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JULIO L.

MARTÍNEZ MARTÍNEZ

LA VIGENCIA DE LA DOCTRINA SOCIAL CATÓLICA


EN LA ERA DIGITAL

En este artículo se presentan las razones antropológicas, sociológicas


y teológicas que muestran que la Doctrina Social de la Iglesia no solo
no ha pasado de moda, sino que es especialmente necesaria en la ac-
tual sociedad digital. Trata temas como la necesidad de diálogo, los
principios de la cultura del encuentro, la ética política y la búsqueda
del bien común.

Misión Joven. Revista de Pastoral Juvenil 506 (2019) 15-26

En los últimos lustros asistimos pan un lugar insustituible para la


a cambios muy profundos en todos DSI, y de modo especial las encí-
los ámbitos: globalización ambi- clicas de los papas. Pero esas pro-
valente, desigualdad creciente, mo- puestas del Magisterio no hubie-
vimientos de población masivos, ran sido posibles sin la vida de fe
multiculturalidad convulsa… Cap- y el compromiso social de los cris-
tar e interpretar la complejidad tianos; tampoco sin el estudio y la
creciente del mundo en que vivi- investigación de quienes tratan de
mos hace necesario contar con co- comprender y responder a los re-
nocimientos multidisciplinares. Lo tos. Detrás de lo que llamamos
cuantitativo y lo económico se han “doctrina” hay vida, siempre en
convertido en referentes inexcusa- proceso abierto. Toda la Iglesia es-
bles del debate público, pero se tá involucrada en esta compleja re-
echa de menos con frecuencia el flexión, cada uno desde su propio
rigor, la reflexión matizada y el lugar social y desde su función en
sentido crítico. Esas componentes la comunidad. De ahí que, más
afortunadamente sí están presen- que enseñar, se trata de iniciar a
tes en la Doctrina Social de la la DSI y que, más que ideología,
Iglesia (DSI), aunque muchos cris- sea Teología y, más específica-
tianos lo ignoren. mente, Teología moral social (So-
Los documentos de la DSI ocu- llicitudo rei Sociales, SRS 41).

LA IGLESIA ES DIÁLOGO

Decir que la Iglesia es diálogo salir a anunciar su mensaje, sino


de salvación no es decir solo que que en sí misma, en su más pro-
la Iglesia necesite del diálogo para funda esencia, es diálogo: diálogo
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de Dios con las personas y de es- para la Iglesia, son su modo de ser
tas con Dios, y diálogo entre per- y de estar en el mundo. Por eso el
sonas. Y hablar de cultura del en- acento hay que ponerlo en la mi-
cuentro, como básico identificativo sericordia, en una cura a la deses-
de la fe cristiana, como hace el pa- peranza y la desilusión, acompa-
pa Francisco, no es solo decir que ñando a las personas concretas en
en el diálogo entre la fe y la cultu- sus necesidades concretas y en sus
ra de hoy hay que propiciar el en- alegrías y sufrimientos concretos;
cuentro. Es una inculturación de la y en una cura a la desorientación,
fe cristiana que se funda en el mis- para que no vayamos como “vaga-
terio de la Encarnación: la fe se ha- bundos”, que no saben dónde ir, si-
ce necesariamente cultura concre- no como “peregrinos”, que tienen
ta y alienta el encuentro entre una meta a la que llegar, y “discí-
culturas, pero no es absorbida nun- pulos”, que van aprendiendo poco
ca por ninguna de ellas. a poco el camino del Señor.
Así pues, diálogo y encuentro,

