un círculo vicioso.
Cuando se tiene la información de algún virus circulante en animales que pueda ser
contraído por humanos es de vital importancia la selección del virus para poder crear
vacunas que se puedan aplicar a los humanos para prevenir posibles pandemias y que no
suceda lo que nos está pasando hoy en día con el COVID-19. Los microorganismos
farmacorresistentes se pueden transmitir entre animales y humanos mediante el contacto
directo y mediante alimentos contaminados (por eso la importancia de las personas que
trabajan en el control de alimentos que en Colombia es el INVIMA, ellos son los
responsables de velar por que la comida que llega a nuestras mesas sean aptos para el
consumo humano), de manera para contenerlos eficazmente se precisa adaptar un enfoque
coordinado que involucre a los animales y humanos.
Para apoyar al enfoque de “una salud” muchos profesionales de diversas especialidades
desarrollan una labor activa en diferentes sectores, como lo son la salud pública, la salud
animal, la salud vegetal y el medio ambiente, ellos se unen para apoyar a este enfoque. Para
poder prevenir y detectar problemas de zoonosis y problemas de inocuidad de alimentos y
responder ante ellos, los diferentes sectores deben compartir los datos epidemiológicos y de
laboratorio. Los funcionarios gubernamentales (Colombia es el INVIMA), los
investigadores y los profesionales de todos los sectores de ámbito local, nacional, regional
y mundial deben responder de manera conjunta a las amenazas constantes.
La OMS (organización mundial de la salud) colabora estrechamente con la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y la Organización Mundial
de Sanidad Animal (OIE) para promover respuestas multisectoriales a los peligros en
materia de inocuidad de los alimentos, los riesgos de zoonosis y otras amenazas para la
salud pública en la interacción entre seres humanos, animales y el ecosistema y
proporcionar orientaciones sobre el modo de reducir estos riesgos.
Luego de saber todo esto nos preguntamos, desde que época nace o se empieza a hablar de
“UNA SALUD”, bueno este término es introducido a inicios del nuevo siglo XXI, en el año
2000, este término resume en pocas palabras una noción conocida desde hace más de un
siglo, a saber, que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están
vinculados a los ecosistemas en los cuales coexisten entre sí.
La OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) apoya y aplica el enfoque como un
planteamiento colaborativo global para comprender los riesgos que deben afrontar la salud
humana, la sanidad animal, respecto a animales domésticos o silvestres, y los ecosistemas.
La OIE no solo hace uso de las normas intergubernamentales que publica y de la
información mundial sobre la sanidad animal que recopila, sino también de su red de
expertos internacionales y de sus programas de fortalecimiento de los Servicios
Veterinarios Nacionales. La OIE colabora activa y concertadamente con más de 70
organizaciones internacionales, en particular con que aquellas que tienen una función clave
en la interfaz animal-hombre-ecosistema.
Hay enfermedades de origen animal a las cuales el hombre es sensible, como es a la
influenza aviar, la rabia, la fiebre del Valle del Rift o la brucelosis, representan riesgos
mundiales para la salud pública. Otras enfermedades de transmisión esencialmente de
persona a persona circulan en animales o tienen un reservorio animal identificado y pueden
causar graves crisis sanitarias como ha quedado manifestado con la epidemia de la
enfermedad por el virus del Ebola. Estos riesgos se acentúan con la mundialización y los
cambios climáticos y de comportamiento humano, lo que multiplica las oportunidades para
que los patógenos colonicen nuevos territorios y evolucionen bajo nuevas formas (nuevas
sepas).
Se debe tener un control en todos los patógenos zoonóticos (transmisibles del animal al
hombre y viceversa) en su origen animal es la solución más eficaz y más económica para
salvaguardar la salud del humano. Por consiguiente, la protección de la salud pública debe
estar centrada en la elaboración de estrategias mundiales de prevencion y control de
patógenos, coordinadas en la interfaz animal-hombre-ecosistema y deben ser aplicables
mediante la creación e implementación de políticas adecuadas.
