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DERECHOS HUMANOSPOLÍTICA Y SOCIEDADPOPULAR

NO EN NUESTRO NOMBRE: NI UNA MENOS SE


OPONE AL PEDIDO DE MANO DURA
Escrito por Lucía De Dominicis 24 abril, 2017

El colectivo Ni Una Menos se manifestó en contra de la utilización de su reclamo como justificación para el
endurecimiento de las penas, la mano dura o la represión por parte del Estado. Luego de que la ministra de
seguridad, Patricia Bullrich, apoyara la sanción de una ley que modifique las salidas transitorias, las voceras del
movimiento feminista exigieron que se discutan respuestas integrales que no reduzcan el problema a lo que
sucede al interior de las cárceles. (Foto de portada: Gustavo Yuste)

“No en nuestro nombre” fue la consigna utilizada por las representantes del colectivo Ni Una Menos para oponerse a
la utilización de su reclamo para justificar el endurecimiento de las penas, que se está impulsando desde el gobierno
nacional. A través de un documento presentado frente al Senado el jueves pasado, plantearon que  el pedido de penas
más estrictas “es demagogia punitiva ante la indignación social”.

“No en nuestro nombre” fue la consigna utilizada por las representantes del colectivo Ni Una Menos
para oponerse a la utilización de su reclamo para justificar el endurecimiento de las penas que se está
impulsando desde el gobierno nacional.

En una entrevista radial, Dolores Córdoba pidió que “ni la muerte de Micaela ni la de ninguna mujer sea usada por
estos sectores que quieren mano dura, que quieren represión y más cárceles”. El reclamo del movimiento
feminista surge a partir del apoyo al endurecimiento de las penas que la ministra de seguridad de la Nación, Patricia
Bullrich, manifestó en la comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado. Allí se está discutiendo la modificación
de la ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, que ya cuenta con la media sanción de Diputados
desde noviembre del año pasado.
(Leer nota relacionada: Los femicidios de Micaela y Ornella: cuestionar la complicidad del Estado machista)

Las modificaciones en la legislación apuntan a limitaciones en las salidas transitorias y en las garantías de
libertad condicional hasta que las condenas sean cumplidas de forma efectiva. La discusión de este tema se
aceleró tanto dentro como fuera del Congreso, luego de que se conociera que el asesino de Micaela García había sido
beneficiado con una salida anticipada por buena conducta dentro de la cárcel.

“Las respuestas como la que busca ahora el Poder Legislativo no modifican en absoluto las violencias en que
vivimos. Como ustedes bien saben, el derecho penal llega tarde: se activa cuando estamos muertas”. Las frases
que se argumentaron en la presentación ante el Congreso fueron contundentes. Las masivas movilizaciones de Ni Una
Menos, que se vienen desarrollando desde el 2015, no apuntaron nunca a reducir el problema a las penas que los
violadores y asesinos reciben, sino a desmantelar al sistema machista y patriarcal que los contiene. Los reclamos
buscan “más prevención y más cuidado, más igualdad y más justicia”.
Las masivas movilizaciones de Ni Una Menos que se vienen desarrollando desde el 2015 no apuntaron
nunca a reducir el problema a las penas que los violadores y asesinos reciben, sino a desmantelar al
sistema machista y patriarcal que los contiene.

La primera movilización masiva convocada por el colectivo Ni Una Menos tuvo lugar el 3 de junio del año 2015. En
ese momento las cifras actualizadas hasta el 2014 marcaban que en Argentina ocurría un femicidio cada 30 horas. A
pesar de la progresiva visibilización de las problemáticas de género, el escenario en vez de mejorar continúa
empeorando: las últimas cifras difundidas muestran que en nuestro país cada 18 horas muere una mujer sólo
por el hecho de ser mujer.

(Leer nota relacionada: Una mujer muere cada 18 horas en Argentina, pero se sigue cuestionando al feminismo)

Los problemas de género no están dentro de los muros de las cárceles, sino fuera de ellos. La discusión no debe
resumirse a cómo mantener alejados de la sociedad a los asesinos y violadores, sino a generar políticas públicas
que desmantelen al Estado machista que forma y contiene a quienes cometen los femicidios. No se trata de casos
aislados, sino de resultados sistemáticos de una educación y un sistema público que no está dispuesto a escuchar
a las víctimas. Por eso es que el colectivo Ni Una Menos se adelanta, antes de que se levante el trofeo de la mano
dura en la sucia campaña política, a decir “no en nuestro nombre”.

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