EL MÉTODO DE LA DOCTRINA SOCIAL: PRINCIPIOS,


NORMAS Y DIRECTRICES PARA DISCERNIR

Reconociendo la complejidad nir requiere conocer la materia,


de los problemas y la pluralidad de recopilar buenos datos, sopesar ra-
situaciones y visiones, dar una so- zones, buscar recta y humildemen-
lución general y universal se con- te lo bueno; todo para decidir. En
vierte en misión imposible. Por eso absoluto es dar un cheque en blan-
se orienta a las comunidades cris- co al relativismo. Requiere traspa-
tianas hacia procesos de análisis sar la superficie y las apariencias,
de la realidad, juicio desde la fe y un talante de apertura a la comple-
discernimiento de las opciones pa- jidad y a la ambigüedad, no sepa-
ra actuar (Octogesima adveniens, rar fácilmente a puros e impuros,
OA, 4). Esos procesos no pueden no blindarse en rigideces, tópicos,
quedarse en lo doctrinal. Los ex- complacencias narcisistas o con-
pertos aportan su ciencia; la gente denas catastrofistas. El discernir al
su experiencia; los pastores anima- que aquí nos referimos no permite
rán esos procesos de análisis, jui- separarse nunca de la “humildad,
cio y discernimiento, para dar, tras reserva, amor a la Iglesia y a su en-
escuchar, una palabra doctrinal. señanza, en la búsqueda sincera de
Primero es el aliento del proceso, la voluntad de Dios” (Amoris Lae-
después la guía doctrinal; no al re- titia, AL, 300). Se trata de “formar
conciencias no de sustituirlas” (AL
vés.
37) y de poner la conciencia moral
Pero ¿qué es discernir? Discer- en el centro porque sin ella no hay
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libertad y, consiguientemente, no zando a través del discernimiento,
hay búsqueda del bien y de la ver- con acompañamiento y diálogo.
dad. La verdad moral se va alcan-

LA CUESTIÓN SOCIAL ES UNA CUESTIÓN


ANTROPOLÓGICA Y, DESDE AHÍ, TEOLÓGICA

La DSI integra lo humano y lo gico y lo religioso tiene que ver con


cristiano, apreciando lo cristiano experiencias de profundidad, que
como la dimensión más honda de la mayoría de las veces eludimos
lo humano. Dicen los papas que la en la vida superficial, pero que for-
cuestión social se ha convertido ra- man parte consustancial del mis-
dicalmente en una cuestión antro- terio humano y en las situaciones
pológica, y esta es, en última ins- críticas o fronterizas no las pode-
tancia, una cuestión teológica. No mos fácilmente eludir, ni reducir a
se excluye con ello a los no creyen- cuestiones neurofisiológicas.
tes o a los no cristianos: lo teoló-

LA LÓGICA DEL BIEN COMÚN

El conjunto de condiciones pa- común ha de garantizar. Para ello


ra una convivencia de todos en li- hacen falta las instituciones que es-
bertad es lo que constituye el bien tructuran jurídica, civil, política y
común, que es responsabilidad de culturalmente la vida social.
todos, pero de manera más directa Ese bien del vivir social de las
de quienes ejercen legítimamente personas que la Iglesia llama “bien
el poder político. Las condiciones común” no es un bien que se bus-
para una convivencia digna pasan ca por sí mismo, sino que es para
por la garantía de libertades y de- las personas que forman parte de
rechos, el favorecimiento de las re- la comunidad social, y más que
laciones fundamentales (con Dios, adaptarse a las preferencias de las
con uno mismo, con los demás -co- personas, proporciona el criterio
menzando por el matrimonio y fa- para evaluar tales preferencias. El
milia- y con la creación) y la satis- interés por el bien común no se
facción de las necesidades básicas conforma con el principio utilita-
de salud, energía, agua, alimentos, rista del “mayor bien (o bienestar”
espacios urbanos o naturales, edu- para el mayor número”, sino que
cación, cultura, información… Li- va más allá: requiere no olvidarse
bertades, relaciones y necesidades de nadie (el valor de cada persona),
conforman la urdimbre del respeto reconocer y cuidar a las minorías
a la dignidad humana y que el bien y los bienes de su comunidad. Es-
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forzarse por el bien común signi- sadas en “una opción preferencial
fica tomar decisiones solidarias ba- por lo más pobres” (LS 158).

LA POLÍTICA ES UNA DE LAS FORMAS MÁS PRECIOSAS


DE CARIDAD

En la mejor tradición del pen- lo que hay que procurar sortear,


samiento social cristiano, el papa difícilmente se podrá hablar de
Francisco no escatima elogios al ciudadanía y se producirá una rup-
ejercicio de la política: “La políti- tura inevitable entre la sociedad y
ca, tan denigrada, es una altísima el Estado.
vocación, es una de las formas más
Hemos de aclarar que en una
preciosas de la caridad, porque
sociedad plural de personas libres
busca el bien común. Tenemos que
la política no debe pretender orga-
convencernos de que la caridad no
nizar la totalidad de la vida, sino
es solo el principio de las micro-
crear las condiciones para que ca-
relaciones, como en las amistades,
da uno pueda en libertad hacer rea-
la familia, el pequeño grupo, sino
lidad sus aspiraciones legítimas.
también de las macro-relaciones,
Hay una parcela que sí correspon-
como las relaciones económicas y
de al Estado: cuidar y proteger: el
políticas” (EG, 205).
“orden público”. Si la responsabi-
Si los miembros de una socie- lidad del bien común es del con-
dad solo se consideran sujetos par- junto de la sociedad con toda la ri-
ticulares con responsabilidades en queza y diversidad de comunidades
la esfera privada, si se desentien- e instituciones, la responsabilidad
den de los intereses generales e in- por el orden público corresponde
cluso ven en el Estado un obstácu- fundamentalmente al Estado.

