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Sistematizacion y nuevos aportes - cia M. Passalacqua la colatboracion de: Martha Alessandro de Colombo Hilda Leonor Alonso Marta Susana Codarini Maria Cristina Gravenhorst Maria Teresa Herrera 8° edicion aumentada ediciones Kiex indice Prétogo a la 3*edicién, 9 Prétogo de ta 1* edicién, \\ 1 Importancia del Psicodiagndstico en el quehacer psicoldgico, 13, Latarea psicodiagnéstica, 13, [EI Psicodiagndstico de Rorschach: su importancia en la tarea diagnéstica, 22 Métodos y tenicas psicolégicos, 23 Notas, 26 2. El Psicodiagnéstico de Rorschach, 27 CCaracterizacin de la prueba, 27 Valdez y confabilidad, 28 ‘Antecedentes del Test de Rorschach, 30 Deseripcidn de as léminas, 31 Pundamentacion tedrica, 34 EI Psicoandlisis,34 Lateoria dela Gestalt (Psicologia de Ia Forma), 35 Hermann Rorschach, 40 Creacién del Psicadiagnésticn, 44 Difusin en Europa y América, 45 En Europa, 45 Enos Estados Unidos de América, 48 En Latinoamérica, $0 Enla Argentina, Diferents escuelasexistentes en Rorschach, 54 Formas de aplicacién, $3 ‘Campos de aplicacion, 58 Retess y series paralelas, 59 Notas, 63 3. La administracién, 65 Amplitudy constitucién de la hateriapsicodiagnésticn, 65 Ubicacin del test de Rorschach, 66 EE Psicodiagnestico de Rorschach, 68 Suadministracin, 68 ‘Material, 68 Procedimiento, 71 1) La Administracin propiamente dicha, 71 2) El Interogatorio o Encuesta, 78 3) El Examen o Test de Limites, 84 Notas, 89 4. La clasificacion, 91 CClasificacion de las respuestas, 91 Respuestas de detalles usuales, 98 Respuestas de detalles inusuales: Dd, 107, Respuestas de espacios en blanco: S, 111 Determinantes de las respuesta, 113 Respuestas de formas, 114 Respuestas de movimiento, 119 ‘Movimiento humano (M), 124 Movimiento animal (FM), 130 Clases de colores, 144 1. Color forzado, 144 2. Color arbitrari, 145 3.Color simbélico, 146 4. Color nombrado, 146 5. Descripeién del colar, 147 Respuestas de color aeromitico (C’) 148 Clases de colores acromsticas, 152 1, Color acromatico forzado, 153 2. Color acromitio arbitrario, 153 3.Color acromatico simblic, 154 4. Color acramitico nombrado, 154 5, Color acromitico desriptivo, 154 Respuestas de claroscuros, 155 Claroscuros de superficie, 164 "pos de texturas, 166 CClaroscuros de profundidad, 168 (Claroicuros tridimensional reducido aun plano (bidimensional: Fk, KF y ky 175 erminantes miltiples, 177 ntenidos, 182 es, amortiguadores y perturbadores, 182 1, Contenidos vtales, 183, Contenidos amortiguadores, 184 Poreenual de formas postvas, 206 Porcentual de formas positivas extedido, 206 Movimientosactvos pasvos, 208 OE ee ‘edicién anterior mostrando, afortunadamente, Segunda formula vivencial, 209 uievamente el prologo dela primera edicion Proporcidn de color, 210 Jor informativo, ademis de historico, Pérmulas de determinants miipes, 210 sa disposicién de los lectores, a los cuales agradecemos Pence poet Jos resultados de la investigacién que, tres de fei tga Ash. 21 pordinado desde la titularidad de las Cétedras de Rorschach ee casa, poratadore cee de Psicologia de Ia Universidad del Salvador y de la Contenidos perturbadores, 212 Buenos Aires, con la valiosa intervencién del plantel docente ‘Contonidos amortiguadores,212 , incluso, de un grupo de ex alumnos voluntatios. mula de fccuenci, 213, ibjtivo fe validar las respuestas populares en la Capital Federal Indie dered 313 ‘Arentna el Gran Buenos Ais, para adaplara a nesta Saeel eas, ivestigacién que incluimos en el Apéndice y que tiene el gran Fse hecho con una muestra muy numerosa (1.080, entre varones Ejempliicacén, 217 “adems, con no consultantes (y esto no podria haberse hecho Jo, evidentemente). ién esti relacionado con la actividad docente que todo el grupo ollando, ya sea en el émbito universitario, o en la Asociacién mente prologando una jomuy comin dentro de la literatura (Caso Mirta, 217 Protocolo de registro y clasticacién, 218 Laine inert aio de Psicodiagnéstico de Rorschach (nuestra institucién de Fija de ebmputsypscosram, Caro Mir, 225 ) que, en lo personal, me ha Ilevado a una taea de difusion de la Destrollo de las formulas, Caso Mina, 228 ‘Argentina de Rorschach”, que est libro sistematiza, por diversos palsy del exterior los que, con tal motivo, me invitaron. También jdenta de ALAR. (Asociacién Latinoamericana de Rorschach) desde o Latinoamericano de Rorschach y Otras Técnicas Proyectivas, 7. Graficos, 229 GréficoN?1 Protocolo de regisiro,229 Gace ee Grande, Brasil, de 1992 (Tucumén, en Argentina; Santiago, en ecm eee oc GrifcoN?4 Detalles tsuates, 233 i cen esa tarea de ensefianza, ademas de lo que en tal sentido nos GeificoN*$ —Alqunos detalles inasuales minisculos,250 ifestado con generosidad otros colegas, hemos comprobado nosotras GriticoN76 Hoja de cémputsy psicograma, 260 a utilidad de tener estos aportes unificados y sintetizados en la RE hgh ieotded eecereusaaeed fa, lo que agiliza la transmisién y deja tiempo paral profundizaciény Grifice N°9 Couto de conteidosy eros, 254 fionamientos validos y, aun, para la investigacién. Esto ha motivado la Grifico N° 10 Hisograma de barras, 265, jn creciente de equipos con esta dltima cualidad, aprovechando esta ‘ela que nos presenta el Rorschach en sus aspectos cuantitativos Y, Apéndlice,267 én, cualitativos, dando nuevas muestras, siempre, de su enorme riqueza. Notas, 268 Alicia Martha Passalacqua Bibliogeatia, 269 que también formé parte de I, sin cuya desinteresada ayuda esta publicacién se habria demorado mucho tiempo més; juntas estamos preparando Ia se~ gunda parte, comespondientea la interpretacién, También agradezco Ia eola- boracion activa de las licenciadas Marta Peroni y Elsa Sanchez en tareas de escritura y gréficos. Y la de todos aquellos alumnos, colegas y profesores de Ja APR que de una w otra manera han alentado y estimulado esta tarea Para terminar, dos comentarios: el primero, un recuerdo que quisiera ser tun homenaje para el creador del Psicodiagnéstico, el psiquiatra suizo (y ta bin artista) Hermann Rorschach, quien sin pensar en su ulterior repercusién realiz6 en su corta y malograda vida una obra inestimable. El segundo se refiere al motivo por el que no haré acd una apologia del Test de Rorschach. Demasiados autores ya lo han hecho, De cualquier modo, hay secciones del libro que hablan de su riqueza, Pero si es necesario destacar que el apren: zaje de esta técnica exige constancia, rigurosidad y minuciosidad, condicio- nes que seria deseable existieran en todos los que se dedican a ella. Muchos, sin duda, la considerardn demasiado compleja y ardua: lo es, pero también son ricos sus resultados, Nuestra méxima aspiracién seria entusiasmar al lector para que profundice el estudio de esta técnica, aprendizaje que, sein nuestro criterio, todo psicblogo deberia abordar cualquiera sea el campo laboral en que se desempetie.