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Historia del urbanismo
en el siglo XX

Ediciones del Serbal


Peter Hall

-
CIUDADES DEL MANANA
Historia del urbanismo en el siglo XX

Traducción de Consol Freixa

Ediciones , del Serbal



SUMARIO

PRÓLOGO 7

AGRADECIMIENTOS :................................................ 9

1. LAS CIUDADES DE LA IMAGINACIÓN


VISiones alternativas a la dudad de Dios, 1880-1987 11

2. LA CIUDAD DE LA NOCHE ESPANTOSA


LA rtru:ci6n anu los barrics pobres Ik la ciudad del siglo XIX:
ÚJfIdrtS, PaTÚ, Berlín, N~ York, 1880-1900 24

3. LA CIUDAD DE lAS VÍAS DE CIRCUNVALACIÓN


ABARROTADAS
Uu áTtas suburbanas tk tránsito masivo: Lotrt/res, París, &rlín,
Nueva York, 1900-1940 57

4. LA CIUDAD EN EL JARDÍN
lA sollldórl de la ciudad ;ardln: Londres, PIlJ'Ú, &rlln,
Nun'a York, 1900-1940............................................................................... 97

5. LA CIUDAD EN LA REGiÓN
El nacimiento de la planificación regional: Edimburgo, Nueva York, Lotufrr5,
1900-1940 147

6. LA CIUDAD DE LOS MONUMENTOS


• El movimiento tk la Ciudad Btlla: Chicago, Nueva Delhi, Most'Ú,
1900-1945 ..............................................•.................................................. 185

Primera edIct6n 1996 7. LA CIUDAD DE LAS TORRES


e 1988 Y 1996 Pete! Hall La dudad radiante de ú Corbusier: París, ClJandisarh, Brasilia, Lotulrts,
PubUcado por Blackwell PubLishers, Oxford 51 Louis, 1920-1970 215
e 1996, edictón espat\ola. Edlciones del Serbal
Francesc Totrrega, 32-304 - 08027 Barcelona
Impreso en Espall.a 8. LA CIUDAD DE LA DIFÍCIL EQUIDAD •
D. L: 8.32246-96 Las comunidades autónomas: EdimbUfJO, lndore, Lima, &rlceley,
DlsetIo gráfico: Marina Vilagellu Maccln(ield, 1890-1987 253
Impresión: Grafos, S.A. - Arte sobre papel
ISBN 84-76280190-0
6 CIUDADES DEL MAÑANA

9. LA CIUDAD EN LA AUTOPISTA
Los barrios suburbanos del automóvil: Long Island, Wiscosin, Los Ángeles,
Prólogo
París, 1920-1987 .. 285

10. LA CIUDAD DE LA TEORÍA


El urbanismo y la academia: Filadelfia, Manchester, California, París,
1955-1987 . 331 Todo el que escribe una historia del urbanismo debería hacer un prólogo para de-
fenderse: los urbanistas deberían planificar, no retirarse a meditar. La verdad es
11. LA CIUDAD DE LOS PROMOTORES que la escribí porque el tema me intrigaba. Como sucede con otras cosas de la
La práctica urbanística cuestionada: Baltimore, Hong Kong, Londres, vida, muchas veces nos damos cuenta de que lo que hemos pensado y hecho ha
1975-1987 . 353 sido pensado y hecho por otros antes que nosotros; hay que conocer las raíces. Este
es el motivo.
12. LA CIUDAD DE LA ETERNA POBREZA A diferencia de lo que sería de esperar no he tenido ninguna ayuda económi-
Los sempiternos barrios bajos: Chicago, St Louis, Londres, 1920-1987 ........ 373 ca, de modo que no tengo que dar gracias a nadie; ni ayudante, o sea que soy el
único responsable. Y como también lo he pasado a máquina, doy las gracias a los
13. LA CIUDAD A LO BELLE EPOQUE anónimos autores de WordStar y WordPerfect; a Chuck Pedle por su legendario Sirius
Las infociudades y los ghettos sin información: 1; y a los desconocidos fabricantes de su hermano de Taiwan que -siguiendo las le-
Nueva York, Londres, Tokio, 1985-2010 . 413 yes de hierro del Fordismo periférico- lo sustituyó. Rosa Husain pasó a máquina
la bibliografía y luego elaboró las notas con sumo cuidado, iniciándose con ello en
los placeres y horrores del macros del WordPerfect.
BIBLIOGRAFÍA 431 Pero, como siempre, quiero agradecer a los bibliotecarios y bibliotecarias por
su colaboración. Los que piden que se reduzca el número de funcionarios públi-
cos, a los que a veces todos nos hemos sentido tentados a apoyar, no deben haber
LISTA DE ILUSTRACIONES .. 479 trabajado nunca en las grandes bibliotecas del mundo. Yo he tenido la suerte de
pasar muy buenos ratos en tres de ellas mientras trabajé en este libro: la British Ubrary
Reference Division (o dicho de otra manera la Biblioteca del Museo Británico), la
ÍNDICE 483 British Ubrary of Political and Economic Science (la biblioteca LSE) y la Biblioteca
de la Universidad de California en Berkeley. Doy las gracias de todo corazón al
personal de todas ellas. Y en especial, aun a riesgo de crear resquemores, a Elizabeth
Byrne por haber convertido la Environmental Design Library de Berkeley en el
magnífico lugar que es hoy.
Algunos fragmentos de este libro han aparecido anteriormente: el comienzo
del capítulo cuarto apareció en forma de artículo en New Society (publicado de
nuevo en Town and Country Planning, y más tarde en una antología Founders ofThe
Welfare State (Los fundadores del estado del bienestar) (publicada por Paul Barker);
algunos fragmentos se utilizaron en Metropolis 1890-1940 de Tony Sutcliffe; una par-
te del capítulo noveno se inclu~ó hace años en Man in the City ofthe Future, publicado
por Richard Eells y Clarence Walton. Creo que lo que escribí sigue siendo correc-
to y es por ello que no me disculpo por el plagio que me hago. El capítulo décimo
segundo contiene una breve autobiografía que he considerado necesaria para po-
der explicar bien la historia, de ahí la aparente inmodestia.
Mi editor, ]ohn Davey, fue siempre muy comprensivo. Espero que le guste el
trabajo realizado. Elizabeth Lake cuidó muy bien el tema de las ilustraciones. Estoy
muy agradecido a dos colegas y buenos amigos que me sirvieron de conejillos de
!

