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Desarrollo histórico de la epidemiología A CTUALIZ ACIONES

Desarrollo histórico de la epidemiología:


su formación como disciplina científica
Sergio López-Moreno, M.C ., (1) Francisco Garrido-Latorre, M. en C .,(1)
Mauricio Hernández-Avila, Ph. D.(2)

L atiene
epidemiología es la rama de la salud pública que
como propósito describir y explicar la diná-
La transformación de la epidemiología en una
ciencia ha tomado varios siglos, y puede decirse que
mica de la salud poblacional, identificar los elementos es una ciencia joven. Todavía en 1928, el epidemió-
que la componen y comprender las fuerzas que la logo inglés Clifford Allchin Gill1 señalaba que la dis-
gobiernan, a fin de intervenir en el curso de su desarro- ciplina, a pesar de su antiguo linaje, se encontraba
llo natural. Actualmente, se acepta que para cumplir en la infancia. Como muestra, afirmaba que los esca-
con su cometido la epidemiología investiga la dis- sos logros obtenidos por la disciplina en los últimos 50
tribución, frecuencia y determinantes de las condi- años no le permitían reclamar un lugar entre las cien-
ciones de salud en las poblaciones humanas así como cias exactas; que apenas si tenía alguna literatura espe-
las modalidades y el impacto de las respuestas socia- cializada, y que en vano podían buscarse sus libros de
les instauradas para atenderlas. texto; dudaba incluso que los problemas abordados por
Para la epidemiología, el término condiciones de ella estuviesen claramente comprendidos por los pro-
salud no se limita a la ocurrencia de enfermedades y, pios epidemiólogos. Siete décadas después, el pano-
por esta razón, su estudio incluye todos aquellos even- rama descrito por Gill parece diferente, y actualmente
tos relacionados directa o indirectamente con la salud, ningún avance médico sería completo sin la partici-
comprendiendo este concepto en forma amplia. En pación de la epidemiología.
consecuencia, la epidemiología investiga, bajo una
perspectiva poblacional: a) la distribución, frecuencia 1. Plagas, pestes, contagios y epidemias
y determinantes de la enfermedad y sus consecuen-
cias biológicas, psicológicas y sociales; b) la distribución El estudio de las enfermedades como fenómenos po-
y frecuencia de los marcadores de enfermedad; c) la blacionales es casi tan antiguo como la escritura, y las
distribución, frecuencia y determinantes de los riesgos primeras descripciones de padecimientos que afectan
para la salud; d) las formas de control de las enfer- a poblaciones enteras se refieren a enfermedades de
medades, de sus consecuencias y de sus riesgos, y e) naturaleza infecciosa. El papiro de Ebers, que menciona
las modalidades e impacto de las respuestas adoptadas unas fiebres pestilentes –probablemente malaria– que
para atender todos estos eventos. Para su operación, asolaron a la población de las márgenes del Nilo alre-
la epidemiología combina principios y conocimien- dedor del año 2000 a.C., es probablemente el texto en
tos generados por las ciencias biológicas y sociales y el que se hace la más antigua referencia a un padeci-
aplica metodologías de naturaleza cuantitativa y cua- miento colectivo.2 La aparición periódica de plagas y
litativa. pestilencias en la prehistoria es indiscutible. En Egip-

(1) Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México.
(2) Centro de Investigación en Salud Poblacional, INSP, México.

Solicitud de sobretiros: Sergio López Moreno. Centro de Investigación en Sistemas de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública.
Avenida Universidad 655, colonia Santa María Ahuacatitlán, 62508 Cuernavaca, Morelos, México.
Correo electrónico: slopez @ insp3.insp.mx