* Las posibilidades de este test son vastas: desde aportar datos a los psicodiagnésticos hasta investigar innumerables temas de diversa indole, gracias a los cémputos numéricos. A su vez, esto contribuye a la prevencidn de multiples problemas psiquicos e incluso fisi- cos y sociales, que deberia ser nuestra meta més deseada, no s6lo de los psicdlogos sino fundamentalmente de la sociedad en la que nos insertamos. Espero que asf sea entendido por todos. Alicia Martha Passalacqua *Por razones denicas, se ha decidido imprimir en negro todas las liminas del Psicodiag- 1néstico que se incluyen en Ia obra. Para suinterpretacion, el lector deberd hacer uso de las iminas originales, (N. del E.) psicodiagnéstica 108 aclarar algo que si bien ha sido expresado muchas veces, no lo-es redundante o deja de ser necesario: la tarea diagndstica, eminente- clinica, es ardva, compleja y dificil. Esto, que es también vilido para iagndstico médico, lo es mas atin -si cabe- para el psicodiagndstico. éPor qué decimos esto? Primero, porque exige del profesional que se ecializa en ella ~aunque casi nunca excluyentemente de otras actividades linicas~ el esfuerzo de conocer, ampliar y profuundizar, en forma constante, Glettas técnicas que a menudo vio muy répida 0 superficialmente en el curso dle su carrera universitaria, Ademas de poseer conocimientos de Psicologia General, Profunda, Psicopatologia, Logica, Lingiistica y hasta Gramatica y Ortografia (para la redaccién de los informes), debe tener ~como si todo esto fuera poco- una capacidad sintética que sin duda va mis alld de ta preparacién tedrica y técnica, por completa que ella sea. En segundo lugar, la tarea es arduia porque ~como bien lo expresa Allport! ¥a veces no comprendemos en un principio cada persona es tinica y siem- pre diferente de cualquier otra, aunque puedan compartir ciertos mecanis- ‘mos, estilos y hasta historia, medio y factores hereditarios. Por lo tanto es poscedora de multiples facetas y complejidades formadas a través de sus [pocos o muchos afios de vida; y, en tiempo reducido y a veces con escasos elementos, el profesional que eventualmente la psicodiagnostique debe tratar de captarla lo mas ampliamente que le sea posible. No hablemos de si es posible llegar 0 no al rétulo gnoseolgico ~que en algunos casos puede hasta ser secundario- sino simplemente del poder des- cribir e6mo es, qué le pasa y eémo actia tal o cual persona en su particular ¥ propio modo de ser. Muchas veces nos preguntamos por qué muchos psicélogos dejan de lado desdettosamente una de las pocas tareas que no les discute el resto de la sociedad y que es especifica de su rol. También es, por otra parte, siempre una de las actividades inherentes al método esencial de la ciencia psicolégica: el método etinico. Le concieme en sus dos primeras etapas de procedimien- {os (observar y diagnostiar),previas ala ltima de modificaru operar (Ulloa)? Y esto sies fundamental: sea cual fuere la actividad profesional que ejerza- mos 0 la especialidad que practiquemos -seleccién de personal, orientacién ‘vocacional, psicoterapia, psicodiagndstico, psicologia institucional, educa- cional, forense, ete. no debemos perder de vista que los psie6logos somos ‘eminentemente clinicos (promovemos salud mental) y, por consiguiente, nos 4 El Psicodiagnéstico de Rorschach valemos en principio de un método: el elinico; éste nos permite intentar la modificacién operativa de aquello que se encuentra en una situacién c tica y/o de desequitibrio, con las técnicas que consideramos més adecut das para lograrlo. Sobre este particular ~cabe destacarlo— también encontramos a veces actu: des opuestas entre los profesional: muchos psicblogos recién egresados ereen ‘que la tarea psicodiagnostia les permite hacer una buena primera aproximacién al quehacer psicolégico, por ser, segin dicen, “la mis facil y la menos compromete- dora”. Grave error que suele detentar un alto costo para su rectificacién y que ¢s, en tiltima instancia, un modo de desvalorizar por desconocimiento, Pronto se advierte que es una de las tareas més complejas y que exige mayor expe- riencia, En especial porque el profesional, como ya sefialamos, debe intentar captar en breve tiempo lo méximo de una persona que es la resultante de determinados afios de vida ~y logicamente variados en eircunstancias~y que, inclusive, muchas veces no se quiere mostrar por miltiples motives. Esto tlkimo se da cuando el sujeto es enviado o en una evaluacién laboral o judicial, por ejemplo, ya que de ésta depende a menudo una recomendacién cru para el futuro de esa persona en cuanto a trabajo, salud, libertad, tcétera, Por otra parte, a lo anterior debemos agregar que el psicodiagnéstico casi siempre trasciende los “protectores” limites del consultorio del que lo hace (lo cuat no pasa necesariamente con la psicoterapia) para llegar al médico, empresa, maestros, padres 0 al mismo interesado. Y en mas de una ocasién, ¥¥ esto es lo mis serio, por escrito y con su firma, comprometiéndose asi all mismo tiempo en los avatares de la siempre aleatoria pr fica que nos responsabilizamos directa ¢ ineludiblemente de lo que inferimos ‘en Ia evaluacidn, sin las posibilidades de rectificacién y de impune intimidad ‘que tiene, por ejemplo, la tarea terapéutica, para exponernos a las crit disensos de otros (en muchos de los casos, justificados). Esta complejidad de la tarea es tal vez uno de los motivos fundamentales por los que frecuentemente se la desvaloriza, incluso entre los propios psicd~ logos y algunos psicoanalistas. Y esto muchas veces sucede por no admitir supropio desconocimiento sobre el tema, minimizindolo recurriendo a mile tiples y variados argumentos. Existen profesionales que no critican la tarea en si, sino que euestionan los tests dentro de las técnicas psicodiagnésticas. La mayoria son psicoterae peutas (psiquiatras, psicoanalisas e incluso psicdlogos). Algunos afitman ‘que pueden extraer en una 0 dos entrevistas lo mismo que a los denis leva horas de trabajo, ;Qué afortunados son! Pero surge la dudas siempre hacerlo? ¢Realmente pueden distinguir sin mls un tumor cerebral (0 cuala EL Psicodiagnéstico de Rorschach 15 importancia que tiene la entrevista como técnica psicol6gica valio- ‘oslayable. Pero tampoco la sobrevaloremos. Un psicodiagndstico inpleto la incluye, sin duda, como un elemento indispensable por anal De hecho, cuanto més amplio sea aquél mas datos nos aportaré sobre Heonsultante, ahorrandonos a veces un tiempo considerable, sobre todo Os casos en que éste entre en una psicoterapia que de lo contrario, quizé rian atios en surgir. Con el agravante que esos datos pueden ser im- les puntos conflictivos que incluso podrian trabar (ademas de retra- el desarrollo del proceso terapéutico Esto sucede frecuentemente cuan- lin asociados a elementos resistenciales que contribuyen a crear ~de ‘abordados— una transferencia negativa Si bien en ocasiones esos no aportan demasiado al diagnéstico de personalidad (y si a relevan- stancias vitales) completan indudablemente la informaci6 © ferapeutas deberemos evaluat. Ello se hace indispensable, por ejem- a determinar la posibilidad alternativa de una derivacién y/o de una eidn, 1a duracién del tratamiento, la necesidad de profundizar cier- el saber en qué momento hacerlo, el prondstico, y el definir, nehuso es anterior ~e imposible de hacer sin tener un espectro bien ‘del funcionamiento de la persona—la eleccién del tipo de tratamien- Drofesional mas adecuado para llevarlo a cabo (y en algunos casos ln Sexo U otro). Muchas veces esto reduce considerablemente la neia de algunos terapeutas que creen poder abordar cualquier pro- ‘Ademés, cabe considerar que a menudo la entrevista utilizada stadores noveles o escasamente adiestrados sirve para que és- nen la superficie del relato que hace el paciente, o en lo anec. dificultad para poder evaluar lo inconsciente, justificéndolo que narra y perdiendo de esta forma la necesaria objetividad. sel uso de otras técnicas -y sobre todo el Psicodiagndstico de mitira confrontar distintos productos del entrevistado y asi ivos para poder evaluarlo, considerando las recurren- intra e intertests. De lo contrario, advertimos el peligro la posibilidad de confundir por ejemplo, ansiedad con de medicar a la persona, en el supuesto caso de que la esario especificar lo negativo que puede resultar iv 0, peor alin, antidepresivos a alguien muy miis frecuentes de lo que se supone, determinada patologia, seguramente di ritira determinar si es abordable 0 no con una p Si bien es muy importante Hegar a la compleja conclusion de que un sujeto est angustiado y no deprimido, 0 que otra paciente, por ejemplo, es ‘una histérica grave y no una esquizofrénica, para tratarlos como correspon= de, es igualmente valioso, o més aii, describir las diferentes y miiltiples facetas de sus respectivas personalidades, ademés de ser imprescingible en algunas areas, como la laboral, por nombrar alguna. Para ello es necesario realizar una interpretacién dindmica de los