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Opinion Teledictadura
Opinion Teledictadura
INSTITUTO POPULAR DE
VERACRUZANO AUTONOMA DESUPERIOR
EDUCACIÓN VERACRUZ
DIRECCIÓN DEDE
SUBDIRECCIÓN EDUCACIÓN SUPERIOR
EDUCACIÓN SUPERIOR
SUBDIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
ÉTICA Y VALORES
ALUMNO:
ASESOR
VIDEO TELEDICTADURA
En la sociedad en que vivimos estamos constituidos como una república
representativa, lo que quiere decir que nuestro gobierno está dividido en 3 poderes
que construyen la democracia, El Legislativo, el Judicial y el ejecutivo. Estos poderes
son directamente responsables por las direcciones en las que se encamina la nación;
El poder ejecutivo es aquel que representa a los poderes y se encarga de que las
leyes aprobadas sean ejecutadas, el poder legislativo dividido en una cámara de
diputados y de senadores se encargan de construir estas leyes y de aprobar dichas
leches y por último el poder judicial que es el encargado de vigilar que estas leyes se
cumplan. Pero alrededor de 1950 como consecuencia del imparable avance
tecnológico, un nuevo tipo de poder estaba cobrando cada vez más fuerza. Los
medios de comunicación pero en especial: La televisión.
Actualmente el dominio que ejercen las empresas televisivas sobre las personas
como población es enorme, pues existe una inmensa desinformación y una escaza
intensión por parte de la población por investigar ofrecen la mezcla perfecta que
otorga tanto poder a este medio. Es fácil poder convertir una mentira en verdad
debido a este medio.
La televisión posee la gran facultad de fijar posturas, pues mediante los argumentos
que presente y la manera en que lo hace determinan en gran medida la opinión
pública. Existe cierta discrepancia respecto a la postura de los medios para con el
gobierno. Se han atestiguado varias ocasiones en las que los medios apoyan los
intereses de la clase política, claro ejemplo de ello ocurrió en 1968 en Tlatelolco, pues
nunca hubo información concreta ni veraz sobre la cantidad de asesinatos. En
ocasiones la clase mediática parece oponerse principalmente a los políticos que
ostentan cierto peligro respecto a los intereses de empresarios televisivos. Aunque
definitivamente los intereses económicos siempre estarán de por medio respecto a la
postura mediática. Con los adelantos de la tecnología cada vez un mayor número de
personas tienen acceso a la televisión, día a día muchas personas se sientan en
familia a ver los programas que en ella se transmiten, sin embargo es increíble como
un puñado de personas deciden lo que los mexicanos tienen acceso a ver y saber.
Las dos televisoras más grandes se han caracterizado por sus tácticas cotidianas de
golpeteo, calumnia, siembra de sospechas, descalificación y terrorismo emocional, de
corte neofascista, contra el proceso revolucionario mexicano en todos sus frentes y
épocas. Su idea de “información” y “comunicación” basada, casi exclusivamente, en la
exageración, en la criminalización de la protesta y en el escándalo contra los pueblos,
diluye permanentemente lo importante con saliva de “periodistas” histéricos -y
autoritarios- expertos en elegir frases ampulosas, fuera de contexto, siempre como
intermediarios. Ambas televisoras y muchas más son una máquina de mentiras con
un disfrazado discurso de neutralidad donde sólo reina el punto de vista burgués que
es el menos objetivo, y menos verdadero, de todos.