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to, hace 3 000 años, se veneraba a una diosa de la peste pulares sobre el contagio, y atribuyó la aparición de
llamada Sekmeth, y existen momias de entre dos mil y las enfermedades al ambiente malsano ( miasmas) y
tres mil años de antigüedad que muestran afecciones a la falta de moderación en la dieta y las actividades
dérmicas sugerentes de viruela y lepra.3,4,5 Dado que físicas. Notablemente, tampoco hace referencia a
la momificación estaba reservada a los personajes más ninguna epidemia. A pesar de ello, su postura pro-
importantes del antiguo Egipto –quienes se mantenían fundamente racionalista sobre el desarrollo de las
relativamente apartados del pueblo–, no sería extraño enfermedades (ninguno de sus trabajos menciona cu-
que este tipo de afecciones fuera mucho más frecuente ras sobrenaturales) y sus afirmaciones sobre la influen-
entre la población general. cia del modo de vida y el ambiente en la salud de la
La aparición de plagas a lo largo de la historia población hacen de este médico el principal represen-
también fue registrada en la mayor parte de los li- tante de la epidemiología antigua. El texto hipocrático
bros sagrados, en especial en la Biblia, el Talmud y el Aires, aguas, y lugares –que sigue la teoría de los ele-
Corán, que adicionalmente contienen las primeras nor- mentos propuesta medio siglo antes por el filósofo y
mas para prevenir las enfermedades contagiosas. De médico Empédocles de Agrigento– señala que la die-
estas descripciones, destaca la de la plaga que obligó a ta, el clima y la calidad de la tierra, los vientos y el
Mineptah, el faraón egipcio que sucedió a Ramsés II, agua son los factores involucrados en el desarrollo de
a permitir la salida de los judíos de Egipto, alrededor las enfermedades en la población, al influir sobre el
del año 1224 a.C.6 equilibrio del hombre con su ambiente. Siguiendo es-
Muchos escritores griegos y latinos se refirieron a tos criterios, elabora el concepto de constitución epidé-
menudo al surgimiento de lo que denominaron pes- mica de las poblaciones.
tilencias. La más famosa de estas descripciones es Aunque la noción de balance entre el hombre y su
quizás la de la plaga de Atenas, que asoló esta ciudad ambiente como sinónimo de salud persistió por mu-
durante la Guerra del Peloponeso en el año 430 a.C. y chos siglos, con el colapso de la civilización clásica el
que Tucídides relata vivamente. Antes y después de Occidente retornó a las concepciones mágico-religio-
este historiador, otros escritores occidentales como sas que caracterizaron a las primeras civilizaciones.11
Homero, Herodoto, Lucrecio, Ovidio y Virgilio7,8,9 se Con ello, la creencia en el contagio como fuente de
refieren al desarrollo de procesos morbosos colectivos enfermedad, común a casi todos los pueblos antiguos,
que sin duda pueden considerarse fenómenos epi- paulatinamente fue subsumida por una imagen en
démicos. Una de las características más notables de donde la enfermedad y la salud significaban el castigo
estas descripciones es que dejan muy claro que la ma- y el perdón divinos, y las explicaciones sobre la causa
yoría de la población creía firmemente que muchos de los padecimientos colectivos estuvieron práctica-
padecimientos eran contagiosos, a diferencia de los mé- mente ausentes en los escritos médicos elaborados en-
dicos de la época quienes pusieron escasa atención en tre los siglos III y XV de nuestra era (es decir, durante
el concepto de contagio. Las acciones preventivas y de el periodo en el que la Iglesia Católica gozó de una
control de las afecciones contagiosas también son refe- hegemonía casi absoluta en el terreno de las ciencias).
ridas en muchos textos antiguos. Como ya hemos di- No obstante, como veremos más tarde, las medidas
cho, la Biblia, el Corán, el Talmud y diversos libros chinos empíricas de control de las infecciones siguieron de-
e hindúes recomiendan numerosas prácticas sanita- sarrollándose, gracias a su impacto práctico.
rias preventivas, como el lavado de manos y alimentos, Durante el reinado del emperador Justiniano, en-
la circuncisión, el aislamiento de enfermos y la inhu- tre los siglos V y VI d.C., la terrible plaga que azotó al
mación o cremación de los cadáveres. Por los Evan- mundo ya recibió el nombre griego de “epidemia”. No
gelios sabemos que algunos enfermos –como los se sabe exactamente desde cuándo el término epidémi-
leprosos– eran invariablemente aislados y tenían pro- co se usa para referirse a la presentación de un número
hibido establecer comunicación con la población sana. inesperado de casos de enfermedad, pero no hay duda
La palabra epidemiología, que proviene de los de que el término fue utilizado desde la baja Edad
términos griegos “epi” (encima), “demos” (pueblo) y Media para describir el comportamiento de las infec-
“logos” (estudio), etimológicamente significa el estu- ciones que de cuando en cuando devastaban a las po-
dio de “lo que está sobre las poblaciones”. La primera blaciones. La larga historia de epidemias infecciosas
referencia propiamente médica de un término análo- que azotaron al mundo antiguo y medieval fue de-
go se encuentra en Hipócrates (460-385 a.C.), quien usó terminando una identificación casi natural entre los
las expresiones epidémico y endémico para referirse a los conceptos de epidemia, infección y contagio hasta que,
padecimientos según fueran o no propios de determi- según Winslow, la aparición de la pandemia de peste
nado lugar.10 Hipócrates no secundó las creencias po- bubónica o peste negra que azotó a Europa durante el