datos obtenidos, que dé cuenta de ‘esa persona y no de cualquier otra (estén los que hacen informes casi ealea~ dos). Por otta parte esto enriquece la teoria confirmndola o rectificdndola, Entre los que consideran la tarea psicodiagnéstica prescindible, hay quienes aducen motivos de tipo teérico: la relacién transferencial que se establece en el proceso diagnéstico perturbaria la que debe surgir postetionmente en el curso de la psicoterapia, o algo emparentado con esto: el cambio de rol de “psico- y <0 +, respectivamente). La punta de la flecha o el dngulo, siempre seiialando en la direceién donde se encuentra el smdimero de la lamina cuando el administrado la esté observando al reverso de a kimina, en ntimeros romanos-* Los gros repetidos se colocan asf: ¢) .Tam- bién puede observar la lamina en posicién sesgada: 1 0 /-. Usar uno u otro signo es indistinto; cualquiera de los tres: flecha, éngulo o letra es entendido Universalmente (entre los rorschachistas, claro). Lo importante es elegir sélo tuno de ellos y uilizar siempre el mismo (por lo menos dentro de cada protoco- Jo). ¥ no olvidar colocar en todos los casos el que sea indicativo de la posicién ‘en que finalmente fue dada cada respuesta En la columna que dice Profocolo (0 administracién) consignaremos, como ya dijimos, toda verbalizacion del examinado y aun su conducta gestual. Esto nos exige escribir con mucha rapidez; de cualquier modo, el uso de abreviatu- as que luego entendamios y de signos taquigrificos -si se conocen- sirve de considerable ayuda, ;¥ las grabaciones o filmaciones?, se preguntarin mu- chos, espetando la inefable ayuda de la tecnologia, En vez de simpli complicarian Ia administracién, ya que harian casi imposible o extremada- ‘mente largo el intetrogatorio posterior, sin contar el trabajo de desgrabar el material, La practica hace que esta tarea se haga eada vez menos compleja. ‘Otro aspecto importante ~y que ayudaré al interrogatorio posterior es ‘ratar de separar lo que consideramos en un principio diferentes respuestas a J misma limina, colocando cada una en un renglén aparte y dejando incluso algo de espacio entre una y otra, ya que la encuesta o el interrogatorio gene- ralmente ocupan mas espacio al ser mas amplios. Esto también permite rea- lizar las preguntas y su clasificacién en forma ordenada, Y como ya dijimos, al conctuir con una lamina trazaremos una linea larga ue la separe de la siguiente, También es conveniente colocar en el lugar corres- ‘Pondiente -siempre en nmeros romanos~ el niimero de la pr ndiagndstico de Rorschach antes de entregérsela al examinado (ademas de volver el eroné: este momento anotaremos los tiempos de reaccién y total anter Jo hemos hecho. Esto, que parecerd trivial, alivia la tarea y su aclaracién Fesponde a interrogantes del rorschachista prineipiante. Pedimos disculpas si alguna explicacién resulta tediosa o reiterativa para Jos que ya conocen la técnica, peto preferimos eso a dejar aspectos de lado, jor nimios que ellos patezean. Tal vez con ello queramos evita, en part, las ‘mil y una dudas e interrogantes que nos hemos hecho en nuestros inicios por ‘no haberlo encontrado “todo” explicado en ningiin texto, En general, no es necesario repetr la consigna inicial, a menos que el exa- ‘ninado haga preguntas o si consideramos que no la entendid, Al enunciarla es ‘eonveniente preguntarle sia ha comprendido, sobre todo si advertimos que no Taha captado. En ese caso habri que volveria a enunciar, diciendo ~en defini- Aiva- 1o mismo pero con otras palabras. También deberemos repetirla pata stimular al examinado que presuntamente fracase en la primer Iimina, no ast Tas subsiguientes. A veces resulta efectivo afiadir que casi todos logran almente ver algo, o pedirle que lo intente nuevamente. Nuestra insistencia Ho debe ir muc vo que se repita el fracaso en la lamina Il 1? Esta bien asi?” u otras 5; iambign se puede repetr la consigna aleando que cada tes, que no hay una sola posibilidad sea la “correcta” y que en esta ocasion fo que le solicitamos porque ello es, que en realidad importa—es que nos diga qué puede ver él (0 ella): “Trate de ime lo que ve usted, ya que todas las respuestas son igualmente vilidas. armayor parte de los cas0s con eso basta. Lo mismo vale para las pregun- nis directas del tipo de: “{Es un mureilago, no?" o “,Usted qué ve aci?” Otros interrogates versan sobre si tienen que decir lo que ven 0 lo que se ellos contestaremos que ambas cosas, por si hubiera alguna dife- fine els. Actos como: Tengo que vermis de una cosa?” “La puedo ", “{Puedo verlas también por partes?” o “Tengo que dar siempre una os casos, que 0s vaya transmitiendo todo lo que pueda ver. preguntas comentarios como.: “Usted va a creer que estoy loco aca algo de esto", so srverealmente para algo”, "Los resultados 16 El Psicodiagnéstico de Rorschach luego, confirmaremos. Hay personas que vuelven a léminas anteriores para comparar 0 agregar respuestas; esto se permite ~consigndndolo— salvo que se dé en exceso y resulte perturbador por lo reiterativo, en euyo caso poder- nos aclarar que luego volveremos a verlas juntos. Si es necesaria Ia repeticién de la consigna, debemos recordar que sus cconceptos fundamentales son: 1) Que se van a mostrar Kiminas, (Sien la toma el examinado repitiera reite- radamente la referencia a cémo se obtuvieron técnicamente las manchas de tinta, se le puede confirmar su “descubrimiento” para que ya no insista sobre el tema). 2) Que se pueden ver diferentes cosas en ellas, porque si bien hay respuestas populares o habituales, las formas son realmente ambiguas (algunas més {que otras), implicando, como decia stu mismo autor una interpretacién ‘mais que una percepeién en el sentido estricto."° Los contenidos que en llas se proyecten son miiltiples y por ello no se trata de un test de aci tos con una sola respuesta vilida, compartiendo en este sentido una de las catacteristicas principales de toda prueba proyectiva, Esto se afiade fundamentalmente s6lo en el caso de tener que repetir la consigna (por Fracaso o falta de comprensién de la misma). 3) Que nos interesa que el examinado diga qué puede ver: es decir, que le estamos pidiendo una interpretacion de las laminas que nos va a permitit eonocerlo mejor. 4) Que nos dé alguna sefial de que ya no ve nada més: ya hemos explicado el por que de est. 5) Que aunque mediremos el tiempo no esperamos que él sea veloz ni que altere su tiempo para contestar: éste es el que nos interesa en realidad. Si ‘esto estd dicho con sinceridad ~y nosotros lo creemos también-, el uso del cronémetro no perturba y realmente la persona imprime su ritmo natural a la prueba. Tambign debemos aclarar acé al lector que no hay un _tiempo determinado de exposicin para cada lémina, ya que es importan- te que la experiencia transcurra, dentro de lo posible, de acuerdo con las caracteristicas individuales de cada persona No obstante si se diera el «caso de que alguien no es capaz de dar una respuesta ~aun repitiéndole la ‘consigna-, pero tampoco puede desprenderse de una limina deter -da, creindose un clima de ansiedad in crescendo, eonviene pasar a la. siguiente, Aunque no hay un tiempo limite para ello, luego de los 5 mint {0s ya es valido (a veces uno o dos minutos menos también). Esto nos lleva a otro punto, Dificilmente un rorschachista av crea realmente en lo que puede proporcionar esta técnica se un rechazo absoluto por el test de R E] Psicodiagnéstico de Rorschach haya elegido muy bien el momento de la toma o frente a patologias muy serias. Pero si ello sucede no conviene insistir en el momento, dejando la administracién planeada para otra ocasién. Inversamente, cuando las respues- ‘tas @ cada lamina son excesivas, las iltimas como bien dicen algunos auto- res- nada agregan y casi siempre son detalles minisculos dados por la for- ma. En esos casos es preferible detener el aluvion de respuestas diciendo que ya es suficiente, aunque luego solicitemos