Si se garantiza servicios de sanidad animal competentes, vamos a obtener un mundo más
seguro de agentes patógenos contaminantes, el servicio de sanidad animal es competencia
de los servicios veterinarios, incluidos sus componentes públicos y privados, tienen un
papel esencial a la hora de la elaboración e implementación de políticas de gestión de los
riesgos sanitarios. Teniendo como principio proteger la sanidad y el bienestar animal, los
servicios veterinarios contribuyen a mejorar la salud humana en sentido estricto, así como
la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos.
Por eso es necesario disponer de los medios adecuados para prevenir y controlar las
enfermedades de forma eficaz y poder comunicar y trabajar estrechamente con numerosos
actores, con el fin de actuar de manera eficaz.
Un 60% de los patógenos capaces de atacar al hombre y de causar zoonosis (enfermedades
humanas de origen animal), provienen de los animales domésticos (encefalopatía
espongiforme bovina) y salvajes (SARS).
Combatir todos los agentes patológicos zoonóticos controlándolos en una fuente animal es
la solución más eficaz para proteger al hombre y requiere un enfoque político original que
conduzca a las inversiones especificas en materia de gobernanza, en particular, de la
orientación de los recursos públicos y privados. También debemos recordar a los agentes
patógenos que sin zoonóticos, tienen consecuencias negativas sobre la producción de
proteínas de origen animal, en particular en los países en desarrollo, ya que los problemas
de producción y de disponibilidad alimentaria cuantitativa y cualitativa conducen a graves
problemas de salud pública.
Una Sola Salud es un concepto es la consideración de las grandes oportunidades ligadas a
la protección de la salud pública por medio de las políticas de prevencion y control de
patógenos en las poblaciones animales en la interfaz entre el hombre, el animal y el medio
ambiente. La puesta en marcha de estas políticas pone en primera línea de acción a los
veterinarios y a los propietarios de animales y también a todos aquellos que están en
contacto regular con la fauna silvestre y el medio ambiente, en particular, los pescadores,
los cazadores y los gestores de los espacios protegidos. Estas políticas implican nuevos
mecanismos que permiten al conjunto de actores mantenerse mutuamente informados y
actuar de manera concertada, en enlace con los gestores de la salud pública que, en nuestros
Países Miembros, suelen trabajar bajo la egida de los ministerios de salud, sean
funcionarios públicos, personal de colectividades o médicos autónomos.
Si ponemos en práctica la visión “Una Sola Salud” se permite facilitar una alianza formal
concertada entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial
de Sanidad Animal (OIE). Estas tres organizaciones han publicado una nota común que
define claramente sus responsabilidades reciprocas y sus objetivos en este ámbito. Además,
para su acción común, han elegido como temas prioritarios la rabia, que aún es la causa de
casi 70.000 decesos humanos al año y los virus zoonóticos de la influencia.
La OIE publica también normas a nivel mundial sobre la buena gobernanza de los
componentes públicos y privados de los servicios veterinarios, incluida la formación inicial
y continua de los actores, proponiendo al conjunto de sus países miembros una evaluación
independiente de la conformidad de sus servicios veterinarios con las normas de calidad de
la organización, así como herramientas específicas para calcular las inversiones y realizar
las reformas legislativas y técnicas para brindar servicios que cumplen las normas de
calidad.
Todas estas políticas y uniones estratégicas de organizaciones y profesionales
especializados en salud pública, salud animal y del medio ambiente aplicadas a nivel local,
nacional y mundial ayudan a contribuir sin duda alguna a la mejora continua y simultanea
de la salud pública y de la salud animal en el mundo, ayudando a la prevencion de
enfermedades causadas por agentes zoonóticos, que puedan perjudicar la salud de los seres
humanos y llegar a un colapso en las salud pública como lo estamos evidenciando en estos
momentos.

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