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Llega Tiresias guiado por un niño y Edipo le pide que nombre al asesino.

Tiresias
inicialmente se niega a responder e intenta irse. Edipo reacciona con enojo y
Tiresias le dice que allí nadie sabe nada. Edipo lo acusa de ser "complotador de
los hechos" con Creonte. Tiresias le dice a Edipo que es él, el propio Edipo, la
contaminación de Tebas.

Edipo rechaza las palabras de Tiresias y lo llama ciego "de ojos y también de oído
y de cabeza" (30). Tiresias responde simplemente que estos son insultos que
pronto atacarán al propio Edipo. Edipo, que ahora sospecha de Creonte como
conspirador junto a Tiresias, describe su propio logro al resolver el enigma de la
Esfinge. El Coro intenta calmar la creciente ira, pero Tiresias hace otro largo
discurso: dice que Edipo no sabe dónde está, dónde vive, quiénes son sus padres
ni quién es él mismo, y predice que será expulsado de la ciudad y que no verá
"sino sombra". Se produce una discusión entre Edipo y Tiresias en la que Tiresias
lo desafía preguntándole con ironía si Edipo no era bueno ¨para encontrar salida a
los enigmas¨ (32). Tiresias hace una predicción final: que el asesino quedará
ciego, aunque antes veía, y pobre, aunque antes era rico, y que será probado
tanto "padre como hermano" de los niños en su casa. Él y Edipo salen, dejando al
Coro solo en el escenario.

Análisis
En el inicio de la obra se trata el asesinato de Layo como una historia de
detectives. De hecho, Edipo habla de rastros y huellas, y el oráculo da pocas
pistas sobre los eventos que se desarrollarán. Sin embargo, lo que Edipo hace
como héroe trágico es acelerar esta revelación de los acontecimientos. También
es notable la plaga que afecta a la ciudad, así como la "contaminación" metafórica
dentro de ella: el propio Edipo. En la cultura ateniense, tanto el incesto que Edipo
ha cometido como el asesinato de su padre se considerarían crímenes contra el
orden natural y contra los dioses. El incesto es un gran tabú en la mayoría de las
sociedades hasta el día de hoy. Debido a que Edipo engendró un hijo con su
madre, ha engendrado una plaga en Tebas, que ha dejado a las mujeres estériles.

Lo que es clave para analizar el inicio de la obra es el primer vistazo


que Sófocles nos da sobre el carácter más profundo de Edipo. El autor comienza
la tragedia cuando la suerte de Edipo está en su apogeo. Por un lado, se ha
enfrentado a la Esfinge, que le ha propuesto un enigma: ¨Cuál es la criatura que
camina en cuatro patas en la mañana, en dos patas al mediodía y en tres patas a
la noche?¨. Edipo ha respondido correctamente ¨el hombre¨ y, de esta manera, ha
vencido a la Esfinge y liberado a Tebas de su amenaza. Además, ya es un rey
próspero y respetado, con esposa e hijos. Varias veces en esta primera sección
de la obra se lo conoce como Edipo el "grande". Algunos críticos también han
encontrado en Edipo una arrogancia u orgullo desagradable. Este sentimiento de
autoestima podría considerarse un "defecto trágico" (idea que parece provenir de
una traducción errónea de la palabra griega hamartia, que significa "error").
También se podría sugerir que el orgullo de Edipo se manifiesta en la
identificación de sí mismo con la ciudad de Tebas y en la forma en que asume el
desafío de encontrar al asesino para asegurar su propia realeza.
Esta es una lectura convincente, pero es igualmente importante recordar que,
incluso en esta primera etapa de la obra, el orgullo de Edipo no provoca ninguno
de los eventos que causan la plaga. El asesinato de Layo, después de todo,
ocurrió hace muchos años y Edipo ya tiene cuatro hijos engendrados con su
propia madre. Aunque el orgullo de Edipo es responsable del descubrimiento final
de lo que ha hecho, en realidad no lo causa. El llamado "defecto trágico" de Edipo
tiene paradójicamente muy poco que ver con su trágico destino.

La obra comienza con una yuxtaposición idiosincrática: un coro de niños y el Coro


de la obra en sí, compuesto por ancianos de Tebas. Este contraste se desarrolla
más tarde en el personaje de Tiresias, un anciano ciego (parcialmente masculino y
parcialmente femenino en el mito) guiado por un niño. Esto plantea
inmediatamente preguntas sobre el pasado y el futuro. Estas preguntas son
importantes si consideramos que Sófocles decide comenzar su obra
aproximadamente a la mitad del mito de Edipo (ver "El mito de Edipo"). Una de las
formas en que se revela que el pasado desconocido de Edipo da forma a su futuro
está relacionada con la continuación de su trágico linaje: sus hijos resultan ser, de
manera extraña, la misma generación que él.

Estas revelaciones conducen a Edipo a cegarse, quedando como un anciano


indefenso (guiado en el Edipo en Colono por un niño, como Tiresias) exactamente
como en el enigma de la Esfinge. De alguna forma, Edipo se libera de la ceguera
de la juventud para descubrir la sabiduría dolorosa. En otro sentido, Edipo también
retrocede y se da cuenta de que es tanto un niño con una madre como un padre
con un niño.

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