.'
"
• CIUDADES DEL MAÑANA

indias y leyeron el primer borrador: Lyn Davies en Readlng y Roge! Montgomery


en Berkeley. No creo que haya satisfecho todas sus sugereneías pero he tomado nota
AGRADECIMIENTOS
de todas ellas. También agradezco la colaboradón de Carmen Hass-Klau por haber
revisado la pane dedicada a Alemania.
Finalmente doy las gradas. como siempre, a Magda por sus implicable ayuda
logística: y más.
El autor y los editores desean agradecer a Joho MUlTar (editores) LId, por permi-
Peter Hall tirnos dtar el poema ~Slough,. de los Colltcted Poems de Jobo Betjeman.
Berkeley y Londres También queremos dar las gradas por habemos pennitido reprodudr las ilus-
traCiones ¡¡; Aerofils Ltd. por i1. 3.12; (C) 1988 The Art Irntitute of Chicago, todos
los derechos reservados. por Us. 6. I (Retrato de DanIel Henry BumhamJ, 6.2. 6.3
(O.H. Bumham y E.H. Bennet Plan o(Chicago. 1908, lámina 85 Plan para un slsU-
ma viario de drwlad6n (...) y lámina 132 Vista dt5de el 06U de la Plaza del Centro
Cívico (...) de jules Guerin, cedido por la Ciudad dé Chlcago al Art Institute de
Chicago; a Australian Oveneas Information 5ervice por canberra lis. 6.7, 6.8; a la
biblioteca Huiton Picture de la BSC por il. 10.1; a la Bod.J.eian Ubrary de Oxford por
lis. 2.5, 2.6 (R. W. DeForest &.: L VeIlier TM Tenememt House Problem, 1903, 247554.d2,
pág. 10, 0pp. pág. 14), por 11.3.9 (RUnWin NorhingGained by Ovmrowding! 1912,
2479116.d.4 (6), pág. 9, 6g.ll1), por il. 3.10 (Ministerio de Salud Type Plans aml
Ekvations, H.M.S.O. 1920, 2279.c.1O (10), lámina 9), por 11.4.8. (R.Unwtn TOW1l
Planning in Practiu, 1920, 2479116.d;5, pág. 172, lámina 116), por ti. 7.8 a.H.
Forshaw &. P. Abercrombie County ofLorukm Plan, 1943, G.54.c.17.4Q.3, portada);
por il. 3.7 (R.Reiss TM Homt 1 want, 1919, U755.e.77, Uustradón de la cubierta) a
Bodleian übrary and Hodder&.: Stouhton LId.; por lis. 12.1, 12.3, 12,4 (fotografias
deJun Fujlta) a Chicago Hlstorica1 Society; p.x iL 4.21 a la Biblioteca de la Universidad
de Columbia, Rare Book and ManUSClipt Ubrary; por U. 4.16 a la biblioteca de la
Universidad de Comell, departamento de manuscritos y archivos; por il. 6.6 a
• Counny üfe; po~ il. 7.3. a Counny Ufe Books 6.'1-; por ti. 7.3 a (C) DACS 1988; por
7.3; por 11.7.2 Arrnand Dayot Louis XIy'lIluslTations d'aprrs de PdnWUs, Seu/plum,
Gr~, OtJ;al, etc., du temps (Flammarion; 19(9); por ils. 'lA, 10.2 Letchworth,
F1rst Garden CUy Heritage Museum; por il. 5.8 Tht Containmrnt ofUrban England
de Peter Hall, Harry Gracery, Roy Drewett &.: Ray Thomas, con permiso de Unwin
Hyman ümited; por ¡J. 4.7 a The Hampstead Garden Suburb Archives Trust; por
• lis. 12.6, 12.7 a David Hoffman; por il. 9.8 a HoUday inn; por iJ. 4.12 a Krupp
GmbH, HislOrical AKhive; por 11. 3.11 Osbert tancaster Hm ofaJI Places (1959) con
permiso de John Murray editores Ltd. ; por fu. 2.4, 6.9 a LandeshildsteUe BerUn;
por il. 11.1 Uverpool Daily Post &: Echo ümited; por ils. 3.3, 4.6 a London Borough
de Ealing, Central Ubrary, Local History Ubrary; por i1. 11.5 Londan Docklands
Oevelopment Corporation; por Us. 3.4, 3.5, 3.6 a Landon Transport Museum; por
il. 6.5 a Mary Lutyens; por Us. 2.2 2.3 a Mansel1 Collection; por il. 12.5 a Moorland-
Spingam Research Center, Howard Universíty; por il. 5.2 a Sopbie Mumford; por •
11. 9.1 a Museo de la Oudad de Nueva York; por 2.1 a Museo de Londres; por ils.
5.1. 5.4, 5.5 a Biblioteca Nadonal de Escoda (fotografías; Antonia Reeve); por n.
9.'1- a J.c. Nichols Company; por il. 9.2 a New York Dally News; por 11. 7.1 a
10 CIUDADES DEL MAÑANA