que nos dé adicionales (la final dad es diferente); en general lo hacemos entre la sexta y octava respuesta, y sélo en las dos o tres primeras léminas. Si luego la profusién de respuestas continGa igual, ya no las paramos y lo consideramos relevante como una modalidad del administrado; nos brinda ademés aportes interpretativos, En sintesis, durante el periodo de asociacién libre el rol del examinador {rd -luego de aclarar bien la consigna-- lo menos directivo que se pueda. En se papel, nos limitaremos a mirar, escuchar y anotar lo mds fielmente posi bile lo que dice y hace el administrado. Tenemos, desde luego, varias tareas: Aalcanzarle as kiminas, tomar los tiempos, observar la conducta gestual y aun escribir con rapidez, pero todo lo mis silenciosamente que podamos y — Sobre todo-manejando nosotros la situacién en lo que respecta a mantenerla ‘encuutdrada como corresponde. Esto implica no hacer concesiones que per- Aurben la tarea; por ejemplo, que el examinado tome la Kamina siguiente cuan- dlo termind con Ia anterior, sin damos asi tiempo suficiente para registrar lo que corresponde a la verbalizacién de esta tltima, y haciendo ademas impo- ible el cémputo de la reaccién ante la mina subsiguiente. Tampoco el exa- hinador debe permitir ver las laminas por anticipado. En el caso de que el uninado quisiera hacerlo, hay que consignarlo, $i persiste en la actitud, y vvernos en la necesidad de poner limites de una forma drastica lo que darse, por ejemplo, en pacientes psicépatas o con actitudes psicopit Ho asi en el contrafébico-, és sera un elemento que tendré gran signif in diagndstica. Para evitarlo conviene mantener las liminas, como ya he- Sugerido, cerca de nosotros y alejadas del aleance del probando. No se tir que marquen las liminas con lipiz, mucho menos con fibras 0 bo- bs; esto se puede prevenir en parte alejando, antes de empezar la admi- in, es0s elementos. El examinador puede explicar sin enojo -si es fio que éste-es un material valioso para siy que no debe tener marcas an las provenientes det desgaste ldgico que el uso trae aparejado ir de todos modos a un nuevo juego). suele despertar la curosidad de algu- 111 Psicodiagndstico de Rorschach Debemos ser plenamente conscientes de que en la situacién de test noso- {ros somos los administradores y que, como tales, ditigimos la torna de la prueba, aunque con la mayor receptividad y mejor disposicién posibles. Asi, ‘Aunque oigamos Jos mayores disparates © por el momento no veamos nada de lo que nos dice el otro, esto no debe trasluicrse de ningtin modo, Para ello es aconsejable poner cara de nada -o cara de “poker”, como se dice vulgarmen- te-} una real aceptacion servird, sin duda, de estimulo positivo. _Esperamos que el examinado dé, por lo menos, una respuesta por lamina pero debemos evitar cualquier sugerencia al respecto. Las respuestas se enti- eran utilizando niimeros ardbigos correlativos (1, 2, 3, etcétera). Una vez que se han presentado las 10 liminas, guardaremos el cronémetro ~que ya no vamos a utilizar- y sacaremos los localizadores ~o protocolos de localizacién-y los papeles de calcar, para pasar a la segunda parte de laprucba, 2) El interrogatorio o encuesta Esta segunda parte de la administracién tiene por finalidad conseguir to- os los datos que nos hagan falta para clasificar las respuestas dadas por el examinado, en cuanto a 1) Localizacién: en qué érea de la mancha fueron dadas. 2) Determinantes: qué elementos de la kimina motivaron las respuestas: la forma, el color, el claroscuro, eteétera, 3) Contenido: qué fue realmente lo que interprets. Aunque esto es casi lo linico que ya sabemos, puede haber matices especiales. 4) Frecuencia: en cuanto a sus respuestas, si ellas son habituales ~y en qué stado- 0 no. ‘También esperamos que en esta segunda pasada de las iminas agregue nuevas respuesta y, para ello, las ven en otras posiciones sino lo hizo antes. Le diremos algo mas o menos asi¢“Ahora volveremos a ver las laminas para aclarar sus respuestas, Si al volverlas a mirar le surgen nuevas cosas, por favor digamelas. Si lees posible, trate también de ver algo diferente de lo que ya vio.” Si la persona no ha girado en ningiin momento las kiminas durante la toma, se sugiere que lo haga “También las puede cambiar de posicion y ver qué puede interpretar enton- es.Es decir, los conceptos por transmit en esta segunda consigna son 1) que se volverén a mostrar las laminas para aclarar las respuestas dadas; y 2) que el ‘examinado trate de ver cosas nuevas en diferentes posiciones. _A Jas nuevas respuestas que el examinado pueda dar en este perfodo Ja§ Hamaremos adicionales -ya dijimos que las primeras son las prineips- Jes- tienen para nosotros un valor considerable, sobre todo pronéstico; Por eso insistimos en ellas » 8 que slo cuando el administrador esté convencido de lo ms que son, obtine respuestas adicionales, En cambio, cuando esté en sus os, no sdlo por desconocer su importancia sino también por el agobio que ya nifica contemplartodas las variables intervinientes sin que se le eseape nada ito que ain no tiene intemalizado) e interrogarexhaustivamente las respues- principales (a veces numerosas), pareviera que su acitud desmiente lo que ice en palabras. Ella deja traslucir més una siplica porque no las dé. Lo “lerto es que en estos casos casi nunca el examinado oftece nuevas respues- {as en el interrogatorio. Por supuesto que ello dependeré mucho de su estilo. Para corroborar nuestra intencién que a veces es olvidadta-, sobre todo si hia dado varias respuestas en el periodo de asociacin libre, luego de interrogar fas respuestas principales volvemos a pedirle que agregue, si puede, nuevas Tespuestas on las tes cuatro primeras liminas, dicigndole por ejemplo: “Bue- no, ahora fijese por favor si puede ver algo nuevo”. Ya mis all, no se sigue. Insistiendo. Si ha dado respuestasadicionales, seguramente seguird haciéndolo sin necesidad de que se lo recordemos. De lo contrario, es su modalidad y por Jo tanto hay que respetarla; eso s6l0 ya nos habla bastante de él. Muchos incluso las dan esponténeamente, sin ninguna sugerencia 0 recordatorio. Hay rorschachistas que no incluyen en la consigna del interogatorio el Pedido de respuestas adicionales con la intencién de ver si el examinado Jgualmente las da o no: Ente ellos, hay quienes igual las solicitan al concluir el interrogatorio de la lamina 1, y as{ sueesivamente, y aun otros que hacen una tercera pasada de las manchas, pidiéndolas entonces para diferenciarlas de las esponténeas, si las hubiera. Aun cuando eonsideremos esto como vilido sobre todo para rorschachistas con experiencia a veces complica innecesariamente al prinipiante. Por otra parte, éste tal vez no obtenga toda- Via elementos definitorios de Ia interpretacién de las diversas actitudes, Para el que ya tiene entrenamiento es preferible la utilizacion de consignas ambiguas, también adoptadas por destacados rorschachists inclusive de nues- {ro medio, como la licenciada Nélida Alvarez. Por ejemplo: “Le voy a volver a ‘mostrar las liminas para que me diga nuevamente lo que ve” sin leerle las respuestas dadas. Para aquéllos que estin comenzando con el aprendizaje de ln téenica y aun para los que de cualquier modo se desorganizan sin un orden estrieto, aconsejamos registrar las respuestas adicionales espontineas en el ‘momento en que fueron dadas, peo indagarias s6lo al concluirla encuesta de las principales de eada lamina, Para iniciar el interrogator una vez dada la consigna, mostramos la lamina |. Por las mismas razones expuestas en el pirrafo anterior y por otras, convie- ne que leamos nosotros textualmente cada respuesta dada por el examinado, Algunos rorschachistas esperan que el sujeto las recuerde esponténeamen- te para poder detecta la respuestas olvidadas, el orden en que van dando las 80 1 Psicodiagnéstico de Rorschach ‘ue sf recuerdan, etc, leyendo lego las que hubieran omitido.” Esto, que