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CASO 01

Cristina es una niña de 8 años que cursa 3º grado de Educación Primaria. Se ha


detectado que tiene dificultades de aprendizaje constatadas desde primero de
educación primaria; momento en el que empieza a ponerse en evidencia un
retraso cada vez mayor en lectura y matemáticas. Por esta razón la tutora del
curso, y de acuerdo con la opinión de los padres se decide derivarla a la psicóloga
del centro educativo.
La niña, en cuanto a las dificultades que presenta, tiene características como: su
lectura es muy lenta, silabeante y titubeante, con errores frecuentes (sobre todo de
omisiones), rotaciones e inversiones de letras. Por ello la velocidad lectora está
muy disminuida, así como la comprensión, que le resulta deficiente. Dadas estas
dificultades muestra poco interés por la lectura y alta fatigabilidad al momento de
ponerla en práctica. Su lenguaje oral es pobre, tanto a nivel de expresión (mucho
más deficitaria) como de comprensión.
En cuanto al área lógico-matemática. En ocasiones confunde el 6 y el 9 y escribe
el 3 y 5 al revés. Muestra dificultades especialmente en la resta, operación que no
llega a comprender y asimilar correctamente. Las dificultades de lenguaje y
matemáticas enunciadas se traducen a la resolución de problemas. Si estos
poseen enunciados sencillos e implican operaciones básicas son resueltos de
forma correcta; precisando aclaraciones.
Proponemos intervención a nivel escolar, dónde se modificará la metodología, el
cómo enseñar, en el aula, a fin de que se minimicen los retrasos que la alumna
presenta en las áreas. También se debe intervenir a nivel familiar donde sus
padres podrán ayudarla y guiarla de la mejor manera.
EN LA ESCUELA:
- Leer los problemas en voz alta y escuchar con mucha atención, además dar
ejemplos relacionados con situaciones de la vida real.
- Establecer criterios para su trabajo en términos concretos que pueda
entender.
- Prestarle atención individualizada siempre que sea posible.
- Debemos fomentar un ambiente de respeto y confianza en clase haciéndo
saber que puede preguntar si no está comprendiendo.
- Asegurarse que haya entendido correctamente las tareas, ya que muchas
veces no las pudo haber entendido y no pregunto por miedo o vergüenza.
- No apurar a la niña cuando esté participando de la lectura o en la pizarra,
hay que tener paciencia.
- Ejercicios de lectura interactiva, de esta manera, la lectura se presentará de
forma más atractiva y será considerada como un juego.
- Tener en cuenta que no todos los niños llevan el mismo ritmo de
aprendizaje, por eso hay que reforzarla cuando logre hacer algo que se le
dificultó (felicitarlo, elogiarlo).
EN CASA:
- Los padres deberían acompañar a la niña cuando esta lea o realice
actividades referidas a la lectura, para que se le corrija de manera idónea
en caso se equivoque o ayudarlo si tiene dificultades.
- Reforzar a la niña en la lectura utilizando “la lectura en pirámide” de este
modo el niño podrá ir de manera progresiva aumentado las palabras que
debe leer.
- Incrementar juegos lúdicos en casa que permita el desarrollo lógico –
matemático y del lenguaje de la niña.
- No comparar con otros niños, siempre hay que fomentar su autoestima.
- También es muy importante brindarle tiempo de calidad y no dejarla sola
con sus dificultades.
- Darle a la niña unos minutos de descanso cuando esté realizando las
tareas para no fatigarla y evitar que se aburra.

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