Popperfoto; por 4.5 a ]oseph Rown~ Memorial Trust; por iJ. 7.11 a SI Louls Post-
Dispatch; por 11. 1.10 a SI Louis Public Ubrary; por Us. 7 A. 7.5 a Madhu Slorin; por
11. 5.3 a SCottish 1oor15l Board; por 5.7 a Tennessee VaUey Authority; por Us. 3.8.
4.1.4.9. 4.10. 4.11, 8.2 a Town and Country Planning Assodatlon; por 11. 8.1 aJohn
Las ciudades de la imaginación
F.C. Tumer; por Us. 2.7. 2.8, 2.9 iI Universidad de Winois en ChlCilgO, Univeniry
LLbrary Oane Addams Memorial CoUection). por ¡j. 12.2 a (ChJcago Woman's Aid
Sociny Records); por 11. 9.7 a V~turi, Rauch 'f Sean Brown; por U. 9.5 a The Frant. Entoncrs pregunté _si crea firmemente que U~ cosa es de una manera. ¿:se con-
L10yd Wright Memorial Foundation, Copyright (C) The frank Uoyd Wrlght vierte en eso?..
Founcl.ation 1958. us otras ilustradones han sido cedidas por el autoc Me replicó: e Todos los pocta.S O'ttn que uf sucede. y en los mas de Q imagi·
Hemos intentado dar el nombre de todas los organiSmOS que tienen dcr«h05 nación el:;¡ firme creend,¡ movi,¡ monunu; pvo muchos son incapacel lit' aeer
sobre I.1.s i1ustndones que hemos publicado. Si hemos cometido algún error esta· finnemente m nada._
mos dispuestOS a enmendarlo en w futuras ediciones.
Wll1.llm Blm
Tht MtII'rilIzt o(H~ und Hdl (c.1790-3)

Chr.;.smor, dijo Chrtstian, soy un HOO'lbrt' que vit'nf: dt' Q Dudad lit' Q Dt!:stNa::i6rr,
Y n al Mmk Sión, y d hombrt que eQN m 1,¡ Pueru al pr:indpio dd amino lDt'
dijo; que 51 vuú¡, ,¡quí. lDt' lD05tWiI.is al5aS t'XCdt'ntel, que lDt' ,¡yudi.ria.n m mi Vli.je

john Buny,¡n
TM P'ilgím'j Pros/m (1678)

Pofque dt'bm1os coruldenr que semnos una dudad m 1,¡ montal'\a.. Todos los otos
nos mir.uin, de mant'la que Ji nos compoct~os m.t.I con nut:5trO Dios m este tra-
bajo que hemos Iniciado, y h~os que Él nos retire Su iKtUal ,¡yu<b. estilRm05
• en boca de todos y nos convertiffmos m ,¡lgo dts:prtdable•

john Winthrop
A MOtkI ofClrrisdoll Charity (1630)

...m un,¡ gnn monuft,¡


alta y escarpada. est¡f, 1.1. Verdad. y aquel que
quiera alcanzarla, debe caminar y caminar
y vtllctr las montatl.u que se le resisten...

John Donne
Satyrt fll (1594-5)

