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Muchas veces no nos damos cuenta lo importante que es para nuestro

equilibrio emocional y para el desarrollo de la creatividad, vivir en un espacio


donde las formas, colores, texturas, materiales e iluminación se junten
creando una atmósfera acogedora. Ayuda al aumento de la productividad,
logra que el descanso sea más placentero y también hace que el espacio
intervenido tenga una influencia positiva en el desarrollo de la actividad que
se lleve a cabo en ese lugar.

Desde hace algunos años me he dedicado a mi profesión: el diseño de


interiores, siempre me ha apasionado ya que puedo reunir lo estético,
pensando en la comodidad y en la utilidad de cada objeto. Es una rama
profesional, un arte que la ciencia también estudia tratando de entender
mejor el comportamiento humano con respecto a la gestión del espacio para
que sea eficaz y funcional.

De las cosas que más me gustan de ejercer el diseño de interiores, es que te


obliga a estar actualizándote en muchos frentes, desde la arquitectura,
nuevas tendencias de la moda, hasta las innovaciones existentes en el uso
de tecnologías sustentables que promuevan el ahorro y la reutilización de
recursos integrando incluso las energías limpias.

Entre las cosas que he podido darme cuenta, con seguridad puedo afirmar
que el un buen diseño de interiores influye en el comportamiento humano
decisivamente por las siguientes razones:

1. Fomenta el buen estado de salud


2. Te mantiene activo
3. Reduce la ansiedad
4. Ayuda a la integración de las personas, creando espacios con mayor
bienestar tanto físico, emocional y psicológico.
5. Influye en tu estado de ánimo e incide en la calidad de vida.
6. Mejorando nuestro espacio y nuestra intimidad, podemos afrontar la
vida de manera positiva y equilibrada
7. Expande la mente impactando en la forma en que vivimos y pensamos
en nuestra casa.

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