Está en la página 1de 3

REALIDAD O SOLO FICCION, EL DIA DESPUES DE MAÑANA

Hoy por hoy, apenas quedan dudas de que la mayor parte del aumento observado en las

temperaturas medias globales desde mediados del siglo XX se debe al incremento de las

emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas.

En el clima de la Tierra influyen múltiples factores como la concentración atmosférica de

aerosoles y de los gases de efecto invernadero, la cantidad de radiación que recibe del Sol o

las propiedades de la superficie terrestre. Cuando el equilibrio entre estos elementos se

rompe, ya sea a través de procesos naturales o humanos, se modifica la cantidad de energía

que la Tierra absorbe o devuelve al espacio, provocando un calentamiento o enfriamiento del

planeta.

A lo largo de la historia los fenómenos de cambio climático no han sido una rareza, pero se

habían producido por causas naturales, sin la influencia del hombre. Desde la revolución

industrial, la situación ha cambiado y la acción humana está influyendo y acelerando el

proceso de cambio climático global.

“El día después de mañana” es una película del 2004, dirigida por Roland Emmerich y

protagonizada por Dennis Quaid y Jake Gyllenhaal, que trata acerca de las terribles

catástrofes que se pueden desatar en el mundo como consecuencia de los cambios climáticos

causados por el calentamiento global y cómo esto podría significar el fin de la tierra como la

conocemos.

La película denuncia la falta de compromiso por parte del gobierno de los Estados Unidos en

los temas referentes a la protección del ambiente, y la forma en la que este se convierte en

uno de los principales responsables de los problemas ambientales, pues de ellos depende en

gran medida el desarrollo y puesta en práctica de medidas que ayuden a la conservación del

planeta. Sin embargo, no expone las causas del calentamiento global, ni presenta soluciones
para el problema más allá de decir que los gobernantes deben preocuparse más por la

conservación de la tierra.

No obstante, al mostrarnos las terribles consecuencias que puede traer el desinterés por la

protección del ambiente, nos invita a pensar al respecto e investigar acerca del tema. Todos

juntos, con pequeños aportes por parte de cada uno, podemos ayudar a prevenir el

calentamiento global con sencillas acciones como reciclar, educar en ecología, reducir el

consumo energético, disminuir el uso de automóviles e incluso plantar árboles, y en el caso

de las grandes compañías, potenciar las energías renovables, reducir la producción de gases

industriales, etc.

Una escena que determina el problema se puede observar en el final de la película:

Nueva York y el resto del Norte de América queda totalmente en hielo. Durante la cinta,

diversas escenas jugaron con el hilo emocional. Entre ellas encontramos el tornado que

destruyó la ciudad de Los Ángeles; la inundación (y luego congelación) de la ciudad de

Nueva York, que después de pasar el ojo del huracán, quedaría sumergida en el frío eterno; la

muerte de quienes intentaron ir al sur del planeta; las vistas satelitales de La Tierra; los

constantes métodos de supervivencia que ejercían los personajes y, finalmente, el rescate de

los ciudadanos atrapados en Manhattan.

Esta trama nos hace reflexionar en torno a cómo los humanos estamos destruyendo nuestro

propio hogar. Cada acto mínimo de indolencia ante el ambiente genera una red para su propia

destrucción. Es injusto ver cómo ambiciones y preferencias económicas hacen que, quienes

dirigen nuestras naciones, se olviden de salvaguardar el planeta en el que todos convivimos.

Nosotros, los ciudadanos, los responsables de los cambios climáticos que han sucedido en los

dos últimos siglos, debemos frenar la falta de responsabilidad ante el ambiente y prevenir el

caos que algún día extinguirá nuestra especie.


La película expone muchas de las diversas consecuencias que puede causar el

desinterés y la destrucción masiva ecológica que se está dando en el planeta. Como ya hemos

mencionado, denuncia la falta de compromiso por parte del gobierno de los Estados Unidos

en torno a los problemas ambientales, pues, nosotros, los ciudadanos, somos los principales

responsables del cambio global. No obstante, la participación y preocupación de los líderes

políticos es fundamental: de ellos dependemos política y económicamente para llevar a cabo

planes de protección ambiental.

Sin embargo, podemos reducir estos problemas ayudando a limpiar playas, colocando los

desechos humanos en sus respectivos conteiner reciclables, promover más el uso de bicicletas

para disminuir la contaminación que generan los autos, reducir el consumo hídrico y

energético… Probablemente no son acciones que erradicarán el problema, pero las pequeñas

acciones son importantes.

También podría gustarte