pele ser muy enriquecedor para el experto, parece poco aconsejable para el novel: puede desorganizarles el interrogatorio haciendo que sea el exami dor quien olvide respuestas y luego no pueda clasificarlas. Son procedimien. tos que requieren mucha experiencia y seguridad de parte del examinador, Una adecuada realizacién de esta segunda parte de la administracién ex 8¢ conocer y tener bien claros los elementos que vamos a buscar. De lo contrario, la posterior clasificacin se hari harto dificil; y la interpretacién consecuente seré aleatoria. Como lo primero que haremos es leet Ia primera respuesta como ha sido dada en un principio —diciéndole: “Ud. aca dijo...” pero delimitandola clara, mente excluyendo adjetivos, comentarios, apreciaciones, descripciones, ete, ¥ determinar asimismo si es una sola, como puede habernos parecido, o arias. También puede suceder lo contrario, Por ejemplo, la verbalizacién en 'a toma puede haber sido: “Dos perros con un hueso en la boca, Estas man. chas rojas parecerian sangre” (Limina Il) y aparecer, en principio como dos ‘esPuestas: “perros” y “sangre”. Pero en el inerrogatorio el examinado puc- de aclarar: “Hocico, orejas, patas; apenas los vi pensé en perros, pot la cabe. 7a més que nada. Estén como agarrados los dos y se me ocurrié que estarian Peleando por un hueso”, y al interrogar por la respuesta “sangre” puede athadir: “Por el color y dentro de lo que vi como patas esta colorado, como si se hubieran lastimado. Por eso relacioné la sangre con los perros, que se esti entonces peleando y les sale sangre” Es decir que lo que impresionaba como dos respuestas era, en este caso, una sola. En cambio, otro puede decir respecto de la lamina II: “Una pareja jugando en el parque. Hay una ‘mariposa en el medio”, aclarando luego en la encuesta que ve a las personas por un lado y, separada, sin elacionarla para nada con ellas, ala mariposa, Asi, lo que parecia una sola respuesta, en realidad eran dos, Como ya anticipdramos al hablar Tectamente al examinado: “Usted acd dijo manchas, gera una respuesta 6 un Sonentai?”. En nuesta experiencia extaprunta es sempre entendidry ontestada con sinceridad. Nadie mejor para definiruna respuesta que quien Ia dl. Por eso recurrimos a su ayuda, ya que, por otra parte, no fine pons damos una contestacién no veraz, dada la indole de lo que le preguntarnos ‘Suponiendo que la respuesta estuvieraclaramente delimitada, se ya lo explicitamos— para averiguar lo primero que vam lizacién, mediante la pregunta simple y dineolas*Jh ejemplo, si ta persona dijo en la EL Psicodiagnéstico dé Rorschach 81 como: “Usted.nes. habia. visto un pajaro, zme podeta indicat en qué parte 0 seuorde wiinine is vio", lente qu sale conel deo lea. dela ina que abarea, mientras nosotros la marcamos simultineamente en el Io- calzafor Etofares pore de ningin modo coven dat I. do a nuestra memoria posterior, sobre todo en protocolos largos o en respues- tas no comunes, donde hacerlo puede deparamos sompresas desagradables, ya que no s6lo imposibilita localizar la respuesta sino tambin realizar el resto de la Pista ali ay “ Nenana Esta primera pregunta del interrogatorio ~que no debs or mis quel ocalzacdn pareazasbvecicadia-tieno i alidad de determinat ln respuesta abarca la fotalidad de la mancha o si solo se tefiete a una parte de ella, De acuerdo con eso, la focalizacién (Loc.) podra ser global (W), de deialle (D), de detalte inusual (Dd) ylo de espacio en blanco (S) solo 0 combinado con algunas de las anteriores x A BS micgeein enone eee een eek ahi", “No sé bien” o “En general”, insistremos en que nos marque exacta- ‘mente qué abarca en la mina, sefialindolo. Si con esto fuese ain insuficien- {e para que fengamos en claro qué sector comprende, se puede utilizar un papel de calear sobre el que se le pedira que calque lo interpretado, Esta ‘nica ya sugerida por Rorschach’ ha sido muy desarollada en la Age ha por Irene Orlando"? y rorschachistas por ella formadas ~Nélida Alvarez, Fel Kacero, Maria Elena Ocampo y Beatriz, Oprinar, entre otras— no s6lo on la finalidad de evaluar la localizacién, sino también factores, como cali- sia formal, agregados, distorsiones y omisiones en la timing, y otros. En segundo lugar el interrogatorio apuntaré a investigar qué estimulo pro- eniente o deducido de Ia mancha en cuestin ue (0 fueron, en el caso de ser Yatios) el que motivé la respuesta dada, Estimulo que se denomina determi ante (Determ).Atin cuando estos motives aparezzan claros en la verbaliza- in principal -tal como en la lémina III: “Una mariposa roja"-, de cualquier jo no se debe omitir el preguntar por ellos, ya que muchas veces hay otros bign involucrados pero no explicitados o que se agregan adicionalmente. de ya han de evitarse las preguntas inductoras. Asi, si queremos averiguar rue lo suponemos~ si una respuesta esta determinada por el color, no lo preguntar directamente: lo mismo vale para el movimiento y la Preguntas como: “Le parecié por el color?”, “Le parece que se 2 EL Psicodiagnéstico de Rorschach espontineamente acerca de todos los aspectos determinantes, Si deja algo sin incluir, volveremos a preguntar: “ZY por qué le parecié (o le habia pareci- do)..2". Asi, sien la lémina VIII la respuesta fue: “Dos cuises subjendo a un ‘rbol”, nuestra pregunta seré: “,Qué le dio la idea de dos cuises subiendo a un rbot” (y no disocidndolo: “;Que le dio la idea de cuises?”, y luego “,Qué le dio la idea de drbol?"). Mucha gente responde asi esponténeamente por los dos elementos interpretados, sin que el interrogatorio result largo y tedioso. De lo contrario, sino hubo respuesta a la pregunta del érbol, sf insistiremos: “2Y por qué le pareci6 un érbol?" Si la respuesta a nuestra pregunta sobre qué determiné la respuesta ya fue «dada -por ejemplo: “Y... por la forma que tiene”=, pero pensamos, eon algiin fandamento, que puede haber intervenido otro determinante, insistiremos: algo més le pareci6,..? 0“zAAlguna otra cosa le dio la idea de..?”, Siaparecen elementos nuevos, en el interrogatorio, éstos deben ser exa- ‘minados en la medida en que aparezcan. Por ejemplo, si en la limina III la respuesta fue: “Dos mujeres”, y ante nuestra pregunta en la entcuesta el exa- minado a clara: “Por la cara, cuello, pecho, manos y piemas. Parecen ne- gras", preguntaremos: “zPor qué le parecen negras?” Si la contestacién fue- ra: “Por el color y porque parece que levantaran una olla”, interrogaremos entonces: “ZQué le dio la idea de olla?” Y, ademds,silas habia visto asi desde incipio ose le fue ocurriendo después. La finalidad de esta pregunta es minar si tabular fos agregados como determinantes principales, en la columna P~en el primer caso-o como adicionales en la columna A, en cuyo caso ~en este particular ejemplo u otro similar~se hard a la misma altura del © los determinantes principales, Es decir, puede haber determinantes adicio- hales de las respuestas principales, ademas de los de las respuestas adiciona- les que, por supuesto, van a la altura de donde se hay clasificado la respues- ta correspondiente (después de las principales de cada lémina). Asi, sien la imina IIT a la respuesta: “Dos personas” afiade: “estén bailando una danza”, este agregado puede ser clasificado como forma en principal y movimiento en adicional o poniendo el movimiento como determinante principal, segin éste haya sido agregado o visto asf desde un comienzo respectiva mento, aunque fuera verbalizado en el interrogatorio, Las respuestas adicionales que, como ya hemos aclarado, son las que el examinado afiade espontneamente 0 agrega ante nuestra sugerencia en el inte= rrogatorio~ se encuestan a posteriori de las principales, del mismo modo que éstas, y se clasifican a renglén seguido en la columna adicional t ‘También se las enumera n 1s Jo hacen con letras ELPsicodiagndstico de Rorschach En tercer lugar, el interrogatorio nos debe permit form de la respuesta dada, Por ello, y salvo que ya hubiera sido