LA DIMENSIÓN ÉTICA DE LA VIDA PERSONAL


Y SOCIAL

Para ponerse en el camino del denuncia una visión del mundo que
genuino progreso y desarrollo hu- pone la tecno-ciencia al servicio de
mano, la terapia está en poner siem- los intereses (generalmente camu-
pre a las personas en el centro, en flados como neutrales) en los cua-
no dejar de cultivar la dimensión les priman factores como la mera
ética (no cosmética) de la vida y la utilidad, la eficacia o la funciona-
profesión. En LS, el papa Francis- lidad. Muchas decisiones políticas,
co critica desde la “ecología inte- tanto en el ámbito económico co-
gral” la tecnocracia que domina la mo ante dramas, no son ajenas a
economía y la política (LS 109). Se ese modo tecnocrático de proceder,
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bajo criterios de eficacia y rentabi- dos los problemas supone muchas
lidad. Por ejemplo, la tragedia de veces disimular los auténticos pro-
los refugiados ha sido fundamen- blemas, puesto que el avance tec-
talmente tratada como una mera no-científico no equivale necesa-
cuestión administrativa de eficacia riamente “a avance de la humanidad
en la gestión del cierre fronterizo, y de la historia” (LS 113). La liber-
y no como una crisis humanitaria tad humana es ella misma “solo
que sacudía nuestra conciencia y cuando responde a esta atracción
nuestros valores. de la técnica con decisiones que
La DSI denuncia que confiar son fruto de la responsabilidad mo-
solo en la técnica para resolver to- ral” (CV 70).

ECONOMÍA Y ÉTICA

En CV el papa Benedicto XVI tucionalizada éticamente.


concluye que “la economía tiene c) La actividad económica no
necesidad de la ética para su co- puede resolver todos los pro-
rrecto funcionamiento; no de una blemas sociales aplicando sin
ética cualquiera sino de una ética más la lógica mercantil; debe
amiga de la persona” (CV 45). Y estar ordenada a la consecu-
esa relación de la economía y la ción del bien común.
ética viene confirmada con muchos
datos de la realidad, como los si- d) El mercado no es en sí bueno
guientes (CV, 36-37): o malo. Si genera desigualda-
des es porque el ser humano
a) Toda decisión económica tiene puede llegar a transformar me-
carácter moral. dios de por sí buenos en perni-
b) El sector económico no es éti- ciosos; eso sí, la responsabili-
camente neutral ni inhumano dad personal no suprime la
o antisocial por naturaleza; es fuerza de las “estructuras so-
una actividad humana, y por ciales” (SRS 36).
eso debe ser articulada e insti-