"
Las raíces anarquistas del movimJento pla.ní.Bcadof
Capítulo 1
El libro demostrari que en este proceso tardio de convtftir lo idul en rul, tuvo
Las ciudades de la imaginación lugar una monstruosa pervttSi6n histórica.. lo que ruIrnerne SOfpralde es que
muchas, aunque no toda$, de las primeas visiones del urbanismo oackron den-
Visiones alternativas a la Ciudad de Dios, tro de{ movimiento atJMquisU que 8orecI6 en las úh1nus dkadas del Siglo XIX Y
1880-1987 en I~ primeras del XX. Esto es derto tri ~to a Howard. Geddes YLa Asoc:Dd6n
~ La p1anific:ad6n rtgionaJ de Ammca (RqionaI ~ iWociation o(Amerial),
UI como también para muchos de sus derivados en Euzoop¿. (EVidentemente. &te
no es el caso de Le Corbusiu, que era un centralista autoritario, ID de La mayorla
de los miembros del movtmiento de la Oudad 8eila (City &autifillJ, que eran fie-
les sirvientes del capitalismo finandero o de dictadores total.ttariOS). La visión de
.Los hombres prácticos que se creen que: no han recibido ningún tipo de Influen· estos pioneros anarquistas no era meramente una altematlva a la construcd6n, sino
cia Intefectual. nonualmente son esclavos de un economista que ya h.a muerto_, tambi&1 una alternativa a la sociedad, que no era ni capitalista ni burocrádco-so-
dijo "eynes. en un famoso pámfo al fina! de la Gmeral~ .• Los locos que tie- dalista: se trataba de una sociedad basada tn la cooperación voluntaria entre hom-
nen pod~. escribió, _que oyen voces, han inspirado su locura en .lIgUR mal es- bres y mujeres que trabajarían y Vivirían en pequenas comunidades que ellos mis-
critor académico redentem.ente fallecido,.l. En lugar de economistas podría ltaber mos gobernarían. Así pues, no sólo en su foona fulca, sino también en la espiritual,
dicho u~nista.s. Mucho, si no todo 10 que ha pasado -para bien o para mal- a la:s eran venlo~es seculares de la colonia puritana de Wlnthrop en Massachusetts: la
dudades del mundo desde la Segunda Guerra Mundial, puede hallarse en las Ideas dudad sobre la monrana. Sin embargo lo irónico fue que, la mayoría de las veces,
de unos pocos visionarios que vivieron y ~bleron hace mucho tiempo. la ma- cuando Uegó el momento de que sus kJeales se convirtieran en realidad, se htw de
yorb de ellos prácticamente IgnoradO$ y totalmente despm::lados por sus con- la mano de las bullX:fada.s estatales. cosa que les habri.a horrortudo. Cómo fue esto
temporáneos. Han tenido su reivtndk:adón póstuma: en el mundo de los asuntos posible, en qué manen ello fue la causa del consiguiente: desenga60 que produjo
pricticos; induso, podría decirse, que ban conseguido vengane. el wbanlsmo. son lemas cmtra.Jes que este libro deberj estudln
Este libro es soba: dios. sus visiones. y el decto de éstas en el tnb¡¡jO cotkll.a- NI la Idea, ni la manera como va a; ser mUdo ~ui, es nueva u original Us raí-
00 de construir dudada. Sus ooInbres se lrin ~tie:ndocomo si se ttaun de un ees anarquistas del ~ han sido analizadas por dlvesos autores., especUl.
hnte60 da UrbanismO: Howud. Unwin, PuUr, Osbom; Geddes, Mumfofd, Stein, mente por Colio Ward en Gnn B~ y Oyde Weaver en k>s EsQdos Unídl;lsl.
Mac.K.1ye, Owe; Bumham. Lutyau.; Le Corbusicr, Well.s, Webber; Wright, Tumet, Tengo una daK1a penoruJ con ambos. WltO a mvé de sus libros como de W
A1umdtt; friedmann,. ~tdls, HMvey. Lo esmci;al pu«k resumine brrvemente: • conversaciones qut: he: mantenido con ellos. Por otra; plrte, en muchos de los as-
la lIl.iIIyoÑ. de dios fuuon ~ pero mudw de sus idca5 ~ en pectos hist6dcos, este tUto se ~rá m fuentes seomdartas; la b.i.storl.t de:! tuba-
barbecho porque 105 tiempos no estaban ~uros. las visiones aan a menudo nismo tiene Ullill bibUografia utremada.mmte da, que yo he utlUtado con liber.
ut6pica.s. indU$O ayaban LiI Cft'enda en el milenio: no pandan sino versiones se· ~d_ ~ por dlo que este libro deberá luzgane como un texto de síntesis Y no de
culues de u Oudad Cdestia.l del Monte $16n de los pudW10S del siglo XVU, mvestigadón. Hay, sin embargo, una ace¡x1ón Importante: he intentado que las
traídas a La tiern y dispuestas pua um tpoca que también pedía recompensas. figuras clave, las fuentes de las prtndpales Ideas, pudieran u ~ iI travéS de
CUatldo por fin las visiones fueron descubtenaS Yresudladas, se apUaron, muchas sus propias palabras.
veces, en lugares distintos y en ctn:unstandas muy diferentes, y, a menudo, a tra·
vés de mecanismos distintos de los que 5U5 autores habían imaginado. No es de 6-
trat\a[ que, trasplantadas en el tiempo y en el lugar y también aplicadas a una si· Advertencia: obstácuJm haUadm en el camino
tuad6n sociotCon6mica distinta, tuvieran resultados que algunas veces fuuon
utra11.os y otras catastr6fh::os. Para darse cuenta de eUo, primero habrá que estu· la tarea no ha sido fádl. los visionarios suelen hablar UtranOS Idiomas, difidles
dlar los distintos estratos ltist6ricos que enterraron y obscurecieron las Ideas ori- de InteIpretat; un sorprendente factor comlin en muchos de los grandes fundadores
ginales; y, después. entender La naturaleza del trasplante. del urbanismo-ilunque afortw1adamente no en todos- es su Incoherencia.. Además,
sw primeros dl5dpuJos. ansiosos por lnidar su misl6n, iI veces han creado un
evangelio distinto del de los lutos originales. Las ideas pueden hitber derivado de
, (Vbnsot oow en P'JUu. 21.) las de otros y, a su vez, bebido en las fuentes, creando una madeja dificil de de-
. CIUDADES on MAflANA LAS crvOAOf.li DE LA IMAGINAaON
"
st:nredaL El ambiente cultural y §OCial en el que vivieron. que: fue lo que les dio el celebrado; en conuaposidón. Le Corbusier, el Rasputin de esta historia, represen_
material esencial p¡.ra sus pcn:epciones. ha desapareddo ha« ya mucho ti~po y ta el ~ aUloritario, cuyas malas consecuencias están siempre con nosotros.
su U'COnstrucd6n es ardua: el pasado es un país desconocido, con distintillengua. El lectOr pufdt: no estar de acuerdo con estas atinnadones, por lo menos ron la des-
distintas costumbres sociales y una visión dlh:rente de la condición humana. mesura con la que aquí ~ mantienen; dtbo decir qut no he escrito este libro con
He intentado, siempre que ha §ido posible, dejar que los fundadores hablaran la idea de manlener un cómodo consenso.
por si mismos. Como muchos divagan o tserlben de una manera confusa, o ambas Hay ouo problema más pedestre. Muchos hechos hbtórlcos rehúsan obstina.
cosas a la vez, he utilizado una ~da hacha. que espero haya sido tuidosa: he eli- damente seguit una clara seruenda cronológica. Sobre todo en relactón con la hU-
minado excnos, suprimido paréntesis y prescindido de cosas que parecían pedirlo, toria de las Ideas: los productos de la lntellgenda humana derivan los unos de los
intentando de esta manera hacer lo que ellos probablemente hubieran deseado. otros. se separan. se unen, permanecen en letargo o se despiertan de maneras como
SI esto ya resulta laborioso, mucho más dlfict.l ha sido 3verlguar cómo. con el plejas, lo cual pocas veces permite una clara descripcl6n lineal. AUn peor, no ad-
tiempo, estas Ideas fueron descubiertas de nuevo, rehabilitadas y, a veces, tergi- miten tampoco un orden esquemático. Por lo ~to, el analista que quiere escrIblI
versadas. Y es aquí donde aparece ti tema de la interpretad6n histórica. Una nue- sobre estOS lemas se encontrara con qut se cruzan de una manera confusa y de-
va ~ que actualmente domina. argumenta que el urbanismo, el todas sus rna· sordenada. Constantemente se acordara de aquel co~ de] Irlandes de la vieja
nifestacjones, es UN. respuesta del mtmIa capiWista -y en particuW dd capitalismo y conOCida historia: si queña ir allí, nunca debi6 habe::r sal1do de aquí. El método
de estad<>-- a los problem¡¡s que plante.¡ la organización de la producdón Y espe- que he u ~ ha sido el de contar cada historia por sepuado y de una manera
cialmente al dilema de las crisis continuu. Según esta Interpretadón, se utilizarla panlela: he seguido la pista de cada tema y de cada ¡de.¡ y, a v«es, me he remon.
la planificadón _y en consecuen~ se adoptMiAn las visiones de los pioneros- tado a seis o siete dkadas. Esto significa ~ constaruemmte en la historia,
precisamente cuando el sinema lo oea:sita, ni antes ni después. Evidentemente, de manera que, a menudo las cosas l.rán hada. adelante y hada. atl"h. Querri. dedr
la simplicidad de este mecanismo reciptoco se esconde bajo una compleja masa de también que, muchas veces, el orden en que se lean los capítulos no es tan im.
hechos históricos: los propios histortadom marxistas también consideran que el portante. Aunque esto no acaba de ser de] todo cierto porque he intentado expo-
tiempo y la casualidad, aunque denao de unos limites, nos han alectado a todos. ner los tem¡¡s de la manera menos confusa posible, es decir. siguiendo la lógica en
Pero los limites existen: por último está el motor tecnol6gico-económico que di· la que las Ideas han Ido evoluctonando e lnfJuendándose. Ptto dtbo hacer una ad,
rige el sistema soctoeconómico y, a travh de él, las respuestas de la válvula de se- vertenda: no siempre ha fundonado.
guridad política. Además este problema se compone de otro. En la práctica el urbanismo se
Cualquiera que trate de escribir historia -y especialmente sobre un tema como mezcta Imperceptiblemente con los problemas de las ctudades. y éstos con la eco-
hte, en el que tan refinados cerebros mar.xisw han trabajado- debe: tener en cuen- nomía. la SOCIología y la política de las ctudades, y, a su vez, con la vida soda1-eco-
ta lis cuestiones parateológicas de interp~dón. Vaya exponer la mia: los aao- nómica-polltica-cultural de su tiempo; no hay final, ni Umite. a estas interrdacto-
res históricos actúan en respuestil al mundo que encuentran y, en particular, a los .. nes, sin embargq hay que encontrarlo por muy arbitrario qut bte sea. Contamnos
problemas que encuentran en este mundo. Esto seguramente es UN. a"an;ación ob- lo necesario PMI explicar el fen6meno del urbanismo; lo situarmlOS daramente,
vi¡; las ideas no emergen de la nada, por una especie de lnmacu1ada concepci6n. a !lo manera marxiana, partiendo de la ~ sodoeconómic.a, para. de esta mane-
sin la colaborad6n de otros elementos. Pero de la misma manera, los seres huma- ra, pxl.er irúciar lo que realmente interesa al historiador.
nos -especialmente los IIÚS inteligentes y originales- son infinitamente caprt· Induso estil decisión deja problemas de delimitaciones pendientes. El primero
chosos, creativos y sorprendentes; en consequenda, lo que rulmente nos intere- de ellos está reIadonado con el significado de esta expresi6n tan elástica:: pjanifkad(:wt
sa de la historia, además de lo que es evidente, es la complejidad y variedad de las de la dudad. CasI todo el mundo. de Patria Geddes en adelante, estará de acuer.
reacciones humanas. Es por ello que, en este libro, la base mamana de los hechos do en que debe induír la planificad6n de la reglón que la rodea; muchos, siguien-
históricos se toma como algo evidente; lo que hace que la historia sea digna de ser do de nuevo el liderazgo de Geddes y de la Asociact6n para la planiflcactón regio-
escrita, y lo que la hace digna de ser leída, es la comprensi6n de los diversos caminos nal de Amérlca;lo ampliarían a su regi6n natural, por ejemplo la cuenca de un río
por los cuales los estimulas generales se relacionan con las tespuestas particulares. o el espado que tiene una cultura regional particular. YcasI todos los urbanistas o
Debo hacer ahora otra afirmact6n personal. A causa de la amplitud del tema, planificadores dirían que su cometido supone no solamente la planificación de esa
he tenido que ser muy selectivo. La eJecctón de los temas prlnctpales. cada uno de región en panicular, sino tambif:n la de las reladones que Ulsten entre diversas re-
los cuales es objeto de un capitulo, ha sido fruto de mi opinión personal. giones: por ejemplo. la relación entre la Megal6poUs que sigue aeclendo y la zona
Del.Iberadamente no he tratado de esconder mis prejuidos: creo que los padres agricola que la rodea que se halla en fase de despoblación. ¿ Dónde termina el tema
anarquistas, aunque poco reallsw e incoherentes, tuvieron una magrúflca visión de nuestro estudio ? indu}'t' la planlficad6n económica regionaL que lógicamente
de las posibilidades de la civtlizad6n urbana. lo cual es digno de ser recordado y es inseparable de l' planifiGK:i6n económica nacional Ydel de:sarroI.Io económico