dada esponténea- ‘mente antes, pediremos acé la deseripeién de lo que la persona vio, marcéndo- Ja al mismo tiempo en el localizador para evitarfutura dficutades en el mo- mento de clasificar, al no tener clara la respuesta en cuestin, que a veces deriva en no poder calificarla formalmente, La descripcién es lo ltimo que se pide en el interrogator, pero es imprescindible hacerlo por mis obvia 0 ‘niin que sea la respuesta (salvo que no cuadre por ausencia formal, por ejem- plo: “Sangre.”) Muchas veces nos Ilevamos Ia sorpresa de que habiéndose Visto, por ejemplo, dos personas en alin lugar habitual, la descripeién poste- rior no coincide para nada con la comin y esperable. Esto no implica necesa- nente que la forma sea mala, pero a menudo lo es, marcdndose como piet- tas lo que se suele ver como brazos, incluyendo espacios en blanco, etestera. ‘Luego de preguntar por la localizacién y los determinantes debe recién _peditse la descripeién por dos razones si lo hacemos anticipadamente no fenemos como detectar la aparicién de lo que es un “fenémeno especial mado precisamente deseripcién'* y que tiene que ver con una detallada faraeterizacién de la respuesta hecha espontineamente. Por otra parte, si la Jpedimos antes, estimularemos respuestas formales y probablemente.en el Jnierrogatorio de las respuestas subsiguientes el examinado también se aferre ‘iLlo formal describiendo y no ofreciendo otro u otros determinantes que Jubieran podido influir en Ia produccién de sus respuesta. ; {Cémo solicitaremos la descripeién?: Simplemente: “Por favor, :porqué 10 me describe lo que ve?”. “Muéstreme cada parte” o “Digame ~0 seidle- qué ve del... (0 de la..)”. Con respecto 2 los contenidos, en general no se presentan muchas difi- axes para determinarlos; la clasificacién si trae aparejados algunos pro- ue trataremos en su momento. En prineipio, cuando aparece la res- a “monstruo” hay que aclarar ~preguntindolo directamente~ si es ani ficarlos y, cuando hay dudas fundamentadas sobre ello, determinar si trata de animales o de personas. sintesis, hay tres preguntas basicas e indefectibles en el ve lo que ve?, qué de la limina le hizo pensar en ello? y la de lo i ‘datos es imposible clasificar un pro- el examinador. ‘con respecto a esta segunda 84 -en la columna de interrogatorio (Ver " luso para satorio (Ner grifico N*3). Esto fambién To marquemos en el localizador, ya que todo lo que diga o haga ser objeto de anilisis posterior, Conviene, asimismo, anotar de algiin modo las preguntas que le hicimos, con alguna clave simple pata las que no deben faltar (por ejemplo, A 6 1: “{Dénde lo ve", B 6 2:ZPor qué les parect6,..2" 2) breviando ls otras, pero det modo que lego pods desi falas evens {ano intrveimos pregunta algo, lo indicamos de 3) El Examen 0 Test de Limites Para completar las distintas etapas de la administracis 1 lela administracién correspond in- lure! Examen o Test de Limites que es la tercera y tltima, No obstant, conviene aclarar que esta etapa soo se entenderé plenament al igual que el interogatro) luego del prenzaje de Ia clasitiacin, Por ell sugerimos releetla enionces e incluso, en prineipio en la préctica del principiante, api. carla en otra entrevista ene te __En esta tereera etapa, nuestra intervencién sera mis activa, prestonando Sistematicamente al examinado para obtener informacién que, no es computable, nos facilita el andliss eualitativo y nos proporeiana datos pera formula considraiones ponds teas y para una mayor compression de personalidad de aquél. ns ns atime Consta de tres partes: ‘A) En Ia primera buscaremos elementos esperables en el Rorschach en cuanto a loalizaciones, determinanes, contenidos o frecuencia, que no se Presentaron o fueron insuficientes, Por ende, la necesidad de obtener esta informacién limite varia en cada protocoloe incluso puede llegar a ser inne, cesariay omitrse en el caso de no tener qué buscar, Laimportancia de esta etapa en Ia administraciGn del Psicodiagnéstico de Rorschach se halla en relacion inversa con lariqueza dela ots dos (adn. nistracién propiamentedicha einterrogarorio) por lo menos en esta primers fase del Examen de Limites. Cuanto mayores sean los resultados, con rex, Pecto ala produccién recogida en la toma, en aquellos, menor sed la impor, {ancia de xe Einversamente, cuanto mayor sea el blogueo el sto onl iministracin¢inerrogatorio, mayor ser laimporiancia de esta parte corn medio adcional de conocer alse. es EPC COMO ‘No obstante al examinador principiante le resultaradifeil en un principi mana adccuadaret saps dl etd Limes pus tesopem Pleto conocimiento de las omisionesvisibes en el rendimiento del examinadg Ys po ifieacién previa de las respuesta. ‘cambio, cuanto mayor set su experiencia, mas amplios y numerosos ‘erin los matices en este momento, Para cumplimentar esta etapa colocarnos todas las laminas en abanico a Ja vista del administrado, Hay algo que debernos recalcar aca. Como vamos a buscar lo que no fue dado espontineani siquiera adicionalmente~pora persona a quien testeamos, tlexaminado puede interpretar que lo consideramos poco valioso o relevante ‘aun loco, y por ello puede encerrarse en una actitud no cooperativa, ade- Inds de sentirse afectado, Por eso es fundamental que usemos todo nuestro {acto al preguntar, utilizando un tono cordial y destacando siempre lo positi- Vo que si ha dado, antes de solicitarle que dé otras cosas. En primer término comenzarnos investigando en esta parte las localiza~ ciones globales y de detalles usuales. Asi, en el hipotético y poco frecuente caso en que no haya en el protocolo respuestas que abarquen la totalidad de Ja mancha, podemos decirle al sujeto: “Usted ha dado respuestas tomando _ partes de cada mancha. “;Podria tratar ahora de dar algunas en que tome las liminas en conjunto (0 en su totalidad)?" Si atin no tenemos éxito le sefiala- mos laminas donde sea ms frecuente dar respuestas globales: V, VI, IV y VIL, sugiriéndole que lo intente con ellas. En caso de no lograr cumplimentar lo que solicitamos, tomamos directamente fa lamina V, dieiéndole: "Acé hay personas que pueden ver un murciélago 0 una mariposa, gpuede usted ver- los?" En caso de que nos dé una respuesta afirmativa, de cualquier modo siempre le pedimos la descripeién de la respuesta para tenerla certeza de que realmente ha percibido eso y no que nos diga que si por una actitud depen- diente 0 por satisfacernos. Hin esos eas0s no la podra describir to hard de modo diferente del habitual. ‘También es necesario diseriminar si el examinado no puede damos una res puesta por propias carencias 0 por una aettud oposicionista. En este éltimo caso todo lo que le sugerimos seré rechazado aunque nuestra impresion sea que est viendo lo que niega. Esto suele ser comin sobre todo en los adolescentes. Sil examinado no ha localizado respuestas en algunos sectores ficil- mente separables de las kiminas (detalles usuales) ~por ejemplo si a lo largo de todo el protocolo dio localizaciones globales-; le sugerimos que tome partes de las manchas para dar nuevas respuestas. Si no lo hace espontineamente, le decimos que pueden interpretarse en forma separa- da sectores de Ia lamina X (los D azules) 0 los rosas laterales de la mina VIII o el rojo central de la lamina IIL pregunténdole qué podria ver alli y, cn tltima instancia, si podria ver -como otros~ respuestas comunes en esos sectores (araflas 0 cangrejos, animales y mofio respectivamente) siempre requiriendo su descripeién. EL Psicodiagndstico de Rorschach Otro aspecto que debe considerarse en el Examen de Limites es el de los _determinantes que, siendo esperables, no se encuentran (F, M, FM, Cy Si no hubiera respuestas formales, lo cual es excepeionalmente inusual, re- forzaremos como siempre lo que si ha utilizado, para peditselas. Asi, le diremos: “Usted ha dado respuestas basindose en los colores (0 en los mo- vimientos 0 en lo que fuera), le voy a pedir ahora que dé otras respuestas