CUATRO PRINCIPIOS PARA LA CULTURA


DEL ENCUENTRO

Hoy, en nuestra sociedad, como carácter de muchos individuos co-


en otras del planeta, percibimos rui- mo ciertas bases culturales y éticas
dos diversos, entreverados de ame- de nuestra vida en común. Junto a
nazas y oportunidades. Hemos vis- esa corrupción, a la desmoraliza-
to cómo se “corrompían” tanto el ción y la desconfianza, se manifies-
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tan nuevas iniciativas, anhelos de Es preciso transformarlo en la
participación y deseos sinceros de búsqueda del entendimiento y
descubrir el latido de una concien- comunión, de lo que nos une
cia ética que responde a valores en la diversidad, armonizando
arraigados en nuestro ser social. En las diferencias. Si esto es evi-
ese sentido están los cuatro princi- dente para la vida matrimonial
pios “destinados a orientar el desa- y familiar, no parece superfluo
rrollo de la convivencia social y la para la vida social.
construcción de un pueblo donde c) El tercero es que “la realidad
las diferencias se armonizan en un es más importante que la idea”.
proyecto común” (EG 221). La realidad es; la idea se elabo-
a) El primero afirma que “el tiem- ra. La idea está en función de
po es superior al espacio”: la captación, comprensión y
aunque hay que trabajar por los conducción de la realidad.
resultados inmediatos, no se Siendo la “experiencia” lo que
puede olvidar el horizonte de hacemos con lo que nos pasa y
utopía que se nos abre. Por eso no simplemente lo que nos pa-
tienen más importancia, tam- sa, más que temor a los tiempos
bién en moral, los procesos y difíciles, deberíamos tenerlo a
las acciones que generan dina- carecer de hábitos de discerni-
mismos duraderos que los fo- miento para hacer algo digno
gonazos; los caminos bien he- con lo que nos pasa. Cada vez
chos que los atajos. La carrera que tomamos una decisión a fa-
profesional es una carrera de vor de la verdad, la justicia la
fondo, para la cual se precisan libertad, de lo que llamamos
hábitos que van dejando poso “valores”, construimos eterni-
en la conciencia y en el carác- dad humano-divina, porque
ter. Lo realmente grave es de- Dios la construye en nosotros.
jar de actuar con rectitud. La
d) Y el cuarto principio afirma
rectitud crece junto a la cohe-
que “el todo es superior a la
rencia, la autenticidad y la in-
parte”, es decir, que sin tener
tegridad moral, y no permite
visión y compromiso con lo co-
que la persona se ponga de es-
mún uno no puede realmente
palda a su conciencia. No hay
ser libre ni feliz. Hay que aspi-
ganancia alguna que compen-
rar a lo grande, pero sin perder
se la traición de la conciencia.
de vista lo pequeño; mirar a lo
b) El segundo dice que “la unidad universal, pero sin dejar lo par-
prevalece sobre el conflicto”: ticular; lo global sin despreciar
el conflicto ha de ser asumido, lo local. Por eso el modelo no
porque forma parte de la vida es la esfera de equidistancias
y de las relaciones humanas, sino el poliedro, que refleja la
pero tampoco podemos permi- confluencia de parcialidades y
tirnos quedar atrapados en él. originalidades.
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PARTICIPACIÓN EN LA SOCIEDAD DE LA COMUNICACIÓN
DIGITAL

No hay participación sin posi- mana. Ahora bien, las dificultades


bilidades de comunicación, y hoy reales y las zonas oscuras no de-
esta se da a través de canales y re- berían impedirnos reconocer las
des que han alcanzado niveles in- mejoras cualitativas que aportan
auditos de desarrollo, y piden de las redes sociales, las nuevas posi-
nuestra parte el esfuerzo del buen bilidades para una gobernanza
uso. Estar interconectados por sí participativa, la cultura digital, la
mismo no nos resuelve el reto de expresión de la diversidad, o, en
la comunicación. La cultura del en- general la movilidad de bienes o
cuentro reclama prácticas del buen personas, uno de los signos de
uso de los medios tecnológicos nuestro tiempo.
junto al cultivo de la relación hu-

LA IMPLICACIÓN DE LOS JÓVENES

Una de las cuestiones capitales pación real como autores del cam-
para la DSI es la de devolver a los bio y la transformación (…). Pero
jóvenes la esperanza y la motiva- ¿cómo podemos hacerles partíci-
ción para que se sientan implica- pes de esta construcción si les pri-
dos en construir un mundo mejor. vamos del trabajo, del empleo dig-
Francisco está muy preocupado no que les permita desarrollarse a
con esto: “No podemos pensar el través de sus manos, su inteligen-
mañana sin ofrecerles una partici- cia y sus energías?”.

ABSTRACCIÓN VS. CONCRECIÓN

La apertura a la realidad a la mo muestra el relato del buen sa-


que aspiramos no se da en estado maritano, la ética salta las barreras
puro: lo “real” siempre es capta- étnicas y nacionales hacia la uni-
do por personas que tienen sus fil- versidad, pero no se olvida del cui-
tros interpretativos y que lo ven dado concreto de la que persona
desde sus intereses y perspectivas que está en necesidad. En ese sen-
situadas. El cristianismo es con- tido, la DSI denuncia la reducción
creto siendo universal, es de “uni- de las personas a cifras. “Se en-
versalidad concreta” (al modo de tiende la razón: las personas tienen
la “oposición polar” de Guardini): rostros, nos obligan a asumir una
la Iglesia siendo universal no pue- responsabilidad real y “personal”:
de dejar de ser local y situada. Co- las cifras tienen que ver con razo-
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namientos, también útiles e impor- ra no comprometernos, porque
tantes, pero permanecerán siempre nunca llegan a tocar la propia car-
sin alma. Nos ofrecen excusas pa- ne” (Francisco).