16 CIUDIWES Da MAN'ANA LAS CIUDADES DE Lo\. IMAGINACiÓN 17

en general; de nuevo los crecientes circulas amenazan con devorarlo todo. De nue- mente importantes: muchas de las ideas claves, y de los principios clave, no se en-
vo habrá que establecer un límite más o menos arbitrario; lo trazaré de manera que tienden si se les contempla fuera de este contexro. A continuadón, pero también
incluya los debates generales sobre la politica de wbanismo nadonal y regional, pero de manera central, asegura que en el urbanismo del siglo XX ha habido unas po..
que excluya las cuestiones de pura planificación económica. cas ideas clave, que se repiten. se reciclan y se mezclan. cada una de ellas ha sido
El segundo problema en la delimitadón es cuándo empezar, Se supone que estO la creadón de un personaje clave, o como mucho de un grupo muy reduddo: son
es, o era, una historia del urbanismo del siglo XX. Pero como esta disciplina nadó los padres fundadores de la planificadón de la dudad moderna. (Desafortunadamte
como reacción a la dudad del XIX, es necesario empezar por ahi: concretamente no ha habido madres fundadoras; y las consecuencias que esto ha traído, deberá
en la Inglaterra de los ail.os 1880. Sin embargo las ideas que prevalecían en aquel iuzgarlas el propio lector). A veces estos fundadores se apoyan unos en otros; otras,
momento pueden rastrearse hasta 1880 y 1840, a veces incluso se puede retroce- entran en conflicto: como en la visión del Cristo de Blake, el hombre es el peor ene-
der hasta 1500. Como siempre la historia es una marai'l.a sin fin, un nudo gordia· migo de otro hombre.
no, que requiere dedsiones arbitrarias que hagan posible el inido. E! capítulo segundo afirma que los ongenes del wbanismo del slgl.o XX se en-
Hay todavía un tercer problema: el geogriflco. Se supone que ésta deberla ser cuentran en el siglo XIX. Trata de demostrar que las preocupaciones de los primeros
una historia global. sin embargo, dadas las evidentes Umitaciones de espacio y de que se interesaron por el terna surgieron al observar, de una manera objetiva. las
conoctmienro del auto, no será asi. MI estudio ha quedado claramente centrado en dificultades de los millones de pobres que malvivian en los miserables barrios vic-
el mundo anglonorteamericano. Esto puede justificarse, o por lo menos excusar· torianos; también puede ser que, con menor buena fe petO mostrando una in-
se; como pronto se verá, muchas de las Ideas clave del urbanismo occidental del quietud que nos parece totalmente compresible, muchos de los que lanzaron el meno
siglo XX naderon y crederon en pequeil.os y confonables clubs de Londres y Nueva saje estuvieran obsesionados por la vlolencia y el temor a la insurrección. Aunque
York. De manera que el Ubro tratará someramente otras import1lltes tradidones ur· el problema y la preocupación consiguiente se dio en todas y cada una de las du-
banísticas aparecidas en Franda, en Espail.a y América Latina, en la Rusia Imperial dades del mundo occidental, fue más evidente y se percibió con mayor fuerza en
y en la Unión Sovietica, y también en China. Este tema debe ser objeto de otros el Londres de los atlos 1880 donde había una sociedad urbana afligida por gran-
textos y de otras plumas. des tensiones sociales y las nuevas ideas políticas; éste es el núcleo del capítulo.
Finalmente debo decir que éste es un libro sobre las ideas y sus impactos. Por E! capítulo tercero expone una Ironia histórica: cuando se estaban hadendo las
10 tanto las Ideas son el tema central; los Impactos, o realizadones, son también primeras experiencias para CIear una nueva planificación en el orden sodaI, la
crudales, pero serán tratados como expresiones -a veces casi irreconocibles- de las propía ley del mercado empezó a hacer desaparecer los barrtos miserables de la
ideas. Ello nos ayudará a comprender dos de las prindpales características del 11- dudad por medio de un proceso de suburbanizacl6n en masa. Sin embargo este cam·
bro. Primera, como las Ideas tienden a aparecer antes, el texto se ha centrado en bio ~ hizo a expensas --cosa discutible y no siempre evidente- de crear otros pro-
los primeros cuarenta atIos del siglo. Segunda, muchas de las realizaciones clave de blemas. De nuevo fue Londres el que, durante un tiempo dirigió el proceso, aun-
la planificadón han sido tratadas de manera superficial, o no han sido tratadas en ~ que para hacerlq tuvo que importar las técnicas norteamericanas de transporte y
absoluto. Los libros, como las substancias peligrosas, deberían llevar advertencias, de dirección de empresas. Por lo tanto, de nuevo habrá que centrarse en el espa-
la mía seria: no lean este libro como si fuera un manual de historia del urbanismo; do angloamericano pero hactendo un desvío para preguntarse por qué París y
seria peligroso para la salud, espeda1mente para la de los alumnos que preparan exá· Berlín tardaron tanto en seguir este camino.
menes universitarios. La primera respuesta a la dudad victoriana, y la más importante, fue el con·
Evidentemente todo esto no deja de ser más que una manera de hacer frente a cepto de ciudad jardín de Ebenezer Howard, un _amateur.. (puesto que, por defi-
posibles criticas. los analistas podrán disfrutar con las evidentes omisiones y con· nidón, no habia entonces profesionales), de gran visión y perseverancia, que de-
fusiones del libro; pero -para defenderme y evitar que el potendal comprador haga sarrolló esta idea entre 1880 y 1890. Se proponía resolver, o por 10 menos mejorar,
un gasto inútil, con el consiguiente disgusto- haré una exposldón más detalla de el problema de la ciudad victoriana llevando una gran parte de la gente y de los
las directrices de este trabaJo para que sirva como guía en medio de la espesura. trabajos a la nueva constelación de nuevas dudades autosufidentes que construi·
ría en el campo, lejos de los barrios pobres, del humo -y, de algo mucho más im-
portante, de los altos precios del suelo- de la gran dudad. Como mostrará el ca·
Guía para cruzar ellaberlnto pítulo cuarto, esta idea se fue extendiendo por gran parte del mundo, adquiriendo,
durante el proceso, una serie de características que casi la hideron irreconocible.
El libro parte de la base de que el urbanismo del siglo XX es un movimiento inte- Sus realizaciones fluctuaron desde el puro barrio dormitorio suburbano, que Iró-
lectual y profesional que surge como reacción a (os majes de la dudad del siglo XIX. nicamente era la antítesis de 10 que Howard habia propuesto, a utópicos planes pen0
Esta es una de aquellas afirmaciones que no son originales, pero que son terrible· sados para disminuir la densidad de las grandes dudades y recolonlzar el campo.
18 CIUDADES DEl MAl"lANA lAS CIUDADES DE LA IMAGINACIÓN
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Muchas de estaS varianles. asl como también la pura visión howardlana. fue rea· Corbusler, según la cual un mile5tro urbanista todopoderoso demoleña la dudad
