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La selección Natural:
En su formulación inicial, la teoría de la evolución por selección natural constituye el gran aporte1
de Charles Darwin (e, independientemente, por Alfred Russel Wallace). Posteriormente fue
reformulada en la actual teoría de la evolución, la síntesis moderna. En biología evolutiva se la
suele considerar la principal causa del origen de las especies y de su adaptación al medio.
La selección natural Puede ser expresada con la siguiente ley general, tomada de la conclusión de El
origen de las especies:
Existen cuatro tipos —a veces considerados tres— de selección natural, clasificados según los
individuos que sobreviven en cada tipo de selección, es decir, según cuántos sobrevivan:
1. La selección estabilizadora:
Un ejemplo clásico de esto es el peso prenatal humano. Los bebés de bajo peso pierden calor de
manera más rápida y son más sensibles a las enfermedades por infección, mas los bebés de alto peso
son más difíciles de parir por la pelvis. Así se demuestra que el peso óptimo (el que da una mayor
probabilidad de supervivencia) es una medida que se encuentra en un rango medio, ni
extremadamente alto, ni extremadamente bajo.
La selección estabilizadora no opera la mayoría de las veces en la mayoría de las poblaciones. Este
tipo de selección actúa para prevenir la divergencia de forma y función. De esta manera, la
anatomía de algunos organismos, como los tiburones y helechos, ha permanecido sin cambios por
millones de años.
2. La selección direccional:
La selección direccional', también llamada selección positiva, es un tipo de selección natural que
favorece un solo alelo, y por esto la frecuencia alélica de una población continuamente va en una
dirección. Es opuesta a la selección balanceada, donde se favorecen varios alelos, o a la selección
estabilizadora, que elimina mutaciones malignas de una población. La selección direccional es un
tipo particular de mecanismo de selección natural. A la selección direccional pertenecen especies
cómo: El elefante marino, marsupiales cómo la bacteria de escombro y los canguros firimolípados y
especies caninas maulladoras.
3. La selección Equilbradora:
4. La selección Sexual:
La selección sexual es un concepto clave de la teoría de la evolución acuñado por Charles Darwin
en su libro El origen de las especies para explicar el desarrollo de caracteres sexuales secundarios
en los seres vivos que parecían no responder a la selección natural, es decir, a la supervivencia del
mejor adaptado.1 En líneas generales, postula que ciertos rasgos presentes son el resultado de la
competencia entre individuos de un mismo sexo por el acceso a la cópula (selección intrasexual) y
de la selección por parte de uno de los sexos, usualmente las hembras, de individuos del sexo
opuesto (selección intersexual).2
Se relaciona directamente a este mecanismo evolutivo con el dimorfismo sexual y con la presencia
de rasgos morfológicos exagerados. Muchos de estos rasgos morfológicos llegan a suponer una
merma en las capacidades adaptativas y de supervivencia de los animales que los poseen. Para
explicar su desarrollo, dentro de la selección sexual, se postulan dos hipótesis denominadas «de
Fisher» y «del hándicap», concebidas por Ronald Fisher y Amotz Zahavi respectivamente. La
primera de ellas explica este desarrollo exagerado de estructuras fisiológicas en un sexo por la
identificación directa de éstas con genomas superiores por parte de sus parejas sexuales. La segunda
de las hipótesis indica que la presencia de rasgos morfológicos exagerados lastran la supervivencia
de los organismos que los manifiestan; sus parejas sexuales sentirían preferencia por ellos por ser
capaces de sobrevivir a pesar del hándicap que les suponen estos rasgos.3
Resistencia de las Bacterias a los Antibioticos:
La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública mundial, y su gravedad crece año
tras año.1 2 En 2013 se produjeron al menos 700.000 muertes atribuibles a organismos antibiótico-
resistentes, y se espera que para 2050 la cifra haya aumentado a 10 millones al año, superando al
número de muertes por cáncer.
Causas:
Varios estudios han demostrado que ciertos patrones de uso de los antibióticos afectan en gran
medida al número de organismos resistentes que se desarrollan. El uso excesivo de antibióticos de
amplio espectro, tales como las cefalosporinas de segunda y tercera generación, acelera en gran
medida el desarrollo de resistencia a la meticilina. Otros factores que contribuyen a la resistencia
incluyen los diagnósticos incorrectos, prescripciones innecesarias, uso incorrecto de antibióticos por
parte de los pacientes y el uso de los antibióticos como aditivos en la alimentación del ganado para
aumentar el engorde.
Como resultado de las aplicaciones continuas del mismo insecticida prevalecen los insectos
naturalmente resistentes, los cuales se aparean dejando descendencia también resistente y
volviéndose predominantes en la población. Así el tratamiento pierde efectividad y debe recurrirse a
otro insecticida de diferente modo de acción, si está disponible.
Condiciones genéticas de las plagas junto con la aplicación intensiva y repetida de insecticidas son
las causas de la rápida evolución de la resistencia en la mayoría de insectos y ácaros.
Causas:
Es causada por la selección natural, que le permite a algunos insectos pre-adaptados con genes de
resistencia sobrevivir a las aplicaciones de insecticidas y pasar esa característica a su descendencia.
A través de la aplicación continua de insecticidas con el mismo modo de acción (MdA), la selección
de los individuos resistentes continúa por lo que la proporción de insectos resistentes en la
población aumenta, mientras que los individuos susceptibles son eliminados por el insecticida. Bajo
esta permanente presión de selección los insectos resistentes superan en número a los susceptibles y
el insecticida se torna ineficaz. La velocidad con que se desarrolla la resistencia depende de varios
factores como la rapidez con que los insectos se reproducen, la migración y el rango de hospederos
de la plaga, la disponibilidad de poblaciones susceptibles cercanas, la persistencia y la especificidad
del producto fitosanitario y la tasa de aplicaciones (momento y número de aplicaciones).