en donde se guie més por la forma (o exclusivamente por fo formal)”. Si Bien el examinado puede no haber dado respuestas de movimiento humano, existe la posibilidad de que haya dado o no contenidos humanos. Si dio contenidos humanos, se toman esas respuestas como base para pedir los movimientos humanos. Se e puede decir: “En estas léminas usted ha visto personas zpodria verlas en alguna actitud (0 haciendo algo 0 en movimiento)?” Deberi responder en cudl. En el caso de no haber dado contenidos humanos, primero deben buscarse éstos, siempre yendo del ‘menor al mayor nivel de presién. Sele puede decir: “Usted ha visto anima- Jes (0 lo que sea) en las léminas. Hay quienes pueden ver en ellas seres uumanos, podria verlos?" Y, por supuesto, posteriormente pedimos la_ “Weseripcién y el sexo, sino fuese dado espontineamente. De no tener éxito “Ruestra solicitud, tomamos aquellas liminas en donde se ven més ficil- ‘mente personas (Ill, Vil, Ty X: “hombrecito verde”) y le decimos que algunos las ven especificamente en esas liminas y que trate de hacerlo también. Si atin no las da, se marcan los sectores de las liminas donde se ven frecuentemente seres humanos, preguntindole si podria verlos alll y, si podria verios haciendo algo, (deseribiéndolos) “Muchas veces al estar buscando un aspecto esperable (por ejemplo loca- lizaciones) surge esponténeamente otro que deberiamos también requerir (por ejemplo, un determinante 0 un contenido). Desde luego que en esos casos no lo volveremos a solicitar. Asi, sien la bisqueda de detalles usuales aparecen movimientos lhumanos (por ejemplo, en las Kiminas IT y 1), ya no faremos luego que dé personas haciendo algo. Elmovimiento animal se indaga en forma similar al humano, dferencian- «do el caso segin se haya dado 0 no (rarisimo) contenidos animales, En caso ddeno obtenerlos espontineamente se utiizardn las léminas en donde es mis habitual verios (laminas VIII, V, X y 1). 30. de no haberse obtenido respuesta alguna con referencia al eral que Io haga, sefialando especificamente las limi IXy X diciéndole: “Puede usted buscar alguna respuesta ‘Después pueden tomarse resp El Psicodiagnéstico de Rorschach 87 Para buscar textura (de superficie) mostraremos las léminas VI y IY. Si hha sido visualizado un cuero enllas, le diremos si las distntas tonalidades le podrian dar idea de piel y qué sensacién sentria sila tocara. Si no dio esa respuesta desde un principio se lo sugeriros: “Algunas personas pueden ver aqui una piel de animal, cla podria ver usted, edmo la sentria al tacto? Sélo buscaremos este determinante si estuviera totalmente ausente. Los contenidos que deberemos pesquisar si no estuviesen explicitados son los animales y los humanos del modo ya deseripto En cuanto a las respuestas populares, si éstas no existen 0 son muy eseasas (menos de tres), es importante determinar si el examsinado es capaz de verlas , de lo contrario, por qué no. Para ello se toman las respuestas populares mas frecuentes (laminas Il, V, VIII yX) sugiriendo primero que ‘yea cosas nuevas en ellas, y, de no obtenerlas, indicando directamente que ‘algunas personas ven ali esos contenidos y preguntando si podria verlos (y que los describa), Cuando el retaceo de esas respuestas ha sido motivado [or una actitud oposicionista, muchas veces mediante la eritiea corroboran {Que realmente las ven pero que no quieren reconocerlo, Bs decir, si alguien nos dice que en Ia lamina V nunca podria ver un Imureiglago porque las alas son demasiado grandes en relacién con la cabeza {0 comentarios similares), muestra sin duda que puede visualizarlo aunque lo ‘ritique. De lo contrario, no podria ubicar alas, cuerpo, cabeza, etcstera, ‘También puede comenzarse el Examen de Limite por las populares, Sue- Jen darse asi otros elementos buscados, esponténeamente (Iocalizaciones, ontenidos, etc. Es recomendable, entonces, invertir el orden. Como ya dijimos, si se presenta todo lo esperable, quizd no sea necesa- io hacer esta parte A del Test de Limites. No asi las otras dos, que no eden ser omitidas. 1B) Bin la segunda parte se efectia la Prueba complementaria de eleccién Hdminas, Esta parte fue propuesta por el doctor Morgenthaler, como lo rt Margarita Loosli-Usteri® especificando las fuentes.'® Para efectuar la ‘ba solicitaremos al examinado que separe las léminas que le gustaron de ule no y que nos diga el por qué. Y, entre las que le gustaron, cuél Ie 6 mais, cual fue la que menos le gust6 (dentro del otro grupo) y los, respectivos, Morgenthalerlimitaba la eleccién a las dos laminas que ni que menos. Otros autores piden la eleccion de sin especificar cusintas debe haber por El Psicodiaunéstico de Rorschach de colores el protocolo, ni siquiera adicionalmente o en limites, y {tusté mis, por ejemplo, la lamina X “por los colores", o relatar “tioelaciones de liminas 0 contenidos con cosas que les pasaron y que hasta ‘momento no habian comentado. A Veves se presenta el problema de que aparecen determinantes y conte- ‘ildos nuevos, pero que dicen haberlos visto antes. Por ejemplo, puede re~ “chazarse la Kimina 11 Sporque habia visto sangre y la limina me impresiona” (respuesta que no habia sido dada). Aunque estas respuestas se analizarin ‘cualitativamente, no se clasifican C) Ena iltima parte del Examen de Limites preguntaremos al examinado Ai alguna de las respuestas que dio alo largo de la prueba tiene que ver con algo Ayo 0 lo relaciona eon algo personal; si nos responde afirmativamente, le Peditemos que nos diga cual y con qué circunstancia personal lo considera Telacionado, Muchas veces sucede que esas referencias no condicen con lo luc hubicramos esperado de acuerdo con lo que sabernos de la persona, y ue pensamos como evidentes, son omitida bién en esta Ultima parte del Test de Limites haremos asociar libre- le con las respuestas de conflicto, si las hubiera'” que son aquéllas 0s determinantes miltiples difieren en predominaneia formal-, 0 con res- ‘que nos resulten particularmente significativas. Para ello se vuelve a a respuesta textualmente preguntindole con qué la puede asociat 0 qué primero que se le ocurre relacionado con ella. ELPsicodiagnéstico de Rorschach Notas |. Bs conveniente remarcar que nos estamos refiriendo a psicodiagnésticos de adultos; con los nifios el juego es primordial. 2. Cominmente uilizamos Dibyjo libre, el Test del Animal, Familia, Pareja, HTP, Desiderativo, Rorschach, Philhipson 0 Tat, Beader y Wechsler; en algunos casos puede afiadise el PMK. 3. Bsto, ademas de que pueda ser conveniente, de todos modos, tomar et Test de Phillipson como tltimo de la serie proyectiva para ver ebmo se despide de la ‘prueba y de una parte fundamental de la experiencia psicodiagndstica, ya que ~especificamente—la lamina en blanco da importantes elementos pronésticos. 4, Ver Maria Cristina Gravenhorst y Alicia Martha Passalacqua, Los fenémenos especiales en Rorschach, SVE Ediciones. 5, Para estas eventualidades eonviene estar prevenidos y tener a nuestro aleance ‘material disponible para administra. 