Iluda por sw luganenienles. que, como consecuenda. consiguieron su propio lu- existente y la reempb.z.aria por otra. de grandes torres en medio de PM<Iues, es es-
gar en d plntcón del urbanismo: fueron R.1ymond Unwin, Barry hrbr y Frcderic tudiada en el capitulo séptimo. En su fonna mis pura nuna encontró apoyo en
Osbom en Gran Brctat\a., Henri ~Uier en Francia, Emst Mar y Martín Wagner en ningún ayuntamiento ~ que quizás es compnmsible--, ni durante su vida ni des-
Alemania, y Oarence Stein y Henry Wright en los Estados Unidos. Otras ideas se pues. Pero algo de su idea permaneció, y sus efectos fueron por lo menos tan gran-
<ksarroUaron independicntememe, como Lio visión de la Oudad Uneal del espa- des como la visl6n de Howard: una ciudad completamente nu~ en Lu llanuras
nol Arturo Saria, o la dt:SCUltralizada Broadacre Oty de Frank Uoyd Wrtght. Cada del norte de b. India, rivalizando en escala formaJ y extUlSión con el monumen-
una. y las Interrelaciones en~ cUas. piden un lugar especial en la historia. to neoclásico que Lutyens construyó para la mayor gloria del poder btitánico en
La segunda repuesta que lógicamente le siguió, aunque no cronológicamen- Nueva Deihi; mucho mis Importante todavia, sobre todo en impacto hUIIW\O,
te, fue la visión de Lio ciudad regional. llevaba el tema central de Howard mucho han sido loS dentos de demolidones pard.¡les y recorulnJCdones en Las vi~ du-
más lejOS, tanto a nivel conceptual como geográfico; sqUn esta corriente. la res- dades desde Detroit a Varsovia, de EsIocolmo iI Milán.
puesta a la sórdida congestión de la gran dudad era un vasto programa de plani- Existe otra importante tendencia dentro del pensamlento wbanístico, o de la
flcadón regional. dentro del cual cada subreglón se desarrollarla annoniosamen- Ideología del urbanismo -las dos se mezclan Imperceptiblemente y de una mane-
te en base a sus propi(Y.l recursos naturales. con total ~peto a los prtndpi(Y.l de ra confusa- que exige alenclón especial. Sin embargo, como la última que hemos
equillbrio ecol6gico y reposid6n de recursos. Las dudades estarían subordinadas comentado, se une a otras corrientes mis Importantes, dándoles forma y color.
a la regl6n: las viejas dudades y las nuevas crecenan a la par como partes necesa- Esta escuela dice que la construcción de la dudad debería estar en manos de los pro-
rias del plan regional, ni más, ni men(Y.l. Esta visi6n fue desarrollada poco después pios ciudadanos, cosa que normalmente no sucede; que se deberia rechazar la tra-
de 1900 por el bi610go escocés Patrick Geddes e interpretada a lo largo de los mas dición según la cual las grandes organizaciones, ya sean prtvadas o públicas, cons-
1920 por los miembros fundado~ de la AsocIad6n para la planiflcad6n regional truyen para la gente, y, en su lugar, permitir que la gente fuera la que construyera,
de Ammca: Lewis Mumford, Clarence Stein, Henry Wrtght mendonados ante. Enconttamos esta idea en el pensamiento anarquista que, alrededor de los anos 1890,
riormente, y Stuan Cha.se y Senlon MacKaye. Este grupo se madon6 con otros, fue tan Inportante en la visión de Howard sobre la dudad jardín, y de nuevo, en·
prindpalmente norteamertcanos: los Regionalistas del Sur, lIderados por Howard tre 1885 Y 1920, en las propuestas de Geddes sobre la rehabilltad6n urbana por eta·
Odum, los planificadores del New Deal como Rexford Tugwell, e lndwo -indl· pas. Es talIlbim uno de los aspectos a:nttales e imponanleS del pensamJentode Frank
rectamente-- Frank Uoyd Wright. Esta rica y visionaria tradid6n, cuya tragedia fue Uoyd Wright en los mes 1930, y en particular de su Broadacre Clty. En los atlos
prometer mucho y en b. práctica dar poco, scri el contenido del apítulo quinto. sesenta sale atta vez a la superficie como uno de los faacres más importantes, in·
U. t~ propuesta contnSta, e induso enm en conflleto, con estas dos pd- duso dominante, de la planificación en Lu dudades del Tercer Mundo por medio
meras; se trata de b. tradJdón monumental, que se remonta iI VitlUVlo, sino más del trabajo de John Tumer -que se inspiró en el pensamiento ~rqu1sta- en
lejOS todavía, y que renació con fueru a mioo del siglo XlX en nunos de los gran•• AmmGl Latin.a_ Ha sido tambim un elemento ~dal en el desarrollo Inteleaua.l
des ~os del urbanismo como ~rge.EugmeHaussmann en Parls o Ddefonso del teórico de la arquitectura, el britinico-americ:a Chrlstopher Akunder dutante
Cerdá en BarttlOIlill_ En el siglo XX, como se estudia en el apítulo sexto, fue apa- los mos sesenta y setenta. Finalmente culmina en el movimiento de diseno co-
reciendo Cilprichosamente en lugam exttaJ\os y poco adecuados; como servidOR munitario que se utendió en los Estados Unidos dunnte los atlos setenta 'f ochen·
del orgullo óvico aliado al Impulso comercial en Estados Unidos, como upmlón ta, pero sobre todo en Gran BretatU, donde obruvo el pattodnio real. Esta iaJga Y
de la majestad imperial en la IndU. Británica. en Áhica y en la recientemente in· a veces extraflil historia es el contenido del capítulo exuvo.
dependiente Australia, tambim como agente de la megalomanIa totalitaria en la Hay aun otra tradici6n, que resulta todavla mis dificil de definir en términos
Alemania de Hitler. en la Rusia de StaUn (y, aunque con menor ambtdón, pero no filosóficos y que no eslá Ugada a. nlngún profeta dominante. Se trata de la visión
por ello con menor efectividad, en la Italia de MussoUni y en la Espai'ia de Franco). de la dudad de Infinita movilldad que depende de los avances de la tecnología del
En los lugares donde pudo llevar a cabo sus obras -a veces tarde, a VKes nunca-- transporte. sobre todo del automóvil prtvado, que esrudlamos en el capítulo no-
hizo lo que se le pedía: fue simbólica, mostr6la pompa, el poder y el pmtlglo, pres- veno. Esta uadld6n empieza con la notable predicción de fin de siglo de H.G.
dndlendo, o mostrándose lndwo hostil, a propósitos sociales más ampllos. Wells sobre la suburbanización del sur de lnglaterra., pasa por los planes de trans-
Todavía hay otra tradición que de una manera confusa se reladona con las co- porte de Los Ángeles de 1930 y de casi cualquier otra ciudad entre los aftos 1955
rrientes de la dudad jardín y de la dudad monumental. Es la visl6n del frands de y 1965, Y termina en la. descripción de Melvtn Webber sobre _el reino urbano de.
procedenda suiza, el arqultecto-wbanlsta Le Corbwler, que consideraba que el en-ningún-lugar. de 1%3-6-4. La visión de Frank Uoyd Wright sobre BroadaCf't
mal de la dudad moderna era b. densidad de su desarrollo y que, perversamente, City se le parece mucho. de la misma manera que comparte ideas de otras impar·
aseguraba que el remedio consisna en a.umentar esa densidad. U. solución de Le tanles tradldones; comparten esta visión los desurbanlstas 5OVie:ticos de los mos
20 CIUDADES DEl. MAÑANA lAS CIUDADES DE tA IMAGINACIÓN Zl

