Está en la página 1de 2

3.

Utilidad

Se denomina Signo a la manifestación objetiva de un estado que puede ser


patológico, los signos son observados por el clínico más que descritos por el
individuo afectado.

Se denomina Síntoma a la manifestación subjetiva de un estado patológico, los


síntomas son descritos por el individuo afectado más que observados por el
examinador.

De este modo, serían síntomas: las vivencias delirantes, las alucinaciones, los
temores, etc.; en cambio, serían signos: los movimientos estereotipados, las
conductas autistas, la fuga de ideas, etc.

No obstante, en la práctica clínica, esta diferencia es medianamente útil y se


entiende por síntoma de un trastorno psíquico a la totalidad de las
manifestaciones de éste, tanto subjetivas, como objetivas.

Los síntomas propiamente tales, constituyen alteraciones más o menos


transitorias, que irrumpen modificando el habitual modo de ser del individuo; el
que los vive como algo nuevo y en cierto modo, venido desde fuera y no los
engloba, por lo tanto, en la experiencia de sí mismo, ni los identifica con su
personalidad.

Los síntomas son subjetivos, y en muchas ocasiones, difíciles de discernir para


el observador no experto como ocurre por ejemplo con la ansiedad y otras
emociones y sentimientos. Mientras los síntomas son experiencias subjetivas
referidas por el paciente, los signos, proceden de las conductas observables y
de los datos obtenidos en los instrumentos como: la anamnesis.

La función del psicólogo es comprender, dándole sentido a eso que se expresa


en el paciente. Se liga una percepción con un sentido convencional dado en el
saber psicológico.
Este hallazgo objetivo es el producto de la diferenciación de todas aquellas percepciones que
sólo se presentan como apariencias, las cuales quedan dentro del campo de lo sintomático y
de la subjetividad del paciente que las comunica. Lo objetivo es racional, verdadero y
plenamente expresable en los términos del saber psiquiátrico. En el proceso de separación
entre lo objetivo y lo subjetivo, lo determinable de lo aparente, la observación ocupa un lugar
preponderante.

El lugar de un observador calificado lo puede desempeñar cualquier sujeto, para constituir un


signo no habría una mirada profesional particularmente calificada, basta con que alguien
observe e indique en otro una conducta anormal o patológica.

“El convertirse en un experto en el reconocimiento de signos y síntomas específicos permite al


clínico comunicarse de manera comprensible con otros médicos, realizar un diagnóstico
preciso, tratar de manera eficaz, predecir un pronóstico con fiabilidad, y explorar
detalladamente la fisiopatología, las causas y los aspectos psicodinámicos de un trastorno.”

Es de considerarse que este orden muchas veces no aparece tan claro en algunas fuentes
consultadas, algunos autores subsumen o homologan el síntoma con el signo, como también,
no distinguen síndrome de enfermedad.

Las sensaciones y las conductas del paciente caracterizan al síntoma. El psiquiatra interviene
observando estos datos para darle dictaminarles un sentido. El psiquiatra y su comprensión
ubicarán los datos en los cuadros psicopatológicos que más se ajusten a lo que percibe. La
comprensión se apoya en saber leer los códigos psiquiátricos, ajustarse a su metodología y a
los cuadros que allí se describen. Muchos autores resaltan la necesidad de una mirada
introspectiva en el profesional como parte de la compresión. El psiquiatra antes de prescribir
una terapéutica deberá pensar como si estuviese en las circunstancias del paciente.

“Subjetivo: Lo que solo existe en la mente. Aquello que llega al sujeto o es percibido por él, en
contraste con algo que es modificado por circunstancias externas o puede ser evaluado
mediante normas objetivas. “

También podría gustarte