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siglo XIV (de la cual se dice que diariamente morían rísticas y modos de propagación. Debido a que de
10 mil personas), finalmente condujo a la aceptación Baillou tuvo una gran influencia en la enseñanza
universal –aunque todavía en el ámbito popular– de de la medicina durante la última parte del siglo XVI
la doctrina del contagio.7 y la primera del XVII (dirigió la escuela de medicina
Los esfuerzos por comprender la naturaleza de de la Universidad de París por varias décadas), sus
las enfermedades y su desarrollo entre la población trabajos tuvieron un importante impacto en la prác-
condujeron a la elaboración de diversas obras médicas tica médica de todo el siglo XVII.
durante los siglos inmediatamente posteriores al Re- En castellano, la primera referencia al término epi-
nacimiento. En 1546, Girolamo Fracastoro publicó, en demiología, según Nájera,13 se encuentra en el libro que
Venecia, el libro De contagione et contagiosis morbis et con tal título publicó Quinto Tiberio Angelerio, en
eorum curatione, en donde por primera vez describe Madrid, en 1598. Los términos epidémico y endémico
todas las enfermedades que en ese momento podían fueron incorporados a nuestro idioma apenas unos
calificarse como contagiosas (peste, lepra, tisis, sarna, años más tarde, hacia 1606. En aquella época, endé-
rabia, erisipela, viruela, ántrax y tracoma) y agrega, mico significaba simplemente (como en el texto hipo-
como entidades nuevas, el tifus exantemático y la sífi- crático Aires, aguas y lugares) la residencia permanente
lis. Fracastoro fue el primero en establecer claramente de alguien en un lugar. Epidémico, en cambio, se de-
el concepto de enfermedad contagiosa, en proponer nominaba a aquel que temporalmente residía en un
una forma de contagio secundaria a la transmisión de lugar en donde era extranjero.14
lo que denomina seminaria contagiorum (es decir, se- Desde mucho antes, empero, el Occidente medie-
millas vivas capaces de provocar la enfermedad) y en val había llevado a cabo actividades colectivas que
establecer por lo menos tres formas posibles de in- podrían calificarse como epidemiológicas en el senti-
fección: a) por contacto directo (como la rabia y la le- do actual del término. La Iglesia ejecutó durante mu-
pra), b) por medio de fomites transportando los chos siglos acciones de control sanitario destinadas a
seminaria prima (como las ropas de los enfermos), y c) mantener lejos del cuerpo social las enfermedades que
por inspiración del aire o miasmas* infectados con los viajaban con los ejércitos y el comercio, y temprana-
seminaria (como en la tisis). A este médico italiano tam- mente aparecieron prácticas sanitarias que basaban su
bién le cabe el honor de establecer en forma precisa la fuerza en los resultados del aislamiento y la cuarente-
separación, actualmente tan clara, entre los conceptos na. Del siglo XIV al XVII estas acciones se generaliza-
de infección, como causa, y de epidemia, como conse- ron en toda Europa y paulatinamente se incorporaron
cuencia. Como veremos más adelante, incluso para a la esfera médica.
médicos tan extraordinarios como Thomas Sydenham
–quien nació cien años más tarde que Fracastoro y po- 2. A p rendiendo a contar : la estadística
pularizó el concepto hipocrático de constituciones epi- sanitaria
démicas, y los de higiene individual y poblacional de
Galeno– fue imposible comprender esta diferencia Durante los siguientes siglos ocurrieron en Europa
fundamental. A Fracastoro le cabe el honor de ser el otros sucesos de naturaleza diferente que, sin embar-
primer médico que estableció que enfermedades espe- go, tuvieron un fuerte impacto sobre el desarrollo de
cíficas resultan de contagios específicos, presentando la epidemiología. Hasta el siglo XVI, la mayoría de las
la primera teoría general del contagio vivo de la en- enumeraciones y recuentos poblacionales habían te-
fermedad. Desde este punto de vista, debe ser consi- nido casi exclusivamente dos propósitos: determinar
derado el padre de la epidemiología moderna.12 la carga de impuestos y reclutar miembros para el ejér-
Treinta y cuatro años después de Fracastoro, en cito. No obstante, con el nacimiento de las naciones
1580, el médico francés Guillaume de Baillou (1538- modernas, los esfuerzos por conocer de manera pre-
1616) publicó el libro Epidemiorum‡ (“sobre las epi- cisa las fuerzas del Estado (actividad que inicialmente
demias”) conteniendo una relación completa de las se denominó a sí misma estadística) culminaron por
epidemias de sarampión, difteria y peste bubónica rebasar estos límites e inaugurar la cuantificación sis-
aparecidas en Europa entre 1570 y 1579, sus caracte- temática de un sinnúmero de características entre los
habitantes de las florecientes naciones europeas. La
estadística de salud moderna inició con el análisis de
* Como se señaló antes, la palabra miasma fue utilizada con propó- los registros de nacimiento y de mortalidad, hasta en-
sitos médicos por primera vez por Hipócrates (aunque con otro tonces realizados únicamente por la Iglesia Católica,
significado), deriva del griego miáino, y significa mancha.

De Baillou, Guillaume. Epidemiorum, 2 vols (1640), citado en Enci- que organizaba sus templos de culto de acuerdo con el
clopaedia Brittanica, 1999. volumen de sus feligreses.

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