1920; Ytambién, a su manera. el concepto de Sona sobre la audad 1lnea1 y los nu- 1960 en adelante. tri según qué zonas de ~ qué dudades -pero sobre todo la
mermos dmvados posrertores. De todas Las grandes tndidones, 6;ta es la que pro- gente que vivía en ellu- en lugar de mejorar, tmpeoraba. por lo menos en senti-
bablemente se mezcla y se int~ladona con casi rodas las otru; porque Howard., do !dativo, y quizás umbién en el absoluto. se dijo que podb ser ~ much.l de
Le Cocbusier, los regionalistu, todos tuvleron su versión de este evangeliO. esta ~te estuvltta transmitiendo sus problemas y dlficultades de generac:l6n en
Muchas de estas ideas aunque privxlas de toda posibilidad de ~ 6 n al ser gener.td6n, inGJ~ de seguir la lJYICh¡ de la economia y di!: la sociedad que se
concebidas, fueron esenda1mente producto de los activistas, de: los constructores iba alejando ad,¡¡ vez mis de ellos. .se criticó esta upUadón con indignación, 10-
de este mundo. Más pronto o mis wde, as! siempre mis pronto, sus aeadoaes aban- dU50 con memenda. pero no sirvió de nada puesto que los hechos permanecie-
donaron los discursos pan pasu a la ~6n; si quereu buscar sus monumentos no ron. En el capítulo duodkimo a n ~ este deb,¡te y los probkma.s que lo cau-
tenéis más que: mirar a vuestro a1rededoc Pero es también importante que: toda bis- ~n.