6. John Exner, op. tt 7.R. Schafer, op cit 8. John Bsner, op. cit, 9. M.C. Gravenhorst y A.M. Passalacqua, op. ci 10.1. Rorschach, op. cit 11.1. Orlando, Lainterpretacién dinimica en el Rorschach, Buenos ites, Paid, 1976 12.H. Rorschach, op. cit 13.1 Orlando, op ci. 14.M.C. Gravenhorsty A. M, Panalacqua, op. ci 1S.M. Loosti-Usteri, op. ct 16. W. Morgenthaler, Ober Modifikationen beim Psychodiagnostik,en Rorschachiana Il, Supl. nim. 13 de la Rev. Suiza de Psicologia (Berna, 1974) pigs. 41-54, Véase también M. B. Mitchell: Preference for Rorschach Card, J.proy. Tech” 16 (1952), resumido en el Boletin del Grupo Francés de Rorschach, 5-6 (1954) pigs.52-53. “Ver determinantes miltiples, capitulo LV. 4, La clasificacién Clasificacién de las respuestas Pasaremos a explicarel cuarto paso de la tarea que requiere Ia administra- cién del Psicodiagnéstico de Rorschach en una etapa posterior al proceso estricto de la toma. Se trata de la clasificacién de las respuestas dadas, proceso que ya no se efectia en presencia del examinado. Los rorschachistas experimentados suelen hacerlo mientras interrogan, para no omitir indagar sobre lo que despierte dudas. Esta etapa consiste en el “llenado” de las cuatro columnas que siguen a la de la ndministracién en Ja hoja de registro. Para ello pasaremos a un cédigo preestablecido por su simplicidad y significacién sintética, compuesto por las categorias de lo- calizacién, determinantes, contenidos y frecuencia, cada uno con sus sig- nos caracteristicos constifutivos de un verdadero lenguaje o “idioma Rors- chach”. Los “fenémenos especiales” se escriben en la altima columna a la altura de las respuestas correspondientes. A continuacién repasaremos €3- {os signos. Aprender a clasificar puede presentar alguna dificultad ~es ca: como aprender otra lengua— ya que exige, ademés de la memorizacion paulatina de los signos correspondientes y su significacién, el decidir cual ‘corresponde exactamente a la verbalizacién del sujeto ~aclarada en el inte~ rrogatorio-. La clasificacién se facilita mucho si el test estd bien adminis- Irado y, sobre todo, encuestado. De lo contrario, esta tarea se complicara ‘enormemente y hasta a veces no se podré realizar en forma fehaciente. En 1 hecho de que la interpretacién ulterior dependera fundamentalmente de esta clasificacién previa, radica su gran importancia y la necesidad de ha- ‘cer el esfuerzo de transmitirla y de aprehenderla. Nuestra pretension es sponerla con claridad, aunque somos conscientes de que ello no ¢s fécil jo obstante, vale el esfuerzo por la riqueza de sus resultados. llizacién Las respuestas dadas abarcan una determinada érea de Ia tarjeta estimulo Te presentamos: ésta es su localizacién y, como ya dijimos, es el primer ‘que debernos obtener en el interrogatorio o encuesta, ya que dificilmen- ién propiamente dicha. vbal (W), de detalle usual (D) o detalle inusual en blanco (S) solo o combinado con Psicodiagnéstico de Rorschach sector de localizacién. Si, en cambio, lo hubiera agregado en el interrogato- rio, se utilizaré la que se denomina A (adicional). Respuestas globales ‘Cuando el sujeto ha abarcado en su respuesta, sea ésta principal o adicio- nal, Ia totalidad de la mancha, se trata de una respuesta que llamamos global y 'a clasificamos con una doble ve maytiscula: W, Son ejemplos de ellas: “un ‘mureiélago” (Limina 1); “un gigante caminando” (limina IV); “en todo, veo ddos chicas conversando” (lémina VIN); “primavera” (lmina X), _ Para clasficar una respuesta como W tenemos en cuenta fundamentalmente la intencién de globalizar del administrado, Esto adquiere significacién cuando éste verbaliza que ve lo que ve en toda la mina, pero luego excluye expres 0 sgrificamente alguna porcién de la mancha, dando lugar a dos tipos de respues- tas globales: la cortada y la incompleta (W y Wi). a) Respuesta globates cortadas Si durante la administracién o el interrogatorio el examinado responde a la pregunta ";Dénde lo ve?” con “Toda, pero sin esto”, se trata de una global cortada y se clasifica con una We que tiene trunca una de sus puntas, gene~ ralmente la derecha: We. Actualmente usamos We, ya que no existe ese signo en la computadora _Las globales cortadas son entonees respuestas totalizadoras en las que el sujeto, en su afin de critica o perfeccionismo, quita porciones de la mancha ‘que no le resutan significativas Es decir que la intencién y la verbalizaciOn expresa del probando es dar ‘una respuesta abareativa de la totalidad de la mancha y, a posteriori, omite ‘una parte pero, sin modificar la estructura gestltica del todo. De lo contrario, podria resultar un detalle inusual (Dd) raro, haciéndose £n 80s casos dificil su clasificacién, que debe ser determinada en titima instancia por el buen crterio del administrador. A fortunadamente, esos ca- 08 son de presentacién muy poco frecuente. _Menor importancia tiene eudnto omite, criterio sustentado por Klopfer, quien considera como global amputada (0 cortada) a la respuesta que use Por lo menos 2/3 de la mancha, En esto coincidimos con Irene Orlando en la ue le hace y en cuanto a que si tiene importancia qué se omite con respecto a si es omitible por pertenecer 0 no a lo central de la Gestalt? Asi, por ejemplo, sien la limina VLalguien ve el popular ‘cuadriipedo en la parte inferior, puede h i EL Psicodiagnéstico de Rorschach 1 mismo sector sin ninguna aclaracién de su intencién totalizadora laclasi- fieamos como D. Por patecidas razones, tampoco consideramos como global cortada (y menos aun como global técnica) a todo lo gris de Ia lémina IIT excluyendo los detalles rojos, a menos que exista en Ia persona la antedicha voluntad de lobalizar expresada explicitamente (Todo, menos esto”). De lo contratio, como volvemos a explicar més adelante, seri para nosotros una respuesta de detalle usual. ¥ esto porque ni se da la intencién de abarear toda la mancha (que, por otra parte, ¢s bastante dificil en esta kimina) ni fos detalles rojos pueden ser considerados como pertenecientes a lo central de la Gestalt, 0 como poco significativos. Tampoco se justifiea considerarla como global \éeniea ateniéndose a que Rorschach afiemaba que en la mayoria de los casos lo que primero intenta la persona es dar una respuesta totalizadora, siendo que lo frecuente en la Limina IIL es abarcar slo el sector gris. Pero creemos que, si esto es real, el “fracaso” se debe ala dificultad inherente a la estructura de la mancha que estimula la segregacion de partes. Algo similar ‘ocurre con la Kimina X y a nadie se le ocurritia poner como W (global ‘cortada) o técnica a los detalles rosas de la misma o al D 20. b) Respuestas globates incompletas Las respuestas globales incompletas, clasificables como Wi, son si milares pero no idénticas a las cortadas y como su-significacion es dife- rente, conviene distinguirlas. En ellas, ai localizar su respuesta, el admi histrado omite una parte de la mucha, habiéndonos dicho en ese momen- {00 enel de la administracién que ella abarcaba el total del area. Es decir, por ejemplo en la lémina V da: “un murciélago” y al pedirle que indique en Timina donde lo ve dice “en toda”, pero al abarear con su dedo la iancha excluye las salientes laterales. Estas localizaciones se asocian, mas que con afin de eritica, con gbreza intelectual en algunos casos y con perfeccionismno o conductas tativas en otros. Dejando de lado las omisiones de partes de la mancha, todas las respues- iglobales no son de la misma calidad ni nivel de estructuracién y se las dle clasificar de diversas maneras. Jor un lado distinguimos las respuestas globales primarias de las se- mrias: segtin se perciba una sola Gestalt de entrada 0 se combinen i) Respuestas globales primarias. En estas respuestas los limites de ialidad, coinciden con los limites del concepto 04 ELPsicodiagnéstico de Rorschach ) Respuestas globales secundarias. En ellas el sujeto parte de considerar detalles por separado y los integra en una totalidad de manera inmediata 0 a Posteriori. Por eso se aman también Globales combinatorias y cuando se pre- sentan, conviene aclarar su tipo en la tltima columna del protocolo de clasifica- cidn (la correspondiente a “fenmenos especiales” y observaciones) aunque se clasifican dentro de las localizaciones globales (W). Las Globales combinatorias se subdividen a su vez en simultineas y su- cesivas, segiin que el vineulo entre las partes haya sido visualizado y expre- sado de entrada, o més tarde, respectivamente. Ejemplo de simulténea en la —~lthina 1: “Dos bailarines cosacos danzando alrededor de otra bailarina que ‘gira con los brazos en alto.” Sucesiva seria en la misma lémina 1: “A un costado dos péjaros y en el centro una mujer. Parece que los pajaros que son ‘grandes, estén levando a la mujer al cielo.” En definitiva, unas y otras se

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