NO PASAR FRÍVOLAMENTE ANTE EL SUFRIMIENTO

Desplegando la fuerza que con- siones, que la cruz de Jesucristo no


tiene mirar a las personas en sus ratifica ningún tipo de sacrificio o
circunstancias y la Encarnación de auto-anulación que pacte con la
Dios que se entrega por amor en la justicia o la violencia. Por el con-
cruz, una de las cosas que la mo- trario, la cruz desvela que en el co-
ral cristiana tiene como tesoro que razón del mundo está la misteriosa
aportar al mundo de hoy es la de presencia de Aquel que se compa-
no prescindir del sufrimiento hu- dece radicalmente de todos lo que
mano, que es real bajo todas las sufren, y que nos llama a la mise-
presencias. Es muy importante re- ricordia compasiva.
calcar, para evitar fatales conclu-

COMPROMISO SOCIAL CON LA ESPERANZA

Estamos ante la tesitura de con- definitiva del espacio y del tiempo,


jugar creativamente la preocupa- de las relaciones sociales, y con-
ción y atención solidaria a la jus- forman nuevas formas de pensar,
tica social, mirando de frente a las vivir y ser. Habrá que replantear
condiciones socioeconómicas, y las prácticas con las que no nos de-
sin dejar los retos de la diversidad jamos manipular y podamos elegir
cultural digital. Necesitamos tras- con libertad, para no perder la li-
pasar la superficie de lo que hace- bertad de valorar y elegir activa-
mos y vemos gracias y a través de mente lo que queremos hacer con
las nuevas tecnologías, porque es- las nuevas tecnologías y sus posi-
tas no son, ni mucho menos, ins- bilidades incalculables y ambiva-
trumentos puramente neutrales. Al lentes. En ello nos jugamos mucho.
contrario, implican una ordenación

CULTIVOS DE LA ESPIRITUALIDAD

En un mundo donde la cultura pacio de experiencia vital, de en-


de la virtualidad en las relaciones cuentro interpersonal y de servicio
y en todo está tan viva, se hace ca- concreto. Necesitamos una educa-
da día más urgente recuperar es- ción realista, que abra y confronte

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a las personas con la realidad, y (Ap 2,7), y desde él, ser parte de
que las ponga en contracto con su una Iglesia valiente en medio de
propia interioridad, no para mirar- una sociedad que mira con reticen-
se el ombligo, sino para llegar a ser cias las injerencias que considera
personas conscientes, competen- externas, pero que necesita deses-
tes, compasivas y comprometidas. peradamente “fundamentos pre-
Todo un programa de formación políticos de solidaridad y ciudada-
integral que pide a gritos inteligen- nía” (J. Habermas), y esperanza
cia y misericordia. verdadera. Ello pasa por una espi-
ritualidad capaz de inspirar el tra-
Por propia experiencia creo que bajo social, que necesita de las co-
la DSI permite reubicarnos indivi- munidades, de la celebración de
dual y socialmente, e invita a estar los sacramentos y de la oración.
atentos y a ampliar la morada pa-
ra reconocer el bien mayor. No es Estamos llamados a asumir el
posible vivir con ilusión en lo co- dinamismo trinitario, saliendo de
tidiano sin horizontes grandes -in- nosotros mismos “para vivir en co-
cluso infinitos- que nos motiven y munión con Dios, con los otros y
movilicen, pero al mismo tiempo con todas las criaturas” (LS 240),
solo es posible tener proyectos compartiendo la misión de Cristo.
grandes y llevarlos a cabo actuan- La visión más alta lleva a la acción
do sobre cosas mínimas, en apa- más humilde, situada y concreta.
riencia insignificantes. El papa Francisco llama a toda la
Iglesia universal a inaugurar “una
En el esfuerzo por promover las nueva etapa evangelizadora mar-
transformaciones que la sociedad cada por la alegría” (EG 18 y 25),
necesita, los cristianos debemos a ser una “Iglesia en salida” (EG
“renovar nuestra confianza en la 20). “Su tarea coincide con su mi-
fuerza y en la originalidad de las sión: el anuncio del Evangelio, que
exigencias evangélicas” (OA 4). hoy más que nunca se traduce prin-
Para la tarea de la conversión de la cipalmente en salir al encuentro de
humanidad al Evangelio es preci- las heridas del hombre, llevando la
so abrirse a la experiencia de la presencia fuerte y sencilla de Je-
gratuidad y el don. Para compro- sús, su misericordia que consuela
meternos evangélicamente necesi- y anima”. En esta misión es im-
tamos volver al “amor primero” prescindible la DSI.

Condensó: SERGIO GADEA

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