torta del urbanismo se dé cuenta que, de:sdc los m.os 1950. a medida que e1~­ Es por elld que en el libro aparece una e<tT3l\a e inqweWUt sim~ después
nismo se fue convirtiendo en una materia que debía aprenderse: por medio de la de den mas de debates sobre cómo planificar la dudad, después de repetidos in-
educadón formal, también fue adquirtendo un cuerpo teórico puro más absmK> tentos -por equlVOCllldos o distorsionados que fueran- de llevar las Ideas a la prác-
to y más fonnal. Parte de esta teoria. o por io menos eso dice su jerga, es teoría ~ tica, nos encontramos otra wz allí donde habíamos empeudo. Los teóricos han
~ el urbanismo: comprensión de lu técnicas practicas y de la metodología. que vudto a los orígenes anarquistas del urbanismo; la dudad vuelve a ser contemplada
los urba.nistas siempre necesitaron indwo silo aprendieron mientras trabajaban. como lugar de degeneración. pobreza. malestar social, lnqulrtud civil e induso de
Pero la otra, la teoría tkl urbanismo. es otro tema: bajo este término, los urbanis- Insurrección. Esto no significa, evidentemente, que no hayamos avanzado: la du-
tas tratan de comprender la verdadera naturaleza de la activtdad que están practi- dad de los ¡u\os 1980 es terriblemente distinta, y sin duda superior, a la de los anos
cando, incluyendo las razones de su e:dstenda_ Y es aquí donde ~mo suele pa. 1880. Pero parece que los problemas vuelven a !'durgir, quizás porque, en realidad,
sar- unas teorías siguen a otraS y unos paradigmas son reemplazados por otros. cada nunca se soludonaron.
vez más deprisa, unas veces de una manera desconcertante, otras con mayor aus-
teridad. Al intentar comprender el sentido de este movimiento podemos caer en
el. riesgo olMo de ser absorbidos por el. proceso, quedando encmados en el síndrome Notas al capítuJo 1
que ImentamOS comprender.. u lectuR del capítulo dédmo pmnitirt ver a1let:.
, Kqne. 1936. pq. 3&3. ¡ Wud, 1976; fñedmann Y W~ 197'9;
tar si bemos sido capaces de: ~tar esta trampa..
WUYU, 1984a.
Sin embalgo mientras la aadl!:mia iba por un lado, el mundo Iba por otro. De
modo q~ pmiendo de una manera indl.recta dd movimiento de planifk:adón ro-
muniWl.a de:saito en el. capítulo octavo, se Ues6 a la condusi60 de que todo lo que
se habla hecho en nombre del wbanismo babia sido insatisfaaorio a niw:i ~ , •
y malo a nivel. prictico con resultados que pod1an ser contrmplados por todos. Esto
habi,¡ sucedido porque en más de medio stglo de práctia bwocrátia, el wmnls-
roo se habia convertido en una máquina reguladora negativa. dbe:ftada pan aho-
gar todo tipo de iniciativu y de creatividad. No:s encontramos con otIa Ironia bis-
tórlca; el pensamiento lzqulerdistil yeMa a las raíces anarquisw, voluntaristas Y
de pliUtlfl.cadón iI pequetl.a escala mientras que, por su parte, los cerebros de la de-
recha empezaban iI pedlt una nueva manera de planteuse Ia.s obro; parecía que
los extremos iban a acercarse. En muchos países surgió un movimiento en favor
de un urbanismo más simple y de la audón de unos organiSmos que supieran evi·
tar el papeleo y generaran una trildlcl6n empresarial vigorosa e Independiente,
que pudiera actuar sin demasiados rrtrasos e interrupdones. Durante los atios
ochenta, esta filosofia, muy arraigada en NoneiImérlca, se extendió a paises que como
Gr.m Bretatia siempre habían pennaneddo inmunes a este tipo de Ideas. El capí- •
tulo undtd.mo tratil de seguir estas conexiones, a veces sutiles y muy Indirectas.
Pero en medio de esa gnn profusión de organiZaciones e inidativas, las duo
dade:s habían ido siguiendo su camino_ lo peot de ttxIo fue que. a partir de los atio5

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